Camino Real de Guadalupe. Etapa 2

Segunda etapa del Camino Real de Guadalupe: Gerindote, Carmena, La Mata, Erustes, Cebolla (descanso), Montearagón y Talavera de la Reina.

A las siete sonó el despertador, nos levantamos, desayunamos y nos pusimos en marcha poco antes de las ocho. La salida es cuesta arriba y siguiendo por ese camino se llega a la cañada y no se rueda mucho por allí porque pronto hay que girar a la derecha para coger el Camino de El Carpio de Tajo. Según iba por ese camino iba viendo un montón de juncos a la izquierda, indicando la presencia de un arroyo (arroyo de Alcaboz) que debió existir en su momento porque ahora está más seco que la mojama. Viendo el estado de este arroyo, la arena por la que íbamos, pensé que España se está desertizando poco a poco y ya hay muchas zonas desérticas. Mal vamos. Poco después de dejar atrás los juncos las flechas indicaban a la derecha y comenzaba una suave cuesta arriba. Al poco llegamos a Carmena y el siguiente pueblo era La Mata, lugar donde vivimos mi familia y yo unos siete años. El camino hasta La Mata no es fácil porque es cuesta arriba y con mucha arena. Entramos al pueblo por las eras y por la calle Real. El pueblo se atraviesa en línea recta y se sale por la carretera que va hacia Erustes subiendo el Cerro del Palo. Mirando en Google Maps, esa carretera se llama Camino de Talavera a Toledo. La subida al cerro le costó un poco a mi amiga, aunque es una subida suave. Una vez coronado el cerro comienza una cuesta abajo buscando la vía del tren. Poco antes de llegar a la vía se llega a donde estuvo la fábrica de jabón y que ahora es una pura ruina. Enfrente está el andén de la estación de Erustes, que creo que ya no funciona.

El camino te hace pasar por la iglesia de Erustes y desde allí cruza la carretera y sigue de frente, pero como no lo sabía, tiré por la carretera hacia Domingo Pérez, buscando que pillara bien la señal GPS. Al salir del pueblo vi que había que meterse a la izquierda y este trozo «extra» estaba fatal, ya que era cuesta arriba y con un firme asqueroso. Y la verdad es que el tramo hasta Cebolla era muy similar, cuestas y un firme con mucho pedrusco y arena. Eso sí, la entrada a Cebolla es una cuesta abajo tremebunda. Decidimos parar en Cebolla a tomar algo para reponer fuerzas y en la plaza, junto al ayuntamiento vimos una terraza y allí paramos, ya que era junto al ayuntamiento donde acababa el track del Tramo 5.

No estuvimos mucho tiempo, volvimos a montar y mirando en el track vi que la salida era por la calle del Ángel, lo que no se veía es que había una cuesta arriba de las de aúpa para subir a la iglesia. Yo conseguí subir a duras penas, pero mi amiga tuvo que poner pie a tierra. Una vez subida la cuesta de la iglesia el camino suaviza y al salir de Cebolla nos encontramos con un desagradable camino lleno de arena, que nos hizo echar pie a tierra unas cuantas veces, demasiadas. Había un montón de higueras a ambos lados del camino y me llamó la atención que hubiese un montón de higos tirados en el suelo, como si no los recogiesen, me dio pena verlos ahí tirados, aunque espero que sí los recojan y hagan negocio con esos frutos.

Montearagón está cerca y aún así tardamos un buen rato por aquello del camino arenoso, porque costaba mucho avanzar y había que hacerlo a pie. Por fin llegamos a este pueblo, cruzando la vía por debajo y volviendo a subir por una cuesta bastante empinada. Junto a la iglesia vi un monumento a los fallecidos por el Covid-19. En la bici no pude leerlo correctamente y eso que subía a dos por hora. Luego en internet he visto lo que ponía: «Montearagón, en homenaje a los que se fueron sin un adiós y a todas las personas que dedicaron su esfuerzo inalcanzable contra la pandemia del Covid-19». Un aplauso por ese monumento.

Se sale de este pueblo por una calle asfaltada cuesta abajo que acaba desembocando en las vías del tren. Por esa calle vi a un tipo que iba andando con una mochila por el camino, no sé si sería un peregrino. En paralelo a esas vías se circula unos metros hasta que se cruza al otro lado de las mismas y se continua por la carretera poca cosa hasta llegar a una glorieta donde se cruza la carretera y se llega a un camino que está muy cerca del río Tajo, que en esa zona hace un meandro. Aprovechamos para hacernos una foto con el Tajo a la espalda.

Con el río Tajo a nuestra espalda

Desde allí, dejando el Tajo a la izquierda se va avanzando por un camino que en muchos tramos es andar por encima de la paja. Iba un tanto temeroso por si podíamos pinchar, pero hubo suerte y acabamos la etapa con las ruedas intactas. En un momento dado se abandona el camino para ir por el arcén N-Va, pero al poco se vuelve de nuevo a un camino que luego se convierte en carril bici según se acerca a Talavera de la Reina. Ya iba con el culo destrozado y mi amiga algo cansada, pero no tardamos mucho en encontrar el hotel Roma. Nos colocamos las mascarillas y entramos y el individuo que estaba en la consigna nos dijo que podíamos dejar las bicis en el restaurante, que estaba cerrado por la mierda ésta del coronavirus. Dejamos las bicis y subimos al segundo piso donde estaba la habitación. Antes de salir del hotel pagué los 65 € estipulados para no entretenernos al día siguiente.

Camino Real de Guadalupe. Etapa 1

Primera etapa del Camino Real de Guadalupe: Móstoles, El Álamo, Casarrubios del Monte, Ventas de Retamosa, Camarena (descanso), Fuensalida, Torrijos y Gerindote.

Nos levantamos sobre las siete de la mañana. Apañamos todos, nos preparamos y montamos las bicis en el coche que nos acercó a Móstoles, la línea de salida.

Dispuestos a comenzar nuestra aventura

Sobre las nueve y cinco nos pusimos en marcha, comenzando en la Avenida Iker Casillas y el comienzo es muy agradable ya que se pasa por el parque del Soto y luego por una senda donde había corredores y ciclistas y por terreno favorable, pasando por detrás de la urbanización Coimbra y atravesamos un bonito puente de hierro sobre el río Guadarrama y poco después por debajo de la A-5. A partir de ese punto el camino ya no es tan agradable, es más ancho, pero el terreno es más arenoso y con cuestas arriba y cuestas abajo. Le comenté a mi amiga que en las cuestas arriba, plato mediano y a economizar fuerzas. Llevábamos 19 kilómetros cuando llegamos al primer pueblo, El Álamo, que prácticamente se atraviesa de un lado a otro por lo que parece la calle principal. Antes de salir hicimos una pequeña parada para poner en el móvil el Tramo 3 y cuando llegamos al comienzo del camino preguntamos a un paisano que andaba por allí, por si acaso. Nos dijo que sí, que siguiéramos rectos por ese camino.

El camino hasta Casarrubios del Monte sigue estando salpicado de cuestas arriba y cuestas abajo, pero no se va mal, son cuestas de poca entidad. A Casarrubios llegamos cuando ya llevábamos 25 kilómetros y al igual que en el pueblo anterior se cruza más o menos en línea recta. Saliendo del pueblo me confundí y en una bifurcación me fui a la derecha cuando era a la izquierda, pero mi amiga se dio cuenta rápidamente y corregimos el rumbo. El programa que llevábamos para seguir los tracks, llamado BikeGPX funcionaba bastante bien excepto en los pueblos, que se perdía un poco. No sé si era el programa o era el GPS del móvil.

El próximo pueblo era Ventas de Retamosa y fue el peor tramo ya que había mucha arena en algunos sitios y algún charco que otro. Tocó poner pie a tierra tres o cuatro veces por la arena ya que era imposible avanzar. Justo a la entrada de Ventas hay un mojón indicando que quedan 200 kilómetros para llegar a Guadalupe. Allí paramos a hacernos una foto. Llevábamos unos 34 kilómetros. No sé si fue en este tramo o en el anterior donde perdí el bidón en una bajada con muchos baches.

¡Ya sólo nos quedaban 200 kilómetros!

Como el track del móvil acababa en Camarena decidimos seguir, aunque estábamos más o menos en la mitad del recorrido. Atravesamos Ventas, aunque tuvimos que dar un pequeño rodeo cerca de la iglesia porque es dirección prohibida.

Desde Ventas hasta Camarena el camino está bastante bien, sigue un tanto arenoso, con alguna cuesta, pero se circula bien. Además enseguida se llega al que habíamos pensado como punto de descanso, Camarena.

La entrada a Camarena es cuesta abajo y acaba la cuesta en la plaza donde está el ayuntamiento y justo ahí acababa el track del móvil. Justo al lado hay un bar, por lo que aprovechamos para parar ahí, cuando llevábamos algo más de 41 kilómetros.

No estuvimos mucho tiempo allí, lo justo para tomarnos el tentempié. Nos montamos en las bicis y salimos por la calle de la iglesia, donde indicaba el track. El tramo hasta Fuensalida no tiene mucho desnivel, aunque sí hay algunas subidas y bajadas y ya acercándonos a Fuensalida el terreno es un tanto «pedrusquero» y por lo tanto muy pestoso; sin embargo, Fuensalida no dista mucho lejos de Camarena, por lo que no tardamos mucho en llegar, aunque ya empezábamos a notar el calor, que se hacía notar de lo lindo.

Cruzamos Fuesalida y fuimos dirección Portillo siguiendo el track, hasta la fábrica de Pablosky, donde se gira hacia la izquierda y se tira por un camino asfaltado donde se llega a un primera bifurcación que cogí bien, a la derecha. En la siguiente también me fui a la derecha, pero por allí no era ya que no había flechas ni nada. Tuvimos que darnos la vuelta para coger el desvío, menos mal que no nos habíamos alejado mucho.

El camino no está mal hasta Novés, aunque con alguna piedra. Poco antes de llegar a esta población se coge la Cañada Real Segoviana, que es una larga recta hasta Torrijos. El camino, cerca de Novés, se dirige a esta población para luego volver a salir un poco más delante. Nos dimos cuenta y evitamos este desvío un poco absurdo. Llegando a Torrijos pensé que podíamos parar en la tienda de bicicletas que hay enfrente de la Renfe y comprar un bidón, pero cuando llegamos allí vimos que estaba cerrada. Afortunadamente hay otra tienda al lado donde entramos y compré un bidón grande por tres euros. Aunque ya estábamos cerca del nuestro destino, llenamos los bidones porque se notaba que íbamos ya algo deshidratados. Llegamos a Gerindote por la carretera sobre las dos y diez de la tarde. Tardamos cuatro horas y veintiseis minutos en recorrer 68 kilómetros a una media de algo más de 15 km/hora.

Camino Real de Guadalupe. Etapa 0

El Camino Real de Guadalupe fue el camino de peregrinación más popular durante más de dos siglos, aunque ahora el más conocido, con mucha diferencia es el Camino de Santiago y sus múltiples variantes.

El Camino Real de Guadalupe sale de Madrid, de la iglesia de los Jerónimos y llega al Monasterio de Guadalupe pasando, como lugar más destacado, por Talavera de la Reina. El trayecto suma 257 kilómetros.

Como la salida de Madrid no es sencilla, ya que hay que ir callejeando, decidimos comenzar el Camino en Móstoles, partiendo de la Avda. Iker Casillas, muy cerca del Parque del Soto. Nos acercaron en coche hasta allí, pero otra opción es ir en Cercanías hasta la estación de Móstoles-El Soto, que está muy cerca de ese punto. De este modo, el recorrido total se quedaba en 232 kilómetros aproximadamente.

El día antes preparamos las bicis y las mochilas con la ropa y repuestos de la bici que nos íbamos a llevar para tenerlo todo preparado. Habíamos elegido la opción mochila porque no teníamos alforjas. De wikiloc bajamos un track y de la web caminorealguadalupe.com cogimos toda la información necesaria que fui apuntando en un cuaderno por si necesitábamos esa información y no había internet.

La idea era hacer cuatro etapas como recomiendan en esa web:

  • Día 1: Móstoles – Torrijos: 62 km
  • Día 2: Torrijos – Talavera de la Reina: 56 km
  • Día 3: Talavera de la Reina – Villar del Pedroso: 63 km
  • Día 4: Villar del Pedroso – Guadalupe: 50 km

Nuestra idea era parar en Gerindote en vez de Torrijos, ya que la compañera con la que iba a hacer el Camino tiene familia allí y podíamos alojarnos en esa localidad. Gerindote está pegado a Torrijos, por lo que el kilometraje es similar.

Correr o esquivar

Dice el refrán «el comer y el rascar, todo es empezar» dando a entender que lo más difícil es el comienzo y que luego va todo rodado. Y esto es aplicable a lo que me ocurre cuando salgo a correr, que estoy más tiempo esquivando gente sin mascarilla que simplemente corriendo. Y es que cuando comencé a correr después del confinamiento, me resultaba difícil esquivar al personal, pero una vez que coges el truquillo sólo hay que mirar quien viene de frente y hacer un rodeo para no cruzarte demasiado cerca de él. Al final incluso resulta más entretenido que ir simplemente en línea recta.

No era mi intención salir el lunes 25 de mayo ya que había salido el día anterior, pero me convenció una amiga y salí con ella por el parque de Pradolongo. Me notaba cansado y tampoco quería forzar, así que me mantuve con ella durante todo el recorrido, haciendo un total de 8 km en un tiempo 45:09 @ 5:37 min/km.

El miércoles 27 de mayo, siguiendo el plan de días alternos, volví a salir al parque de Pradolongo. Igual que estos últimos días, hacía una temperatura bastante agradable, sobre los 20º, por lo que corrí con una camiseta de tirantes y casi sobraba. Hice tres kilómetros a ritmo tranquilo y luego apreté un poco, yendo cuatro kilómetros un poco por debajo de cinco minutos por kilómetro. Hice un total de 8 km en un tiempo de 41:54 @ 5:14 min/km.

Para no perder la costumbre, el viernes 29 de mayo también bajé al parque de Pradolongo, pero me notaba algo cansado y por ello fui bastante tranquilo durante todo el recorrido. Por algún extraño motivo al GPS se le fue la pelota e iba marcando más distancia de la cuenta. Paré el crono cuando llevaba 8,5 km en un tiempo de 46:39 @ 5:29 min/km, pero hice algo menos.

El domingo 31 de mayo bajé al Parque Lineal y fue una experiencia horrorosa, ya que había muchísima gente y muchos de ellos sin mascarilla, así que tuve que salirme en algunos tramos del camino para esquivar al personal y en otros no me quedó más remedio que cruzarme y no respetar la distancia de seguridad. Iba tan horrorizado que aceleré de lo lindo en el tramo en el que transité por el parque. Lo pasé mal, lo reconozco. Hice 10 km en un tiempo de 51:37 @ 5:09 min/km y con esta decena de kilómetros, completo la tirada más larga desde que empecé a entrenar tras el confinamiento, haciendo un total de 34,5 kilómetros en esta semana.

Antes de salir el viernes me subí a la báscula y marcaba 69,9 kg que son trescientos gramos más que la semana anterior. No es lo deseable, obviamente, pero al menos no he traspasado esa barrera de los setenta que tanto duele.

Posiciones enconadas

Esta semana es de las largas, no es que tenga más de siete días, sino que toca entrenar lunes, miércoles, viernes y domingo. Al acabar el entrenamiento del lunes 18 de mayo vi cerca del punto de encuentro a Joaquín, Andrés, Adelino y a Antonio y estuvimos hablando a distancia de la última noticia pradolonguera. Resulta que tenemos un grupo de WhatsApp supuestamente para hablar del deporte que tanto nos gusta y siempre hemos dicho que no hablemos de política… ni de fútbol. Pero como siempre, hay gente que no se puede aguantar y habla de lo que no debe. Esto ha provocado que dos personas ya se han ido del grupo por desavenencias ideológicas. Cuando empezó todo esto del virus pensé que a ser una situación que nos iba a hacer a todos un poco mejores, pero he visto que de muchos ha sacado lo peor. Las posiciones se han ido enconando entre los que están en un lado y los que están en otro, como si el virus tuviera preferencia por unos u otros. Es muy triste, en este país no tenemos remedio, ya lo vio claramente Goya cuando a principios sobre 1820 pintó el cuadro Duelo a garrotazos en el que se ha querido ver una lucha fratricida entre españoles. En aquel entonces entre liberales y absolutistas, más tarde entre progresistas y liberales y lo que dio origen a la Guerra Civil entre la izquierda y la derecha. Ahora parecemos anclados a lo ocurrido en aquel entonces, no hemos aprendido nada.

Duelo a garrotazos. Una de las pintuas negras de Goya.

Como empecé diciendo, hoy salí al parque de Pradolongo bien pertrechado con mascarilla y gafas, aunque iba algo molesto porque se me empañaban las gafas. Como hacía calor salí con camisetas de tirantes, la última de la Carrera del Zofío. Iba todo feliz cuando justo al acabar la primera vuelta y dar la curva a izquierdas para comenzar la segunda noté una molestia en el tendón de Aquiles izquierdo. De nuevo mi punto débil se dejó notar. Aún así hice 7 km en un tiempo de 37:06 @ 5:17 min/km.

Cuando llegué a casa puse un tuit diciendo que había corrido con mascarilla y que había visto mucha gente andando sin mascarilla y algunos con este chisme mal colocado: en la barbilla, colgando de una oreja, con la nariz por fuera, en la mano, etc. Parece que no gustó demasiado que llevara mascarilla al correr.

El miércoles 20 de mayo de nuevo a las 8:30 sonó el despertador y de nuevo unos minutos después de las nueve me puse en marcha. Como hay que estar en casa a las diez, tampoco se pueden hacer muchos kilómetros… o al menos esa es una buena excusa para no correr más de la cuenta. Hacía bastante calor, cosa que no me gusta nada, primero porque lo paso mal y segundo porque eso provoca que haya más gente en el parque y es que la cantidad de gente con la que te cruzas en el parque es exagerada, imagino que por el hecho de tener una franja para poder salir. Nos cruzamos con Miguel y se vino un rato conmigo. Aproveché para acelerar un poco el ritmo y pasé de 5:44 a 5:06, luego a 4:47 y terminé a 4:38. Quise acercarme a 4:30, pero vi que mis piernas no dan para más… ¿o será la mascarilla? Es cierto que incomoda un tanto, pero no creo que sea peligroso como dice alguna gente. Hice en total 8 km en un tiempo de 42:19 @ 5:17 min/km.

El viernes 22 de mayo tocó subirse a la báscula. Marcaba 69,6 kg que es algo más que la semana pasada, pero que habrá que dar por bueno, aunque tenía la esperanza de haber bajado un poco. Desde el día anterior, el Gobierno había decretado al obligatoriedad de salir con la mascarilla siempre que no se pudiera guardar la distancia de seguridad. En el parque de Pradolongo es imposible en muchos tramos respetar esa distancia, así que salí con la mascarilla. Pese a que todo el mundo debería llevarla, de nuevo me sorprendió ver gente sin mascarilla y muchos llevándola mal. Y sobre todo me llamó la atención el colectivo de los dueños de perros que casi ninguno lleva. Debe ser que ellos son inmunes o que los perros se comen los virus a bocados. Antes había que tener cuidado con que no te mordiera un perro y ahora además hay que tener cuidado con que no te contagie su dueño. Algo tremendo. Hice 8 km en un tiempo de 42:13 @ 5:16 min/km.

Pablo Fuente es un tipo al que sigo en Tweeter. Es una persona bastante inteligente y un gran investigador, que ha estudiado el tema del coronavirus de cabo a rabo. Pues bien este hombre puso un tuit con un vídeo donde se le veía corriendo con mascarilla y es alucinante leer las respuestas de la gente. De nuevo el enfrentamiento, esta vez no sé si de izquierdas o derechas, pero sí de partidarios de la mascarilla y los que no. Parece que algunas personas están deseando que alguien ponga algo para tirarse a su yugular.

Para terminar la semana, salí el domingo 24 de mayo, pero esta vez más tarde que nunca porque no oí el despertador. Cuando salí de casa ya eran las 9:20 así que mucho no pude hacer. Iba corriendo por el parque y cada vez que veía a alguien sin mascarilla me iba mosqueando cada vez más. Me decía que pasara del tema, pero no podía remediarlo, me hervía la sangre al ver a tanta gente incívica. A ver si con el pase a la fase 1, que en Madrid será efectiva el lunes 25 de mayo, la gente se va a los bares en vez de a pasear al parque, porque me tiro todo el rato haciendo slalom para esquivar a los que van «desnudos». Hice 7 km en un tiempo de 35:54 @ 5:o7 min/km.

Más pinta de atracador que de corredor

La cosa va mejorando

Acabé la primera semana de entrenamientos con las piernas muy cargadas, pero parece que estoy algo mejor de las agujetas. Hoy 12 de mayo salí a Pradolongo con mi mascarilla y comencé haciendo un par de kilómetros tranquilo para luego apretar un poco más, pero tampoco nada del otro mundo. Lo malo es que aunque esté algo mejor me molestaron un poco las rodillas. En el parque Pradolongo, había bastante gente, no tanta como el domingo, lógicamente y mucha gente llevaba mascarilla, lo que me pareció muy bien, pero muchos no la llevan o la llevan mal, que es peor. Hice 6,3 km en 34:38 @ 5:27 min/km.

El 14 de mayo fue un buen día para correr porque estaba lloviendo, pero sin mucha fuerza, lo que hizo que el entrenamiento fuera muy agradable. Estos días me estoy despertando a las 8:30 para tratar de salir a las 9:00. Hoy nada más empezar vimos a Emilio, que se volvía para casa después de su entreno en Pradolongo. Estuvimos hablando de acera a acera, para evitar los contagios. Como estaba lloviendo había muy poca gente por el parque, sólo nos encontramos corriendo con un conocido y dos o tres más. Andando vimos como una docena de personas, entre ellos algunos pradolongueros que alternan día corriendo, día andando. Daba gusto correr con tan poca gente y con esa lluvia tan agradable. Por aquello de que estaba lloviendo no llevé mascarilla. Hice 6,5 km en 35:24 @ 5:26, un entrenamiento muy parecido al del día anterior.

Algunas semanas corro cuatro días y otras, como ésta, sólo tres. Es lo que tiene correr en días alternos. Hoy sábado 16 de mayo me levanté como estos días y lo primero que hice fueron mis necesidades y luego me subí a la báscula. Marcaba 69,5 kg lo que hizo que saliera a correr con una sonrisa de oreja a oreja, ya que había bajado 400 gramos en una semana. Veremos si consigo mantener esta progresión o al menos bajar de 69 y mantenerme en los 68. Como estos días, bajé a Pradolongo bien pertrechado con mi mascarilla y mis gafas. Hice 7 km en un tiempo de 39:39 @ 5:39 min/km.

De esta forma acabo esta semana corta con las piernas menos cansadas que la semana anterior, pero con la rodilla izquierda regular, aunque no mal del todo.

Primera semana post confinamiento

Llevaba sin correr desde el 14 de marzo y hoy 4 de mayo, por fin he vuelto a salir y eso que desde un par de días antes ya se podía, pero he preferido aguantar y dejar pasar el fin de semana, porque sospechaba que las calles estarían tomadas por corredores y viandantes. Algunos corredores estaban locos por salir a correr, pero yo tampoco tenía una necesidad perentoria por salir ya que con mis ejercicios siguiendo a María Martínez me sentía físicamente bien.

Como aún en Madrid no se puede entrar en los parques, pero Pradolongo me atrae como un imán, salí en dirección a este parque, pero rodeándolo, siguiendo el circuito de la antigua Carrera de Usera, dejando el parque a la izquierda. Notaba las piernas fatal y eso que iba a un ritmo cercano a seis minutos por kilómetro. Acabó el parque y llegué hasta la calle Antonio López y por esa calle hasta el carril bici, por el que seguí hasta llegar al ramal que lleva desde la Glorieta de Cádiz hasta la M30. Ahí me di la vuelta y me di cuenta que las sensaciones eran algo mejores, por lo que aumenté un poco el ritmo, tampoco mucho, acercándome a los cinco minutos y medio. Curiosamente, en la segunda mitad del entrenamiento me encontré mejor. Acabé haciendo 7 kilómetros en un tiempo de 40:27 al tremendo ritmo de 5:47 min/km y con las piernas fatal, como si hubiese hecho una maratón. Esas sensaciones no fueron únicamente mías, en diversos foros de corredores todos los comentan, las agujetas son tremendas.

Siguiendo el plan de correr en días alternos dejé pasar el lunes y volví a salir el martes 6 de mayo. Tenía las piernas muy cargadas, no había conseguido recuperar del esfuerzo de dos días antes. Esta vez salí por el carril bici del Anillo Verde hacia Aluche, hasta llegar a los cuatro kilómetros y allí dar la vuelta hasta el inicio. El inconveniente de este recorrido es que prácticamente toda la primera parte es cuesta arriba, aunque luego todo lo subido hay que bajarlo, algo se compensa, pero como siempre digo, lo que se pierde subiendo no se gana bajando. Iría por el tercer kilómetro cuando vi una figura familiar y cuando llegué a su altura comprobé que efectivamente era el que pensaba, así que me acerqué, pero no mucho y fuimos charlando un buen rato. No iba yo muy cómodo pensando que si este hombre estuviera infectado, los virus me los comía sí o sí. Ese día hice 8 km en un tiempo de 45:35 @ 5:42 min/km. La diferencia entre la ida (cuesta arriba) con la vuelta (cuesta abajo) se nota en que para ir fuimos a 5:58 y la vuelta la hicimos en 5:25.

El viernes 8 de mayo fuimos a Pradolongo. El día antes escuché la noticia de que el alcalde iba a abrir algunos parques, aunque no los más grandes. Pradolongo no es una parque pequeño, pero tampoco es demasiado grande, así que fue uno de los afortunados. Me llamó la atención la exhuberancia de la vegetación, que en algunos sitios había crecido tanto que casi ni se veían los bancos donde sentarse, parecía como si el banco hubiera sido abducido por la hierba. Fue un placer volver a mi querido parque, pero no me gustó demasiado lo que vi porque había muchísima gente y muchos sin mascarilla. Parece que todavía al gente no se ha concienciado con el tema de las mascarillas o simplemente es que demuestran una vez más su poco civismo. Yo llevé una doble mascarilla de papel para ver si aquello funcionaba, pero sólo me duró seis kilómetros ya que al ser papel al final se deshizo, por lo que tendré que salir con una mascarilla higiénica o quirúrgica. Hicimos 8 km en un tiempo de 46:06 @ 5:45 min/km, curiosamente más lento que el día anterior del que me quejaba de la cuesta arriba. De todos modos, sigo con las piernas muy, pero que muy cargadas.

Banco abducido por la hierba en Pradolongo. Foto cortesía de Ana Otero.

Acabó la primera semana post confinamiento el domingo 10 de mayo, cuando volví de nuevo al parque Pradolongo, el cual estaba bastante lleno, mucha gente corriendo y muchos más andando. Vi a varios pradolongueros también algunos corriendo y otros andando. Salí con la idea de hacer seis kilómetros más rápidos de lo habitual y uno de enfriamiento, pero cuando llevaba tres kilómetros y medio me crucé con Miguel, que subía. Me dijo que me esperaba y volvíamos a casa los dos, así que seguí y luego a la vuelta, cerca de la escultura Tres, nos juntamos aunque manteniéndonos alejados, y subimos hacia casa. Por aquello de encontrarme con Miguel, hice sólo 5,3 km, pero como los hice a buen ritmo (5:11 min/km), me doy por satisfecho. Antes de salir me subí a la báscula y marcaba 69,9 kg lo cual me alegró sobremanera, ya que indica que me he mantenido en mi peso durante el confinamiento.

I Marcha virtual Corre X los barrios de Madrid

La Unión de Carreras de Barrio de Madrid (UCBM) ha tenido la iniciativa de lanzar una marcha/carrera virtual con el objetivo de recaudar fondos para que el Ayuntamiento de Madrid pueda comprar material sanitario.

Cualquier persona podía inscribirse por 5 € y recibir un bonito dorsal con el número 131 que es el número de barrios de la ciudad de Madrid. Este dorsal podía imprimirse -quien dispusiera de impresora- o bien dibujarlo a mano, que fue lo que yo hice. Soy un auténtico negado del dibujo, así que hice lo que pude…

Dorsal 131 barrios de Madrid

Habían pensado en hacer dos salidas este 15 de abril. Unos podían empezar a las 11 de la mañana y otros a las siete de la tarde. Nosotros decidimos comenzar por la mañana.

Medí la distancia del salón y la cocina y vi que era de 11 metros, por lo que una vuelta son 22 metros y si queríamos hacer 5 km había que dar 227 vueltas y un poco.

A las once de la mañana nos pusimos en marcha, andando por la casa, atravesando salón y cocina. El gato nos miraba extrañado y se situaba en distintos puntos del recorrido, como algunos acompañantes en la maratón. Armado de un cronómetro con capacidad para 500 vueltas, iba apretando el botón cada vez que llegaba a la ventana del salón. En una vuelta normal, sin ir muy deprisa, tardábamos más o menos 15 segundos, que se podía bajar si apretábamos el paso, pero como nadie nos perseguía, tampoco íbamos muy deprisa.

Iba mentalmente calculando las distancias y pensé que cuando íbamos por la vuelta 40 llevábamos 1 kilómetro y lo habíamos hecho en algo más de 10 minutos. Luego me di cuenta que 1 kilómetro era algo más de 45 vueltas, así que el objetivo inicial de hacer 5 km nos iba a llevar algo más de 50 minutos.

Curiosamente el tiempo iba pasando deprisa, casi no nos dábamos cuenta y las vueltas se iban incrementando en el cronómetro. Enseguida llegamos al ecuador de la prueba y entonces se nos ocurrió trotar un poco de vez en cuando. Cada 20 vueltas cambiábamos el sentido del giro y luego añadimos al cambio de giro trotar diez vueltas, para que se hiciera algo más ameno. El gato seguía observando extrañado nuestra marcha por la casa pensando que quizás esos dos tipos no andaban bien de la cabeza.

Poco antes de llegar a las 227 vueltas inicialmente previstas a mi acompañante se le ocurrió que en vez de cinco podíamos hacer seis kilómetros y de esta forma hacer algo más de una hora de ejercicio, así que fuimos sumando vueltas y vueltas unas girando en el sentido de las agujas del reloj y otras al contrario. Andando casi siempre y trotando de vez en cuando.

Cuando nos quedaban pocas vueltas vimos que el gato se subió a la mesa, pensé en el palco de autoridades de la llegada de la maratón, pero debió pensar que estos andarines no se merecían su presencia y poco antes de terminar se largó del salón después de haber estado merodeando por allí casi toda la prueba. Cuando llegamos a la vuelta 272 paramos y miré el cronómetro viendo que habíamos recorrido aproximadamente seis kilómetros en algo más de una hora y cuatro minutos.

Sacamos una medalla no sé de dónde y nos hicimos una bonita foto con nuestras preseas, como si fuese una prueba de verdad. Y desde luego para mí fue de verdad de la buena, porque sé que el dinero que abonamos por la inscripción servirá para la lucha contra el maldito Covid-19 que está causando estragos en todo el mundo y especialmente en nuestros mayores.

No eran de oro pero como si lo fuesen

Bulos sobre el coronavirus

Sorprendentemente hay gente que en estos tiempos tan jodidos para mucha gente aprovecha para lanzar bulos por las redes sociales con no sé qué idea. ¿Se creen más listos que nadie? O son simplemente pobrecitos. Me inclino por la segunda alternativa.

Aquí entra la gente de maldita.es que hace un trabajo increíble y entre todas los temas que tocan uno de ellos es desmentir bulos que corren por las RRSS y en estos días, desmentir bulos sobre el coronavirus. Cuando escribo esta entrada, a las diez de la mañana del día 11 de abril ya llevan desmentidos más de cuatrocientos bulos, como se puede ver en la figura adjunta.

Pues bien, a lo que iba, sigo en Twitter al usuario @malditobulo y de vez en cuando sacan mensajes diciendo que hay X bulos sobre el coronavirus y ofrecen una imagen que te lleva a la URL donde ellos ofrecen la información sobre los bulos. Lo que no me gusta de este tema es que al consultar esa URL en vez de poner los nuevos bulos arriba de la página web lo van poniendo de aquellas maneras, de tal modo que cuando consulto, siempre aparece arriba el tipo del clorito de sodio y tengo que andar buceando para buscar los casos nuevos.

Me di cuenta que la URL que se consulta siempre tiene la misma estructura:

https://maldita.es/malditobulo/2020/04/10/coronavirus-bulos-pandemia-prevenir-virus/

Tiene un prefijo «https://maldita.es/malditobulo/» luego el día en formato «AÑO/MES/DÍA» y luego un sufijo «/coronavirus-bulos-pandemia-prevenir-virus».

Entonces se me ocurrió que se podía automatizar cómo encontrar nuevos bulos de manera fácil, aunque la información quede presentada de manera un poco cutre-salchicera.

Para ello hice un script en bash que se ejecuta en una máquina *nix y que presenta de una manera no muy elegante los nuevos bulos. Algo así como:

No, el Ministerio de Sanidad no ha enviado una cadena de WhatsApp con recomendaciones contra el coronavirus que pide protegerse con mascarilla
Alcohol, ajos y mascotas: los mitos sobre el coronavirus que ha desmentido la OMS
¿El COVID-19 puede transmitirse en áreas con climas cálidos y húmedos?
¿Darse un baño caliente protege del coronavirus?
¿El nuevo coronavirus puede transmitirse a través de picaduras de mosquitos?
¿El frío y la nieve matan al coronavirus?
¿Son efectivos los secadores de manos a la hora de matar el nuevo coronavirus?
¿Pueden una lámpara de desinfección ultravioleta matar el nuevo coronavirus?

Si ves algún bulo nuevo y tienes interés en saber con detalle de qué se trata se accede a maldita.es y se ve el contenido. Fácil.

Para instalar el script se puede bajar de mi repositorio de GitHub: https://github.com/miguelius1966/bulos-coronavirus

Siéntete joven

Debido al confinamiento, como no se puede salir a correr, hay que buscar alternativas. Llevo junto a mi familia, desde el día 16 de marzo siguiendo los vídeos de María Martínez que tiene un canal de YouTube donde realiza diversos ejercicios para mantenerse en forma. Por la forma de presentarse, con un «hola guapísimas» es evidente que está enfocado a mujeres, pero yo sudo de lo lindo con sus rutinas y me tiemblan las piernas con algunos de sus ejercicios, por lo que no necesito más. He visto algún vídeo de Fausto Murillo, pero son demasiado heavies para mí, me quedo con María.

Así, todos los días a las siete de la tarde nos ponemos y realizamos alguna rutina siguiendo un calendario que publica en su web. Sin ir más lejos, ayer hicimos una rutina de baile latino + adelgazamiento y otra de muslo interno. Los vídeos son muy entretenidos porque son muy variados. Algunos son de baile, otros con un palo, otros con mancuernas. Me gusta sobre todo por eso, por la variedad y porque la chica los hace muy amenos.

Me gustan tantos, que cuando acabe el confinamiento combinaré las carreras a pie con alguno de sus vídeos, ya que es bueno ejercitar otros músculos para esto del correr.

¡Gracias María! Cada día que pasa me siento más joven 😉