100 km en 24 horas

Ante todo decir que tuve una suerte increíble durante toda la prueba, esto hizo que se me hiciera más llevadera. No me ha resultado tan dura como pensaba, aunque he sufrido mucho por las ampollas.

Después de recoger el dorsal de los 100k24h
Después de recoger el dorsal, impaciente por salir

Salí con Ángel, un compañero de equipo que había acabado todas las ediciones de los 100, con la idea de hacer toda la prueba con él, ya que para un novato como yo era todo un aliciente correr con un superveterano como él. Con el intenso calor que hacía salimos muy despacio y eso me ayudó a conservar unas fuerzas que me fueron muy útiles para el resto de la prueba. Sin embargo, Ángel no debía encontrarse bien porque continuamente me pedía que me fuese solo, cosa que al final hice sobre el km 15 ó 16. Estoy realmente arrepentido porque quizás con mi ayuda podía Ángel haber terminado, una vez más, la prueba.

El caso es que después de dejar a Ángel más sólo que una colilla y aprovechando que después del avituallamiento del 18,5 era cuesta abajo, empecé a trotar en las zonas más favorables e iba adelantando a bastante gente. Tenía previsto llegar sobre las seis de la tarde a Colmenar y llegué un poco antes, sobre las seis menos veinte. En el polideportivo me paré el tiempo suficiente para comer lo que tenía previsto: bollo y plátano y me cambié de calcetines después de aplicarme vaselina. En ese momento me di cuenta de que las ampollas me iban a fastidiar durante la prueba, porque ya notaba algo en la planta de los pies.

A la salida de Colmenar me encontré a una chica que avanzaba muy rápidamente sobre unos bastones, estuvimos hablando un rato, pero en las cuestas abajo me ponía a trotar y pronto me quedé solo. En ese trayecto hacia Tres Cantos pude adelantar a un hombre que iba todo de blanco: pantalones largos, camiseta de manga larga y gorra. Parecía que iba en pijama, pero andaba a un ritmo realmente demoledor. Sabía que aunque pudiera adelantarle a mi trote cochinero, él me iba a adelantar cuando empezasen las cuestas, como así fue. El tramo entre el avituallamiento del km 39 (demasiado cerca de la salida de Colmenar) y el avituallamiento del 45,7 se me hizo realmente largo sobre todo debido a la terrible cuesta arriba junto a la tapia de El Pardo. Me sorprendió que después de Colmenar ya no hubiese las manadas de corredores que salieron a mediodía. Después me enteré que en Colmenar se habían retirado casi 700 corredores.

Poco después me adelantó la chica de los bastones y me pareció increíble que sólo andando pudiera darme alcance. Luego me confesó que había ido también corriendo un buen tramo. Poco antes del km 49 había que vadear un arroyo que este año apenas llevaba agua, por lo que fue más sencillo pasar al otro lado. Para llegar al polideportivo de Tres Cantos había que atravesar una pasarela peatonal sobre a Ctra. de Colmenar y recorrer una larga calle. Cruzando la pasarela alcancé de nuevo a la de bastones y, aunque en ese momento no lo sabía, iba a estar con ella casi la mitad de la prueba. Al cruzar la pasarela, el termómetro marcaba 33º, mucha temperatura para la hora en la que estábamos. Al polideportivo de Tres Cantos llegué casi con nueve horas de carrera. Allí me puse a comer y a coserme las tres ampollas que tenía en ese momento. Aproveché para cambiarme de zapatillas pensando que peor no me podía ir. Craso error.

Salí de polideportivo casi sin poder plantar los pies, como si fuese el mismo Chiquito de la Calzada. Casualidades de la vida, me encontré de nuevo con la de los bastones nada más salir de Tres Cantos, además de un grupo de unas cinco personas que hicimos ese tramo, hasta San Sebastián, todos juntos. Al poco de empezar la marcha cayó la noche y empezamos a caminar con la luz de los frontales. Era una experiencia nueva para mí caminar con el frontal en plena noche. En este tramo empezó a llover y bien que lo agradecimos, harto como estábamos de tanto calor. El grupo fue creciendo hasta llegar a ser de diez personas. En el avituallamiento del km 67 nos comentó el hombre que allí estaba que no habían pasado por ese punto más de 80 personas. Me pareció increíble que de los 1200 que éramos de la partida fuese en posiciones tan avanzadas. Sobre el km 70 nos adelantaron corriendo un trío. Me pareció alucinante que alguien pudiera en ese punto tener energía para ir trotando y habilidad para no tropezarse, más teniendo en cuenta que era una noche muy oscura.

En el km 74, poco antes de la una de la noche, llegamos al polideportivo de San Sebastián, que estaba en obras. Polideportivo por llamarlo de alguna manera, pues sólo eran varias casetas prefabricadas. Allí me puse a comer mi bollo y mi plátano y anduve buscando al fisio para que me diese algo de vaselina porque me rozaban los muslos. No fui capaz de encontrar al fisio ni al bote de vaselina, desgraciadamente para mí. Los pies no quise ni mirarlos de lo que me dolían. Pude observar que casi todo el grupo con el que había venido hasta allí había optado por darse una ducha, por lo que aproveché que salían tres individuos vestidos de azul para unirme a su grupo.

El camino hasta Tres Cantos estaba muy bien arreglado, con el piso muy firme, por lo que el trío de azules me animó a ponerme a correr. Yo pensaba que estaban locos, pero lo intenté. Y el caso es que pude ponerme a trotar y era capaz de seguirlos. Aunque en las cuestas arriba volvíamos a caminar, el resto del camino lo hicimos trotando. Me resultó muy placentero correr por la noche ya que, como decía uno del grupo azul, correr de día es lo normal, pero por la noche es algo que no se hace todos los días.

A los pocos kilómetros adelanté de nuevo a la chica de los bastones que había salido antes que nosotros y seguía a buena marcha con su impecable técnica de caminata nórdica. Según me comentó, con los bastones las rodillas sufren menos que andando normal y el impulso es más eficaz. Sin embargo, los bastones son algo incómodos si tratas de correr porque son más una molestia que otra cosa.

Seguíamos alternando el trote con la caminata hasta que llegamos a la ciudad de Tres Cantos, donde la entrada es un auténtico laberinto, ya que hay que cruzar la Ctra. de Colmenar una vez en un sentido y luego en otro. Este último cruce se hace por la pasarela que ya se pasó en el km 51. Pasamos sobre las tres de la mañana y el termómetro marcaba 24º, que no está nada mal. Llegué al polideportivo (km 88) sobre las 3h20 y la señora que sellaba el rutómetro nos comentó que sólo habían pasado por allí 50 personas. No me lo podía ni creer. Así que me dispuse a comer mi media ensalada de macarrones y el plátano y el bollo de rigor más contento que unas castañuelas. Aproveché para ir explotando las nuevas ampollas que me habían salido. Me dolía, sobre todo, una ampolla nueva que me hice en el pie derecho de un diámetro aproximado de dos centímetros. Esta vez ya no tenía ganas ni de «coserme» las ampollas, por lo que cogí la mochila que había dejado allí, me la puse a la espalda y salí decidido a afrontar el último tramo de la prueba.

Salí con la idea de tomarme este último tramo más tranquilo, ya que estaba algo harto de ir todo el día a paso cuartelero y cuando no, trotando. Al pasar de nuevo por la pasarela, el termómetro marcaba 23º y eran las cuatro de la mañana. En contra de mis planes, de nuevo la chica de los bastones coincidió conmigo en la salida del poli y ella no estaba dispuesta a aminorar la marcha, por lo que hice los cuatro primeros kilómetros más deprisa de lo que había pensado, pero en el avituallamiento del km 92 seguí con mi plan inicial de tomármelo más tranquilo y me quedé solo. Estos últimos ocho kilómetros han sido los únicos donde he ido solo durante toda la carrera. Me adelantaron los tres azules y no tuve ganas de seguirlos, prefería ir a mi bola. Alfonso, uno de ellos, me había advertido, igual que antes Angel, que poco antes del final había una enorme trampa, la cuesta del cementerio.

En el km 96 cuando se deja de vadear el arroyo una y otra vez, se encuentra el último avituallamiento. A partir de ahí es todo una sucesión de cuestas, alguna más difícil que otra. Cada una que subía pensaba ¿será esta la del cementerio? Pero no me parecían suficientemente duras… hasta que llegó un momento, ya cercanas las luces de Colmenar, en que el camino de tierra se torna asfalto y la carretera se empina de forma inverosímil. Afortunadamente, había dejado algo de energías para ese momento y lo subí bastante bien, creo. En plena subida me adelantó un corredor y me comentó que si apretaba un poco podía llegar antes de las seis de la mañana. Pero en la cuesta poco podía apretar. Sin embargo, cuando coroné pude ver el polideportivo Lorenzo Rico donde estaba instalada la meta. Así que me olvidé de cansancio, de ampollas y demás cosas accesorias y me puse a correr -ahora sí corría, no trotaba- hacia la meta, donde llegué tres minutos antes de las seis de la mañana, haciendo un tiempo de 17h57, un poco alejado de mi tiempo previsto de 16h45, pero enormemente feliz después del día tan duro que habíamos pasado y de algunos problemas físicos que tuve en esta última semana.

Diploma de los 100 km en 24 h 2009
Diploma de los 100 km en 24 h

Ya en el polideportivo, me duché, me puse rompa limpia y me tiré sobre una colchoneta con la idea de dormir hasta por lo menos las diez. No pudo ser, a las ocho y media me desperté y no fui capaz de volver a dormirme. Fui al puesto donde estaban las enfermeras y trataron de arreglarme un poco las ampollas, pero no sirvió de mucho, me seguían doliendo como condenadas. Eso sí, me aconsejaron que metiera los pies en agua con sal y vinagre, cosa que estoy haciendo en estos momentos, mientras escribo estas líneas.

Desde aquí quiero dar las gracias a varias personas que ha hecho que haya podido llegar a la meta. En primer lugar a Ángel por haberme metido el gusanillo de esta prueba y por sus sabios consejos. También el amigo Luis que me ha ayudado mucho con su enorme conocimiento de técnicas de entrenamiento y alimentación e hidratación. Tampoco quiero olvidar a Belén, la «chica de los bastones» y al trío azul, compuesto por Alfonso, Javi y Pedro que me ayudaron en los últimos tramos de la prueba.

XXV Media maratón de Fuencarral

Después de no haber corrido el año pasado tenía ganas de correr esta bonita y dura carrera que siempre me ha gustado. Sin embargo, a última hora tenía pensado no correr porque andaba recuperándome de una contractura en el gemelo (consecuencia de la media de Getafe) y no había entrenado mucho en las últimas semanas. Pero el sábado a la hora de acostarme, después de haber bebido y comido en demasía por culpa de la celebración del cumple de mi hijo decidí que iba a participar con la idea de compensar los excesos.

Nos encontramos un buen número de compañeros del equipo en la salida y salimos juntos un buen grupo: Jesús, Liborio, Emilio y un servidor. Al poco nos pasó Paco y poco después Fernando y Luis que bajaban lanzados por Herrera Oria. Ahí, en la bajada, empecé a notar que la contractura se dejaba notar en cuanto alargaba la zancada, por lo que decidí no forzar y vi como poco a poco el grupo con el que había salido se iba alejando irremisiblemente.

Fuencarral 2009
Posando en el Polideportivo de Santa Ana

Después de la bajada, yendo hacia El Pardo pude ver a Paco que me sacaba unos metros, por lo que me esforcé en contactar con él. Llegué a su altura poco antes de llegar a El Pardo y estuvimos conversando un poco, hasta que la carretera se empinó y ya nadie podía (ni quería) hablar. Esa primera cuesta la subí con energía, pero controlando que quedaba mucho. En la segunda cuesta, la más larga que acaba en la tapia de El Pardo adelanté a la chica que Jesús había conocido en el metro y que pensaba hacer una buena carrera. Parecía que le costaba un poco subir, pero luego pude comprobar que bajaba bastante mejor.

Perfil media de Fuencarral
Perfil realmente duro de la media Fuencarral (gracias a Luis)

Después de pasar la tapia de El Pardo, en la bajada que conduce a la vía del tren tuve que controlar bastante para llevar una zancada cómoda y que la contractura no molestase. En esa bajada la gente me adelantaba en manadas. Tras pasar por debajo de la vía, poco antes del km 18 la carretera vuelve a empinarse y aunque ya queda poco para la meta se hacen duros esos kilómetros. Ya sólo quedaba tirar de coraje porque las fuerzas escaseaban y la meta ya estaba cerca.

La nueva ubicación de la meta hace que la última cuesta, ya por las calles del antiguo barrio de Fuencarral, sea más corta, eso se agradece bastante porque la fatiga ya es grande. La entrada al polideportivo se hace por una cuesta abajo de bastante pendiente, por lo que tuve de nuevo que controlar en la bajada y apretar un poco en los 300 metros que transcurren por la pista de atletismo. Paré el cronómetro en 1:42:28 poco después de pasar el arco de meta. Los resultados oficiales se pueden consultar en este enlace.

Según eso, mi clasificación:

642 MIGUEL ANGEL GARCIA BLAZQUEZ 1:42:26 1:42:19 04:50

Acabo de leer un correo enviado por un compañero donde cuenta que entre el km 13 y el 14 un corredor se desplomó sin sentido y que la ambulancia tardó un buen rato en llegar. No se sabe qué ha sido de él. Siempre resulta triste leer este tipo de noticias. Espero que el pobre haya tenido suerte y se recupere de este accidente.

Tiempos por kilómetro:

1 4:40
2 4:26
3 4:33
4 4:19
5 4:20
6 4:10
7 4:05
Parcial 1 30:35
8 5:02
9 4:46
10 4:14
11
12 9:42
13 4:59
14 5:10
Parcial 2 34:19
15 5:13
16 5:50
17 4:47
18 4:43
19 5:37
20 5:15
21,097 6:07
Parcial 3 37:32

Claramente una carrera de más a menos, aunque en Fuencarral no hay otra manera de hacerlo.

X Media maratón de Getafe

Objetivo: Bajar de 1h41 del año pasado
Hora de salida: 10:30
Lugar: Getafe

Lo que son las cosas. En el mes de octubre estoy preparando la maratón de Ciudad Real. Me encuentro bien. Hago una media de prueba en Cantalejo con intención de hacer 1h35 ó 1h36 y me voy a 1h46 pasándolo fatal. Hoy voy a Getafe sin ninguna intención y hago 1h36 en medio del diluvio universal. Está claro que hay que ir a las carreras sin ninguna presión, de lo contrario tienes un enemigo más.

El día presagiaba lluvia y cuando ya estábamos esperando a que dieran la salida empezaron a caer las primeras gotas. Llovió durante la carrera, pero resultaba agradable la sensación de la lluvia en la cara. Eso hasta los cinco o seis últimos kilómetros que empezó a llover de una manera despiadada. En esos últimos kilómetros y en el rato que estuvimos quitándonos el chip y recogiendo la bolsa con las bebidas, el agua caía del cielo exageradamente.

Salí con Emilio y Joaquín, intentando aguantarles lo más posible. Pasamos el primer tercio en 32:05, por lo que calculé que haríamos 1h36. Y no me equivoqué. Al final de la primera vuelta, entre el km 10 y 12 lo pasé algo mal, pero conseguí reponerme. Pasamos el segundo tercio en 1:03:51, manteniendo el ritmo del principio, incluso un poquito mejor. En el km 16, Emilio se puso a tirar como un loco tratando de descolgar a un compañero de Garabitas y pensé que no podría seguirles, pero no sé muy bien cómo, pude ir detrás de ellos. Lo cierto es que el último cinco mil fue rápido para mí, no pensaba que podría soportar ese ritmo, pero al final pude y nos presentamos los tres juntos en la línea de meta, donde hicimos un tiempo de 1:36:17 tiempo oficial, 1:36:12 tiempo neto, a un ritmo de 4:33.

Menos mal que en el guardarropa no se mojó mi mochila y pude cambiarme absolutamente de todo: camiseta, pantalones, calcetines y zapatillas. Todo bien seco y como nuevo.

Para terminar, recordar que el precio de la inscripción era de 15 € y que este año no dieron camiseta ni similar, sólo un ladrillo de metacrilato que, al menos, hizo que nos mojáramos algo menos en la entrega de las bolsas.

Bajo la lluvia en Getafe 2009
Emilio y Joaquín marcando el ritmo en Getafe, yo aguanto como puedo

X Trofeo Paris

Como el domingo que viene no puedo correr la carrera de Usera, decidí a última hora apuntarme a esta carrera que también se celebra cerca de mi casa. Y la verdad es que fue un acierto, porque ha sido una de las carreras más bonitas que he corrido. Primero porque toda la prueba transcurre dentro del parque (cosa que no ocurría antes) y segundo porque la nieve había dejado un paisaje singular y realmente precioso.

Llegué a la carrera sin muchas ganas de correr porque ando un poco tocado de los dos tendones de aquiles y la presencia del frío, la nieve y el hielo no invitaba a correr, la verdad. Pero una vez puesto en la línea de salida olvidé todas las zarandajas y me puse a correr como si en ello me fuese la vida. La salida se da en la parte más alta del parque en una avenida asfaltada. En esa parte, el suelo estaba bien y se podía correr deprisa ya que además era en ligera bajada. Al llegar a un aparcamiento que hay junto a la A-4, se abandona la pista asfaltada y la carrera se interna en senderos de tierra, un tramo de carril bici y en ocasiones suelo de madera que era lo más peligroso porque era lo que más resbalaba. Parece que el punto más difícil del circuito era pasado el km 3, justo después de un estrecho puente que cruza el Manzanares. Justo al cruzar el puente había que hacer un giro de noventa grados y el piso estaba helado. Más de uno besó el suelo y eso que había una persona de la organización indicando que tuviésemos precaución en ese punto.

En los tramos de nieve, se podía correr bien, sin embargo, en algunos tramos de hielo había que tener mucho cuidado y clavar bien los talones para no resbalar. Eso mermaba la velocidad.

Al pasar por el km 5, mi cronómetro marcaba 21:31 por lo que pensé que quizás aplicándome un poco podía bajar de los 43 minutos. Sin embargo, había salido demasiado rápido y en la segunda vuelta no fui tan deprisa como me hubiera gustado. Además el final es una rampa de unos 400 metros con suelo de madera que estaba, también, algo resbaladiza. Aunque eso no quitó que en los últimos metros apretara los dientes para arañar algunos segundos al cronómetro. Paré mi reloj en 43:12. En la clasificación atletismomadrid.com aparezco con un tiempo oficial de 43:10 y un tiempo neto de 42:57.

La organización me pareció perfecta. La inscripción la hice por internet. No tuve problemas para encontrar el dorsal adjudicado, ni para recoger el chip y el dorsal. Un poco más me costó dejar la ropa en el guardarropa, pero no mucho. Tampoco tuve problemas para ir al servicio. El circuito estaba señalizado cada 500 metros y la distancia era homologada, ya que después de la carrera popular se celebró en el mismo circuito el Cpto. de Madrid de atletas veteranos. Había una alfombra para cronometraje en la salida, en el km 5 y en la llegada. Todo un despliegue. A la llegada nos dieron una bolsa con dos camisetas, agua, zumo, coca-cola y un plátano. También unas ampollas con ¡¡agua de mar!! que supuestamente son la panacea para la recuperación. Una bolsa que sin ser la pera limonera, no estaba nada mal. Todo por 8 €.

Además de la carrera popular, anteriormente se habían celebrado carreras para niños. Luego se celebró el Cpto. de Madrid de veteranos como ya he apuntado y para poner la guinda a la tarta, la mañana terminó con una carrera sólo para mujeres. Desde luego, toda una maratón de organización.

Trofeo Páris 2009

Trofeo Páris 2009
Mucha nieve durante el recorrido

La verdad es que he me ha gustado mucho esta carrera, que apuntaré en mi calendario para años venideros. Totalmente recomendable.

XXIX San Silvestre vicalvareña

Objetivo: Acabar el año corriendo
Hora de salida: 11:45
Lugar: Barrio de Vicálvaro

Cuatro compañeros nos reunimos el último día del año en el barrio de Vicálvaro para correr la San Silvestre que allí se celebra. Por desgracia, de nuevo, volví a llegar tarde al punto de encuentro, esta vez debido a que en el último momento me tuve que ir en metro y siempre se tarda algo más que en coche.

El caso es que cuando llegué tuve que buscar a Carlos que tenía mi dorsal, pero tuve suerte que le encontré rápido. Luego tocó buscar el guardarropa y, según parece, los encargados del guardarropa no aparecieron, por lo que uno de los miembros de la organización nos invitó a dejar las bolsas en una habitación, indicando que no iba a pasar nada, que él vigilaba. Nunca había dejado y recogido la mochila tan rápido.

No sé si porque la gente se desencanta de la Vallecana o es que prefieren irse a cenar sin prisas, lo que es una realidad es que este año había más gente que en los pasados y eso lo noté sobre todo a la salida, ya que me costó pasar la línea de salida y coger el ritmo. El circuito consta de dos vueltas no exactamente iguales y en la primera salí tranquilo pensando apretar en la segunda. Y eso fue lo que hice. Resulta motivante ir adelantando a gente, ya que eso te da más confianza y en la segunda vuelta fui adelantando a bastantes corredores que quizás pagaran la alegría de la salida o de las bonitas cuestas que nos ofrece el circuito. Total, que llegué pletórico a la pista de atletismo y aceleré para rebajar el tiempo lo más posible, marcándome una recta de meta a tope. Parece que eso no gustó al último corredor que rebasé porque me metió el codo como si nos estuviésemos jugando algo.

Después, recogida de la mochila, ducha calentita y a esperar si nos tocaba algo en el sorteo de los embutidos. Este año no hubo suerte, se nota que hay más a repartir y el mismo número de regalos.

Según mi cronómetro, tardé 35:42 en correr una distancia indeterminada entre 8 y 8,2 km, más o menos. Habría que mirar con Google Earth para saber más aproximadamente la distancia recorrida. El tiempo es mejor en dos minutos que el año pasado, aunque peor que hace dos años, que hice 35:16 creo que en el mismo circuito. La diferencia es que este año llegué a meta tranquilamente y no a tope como hace dos años.

Vicálvaro 2008
Esperando la salida en la Sansil Vicalvareña. No he podido salir peor.

XXV Carrera popular villa de Aranjuez

Hoy se ha celebrado la XXV edición de la Carrera Popular de Aranjuez. Después de correr el domingo pasado el Trofeo Akiles, esperaba mejorar el tiempo que hice, pero no por tanto…

Salí con dos compañeros de entrenamiento con idea de hacer 42 minutos. Pensábamos que con ese tiempo Emilio podía aspirar a conseguir algún trofeo en su categoría de mayores de 60 tacos, pero salimos muy deprisa y Emilio pronto se quedó atrás. Joaquín tiraba y tiraba y yo le seguía a un par de metros. Intenté seguirle todo lo que pude, pero en en el km 6, se me fue unos cuantos metros. Intentaba que no se escapara mucho y eso me llevó a realizar un buen tiempo en meta. El tiempo oficial ha sido de 41:47, neto de 41:46, sólo siete segundos peor que mi mejor marca en 10 km. Y mejorando dos minutos mi tiempo de una semana antes en Akiles.

Llegando a meta
Llegando a meta

Asombrado con el tiempo realizado
Asombrado con el tiempo

La verdad es que hizo un día excepcional para correr, ya que hacía buena temperatura y el viento no se movía. Además el circuito es muy llano y el sitio es ideal. Una maravilla de carrera. La pena es que cada vez hay más gente.

Luego estuvimos comiendo en la Cafetería Restaurante Aranjuez, sita en la calle Abastos, donde el ex-compañero de Antonio había reservado mesa. Sin embargo, hubo algún problema porque no todos cabíamos y José Antonio y familia tuvieron que buscar otro sitio. Parece que acabaron en el Burger King. Fue un placer saludar a Elena después de unos cuantos años sin verla.

Tiempos realizados por kilómetro:

Kilómetro Ritmo por km
1 4:02
2 4:15
3 4:04
4 4:07
5 4:08
Primera mitad 20:38
6 4:12
7 4:11
8 4:15
9 4:21
10 4:09
Segunda mitad 21:09
Tiempo total 41:47

XXVIII Trofeo Akiles

Un año más he corrido el Trofeo Akiles, aunque en unas condiciones en las que no había corrido nunca, ya que había tramos del recorrido que ¡¡¡estaban congelados!!! Muchas veces no sabías si ibas corriendo o patinando.

Lo cierto es que hablaban de que el día iba a ser muy frío pero no me pareció que fuera tanto, aunque resultaba chocante ver que todo el mundo iba bien abrigado mientras que yo iba con la camiseta de tirantes. En ningún momento sentí frío ni antes ni durante, ni después de la carrera, quizás debido a que el viento no se movía. Luego al terminar, me cambié y me abrigué bien. Sin duda, un magnífico día para correr.

Tenía pensado correr rápido para rebajar el tiempo que hice en Rivas hace unas semanas y aunque tuve que ir con mucha precaución en algunos tramos, conseguí mejorar ese tiempo, parando el cronómetro en 43:47. Tiempo que espero mejorar en Aranjuez ya que la carrera es menos dura y espero que el asfalto no esté congelado.

Tiempos realizados por kilómetro:

km  1: 4:31
km  2: 4:30
km  3: 4:54
km  4: 4:36
km  5: 4:03

Primera mitad: 22:36

km  6: 4:10
km  7: 4:14
km  8: 4:26
km  9: 4:22
km 10: 3:57

Segunda mitad: 21:11

Tiempo total: 43:47

X 10 km de Rivas

Hoy nos hemos dado cita unos 1200 corredores en el polideportivo del Cerro del Telégrafo para recorrer los 10 km de los que constaba la carrera popular de Rivas. Anteriormente, habían desfilado por la pista del estadio de atletismo miles de atletas de las categorías inferiores, desde niños con tres o cuatro años hasta niños de catorce. Me resultó curioso observar que en la categoría de alevines (10 y 11 años) el ganador hizo un tiempo de 4:30 en 1.200 metros ¡¡¡quien pudiera!!!

A lo que iba. A las doce se dio la salida en la pista de atletismo y aunque costó un poco pasar la línea de salida (sólo 15 segundos) pronto pude empezar a correr a mi ritmo. Como hay que dar dos vueltas, pensaba ir tranquilo en la primera y acelerar un poco más en la segunda, pero en la segunda vuelta por más que lo intentaba, no podía ir más deprisa. Imagino debido a que después de la maratón de Ciudad Real sólo he hecho entrenamientos suaves. O quizás también por el aire en contra que pegaba fuerte en la zona más dura del circuito. La ventaja es que al final acabé más fresco que una rosa, haciendo 44:32 según mi cronómetro, 44:35 tiempo oficial y 44:20 tiempo neto. A elegir.

Tiempos por kilómetro:

 1. 4:43
 2. 4:20
 3. 4:19
 4. 4:33
 5. 4:27

Primera mitad: 22:25

 6. 4:31
 7. 4:22
 8. 4:28
 9. 4:38
10. 4:06

Segunda mitad: 22:07

La organización estuvo muy bien. La entrega de dorsales para la gente que se había inscrito por Internet y la entrega de chips se hacía cómodamente. Dentro del polideportivo había taquillas para dejar la ropa y vestuarios para poder ducharse. Una maravilla. Los kilómetros estaban perfectamente señalizados y no había problemas en los cruces. A la llegada una buena cantidad de sillas para poder sentarse y quitarse el chip con comodidad. Todo un detalle. La animación tampoco estuvo mal y es que dar dos vueltas y volver e ir por el mismo sitio es bueno para el aficionado porque puede ver pasar a los corredores cuatro veces. Eso sí, la bolsa del corredor algo raquítica con una buena camiseta de algodón de manga larga, ideal para el invierno y una botella de agua, nestea, una coca cola light y una barrita de cereales. Todo por 10 euros.

Si no hay ningún percance, el año que viene vuelvo a repetir. De momento, me espera la próxima que es el Trofeo Akiles en un entorno realmente maravilloso, la Casa de Campo.

XIII Maratón de Castilla-La Mancha

He participado por primera vez en la maratón de Castilla-La Mancha, que se celebra en Ciudad Real. El hecho de lesionarme en Madrid me animó a preparar esta maratón otoñal junto a otros dos compañeros de entrenamiento: Emilio y Joaquín. Emilio consiguió auparse a lo más alto pódium en la categoría de mayores de 60 años, ya que consiguió realizar 3h27 con sus casi 63 años.

El día amaneció algo fresco, pero se veía que el sol iba a pegar de lo lindo, ya que se le veía luminoso por la mañana temprano. La participación muy pobre, no creo que llegáramos a 300 atletas, aunque eso tiene la ventaja de que es más sencillo todo el tema logístico.

La salida se dio a las 9:30 (ojo, que eran las 10:30 por el cambio de hora) y a los pocos metros escucho que alguien por detrás que grita ¡¡MaraTI+D!! Resulta que era Luis que también se había apuntado a esta carrera. Me produjo gran alegría reencontrarme con Luis, ya que hacía un montón de años que no le veía y siempre es agradable encontrarte con un antiguo compañero de trabajo y con el que además se ha compartido bastantes kilómetros de carrera.

Estuvimos charlando un rato, pero me comentó que iba a tratar de realizar 3h30, por lo que le animé a seguir con su ritmo, ya que mi meta estaba en la 3h50. Así que desde ese momento no volví a hablar prácticamente con nadie excepto con un par de corredores a los que adelanté sobre el kilómetro 18 y estuve un par de kilómetros con ellos.

La carrera es fea y bastante insulsa, aunque tiene un trazado muy llano. Excepto a su paso por Miguelturra no existe prácticamente animación y la verdad es que en este pueblo, la gente se vuelca con la maratón. Me emocioné cuando al pasar por una de las plazas del pueblo, dijeron mi nombre por los altavoces, al igual que hacían cuando pasaban los otros corredores. Fue un momento mágico.

El caso es que llegué a la media maratón muy bien, con muy buenas piernas y un ritmo más que aceptable. No había reloj en ese punto y tampoco paré mi cronómetro, pero calculo que hice un tiempo de 1h52 aproximadamente. Me encontraba fenomenal y pensaba que el ritmo conservador que había adoptado desde la salida me iba a venir muy bien.

Puerto de Toledo (Ciudad Real)
Junto a Andrés en la Puerta de Toledo

En ese punto, un amigo decidió hacer la segunda media conmigo. Seguí a mi ritmo machacón hasta que llegué al kilómetro 26 donde empecé a notar que las piernas se iban poniendo duras, pero eso, pensaba, no era más que una consecuencia de los kilómetros que ya llevaba en el cuerpo. En el tramo del 25 al 30, aunque perdía algo de velocidad, todavía me mantenía a un ritmo decente (5:36 min/km). Del 30 al 35, deambulando por las calles de Miguelturra todavía era persona, aunque el ritmo ya se había ido a 6:17 min/km. Sin embargo, lo peor estaba por llegar, ya que a partir de entonces, empecé a ir cada vez peor y como por arte de magia los kilómetros se alargaban y alargaban cada vez más. En mi cabeza sólo escuchaba los gritos de «ponte a andar, ponte a andar», pero no estaba dispuesto a ceder ante la tentación.

Decidí adoptar la técnica de carrera conocida como «trote cochinero» para tratar de cumplimentar los últimos kilómetros de la maratón y aunque avanzaba a un rimo de 8 min/km, el objetivo estaba cada vez más cercano. Es curioso lo laaaaargo que se hace los kilómetros finales de la maratón cuando se va mal. Cuando llegué al km 41 miré por primera vez en la carrera mi cronómetro y ya había pasado de las cuatro horas. Decidí que ya estaba bien de trotar cochineramente y me puse a correr con un poco más de determinación. Cuando pasé la línea de meta mi cronómetro marcaba 4:10:17, aunque el tiempo oficial de la carrera ha sido de 4:10:21.

Llegando a meta en la maratón de Castilla-La Mancha
Llegando a meta con más pena que gloria

Tras pasar la línea de meta me encontré, de nuevo, con Luis que me había esperado desde su llegada a meta. Al final a él se le fue un poquito el tiempo previsto y realizó una marca de 3h39, aunque pienso que debe estar satisfecho después de haber realizado en la maratón de Madrid de este año una marca cercana a las cinco horas.

Yo por mi parte, aunque hice una marca bastante pobre, me doy con un canto en los dientes; primero por haber conseguido terminar y segundo por haber terminado sin ningún problema de lesiones que empezaba a resultar algo frecuente en las últimas maratones.

Como siempre, después de una carrera se saca una enseñanza. De esta maratón he aprendido que hay que hacer rodajes largos sí o sí. La verdad es que es una cosa que ya sabía, pero este año con un entrenamiento de menos kilómetros me lo ha corroborado. Esto es insustituible en una carrera tan larga como la maratón. Hay que realizar unos cuantos entrenamientos entre 24 y 30 km para no hundirte miserablemente en los últimos kilómetros.

Y ahora, pensando en la XXXII edición de la Maratón Popular de Madrid que si las lesiones no lo impiden me tendrá en la línea de salida buscando ¡cómo no! bajar de las 3h30.

Tiempos realizados cada cinco kilómetros:

km Tiempo
5 26:03
10 26:40
15 27:03
20 26:57
25 26:48
30 27:58
35 31:26
40 39:56
42 17:22
Tiempo total 4:10:17

V Media maratón de Cantalejo

En Cantalejo nos hemos dado cita cinco miembros del equipo. Aunque por unos motivos o por otros, no conseguimos reunirnos los cinco para hacernos la foto de rigor. Sólo Rafa, Sergio y un servidor estábamos en el punto de encuentro en el momento oportuno, por lo que nos hicimos la foto los tres, luego apareció Luis Ángel y en carrera vi a Jesús Vega, al que no reconocí y al que vi francamente bien, corriendo con mucha soltura.

La carrera consiste en dar dos vueltas a un circuito que sale de Cantalejo, llega cerca de Aldeonsancho, gira hacia Sebúlcor y vuelve a Cantalejo, con un repecho interesante para llegar a la meta. El día se presentó extraordinario, había llovido por la noche y el día estaba nublado y fresco, ideal para correr.

Aunque fuese ideal, para mí, la carrera fue una auténtica tortura. Salí muy deprisa y pagué, y bien pagado, esa alegría de los primeros kilómetros. Sobre el km 6 ya iba fastidiado y fui penando un kilómetro tras otro. Se me pasó la idea de retirarme más de una vez, pero pensé que intentar superar este mal trago me iba a venir bien para la maratón de Ciudad Real, a correr dentro de dos semanas. Cuando pasé por meta la primera vez, el repecho me pareció muy duro y lo pasé a duras penas. Sin embargo, el peor tramo fue el de la salida del pueblo dirección Aldeonsancho, donde existe un repecho de poca entidad, pero largo, muy largo.

Curiosamente, sobre el km 17 empecé a encontrarme mejor, pero coincidió con el tramo entre Sebúlcor y Cantalejo donde el aire entraba de cara y aunque me recuperé algo, el ritmo no fue en aumento. El repecho para llegar a meta, que en la primera vuelta me pareció una pared, ahora lo subí con mucha energía y apreté de lo lindo para que el reloj no pasara de una hora y cuarenta y cinco minutos… cosa que no conseguí. El tiempo final fue de 1:46:04 y acabé con las piernas más castigadas que si hubiese hecho maratón y medio.

Aunque lo pasé mal, siempre se puede sacar alguna enseñanza positiva. Y esta carrera me ha servido para comprobar que estoy peor de lo que pensaba por lo que me tendré que tomar con mucha calma la maratón y no cometer el mismo error de salir más deprisa de lo que debo.

Para terminar, decir que la bolsa del corredor fue bastante generosa con una mochila, un impermeable, una gorra, una camiseta técnica (que es como se llaman ahora las camisetas de poliéster), una barrita de cereales y un llavero. Todo por 10 euros, que no es un regalo, pero que no está mal. La bolsa del corredor se entregaba al retirar el dorsal y en la meta daban plátanos, peras, agua y aquarius.

Media de Cantalejo junto a Rafa y Sergio
Con Rafa y Sergio antes de la salida

¡Vaya carita llevo!
¡Vaya carita llevo!