XLIV Carrera popular fiestas de la Elipa

Me animé a participar por segunda vez en esta carrera por tres motivos: el primero es porque forma parte del circuito de la Unión de Carreras de Barrio, el segundo porque me gustó la anterior vez en la que participé y el tercer motivo y principal, por ir con los compañeros del Club Atletismo Zofío a una carrera.

Esta carrera, al contrario que otras, empieza con las pruebas de los más pequeños, siendo la carrera de seniors y veteranos la última de todas. Esto hace que la carrera «grande» dé comienzo a las once de la mañana, que siendo como es verano, suele hacer calor. Y no sólo calor, con estas últimas tormentas, había también mucha humedad, un mal cóctel para correr, al menos para mí.

Quedamos a las diez menos cuarto en el punto de encuentro por lo que me dio tiempo a levantarme sin prisas y desayunar antes de llegar al punto donde ya estaban mis compañeros. Nos montamos en el coche de Emilio y nos acercó al madrileño barrio de la Elipa, donde dejamos el coche no muy lejos de la salida/meta. Fuimos andando a recoger el dorsal, lo colocamos en la camiseta y nos hicimos una foto junto al icónico dragón del barrio.

El frente de juventudes en la carrera de la Elipa

Dejamos la bolsa en el guardarropa, bebimos un trago de agua en la fuente situada junto al dragón y nos pusimos a calentar subiendo la calle Ricardo Ortiz, la misma por la que pasa la carrera nada más empezar. No quisimos hacer la calle entera para no asustar a uno de los compañeros que no conocía la siguiente subida, así que nos dimos la vuelta trotando y ya fuimos buscando nuestra posición detrás del arco de salida, aunque esa zona estaba casi vacía porque estábamos todos los corredores al otro lado de la avenida en la sombra, que ya pegaba el sol de lo lindo.

Nos encontramos con Tino, el de la carrera del árbol, con el que estuvimos charlando hasta el comienzo de la carrera. Dieron la salida, puse el cronómetro en marcha y al poco de empezar, subiendo Ricardo Ortiz, confirmé que las piernas estaban cansadas de la caminata de ayer, pero eso ya lo sabía del calentamiento y es que meterse una caminata de veinte kilómetros el día antes de una carrera no es una buena idea. Me fijé como objetivo alcanzar a un señor que corre con una camiseta de Mapoma de hace unos años. Poco a poco le fui dando alcance y un poco antes de llegar a la última bajada le adelanté.

A punto de finalizar la primera vuelta, foto cortesía de la Organización

En la segunda vuelta adelanté a dos corredores y me adelantó uno, así que iba más o menos bien, aunque más cansado que en la primera. Cuando alargaba la zancada notaba los cuádriceps muy cargados, así que hice muchos kilómetros con zancada más corta, como en las subidas. Cuando acabé la primera vuelta vi que el GPS marcaba 4,8 kilómetros, así que me animó pensar que no teníamos que hacer diez, se me hizo más llevadero aunque largo de todos modos. Cuando llegué al noveno kilómetro ya sólo quedaban 600 metros y todos cuesta abajo por lo que pensé en relajarme un poco, pero iba sintiendo pasos detrás de mí y tuve que acelerar hasta meta, llegando con un tiempo de 43:45 a un ritmo de 4:34 que lo di por bueno siendo una carrera con tanta cuesta, con tanto calor y con tanta humedad. La organización me da un tiempo neto de 43:39 debido a que tardé un tiempo en pasar por la alfombra de salida, pero cinco o seis segundos más o menos, tampoco es mucho la diferencia.

Cogí la bolsa que contenía productos de AhorraMas: agua, bebida isotónica, zumo, manzana y barrita. Bebiendo agua subí unos trescientos metros hasta la sombra de un árbol donde estuve animando a los corredores que pasaban, entre ellos Juanqui que fue el primero y al poco los demás compañeros. Luego, mientras nos hidratábamos, estuvimos un rato hablando de que había mucha humedad y hacia mucho calor y poco después nos fuimos al barrio donde Emilio nos dejó de nuevo en el punto de encuentro. ¡Muchas gracias Emilio!

Decir que por la mañana me pesé después de levantarme y hacer mis necesidades y la báscula marcaba 68,3 kg que es un peso que está muy bien, sobre todo pensando que he estado a punto de sobrepasar los setenta este verano.

Correr o esquivar

Dice el refrán «el comer y el rascar, todo es empezar» dando a entender que lo más difícil es el comienzo y que luego va todo rodado. Y esto es aplicable a lo que me ocurre cuando salgo a correr, que estoy más tiempo esquivando gente sin mascarilla que simplemente corriendo. Y es que cuando comencé a correr después del confinamiento, me resultaba difícil esquivar al personal, pero una vez que coges el truquillo sólo hay que mirar quien viene de frente y hacer un rodeo para no cruzarte demasiado cerca de él. Al final incluso resulta más entretenido que ir simplemente en línea recta.

No era mi intención salir el lunes 25 de mayo ya que había salido el día anterior, pero me convenció una amiga y salí con ella por el parque de Pradolongo. Me notaba cansado y tampoco quería forzar, así que me mantuve con ella durante todo el recorrido, haciendo un total de 8 km en un tiempo 45:09 @ 5:37 min/km.

El miércoles 27 de mayo, siguiendo el plan de días alternos, volví a salir al parque de Pradolongo. Igual que estos últimos días, hacía una temperatura bastante agradable, sobre los 20º, por lo que corrí con una camiseta de tirantes y casi sobraba. Hice tres kilómetros a ritmo tranquilo y luego apreté un poco, yendo cuatro kilómetros un poco por debajo de cinco minutos por kilómetro. Hice un total de 8 km en un tiempo de 41:54 @ 5:14 min/km.

Para no perder la costumbre, el viernes 29 de mayo también bajé al parque de Pradolongo, pero me notaba algo cansado y por ello fui bastante tranquilo durante todo el recorrido. Por algún extraño motivo al GPS se le fue la pelota e iba marcando más distancia de la cuenta. Paré el crono cuando llevaba 8,5 km en un tiempo de 46:39 @ 5:29 min/km, pero hice algo menos.

El domingo 31 de mayo bajé al Parque Lineal y fue una experiencia horrorosa, ya que había muchísima gente y muchos de ellos sin mascarilla, así que tuve que salirme en algunos tramos del camino para esquivar al personal y en otros no me quedó más remedio que cruzarme y no respetar la distancia de seguridad. Iba tan horrorizado que aceleré de lo lindo en el tramo en el que transité por el parque. Lo pasé mal, lo reconozco. Hice 10 km en un tiempo de 51:37 @ 5:09 min/km y con esta decena de kilómetros, completo la tirada más larga desde que empecé a entrenar tras el confinamiento, haciendo un total de 34,5 kilómetros en esta semana.

Antes de salir el viernes me subí a la báscula y marcaba 69,9 kg que son trescientos gramos más que la semana anterior. No es lo deseable, obviamente, pero al menos no he traspasado esa barrera de los setenta que tanto duele.

Posiciones enconadas

Esta semana es de las largas, no es que tenga más de siete días, sino que toca entrenar lunes, miércoles, viernes y domingo. Al acabar el entrenamiento del lunes 18 de mayo vi cerca del punto de encuentro a Joaquín, Andrés, Adelino y a Antonio y estuvimos hablando a distancia de la última noticia pradolonguera. Resulta que tenemos un grupo de WhatsApp supuestamente para hablar del deporte que tanto nos gusta y siempre hemos dicho que no hablemos de política… ni de fútbol. Pero como siempre, hay gente que no se puede aguantar y habla de lo que no debe. Esto ha provocado que dos personas ya se han ido del grupo por desavenencias ideológicas. Cuando empezó todo esto del virus pensé que a ser una situación que nos iba a hacer a todos un poco mejores, pero he visto que de muchos ha sacado lo peor. Las posiciones se han ido enconando entre los que están en un lado y los que están en otro, como si el virus tuviera preferencia por unos u otros. Es muy triste, en este país no tenemos remedio, ya lo vio claramente Goya cuando a principios sobre 1820 pintó el cuadro Duelo a garrotazos en el que se ha querido ver una lucha fratricida entre españoles. En aquel entonces entre liberales y absolutistas, más tarde entre progresistas y liberales y lo que dio origen a la Guerra Civil entre la izquierda y la derecha. Ahora parecemos anclados a lo ocurrido en aquel entonces, no hemos aprendido nada.

Duelo a garrotazos. Una de las pintuas negras de Goya.

Como empecé diciendo, hoy salí al parque de Pradolongo bien pertrechado con mascarilla y gafas, aunque iba algo molesto porque se me empañaban las gafas. Como hacía calor salí con camisetas de tirantes, la última de la Carrera del Zofío. Iba todo feliz cuando justo al acabar la primera vuelta y dar la curva a izquierdas para comenzar la segunda noté una molestia en el tendón de Aquiles izquierdo. De nuevo mi punto débil se dejó notar. Aún así hice 7 km en un tiempo de 37:06 @ 5:17 min/km.

Cuando llegué a casa puse un tuit diciendo que había corrido con mascarilla y que había visto mucha gente andando sin mascarilla y algunos con este chisme mal colocado: en la barbilla, colgando de una oreja, con la nariz por fuera, en la mano, etc. Parece que no gustó demasiado que llevara mascarilla al correr.

El miércoles 20 de mayo de nuevo a las 8:30 sonó el despertador y de nuevo unos minutos después de las nueve me puse en marcha. Como hay que estar en casa a las diez, tampoco se pueden hacer muchos kilómetros… o al menos esa es una buena excusa para no correr más de la cuenta. Hacía bastante calor, cosa que no me gusta nada, primero porque lo paso mal y segundo porque eso provoca que haya más gente en el parque y es que la cantidad de gente con la que te cruzas en el parque es exagerada, imagino que por el hecho de tener una franja para poder salir. Nos cruzamos con Miguel y se vino un rato conmigo. Aproveché para acelerar un poco el ritmo y pasé de 5:44 a 5:06, luego a 4:47 y terminé a 4:38. Quise acercarme a 4:30, pero vi que mis piernas no dan para más… ¿o será la mascarilla? Es cierto que incomoda un tanto, pero no creo que sea peligroso como dice alguna gente. Hice en total 8 km en un tiempo de 42:19 @ 5:17 min/km.

El viernes 22 de mayo tocó subirse a la báscula. Marcaba 69,6 kg que es algo más que la semana pasada, pero que habrá que dar por bueno, aunque tenía la esperanza de haber bajado un poco. Desde el día anterior, el Gobierno había decretado al obligatoriedad de salir con la mascarilla siempre que no se pudiera guardar la distancia de seguridad. En el parque de Pradolongo es imposible en muchos tramos respetar esa distancia, así que salí con la mascarilla. Pese a que todo el mundo debería llevarla, de nuevo me sorprendió ver gente sin mascarilla y muchos llevándola mal. Y sobre todo me llamó la atención el colectivo de los dueños de perros que casi ninguno lleva. Debe ser que ellos son inmunes o que los perros se comen los virus a bocados. Antes había que tener cuidado con que no te mordiera un perro y ahora además hay que tener cuidado con que no te contagie su dueño. Algo tremendo. Hice 8 km en un tiempo de 42:13 @ 5:16 min/km.

Pablo Fuente es un tipo al que sigo en Tweeter. Es una persona bastante inteligente y un gran investigador, que ha estudiado el tema del coronavirus de cabo a rabo. Pues bien este hombre puso un tuit con un vídeo donde se le veía corriendo con mascarilla y es alucinante leer las respuestas de la gente. De nuevo el enfrentamiento, esta vez no sé si de izquierdas o derechas, pero sí de partidarios de la mascarilla y los que no. Parece que algunas personas están deseando que alguien ponga algo para tirarse a su yugular.

Para terminar la semana, salí el domingo 24 de mayo, pero esta vez más tarde que nunca porque no oí el despertador. Cuando salí de casa ya eran las 9:20 así que mucho no pude hacer. Iba corriendo por el parque y cada vez que veía a alguien sin mascarilla me iba mosqueando cada vez más. Me decía que pasara del tema, pero no podía remediarlo, me hervía la sangre al ver a tanta gente incívica. A ver si con el pase a la fase 1, que en Madrid será efectiva el lunes 25 de mayo, la gente se va a los bares en vez de a pasear al parque, porque me tiro todo el rato haciendo slalom para esquivar a los que van «desnudos». Hice 7 km en un tiempo de 35:54 @ 5:o7 min/km.

Más pinta de atracador que de corredor

La cosa va mejorando

Acabé la primera semana de entrenamientos con las piernas muy cargadas, pero parece que estoy algo mejor de las agujetas. Hoy 12 de mayo salí a Pradolongo con mi mascarilla y comencé haciendo un par de kilómetros tranquilo para luego apretar un poco más, pero tampoco nada del otro mundo. Lo malo es que aunque esté algo mejor me molestaron un poco las rodillas. En el parque Pradolongo, había bastante gente, no tanta como el domingo, lógicamente y mucha gente llevaba mascarilla, lo que me pareció muy bien, pero muchos no la llevan o la llevan mal, que es peor. Hice 6,3 km en 34:38 @ 5:27 min/km.

El 14 de mayo fue un buen día para correr porque estaba lloviendo, pero sin mucha fuerza, lo que hizo que el entrenamiento fuera muy agradable. Estos días me estoy despertando a las 8:30 para tratar de salir a las 9:00. Hoy nada más empezar vimos a Emilio, que se volvía para casa después de su entreno en Pradolongo. Estuvimos hablando de acera a acera, para evitar los contagios. Como estaba lloviendo había muy poca gente por el parque, sólo nos encontramos corriendo con un conocido y dos o tres más. Andando vimos como una docena de personas, entre ellos algunos pradolongueros que alternan día corriendo, día andando. Daba gusto correr con tan poca gente y con esa lluvia tan agradable. Por aquello de que estaba lloviendo no llevé mascarilla. Hice 6,5 km en 35:24 @ 5:26, un entrenamiento muy parecido al del día anterior.

Algunas semanas corro cuatro días y otras, como ésta, sólo tres. Es lo que tiene correr en días alternos. Hoy sábado 16 de mayo me levanté como estos días y lo primero que hice fueron mis necesidades y luego me subí a la báscula. Marcaba 69,5 kg lo que hizo que saliera a correr con una sonrisa de oreja a oreja, ya que había bajado 400 gramos en una semana. Veremos si consigo mantener esta progresión o al menos bajar de 69 y mantenerme en los 68. Como estos días, bajé a Pradolongo bien pertrechado con mi mascarilla y mis gafas. Hice 7 km en un tiempo de 39:39 @ 5:39 min/km.

De esta forma acabo esta semana corta con las piernas menos cansadas que la semana anterior, pero con la rodilla izquierda regular, aunque no mal del todo.

Primera semana post confinamiento

Llevaba sin correr desde el 14 de marzo y hoy 4 de mayo, por fin he vuelto a salir y eso que desde un par de días antes ya se podía, pero he preferido aguantar y dejar pasar el fin de semana, porque sospechaba que las calles estarían tomadas por corredores y viandantes. Algunos corredores estaban locos por salir a correr, pero yo tampoco tenía una necesidad perentoria por salir ya que con mis ejercicios siguiendo a María Martínez me sentía físicamente bien.

Como aún en Madrid no se puede entrar en los parques, pero Pradolongo me atrae como un imán, salí en dirección a este parque, pero rodeándolo, siguiendo el circuito de la antigua Carrera de Usera, dejando el parque a la izquierda. Notaba las piernas fatal y eso que iba a un ritmo cercano a seis minutos por kilómetro. Acabó el parque y llegué hasta la calle Antonio López y por esa calle hasta el carril bici, por el que seguí hasta llegar al ramal que lleva desde la Glorieta de Cádiz hasta la M30. Ahí me di la vuelta y me di cuenta que las sensaciones eran algo mejores, por lo que aumenté un poco el ritmo, tampoco mucho, acercándome a los cinco minutos y medio. Curiosamente, en la segunda mitad del entrenamiento me encontré mejor. Acabé haciendo 7 kilómetros en un tiempo de 40:27 al tremendo ritmo de 5:47 min/km y con las piernas fatal, como si hubiese hecho una maratón. Esas sensaciones no fueron únicamente mías, en diversos foros de corredores todos los comentan, las agujetas son tremendas.

Siguiendo el plan de correr en días alternos dejé pasar el lunes y volví a salir el martes 6 de mayo. Tenía las piernas muy cargadas, no había conseguido recuperar del esfuerzo de dos días antes. Esta vez salí por el carril bici del Anillo Verde hacia Aluche, hasta llegar a los cuatro kilómetros y allí dar la vuelta hasta el inicio. El inconveniente de este recorrido es que prácticamente toda la primera parte es cuesta arriba, aunque luego todo lo subido hay que bajarlo, algo se compensa, pero como siempre digo, lo que se pierde subiendo no se gana bajando. Iría por el tercer kilómetro cuando vi una figura familiar y cuando llegué a su altura comprobé que efectivamente era el que pensaba, así que me acerqué, pero no mucho y fuimos charlando un buen rato. No iba yo muy cómodo pensando que si este hombre estuviera infectado, los virus me los comía sí o sí. Ese día hice 8 km en un tiempo de 45:35 @ 5:42 min/km. La diferencia entre la ida (cuesta arriba) con la vuelta (cuesta abajo) se nota en que para ir fuimos a 5:58 y la vuelta la hicimos en 5:25.

El viernes 8 de mayo fuimos a Pradolongo. El día antes escuché la noticia de que el alcalde iba a abrir algunos parques, aunque no los más grandes. Pradolongo no es una parque pequeño, pero tampoco es demasiado grande, así que fue uno de los afortunados. Me llamó la atención la exhuberancia de la vegetación, que en algunos sitios había crecido tanto que casi ni se veían los bancos donde sentarse, parecía como si el banco hubiera sido abducido por la hierba. Fue un placer volver a mi querido parque, pero no me gustó demasiado lo que vi porque había muchísima gente y muchos sin mascarilla. Parece que todavía al gente no se ha concienciado con el tema de las mascarillas o simplemente es que demuestran una vez más su poco civismo. Yo llevé una doble mascarilla de papel para ver si aquello funcionaba, pero sólo me duró seis kilómetros ya que al ser papel al final se deshizo, por lo que tendré que salir con una mascarilla higiénica o quirúrgica. Hicimos 8 km en un tiempo de 46:06 @ 5:45 min/km, curiosamente más lento que el día anterior del que me quejaba de la cuesta arriba. De todos modos, sigo con las piernas muy, pero que muy cargadas.

Banco abducido por la hierba en Pradolongo. Foto cortesía de Ana Otero.

Acabó la primera semana post confinamiento el domingo 10 de mayo, cuando volví de nuevo al parque Pradolongo, el cual estaba bastante lleno, mucha gente corriendo y muchos más andando. Vi a varios pradolongueros también algunos corriendo y otros andando. Salí con la idea de hacer seis kilómetros más rápidos de lo habitual y uno de enfriamiento, pero cuando llevaba tres kilómetros y medio me crucé con Miguel, que subía. Me dijo que me esperaba y volvíamos a casa los dos, así que seguí y luego a la vuelta, cerca de la escultura Tres, nos juntamos aunque manteniéndonos alejados, y subimos hacia casa. Por aquello de encontrarme con Miguel, hice sólo 5,3 km, pero como los hice a buen ritmo (5:11 min/km), me doy por satisfecho. Antes de salir me subí a la báscula y marcaba 69,9 kg lo cual me alegró sobremanera, ya que indica que me he mantenido en mi peso durante el confinamiento.

La suerte está echada

Si la semana acabó en lunes, esta semana ha empezado en martes, pero no fue ese día el elegido para comenzar los entrenamientos, sino que esperé al miércoles, por aquello de los días alternos. El miércoles 12 de febrero, el mismo día que cumplí 54 años, salí a entrenar con la amiga con la que suelo salir. Bajamos al Parque Lineal y poco después del kilómetro seis cruzamos a la margen derecha del Manzanares y volvimos hacia atrás. Llevé el Forerunner 10 que me había dado un problema la vez anterior que había sincronizado y quería ver si funcionaba bien. Completamos 12 km en un tiempo de 1:04:35 a un ritmo tranquilo de 5:23 min/km. Cuando fui a sincronizar el chisme no lo reconocía y Windows me decía que si quería formatear esa unidad. Como vi que aquello no funcionaba formateé y luego probé si funcionaba y voilà claro que lo hizo. Un buen entrenamiento en un días especial.

El viernes 14 de febrero, día de los enamorados, salí con la idea de hacer un par de kilómetros más que el día anterior y algunos a umbral. Antes de salir me subí a la báscula y marcó 69,9 kg por lo que por fin he conseguido bajar de los setenta kilos, cosa que parecía imposible. Se nota que estoy haciendo largas kilometradas… Y que me controlo un poco con la comida. Como últimamente hago, bajé al Parque Lineal y cuando llegué al kilómetro seis, después de que pitara el reloj, lo miré y vi que llevaba casi 31:40, por lo que calculé que si quería hacer veinte minutos a umbral debería parar cuando el reloj marcase 51:35. Siempre que hago los kilómetros a umbral lo hago por distancia y no por tiempo, pero hoy cambié de idea. Hice cuatro kilómetros en 4:27, 4:27, 4:26 y 4:24 y como aún no había llegado a los 51:35 seguí al mismo ritmo, calculando que tendría que hacer como medio kilómetro más, por lo que seguí rápido hasta que vi el tiempo. Objetivo cumplido. Ya aflojé y subí hacia casa más traquilo. Hice 14 km en un tiempo de 1:09:47 @ 4:59 min/km.

Acabé la semana el domingo 16 de febrero haciendo 16 kilómetros y me noté muy cansado y también algo molesto con la tripa, ya que el día anterior estuvimos de celebración y me pasé con la comida. Salí con una amiga y fuimos juntos hasta el kilómetro seis. Ahí nos separamos y traté de hacer algunos kilómetros a 4:45 , pero no pude, así que ahora toca descansar. Completé 16 km en un tiempo de 1:22:29 @ 5:09 min/km.

Kilómetros a cascoporro

Esta semana he terminado con 61 kilómetros, kilometrada con la que hacía tiempo que no castigaba a mis piernas. Como la maratón está cerca había cambiado mi plan de correr un día sí y otro no a hacerlo cuatro días a la semana, lo que implicaba hacer seguidos domingos y lunes. Así, aunque el domingo hice la media de Getafe salí el lunes para poner en práctica mi plan y al salir me noté muy cansado por lo que iba a un ritmo bastante tranquilo. Fui con una amiga a Pradolongo y dimos la primera vuelta despacio pero bien, sólo notaba cansancio en las piernas, pero pasado el kilómetro cinco empecé a notar una molestia intensa en la rodilla derecha. Hice un par de ellos más para ver si sólo era un molestia temporal, pero viendo que la cosa iba a más decidí para cuando llevaba 7 km que hice en un tiempo de 40:28 @ 5:47 min/km. No me sentó nada bien esta salida después de haber corrido el día anterior.

El miércoles 29 volví a salir y afortunadamente la rodilla no me molestó como el entrenamiento anterior, aunque algo sentía. Igual que el lunes salí con una amiga pero esta vez fuimos al Parque Lineal y en un momento dado le dije que si no fuera por la maratón no iba a estar haciendo kilómetros a lo tonto. Tanto kilómetro no puede ser bueno para la salud, de hecho aunque acabé bien la media, el lunes empecé a notar que me dolían los dedos gordos de los pies y observando el derecho, vi que había algo de morado en al uña por lo que se me acabará cayendo ahora que había vuelto a estar entera. Completé 14 km en un tiempo de 1:16:08 @ 5:26 min/km. En un principio había pensado hacer algunos kilómetros a umbral, pero me veía aún cansado de la media. Ya no recupera uno como antes.

El viernes 31 tocaba hacer 18 kilómetros y esta vez me tocó ir solo, pero antes me subí a la báscula y marcaba 70 kg justos, lo que indica que sigo bajando peso aunque menos de lo que me gustaría. Bajé al Parque Lineal como cada vez que quiero hacer tiradas largas y a diferencia de otros días, hacía más calor. Salí únicamente con una camiseta de manga larga y sudé de lo lindo, quizás también porque hubiese más humedad porque la sudoración fue exagerada. Hice tres kilómetros de calentamiento como acercamiento al parque y a partir de ese momento aceleré para ponerme a un ritmo de crucero de 4:44-4:45, cosa que mantuve bastante bien. Cuando llegué al kilómetro 15 bajé el ritmo y subí hacia Pradolongo bajando pulsaciones. Esos doce kilómetros me salieron a 4:45, perfecto. Los 18 km los hice en 1:29:12 @ 4:57 min/km. Un buen entrenamiento, aunque algo molesto de los dedos gordos de los pies.

El domingo 2 de febrero tocaba tirada larga y había quedado con mi tocayo para ir juntos, pero cuando íbamos por el kilómetro seis dijo que se encontraba mal y que me fuese solo. El día era aún más caluroso que el viernes, por lo que salí en manga corta y no pasé frío en ningún momento. El tiempo se ha vuelto loco, ya que esta época es de las más frías del año y hacía un calor de muerte. El caso es que seguí solo después de la espantada de mi compañero y fue sobre el kilómetro siete y medio cuando abandoné el Parque Lineal y me adentré en el Camino del Malecón donde fui durante un buen rato junto a las vías del tren. El terreno es más irregular y si encima te duelen los pies, no es lo más adecuado, pero seguí por allí y al poco se cumplió el kilómetro 8 donde tenía planeado hacer dos kilómetros a umbral, es decir, a un ritmo de 4:27 en mi caso. El primer kilómetro no me salió mal, lo hice en 4:28, pero el segundo me salió fatal, ya que me fui a 4:38. En mi descargo diré que el Parque Lineal es bastante llano, pero en estos dos kilómetros tuve dos ascensiones en las que me dejé fuerzas y segundos, sobre todo subiendo al puente de la Gavia. Yendo ya por el otro lado de las vías, hice un kilómetro más para llegar al kilómetro 11, que coincidía justo debajo de la M-50. Me di la vuelta y seguí a ese ritmo tranquilo hasta llegar al 12 donde de nuevo traté de ponerme a ritmo umbral, pero esta vez fracasé estrepitosamente porque me salieron a 4:41 y a 4:43 bastante alejado del objetivo. Volví ya más tranquilo hacia casa y de este modo, en un 2 del 2, completé 22 km en un tiempo 1:55:32 @ 5:15 min/km. Lo peor de todo es que empezó a molestarme el talón del pie izquierdo. Espero que no sea lo mismo que me ocurrió en el talón del pie derecho que me tuvo parado cuatro meses. Crucemos los dedos.

Como comentaba al principio, con estos cuatro entrenamientos acabo la semana con 61 kilómetros y con la convicción de que tengo que cambiar el planteamiento y olvidarme de hacer todas las semanas de cuatro días y volver al formato de un día sí y otro no por lo que haré semanas de tres días y semanas de cuatro, pero creo que mis piernas lo agradecerán.

Objetivo modesto

Fue en la media de Getafe donde por primera vez conseguí bajar de hora y media en la distancia de media maratón. Aquel 24 de enero de 2010 conseguí en esta media una marca de 1:29:18 que en aquel entonces me pareció una marca estratosférica. Desde entonces he conseguido bajar de esa barrera de los noventa minutos unas cuantas veces, pero ya no estoy como estaba. Los años y los cuatro meses que he estado parado no me han permitido coger la forma que me hubiese gustado, aunque voy poco a poco.

Las últimas cinco medias, por poner un número, han sido con marcas muy por encima de los noventa minutos. Por orden cronológico:

13-10-2019Media de Colonia1:42:06
7-4-2018Media de Madrid1:33:46
17-3-2019XV Media de Villarrobledo1:36:20
24-3-2018XIV Media de Villarrobledo1:31:34
25-2-2018Media de Latina1:33:47

¿Y cómo estoy en estos momentos? Desde luego estoy mejor que en Colonia, pero creo que peor que en la Media de Madrid, así que si todo marcha bien, espero andar por 1h35 (ritmo de 4:30), lo cual sería un buen tiempo para mí. Bajar de ese tiempo lo veo casi imposible, deberían alinearse todos los planetas habidos y por haber.

Esta semana, antes de la carrera, he hecho dos entrenamientos. Salí el martes 21 de enero al parque Pradolongo, en una jornada muy ventosa, gracias a la borrasca Gloria que ha hecho estragos en el país. De hecho, cayó una rama de gran tamaño en el camino por el que pasé, aunque tuve suerte porque cayó entre el primer paso y el segundo. Debido al airazo en algunos tramos costaba avanzar y en otros -cuando daba a favor- no se notaba nada. La idea era hacer unos kilómetros fáciles y de esta manera completé 12,3 km en un tiempo de 1:05:21 @ 5:18 min/km.

Lo mejor de todo es que antes de salir de casa marcaba la báscula 70,2 kg y me puse contento porque me voy acercando a los 69.

El jueves salí al Parque Lineal, que ya lo habían abierto después de unos días cerrados por la borrasca. Cuando salí iba muy contento porque no notaba ninguna molestia, ni en la rodilla derecha, ni en el talón, pero la alegría me duró poco porque cuando cuando subí la ligera cuesta que hay para entrar en el Parque Lineal volvió a molestarme la rodilla. Esa desagradable sensación que se tiene de que en cualquier momento puede fallar.

Esta vez salí con la idea de hacer 14 km y meter unas series a ritmo umbral, en concreto, hacer dos dos miles a 8:54. Hice seis kilómetros para calentar los músculos y me dispuse a hacer ese primer dos mil. Me salió regular porque hice 8:57 y me ocurrió lo que me suele ocurrir, que hago el primer kilómetro bien (4:27), pero luego me relajo como si ya estuviera todo hecho (4:30).

Después de ese primer dos mil hice un kilómetro de recuperación y me dispuse a hacer el segundo dos mil en el tiempo previsto. Esta segunda sí me salió bien e hice los dos kilómetros en 8:50 repartidos en 4:24 el primero y 4:26 el segundo. Después de ese segundo dos mil ya me relajé y subí hacia Pradolongo a ritmo más tranquilo. Totalicé 14 km en un tiempo de 1:09:28 @ 4:57 min/km.

Estreno de las Asics Cumulus 21

El día 5 de enero el roscón y el chocolate son los protagonistas de la mesa. Yo me lo tomé como el último atracón de las navidades y me prometí a mí mismo controlar la comida para tratar de llegar a la maratón con un peso de 68 kg poco más o menos. Es por ello que esta semana me he controlado bastante la alimentación y hoy sábado me he subido a la báscula y marcaba 70,8 kg que son kilo y medio menos que la semana anterior. Siempre he dicho que no me fío mucho de la báscula porque perder tanto peso en una semana me parece demasiado, pero bueno, es lo único que tengo para controlar el peso.

El martes, dos días después de la carrera de Yuncler salí a soltar piernas y ciertamente las notaba cansadas. Bajé al Parque Lineal acompañada de una amiga e hicimos 12 km en un tiempo de 1:05:23 a un ritmo tranquilo de 5:27. Un buen regenerativo.

El miércoles tocó descansar y el jueves tocó estrenar zapatillas. Mis compañeros de trabajo no sólo me regalaron la inscripción a la maratón, sino que también me regalaron unas zapatillas Asics modelo Cumulus 21, el modelo inmediatamente superior a las que he estado utilizando.

Asics Gel Cumulus 21

Tenía pensado hacer 14 kilómetros, de los cuales iban a ser 5 km a umbral, pero me parecían muchos kilómetros para estrenar zapatillas, de modo que pensé que si notaba molestias me volvería a casa a cambiarme las zapatillas. Con eso en mente, bajé al Parque Lineal teniendo en cuenta que según la marca obtenida en Yuncler, el ritmo umbral es de 4:27. Hice tres kilómetros de calentamiento para llegar al parque y una vez allí aumenté el ritmo durante dos kilómetros para comenzar la serie con las pulsaciones ya un poco subidas y me salió no demasiado bien ya que hice los cinco kilómetros en 4:26, 4:32, 4:32, 4:33 y 4:28. Eso sí, tenía que haber tenido en cuenta que ese ritmo umbral Jack Daniels recomienda seguirlo durante 20 minutos y si se piensa hacer más tiempo, el ritmo debe ser algo inferior. Quizás debería haberme planteado hacerlo un poquito por debajo de 4:30 y me hubiesen salido mejor. En total hice 14 km en 1:09:48 @ 4:59 min/km. Un entrenamiento durillo y una experiencia con las zapatillas muy buena. Acabé encantado.

Con mi idea de correr un día sí y otro no descansé el viernes y volví a salir el sábado. Si el día anterior había salido solo, esta vez nos dimos cita en el punto de encuentro nada menos que ocho pradolongueros, entre los cuales había dos chicas. No es fácil últimamente juntarnos tantos. Bajamos una vez más al Parque Lineal y una vez allí nos dividimos. Quique y Mariano se fueron a toda pastilla. Miguel y yo nos quedamos un poco por detrás con la idea de hacer 18 km, de los cuales 12 km a un ritmo de 4:45 y el resto se lo tomaron con más calma y decidieron hacer sólo 12 km.

Hicimos tres kilómetros de calentamiento y luego tratamos de ponernos a un ritmo crucero de 4:45 y más o menos lo conseguimos. De hecho hicimos los dos kilómetros algo más rápido perseguidos por un tipo que quería alcanzarnos. Decir que aunque los primeros kilómetros salieron a 4:45 con cierta facilidad luego tuve que ir mirando el cronómetro para no perder el ritmo. Justo lo contrario le pasó a mi compañero, que empezó algo cansado porque había entrenado el día antes y al principio le costó un poco, pero acabó fuerte, fuerte, de hecho no fui capaz de seguirlo en el último kilómetro. Salieron los 12 km en 4:43 y los 18 km totales los hicimos en 1:29:15 @ 4:57 min/km. De nuevo salí con las nuevas zapatillas y excepto que suenan un poco más que las anteriores, creo que noté menos las molestias que arrastro desde el mes de abril. Sería genial que con estas zapatillas dejaran por fin de estar ahí. Esta semana he realizado 44 kilómetros en tres días lo cual está muy bien para mí.

Vuelta a las medias de compresión

Estuve unos cuantos años utilizando medias largas de compresión para correr y medias de compresión para recuperación. Luego lo dejé y ahora he vuelto a utilizar ambas. El tiempo que los estuve utilizando fue quizás el periodo en el que menos lesiones tuve y cuando fui más deprisa. Es posible que lo de las lesiones sea por las medias, pero obviamente no iba más deprisa por esas prendas. El caso es que después del aviso en el gemelo que tuve el 7 de diciembre, después de las cuestas que hice en Parque Sur, pensé que quizás las medias de compresión me ayudarían a proteger los gemelos.

Este tipo de medias altas de compresión tienen un problema como bien me contó Nelson en su momento: la media ha de quedar un par de dedos por debajo del tendón rotuliano porque si está más arriba puede producir mucha tensión en esa zona y en la zona del poplíteo.

Si eres de pierna larga no hay problema, porque la media quedará bastante por debajo de la rodilla, pero si eres de pierna corta, como es mi caso, la solución es que la media sea más corta. ¿Y cómo soluciono esto? Pues fácil, doblando la parte de arriba de la media hacia abajo, de tal modo que quede liberada la zona del tendón rotuliano, de la misma manera de cómo se colocaban antes los futbolistas las medias de fútbol, aunque ahora las lleven algunos por encima de la rodilla.

Media de compresión doblada en la parte de arriba

Como se puede ver en la imagen, llevo doblada la media como cuatro o cinco dedos, lo suficiente para tratar de «evitar» el rotuliano y de que no se caigan.

Llevo ya unas semanas utilizando las medias de compresión y, por supuesto, hoy también he salido pertrechado con ellas. Había quedado con Miguel sobre las diez y cuarto y como últimamente hago/hacemos hemos bajado al Parque Lineal. Mi idea era hacer una tirada larga y meter kilómetros a ritmo de maratón. Según la San Silvestre vicalvareña, mi VDOT es de 46,3 y eso se corresponde con un ritmo de maratón es de 4:49.

Por lo tanto, si haciendo el circuito hasta el final son 16 km y descontando los 3 km que hay desde el punto de encuentro hasta el Parque Lineal (utilizados de calentamiento) y los 3 km de vuelta (de enfriamiento), salen 10 km que utilicé para ir a ese ritmo de 4:49. Y nos salieron clavados: 4:49, 4:51, 4:50, 4:51, 4:48, 4:46, 4:52, 4:47, 4:46 y 4:49.

En total salieron 16,4 km en un tiempo de 1:21:38 @ 4:59 min/km. Un buen entrenamiento y bien acompañado por mi tocayo. ¡Muchas gracias por la compañía!

Se me ocurrió pesarme antes de salir a entrenar para que me entraran remordimientos y no comiese tanto y la báscula me escupió 72,3 kg que es una verdadera barbaridad.