IV Carrera nocturna solidaria de Gerindote

Decían que este fin de semana iba a ser la hecatombe climatológica porque iba a llover más que en tiempos de Noé y la verdad es que aunque cuando salimos, pasadas las siete de la tarde, de Madrid yendo hacia Gerindote empezó a llover y a la altura de Parla lo hacía de una manera bárbara, luego aflojó un poco, pero se veía en los campos de cultivo que había llovido lo suyo porque estaba la tierra encharcada. Acercándonos a Toledo, en el desvío cerca de Bargas volvió a arreciar la lluvia y empecé a pensar que nos íbamos a mojar, pero llegamos a Gerindote y no caía ni una gota, aunque hacía fresco, lo cual no era mala cosa.

Recogimos el dorsal que nos lo dieron junto a una camiseta rosa, un bolígrafo de Soliss, una botella de agua, una pulsera y unos caramelitos blandos. No estuvo mal para comenzar. Nos vestimos de corredores, nos hicimos una foto y salimos a reconocer el circuito.

En la Carrera nocturna solidaria de Gerindote

Al recoger el dorsal vi que había una modificación al circuito que habíamos hecho unos años antes, así que fuimos a reconocer ese nuevo tramos y vimos que incluía una cuesta arriba y una cuesta abajo que antes no había, lógicamente. También vimos otra modificación del circuito, a la altura del pequeño parque del Caño Nuevo, que se rodeaba en vez de pasar por el camino más corto. Seguimos trotando por el circuito sacando del error a algunos paisanos que nos animaban como si fuésemos los primeros, tuvimos que decirlos que estábamos calentando aún.

Fuimos hacia la salida ya que no quedaba demasiado tiempo. Saludamos a unos y a otros y verificamos que mi amiga estaba inscrita como local. Otros años sólo podían apuntarse como local si estabas empadronado allí, pero este año lo habían abierto también a los nacidos en la localidad, cosa que me pareció más lógica. Nos dio tiempo aún a calentar un rato a un lado y otro del arco de salida y meta. En la línea de salida vi a un matrimonio del club atletismo Novés, que estaban dispuestos a comenzar la prueba. Durante la maratón de Madrid estuvimos con ellos durante unos kilómetros y recuerdo que me contó que querían hacer 1h45 en la media maratón. Dieron la salida y me puse como objetivo adelantar al chico de Novés, calvo como yo, debía ser presa fácil 🙂 Pero me pasé de listo porque él iba en un grupo que me sacaron diez metros nada más empezar y no me acercaba a ellos ni queriendo. Hice el primer kilómetro en 4:18 y me pareció rápido. Pensé que si hacía la prueba a 4:30 estaría bien porque no me encontraba muy allá.

Iba sin perder de vista la cabeza pelada del de Novés cuando en la cuesta del «añadido» me adelantó una chica de la Asociación Atlética Torrijos, una tal Angélica, a la que no quise dejar escapar y pensé que quizás manteniendo su ritmo podríamos llegar a alcanzar al grupo donde iba mi «presa», pero fue todo lo contrario, me acomodé a su ritmo y éste era algo inferior al del grupo delantero y se fueron yendo poco a poco.

Un poco después de pasar por primera vez por el arco de meta fui dejando atrás a Angélica y fui poco a poco recortando terreno a otra chica del club TrainingRey. Esta chica iba haciendo unos ruidos muy fuertes en cada respiración, era un poco angustioso ir a su lado. Afortunadamente pronto se quedó atrás y volvió a acercárseme la tal Angélica, que debía ser muy conocida porque mucha gente la animaba por su nombre. En el parque del Caño Nuevo, hicimos el recorrido de la primera vuelta aunque la gente que iba andando (también había una marcha nocturna) decía que había que ir por el otro lado. La chica de TrainingRey aprovechó la circunstancia e hizo el «trasqui», yéndose por el camino más corto, poniéndose por delante de Angélica y de mí y ya no fuimos capaces de alcanzarla, haciéndose con la primera posición de veteranas y Angélica, segunda. Yo le dije a mi compañera de correrías que había hecho trampas, pero parece que no pareció importarla mucho.

Hice un tiempo oficial de 22:39 y lo mejor vino después porque nos comimos unas migas muy ricas recién hechas que habían preparado para corredores y paisanos mientras esperábamos la entrega de premios. Estuvimos hablando con los del club de atletismo de Novés y estuvieron tratando de convencernos de que nos apuntáramos a su club y le dijimos que lo pensaríamos. Llamaron al pódium a las tres veteranas y mi amiga no era ninguna de ellas, lo cual fue enormemente positivo porque de esa manera fue la primera de las locales y se llevó un gran jamón de Embutidos España.

Con su trofeo y su jamón, acompañada de la alcaldesa de Gerindote

Decir que era el segundo día que me calzaba unas Saucony Rider 16 y acabé muy contento con ellas, igual que el día anterior que fue cuando las probé. No me han ido mal las Brooks que acabo de desechar, pero éstas me han dado buen rollo. He cambiado de zapatillas para ver si con las nuevas se me quita ese dolor de rodilla que llevo con él desde febrero.

Saucony Rider 16

Carrera de San Mateo de Gerindote

Hoy he participado en la localidad toledana de Gerindote en la Carrera de San Mateo, nombre debido al patrón del pueblo. Ya había corrido en este pueblo varias veces y últimamente se habían celebrado el sábado por la noche, pero esta vez cambiaron a domingo por la mañana según nos contaron por petición de los corredores. A mí la verdad es que me gusta más de noche, para salir un poco de la rutina.

Igual que las dos carreras del fin de semana anterior no las debía haber corrido, tampoco tenía que haber participado en ésta, porque el tendón de Aquiles me seguía molestando, pero fui con una compañera del Club Atletismo Zofío, ya que ella es natural de esta población y quería participar ante sus paisanos.

En la Carrera de San Mateo en Gerindote

En anteriores ediciones la carrera se ha celebrado por las calles del pueblo dando varias vueltas, pero esta vez habían cambiado de filosofía y la carrera era transcurría por los caminos de la población, haciendo unos metros por la Cañada Real Segoviana, que por cierto fueron los tramos más desagradables para correr ya que había mucha arena en el camino y había que ir buscando las zonas menos arenosas.

Como ha ocurrido en las dos anteriores carreras, la salida se dio con algo de retraso y yo salí a darlo todo, pensando que cuanto antes llegara a meta, menos tiempo estaría castigando al tendón. Pero no sé si es lo más correcto, creo que no. Fui bastante dolorido hasta pasado el kilómetro cuatro donde me empezó a doler bastante más y tuve un momento de duda de si parar o ponerme a andar o qué hacer. Al final pensando que quedaban menos de dos kilómetros decidí bajar un poco el ritmo y tratar de llegar a meta. Al bajar el ritmo me adelantaron un par de corredores que me hicieron un favor como se verá posteriormente.

En su mayoría la carrera transcurre por caminos excepto la salida y la llegada, es por ello que al entrar en el pueblo por la calle Alfonsa Albo ya se abandona la tierra y comienza el asfalto. Esa calle es cuesta abajo, pero poco después comienza una pequeña subida para llegar a la calle donde está instalada la meta que es llano tirando a favorable. Paré el cronómetro en 27:43 para una distancia oficial de 6,2 km.

Mi compañera llegó algo después y estuvimos esperando a que sacaran las clasificicaciones ya que ella esperaba llevarse algún trofeo y efectivamente consiguió ser segunda de su categoría por lo que preguntamos cuando sería la entrega de trofeos y nos dijeron que después de las carreras de los niños que aún no habían comenzado a correr porque estaban llegando los participantes de la marcha.

Estuvimos bastante tiempo esperando y como hacía un sol de justicia tratando de buscar una sombra, que no abundaban precisamente. Mientras esperábamos nos comimos unas muy ricas migas cortesía de la organización y estuvimos animando a los chicos y chicas que participaron en las diversas categorías. Siempre es un placer ver correr a los más pequeños, que son el futuro de este deporte.

Llegó el momento de los trofeos, llamaron a mi compañera, subió a por su trofeo y después de hacerla alguna foto nos disponíamos a irnos cuando nos dijo su hermana que iban a hacer un sorteo, así que nos quedamos, sobre todo por ella, que suele tener suerte con estos eventos.

Se suelen hacer los sorteos por el número de dorsal, pero decidieron hacerlo por orden de llegada. Y no pude tener más suerte porque uno de los números fue el 46 que fue la posición en la que llegué. Así que tengo que agradecer a mi maltrecho tendón que me adelantasen esos dos corredores en el último kilómetro. Dicen que no hay mal que por bien no venga. Si ella se llevó una copa y una caja con embutidos ya cortados, yo me llevé en el sorteo un queso, un salchichón, un chorizo y una botella de vino. No estuvo nada mal el regalito.

Tú con tu merecido trofeo y yo con suerte

La carrera estuvo muy bien y además solidaria porque todo lo recaudado (8 € por inscripción) iba a la Asociación Española contra el cáncer. Además de la carrera se celebró una marcha donde también lo recaudado iba destinado a la lucha contra el cáncer (4 €). Una buena iniciativa del Ayuntamiento de Gerindote.

III Carrera nocturna solidaria de Gerindote

Al igual que años anteriores, me acerqué a Gerindote, localidad toledana, a participar en la tercera edición de su carrera nocturna. Se trata de una carrera solidaria donde todo lo recaudado se destina a un bien social, este año el dinero iba destinado a la organización ATORDEM (Asociación Torrijeña de Esclerosis Múltiple). El principal objetivo de esta asociación es que las personas con Esclerosis Múltiple y otras enfermedades neurodegenerativas, tanto de Torrijos como de la comarca, puedan beneficiarse de terapias a precios reducidos cerca de su domicilio.

Lástima que para un fin tan solidario hubiese tan pocos corredores, pero había otras carrera ese mismo día en la provincia de Toledo y esta provincia tampoco es muy grande.

La carrera comenzaba a las 21:30, pero como llevaba ya unas cuantas horas por allí, sobre las ocho y media me acerqué a la plaza, ya que al lado del ayuntamiento daban los dorsales y la bolsa del corredor. Recogí mi dorsal y el de una amiga con la que me había acercado hasta allí y volví con las dos bolsas y nos cambiamos con bastante tiempo aún de antelación. Nos hicimos una bonita foto donde parece que estamos sujetando su dorsal, pero no, estaba bien prendido en el pantalón, lo puedo asegurar.

Esperando el comienzo de la prueba

Sobre la nueve y diez nos acercamos de nuevo a la plaza para tratar de localizar a Juan Carlos, del Club Atletismo Leganés, con el que había quedado. Dos años antes hicimos casi toda la carrera juntos y este año mi único afán era saludarlo porque mi entrenamiento era ciertamente escaso. Enseguida nos encontramos con él, nos estuvimos saludando y charlando un rato y a falta de quince minutos para el comienzo hicimos unos kilómetros de calentamiento por el circuito, que era el mismo que el del año pasado y el de hace dos años. Lo de calentamiento lo digo por decir algo porque a las nueve había más de treinta grados, aunque de todos modos, yo creo que hacía algo menos que el anterior que fue especialmente caluroso.

Nos pusimos en la línea de salida donde no seríamos ni cien corredores. Además de los corredores había también un grupo numeroso de personas que se disponían a dar realizar la marcha solidaria, que consistía en dar únicamente una vuelta, dos menos que los corredores.

Ya era de coche cuando a las nueve y media dieron la salida y enseguida me puse detrás de mi amiga con la idea de si no aceleraba demasiado no perder su rastro. Después de cuatro meses casi sin entrenar me daba por satisfecho si era capaz de aguantar su estela y si se iba el objetivo era tratar de mantener un ritmo cercano a los 5 min/km.

Yendo cuatro o cinco metros por detrás pude ver como mi amiga llegaba a la altura de una chica que parecía ser de su categoría, una categoría bastante amplia ya que sólo había seniors y veteranos y la edad «de corte» eran los cuarenta años. Pues bien, estas dos chicas estuvieron juntas bastante tiempo, pero podía ver que la «enemiga» iba más suelta en las subidas y eso era un hándicap para mi amiga ya que su talón de aquiles es precisamente la subida y éstas están casi al final de cada vuelta. Mi amiga lo tenía realmente difícil para poder ganar a esta chica.

Así fue, faltando cosa de un kilómetro la «enemiga» se fue alejando metro a metro y cuando llegó la subida se alejó aún más, llegando a meta con nueve segundos de ventaja. En ese último sprint también me quedé descolgado, llegando a meta con un tiempo oficial de 29:50 que coincide poco más o menos con el marcado en mi cronómetro.

Al final resultó ganadora en la categoría de veteranas la chica que fue con mi amiga, de nombre Silvia y del Club Mushing Toledo, por lo que mi amiga se tuvo que conformar con el segundo puesto de veteranas. No pudo llevarse el jamón como el año pasado, pero a cambio se llevó un queso de El Carpio de Tajo y seis botellas de cerveza Monkey, de la misma localidad donde se celebró la carrera, de Gerindote. Además tuvo suerte en el sorteo porque se llevó una bonita sudadera. Yo me tuve que conformar con un buen plato de migas que repartían para los corredores y para todo aquel que se quisiera acercar por la plaza y un par de piezas de fruta y una botella de agua. Eso sí, más contento que unas castañuelas porque poder volver a participar en una carrera popular no tiene precio.

II Carrera nocturna solidaria de Gerindote

En esta localidad toledana se celebra una carrera solidaria en favor de la asociación Afanion en la que toda la recaudación de la carrera se destina a esta asociación que según ellos mismos se definen en su página web como:

AFANION es la Asociación de Familias de Niños con Cáncer de Castilla-La Mancha y se constituyó el 19 de diciembre de 1995 con el objetivo de mejorar la calidad de vida de este colectivo.

Es una ASOCIACIÓN SIN ÁNIMO DE LUCRO que nace de un grupo de padres que había atravesado la misma situación de tener un hijo afectado de cáncer.

Puestos a pagar el importe de una inscripción, mejor que vaya a una asociación que se dedique a estos temas solidarios.

Además de gente que iba a participar en la carrera, había otro grupo de personas, quizás más numeroso, que se había apuntado a una marcha, lógicamente también solidaria. También vendían objetos como bolis, pines, etc. para aumentar la recaudación.

A las ocho de la tarde empezaban las carreras de los más pequeños y a las nueve y media estaba prevista la carrera de los más mayores que constaba únicamente de dos categorías: seniors hasta los 39 años y veteranos desde los 40 en adelante.

Llegamos al pueblo cuando habían comenzado los pequeños, pero nos dio tiempo de sobra para cambiarnos, recoger el dorsal y calentar antes del comienzo de nuestra prueba. Había ido hasta allí con una amiga natural de esta localidad y los dos nos pusimos a calentar cuando quedaban veinte minutos para el comienzo, aunque calientes ya estábamos porque la temperatura a esas horas sobrepasaba los treinta grados, pero lo que nos llamó la atención es que trotamos únicamente kilómetro y medio y acabamos absolutamente empapados en sudor. Desde luego para correr era un día absolutamente inadecuado ya que hacía mucho calor y mucho bochorno.


Preparado para la carrera muy bien acompañado

No había corrido nada durante la semana ya que estuve de vacaciones. Y no sólo no corrí sino que me alimenté como un señor, ya que estando por el norte de España no puede uno andarse con contemplaciones. En Asturias le dimos fuerte al cachopo, que no eran cualquier cosa como se puede ver en la foto.


Cachopo de considerables dimensiones

Alguien podría pensar que es un ejemplar pequeño, pero comparando con las púas del tenedor puede hacerse una idea del tamaño del ejemplar.

El caso es que entre haber entrenado poco, haber comido mucho y el calor que hacía, no tenía muy claro hasta donde podía llegar, así que salí con cierta precaución, sin ir a tope ni mucho menos, tratando de no morir en el intento aunque tampoco arrastrarme.

Hice las tres vueltas de rigor adelantando alguno que otro y acabé los 6,2 km oficiales en un tiempo según mi cronómetro de 26:40 a un ritmo de 4:22 min/km. El GPS marcó 6,1 km por lo que sospecho la carrera debe medir 6 km y muy poquito.

Mi amiga consiguió llegar la primera chica de la carrera por lo que subió a lo más alto del cajón y fue obsequiada con un bonito trofeo y un rico jamón. No estuvo mal la visita.

Sobre las Adidas Glide 8

Las Adidas Supernova Glide 8 han sido las peores zapatillas que he tenido. Y si no, desde luego ocupan un lugar en el pódium de las malas zapatillas. Las compré este pasado mes de julio por la nada despreciable cantidad de 84,90 €. Sí, ya sé que no son zapatillas de 150 €, pero ya 84 me parecen caras, muy caras. Las estrené el 16 de ese mismo mes y aunque ese primer día me dieron buenas sensaciones, con algo menos de 500 kilómetros ya tenían un boquete de consideración como contaba en esta entrada y como puede verse en la foto.


Un buen agujero

Y con 850 km las he tenido que tirar porque el pie casi se salía de la zapatilla al correr.


Un buen agujero perfectamente acompañado de otro agujero

Podría hacer una sesudo análisis de las zapatillas, pero como no soy ningún experto, sólo diré que son una basura y un auténtico paso atrás del modelo 7 al 8. No tengo ni idea de cómo será el 9, ni siquiera sé si lo han lanzado o piensan hacerlo, pero si siguen por ese camino, van de culo.


Y como esto no es un blog de material deportivo, decir que hoy también he salido para descargar las piernas de la carrera de ayer. Bueno, en un principio era para eso, pero luego se ha convertido en un entrenamiento duro porque hacía frío y aire y el terreno estaba muy blando, había zonas con barro, con grava suelta, con rodaduras de ruedas de tractor, charcos, con algo de lluvia… Un horror en definitiva.

El caso es que salí tranquilo por el camino del cementerio, giré a la derecha por el camino de Escalonilla a Rielves hasta llegar a la carretera que va hacia Burujón. Allí me di la vuelta, pero en vez de volver por el camino del cementerio me metí por un camino que hay junto a una casa en ruinas. Ese camino va dirección Gerindote y acaba juntándose con la carretera de Burujón.

El fallo fue meterme por ahí porque ese camino era el que estaba realmente mal y fue cuando empezó a hacer más frío y a llover un poco y eso me motivó a ir más deprisa. Como se había acabado la batería del reloj poco después de darme la vuelta, no tengo ni idea del ritmo al que iba ni tampoco exactamente lo que hice.

Calculo que hice algo más de once kilómetros y medio y a un ritmo más elevado de lo que debiera, ya que supuestamente era un día de recuperación.

Objetivo escatológico

Este fin de semana navideño me han invitado a pasar unos días de turismo rural, es decir, en casa de una amiga en su pueblo. Por supuesto, no iba a dejar las zapatillas en casa y más con el «regalo» que tenía en la suela. Así que el objetivo de hoy era simplemente correr por los caminos para dejar la moñiga allí donde pisara. Y por cierto, eso de que dicen que pisar una moñiga da suerte… Todo mentira, ayer en la lotería no me cayó ni el reintegro.

Como no tenía prisa, he salido a mediodía, esperando que el sol calentara un poco el ambiente. Como el día estaba soleado, aunque el aire era fresco, no se estaba mal. Además el dolor de garganta parece que ha remitido un poco, por lo que ha sido un entrenamiento magnífico.

He hecho sólo 8 km a un ritmo bastante llevadero ya que mañana toca carrera. He tardado 41:45 en recorrer esos 8 km a un ritmo de 5:13 min/km. Y lo más importante, después de terminar he observado con detenimiento la suela de la zapatilla y estaba perfectamente limpia. Objetivo cumplido.

I Carrera nocturna solidaria de Gerindote

Hoy he participado en Gerindote, provincia de Toledo en una carrera denominada «I Carrera Nocturna Solidaria de Gerindote». Si no me fallan las cuentas, ya ha habido en los últimos años cinco carreras de trazado y kilometraje similar, pero no logran pasar de la primera edición debido quizás a los cambios de nombre. No sé, algo raro.

Se trata de una carrera nocturna, como su propio nombre indica -comenzó a las 21:30- consistente en dar tres vueltas a un circuito de poco más de dos kilómetros. En cada vuelta hay un pequeño repecho pero de sólo 200 metros, por lo que la carrera es bastante asequible.

Fui con una amiga hasta este pueblo y allí me encontré con un conocido, así que después de recoger el dorsal y ponernos la indumentaria apropiada nos pusimos los tres a calentar aprovechando para dar una primera vuelta y de este modo examinar el recorrido, así pudimos comprobar que era muy parecido al de otros años. Poco después nos colocamos bajo el arco de salida donde no había ni cien corredores, incluso sumando a los que sólo iban a hacer la marcha solidaria.


Posando antes del comienzo de la carrera

Con tan poca gente, no hubo problemas para salir a toda pastilla, pero al poco me adelantó el conocido y me animó a que fuese con él, pero según iban pasando los metros veía que él iba sobrado y yo un poco justo, así que le decía que tirase y me dejase a mi bola, pero el seguía insistiendo en que fuese a su lado.

A poco de comenzar la segunda vuelta adelantamos a un tipo que se acopló a nuestro rebufo. A mi compañero no le hizo mucha gracia llevar un pasajero extra, así que en el ecuador de la carrera decidió apretar un poco más para no hacer la carrera al nuevo acompañante y allí nos quedamos el nuevo y yo mientras él se iba. La verdad es que agradecí que se fuera porque me llevaba demasiado forzado.

En la tercera vuelta conseguí dejar también a mi nuevo compañero y apretando los dientes conseguí llegar a meta con un tiempo de 25:31 para una distancia de poco más de 6 km. Bastante contento porque acabé con buenas sensaciones yendo más rápido que la semana pasada, aunque quizás debido a que el calor apretaba algo menos al ser nocturna. Hice la primera vuelta en 8:17, la segunda en 8:33 y la tercera en 8:41, claramente de más a menos, quizás salí demasiado deprisa tratando de seguir al conocido.

Mi amiga llegó la tercera absoluta y primera local y como los premios no eran acumulables optó por la categoría local, ya que la primera clasificada se llevaba un jamón, un regalo bastante atractivo.

Después de la carrera dieron migas y agua para los corredores y para todo el mundo que se pasara por allí. Estaban las migas realmente buenas, aunque con una cervecita hubieran estado aún más ricas.

I Carrera popular villa de Gerindote

Hoy se ha celebrado la primera edición de la que han llamado «carrera popular villa de Gerindote». El año pasado y el anterior se celebró la segunda y primera edición de la «legua urbana de Gerindote», pero este año lo han cambiado de nombre -imagino- como una manera de cortar con el pasado.

Llegamos al pueblo y nos acercamos a por el dorsal. Nos dieron el dorsal, una bonita camiseta técnica y una riñonera azul muy atractiva. Vimos que no había mucha gente por los alrededores de la plaza donde estaba instalada la meta y la salida. Un paisano me comentó que había varias carreras ese mismo día en la provincia de Toledo y que los corredores se habían repartido. El año pasado había una cantidad ingente de corredores del equipo Training Rey capitaneados por el mismo Julio Rey y su esposa Vanessa Veiga, pero este año no sé si había alguno por ahí desperdigado y desde luego a los que no vi fue al matrimonio maratoniano.

Antes de dar la salida nos hicimos una foto frente al ayuntamiento para inmortalizar el momento:

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Antes del comienzo de la carrera

Además de cambiar el nombre de la carrera, también ha cambiado el circuito y el kilometraje. Si la legua del año pasado era de dos vueltas para completar 5,5 km poco más o menos, hoy había que dar tres vueltas y hacer 6,3 km. Como el martes es la media maratón de Villaverde, a la que estoy inscrito, y no quería machacarme mucho, que luego podrían faltarme fuerzas para la media, decidí acompañar a la amiga con la que había venido hasta este pueblo.

Había muy pocos corredores, así que cuando dieron la salida nos quedamos prácticamente solos. Unos cuantos salieron como galgos hacia delante y otros pocos se quedaron por detrás. Hicimos un primer kilómetro bastante rápido y luego ya fuimos cogiendo velocidad de crucero, aunque la segunda vuelta fue algo más lenta. Ya en la tercera, mi amiga apretó de lo lindo y la hicimos a buen ritmo. Llegamos a meta con un tiempo, según el cronómetro, de 28:44 y una distancia, según el GPS, de 6,2 km.

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A punto de finalizar la segunda vuelta

Después de la carrera la organización, bastante buena, por cierto, nos obsequió con unas ricas migas y un bote de refresco o agua. Pero lo mejor es que mi amiga no sólo consiguió quedar segunda en su categoría, sino que fue la primera de las locales, por lo que fue obsequiada con un buen jamón serrano.

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Pódium de las locales

II Legua urbana de Gerindote

Acabo de regresar de Gerindote, pueblo de Toledo situado a 80 km de mi casa. En esta localidad toledana se ha celebrado la segunda edición de la Legua Urbana, prueba organizada por el ayuntamiento de Gerindote y que se incluye en el circuito de carreras populares de la diputación provincial de Toledo.

Estando en Castilla se imagina uno que la legua es una legua castellana por lo que es equivalente a 5.572,7 metros, distancia que no sé si coincide exactamente con la de la carrera, aunque imagino que muy lejos no debería andar.

Alguien puede preguntarse si tiene mucha lógica desplazarse 80 km un sábado por la tarde para correr algo más de cinco kilómetros, pero me acerqué hasta allí para acompañar a una amiga que es natural de esta población y quería hacerlo allí lo mejor posible. Y vaya si lo hizo, ya que consiguió auparse al primer puesto de su categoría, haciendo una carrera fenomenal.

Resulta curioso que en una carrera de poco más de cien participantes te encuentres con todo un recordman nacional de maratón, que no es otro que Julio Rey, que con sus 2:06:52 de 2006 todavía sigue siendo la mejor marca española de todos los tiempos. La participación femenina tampoco estaba mal, ya que participaba la esposa de Julio Rey, que no es otra que Vanessa Veiga, que no hay que olvidar fue olímpica en la distancia de maratón en los pasados JJOO de Londres y que sin ir más lejos, ganó la maratón de Madrid del año pasado. Todo un lujo de participación. Quedaba claro, ya antes de empezar, que ni yo iba a ganar a Julio Rey, ni mi amiga iba a poder con Vanessa 😉

Después de recoger el dorsal y visitar a la familia de mi amiga, nos dirigimos ya disfrazados de corredor a la plaza del pueblo donde estaban instaladas la línea de meta y la de salida. En esos momentos estaban celebrándose las carreras de los niños y me llamó la atención la cantidad de ellos que había. En cada prueba salían un montón. Resulta gratificante ver a los niños correr, ya que siempre habrá alguno que se enganche a este bonito deporte.

El circuito consta de dos vueltas y en cada una de las vueltas hay dos cuestas que aunque son cortas, son durillas. Además las dos cuestas son prácticamente seguidas. Se sube una, hay una bajada nada más subir, cincuenta metros llanos y luego la última subida que acaba casi en meta. Hicimos una vuelta de reconocimiento, luego unos estiramientos y una foto antes de empezar.

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Posando antes de la carrera

A las nueve y media, ya de noche, se dio la salida. En estas distancias cortas, ya se sabe, salir a toda pastilla y tratar de aguantar ese ritmo; sin embargo, llevo mucho tiempo sin correr deprisa y no estaba para seguir ese guión. Así que salí fuerte pero sin ir al 100% con la idea de apretar un poco, si podía, en la segunda vuelta.

Al ser tan pocos participantes, enseguida ocupa cada uno su posición, que puede variar dos o tres puestos por delante o por detrás. Ya en mi «nicho» de carrera pasamos por el kilómetro uno, que estaba indicado en el suelo. Como era de noche, no se veía, lógicamente, pero recordaba su situación de la vuelta de reconocimiento. Poco después de pasar por ese punto, cuando recordé lo del kilómetro, miré el cronómetro y vi que lo había hecho en 4:07, velocidad muy rápida para mí, pero vi que no iba demasiado forzado, por lo que continué más o menos a esa marcha.

Me acoplé detrás de un grupo donde iba un calvo que debía ser de allí, porque era muy animado por la gente, que había bastante a lo largo del recorrido y animaban bastante en general. Cuando acabamos la primera vuelta, traté de ir sólo un poco más deprisa y adelanté al calvo y fueron cayendo alguno más según pasaban los metros.

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Acabando la primera vuelta, foto cortesía de Estudio Fotográfico Santa Bárbara

Me veía fuerte en las subidas, todo lo contrario a la anterior carrera en la que participé, en las que iba fatal y era en esos puntos donde me acercaba a los que me antecedían. En la primera subida de la segunda vuelta que acerqué notablemente al grupo que iba delante, iba viendo una camiseta amarilla que me atraía como la luz a las polillas. Al acabar esa subida y la bajada posterior ya pude leer lo que ponía en la camiseta: KARATE GAMA. Ya estaba cerca.

Así, en los pocos metros llanos que hay antes de la última subida, adelanté al karateca y entonces me di cuenta que iba junto a un chaval llamado Jorge al que conocía de otras carreras como la de Mocejón de hace cuatro años. Si en esa carrera ya me piqué con él, hoy no podía ser menos y en la última cuesta empecé a apretar de lo lindo con la idea de separarme de él lo más posible. Acorté el paso y me puse a bracear como un poseso y de esta forma conseguí adelantarle. Llegando a meta, vi que había otro por delante, pero ya no fui capaz de alcanzar a este otro corredor. Después de cruzar la línea de meta paré el cronómetro y marcaba 22:28 aunque la organización dice que mi tiempo es de 22:20, ¿quién soy yo para desmentirlos si llevábamos un chip en el dorsal?

En la línea de meta te daban agua y también había fruta: sandía y manzana. En la plaza, además, habían instalado unas mesas y había una barra donde servían cerveza a todo aquel que se pasase por allí. Me tomé tres o cuatro pedazos de sandía y un par de cervezas que me vinieron de perillas para hidratarme.

Era el ayuntamiento el que había montado las mesas en la plaza porque había decidido regalar un plato de fiambre y un chusco de pan a todo aquel que quisiese, ya fuese corredor o no. Así que nos agenciamos con un platito como el de la foto y ya tuvimos la cena del sábado.

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¡Embutidos para todo el mundo!

El único problema que tuve es que en la plaza hay un montón de plátanos (no el fruto, sino el árbol de ese nombre) que son bastante alérgicos y me puse a estornudar como un campeón… y todavía sigo. Ya me he dado cuenta alguna que otra vez que cuando acabo una carrera o un entrenamiento fuerte puedo tener síntomas de alergia si hay cerca algún elemento que lo propicie.

La carrera estuvo bien, pero se les fue de las manos el tema de los coches. En algunos tramos te encontrabas coches que venían en sentido contrario, parece ser que estuvieron a punto de pillar a un corredor. Un desastre este punto, que enturbió todo lo bueno de la carrera, que no fue poco, ya que se trata de una prueba con un precio de inscripción muy razonable, de sólo 5 €, con una bolsa del corredor donde se incluía una camiseta técnica, un bote de refresco (o dos) y una pieza de fruta (o dos). Una botella de agua a mitad de recorrido, otra botella al finalizar, la fruta en meta, la cerveza y el plato de fiambre. Desde mi punto de vista la organización hubiese sido de diez si no es por el problema de los coches que es muy grave.

Fotos de la I Legua de Gerindote

Hoy me he desplazado a Gerindote con una amiga que tenía la intención de participar en la I edición de la Legua Urbana de Gerindote. Dado que no puedo correr, he pensado que podría hacer unas fotos de los corredores. Así que me he puesto manos a la obra y éste es el resultado:

Legua gerindotana
Haz clic sobre la imagen para ver la colección de fotos

Las fotos están a menor calidad que las originales y con marca de agua. Si alguien desea la foto original puede enviar un correo a correresmireligion ARROBA gmail.com y se la envío sin ningún problema lo más pronto que pueda.

La carrera en sí, no ha estado mal, aunque deberían arreglar el tema del tráfico, que en algunos cruces los coches no respetaban nada. Lo mejor, las migas del final, todo un detallazo.

Confiemos en que el año que viene se pueda celebrar la segunda edición y espero estar allí, pero de corto.