Recuperación

La media de Fuencarral es dura, muy dura. Te deja las piernas realmente castigadas. Hoy he salido con la idea de hacer un entrenamiento relajado y vaya si ha sido relajado, por poco no llego a casa de lo despacio que iba.

Como estaba lloviendo, igual que todo el día, he decidido subir por el carril bici hasta Aluche. Como he llegado tarde al punto de encuentro, mis compas ya habían salido e imaginado que harían lo mismo. Y, efectivamente, llegando al cruce de Avda. de los Poblados con Eugenia de Montijo me he encontrado con Macu, Joaquín y Esteban que ya se volvían. He seguido un poco más y me he encontrado con Enrique y Emilio el hombre radiactivo que volvían a toda pastilla y he pensado ¿a estos no les duelen las piernas? Como he visto que no era mi guerra he seguido hasta encontrar a Ninfa, Miguel y Emilio II que iban algo más rezagados.

Me he dado la vuelta y he ido con Ninfa, que era la que iba más tranquila, quizás la que más se castigó en las duras rampas de Fuencarral. Íbamos hablando de como es posible que siendo la cuarta mujer llegada a meta no aparezca en las clasificaciones, siendo senior y siendo las tres primeras llegadas, veteranas. Es incomprensible. He quedado en llamar mañana a Mapoma para ver qué ha podido ocurrir. Que no se me olvide que su dorsal era el 898.

Ya me voy por los cerros de Úbeda. El caso es que hoy he salido tranquilo y más tranquilo todavía he vuelto a casa. He recorrido 10,8 km en aproximadamente 1h10′. Es difícil calcular el tiempo exacto porque me he comido semáforos en rojo a cascoporro. La media es tan penosa que no se puede ni hablar de ritmo de recuperación, sino de calentamiento laaaaargo. Y tampoco es que me haya calentado mucho, que no ha parado de llover en todo el rato.