Ha sido esta semana un periodo de tiempo con muchos eventos, ello ha provocado que me haya excedido con la comida y con la bebida. Hoy tocaba expiar esos excesos, por lo que he ido al río, pero haciendo el circuito completo, no como últimamente que me saltaba el último tramo.
He salido tempranito, aunque no tanto como hubiese querido, y se corre bien a esas horas porque hay mucha sombra durante el recorrido, quizás el peor trozo es el carril bici entre el parque de Pradolongo y el parque Lineal del Manzanares, pero no es mucho.
Cerca de la Caja Mágica me he cruzado con Roberto Álvarez, ganador el pasado domingo en el Trofeo San Lorenzo y ganador también en el mes de enero de la carrera de Usera, imagino que entre otras muchas. Daba gusto verlo correr, un auténtico monstruo. A ver si se me pega algo…
El circuito del río, haciendo el recorrido completo tiene una distancia de 16,1 km y lo he recorrido en 1:27:19. Me lo he tomado con mucha calma, parando en cada fuente y es que el calor apretaba de lo lindo aunque el recorrido estuviese sombreado.
Por otro lado, leo con agrado en el foro de elatleta.com que han descalificado al dorsal 451 que figuraba en la clasificación de la carrera como primer superveterano, ya que no había corrido la persona inscrita sino otro más joven. Eso implica que Emilio el hombre radiactivo se vuelve a subir al tercer puesto del cajón un año más. Tremendo lo de este hombre con casi 65 años ya.
Hoy me he subido a la báscula con más miedo que vergüenza porque sabía que había subido de peso debido a tanto exceso. Y el cacharro me lo ha dicho bien claro: has subido seiscientos gramos, ya que marcaba 68,3 kg. Después de correr me gusta volver a pesarme. Pesaba un kilo menos. Los kilos se cogen con una facilidad pasmosa y cuesta un montón perderlos. Todo lo contrario que la forma que se pierde muy fácilmente y para volver a ponerse en forma hay que trabajar mucho.
Acabo de hacer unos kilómetros con la montanguai y ahora tengo las piernas cansadas, cansadas, ya me cuesta trabajo eso de dar pedales. Aunque tampoco se puede pretender ir a tope sin entrenar la disciplina.
He ido con la bici por el camino que utilicé para entrenar los días extralargos de la maratón, sólo que he llegado más allá, hasta donde el camino vuelve a atravesar de nuevo el Manzanares, muy cerca ya de donde desemboca en el Jarama. Desde ese puente se ve al Manzanares como un verdadero río y no como un reguero que es la impresión que da cuando atraviesa la ciudad. Había en esa zona un montón de aves y sobre todo, muchas, muchas cigüeñas.
No es que sea un camino muy atractivo, pero tiene cosas curiosas como poder observar restos del Real Canal del Manzanares, como la décima esclusa y el cauce por donde iba. También se ven algunas casas situadas junto a las esclusas. A los amantes de las aves, este camino haría sus delicias porque hay a montones.
El recorrido, desde el punto de encuentro de Pradolongo ha sido de 38,4 km y he tardado 1:54:29 a una impresionante velocidad de 20,1 km/h.
¡Qué mal le sienta el agua al forerunner 405! Después de la primera vuelta, sobre el kilómetro seis, hemos parado a beber y han caído algunas gotas sobre el cacharro. Desde entonces, cada tres segundos emitía un desagradable pitido y se veía en pantallaa el mensaje Error de vuelta. El puñetero pitidito -que recordemos se producía cada tres o cuatro segundos- se iba haciendo insoportable según pasaba el tiempo. Pero al ver que seguían aumentando los kilómetros y el tiempo, no he parado el cronómetro.
Se le ha ido la pelota totalmente y no era capaz de calcular bien el ritmo. Sin embargo, al parar el cronómetro, los datos están bien. Han sido 9,7 km en 52:13 a un ritmo de 5:22/km.
Tenía pensado hacer más kilómetros porque ayer estuvimos de cumpleaños y nos pusimos bien de comer, pero al final me conformé con las dos vueltas típicas porque nos estaban esperando para ir a cenar. Habrá que hacer un día largo (algo más largo de lo normal) este fin de semana para intentar rebajar
Tal día como hoy, un 29 de julio de hace dos años, comencé a publicar un blog con mis entrenamientos, en vez de utilizar lápiz y papel como venía haciendo. Para ello utilicé un ordenador algo antiguo para montar el invento, en un principio sin visibilidad a internet, sólo de uso interno.
El primer gestor de blogs que utilicé fue Blosxom. Este gestor de blogs es realmente sencillo, sólo hay que crear un archivo de texto y colocarlo en un determinado directorio de la máquina donde se va a publicar el blog. Lo cierto es que empecé con el blog para enredar un poco e introducirme en este tema que no había tocado hasta entonces.
Después de unos meses utilizando este sistema, decidí probar algo más moderno y sofisticado. Me decidí por WordPress y en enero de 2009, aprovechando las vacaciones navideñas monté en el viejo ordenador este nuevo software. Migré lo que tenía en Blosxom al nuevo sistema y aunque fue bastante automatizado tuve que editar a mano todos los artículos por problemas con los acentos y algún otro carácter.
Aunque seguía estando hospedado en el servidor interno, decidí dar visibilidad de cara a internet utilizando la ADSL de casa y el servicio ofrecido por NoIP.
Poco después, en el mes de febrero, utilicé el servicio de blogs que ofrece WordPress para que el blog tuviera más visibilidad aún. Y así es como estoy ahora y como has llegado aquí.
He estado manteniendo los dos blogs, aunque últimamente el blog original está un poco abandonado y es que no logro meter mano al router de Telefónica…
Y si llevo dos años, al menos tendré que aguantar otros dos años más. Y luego cuatro más y luego… ¿hace falta que eche mano al sistema de numeración binario?
Nunca he sido muy de banderas, todo sea dicho de paso, pero sí es cierto que en este país tenemos cierto complejo sobre este asunto. El martes en el entrenamiento íbamos hablando sobre la bandera de España y algunos opinaban que llevar la bandera de España era cosa de fachas ya que la insignia es rojigualda igual que la bandera franquista al contrario que la bandera republicana que tenía la franja morada.
En este artículo de la wikipedia hablan sobre la historia de la bandera y la rojigualda existe ¡¡¡desde 1785!!! que empezó a utilizarse en los barcos y fue poco a poco extendiéndose y en 1908 fue declarada oficialmente bandera nacional.
Según este artículo, no parece que Franco haya sido el inventor. Sin embargo, en este país somos así. Quizás lo suyo hubiese sido que en la transición hubiesen pensado en una nueva bandera, quizás toda verde o toda azul o como fuese, pero seguro que alguno también estaría disconforme. Y es que nunca llueve a gusto de todos.
¡Uf! Menuda charla he dado sin venir a cuento. Y todo para decir que he salido a entrenar hoy miércoles porque mañana jueves no voy a salir y eso que el 29 de julio es un día importante para este blog, porque cumple añitos.
He dado dos vueltas a Pradolongo, una al circuito antiguo y otra al moderno y había una sequedad terrible en el ambiente, consecuencia principalmente del calorazo que hacía. En total poco más de 10 km en un tiempo de 52:38 a un ritmo tranquilo de 5:14/km.
Hoy me dolía el tendón izquierdo, al contrario que el martes que me dolía el derecho. Curioso, muy curioso.
Cada vez se ven más corredores con GPS integrado en el cronómetro de pulsera. Garmin se está forrando a vender chismes de éstos a troche y moche.
Cada vez hay más gente que reprocha a las organizaciones de carreras que la distancia no está bien medida porque no coincide con su GPS, pero hay que tener en cuenta muchos factores de porqué no coincide la distancia real con la medida con el GPS.
Y es que para que un GPS mida con una precisión aceptable tiene que poder ver al menos cuatro satélites. Y digo «ver» no en sentido figurado sino porque los satélites tienen que estar en el campo de visión del receptor GPS, es por eso que no funcionan bajo techo o funcionan de aquellas maneras. Normalmente, en campo abierto no hay problemas porque suele haber siete u ocho satélites en el campo de visión, aunque el receptor GPS sólo utilice cuatro, descartando el resto.
En esta web se puede ver cómo funciona el GPS. Está muy bien explicado, aunque se puede encontrar información a patadas en internet. Al final llega a la conclusión que puede haber errores por varios factores:
Señal multirruta, producida por el rebote de la señal en edificios y montañas cercanos.
Errores de orbitales, donde los datos de la órbita del satélite no son completamente precisos.
Número de satélites visibles.
Geometría de los satélites visibles.
Errores locales en el reloj del GPS.
Resumiendo, que en un GPS normalito, el error es de 15 metros. Después de unos meses con el forerunner 405, calculo que tiene un margen de error cercano al 1,5%.
Viene esto a cuento porque en el Trofeo San Lorenzo celebrado el pasado domingo mucha gente decía que la carrera era de 11 km porque así lo decía su GPS y no 10,6 km como decía la organización. Yo creo que ni medía los 10,6 ni medía los 11 km, ya que nadie tenía en cuenta el margen de error del aparato. Contando ese 1,5% de error, quizás la distancia más aproximada sea de 10,8 km, pero tampoco tengo la certeza.
Pues eso, que con esta fuente de errores en la muñeca he salido a hacer unos kilómetros y compartir con los compañeros la experiencia de la carrera. Unos dicen que sufrieron (los que fueron a tope), otros que no (los que se lo tomaron con más calma), pero coinciden que es una bonita carrera y un digno colofón a esta primera parte de la temporada.
Como ocurrió en la maratón, a Emilio le han vuelto a hacer trampas y aunque en la clasificación aparece cuarto, en realidad fue tercero porque el primero de su categoría no corrió y cedió dorsal y chip a otra persona que hizo un buen tiempo. Es increíble lo tramposa que puede ser la gente queriendo o no. Así que el hombre radiactivo de nuevo en el pódium en esta carrera, igual que el año pasado.
Hablando de eso y de las banderas se fueron consumiendo los kilómetros y ninguno de mis acompañantes tenía ganas de acelerar, por lo que puse yo a tirar un poco, sólo un poco más, aunque en la última recta sí apreté para ver como respondía el tendón. Tardamos 51:54 en recorrer 9,7 km a un ritmo de 5:20/km.
Hoy se ha celebrado la XXVIII edición del Trofeo San Lorenzo cuya salida y meta están situadas en el barrio de Embajadores, distrito Centro, Madrid. Sin embargo, a cualquiera que preguntes no te dirá que esta zona se trata del barrio de Embajadores, sino el de Lavapiés y es que esta plaza ha acabado dando nombre a una parte del barrio.
Se trata de una carrera organizada por la Agrupación Recreativa Argumosa a los que hay que agradecer su buena disposición para luchar contra el ayuntamiento todos los años para sacar adelante la carrera. A pesar de su modestia, la organización es brillante. El único pero que encuentro es que la medición de los kilómetros me pareció muy inexacta. Tampoco importa mucho ya que se trata de una prueba de 10,6 km y la marca realizada no tiene ninguna utilidad práctica. El caso es que el forerunner marcó casi 11 km, por lo que, contando con el margen de error, calculo que la distancia sería algo superior a los 10,8 km.
En un principio, la carrera iba a comenzar a las nueve de la mañana, sin embargo, en los últimos días anunciaron que retrasaban la salida media hora. Es de agradecer dormir media hora más un domingo, aunque en esta época canicular esa media hora puede suponer un calor excesivo. Sin embargo hubo suerte, el calor no apretó en exceso y casi todo el recorrido estaba sombreado.
Un nutrido grupo de pradolongueros nos desplazamos al barrio de Lavapiés dispuestos a participar en la carrera. Unos pensaban en subir al pódium, otros nos conformábamos con acabar la carrera. En el ambiente se notaba que esta carrera echaba el cerrojazo a la temporada. El que más o el que menos descansa un poco en este mes de agosto para volver con las pilas cargadas en septiembre.
Pradolongueros en San Lorenzo
Como ando algo tocado en los tendones, decidí salir con una amiga para ver si conseguía alcanzar algún lugar en el pódium. Sin embargo, la carrera se hizo muy dura y al final sólo consiguió ser séptima de su categoría. No conocía la carrera y parecía que el único obstáculo era la cuesta de San Vicente, pero todo el recorrido está jalonado de cuestas que te acaban machacando las piernas.
Sin tener en cuenta este pequeño obstáculo, la carrera está muy bien porque pasa por sitios bonitos de ver como la Puerta de Toledo, el Palacio de Oriente, la Catedral de la Almudena, la Basílica de San Francisco el Grande, Puerta del Sol, Cibeles y la fuente de Neptuno. Bien es cierto que cuando vas corriendo tampoco es que te fijes mucho…
Aparte de la «monumentalidad» de los sitios de paso, la carrera merece la pena por la gran organización. Muchas carreras de más nombre deben dejar de mirarse el ombligo y aprender de carreras más modestas. Un detalle que viene de perillas al corredor con este calor es el avituallamiento líquido; la organización instaló dos puntos de agua. Sobre todo el primero lo agradecí sobremanera porque salí con la boca seca, seca. La exquisitez del detalle es que el agua estaba fresquita. En el segundo puesto de avituallamiento, el agua estaba ya calentorra, pero no se puede pedir todo.
Después de pasar la línea de meta y entregar el chip te daban la bolsa del corredor con una camiseta verde fosforito, una medalla, una bolsa de patatas fritas, un refresco y agua. Eché de menos una cervecita, ya que el día anterior invitaban a un birra a los que retiraran el dorsal. Todo un detalle. El precio de la inscripción fue de 8 € que entra casi dentro de lo normal… si es que puede considerarse normal ya esos precios.
Según los datos del forerunner la distancia fue de 10,9 km y el tiempo realizado: 54:05 que difiere unos segundos del oficial dado por la organización que no es otro que 54:08. Lo más curioso es que a mi amiga le asignan un tiempo de 54:10 cuando entró delante de mí. Guardo una copia de la clasificación oficial en este enlace.
Llegada Trofeo San Lorenzo, foto cortesía de la organización
De todos los pradolongueros que fuimos, sólo Ninfa consiguió subirse al cajón, los demás se quedaron con la miel en los labios, sobre todo Emilio el hombre radiactivo que quedó cuarto.
Para terminar y aunque no venga mucho a cuento con la crónica, dejar constancia del peso. El sábado subí a la báscula y marcaba 67,7 kg. Parece que me mantengo en la parte alta de los sesenta y siete. No está nada mal. Firmaría por seguir así in saecula saeculorum.
El miércoles quedé con Ninfa y Miguel para ir a reconocer las cuestas del Trofeo San Lorenzo, que se va a celebrar el domingo. Sin embargo, por la tarde me enteré que íbamos a ir al cine, por lo que tuve que adelantar mi hora de entrenamiento y no pude salir con ellos. Soy un mal queda y es que sólo a mí se me ocurre concertar una cita sin haber consultado antes con la superioridad.
Como salí solo, fui a Parque Sur para variar un poco y no hacerlo siempre en el mismo sitio. He acabado bastante contento porque apenas he tenido molestias en los tendones. A ver si es verdad y la cosa no va a mayores. También es cierto que no fuerzo en absoluto, porque en cuento veo un menos atisbo de molestia bajo el ritmo.
Totalicé 9 km en un tiempo de 46:10 a un ritmo de 5:07/km que está bien para ir frenándome.
Estos días he estado pensando en correr al menos una carrera en cada mes de año, cosa que nunca he hecho. Ya sé que es un reto algo tonto, pero motiva. Lo más difícil es compaginarlo con las vacaciones, pero ya he echado el ojo a un par de carreras que se celebran el 29 de agosto. Una de ellas es la media maratón Montes de Toledo y otra es la carrera popular Las Lagunas en Villafranca de los Caballeros. En septiembre tengo intenciones de correr en Torrijos, en noviembre en Rivas, en diciembre el trofeo Akiles, Aranjuez y San Silvestre y sólo falta alguna carrera en el mes de octubre. Ésta podría ser la carrera de San Nicasio.
Hoy me ha tocado correr ya que ayer no pude. He salido algo pasadas las ocho cuando el calor ya no apretaba y se podía correr decentemente. He ido solo durante todo el recorrido ya que no es un día habitual, pero al final me he encontrado con Ninfa y mi tocayo que parece entrenan en secreto. Bueno, Ninfa me dijo el otro día que ha vuelto a las andadas y que entrena ¡¡¡todos los días de la semana!!! A mí ya me parece mucho entrenar cinco días, no quiero ni pensar en entrenar siete.
Pues eso, que iba yo solo pensando en mis tonterías y notaba que los tendones no iban mal del todo. Y eso que el martes pasé un día algo molesto. Curiosamente, el derecho iba perfecto y el izquierdo molestaba algo, sobre todo cuando alargaba la zancada. En los últimos tres kilómetros he apretado un poco el ritmo con zancada corta para comprobar si el tendón seguía molestando y ¡funcionaba el asunto! Conclusión: zancada corta, tendón sufre menos. Habrá que tomarlo en cuenta.
En las cuestas arriba, como la zancada se acorta por la pendiente, iba bastante cómodo y eso que me había hecho la idea de que iba a sufrir más. Pues nada, habrá que correr carreras sólo cuesta arriba; pero no hay de esas, cuando hay tramos cuesta arriba luego toca bajarlos. Ahora que recuerdo, antes se celebraba la subida al puerto de los Leones (mejor llamado puerto del León) y eso sí que era todo cuesta arriba desde Guadarrama. Nunca he participado en esa carrera, pero sí he subido en un entrenamiento el puerto y es duro, bastante duro, sobre todo algún tramo al 11%.
Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, el día 8 de agosto, es decir, a la vuelta de la esquina, hay una carrera en Guadarrama. Se trata de la XXXI edición de la Pedestre de Guadarrama. No se sube el puerto de los Leones, pero sí el puerto de la Serranilla. Este puerto está considerado de tercera categoría en la carrera ciclista «Clásica de los puertos de Guadarrama», o sea, que algo durillo debe ser.
Me estoy yendo por los cerros de Úbeda. Todo para decir que he dado dos vueltas a Pradolongo, una al circuito viejo y otra al nuevo y esos 10 km los he recorrido en 51:30 a un ritmo de 5:08/km. Lo más destacado de la jornada es que han vuelto a poner el grifo en la fuente que está situada en la plaza donde está la fuente ornamental más grande del parque. Todo un detalle porque el agua sale fresquita, fresquita. Así que he terminado allí.
Comentaba la semana pasada que iba a rebajar los cuatro días de carrera a pie a tres y cambiar ese día por la bici. Sin embargo me da pereza volver a montarme en la bicicleta y no sé muy bien porqué. Pero el caso es que hoy tenía la oportunidad y no me apetecía nada, así que he vuelto a calzarme las zapatillas y he salido a correr a pie. Lo cierto es que si sales a pie y haces una hora de carrera, haces un ejercicio interesante. Si esa hora la gastas encima de una bicicleta, el ejercicio no es tanto.
Utilizando esta bonita calculadora de calorías, se puede ver el consumo aproximado de calorías para un peso y un tiempo determinado. Por ejemplo utilizando un peso de 68 kg y una hora de ejercicio, a un nivel de exigencia similar -según mi experiencia- tanto a pie como en bici, una carrera a pie a un ritmo de 5:00/km supone un consumo de 899 Kcal. Esa hora de ejercicio sobre una bicicleta a una velocidad entre 20 y 30 km/hora supone un consumo de 730 Kcal.
Esto demuestra que si quieres perder unos kilos, mejor correr a pie que en bici siempre que el tiempo durante el que se realiza el ejercicio sea el mismo. Pero lo normal es que una salida en bici supone estar más de una hora dando pedales, mientras que una salida típica a pie no suele llegar a una hora, por lo que si el tiempo no importa, mejor la bici para moldear la figura.
La verdad es que estas disquisiciones no vienen a cuento, se me han ocurrido sobre la marcha, para rellenar un poco 😉 pero pueden ser interesantes para alguien que esté en la tesitura de hacer una cosa u otra.
Hoy he dado unas vueltas a Parque Sur, haciendo una variante con la idea de que la vuelta fuese algo más larga de los 3 km habituales. La variante ha consistido en hacer una vuelta en la parte de arriba del parque, la zona más llana. Con esta pequeña variación la vuelta consta de 4,3 km.
Ahora que lo pienso, esto resta dureza al circuito que es lo que más diferencia a este parque con el de Pradolongo, o sea, que tampoco es que sea una buena idea.
He dado dos vueltas a este nuevo circuito y una vuelta en la parte baja, totalizando 9,8 km en un tiempo de 50:52, por lo que el ritmo ha sido de 5:10/km. Un ritmo algo más rápido que ayer, pero menos kilómetros.
Ayer me pesé antes y después del ejercicio. La diferencia de peso fue de 1,2 kg. Me parece mucho, por lo que hoy he vuelto a repetir la jugada y la báscula marcaba 67,8 kg antes y 67,2 kg después. Esto ya me lo creo más, es una diferencia más «normal».