Pésimas sensaciones

Debió ser que el fin de semana corrí de mala manera o qué sé yo. El caso es que hoy a la vuelta he empezado a notar molestias en la rodilla izquierda y la pierna derecha muy tirante, demasiado tirante.

Y eso que hemos ido muy despacio tanto a la ida, que era cuesta arriba, como a la vuelta, que me han esperado mis compas. Pero he acabado fatal, muy desilusionado. Cada vez veo más lejos Mapoma.

Como el parque estaba muy embarrado y encharcado hemos ido por el carril bici hasta el metro de Alucha y vuelta y con toda la tontería he hecho 10,1 km en 1:00:35 a un ritmo de 5:59/km. Que tampoco ha sido tan lento, es que hay tropecientos semáforos y no todos están en verde.

Aliviado

Debo reconocer que el viernes me asusté un poco con el dolor de rodillas. Sin embargo, el sábado no notaba ya ninguna molestia, aunque no había corrido. La prueba definitiva era hoy y salí algo temeroso de casa después de calzarme las zapatillas. Ahora respiro aliviado porque no he tenido molestia ninguna durante el entrenamiento y eso que el comienzo era durillo al salir por el carril bici dirección Aluche… es todo subida.

Cierto es que no he ido deprisa, ya que se trataba de un rodaje tranquilo, pero cuando he forzado un poco no he notado ninguna molestia. Está claro que las series de 400 metros del jueves me dejaron algo tocadas las articulaciones, ¿será por la falta de costumbre? ¿muchas repeticiones? ¿poca recuperación? Quien sabe.

Hoy he hecho un circuito atípico, ya que no he vuelto al mismo lugar de donde he salido. He salido por el carril bici hasta Aluche, he atravesado el parque de Aluche y por el carril bici he llegado a la Casa de Campo atravesando la carretera de Extremadura. Desde allí, por caminos hasta el metro de Lago. Ha sido en total 12 km en 1:03:16 a un ritmo de 5:12. Un rodaje bastante tranquilo y necesario, aunque quizás debería haber hecho un par de kilómetros más, pero el tiempo apremiaba.

Ayer me subí a la báscula y había bajado el peso, afortunadamente. En el display se podía leer 68,3 kg, lo que me hace pensar que los 69 de la semana pasada no eran reales del todo, ¿o serán los de ésta?

Recién desayunado

Nunca me ha gustado salir a correr con la comida en la boca. Sin embargo, últimamente estoy probando a salir después de desayunar para tener reservas, sobre todo si la tirada es larga. Hoy no es que haya hecho muchos kilómetros, pero para acostumbrar al cuerpo a esta nueva experiencia. Lo cierto es que después de desayunar leche con pan con aceite y galletas, no he notado el desayuno durante la carrera, sólo algunos gases, pero no sé si producidos por el desayuno. Eso sí, si hay carrera seguiré con mi costumbre de desayunar entre dos horas y media y tres antes del comienzo de la prueba, ya que tengo comprobado que si tardo más en desayunar tengo la comida en la boca durante la carrera.

Para no variar, hoy también llovía durante el entrenamiento. Llovía con poca intensidad, pero no paraba; menos mal que hoy sólo he hecho 8,37 km (hasta un poco antes de La Caja Mágica) en 44:25 y no me he calado demasiado. Y no sólo llovía, sino que habían bajado las temperaturas y se notaba el fresco. Necesito unos guantes finos, ya.

Después de desayunar y venir de correr me he pesado. Hoy la báscula marcaba 67,1 kg, por lo que habría bajado la barrera de los nueve kilos en algo menos de cinco meses. Me parece algo increíble. Si pudiera llegar a sesenta y cinco para la maratón…

Y mañana, la media maratón de Collado Villalba, también conocida como La tragamillas, no sé porqué, sus razones tendrán… Aunque se celebra la IV edición nunca he participado en esta prueba y tengo ganas de hacerlo. Todo el mundo que ha participado me ha hablado bien aunque me han advertido que es durilla. Como curiosidad decir que es una prueba con un recorrido mixto de asfalto y caminos de tierra, que visto lo que está lloviendo, puede ser un auténtico barrizal y además, según la Agencia Estatal de Meteorología, mañana podría nevar en Collado Villalba. Tendré que abrigarme bien no sea que me quede congelado como en Fuencarral.

Tiempo en Collado Villalba
Cuota de nieve: 900. Altura de Collado Villalba: 917. Más claro agua.

Menuda suerte

Hoy ha hecho (y sigue haciendo) un día de perros: lluvia, frío y viento. Sin embargo, esta tarde ha habido un par de horas de respiro y, casualmente, han coincidido con el rato que hemos ido a entrenar.

Debido a que el parque estaba terriblemente embarrado…

Barrizal

…y que el carril bici hasta Aluche es un infierno de pasos de cebra y semáforos, hemos decidido ir por el carril bici pero en sentido contrario, hacia el Parque Lineal del Manzanares. Una vez allí, en vez de tirar directamente hacia la Caja Mágica hemos ido en el otro sentido, hemos subido a la montaña de la pelos y luego a la otra y para rematar hemos terminado yendo un poco más allá de la Caja Mágica, donde se junta el carril peatonal con el carril bici. Y desde allí, vuelta. Curiosamente han empezado a caer unas gotas cuando ya estaba acabando el entrenamiento.

En total mi cronómetro marcaba 12,13 km recién calibrado y el tiempo total ha sido de 1:09:15, lo que indica un ritmo de 5:43/km. Es decir, un ritmo ideal para recuperar las patas del fin de semana.

Recuperación

La media de Fuencarral es dura, muy dura. Te deja las piernas realmente castigadas. Hoy he salido con la idea de hacer un entrenamiento relajado y vaya si ha sido relajado, por poco no llego a casa de lo despacio que iba.

Como estaba lloviendo, igual que todo el día, he decidido subir por el carril bici hasta Aluche. Como he llegado tarde al punto de encuentro, mis compas ya habían salido e imaginado que harían lo mismo. Y, efectivamente, llegando al cruce de Avda. de los Poblados con Eugenia de Montijo me he encontrado con Macu, Joaquín y Esteban que ya se volvían. He seguido un poco más y me he encontrado con Enrique y Emilio el hombre radiactivo que volvían a toda pastilla y he pensado ¿a estos no les duelen las piernas? Como he visto que no era mi guerra he seguido hasta encontrar a Ninfa, Miguel y Emilio II que iban algo más rezagados.

Me he dado la vuelta y he ido con Ninfa, que era la que iba más tranquila, quizás la que más se castigó en las duras rampas de Fuencarral. Íbamos hablando de como es posible que siendo la cuarta mujer llegada a meta no aparezca en las clasificaciones, siendo senior y siendo las tres primeras llegadas, veteranas. Es incomprensible. He quedado en llamar mañana a Mapoma para ver qué ha podido ocurrir. Que no se me olvide que su dorsal era el 898.

Ya me voy por los cerros de Úbeda. El caso es que hoy he salido tranquilo y más tranquilo todavía he vuelto a casa. He recorrido 10,8 km en aproximadamente 1h10′. Es difícil calcular el tiempo exacto porque me he comido semáforos en rojo a cascoporro. La media es tan penosa que no se puede ni hablar de ritmo de recuperación, sino de calentamiento laaaaargo. Y tampoco es que me haya calentado mucho, que no ha parado de llover en todo el rato.

Divertidos cambios de ritmo

Hoy ha llovido otra vez en Madrid y el parque estaba muy embarrado y ¡cómo no! pésimamente iluminado. Debido a estas circunstancias, hemos optado por ir por el carril bici hasta Aluche, cosa que ya se está convirtiendo en algo habitual…

Sin embargo, esta vez en vez de ir a ritmo constante como solemos hacer hemos ido haciendo cambios de ritmo. Y ha resultado divertido porque yendo más gente te vas picando con unos y con otros y se hace más ameno. Además entre cambio y cambio vas charlando y se pasa el tiempo rápido. En total han sido 11,7 km entre la ida, la vuelta y algunas variaciones.

Normalmente es el jueves el día seleccionado para ir más rápido, pero dada la proximidad con la media de Getafe he preferido hacerlo hoy y el jueves haré un entrenamiento más suave.

He hablado con Pedro para intentar abordar la hora y media el próximo domingo. Podemos formar una dupla interesante. Hoy estoy más optimista, creo que podríamos conseguirlo.

Pisando nieve

Hoy no ha nevado, pero todavía quedaban restos de nieve. El parque de Pradolongo estaba impracticable porque la nieve se había derretido en parte y ha estado todo el día lloviendo. Así que un día más hemos por el carril bici hasta Aluche, pisando nieve a medio derretir. Al final nos va a gustar y todo eso de entrenar por el carril bici.

Ha sido un entrenamiento a ritmo muy tranquilo en los que he totalizado unos 11 km en 1h10 más o menos.

Nos libramos por los pelos

Ayer estuvo prácticamente todo el día nevando y cayendo aguanieve. Sin embargo, minutos antes de la siete de la tarde, dejó el cielo de soltar agua y pudimos realizar el entrenamiento sin mojarnos ni una gota. El hecho de que hiciese un día tan malo retrajo a unos cuantos y sólo cuatro nos dimos cita en la entrada del parque Pradolongo: los dos emilios, Quique y un servidor.

Viendo que el parque estaba impracticable por el barro decidimos partir por el carril bici hacia Aluche, repitiendo el entrenamiento del 22 de diciembre. Hoy iba a probar cuanto de exacta es la calibración que hice del cronómetro y parece que está más o menos bien. Si con el openrunner.com obtuve una distancia de algo más de 5,3 km, hoy con el cronómetro eran 5,4. Hay que tener en cuenta que en los semáforos en rojo no nos quedábamos parados y dábamos algunas vueltecillas, por lo que no es raro que salgan más metros.

Iba perfectamente pertrechado contra el frío con guantes, gorra, sudadera, camiseta de manga larga y malla larga; pero al final me sobraba la gorra, los guantes y la sudadera. Y eso que hacía frío, pero corriendo ni se notaba.

El carril bici tenía algún que otro charco, pero si te fijabas bien podías correr sin llegar a empaparte los pies. Lo que sí estaba realmente precioso era el parque de las cruces, donde la nieve había cuajado. Se veía una preciosa estampa de colores blancos y verdes. Lástima de no haber tenido una cámara para captarlo.

Según el cronómetro, que se supone perfectamente calibrado, he realizado 11,3 km entre subir a Aluche, bajar hasta el parque y terminar en casa, en un tiempo de 1h01. El tiempo se ha ido un poco de madre porque en la subida hemos cogido un montón de semáforos en rojo. Eso no pasa en el parque…

Sabía que iba a pasar

Y pasó. Hoy ha estado todo el día lloviendo. Sabía que si salía sin protegerme los pezones me iba a rozar y he salido sin ninguna protección. ¿Qué ha pasado? Que ahora me escuecen a rabiar. Y todo por no hacerme caso a mí mismo. Cuando dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra pienso que no tienen razón, que tropieza unas cuantas veces más. Espero que sea la última, por mi bien.

A eso de las seis y media estaba cayendo el diluvio universal. De hecho me planteaba si salir. Sin embargo, las nubes se han comportado y sobre las siete ya casi ni llovía. Así que impermeable y al punto de encuentro donde pensaba me iba a encontrar a uno o ninguno. Craso error, al final hemos sido tres los que nos hemos juntado para entrenar.

Como el parque estaba impracticable, hemos decidido salir por el carril bici que, al menos, tendría menos barro; aunque sí algún charco que otro como han podido comprobar nuestros pies, que han llegado ligeramente empapados.

Carril bici hasta Aluche y vuelta de nuevo a Pradolongo. Terreno ascendente en la ida (25:30) y lo contrario en la bajada (23:00). En total 58:30 para recorrer 10,6 km según openrunner.com que hubiesen sido una maravilla corriendo bajo la lluvia, pero que se han convertido en una tortura en los últimos kilómetros por las rozaduras en los pezones. Y es que no hay que olvidarse de las tiritas que ya había probado a utilizarlas y dan buen resultado.


Carril bici Pradolongo-Aluche

Gracias a los forofos del running he encontrado una foto de la carrera de Aranjuez donde aparezco dando el todo por el todo en el último kilómetro de la carrera, calculo que a unos 200 metros de la llegada. Gracias forofos.


A muerte hasta meta

Más allá de la maratón

Nunca había corrido más de 42 km y 195 m. Sin embargo, hoy me he aventurado más allá. Han sido 50 km y no he acabado tan mal como presuponía en un principio. Me he levantado a las 7:00 y entre los preparativos y demás, he salido de casa a las 7:50, dirección hacia el río, como ayer. Al volver del río, ya he hecho andando la subida hacia el 12 de Octubre, no era cuestión de quemar las naves casi antes de empezar.

En Pradolongo había dejado escondida una botella de Isostar con la que he recargado el bidón que llevaba en la riñonera y que ayer compré en el Decathlon. No me convence del todo la riñonera, pero es lo único que encontré en esa tienda. Una vez completado el circuito del río (16,4 km) he subido por el carril bici hasta el puente de la culebra (25 km), ya en la Casa de Campo, donde he parado en la fuente para hacer mi primer Isostar a base de agua y una pastilla. Una pastilla con 250 ml de agua deja el mejunje demasiado dulce, hay que echar un poco más de agua. Aprovechando las cuestas que hay después del puente de la culebra me he tomado mi primer gel, también de Isostar con sabor a plátano.

Al pasar la explanada que da a Prado del Rey me he juntado con un señor ya mayor que me ha acompañado hasta la fuente, hemos ido hablando un ratillo y se me ha hecho ameno ese trayecto. En la fuente nos hemos despedido ya que él ha tirado hacia el cerro de Garabitas y yo he continuado mi viaje por la Tapia.

He seguido mejor de lo que pensaba hasta que he llegado a la siguiente fuente, la de Casa Vacas (32 km), donde me he refrescado, bebido y he vuelto a hacer otro poco de Isostar, añadiendo una pastilla a 300 ml de agua, ahora sabe mejor. Desde allí me he puesto andar hasta la fuente de la Glorieta de Puerta Morera (35 km), donde he bebido en la fuente y me he comido el segundo gel mientras seguía andando hasta la fuente de Lago. Desde allí, animado por las triatletas que pasaban en bicicleta, he ido corriendo hasta el Zoo (39 km) donde había muchísima gente y muchos coches. Tanto gentío ha provocado que fuera por la acera, con la mala suerte que he tropezado con un bordillo y me he hecho daño en la rodilla izquierda por lo que he tenido que ir andando, ya que me dolía al correr.

Excepto la bajada que hay desde el puente del carril bici sobre la N-V hasta el Parque de Aluche, he seguido andando hasta el Parque de las Cruces donde empieza la cuesta abajo. Ahí he empezado a correr y ya no he parado hasta mi casa, aunque iba corriendo sin forzar mucho porque en cuanto aceleraba, me dolía la rodilla. La verdad es que me encontraba muy bien de piernas para llevar ya tantos kilómetros encima.

He tardado 5h55′ en recorrer los 50 km y estoy bastante contento porque pensaba que iba a tardar entre seis y siete horas. Calculo que habré andado unos 11 ó 12 km, lo que significa que 38 ó 39 km los he hecho al trote. No está nada mal. Esta semana he hecho 119 km entre andar y correr, una auténtica barbaridad para lo que acostumbro. Espero no pagar tantos kilómetros, aunque ya esta semana empiezo a disminuir kilometraje, sobre todo el fin de semana que nos vamos a Sanabria y ya veremos si puedo hacer por allí kilómetros o no.