Adiós Vicálvaro adiós

Este año iba a ser mi décima participación consecutiva en la San Silvestre vicalvareña, pero me he quedado con las ganas. El primero de diciembre abrieron la inscripción y el cuatro traté de inscribirme y ya no pudo ser. Por internet se habían agotado y un amigo se acercó a la asociación de vecinos y tampoco había disponible ningún dorsal. Me da mucha pena, pero habrá que ir buscando otra alternativa… Getafe es esa alternativa.

Así, sólo me queda decir: El rey ha muerto (léase Vicálvaro), viva el rey (léase Getafe)

Como esta semana estoy de curso y llego a casa más tarde, no puedo salir con los compañeros pradolongueros. Así que lo mismo me da martes que miércoles, por lo que ayer no salí a correr y lo dejé para hoy.

Una hora más tarde de lo habitual me daba cita conmigo mismo en el punto de encuentro habitual. Allí estaba yo, con el frío que hacía, como un canelo esperando a que el maldito Garmin pillara los satélites, que tardó lo suyo. Voy a tener que comprarme una camiseta de estas que he visto en http://www.zazzle.es

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Dice algo así como que mi calentamiento incluye esperar satélites

Empecé a correr deprisita, que el frío se hacía notar y di una primera vuelta a buen ritmo. En la segunda aceleré para tratar de alcanzar el ritmo umbral, que anda por 4:15. La idea era tratar de andar por ahí, pero unos segundos por debajo y no me salió mal del todo. Excepto uno que hice a 4:17 los demás sí conseguí hacerlos según lo planeado.

Y ese de los 4:17 pienso que perdí tiempo porque subiendo la cuesta perpendicular a Rafaela Ybarra me salió un perro que se acercaba como una bala a por mí. Tuve que parar en seco del susto que me dio, mientras hoy a lo lejos la voz del perrero: «si no hace nada, si no hace nada». El susto que me dio no me lo quita nadie.

Todos los días tiene que aparecer un can haciendo una de las suyas. Hoy ha sido este y el sábado un perro se tiró con intención de morderme los pantalones. Afortunadamente no lo logró y sólo cayó sobre mis pies. Afortunadamente para el perro, soy más civilizado que su dueño y no le di una patada que es lo que se merecía… su dueño.

Pues eso, que hice 9,6 km en un tiempo de 45:38 @ 4:43 min/km.

Por cierto, hoy he pasado un frío de mil diablos. Salí todo ufano con mi camiseta de manga corta y se me metía el frío por el sobaco. Hay que ir pensando en la manga larga.

Calcetines vintage

Tengo unos bonitos calcetines conmemorativos de la Maratón del Millenium, aquella maratón celebrada en octubre de 2001 que suponía la despedida de Martín Fiz y de Abel Antón del mundo de la alta competición. Ninguno de los dos fue capaz de llevarse la prueba, que fue ganada por el italiano Stefano Baldini, que tres años después se llevó el oro en Atenas.

Fue, sin lugar a dudas, otra muestra más del despilfarro que ha habido en este país, aunque en esta ocasión si buena parte de ese dinero que se manejó acabó en los bolsillos de los dos maratonianos, bien está.

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Calcetines conmemorativos M. M. 2001

Estando de vacaciones el verano del aquel año, me enteré de la noticia de que se iba a celebrar esta prueba, así que empecé a entrenar con la idea de participar. En septiembre me lesioné, así que no participé. Sí acompañé a un amigo desde la media maratón hasta la meta y el hombre lo pasó mal, muy mal. Su única idea era abandonar, pero le estuve tratando de convencer de que no lo hiciera. Y no lo hizo, pero fue una tortura para él. Y no sólo él, muchísima gente tuvo muchos problemas para terminar.

No tenía mucho sentido que habiendo una maratón en Madrid en primavera hubiese otra en otoño. Y no volvió a celebrarse nunca más esta prueba.

¡Menudo rollo por unos calcetines! El caso es que hoy he salido a entrenar con ellos. Alguien puede preguntarse que cómo es posible que trece años después todavía siga con esos calcetines. Y es que la cosa tiene truco, ya que años después de la celebración de esa maratón me los regaló una persona que tiene una tienda y que le habían dado bastantes pares. Hay que tener en cuenta que pensaban que iba a haber una participación de doce mil corredores y se apuntaron poco más de la mitad, así que sobró material para dar y tomar. Pues eso, que me los regalaron años después y prácticamente ni los uso porque son un poco gordos para mi gusto. Pero hoy me los he puesto por otros motivos y al final he entrenado con ellos. Se afloja un poco el cordón de la zapatilla y voilà.

El sábado nos dimos una buena paliza haciendo las cuestas del Parque Lineal. Ayer estuvimos en el Parque Natural del Hayedo de la Tejera Negra y también nos dimos una buena paliza, esta vez andando. Eso sí, este Parque Natural es una maravilla. Una auténtica pasada. Merece mucho la pena visitar.

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Parque Natural del Hayedo de la Tejera Negra

Así que después de un fin de semana de duros entrenamientos, hoy han sido sólo 10 km en un tiempo de 55:50 @ 5:35 min/km. Un buen regenerativo.

He batido un récord

Hoy he batido un récord, pero no relacionado con el atletismo, sino con el transporte público. Por desgracia, trabajo justo en la otra punta de Madrid. Utilizo el transporte público para ir y venir del trabajo haciendo una bonita combinación de autobús, tren y autobús, con un transbordo del tren en Atocha. Suelo tardar una hora en ir y como una hora y diez minutos en volver. Pues bien, hoy he tardado ¡¡¡una hora y treinta y cinco minutos!!! en volver. Todo un récord… que tampoco veo difícil volver a batir 😉

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El culpable de mi retraso

Este retraso en llegar a casa ha provocado que llegase tarde al punto de encuentro, así que cuando llegué sólo pude constatar que mis compañeros ya habían salido. Pero se lo tomaron con calma y sobre el kilómetro dos pude unirme al grupo.

Aunque el grupo de disgregó, fui tranquilo los primero cinco kilómetros, haciendo un tiempo de 27:19 en esa primera vuelta, a un ritmo de 5:28 min/km y luego aceleré para tratar de llegar al ritmo umbral de 4:15 y tratar de hacer esos cuatro kilómetros y pico a ese ritmo constante.

Y no me ha salido mal, la verdad: 4:13, 4:14, 4:17, 4:15 y 4:20. El último kilómetro se me ha ido un poco, pero es cuesta arriba, ya iba cansado y en el pasillo junto al arroyo, que estaba todo cubierto de varias capas de hojas, iba pisando con mucha precaución y con más miedo que vergüenza. En la segunda vuelta, he hecho 4,53 km en 19:17 @ 4:15. Justo el objetivo.

En total han sido 9,53 km en un tiempo de 46:36 @ 4:53 min/km.

Keep calm and run for 42,195 km

Lo vi el otro día en Twitter ¿o fue en Facebook? y me hizo mucha gracia. Es un póster que dice «keep calm and running for 42,195 km» y que traducido viene a significar, más o menos, «mantén la calma y corre 42,195 km». Espero que lo de poner la coma sea simplemente un error tipográfico, ya que los anglosajones utilizan el punto para separar los decimales. Porque si hay que correr cuarenta y dos mil kilómetros, vamos bien.

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Keep calm and running for 42,195 km

Ahora está muy de moda lo del «keep calm», ya lo he visto por varios sitios y resulta que por internet hay generadores de carteles de este tipo. Por ejemplo en http://www.keepcalm-o-matic.co.uk/ o en el enlace http://www.keepcalmandcarryon.com/

Utilizando uno de esos generadores, he conseguido un bonito cartel para hacer publicidad del blog…

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Este me gusta más

Respecto a lo deportivo, hoy es martes y algunos aprovechan este día para hacer series. Hoy tocaba de 400 metros, pero yo he preferido ir a ritmo, que ya estuve haciendo cuestas el domingo y no es cuestión de machacarse en exceso.

Así que cuando cuando llegamos a los campos de fútbol, el sitio más alejado del punto de encuentro, se quedaron unos cuantos y yo seguí con «el nuevo», que me fue contando dimes y diretes. En la segunda vuelta apreté un poco y traté de mantenerme a un ritmo constante de 4:30 y lo conseguí más o menos, luchando a veces con mi nuevo compañero que en determinadas ocasiones me cerraba el paso.

Al pasar de nuevo por el punto más alejado del punto de encuentro me quedé solo y al final acabé haciendo 10 km en 49:59 @ 5:00 min/km con una segunda vuelta a buen ritmo.

San Pradolín

Hoy ha sido un día pasado por agua, pero bien pasado. Cuando salimos a correr estaba chispeando, pero ha sido empezar y dejar de llover. Todo el entrenamiento y ni una gota. Lo mismo nos pasó el martes y nos ha pasado algún día más. Parece que San Pradolín nos protege de la lluvia. ¿Y quién es San Pradolín? Evidentemente es el santo del parque Pradolongo, prácticamente nuestro ángel de la guarda.

Hoy he salido más tarde, si cabe, de lo habitual. El transporte público no ha andado muy fino hoy y he llegado a casa tarde y, por lo tanto, he llegado al punto de encuentro cuando ya casi estaban acabando. Bueno, es una exageración, que me han estado esperando. De todos modos, no he podido ni estirar ni conseguir que el GPS capturara las señales de los satélites. Cuando he puesto en marcha el GPS ya llevaba casi dos kilómetros en marcha.

Hoy no estábamos muy por la labor de correr, así que los tres que nos hemos juntado hemos ido hablando durante las dos vueltas de política. Extraño, muy extraño el tema, pero parece que Podemos ha conseguido lo que ningún otro partido había hecho: que muchos ciudadanos hablen y discutan sobre política. Obviamente, unos a favor y otros en contra, pero interesándose todo el mundo por este fenómeno. Aunque sólo sea por eso, es positiva la irrupción de este partido en la vida política de este país.

Después de tanto hablar y poco correr hemos completado las dos vueltas. Los típicos 9,6 km aunque el GPS sólo ha recogido 7,75 km en un tiempo de 42:22 @ 5:28 min/km. Tampoco pasa nada, la verdad, ha sido un entrenamiento que no ha servido para mucho… desde el punto de vista atlético.

Un puntito

Hoy estaba el suelo muy embarrado debido a la lluvia caída días anteriores y la que ha caído escasos minutos de la hora de encuentro. De hecho tenían pensado hacer unas series y han visto que no estaba el terreno para ello.

Salí de casa y hacía pocos minutos que había dejado de llover; sin embargo se escuchaban truenos y se veían relámpagos, por lo que iba pensando si habría alguno de los compañeros en el punto de encuentro. Y sí que había, pero todos y cada uno de nosotros habíamos pensado lo mismo, que íbamos a correr en solitario. Nos juntamos cuatro, que no está mal para lo desapacible del tiempo. Minutos después apareció el quinto en discordia, así que formamos un pelotón de lo más decente.

Curiosamente, todos los augurios de mal tiempo se desvanecieron y durante el tiempo que estuvimos corriendo no cayó ni una gota e incluso hacía una temperatura de lo más agradable. Lo que sumado a la humedad, provocó que sudáramos de lo lindo.

En la segunda vuelta decidí hacer un entrenamiento inusual. Consistía en ir aumentando el ritmo kilómetro a kilómetro. Sí, ya sé que es una tontería, pero hay que hacer algo distinto de vez en cuando. Así, hice ese primer kilómetro de la segunda vuelta en 4:45, el segundo en 4:30, el tercero en 4:15 y el cuarto, en 3:58. Me salieron clavados los cuatro kilómetros. Para finalizar, un quinto kilómetro de enfriamiento. De esta forma completé 10 km en 51:14 @ 5:07 min/km, aunque lo importante no es el ritmo, sino la progresión de esos cuatro kilómetros.

Peinando la zona

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua peinar tiene varias acepciones. Una es desenredar el pelo, otra es rastrear minuciosamente un territorio en busca de alguien o de algo.

A mí se me ocurre otra acepción: subir y bajar distintas cuestas en paralelo, haciendo un circuito en forma de púas.

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Circuito con cuestas en Pradolongo

La verdad es que toda esta introducción es una tontada, pero resulta difícil pensar qué poner en una entrada cuando ya he escrito más de mil y procurando que no se repita el tema.

Cuando me levanté estaba lloviendo así que opté por desayunar y salir más tarde. Tan tarde, que ya eran pasadas las doce cuando salí a la calle. Había quedado con una amiga y ambos nos acercamos al parque de Pradolongo a realizar el circuito de cuestas. Como había hecho en semanas anteriores, se trataba de hacer catorce cuestas en dos tandas de siete y siete. Esas siete cuestas todas distintas en longitud y pendiente.

Empecé a tope con la primera cuesta y traté de seguir a tope en todas las demás. Tuvimos la «fortuna» de que en la cuesta más dura habían podado unos árboles y era imposible llegar hasta arriba, ya que las ramas ocupaban todo el camino. No pasa nada, el circuito es algo más suave pero aún así es durillo.

Después de las catorces cuestas, un par de doscientos a tope, completando, de este modo, 10 km en 56:52 @ 5:41 min/km. Un entrenamiento duro y espero que fortalecedor de piernas.

Ayer la báscula marcaba 68 kg exactos. No he conseguido bajar de los sesenta y ocho pero no me parece mal. A seguir trabajando.

Gemelos cargados

El lunes después de la carrera de las aficiones y después de haber conseguido mejorar mi marca de 10 km no me encontraba mal del todo, algunas agujetas en los cuádriceps. El martes cuando salí a correr estaba más o menos igual, con los cuádriceps cargados.

Hoy, ya jueves, habían remitido las molestias en la parte alta de las piernas, pero notaba los gemelos muy cargados, así que he salido con prudencia. Hemos dado la primera vuelta muy tranquilos, pero en la segunda poco a poco me he ido animando, siempre con la precaución de fijarme en los gemelos para no fastidiarlos.


Mucho gemelo para poca cosa

El primer kilómetro de la segunda vuelta en 4:37 y bien, así que he pensado en hacer el resto de la vuelta rozando los cuatro minutos y medio. Y así, más o menos, he ido. De hecho han salido el resto de kilómetros en 4:32, 4:33, 4:27 y 4:33. Lo mejor es que los gemelos se han portado fenomenal después de la reserva inicial. Al acabar, después de ducharme, por si acaso, me he puesto las medias de compresión.

En total han sido 9,62 km en 49:06 @ 5:06 min/km. Lo mejor del entreno ha sido comprobar que aunque empecé con los gemelos cargados, he acabado mejor que como empecé.

Un buen regenerativo

Hoy estábamos todos -o casi todos- un poco cansados. Unos de la pachanga de las aficiones y otros de la media de Villaverde. Así que nos hemos tomado el día de hoy como un regenerativo, corriendo muy tranquilos.

Nos hemos juntado nada menos que siete corredores, entre ellos el «nuevo fichaje». Comentaba el nuevo que ya había hecho algunos kilómetros, pero ha estado un buen rato con nosotros contándonos mil y una aventuras. Se nota que le gusta hablar a este chico. No sé si es porque iba entretenido con la charla o simplemente mala suerte, pero Joaquín se ha dado un buen tortazo al enredar el pie entre los cordones de la zapatilla (en mi pueblo al cordón de los zapatos se le llama trencilla, no sé si es habitual en otros sitios).

Por cierto, que he salido con camiseta de manga corta y pantalón corto y he acabado con los brazos bastante fríos. Hoy se notaba que la temperatura era bastante baja, sobre los ocho grados.

En fin, que ha sido un entrenamiento con poca cosa que contar. Lo único significativo ha sido la caída, pero nada más. Dos vueltas y todos a casa. En total han sido 9,6 km en 54:56 @ 5:41 min/km. Como puede verse, a un ritmo muy tranquilo

No he podido resistirme

El año pasado corrí la Pachanga de las Aficiones. Prometí que no volvería a correr esta carrera nunca más, ya que me tocó correr con la mochila a la espalda… pero no he podido resistirme a apuntarme este año ya que me veo muy bien de forma y pienso que quizás podría bajar de cuarenta minutos una vez más, ya que el perfil es favorable. Luego ya veremos a ver si no me llevo un chasco.

Hoy he salido a correr pero después del Oregón de ayer tenía la parte de atrás de los muslos, imagino que los isquiotibiales, con unas agujetas bárbaras. Entre las agujetas y el cansancio debido al circuito salí con intenciones de ir a un ritmo tranquilo. Joaquín no pensaba lo mismo y empezó a tirar desde el primer kilómetro, pero conseguí aguantarme y seguí tranquilo, aunque eso provocó que me quedara solo una buena parte del recorrido.

Después, sobre el kilómetro seis, me cogió Jesús y ya fuimos, incluso más tranquilos, hasta el final el entrenamiento, que consistió en los típicos 9,6 km 52:29 @ 5:26.