XXXVIII Media maratón de Coslada

Hoy he participado por sexta vez en esta media maratón, a la que no acudía desde 2008. Desde entonces, han cambiado el circuito y si ya era duro en aquel entonces, ahora lo es bastante más.

Fui con Joaquín a esta carrera con la idea de hacer una tirada larga de cara a Mapoma. Llegamos sobre las 8:20 a Coslada, por lo que pudimos aparcar sin problemas en la misma calle donde se daba la salida. La primera sorpresa fue comprobar que el lugar de salida/meta de ahora había cambiado con respecto a aquellos tiempos en los que la media de Coslada era una de las pocas que se podían hacer para preparar Mapoma. Si no recuerdo mal, Fuencarral, Universitaria y ésta eran las únicas media además de los 20 km Villa de Madrid, ya extintos, que servían para comprobar el estado de forma de cada cual respecto a Mapoma.

Ahora la meta y toda las logística está instalada en el polideportivo Valleaguado. Allí recogimos el dorsal con chip incorporado y la camiseta conmemorativa y como había mucho tiempo por delante estuvimos dando un paseo por la pista de tartán, donde iba a finalizar la carrera. Luego cruzamos la calle para entrar en un restaurante que estaba abierto y hartándose de servir cafés. Nos tomamos uno, aliviamos nuestros vientres y se me ocurrió mirar el perfil del recorrido porque estaba oyendo a los corredores que la carrera era bastante dura. Y lo que vi nos asustó un poco…

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Perfil de la media de Coslada 2016 obtenido de la web de la organización

Un poco con el miedo en el cuerpo volvimos al polideportivo a hacer un poco de tiempo antes de quitarnos la ropa y dejarla en el guardarropa. Mientras estábamos por allí preguntándonos si iba a llover o si iba a hacer frío o si fue antes el huevo o la gallina nos encontramos con Ambrosio, un clásico veterano de las carreras madrileñas que también se había acercado hasta allí. Estuvimos un rato charlando y un corredor muy amable se prestó a hacernos una bonita foto.

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Junto a dos campeones de los clásicos de Madrid

A falta de media hora dejamos nuestras pertenencias en el guardarropa y nos pusimos a calentar y estirar un poco mientras el reloj se iba acercando a las diez de la mañana, hora en la que comenzaba la carrera.

Dieron la salida con bastante puntualidad y aunque los primeros seiscientos metros son cuesta abajo luego empieza el festival de cuestas arriba. Hasta el kilómetros dos y medio es todo para arriba con algún falso llano y con alguna cuesta que asusta. Luego viene una bajada muy pronunciada y posteriormente todo es bajada o subida con poquísimo llano. Y lo peor es que hacía un aire de espanto.

Como hay que dar dos vueltas al mismo circuito, habíamos pensado hacer una primera vuelta de reconocimiento, algo más tranquilos y luego apretar, si se podía, en la segunda vuelta. El objetivo era hacer un tiempo por debajo de 1h35 lo que implicaba marchar a un ritmo por debajo de 4:30 min/km. Lo cual era harto complicado hacerlo en las cuestas arriba, así que la jugada era apretar lo que se pudiese cuando el terreno fuese favorable.

Y eso es lo que hacíamos, sufrir lo que podíamos cuesta arriba y acelerar todo lo posible cuesta abajo. Hacia arriba se nos iba el tiempo por encima de ese ritmo de crucero de 4:30 o muy cerca y en las bajadas conseguíamos bajar 10, 12 ó 15 segundos ese ritmo. La cosa iba más o menos controlada.

Casi al final de la primera vuelta se nos «pegó» un tipo de camiseta roja y me iba molestando lo suyo, porque el tío se ponía a nuestra chepa en los tramos de aire y encima iba acortando todas las esquinas que podía. La verdad es que su presencia me violentaba, pero el tipo iba más feliz que un ocho.

Fuimos bastante tiempo, en esa primera vuelta, detrás de una chica de la Agrupación Deportiva Marathon que conocía de otras carreras. Iba a un ritmo muy semejante al nuestro porque no la quitábamos ni un metro. Casi a punto de terminar la primera vuelta ella adelantó a la que iba tercera clasificada y un poco después, lo hicimos nosotros.

A la altura del polideportivo donde está la meta comienza la segunda vuelta y la subida de casi dos kilómetros. De repente, la chica de la A. D. Marathon casi se paró y ahí pudimos adelantarla. La animamos para que continuara y nosotros seguimos a nuestro ritmo, marcados muy de cerca por el individuo de camiseta roja.

Acabamos la gran cuesta, bajamos una bajada muy pronunciada y llegando al kilómetro trece empecé a notar una molestia en la zona de la derecha un poco por encima de la cintura. Era el temido flato, que empezaba a notarlo con desagrado. Pensé en aflojar el ritmo, pero no lo hice ya que no era demasiado doloroso, se podía aguantar.

Poco después llegamos a una de las zonas más ventosas. Aceleré un poco el ritmo para acoplarnos a un grupo delantero de cinco corredores. Me puse a la espalda del grupo, pero Joaquín no pensó lo mismo que yo y los adelantó sin despeinarse, así que duró poco mi alegría del resguardo y aceleré otro poco para no perderle. Miraba de reojillo y veía al tipo de la camiseta roja a nuestro lado, un poco atrás. Imposible dejarle.

Sobre el kilómetro 17 comenzaba una bajada interesante y me veía fuerte. Empecé a apretar para tratar de dejar a nuestro acompañante, pero no había manera; sin embargo esto hizo que esos dos kilómetros fueran los más rápidos, ya que los hicimos en 4:07 y 4:09. Cuando vi los tiempos me dio un subidón.

Esos kilómetros transcurrían por una zona fea al lado de un enorme aparcamiento, luego se pasaba por lo alto de un puente y posteriormente se daba un garbeo por el polígono industrial. En la primera vuelta había unos tipos con unos altavoces que escupían música de AC/DC a todo volumen. En esa primera vuelta aceleré sin querer al escuchar esta música celestial y confiaba que en esta segunda vuelta me volviera a suceder. Nada más lejos de la realidad, ahora se escuchaba una música de lo más comercial que no animaba lo más mínimo. Menos mal que no me hizo falta esta inyección de adrenalina porque me veía muy bien. Pensaba en Villaverde y lo mal que lo había pasado en los últimos kilómetros y ahora volaba. Iba genial… Pero el tipo de la camiseta roja no se descolgaba de ninguna manera.

Donde lo pasé peor fue sobre el kilómetro 18, por el polígono industrial. El terreno era ascendente y el aire soplaba de lo lindo en contra. Ahí tuve un momento de bajón, menos mal que el tramo no era muy largo y luego venía un terreno más favorable. En ese terreno dimos caza a la segunda clasificada, que marchaba como un tiro, aunque quizás algo cansada.

Poco antes del kilómetro viente se llegaba a una glorieta que está muy cerca de meta, vamos, que tirando recto parece que se llegaría a meta en un abrir y cerrar de ojos; sin embargo, hay que tirar hacia la izquierda para buscar completar la distancia. Afortunadamente, ya quedaba poco más de un kilómetro y lo único que había que hacer era darlo todo. Apretamos los dientes y al poco llegamos al polideportivo donde había que hacer unos trescientos metros por la pista.

Poco antes de entrar al polideportivo oímos a un tipo que decía a la segunda clasificada, que iba justo detrás de nosotros, algo así como: Vamos Claudia, vas a hacer 1h32 y sin entrenar. Toma ya, nosotros sufriendo como animales y la chica esta sin entrenar iba a llegar con nosotros sin despeinarse.

Una vez en el polideportivo apretamos todo lo que pudimos y aconsejé a Joaquín que se pegara al borde de la pista. Yo me puse en paralelo para que no nos adelantaran por dentro y si alguien nos quería sobrepasar, que lo hiciera por la calle dos. Faltando cien metros vi que el de la camiseta roja esprintaba para adelantarnos. Apremié a Joaquín para que lo diese todo y afortunadamente conseguimos llegar entrar antes que él. Vi que el cronómetro de meta marcaba 1h33 y algunos segundos. Luego en las clasificaciones vimos que el tiempo oficial fue de 1:33:12 aunque tiempo neto de 1:32:58 debido a que nos pusimos quizás algo atrás en la salida.

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Llegando a meta. Foto cortesía de la organización

Además de la camiseta conmemorativa que nos dieron antes de salir, nos obsequiaron con una mochila de cuerdas con dos botellas de agua, botella de bebida isotónica, un bote de bebida para deportistas, un zumo de naranja natural fresquito, un zumo de tetrabrik, una barra de cereales y una mandarina que, por cierto, estaba deliciosas. Todo por 12,6 € que incluía la inscripción y lo gastos de inscripción por hacerlo por internet.

Acabamos muy contentos porque cumplimos el objetivo y debido a la dureza de la carrera utilizar una técnica conservadora, saliendo algo más tranquilos, hizo que fuéramos adelantando gente durante toda la carrera. Lo cual nos supuso una motivación extra. Una muestra de esa carrera en progresión, de menos a más, se ven en los tiempos realizados en los distintos parciales. Hicimos el primer tercio de carrera (7 km) en 30:57, el segundo en 30:43 y el tercero en 29:34.

XXX Media maratón de Coslada

Un año más nos hemos dado cita en Coslada un grupo reducido de compañeros de MaraTID. Este año, sólo tres: Fernando, Iván y un servidor. La carrera me pareció perfectamente organizada, además como no había muchos participantes no había cola para nada: ni para recoger el chip, ni para el guardarropa, ni para ir al servicio. Una verdadera gozada. El problema es que el circuito es feo de narices, muy duro por los sucesivos toboganes y además ayer hizo un aire de consideración que hizo la carrera más dura si cabe.

Salí con la idea de hacer 1:37 ó 1:38 y la verdad es que me sentía muy bien, pero el ritmo era muy irregular. Lo mismo hacía kilómetros un poco por encima de 4:30 que me iba a los cinco minutos. Al principio pensaba que la medición no era correcta, pero luego llegué a la conclusión que era el viento el que provocaba esas irregularidades.

Donde más me afectó la fuerza del viento fue en una larga recta entre el 10 y el 11, donde me adelantaron cinco o seis corredores, uno de ellos un corredor local, ya veterano. Intenté seguir su estela y la verdad es que me vino muy bien porque me recuperé de ese bache y esos kilómetros de subida hasta el 15 los pasé francamente bien. En la bajada hasta el 16 me tiré lo más rápido que pude intentando recuperar los segundos perdidos en la subida, pero ni con esas. Llegando al 17 (en la recta de la estación de Renfe), volvimos a sufrir el soplido del viento, pero viendo que la carrera se acababa eché toda la carne en el asador y desde ese momento fui adelantando corredores. Tampoco muchos, porque no había demasiados, pero algunos cayeron.

Sobre el km 20 vi a Ángel que estaba haciendo unas fotos y al poco se giraba a mano derecha para afrontar los últimos metros que, de nuevo, se hicieron durísimos por el viento.

Al final llegué a meta con un tiempo oficial de 1:40:40, según reza la clasificación, que se puede ver en atletismomadrid.com.

Aunque tardé ocho segundos más que el año pasado y no pude cumplir mi objetivo de estar en 1:37-1:38, estoy satisfecho de la carrera porque acabé muy bien aunque el recorrido fue tremendo.

Para terminar, un diez para la organización, que ha sido de cine. Ya podrían aprender otros de la gente de Coslada. Por sólo 5 €: chip, circuito bien medido, gran despliegue de policía y voluntarios, grifos de cerveza y sidra, bebidas isotónicas, agua, camiseta, bocatas de panceta, chorizo y morcilla, naranjas y barritas energéticas. No está nada mal, la verdad.

Además es agradable ver como además de la media, organizan otras carreras de menor distancia para quien no se atreve con 21 km, sobre todo pensando en los niños, con distancias entre 750 m y 5 km.

XXIX Media maratón de Coslada

Hoy nos hemos dado cita en Coslada pocos corredores. La verdad es que daba gusto estar por allí. Sin colas para el chip, sin colas para ir al servicio, sin colas para el guardarropa, sin agobios en la salida. Viendo la cantidad de gente que había, parecía que habíamos retrocedido diez años por lo menos. El caso es que de los tres posibles participantes de MaraTI+D, sólo nos vimos Fernando y un servidor. Ángel no le vimos sino al final, haciendo algunas fotos cerca de la meta.

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Con Fernando, poco antes de la salida

Se trata de una carrera fea y bastante dura con continuas subidas y bajadas y con bastantes kilómetros por carreteras o calles compartiendo la calzada con los coches y separados los unos de los otros por cono. Además hay zonas por las que se pasa ¡¡¡tres veces!!! Pero en un ejercicio de abstracción puede pensarse que la cosa no es tan mala como parece.

Yo traté de tomármelo con más calma que las dos anteriores medias (Fuencarral y Universitaria) en las que salí muy deprisa. Así que me coloqué en medio del pelotón y salí con bastante tranquilidad. Hasta el kilómetro seis fui relajado, haciendo kilómetros que rozaban los cinco minutos. A partir de entonces, apreté algo más el acelerador, pero las cuestas entre el 12 y el 15 hicieron que tampoco mi velocidad media aumentara mucho. Después de la subida brutal a Las Conejeras (km 15), en la bajada, me adelantó la que a la postre fue la cuarta clasificada y decidí seguirla. Lo cierto es que llevaba un buen ritmo y en las bajadas me costaba no perder su estela. Eso ocurrió sobre el km 20, en una bajada se me fue y me quedé más solo que la una. Pero ya quedaba poco para meta, por lo que apreté los dientes y me presenté en la línea de meta con un tiempo oficial de 1:40:32.

Cuando vi el tiempo en el reloj de meta quedé algo desilusionado porque trataba de hacer 1h38, pero luego analizando mejor la carrera, creo que no ha sido un tiempo tan malo teniendo en cuenta lo intrincado del recorrido y además he conseguido mantener un ritmo regular durante toda la carrera. Lo mejor, es que terminé y no sentía cansancio prácticamente y eso es bueno de cara a la maratón.

XXI Media maratón de Coslada

Hoy se ha celebrado la XXI edición de la Media Maratón de Coslada. Varios compañeros de MaraTI+D estuvimos presentes. Creo recordar: Angel, Javier, Bienve, JuanMa, Luis, Goyo y un servidor. También estuvo presente una «nutrida» representación de MarATOS: Manolo, Liborio y Miguel. Para mi gusto hizo un poco de calor durante toda la carrera, lo cual no impidió que Javier arrebatara a Manolo la mejor marca de MaraTI+D en esta distancia (1:20:02), dejándola en 1:18:13.

Por mi parte, hice una salida bastante rápida, yendo a más pulsaciones de las que debiera. Al final, pagué las consecuencias y los últimos cinco kilómetros se me hicieron eternos. Terminé en 1:31:39, haciendo MMP y bajando 3:22 de la anterior mejor marca conseguida en Fuencarral. Esa marca no está nada mal para mí, hay que reconocerlo.

Creo que la organización estuvo regular ya que me dio la sensación de que los kilómetros no estaban correctamente señalizados. Por ejemplo, el km 15 parecía que no llegaba nunca. Sin embargo, el 16 estaba ahí mismo. También me pareció un feo detalle el dar camisetas solamente a los 200 primeros siendo además el campeonato de Madrid de Media Maratón lo que supuso un nivel bastante alto. Otro punto negativo es que en la zona de meta se acabó el agua rápidamente. Destacar lo bien montada que estaba la zona de meta y lo surtida: cerveza, sidra, coca-cola, agua (hasta que se acabó). Al llegar también daban una medalla, un bollito y naranjas.

En fin, una media más a la mochila y un paso adelante de cara a la preparación de la XXII Mapoma.

XIX Carrera de Valleaguado

El hecho de no poder participar en la Carrera del Agua hizo que acabara en esta simpática carrera en el barrio de Valleaguado, en Coslada, muy cerca de donde se sitúa la salida y meta de la media maratón de esta localidad.

La salida se dio a las 10h30′ (más o menos) sobre una distancia de 8 km. La participación era escasa, sobre los 50 participantes. El circuito no era demasiado complicado, un par de repechos al principio y otro par de ellos al final. La zona intermedia, llanita, llanita, transcurría por alguna de las calles del polígono que se pasan en la media maratón. Debido a que la distancia era corta, decidí ir a tope durante toda la carrera, con el corazón a reventar sobre las 180 ppm, realizando al final 31:47.

La organización estuvo bastante bien para ser una carrera de barrio. Se celebraron al menos cuatro carreras, desde los mayores hasta los más pequeños. Daba gusto ver a los pequeñines esprintando al final -y al principio-. La inscripción era gratuita y al final daban lo típico: refresco, naranja y camiseta para los veinte primeros de cada carrera.

Me agradó pasar por el polideportivo y ver esa ENORME pancarta donde anuncian la inminente cita de la Media Maratón de Coslada para el 7 de Marzo. El tiempo apremia. Se aproxima un test importante de cara a la Maratón de Madrid.