XXXIII Carrera popular de San Juan

Hoy he corrido en Leganés una de las carreras en ruta más antiguas de Madrid, tan longeva como Mapoma, ya que van por la XXXIII edición. Tengo que decir que me ha gustado, me ha parecido una carrera bien organizada, aunque un pelín cara ya que el precio de la inscripción era de 10 €, de los cuales 2 € eran para la ONG Save the children.

Un punto a favor de esta carrera es que el recorrido es más o menos llano. Entre el kilómetro tres y cuatro hay una fuerte subida, pero luego ¡hay que bajarla! y el resto de kilómetros son o bien muy ligeramente ascendentes, bien ligeramente favorables.

Carrera de San Juan 2010
Posando antes de la carrera con los compañeros maratidianos

Después de una semana bastante calurosa, el sábado por la noche llovió bastante y el día estaba encapotado. En la foto no lo parece porque la he tenido que retocar un poco para que se nos viese la cara. Lo bueno era que no hacía mucho calor, ni siquiera se veía el sol. Lo malo es que había muchísima humedad y se me habían olvidado las tiritas para los pezones. Me temía lo peor.

Salí con la idea de bajar de cuarenta minutos. Eso suponía ir unos segundillos por debajo de 4:00/km, sabiendo que en la subida el crono se me iba a ir un poco. Y así fue, en la subida hice 4:25 por lo que tenía que arañar más segundos. Aunque bajaba de cuatro en muchos kilómetros, algunos se me iban por encima, pensaba que no iba a cumplir el objetivo. Además sufrí un mal momento pasado el kilómetro seis.

Sobre el kilómetros siete me adelantó un corredor de Fondistas de Móstoles y me enganché a su ritmo. Fuimos adelantándonos el uno al otro hasta que en el nueve conseguí dejarle atrás. Ahí ya empecé a darlo todo y cuando llegué a la pista de atletismo, me vacié por completo. Llegué a meta con un tiempo de 39:13 según mi cronómetro (no llevé el 405), habiendo hecho ese último kilómetro en 3:16. Vamos que ese kilómetro era corto, corto. Una pena que no estuviese bien medida, porque según el ritmo que llevaba, sí hubiera bajado de cuarenta minutos.

Creo que ha sido en esta carrera la primera vez que consigo llegar antes que Juan. En la media de Getafe me quedé a un tris de adelantarle en el último momento, pero no pude. Hoy, sin embargo, he llegado un minuto antes.

Llegué el 71 de la clasificación general, 33 de mi categoría, con un tiempo oficial de 39:14, que sería mi mejor marca en la distancia si hubiesen sido realmente 10 km. Claro, que si hubiese medido 10 km no habría hecho ese tiempo. Una cosa por la otra.

El Garmin marcó al final de la carrera 9,87 km, lo que quiere decir que faltaban unos 130 metros, sino más. Demos por buena esta distancia. Si el tiempo realizado ha sido de 39:14, se obtienen 505,9 puntos de Purdy. Si se extrapola a 10 km, se obtiene un tiempo de 39:47 que cuadra más o menos con el ritmo que llevaba. De todas formas, feliz porque no siempre pasa uno de 500 puntos de Purdy.

Lo peor es que pasado el kilómetro ocho empecé a notar molestias en el tendón de Aquiles derecho. Si el pasado año era el tendón izquierdo, ahora me ha empezado a dar guerra el derecho. Una lástima que haya empezado con problemas en la última carrera antes del medio parón veraniego.

Kilómetro Tiempo por kilómetro Tiempo acumulado
1 3:54 3:54
2 4:04 7:59
3 3:56 11:55
4 4:25 16:21
5 3:44 20:05
Primera mitad 20:05
6 3:51 23:57
7 4:05 28:02
8 4:04 32:07
9 3:49 35:57
10 3:16 39:13
Segunda mitad 19:08

Las clasificaciones se pueden encontrar en la página web del Club Atletismo Leganés o en una copia que conservo aquí.

Mi amiga, igual que la semana pasada, también participó. Realizó una marca de 47:43, volviendo a mejorar su tiempo en una carrera de 10 km y además subió al cajón, ocupando el tercer lugar de su categoría. Si la carrera hubiera estado bien medida, hubiera hecho un tiempo aproximado de 48:23 que supondría, igualmente, su MMP.

Pódium veteranas A carrera de San Juan 2010
Pódium veteranas A carrera de San Juan 2010

Antes de la carrera me he subido a la báscula para mi pesada semanal. Hoy pesaba 67,7 kg un poquito menos que hace una semana. En la línea de las últimas pesadas.

IX Carrera popular barrio del Zofío

Hoy he participado junto a una buena amiga en la IX edición de la carrera popular barrio del Zofío. Antes de comenzar la carrera y en los días previos, estuve ayudando a la Asociación de Vecinos del Barrio del Zofío en la organización de la carrera: haciendo inscripciones, metiendo los diversos obsequios en las bolsas «del corredor», llevando bártulos de un lado para otro, etc.

Hoy he estrenado equipación de la escuela de fútbol que está muy relacionada con la asociación de vecinos. Es marca Joma y está muy bien, pero que muy bien, es comodísima. Lo peor es que enviaron las tallas más grandes de las que pedimos, pero eso se puede subsanar con una buena tijera.

Carrera del Zofío 2010
Mostrando la nueva equipación

Tuvimos suerte porque no ha sido un día de mucho calor, además hacía algo de viento que aliviaba el calor más todavía. La verdad es que el viento era fuertecillo, por lo que decidí correr sin gorra aún a riesgo de quemarme la calva.

Puntuales como un reloj suizo (¿o debería decir japonés?) a las diez de la mañana en punto se dio la salida. Tuve un problema para poner en marcha el forerunner, por lo que cuando di al botón de comienzo ya habíamos recorrido unos cuantos metros. Eso hizo que al final del recorrido el GPS marcara 9,83 km en vez de 10 km.

Salí junto a mi amiga con la intención de bajar de cincuenta minutos, para de esta forma mejorar su marca en esta distancia. Dado que es una carrera bastante durilla, pensaba que quizás el objetivo era un poco ambicioso, pero según iban pasando los kilómetros me di cuenta que sí lo íbamos a cumplir.

Una de las cosas buenas de esta carrera es que parte de su recorrido es por nuestro querido parque de Pradolongo. Allí se hacen unos cuantos kilómetros que son de agradecer, primero por el precioso entorno y segundo porque es de las zonas más llanas del recorrido. Empezamos a acelerar casi sin querer y tuve que echar un poco el freno para no castigarnos demasiado, pensando que los dos últimos kilómetros son bastante duros.

Así, fijamos un ritmo de 4:45/km en este terreno para no atufarnos demasiado. Sin embargo, la cuesta de la calle Avena nos hizo bajar bastante el ritmo. Allí se nos fueron dos compañeros de viaje que se habían mantenido con nosotros unos cuantos kilómetros.

Después de subir esa cuesta y bajar unos metros, llegamos al kilómetro nueve, allí me di cuenta de que mi compañera de viaje ya iba algo cansada, por lo que sólo quedaba adaptarse al ritmo que mejor se pudiera. Se nos hizo realmente dura la cuesta de la calle Fornillos, pero nada más coronar nos lanzamos como posesos hasta la meta, ya que era terreno favorable, llegando a meta en un tiempo de 48:47. El tiempo de mi amiga fue de 48:45, por lo que consiguió su objetivo de bajar de los cincuenta minutos y además ¡consiguió auparse a lo más alto del pódium en su categoría!

Pero no sólo eso. Lo mejor vino después, ya que nos tocó el premio gordo del sorteo. Nada más y nada menos que un jamón.

Estuvimos haciendo fotos a todos los participantes en las carreras tanto de niños como de mayores. Las fotos de pueden ver en este álbum de Picasa.

La clasificación se puede encontrar en la página web de la Agrupación Deportiva Marathon o en una copia que conservo aquí.

III Carrera Liberty Seguros

Hoy se ha celebrado la III edición de la carrera Liberty Seguros. Es una prueba en la que nunca había participado y he de reconocer que me ha dejado buen sabor de boca porque estaba bastante bien organizada, aunque hay algunas cosillas que se podrían mejorar.

Lo que menos me ha gustado es lo de tener que ir a por el dorsal y la camiseta conmemorativa días antes de la carrera, eso te hace perder unas cuantas horas sin venir a cuento. Resulta más cómodo recoger chip y dorsal justo antes de empezar y la camiseta después de correr.

Otro punto «negativo» es el del avituallamiento de mitad de recorrido. Poco después del km 5 había unas mesas con Gatorade ¡¡¡en vaso!!! y parecía que no había agua. Sin embargo, metros después había una mesita con botellas de agua que veías una vez habías pasado. Me dio la sensación además de que había pocos voluntarios con el tema del agua. Creo que este punto es fácilmente solucionable.

También resulta raro, y habría que anotarlo en el debe de la organización, que las clasificaciones de la carrera no estén hasta el lunes a mediodía, ya que en casi todas las carreras es prácticamente inmediato. Ahora mismo no recuerdo cual es la empresa que proporcionó los chips, pero no andan muy espabilados, no.

Por lo demás me pareció correcto: bastantes baños portátiles, entrega de chips con bastantes mostradores, ropero funcional, zona de llegada/meta amplia y además se trata de una carrera homologada. Muy bien.

Respecto a mi carrera, la verdad es que lo pasé bastante mal por culpa de mi hombro derecho que me dolía bastante, tanto que no podía bracear cómodamente. Pienso que debo tener una contractura porque se nota algo inflamado. Pero como una vez le dije a un compañero, para correr se necesitan sólo un par de piernas.

Llegamos sobre las 7:40 a las inmediaciones de la salida y encontramos fácilmente aparcamiento. Rápidamente recogimos el chip e hice la segunda visita del día al servicio en los que no había que esperar cola. Igualmente el guardarropa estaba vacío en esos momentos. ¡Alguna ventaja tiene que tener haber madrugado! Incluso a esas horas, ya se veía bastante gente con las camisetas azules de Liberty y es que había chips hasta el número 8.200.

Yo daba vueltas a la cabeza pensando que 8.000 personas x 8 € dan la escalofriante cifra de 64.000 €. Una buena pasta sólo por organizar una carrera popular. Hay que descontar algunos gastos, claro está, pero el negocio es redondo para algunos organizadores.

Había quedado a las 8:15 con mis compañeros de MaraTI+D y minutos después de esa hora aparecieron unos cuantos. Nos hicimos la foto de rigor y partí raudo hacia el guardarropa para dejar la mochila. A esas horas ya había cola para dejar los bártulos, pero avanzaba a buen paso y en menos de cinco minutos ya estaba de vuelta.

Carrera Liberty Seguros 2010
Carrera Liberty Seguros 2010

Estuvimos calentando por la calle Goya, que era donde se daba la salida, hasta las 8:45 aproximadamente cuando nos fuimos acercando a la pancarta de salida para no salir muy atrás, ya que con tanto corredor la salida puede convertirse en un calvario. Para mi gusto, nos pusimos demasiado cerca, ya que estábamos en la tercera fila. Desde allí podíamos ver a los atletas en sillas de ruedas y a Chema Martínez que iba a tomar la salida junto al resto de populares. Parecía claro que la carrera ya tenía ganador.

Dieron la salida a los atletas en sillas de ruedas y un minuto después dieron el pistoletazo de salida para el resto de los corredores. Hasta Cibeles, que está situada casi en el kilómetro dos, el terreno es favorable, por lo que se lanza uno a toda pastilla, sabiendo que desde ahí hasta el 6,5 es todo subida. Había pensado subir por la Castellana a un ritmo de 4:00/km, pero vi que iba un poco forzado, por lo que opté por bajar algo el ritmo y no ir tan al límite. Al poco me adelantó una atleta invidente con su guía, con los que hice casi todo el recorrido, a veces un poco atrás, a veces unos pocos metros por delante. Me vino muy bien, porque el guía iba indicando a su acompañante qué hacer y yo seguía sus consejos, que me resultaron de gran ayuda.

Llegamos a mitad del recorrido con el fiasco del avituallamiento y poco después doblamos a la derecha para enfrentarnos al tramo más complicado, la subida a Concha Espina que se hace realmente dura cuando se va a tope. En esos momentos de debilidad siempre pensaba «¿quién ha dicho que esto iba a ser fácil?» y eso me hacía apretar los dientes y sufrir.

Esos tramos intermedios (del cuatro al siete) fueron los peores y el ritmo se me fue a 4:15, aunque luego fui recuperando parte del tiempo perdido cuando enfilamos Príncipe de Vergara que era terreno favorable… favorable hasta llegar a la calle Goya (sobre el 9,5) donde hay un bonito repechón hasta el cruce con Alcalá donde te dejas las pocas fuerzas de que dispongas.

Al llegar a El Corte Inglés, el perfil es de nuevo favorable, aunque ya sólo quedan 150 metros para cruzar la pancarta de meta. Llegué justo detrás de la atleta invidente con la que había ido casi toda la carrera y que resultó ser la ganadora de esta prueba. Enhorabuena para ella porque demostró ser una gran campeona.

El tiempo realizado fue de 40:22 según mi cronómetro, aunque oficial de 40:21 y me doy por satisfecho ya que es mi segunda mejor marca en la distancia en una carrera bastante más dura que Aranjuez y con bastante más calor, cosa que no me va nada. Se puede ver la clasificación de la carrera en una copia que he guardado aquí.

Por cierto, ¿he hablado del calor? Creo que no. Y eso que ayer hizo mucho calor. Aunque la carrera comenzó a las nueve de la mañana, ya la temperatura era alta. Si mal no recuerdo, el termómetro de la marquesina que estaba cerca de la salida marcaba 22º a esa temprana hora. Menos mal que la subida por la Castellana se hace por el lateral este, esto hace que haya más sombra. Por contra, la bajada por Príncipe de Vergara es por el lado contrario y ahí sí pegaba el sol, igual que en la subida a Concha Espina que pegaba de frente. La verdad es que no me gusta nada el sol en las carreras, pero por estas fechas no se puede esperar otra cosa.

A mis compañeros pradolongueros no se les dio mal la carrera. Quique hizo 38 minutos y pico y Emilio 44 y algunos segundos. A Emilio cada vez le cuestan más las carreras «cortas», pero se defiende como un jabato para tener la edad que tiene.

Como curiosidad, decir que he comprobado en las tablas de Daniels que el VDOT obtenido en esta carrera es de 51,4, igual que el obtenido en la media de Getafe y con el que he estado entrenando para la maratón. Habrá que seguir utilizando los ritmos obtenidos en aquel entonces para hacer los entrenos.

Después de entrenar durante bastantes meses para la maratón, noto que he perdido velocidad y me resulta difícil acercarme a los ritmos a los que iba en otoño. Y sobre todo noto que he perdido la sensación de correr a ritmos tan exigentes después de cinco meses del último diez mil. Aún así, pienso que en una carrera con un perfil menos duro, con no excesivo calor y entrenando algo más la velocidad puedo estar en tiempos cercanos a mi MMP. No pido poco ni nada…

El Garmin marcó 10,137 km en la distancia recorrida. Si suponemos que la distancia era realmente de 10 km, supone 137 metros de diferencia, es decir, un error del 1,37% que se puede considerar razonable en estos aparatejos. Eso indica que el ritmo que marca del GPS es entre dos y tres segundos más rápido de lo que se va realmente. Eso habrá que tenerlo en cuenta para próximas carreras.

Estos son los tiempos de paso teniendo en cuenta el factor corrector que supone un error del 1,37%:

1 3:43
2 3:51
3 4:05
4 4:04
5 4:13
Primera mitad 19:57
6 4:10
7 4:14
8 4:00
9 3:55
10 4:04
Segunda mitad 20:25
Total 40:22

XIV Media maratón comarca de Jadraque

Hoy he participado en la XIV edición de la media maratón comarca de Jadraque. Tengo que reconocer que me ha gustado y mucho. Lo único malo es que Jadraque queda a más de 100 km de casa, pero por todo lo demás, genial. Me ha gustado el sitio, la organización, incluso el recorrido aunque es bastante duro y encima ha hecho calor.

El objetivo principal era conseguir el jamón y las botellas de vino que la organización regalaba a aquellos clubs que presentaran más de diez participantes y que éstos consiguieran acabar. Pero además no era necesario completar la media maratón, también podían realizar la carrera de 5 km o la de 10 km. Muchos maratidianos optaron por el recorrido de 10 km, pero ya que vas hasta allí, haciendo un porrón de kilómetros ¿por qué no realizar el recorrido completo?

Después de llegar hasta allí, charlar con los compañeros y hacernos la foto de rigor, poco después de las 10:30 comenzamos la marcha. Iba a acompañar a una buena amiga que reaparecía en la distancia después de siete años y la misión era ir controlando su ímpetu para que no se acelerara demasiado en los primeros kilómetros. Al poco de empezar dimos alcance a Alfonso, un compañero de MaraTI+D que nos acompañó casi toda la carrera, por lo que se nos hizo bastante llevadera, ya que fuimos de charleta los unos y los otros.

Foto de equipo en Jadraque 2010
Foto de equipo en Jadraque 2010

Hizo bastante calor durante todo el recorrido y éste era bastante quebrado, por lo que había que tomarse la cosas con calma desde el primer metro. Tomándonos las cosas con tranquilidad en las subidas, dejándonos llevar en las bajadas y controlando el ritmo en las escasas zonas llanas fuimos devorando kilómetros casi sin darnos cuenta. Llevaba unas pastillas de Isostar e íbamos alternando esa bebida isotónica con agua y en ningún momentos tuvimos sensación de sed, aunque creo que faltó poner un puesto de avituallamiento a la altura del kilómetro quince, que es cuando la gente va más tocada.

Perfil media de Jadraque 2010
Perfil media de Jadraque 2010. Durillo, ¿no?

Controlando en todo momento, llegamos al punto más delicado de la prueba. Sobre el 17,5 empieza una cuesta bastante empinada que casi dos kilómetros donde fuimos alcanzando a gente y donde perdimos a Alfonso casi al final de la cuesta. Es una subida puñetera porque parece que la cuesta acaba en la rotonda de la carretera de Soria, pero después de un falso llano sigue subiendo mientras nos adentramos en el pueblo.

Afortunadamente todo se acaba y nada más coronar empieza un descenso por las calles de Jadraque donde nos lanzamos a gran velocidad hacia el parque donde estaba ubicada la meta y la salida. Se rodea el parque casi por completo y si se baja por uno de los lados, luego hay que subir una corta rampa que vuelve a romper el ritmo, para volver a bajar hasta meta. Allí mi compañera de fatigas aceleró a tope descolgándome en los últimos metros, agradeciéndome, de esta forma, mi compañía durante 21 kilómetros 😉

Lo mejor vino después, porque no sólo consiguió realizar su mejor marca personal con 1:51:50, bajando más de dos minutos su marca anterior, sino que acabó segunda de su categoría y ¡¡¡cuarta de la clasificación general!!! Yo llegué un segundo después con un tiempo oficial de 1:51:51.

Después de una ducha reparadora en los vestuarios del campo de fútbol, esperamos nuestro turno para subir a por el jamón. El objetivo ha sido cumplido, ya estamos planeando donde y cuando dar cuenta de ese suculento premio. Se postula la Casa de Campo como lugar donde celebrar el ágape.

Todos con el jamón
Todos con el jamón

XXXIII Maratón popular de Madrid

Hoy ha culminado todo el trabajo específico de entrenamiento que había comenzado a finales de diciembre. Después de pasar cuatro meses con frío, nieve y lluvia, hoy se ha cumplido esa regla no escrita que dice que el tiempo (meteorológico) que hará en la maratón es totalmente lo contrario al tiempo con el que has entrenado. Por lo tanto, tocaba calor y calor ha hecho. De hecho, creo que ha sido el día más caluroso que ha habido desde que acabó el verano.

En estas últimas semanas, sobre todo después de los dos seismiles, me había dado cuenta que tratar de acercarme a 3h15 era un objetivo muy complicado, por lo que me había marcado un tiempo de 3h20 como un objetivo realista. Sin embargo, viendo el calor que iba a hacer (a las siete de la mañana ya se veían 15º en los termómetros de las marquesinas), ya comencé a pensar en una horquilla entre 3h20 y 3h25, con la esperanza de poder hacer unos utópicos 3h23.

Dado que la carrera empezaba a las nueve, tres horas antes, a las seis de la mañana arriba que hay que desayunar bien. Pero lo primero es lo primero. Y no es otra cosa que echar lastre y subirse a la báscula. Marcaba 67,6 kg, medio kilo más que la semana pasada. Confío en que ese aumento de peso sea debido a que salgo con el depósito lleno de glucógeno, después de empezar el jueves una buena carga de hidratos de carbono. No problem.

A las siete habíamos quedado con Emilio para que nos acercara a la salida en su coche. Puntuales todos (Quique, Ninfa y un servidor), acabamos saliendo para Cibeles poco después de las siete y cuando llegamos estaba todo muy despejado. Tan pronto llegamos que los servicios todavía estaban precintados y yo ya tenía una necesidad perentoria de volver a echar lastre. Menos mal que había por allí un corredor bastante espabilado que iba rompiendo el precinto con los dientes de una llave. Me quité un peso de encima.

A las ocho había quedado con los compañeros de MaraTI+D en la verja del Palacio de Linares. El sitio estaba repleto de gente, ya que las escalinatas del Palacio de Telecomunicaciones estaban valladas y, por lo tanto, habían eliminado uno de los típicos puntos de encuentro. Saludos, charlas con los compañeros y quedo con Pedro y Liborio -dos compañeros de MaraTI+D– para salir juntos y luego tratar de ir cada uno a su ritmo.

Foto de equipo Mapoma 2010
MaraTI+D en la XXXIII Mapoma

A las ocho y media nos vamos yendo hacia la salida y vamos colocándonos lo más cerca que podemos del arco de salida. No estamos mal situados teniendo en cuenta que hay unas diez mil almas preparadas para salir. Más otras cinco mil que ocupaban la otra mitad del Paseo de Recoletos con intenciones de hacer sólo la carrera de 10 km. La verdad es que no me ha gustado nada el haber salido todos juntos. Hubiera sido mejor primero unos y luego otros, como en todos sitios. Espero que lo mejoren para años venideros, porque me temo que ha cuajado esto de los 10 km.

A la nueve pistoletazo de salida y en cuarenta y cinco segundos pasamos por encima de la alfombra de salida. Pongo en marcha mi cronómetro y empieza la aventura. En los primeros kilómetros Liborio iba pletórico y no hacía más que decirle que se fuera, que nos dejara, que iba sobrado, pero no me hacía mucho caso. A Pedro también le veía fuerte, pero trataba de pararle un poco, que todavía quedaba mucha carrera. Sospechaba que en cualquier momento me iba a quedar solo porque realmente los veía fuerte a los dos.

Mis compis tiraban fuerte, yo los frenaba
Mis compis tiraban fuerte, yo los frenaba, km 6

En el kilómetro 13 había quedado con Fernando, otro compañero de MaraTI+D que este año no corría, que nos iba a servir de cicerone durante un montón de kilómetros, animando, cogiéndonos agua, dándonos geles. Desde luego sin él, nunca hubiera llegado hasta donde llegué. En el km 14 me tomo el primer gel, que me sienta regular, ya que durante unos cuantos kilómetros noto que me molesta el estómago. En el km 17 me espera mi madre, me embarga una enorme emoción, se me saltan las lágrimas al verla. Me sirve de acicate para hacerlo lo mejor posible.

Poco después Liborio se fue por delante, ya le veía yo buenas piernas, por lo que Pedro y yo seguimos adelante a nuestro ritmo, clavando 4:45, segundo arriba, segundo abajo. Yo iba un poco extrañado porque el GPS no coincidía ni de coña con los kilómetros marcados por la organización. De hecho una vez llegado a meta, el cronómetro indicaba 42,76 km ¡¡¡más de 500 metros de diferencia!!!

Pasamos la media en 1:40:28 un pelín más lento de lo que yo había calculado, pero siempre mejor pecar de precavido que lo contrario. Poco después, en el 22, Pedro había quedado con un amigo, por lo que de nuevo íbamos cuatro en el grupeto, aunque un par de kilómetros después, ya en la Avda. de Valladolid Pedro decide aflojar un poco. Yo sigo mi ritmo, pero me quedo tranquilo porque al menos su tocayo le hace compañía. Voy muy, pero que muy bien de piernas.

Entramos en la Casa de Campo y el perfil se torna ascendente. Siempre se me ha dado mal el paso por la Casa de Campo, pero esta vez no estaba dispuesto a que volviese a suceder, por lo que aflojé un poco en la ida (que es cuesta arriba), para apretar un poquillo a la vuelta (que es cuesta abajo). Sobre el kilómetro 28 me encontré con Liborio, que parecía estar pasándolo mal. Luego me ha dicho que tuvo calambres hasta en las cejas. Demasiado ha hecho el hombre que ha conseguido llegar a meta después de los malditos calambres. Pasado ese punto kilómetrico me tomé el segundo gel que me ofreció Fernando. De nuevo el estómago estuvo quejándose unos kilómetros, pero pensé que esas molestias podían ser compensadas con un poco de energía extra.

A la salida de la Casa de Campo, junto a la boca de metro de Lago, hay un bonito repecho, donde te dejas una buena ración de fuerzas, aunque luego se compensa con la bajada de la Avda. de Portugal. Ese kilómetro (del 32 al 33) lo hice en 4:40. Me sorprendió ver que a esas alturas todavía pudiera ir tan fuerte.

Por el Paseo de la Virgen del Puerto
Paseo de la Virgen del Puerto, km 35

La siguiente broma -de mal gusto- de esta carrera es la cuesta de la calle Segovia, poco antes del km 36. Ahí también te dejas unas fuerzas preciosas. No subí demasiado mal, pero ya empezaba a notar los kilómetros recorridos y que las piernas no eran las mismas que al principio. Cosa obvia, por otro lado, como no paraba de repetirme.

Allí me esperaba Marisa que me acompañó hasta meta, dándome ánimos en cuanto me veía flojear un poco. Luego me confesó que me veía una carita que daba pena, pero que no me dijo nada para no hundirme en la miseria.

Desde que entré en la Casa de Campo, hasta este punto, iba adelantando corredores a manadas, pero subiendo el Paseo Imperial ya me iban adelantando a mí, por lo que muy bien ya no iba. Ya el ritmo había subido un poco por encima de 5:00/km, pero era algo que se podía asumir, eran ya muchos kilómetros en las piernas y parece que poco a poco se iba alzando el temible muro. Lo único bueno es que ya me estaba acercando al km 37, por lo que llevaba un kilómetro más en la buchaca.

Acompañado y animado por Fernando y Marisa, iba pensando únicamente en llegar al siguiente kilómetro, nunca en el total que quedaba y utilizaba el truco de pensamientos positivos, nunca negativos. Iba yendo cada vez a menos, pero no pegaba el petardazo brutal, por lo que la cosa no marchaba mal del todo. Parece que el muro no llegaba a levantarse del todo. Eso sí, ya había descartado las 3h23 previstas.

Hay que reconocer que desde la subida de la calle Segovia (poco antes del km 36) hasta el final, es duro, pero duro de narices. Subes ese repechón, luego el Paseo Imperial, luego Acacias, Embajadores, Ronda de Atocha, ¡¡todo es cuesta arriba!! En glorieta de Atocha, el perfil es llano, pero no es más que la calma que precede la madre de todas las cuestas, que no es otra que la subida de Alfonso XII, que si todavía te queda un gramo de fuerza, aquí te lo dejas.

Antes de Atocha estaba Esteban animando y nos sacó esta bonita foto. Ahí ya iba un poco fastidiado…

Pasado Embajadores en Mapoma 2010
Ronda de Atocha, km 38

Poco después, en Atocha estaba Rafa, también de MaraTI+D, haciendo fotos y animando como un campeón y encima hizo unos cuantos metros con nosotros. Muchas gracias, Rafa. Pero ni sus ánimos pudieron evitar que me dejara hasta el apellido en la subida de Alfonso XII. Fue, sin lugar a dudas, donde peor lo pasé. Afortunadamente, un grupo de pradolongueros estaba en la cima de este repecho animando y eso me vino bien. Por desgracia, la dureza no acaba ahí, sino que hasta la Puerta de Alcalá sigue subiendo y cuando giras, sigue subiendo hasta la entrada a El Retiro.

Después de coronar el repecho de Alfonso XII
Después de coronar el repecho de Alfonso XII, km 40

Afortunadamente, una vez que entras en el parque, es cuesta abajo, pero ya iba como pollo sin cabeza, tratando de llegar a la meta lo antes posible, pero con poca fuerza. Aún así, aceleré todo lo que pude, tanto que me tuve que controlar, ya que se me pasaba por la cabeza (y Marisa me advertía) la desgracia ocurrida en la media de Madrid.

Cuando pasé por la línea de meta, el reloj de meta marcaba 3:26:37, ¡¡¡había conseguido mejorar mi mejor registro en una maratón!!! Y lo mejor es que el tiempo neto es 45 segundos mejor. Nada menos que 3:25:52 que se convierte en mi MMP y que está dentro de la horquilla de tiempos (bueno, casi fuera) prevista.

Llegada a la meta de Mapoma 2010
Llegada a la meta de Mapoma 2010

Lo peor vino después de pasar la línea de meta porque las asistencias me debieron ver una carita… que me invitaron a sentarme en una silla de ruedas y me metieron en una de las carpas del SAMUR donde me tumbaron algo mareado en una camilla, me tomaron la tensión, me midieron la glucosa en la sangre y llegaron a la conclusión de que había llegado algo deshidratado y con la glucosa un poco baja. Después de media hora me dejaron irme aconsejándome que bebiese bebidas con azúcar durante todo el día. Me fui con una Coca Cola de dos litros debajo del brazo que me fui pimplando poco a poco hasta que terminé con ella.

Lo curioso de la deshidratación es que fui bebiendo agua en todos y cada unos de los puestos, que había cada 2,5 kilómetros. Echaba tres tragos y tiraba la botella. No sé si eso es poco o tenía que haber bebido alguna bebida isotónica. Habrá que tenerlo en cuenta para posteriores maratones.

Mi visita a la carpa del SAMUR hizo que me encontrase con pocos compañeros después. Sin mal no recuerdo, sólo vi a Josetxu, que se estaba aprovisionando bien, a Chema Bravo que me decía que le había resultado durísima la carrera y a Carlos, que tenía la buena cara que siempre tiene cuando acaba una maratón. Yo de mayor quiero ser como Carlos.

La verdad es que tengo que estar contento porque he conseguido hacer mi mejor registro en una maratón a pesar del calor, que me viene fatal. Y lo curioso es que la marca ha sido conseguida en la 18ª maratón que consigo terminar. Sin embargo, tengo la espinita de que mis acompañantes de los primeros kilómetros al final pincharan de una manera u otra. Una verdadera lástima.

Para terminar, agradecer a Luis de la Torre todas sus enseñanzas durante el periodo preparatorio, me ha venido de perillas sus consejos. Felicitar a Juan Ignacio porque ha conseguido terminar su 33 maratón de Madrid y haciendo su mejor marca en estos últimos años. También dar las gracias a Fernando por su inestimable ayuda ¡¡¡durante 28 kilómetros!!! Y a Marisa que me acompañó en la parte más dura. Tampoco puedo olvidarme de Rafa por acompañarme en el tramo más duro de la carrera. Los ánimos de mis compañeros pradolongueros me ayudaron muchísimo y, por supuesto, no quisiera olvidar a todas esas voces que animaban al grito de ¡venga MaraTI+D! Gracias a todos.

La enseñanza más positiva de esta maratón es que hay que tomárselo con mucha calma al principio, controlando la euforia, y que hay que tener muy claro cual es la marca que se puede hacer para poder fijar el ritmo. Y, por supuesto, hacer tiradas largas que es lo que te da el fondo necesario para llegar lo mejor posible a los últimos kilómetros.

En la primera media hice un tiempo de 1:40:28 y en la segunda, 1:45:24, por lo que la diferencia entre una y otra es de 4:56. Creo que nunca ha habido una diferencia tan pequeña entre las dos mitades, al menos en Madrid, y eso dice mucho de la táctica de haber salido tranquilo, ¡sin olvidar las tiradas largas!

Tengo las piernas bastante bien, algo cargadas de cuádriceps, pero también en una media se me cargan estos músculos. Se nota que estaba bien entrenado y que al ir estar menos tiempo corriendo sufren menos. Lo peor es que he acabado con la uña del pie izquierdo negra. Eso era lo que peor llevaba, ya que en las zonas de adoquines sufría un montón.

La clasificación y los tiempos de paso se pueden ver aquí. También se puede ver y/o descargar el diploma oficial.

IV Media maratón de Collado Villalba «la tragamillas»

He participado en la IV edición de la media maratón de Collado Villalba, también conocida como «La tragamillas» en homenaje a Antonio Ledesma, corredor local, al que se le conoce como «el tragamillas», inconfundible por su barba y pelos largos y canosos.

Un buen grupo de pradolongueros nos dimos cita para esta carrera, algo temerosos, ya que parecía que el día iba a ser un aquelarre meteorológico ya que daban incluso nieve el domingo en Collado Villalba. Sin embargo, hizo un día excelente para correr, sin aire y con algo de fresco, pero no llegué a sentir frío durante la carrera. Además la lluvia nos respetó y menos mal… porque la carrera transcurre en un 40% por caminos y ya estaban suficientemente embarrados y encharcados por las lluvias caídas en días anteriores.

Era la primera vez que participaba en esta carrera y la verdad es que he terminado bastante contento por la excelente organización y por la belleza del recorrido, sobre todo cuando transitábamos por los caminos, eso sí, obviando las zonas más embarradas y encharcadas en las que apenas se podía correr, sólo mantener el equilibrio.

Dado que la maratón de Madrid está cada vez más próxima me planteé esta carrera como un entrenamiento largo, por lo que antes del comienzo de la prueba ya me había metido casi siete kilómetros por aquellos caminos. Tenía la idea de hacer los 21 km restantes a ritmo de maratón para ir acostumbrando a las piernas (y a la cabeza) al ritmo que debería llevar el día 25 de abril.

Es por eso que salí tranquilo, tratando de no sobrepasar «mi» ritmo de maratón, que supuestamente es 4:25/km. Por desgracia, el cronómetro no andaba muy bien calibrado, por lo que no tenía demasiado claro el ritmo que debería figurar en el reloj para marchar al ritmo adecuado. La primera mitad, aunque es un tanto rompepiernas con subidas y bajadas es bastante llevadera.

Cuando iba con Emilio, justo después de pasar el punto kilométrico dos pisé un pedrusco y me torcí el tobillo izquierdo. Es lo malo que tiene esta carrera que transita por caminos. Aflojé el ritmo para amortiguar un poco el dolor y pude seguir aunque algo renqueante. Luego se fue calentando la zona y casi no noté el tobillo en toda la prueba.

Después de embarrarnos un poco y pisar también algo de asfalto, llegué al kilómetro siete donde traté de tomarme un gel para reponer algo de fuerzas (ya llevaba 14 en las piernas) y sufrí algunos problemillas en esa acción, primero para conseguir sacar el gel de la muñequera donde lo llevaba y segundo es que perdí un guante, lo que me hizo darme la vuelta a buscar tan «preciada» prenda. Ahí calculo que hice 400 metros de más y me di cuenta de que me sobraban los guantes, por muy finos que estos fueran y de que habrá que idear otro método para transportar los geles. En ese viaje de vuelta me crucé con Emilio que me iba persiguiendo a pocos metros. Luego me costó bastante volver a cogerle. Allí me di cuenta de que Emilio estaba peleando por el jamón ya que el citado tragamillas iba poco más adelante.

Pasado el kilómetro diez la carrera se torna complicada, empiezan las cuestas de más pendiente y ya no es que esté embarrado, es que en algunos tramos había verdaderos regueros donde era una odisea saber dónde poner el pie para no empaparte demasiado, aunque a esas alturas de carrera el que no llevaba los pies empapados es que iba levitando.

Entre el 12,5 y el 13,5 hay una bajada que es el preludio de una bonita cuesta que va desde el 14 hasta el 17 y donde empecé a notar que las piernas ya se iban cansando después de tanta tralla. Como pude traté de seguir el ritmo marcado, perdiendo segundos en las subidas y ganándolos en las bajadas. Disfrutando de algunas bandas musicales colocadas estratégicamente, llegué a los últimos tres kilómetros que son casi un calco de los primeros kilómetros de la carrera, en un terreno más parecido a un cross que a una carrera urbana, dejando algo de fuerzas para la última cuesta que conduce a la pista de atletismo, en la que apreté un poco, viendo que podía bajar de 1h35. Efectivamente, el reloj marcaba 1:34:51 cuando pasé por el arco de meta. Descontando el tiempo perdido en pasar por la alfombra de salida, el tiempo neto es de 1:34:30 según reza la clasificación oficial, que se puede ver en la web del organizador o en una copia que conservo aquí.

En los últimos kilómetros de la Tragamillas 2010
En los últimos kilómetros de la Tragamillas. Foto cortesía de Fernando Ruiz.

Después de llegar a meta, en el mismo estadio, pude disfrutar de un buen masaje, ya que llegué algo molesto del abductor izquierdo, quizás provocado por la torcedura del tobillo. La organización fue generosa con los corredores, porque además de masaje, había toda la cerveza que uno quisiera -sin alcohol, por supuesto- y la bolsa era abundante con camiseta técnica, agua, refresco, naranja, chocolatinas, zumo y alguna cosa más que seguro olvido. Las clasificaciones se podían ir viendo poco después de llegar y además enviaron un mensaje corto a cada corredor con su tiempo, puesto en la general y por categoría.

La entrega de premios fue también generosa con un jamón para los tres primeros de cada categoría y de la absoluta, por lo que muchos se fueron con dos jamones a casa. No es que tenga mucho interés en los premios, pero Emilio subió al tercer puesto del cajón en su categoría llevándose un bonito trofeo y un rico jamón… que espero comparta con los compañeros.

Respecto al planteamiento inicial de entrenamiento largo, quizás elegí una carrera muy dura para ensayar mi ritmo de maratón. Visto lo visto, creo que con 21 km hubiera tenido más que suficiente. Convertí un entrenamiento duro en uno muy duro y hoy estoy algo tocado del tobillo y del abductor. Además me di cuenta de que el ritmo de 4:25 va a resultar duro de mantener durante una maratón, aunque todavía queda mucho entrenamiento por hacer y desde luego no era la mejor carrera para comprobar este punto.

En resumen, una carrera muy bonita y distinta a todas, con una perfecta organización y bastante animación en distintos puntos de recorrido y con la única pega de encontrarnos tramos casi impracticables debidos a la cantidad de agua caída durante casi todo el invierno. Muy recomendable.

Tiempos aproximados (debido a la mala calibración del cronómetro) por kilómetro y acumulado:

1 4:37 4:37
2 4:31 9:08
3 4:31 13:39
4 4:31 18:10
5 4:28 22:38
6 4:26 27:04
7 4:28 31:32
Parcial 1 31:32
8 4:28 36:00
9 4:35 40:35
10 4:25 45:00
11 4:24 49:24
12 4:30 53:54
13 4:29 58:23
14 4:24 1:02:47
Parcial 2 31:15
15 4:28 1:07:15
16 4:41 1:11:56
17 4:30 1:16:26
18 4:32 1:20:58
19 4:24 1:25:22
20 4:18 1:29:40
21 4:24 1:34:04
Parcial 3 31:17
21,097 0:26 1:34:30

I Carrera por las enfermedades raras

Hoy se ha celebrado la I edición de la carrera por las enfermedades raras. Hemos tenido una enorme suerte porque ha hecho un día extraordinario para lo que estaba acostumbrando estos días. Ha sido un día soleado, sin lluvia, sin viento y con una temperatura agradable.

Hoy tocaba entrenamiento largo (26 km) pero por acompañar a una buena amiga a esta carrera he cambiado mis planes. He salido corriendo desde casa hasta la Casa de Campo (16 km) a un ritmo fácil y luego he acompañado a mi amiga durante la carrera. Pensaba que los cinco kilómetros iban a ser tranquilos, pero al final he tenido que correr más deprisa de lo esperado. Y es que los kilómetros han pasado cada vez más rápido: 5:10, 4:56, 4:43, 4:32 y 3:56, aunque el último kilómetro ha sido un poco corto, ya que mi cronómetro ha marcado 4,91 km, pero por ahí dicen que la cosa anda por 4,85 km, que daremos por bueno y el tiempo: 23:18, a un ritmo de 4:48/km.

Por cierto, ¡¡¡mi amiga ha quedado décima de su categoría!!! Y es que esta chica cada vez anda más.

Las clasificaciones se pueden ver en la página de la Agrupación Deportiva Marathon o en una copia que conservo aquí.

XXVI Media maratón de Fuencarral

Creo que hoy ha sido el día que más frío he pasado en una carrera. No soy el único, Enrique también era de la misma opinión. Cuando he terminado la prueba no podía hablar porque ¡tenía la mandíbula congelada! Y es que cuando llegamos al barrio de Fuencarral a eso de las ocho y media, el termómetro de la marquesina marcaba -4º C y uno de los que andaban por allí decía que en El Pardo había -7º C a esas tempranas horas de la mañana.

Una vez llegados al polideportivo de Santa Ana y descubrir que el bar ya no funcionaba y que el servicio era un pocilga inmunda, estuvimos deambulando por la calle Afueras a Valverde buscando un bar donde refugiarnos, hacer nuestras necesidades y calentarnos un poquito café en mano, pero no conseguimos encontrar nada abierto a esas horas.

Así que volvimos al polideportivo y después de las fotos de rigor, dejamos la ropa en el guardarropa, justo cuando empezó a formarse una cola inmensa para dejar la ropa. Desafiando al frío reinante, me quedé en pantalón corto y camiseta de hombreras, pensando que durante la carrera, con el calor generado por el ejercicio sería suficiente, pero me equivoqué, no conseguí entrar en calor en ningún momento.

Pradolongueros en Fuencarral 2010
Pradolongueros en Fuencarral 2010

Salí en posiciones muy delanteras y no creo que tardara más de cinco segundos en pasar por la alfombra de salida. Enseguida fui cogiendo el ritmo y cuando ya empezaba la bajada de Herrera Oria me adelantó mi compañero Fernando al que decidí no seguir para no quemarme antes de tiempo. Sabiendo lo que me quedaba después de llegar a El Pardo, seguí a un ritmo no demasiado exigente -quizás demasiado tranquilo-, aunque dejé atrás a un grupeto con el que había bajado. En el kilómetro siete llevaba 28:56 y eso incluso me daba esperanzas de bajar de 1h30, aunque faltaba lo peor y sabía que iba a ser difícil.

En las bajadas, aconsejado por Luis, adopté la técnica de acortar la zancada y aumentar la frecuencia. De esta manera se castiga menos a las piernas, ya que el impulso contra el suelo es menor y aunque quizás haya perdido algo de velocidad en las bajadas, creo que tengo las piernas realmente bien para el castigo que supone esta carrera.

Llegados a la curva fatídica del El Pardo empieza la carrera de verdad. La cuesta del cuartel empieza a poner las cosas en su sitio y algunos ya empiezan a pagar las alegrías de la bajada de los primeros kilómetros. Siguiendo los consejos de Luis, aflojé el ritmo antes de que la cuesta me obligara a hacerlo y aunque algunos se iban unos metros, luego los pasaba en la bajada. Subiendo esa cuesta me adelantó Antonio, un chaval del Gran Grupo Garabitas con el que hice casi toda esta segunda parte del recorrido. A éste se le veía sobrado en las cuestas arriba, pero parecía que podía aguantarle. Desde aquí sólo decirle ¡muchas gracias Antonio!

Al llegar el kilómetro 14, el cronómetro marcaba 59:06, todavía en tiempo de poder hacer 1h30, pero entonces empezaba el tramo más duro, ya que la pendiente de las rampas está entre un 5 y un 7%. Ese fue mi primer momento malo, pero es que ahí no queda otro remedio que apretar los dientes y sufrir. Después de este duro escollo, se pasa la tapia del Monte de El Pardo y la carretera se torna en bajada. Según avanzaba iba viendo en el horizonte las cuatro torres del denominado CTBA (Cuatro Torres Business Area) y pensaba en el curioso contraste entre estar corriendo en plena naturaleza y ver esos monstruos urbanos al fondo. En esos momentos me encontraba pletórico, estaba llegando al km 17 y me veía bien de fuerzas.

A partir del 18 la carretera es nuevamente ascendente y aunque existe algún falso llano es casi todo para arriba. Por Montecarmelo lo pasé lo mejor que pude y en la última cuesta después de pasar por encima de la carretera de Colmenar traté de acelerar un poquillo, pero se me atragantó esa corta, pero empinada cuesta. Ese fue mi segundo momento malo, pero gracias a Soco, una compañera de trabajo que estaba allí animando se me hizo algo más llevadera.

Después de coronar este repecho, ya estaba todo hecho. Sólo quedaba tirarse por la rampa de entrada a la pista de atletismo y zumbar a muerte los últimos 300 metros por la pista. Entré en meta con un tiempo según mi cronómetro de 1:30:23 que puedo considerar muy bueno, ya que es poco más de un minuto peor que en Getafe, pero la carrera es bastante más dura.

Maratidianos en Fuencarral 2010
Maratidianos en Fuencarral 2010

La organización nos obsequió con una bolsa del corredor bastante completa con camiseta técnica, bolsa-mochila marca Joma, medalla recuerdo de la carrera, llavero, cajita de apósitos Compeed para las ampollas, agua, botella de Aquarius de 1 litro, bote de Aquarius, batido de chocolate, barrita de cereales, una manzana y una bolsa de frutos secos. Muy generosa, la verdad.

Lo peor de todo fue el problema con el cronometraje, ya que según parece se estropeó la alfombra que registraba los tiempos en la llegada. Sin embargo, la organización ha tenido el detalle de devolver los 10 € de la inscripción.

Bueno, lo peor de todo no fue eso, sino el estado tan repugnante de los servicios. No he visto cosa más desagradable en mi vida. Es increíble que Mapoma, tan experta en estas lides organizativas no haya puesto servicios portátiles como en otras carreras. Aquí sí que les pongo un cero pelotero.

Tiempos por kilómetro y parciales acumulados:

1 4:11 4:11
2 4:07 8:19
3 4:12 12:31
4 4:05 16:36
5 4:08 20:45
6 3:50 24:35
7 4:21 28:56
8 3:49 32:46
9 4:18 37:04
10 4:22 41:27
11 4:23 45:50
12 4:17 50:07
13 4:14 54:22
14 4:43 59:06
15 4:30 1:03:36
16 4:59 1:08:36
17 4:07 1:12:44
18 3:58 1:16:42
19 4:33 1:21:16
20 4:29 1:25:46
21 4:14 1:30:00
21,097 0:23 1:30:23

Decía Bernardo, un buen compañero, que esta media maratón puede ser utilizada para extrapolar (mediante los puntos de Purdy) su resultado a la maratón de Madrid, ya que ambas son carreras duras. Pues bien, esta carrera ha supuesto un total de 484,37 puntos, lo que supone una marca en maratón de 03:10:50, por debajo de las tres horas y cuarto que me gustaría hacer.

LI Trofeo Marathon de cross

¡Qué duros son los crosses! ¡Cómo se me ocurre apuntarme! He sufrido un montón en la prueba. Han sido 5150 metros interminables. Otra vez me lo pensaré mejor antes de apuntarme.

Trofeo Marathon de cross 2010
Cartel de la carrera

Inmerso ya en la preparación de la maratón de Madrid y siguiendo el plan de entrenamiento de Hal Higdon para corredores de nivel intermedio este fin de semana tocaba tirada larga de 14 millas o lo que es lo mismo 22,4 km. Tenía la opción de tomarme el sábado con calma y hacer los 22 km el domingo o hacer los 22 km el sábado y tomarme el cross como un entrenamiento de «calidad». Y opté por esa segunda opción, sólo que el entrenamiento de calidad se convirtió en una carrera dura, bastante dura.

Habíamos quedado en el punto de encuentro del parque Pradolongo a las 9:45 para ir trotando hacia el parque de las cruces donde se celebraba la prueba. Unos en coche y otros corriendo hemos llegado al colegio donde entregaban los dorsales (al módico precio de 3 €), nos hemos colocado el dorsal y hemos una vuelta de reconocimiento. El terreno estaba bien para correr y el circuito era muy bonito, pero había muchas curvas y recurvas, aderezadas con un par de pequeñas subidas casi al terminar la vuelta. La carrera constaba de dos vueltas.

Antes de comenzar la carrera ya llevaba en las piernas más de 8 km, por lo que esta vez no iba a servir de excusa el no haber calentado. Poco antes de la salida me he encontrado con Javier de la A. D. Marathon y compañero maratidiano y he pensado que podría intentar de ir con él, ya que es más experimentado que yo en los crosses. Así que en la línea de salida me he colocado junto a él, tratando de hacerle un marcaje estrecho.

Pero nada más sonar el disparo me he lanzado como un loco y tal vez demasiado deprisa, ya que ese primer kilómetro ha sido el más rápido (3:50). En ese primer kilómetro ya me he puesto por delante de Javier y ahora era él el que me hacía un estrecho marcaje a pocos metros de mi espalda. El segundo kilómetro también ha sido bastante rápido (3:58) y ahí he visto que no iba demasiado fino, que tenía las piernas cansadas y que debía aflojar un poco para no reventar. Además al terminar la primera vuelta he visto que el reloj de meta marcaba 10:11 por lo que mi idea de bajar de veinte minutos era ya imposible y eso me ha desanimado un poco.

Ya algo más calmado y con un ritmo más suave he afrontado la segunda vuelta, clavando los tres siguientes kilómetros en 4:07 y deseando que llegase la meta lo antes posible. En esta segunda vuelta he sido adelantado por cuatro corredores, pero en los últimos metros he adelantado a dos o tres, por lo que sólo habré perdido dos posiciones en esta vuelta. Según Pepe, que estaba de espectador junto con Norberto e Isabel, debería haber acabado en la posición 80, pero mirando la clasificación, la posición es la 76, que no está mal.

El tiempo realizado en los 5150 metros ha sido de 20:35 lo que indica un ritmo de 4:00/km. Aunque no tengo ninguna experiencia en este tipo de carreras, considero que el tiempo conseguido es bueno ya que no es lo mismo un cross que una carrera en ruta o en pista, ¡¡¡un cross es mucho más duro!!!

Después de la carrera la organización nos ha agasajado con un plátano, agua, una chocolatina, glucosa, un bote de ensalada italiana, una camiseta y… seguro que me dejo algo. Nada más comernos el plátano y echar un trago de agua, corriendo a casa por el mismo camino por donde hemos venido.

Total que ha sido un día bastante completo, ya que habré efectuado unos 18 km entre unas cosas y otras. Si sumamos a eso los 21 de ayer, el fin de semana ha sido de órdago. Habrá que tomarse la semana entrante con mucha tranquilidad para llegar el domingo pletórico de fuerzas a Fuencarral.

Ninfa ha llegado tercera de las «populares», por lo que acabo de ver en las clasificaciones oficiales, ¡¡¡esta chica no se baja del podium!!! Y Beatriz, la hija de Javier ha ganado en su categoría de cadete femenino. Otra que tampoco se apea del cajón.

Conservo una copia de la clasificación por si acaso.

XI Media maratón de Getafe

Resulta curioso que después de tantos años corriendo estuviera nervioso los días anteriores, pero así era. Incluso durante la noche no he dormido bien. Ciertamente estaba obsesionado con esta carrera.

Fiel a mi costumbre de levantarme tres horas antes del comienzo de la carrera, a las siete y media arriba que había que desayunar con tiempo para tener hecha la digestión antes de la prueba. A las nueve habíamos quedado en el parque con Emilio para que nos acercara a Getafe y allí estuvo como siempre un poco antes. Pensando que no faltaba nadie más pusimos pies en polvorosa. Desgraciadamente dejamos a Emilio II tirado. A las nueve y cuarto llegábamos a las inmediaciones del polideportivo Juan de la Cierva, lugar donde estaba fijada la salida y meta.

Antes de la salida, todo felices

Allí sufrí el primer contratiempo, ya que Pedro, un compañero de MaraTI+D con el que había quedado para el asalto a la 1h30 me comentó que ayer había sufrido una especie de rotura en el femoral y que pensaba ir tranquilo para no romperse más. Así que me quedaba solo ante el peligro.

En Getafe siempre el tiempo ha sido cruel con los corredores. Unos años muchísimo frío. Otros, nieve. Otros lluvia torrencial. Sin embargo esta vez el tiempo era fenomenal para correr. Fresquito, pero no mucho y nublado. Ideal.

Unos tres mil corredores nos apretujábamos en la línea de salida. Yo con los nervios a flor de piel en esos minutos previos. Sonó el pistoletazo de salida y nos pusimos en movimiento. Tardamos catorce segundos en atravesar la alfombra de salida y poco a poco fue despejándose la carretera, sorteando a bastantes corredores que osados ellos se habían puesto en posiciones delanteras sólo para ser adelantados por cientos de corredores. Haciendo un poquito de slalom, me planté en el primer kilómetro con un tiempo de 4:20 al que había que descontar el tiempo que tardé en atravesar el arco de salida, tiempo que ignoraba. Aún así consideraba que ese tiempo era bueno.

Días previos había calculado que para hacer 1h30 había que ir a un ritmo de 4:16, por lo que ese primer kilómetro me tranquilizó un poco. En esos primeros compases iba un poco por debajo o un poco por encima de ese ritmo de crucero, pero me sentía muy cómodo, me veía pletórico.

El primer punto importante era el kilómetro siete donde tenía establecido mi primer parcial, ya que ese punto es el primer tercio de carrera. Según los cálculos tenía que hacer 29:52. No me fijé en el tiempo que llevaba, pero viendo que había hecho unos cuantos kilómetros por debajo de 4:16 pensaba que la cosa iba bien.

Sobrepasado ese primer tercio, seguía encontrándome muy cómodo con ese ritmo. Curiosamente no conseguía encajar en ningún grupo. O iban más deprisa o más despacio que yo, ¿es que nadie tenía como meta esa hora y media?

Poco después llegó el km 10 donde estaba situada una alfombra de cronometraje y donde poco después concluía la primera vuelta. Ese kilómetro del diez al once es cuesta abajo, pero tampoco era cuestión de lanzarse.

Iba tan rápido que casi no salgo en la foto

Seguía fenomenal cuando pasé el segundo parcial (km 14). Iba por debajo del tiempo y veía el objetivo factible. Pero a partir de ahí ya empecé a notar que las piernas se iban fatigando y que iba a tener que apretar los dientes. Poco después de ese hito kilométrico un amigo que estaba controlando un cruce me comentó que poco más adelante iba Juan, un conocido y que podía echarle el guante. No podía creerlo, Juan siempre me había sacado minutadas en cualquier carrera. Eso me animó mucho.

Después del km 17 el recorrido da un giro de casi 180º y empieza, para mí, el tramo más difícil, ya que el suelo está adoquinado y los adoquines hacía daño de verdad, parecía como si alguien fuera martilleando tus pies con saña. Me di cuenta en esos kilómetros que iba bien todavía porque iba adelantando gente. Aprovechaba las ligeras cuestas abajo para incrementar un poco el ritmo y poder llegar con algo de holgura al tramo final. Y es que tenía un poco de miedo al km 19 porque en ese punto hace dos años reventé. Este año no pasó lo mismo.

Acabó el adoquinado y ya estábamos cerca del km 20. Un poquito más y la carretera se tornaba cuesta abajo. Ideal para arañar algún segundillo más al cronómetro. Justo allí pude distinguir a Juan. Era la ocasión de ponerme detrás de él y tratar de pulirle al sprint. Sin embargo, él también se lanzó en ese tramo favorable.

Esa bajada se me hizo algo larga porque sabía que cuanto más bajáramos, más teníamos que subir para entrar a la pista de atletismo donde estaba instalada la meta. Tenía a Juan cerca. Empecé a acelerar, las fibras rápidas se pusieron en acción, pero me acercaba a él muy lentamente. Pasamos el km 21 y veía la meta cercana. Veía que podía cumplir mi objetivo. Las fibras rápidas estaban haciendo su trabajo, después de estar ociosas durante tantos kilómetros. La meta se acercaba, se acercaba, se acercaba…

Ya queda bien poquito…

Y al final, lo conseguí. Llegué a meta según mi cronómetro a 1:29:29. Algo menos es el tiempo neto que aparece en la clasificación, que no es otro que 1:29:18, bajando casi siete minutos del tiempo realizado el año pasado y que se convierte desde hoy en mi MMP, mejorando en 2:21 la marca anterior conseguida hace  casi once años.

Lo conseguí, por primera ver por debajo de hora y media

Iba a intentar bajar de 1h30 y lo he conseguido.  El trabajo ha sido realizado satisfactoriamente y yo después de una siesta reparadora me encuentro feliz, muy feliz. Mirando las clasificaciones he visto que Pedro ha hecho un tiempo neto de 1:33:09, un tiempazo dadas las circunstancias en las que se encontraba.

A Ninfa y Emilio se les ha ido un poco el tiempo, pero Macu ha mejorado con mucho su anterior marca de Villaverde. Así que MMP también para ella.

Felicitar a Quique, que aunque no ha estado en Getafe sí en Santa Pola donde ha conseguido también su MMP con un tiempo de 1:23:29. Impresionante.

Y para terminar, dar las gracias a Ana, magnífica reportera gráfica, por las fotos.

Tiempos por kilómetro:

14:06
24:13
34:18
44:17
54:14
64:17
74:12
Parcial 129:41
84:15
94:19
104:14
114:12
124:13
134:17
144:17
Parcial 229:51
154:14
164:21
174:04
184:13
194:21
204:08
213:59
Parcial 329:23
21,0970:19
Total1:29:18