Cambios de ritmo en grupo

Estaba casi convencido que existía una entrada con este mismo título… pero me he colado. Es la segunda vez que participo en un entrenamiento de este tipo y pensaba que aquella primera vez ya había dejado constancia de ello. Y lo dejé, pero aquel día titulé la entrada Fartlek en grupo y esta vez lo he castellanizado y eso de fartlek lo he traducido por cambios de ritmo. Curiosa la manía que tenemos de llamar con nombres en otros idiomas cuando existe un término igual o muy semejante en castellano… aunque algún purista me podría decir que no es lo mismo una cosa que otra.

Hoy hemos salido por el camino de estos días, hacia la carretera que va a Mojácar, pasando por una gravera. Al llegar a la carretera, vuelta por donde habíamos venido hasta llegar a la carretera que va de Mojácar a Garrucha. En ese punto, tiramos hacia Garrucha por la carretera que va paralela a la playa. Llegando a Garrucha, al llegar al castillo o fortificación que hay en la entrada de esta localidad, vuelta atrás hacia Mojácar, alternando el andén de la carretera y el terreno que discurre entre la carretera y la playa.

Íbamos tres, pero sólo hemos hecho seis cambios de ritmo porque la fémina del grupo decía que ya no podía más, muy probablemente debido a que su primer cambio ha sido brutal: muy deprisa y mucho tiempo. Luego lo ha pagado. Aún así, los cambios no han estado mal ya que hemos bajado de cuatro en todos.

Entre unas cosas y otras hemos completado 9 km en un tiempo de 47:35 @ 5:17 min/km.

En estos entrenamientos por Mojácar según nos vamos acercando a la carretera se puede ver el pueblo a lo lejos desde el norte y aunque podría pensarse que es un pueblo bonito, en lo alto de la montaña, la verdad es que hay un par de edificios enooooooormes que lo estropean. No sé cómo han permitido construir semejantes engendros; por el contrario, si te acercas desde la playa, la vista desde el este no está mal, no se aprecia el desaguisado.

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Mojácar en lo alto de la montaña

Zapatillas marcadas

Es curioso, pero resulta que he venido de vacaciones con un pibe que tiene unas zapatillas idénticas a las mías. Y no sólo eso, es que además utiliza el mismo número. Así que había que distinguir unas de otras y se me ha ocurrido marcarlas. Han quedado de aquesta guisa:

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Zapatillas marcadas

Como soy un tipo internacional, para los que no entiendan el idioma de Cervantes y sí conozcan el idioma de Shakespeare, he marcado la otra en este idioma. Después me he dado cuenta que ambas leyendas están en el interior de la zapatilla, por lo que no lo van a poder leer ni los unos ni los otros.

Y hablando de estos dos. Se dice que ambos escritores murieron el mismo día, el 23 de abril de 1616, pero no es cierto. Parece casi seguro que Cervantes falleció el 22, pero fue enterrado 23 de abril del calendario gregoriano; sin embargo, el inglés falleció también el 23 de abril, pero del calendario juliano, ya que la pérfida Albión aún no había adoptado el calendario propuesto por el Papa Gregorio XII. Por lo tanto, Shakespeare falleció realmente el 3 de mayo del calendario gregoriano, diez días después.

El caso es que me ha gustado esta idea de marcar las zapas. A partir de ahora, cuando me compre unas, no sólo miraré si mi pie está cómodo, también miraré si puedo escribir mi firma en ellas.

Ayer salí e hice poco kilómetros porque tenía pensado salir hoy y no me gusta salir dos días seguidos por la puñetera rodilla, porque me duele; sin embargo sabía que si entrenaba hoy lo iba a hacer acompañado así que me apetecía la idea. No obstante, me gustara o no, la rodilla me molestaba, sobre todo al comienzo, aunque luego hemos aumentado un poco el ritmo e iba mejor.

Han sido en total 9 km en 47:12 @ 5:15 min/km.

Con el entrenamiento de hoy cierro una semana pobre en entrenos, ya que sólo he entrenado hoy y ayer, pero como ha sido por una buena causa… bien está.

El primer baño

Llevaba todo el año sin haberme metido en una piscina, río, mar o similar. El único agua que me ha caído encima ha sido el de la ducha o el de la lluvia. Ya iba siendo hora de remojarme un poco. Hoy, a eso de las diez de la mañana, he salido a correr poco cosa, sólo 7 km y al terminar, un rico baño, que sienta de maravilla después de correr.

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Primer baño de la temporada

Llevaba toda la semana sin calzarme las zapatillas y ya andaba como león enjaulado, así que esta mañana no podía esperar más. Tantas ganas tenía que he salido a ritmo vivo. Aunque el Garmin dice que 4:39 no ha sido tan rápido, aunque es cierto que iba demasiado rápido para ser el primer kilómetro. Bueno, también ayudaba que era terreno favorable.

Salí dirección Garrucha, pero después de pasar el desvío al campo de fútbol me metí por un camino que salía a la izquierda. En un principio era un camino asfaltado, aunque en mal estado, pero al poco se convertía en tierra y arena. Ese camino va rodeando una pequeña montaña y se dirige hacia Mojácar, hasta llegar a una carretera, pero por debajo. El camino se bifurca en ese punto y por debajo de la carretera se puede ir hacia el pueblo o hacia Turre o incluso hacia Garrucha.

Elegí hacia Turre y poco después llegué al kilómetro 3,5 km donde me di la vuelta para volver por el mismo camino. No quería hacer mucho que mañana me apetece también salir. Así que en total han sido 7 km en un tiempo de 34:21 @ 4:54 min/km.

Las barritas del San Marcos

San Martín de la Vega es un enclave ciclístico para todos los aficionados a la bicicleta del sur de Madrid. El hecho de que exista un carril bici que lleva desde Villaverde hasta esta localidad hace que muchos ciclistas pasen por allí. Resulta de lo más habitual partir de Madrid, llegar a San Martín y desde allí tirar hacia Morata subiendo por la Cuesta Nueva o tirar hacia el puente de Arganda y desde allí hacia Chichón o Arganda. Aunque lo más habitual es ir hacia Ciempozuelos y desde allí hacia Aranjuez o Titulcia. La verdad es que da mucho juego.

Pues bien, si San Martín es un lugar habitual de ciclistas, la churrería San Marcos es el punto de encuentro por excelencia de éstos. Es de lo más normal parar allí a repostar y encontrarse con unas cuantas decenas de ciclistas. Unos simplemente llenando «la cacharra» de la fuente y otros disfrutando de las excelencias de la churrería. Destaca sobre todo las porras y churros, de tamaño «king size», pero dado que lo mío no es este tipo de excelencias culinarias, prefiero las barritas con aceite y tomate. Pero ojo, también son de tamaño «king size» por lo que si no eres de mucho comer, es mejor pedir sólo media barrita que es más de lo que te dan en otros sitos como barrita entera.

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La foto no hace justicia al tamaño real de los trozos de pan

Todo esto viene a cuento para decir que de vez en cuando paro en San Martín, en la churrería San Marcos, a reponer fuerzas y hoy no ha sido la excepción. Salí solo por primera vez este año y no tenía intención de gastar muchas fuerzas, que mañana hay carrera pedestre; sin embargo, al final te vas picando con unos y con otros. A unos vas buscando su rueda y le das algún relevo. A otros tratas de superarlos para demostrar «lo bueno que eres» y a otros por mucho que des pedales te das cuenta de que bueno nada, que te dan cien vueltas. De todo me ha pasado en el día de hoy. Y, por supuesto, lo que no puede faltar es el aire en contra que suele molestar en los tramos que menos debiera. Esta vez soplaba fuerte cuando subía la cuesta de la Radio o la Cementera como lo conocen otros. De todas formas, aunque lo pasé mal en esa subida, no me puedo quejar, que en el último tramo, desde San Martín hasta Madrid lo tuve a favor.

Había calculado a ojo, antes de salir, algo menos, pero hice 81 km en tres horas justas, por lo que salió una media de 27 km/h que teniendo en cuenta las paradas en los semáforos, no está mal. Quizás demasiado deprisa teniendo en cuenta lo que me espera mañana.

Me hubiese gustado que fuese por la tarde

Hoy he salido a correr por la mañana. No es un día festivo. Tampoco estoy de vacaciones. La razón es que mi madre está en el hospital porque ayer la operaron de la cadera. Así que he salido pronto a correr y rápido para el hospital a sustituir a mi hermana y quedarme allí todo el día para pasar la noche con ella.

He salido solo, ya que mis compañeros sí salían por la tarde y me he bajado al río, que llevaba bastante tiempo sin ir y la verdad es que resulta un circuito muy agradable, sobre todo ahora por la mañana que la temperatura es, por lo menos, diez grados más baja. Y yendo por la sombra de los árboles, mucho más.

Aunque llevaba algo deprisa, la verdad es que tampoco tenía las piernas para apretar mucho, por lo que he ido a un ritmo intermedio, sobre los cinco minutos el kilómetro. Intermedio para mí, que para algunos les parecerá deprisa y otros opinarán que es un simple regenerativo.

Pero bueno, tan feliz que iba pensando lo bueno que es el correr como válvula de escape. Cuando tengas la cabeza a punto de estallar: sal a correr o haz algún tipo de actividad física. Es increíble los resultados.

Tampoco era cuestión de hacer muchos kilómetros, que no estoy preparando nada, por lo que he realizado únicamente 12 km en un tiempo de 1:02:00 @ 5:10 min/km. Curiosamente el tiempo no coincide con el que marca el cronómetro que es de 1:01:55. NPI.

Hoy me he subido a la báscula y marcaba 68,7 kg, bajando de 69. A ver lo que dura, que las vacaciones están cerca.

El calor no nos amedrenta

Sí, reconozco que el título de esta entrada tiene truco. El verbo amedrentar siempre me ha gustado y eso que prácticamente no lo utilizo y cuando lo hago, la mitad de las veces lo digo mal. ¿Alguien es capaz de conjugar, sin temor a equivocarse, por ejemplo, el presente de subjuntivo de este verbo?

No tengo claro cual es el motivo por el que me atrae esta palabra, pero resulta de un sonoridad impactante. Quizás por eso o quizás porque me trae a la memoria palabras de mi infancia que ya casi ni utilizo: riostre, troje, albañal, fanega, desollón, celemín, jalbegar, raña, badila, etc.

Bueno, a lo que iba, hoy hemos salido ya en plena canícula que parece que ha venido ya para quedarse, aunque lo mismo pensaba la semana pasada y menuda chupa de agua nos cayó el sábado… Pues eso, que ni el calorazo que hacía nos ha amedrentado (obsérvese que bien utilizado el verbo) y hemos corrido como galgos.

He llegado tarde y cuando no llevaba ni un kilómetro me he encontrado con mis compañeros que ya llevaban casi kilómetro y medio, así que me he enganchado a ellos y me he ahorrado quinientos metros, que nunca viene mal.

Después de una primera vuelta relativamente tranquila, luego hemos apretado (sin que nos amedrentara el calor) y hemos empezado a bajar los tiempos por kilómetro: 4:55, 4:43, 4:31 y 4:30. Perfectamente preparados para el Trofeo de San Lorenzo del próximo domingo. En total han sido 8,6 km en 45:29 @ 5:15 min/km.

Moviendo el plato grande

El sábado voy a participar en el GPCC y seguro que voy a ir más deprisa de lo que voy habitualmente, así que hoy he salido con la idea de ir bastantes kilómetros con el plato grande. Sí, tengo claro que ir con plato grande y piñón grande es igual que ir con plato pequeño y piñones más pequeños, pero hay algo psicológico en llevar «la tortilla». Podía ir con el 50×19 y sería prácticamente lo mismo que llevar 39×15, pero no es lo mismo.

Ayer hacía calor, pues hoy más. Mira que en la bici se nota menos, pero pegaba el sol de lo lindo. Además pocas sombras hay por el camino, sólo a la vuelta cuando se sube la Marañosa se va al abrigo de los pinos, que por cierto, olían que daba gusto.

Un entrenamiento sin mucha historia. Ida hasta San Martín, parada a que mi compañera se comiese una barrita y vuelta por el mismo sitio. En total algo más de de 54 km a un ritmo de 24 km/h que no está mal teniendo en cuenta las paradas en los semáforos. Y calor, mucho calor, unos 38º durante el entrenamiento.

Me siento preparado para el Gran Premio Canal de Castilla.

Se nota que es verano

Se nota que es verano porque hoy hacía un calor de mil diablos y además había pocos corredores en el punto de encuentro. Sólo éramos tres: los dos jotas y un servidor. Joaquín venía con ganas de dar a la zapatilla así que salimos lentos, pero fuimos progresando cada kilómetro.

Debido al calor, paramos a beber en la primera vuelta (cerca del primer kilómetro) y en la segunda, sobre el cinco y medio. Jesús aprovechó esa parada técnica para ir separándose de nosotros astutamente. Nos tocó apretar de lo lindo para ponernos a su altura y desde entonces, tratar de mantener un ritmo entre 4:20 y 4:25.

Aunque habíamos bebido hacía nada, antes de llegar al kilómetro siete ya estaba otra vez con la boca seca, pero parece que ahora el calor me afecta menos que antes, no iba demasiado mal para la chicharrera que hacía.

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Treinta y cinco grados para correr, ¡casi nada!

No estuvieron mal esos cuatro kilómetros, que hicimos a 4:24, 4:22, 4:24 y 4:20. Después, enfriar trotando hasta la fuente.

En total fueron 9,4 km en 47:21 @ 5:04 min/km.

Zapatitos nuevos

Estaba claro después del reventón del miércoles que tenía que cambiar las cubiertas de la bici, al menos la trasera. Lo cierto es que no hubiese hecho falta que reventase, porque ya me había dado cuenta que estaba mal. Así que me he hecho con un par de cubiertas de Kevlar que se suponen son el no va más para esto de los pinchazos. En concreto son unas cubiertas Continental Super Sport Plus que el vendedor me aseguró que van de cine. El precio es de 33 € cada una, pero si realmente son efectivas, bien pagadas están.

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Cubiertas Continental Super Sport Plus

Dice el fabricante que son prácticamente impenetrables gracias a su cinturón antipinchazos, pero la prueba de fuego será el GPCC porque los 120 km que he hecho hoy han sido todos por carreteras con buen firme.

La ruta de hoy ha sido con una grupeta reducida, sólo tres. Hemos salido de Madrid destino San Martín para antes de llegar a esta localidad tirar hacia la carretera que va del Puente de Arganda hacia Morata, para subir el Alto de la Radio (media de 3,5% y máxima de 7,5%) y desde allí bajar hacia Morata pero sin llegar a este pueblo. El siguiente paso ha sido llegar a Titulcia donde hemos parado a reponer fuerzas a base de un aceptable pincho de tortilla y bote de Aquarius. Hemos reiniciado la marcha hacia Ciempozuelos, San Martín y a casa… Bueno, cuando llevábamos 94 km la fémina componente de la grupeta se ha quedado en su casa y hemos seguido el resto. Poco después me he quedado solo y he continuado hasta Pozuelo y vuelta para totalizar los 120 km previstos. He tardado 4h42 en recorrer los 120 km a una media de 25,5 km.

He acabado bastante bien por lo que pienso no tendré muchos problemas en acabar el GPCC a no ser que el hecho de ir por caminos sea una experiencia realmente terrible.

Cuando he cambiado las cubiertas marcaba el ODO del cuentakilómetros 681 km.

Víspera de carrera

Mañana participo en una carrera. Sí, es algo extraño correr una prueba un viernes, pero está bien, es curioso. La carrera es en Toledo capital y comienza a las nueve así que da tiempo llegar sin problemas.

Debido a esto, hoy he salido a entrenar, pero con mucha calma, que desde hace ya meses estoy tratando de no correr dos días seguidos por el tema de la rodilla.

Igual que estos últimos días, aunque hace fresco por la mañana, por la tarde hace calor. Hoy también hemos salido con temperaturas rondando los 30º y lo peor es la sequedad del ambiente. Según parece la humedad es del 15% y eso provoca que la boca se quede más seca que la mojama, tanto que resulta casi difícil abrirla.

Hoy también nos hemos juntado poca gente en el punto de encuentro. Entre el calor, las vacaciones y alguna cosa más, resulta difícil «generar» un grupo grande. Sólo quedamos los «valientes».

Hemos dado dos vueltas, aunque la última no ha sido completa, ya que hemos preferido terminar en la fuente en vez de ir hasta el final, así que han sido 8,6 km en un tiempo de 46:25 @ 5:23 min/km.