No ando muy fino

El sábado pude comprobar en Albarreal que no andaba nada. Hoy lo he confirmado. Después de una primera vuelta a trote cochinero, pero cochinero, cochinero (5 km @ 5:54 min/km) he apretado en la segunda para tratar de hacer cuatro kilómetros a ritmo umbral, que en mi caso actualmente es 4:20 min/km. He sido incapaz de conseguirlo, ya que han salido los kilómetros a 4:22, 4:19, 4:27 y 4:28. Mal, muy mal. No he conseguido llegar al ritmo objetivo y me he esforzado, no he ido precisamente de paseo.

El que sí está realmente fuerte es Joaquín. Iba yo echando el bofe y veía como el tío iba sacándome cada vez más ventaja con esa facilidad suya en el correr. Ya antes me había comentado que la semana pasada habían hecho las dos vueltas a 21 minutos cada una que es un ritmo más que interesante.

Esperaba estar en Torrijos sobre los 41 minutos, pero veo que si llego a 42 será todo un triunfo. Y ya veremos si soy capaz de alcanzar ese tiempo que no corro tan deprisa en un diez mil desde hace un par de años.

Después de una primera vuelta muy tranquila, un kilómetro de aumento del ritmo (4:45) y los cuatro kilómetros a ritmo «casi» umbral he completado 10 km en 51:53 @ 5:11 min/km. Ya vendrán tiempos mejores.

De vuelta con los compañeros

Había vuelto a Madrid, pero no había asistido a los entrenamientos habituales, no había bajado todavía a las 19:30 al parque de Pradolongo. Así que me he llevado una grata sorpresa cuando me he encontrado con los compañeros. La verdad es que no esperaba encontrarme con tres de ellos en esta época vacacional… para algunos todavía.

Se nota que es todavía pretemporada porque a uno le duele la espalda y sólo da una vuelta, otro se solidariza y el tercero se larga a las primeras de cambio. Total, que me he quedado solo cuando hemos completado la primera vuelta.

Y he pensado, bueno, ya que estoy solo, vamos a aumentar un poco el ritmo y eso he hecho. Pero tanto, que cuando me he dado cuenta iba a ritmo umbral (sobre 4:20) y ya puestos, ¿por qué no mantener ese ritmo durante el resto de la segunda vuelta? Total iban a ser poco más de cuatro kilómetros.

Error, craso error, hace mucho calor y es un ritmo exigente para mí en estos momentos, así que he de decir que me ha costado mantener esa velocidad de crucero: 4:19, 4:22, 4:23, 4:22 y 4:24 en el último 400. El ritmo medio en estos 4,4 km ha sido de 4:22 un par de segundos más lento de lo que indica el VDOT sacado de la legua del otro día (Threshold: 4:20). Lo doy por bueno, muy bueno, ya que el calor era de consideración, sobre los treinta y tres graditos a eso de las ocho de la tarde.

vdot-legua-gerindote
Ritmos de entrenamiento después de la legua de Gerindote

Lo peor ha sido el final. Venía con la boca seca como la mojama, con la idea de terminar en la fuente de agua fresquita. ¿Y qué ha pasado? De nuevo los malnacidos han robado los grifos de algunas de las fuentes, entre ellas la que anhelaba, la mejor fuente del parque sin ninguna duda. Esta tarde sólo quedaba una fuente con grifo y otra que no tenía grifo pero soltaba un hilillo de agua que me ha servido para mojarme un poco la boca.

Cada vez que veo esto no salgo de mi asombro, ¿cómo es posible que haya gente tan miserable que sea capaz de robar unos grifos por lo que les van a dar menos y nada y dejar a todo los usuarios del parque sedientos? Luego recapacito y caigo. Si hay gente que es capaz de maltratar a un animal, de maltratar a su pareja o de torturar o asesinar a otros seres humanos, ¿cómo no va a ser capaz de cometer estos «pequeños» delitos? ¿Qué les importará a ellos los demás? Viendo este tipo de cosas, resulta evidente que el ser humano está condenado a su propia extinción. Y confiemos en que sea pronto para que el resto seres vivientes del planeta tengan un poco de paz.

¡Vaya! ¡Cómo ha acabado la entrada! Y eso que estaba tan feliz de reencontrarme con los compañeros…

Comparativa por sexos

La hoja de cálculo que permite calcular el VDOT ofrece además diversas utilidades. Una de ellas es poder comparar las marcas de una determinada persona con otra de distinta edad y/o sexo.

Por ejemplo, algunas veces entreno con una amiga que basa sus entrenamientos en una marca de 46:57 conseguida en 10 km. Para esa marca, en esa distancia, las tablas de Daniels indican un VDOT de 43,1.

Con este VDOT se pueden extrapolar las marcas a otras distancias. Por ejemplo, ese VDOT se corresponde en una media maratón a 1:43:35. Obviamente, para conseguir esta marca hay que entrenar a los ritmos que marca Daniels y hacer entrenos de acuerdo a esa distancia. Quiero decir, si vas a correr una media, deberías entrenar distancias por encima de los 15 km algunos días.

Pues bien, si esta chica puede hacer esa marca en media maratón, podía compararla conmigo. Para ello se utiliza una de las utilidades de la hoja de cálculo, como se puede ver…

comparativa-sexos

Es decir, que ella debería andar por 1h43 y yo debería de hacerlo en 1h32 si estamos en un nivel de forma similar. Ya veremos si participamos en una media si Daniels tiene razón y los tiempos andan por ahí, aunque estoy casi seguro que ella está mejor que yo.

Hoy hemos salido con la tónica habitual, muy lentos en los primeros cinco kilómetros, que hicimos en 28:03 @ 5:37 min/km (aunque el GPS hizo una cosa rarísima y registró un primer kilómetro muy largo) y la segunda vuelta ya fui más rápido, un poquito más que el martes para ver cómo están las piernas. Esa segunda vuelta la hice en 21:59 @ 4:24 min/km, curiosamente, un par de segundos más lento de lo que debería llevar en una media ¡y hoy sólo eran cinco kilómetros!

En total fueron 10 km en 50:02 @ 5:00 min/km, acabando bastante satisfecho del entrenamiento.

Vuelta a las plantillas

El tratamiento de la condromalacia depende del origen específico del dolor. Si la causa es postural, se arregla fácilmente: ¡cambiando la manera de correr! Y en eso estamos.

Empecé con el tema de correr descalzo por el mero hecho de que para correr descalzo hay que hacerlo de distinta manera a como se hace cuando vas calzado. Lo mismo si llevas zapatillas minimalistas.

Tenía la costumbre, cuando iba con zapatillas, de alargar las zancada lo más posible para aumentar el ritmo y el aterrizaje lo hacía como aconsejan los «expertos»: con el talón y además con la pierna bien estirada.

El correr descalzo rompe completamente con esa manera de correr. Las zancadas deben ser cortas y de mucha frecuencia. El aterrizaje debe hacerse de metatarso y la rodilla debe estar flexionada.

Pude comprobar que esta manera de correr me venía de perillas para mi condromalacia, así que opté por aparcar mis zapatillas amortiguadas, mis plantillas y mis medias de compresión; sin embargo, la experiencia no ha sido satisfactoria. Al final he vuelto a mis zapatillas amortiguadas y luego a mis plantillas y a mis medias de compresión. Y he vuelto a ello porque mi tendón de Aquiles (y mi fisio) me lo aconsejan fervientemente. Y quizás a la fisio no la haga mucho caso, pero sí a mi tendón, que somos viejos amigos.

¿Ha sido todo en vano? No, rotundamente no. Ahora corro con los mismas «ruedas» que antes, pero la dinámica es absolutamente distinta. Y creo que se trata de eso. El debate no es correr descalzo o calzado, el quid de la cuestión es correr bien o hacerlo mal. Y creo sinceramente que el haber intentado correr descalzo me ha llevado a que ahora corro mejor, aunque lleve ese lastre en los pies. Ahora trato de aterrizar de metatarso, dar zancadas cortas y con mucha frecuencia y sobre todo trato de relajarme lo más posible. Y aunque sigo notando molestias en la rodilla, son muy leves.

Sinceramente, creo que no todo el mundo puede correr descalzo. Igual que a algunos le van bien las Nike y a otros fatal. Cada uno es de su padre y de su madre y corre como bien puede. Sólo hay que ver a distintos corredores para ver que cada uno tiene su manera de correr. Tengo claro que mi morfología no está hecha para correr descalzo.

Hoy nos hemos juntado cinco pradolongueros. Dimos una vuelta tranquilamente y en la segunda apreté un poco para ver si me sentía cómodo a un ritmo más elevado. Y la verdad es que fue una experiencia satisfactoria. En total completé 10 km en 50:27 @ 5:03 min/km, haciendo la primera vuelta en 27:51 @ 5:34 min/km y la segunda, en 22:36 @ 4:31 min/km.


Las plantillas por arriba


Las plantillas por abajo

Plantilla de perfil
Una plantilla de perfil

Tercer día seguido

Si ayer eran dos días seguidos corriendo, con el de hoy hacen tres, pero es que mañana no voy a poder salir. Tantos días seguidos suponen mucha carga para mi rodilla y mi tendón de aquiles.

Hoy también nos hemos juntado un buen grupo de pradolongueros y hemos hecho una primera vuelta muy, pero que muy, despacio (5 km en 29:31). Íbamos tan despacio que el tendón me dolía horrores, así que en la segunda vuelta he empezado a apretar tratando de alcanzar el ritmo umbral, que anda por 4:26; sin embargo, no me ha resultado fácil, a duras penas conseguía bajar de 4:30. Han salido esos últimos cinco kilómetros: 4:28, 4:29, 4:33, 4:31 y 4:30. Así que esta segunda vuelta ha sido en 22:31 ¡¡¡siete minutos menos que la primera!!!

Al aumentar el ritmo, ya no me dolía el tendón, pero sí la rodilla. Está claro que me he pasado de ritmo, que ni tanto ni tan calvo. Después de diversas pruebas, creo que entre 4:45 y 4:50 está mi ritmo «bueno».

En total han sido 10 km en un tiempo de 52:02 @ 5:12 min/km. Eso sí, la primera vuelta a 5:54 y la segunda a 4:30.

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Obsérvese la diferencia entre los primeros cinco y los segundos

Comenzamos la peor semana

Con el entrenamiento de hoy damos por comenzada la peor semana en cuanto a kilometraje, ya que esta semana situada a tres de la maratón es la elegida para hacer las tiradas más largas. Si no hay problemas, haremos cuatro tiradas: 12 km, 15 km, 20 km y 28 km. Lo que suma un total de 75 km a la semana que supone el pico de entrenamiento de la preparación maratoniana.

De todas formas, el adjetivo peor no sé si es el correcto, ya que aunque son muchos kilómetros no deberían suponer algo excesivo. Ya veremos cómo acabamos la semana.

De momento hoy no se nos ha dado mal. Ha sido el primer día que corremos con el cambio horario y resulta curioso salir a correr y terminar con luz. Siempre me ocurre lo mismo con el primer día del cambio horario, ya que me siento extraño corriendo, como si todo el mundo me viese hacer una actividad que no debiera, me siento avergonzado. Bueno, no es exactamente vergüenza, pero es algo parecido. Y todos los años me ocurre igual.

Afortunadamente hoy el tiempo nos ha respetado y hemos podido correr decentemente, aunque el viento se hacía notar en el último tramo de cada vuelta. Ya se sabe, no todo puede ser perfecto…

A mi tocayo se le nota inquieto. No ha respetado ni siquiera la primera vuelta y antes de terminar el cuarto kilómetro ha empezado a acelerar el ritmo. He aguantado un par de kilómetros, pero luego he preferido no aumentar el ritmo y mantenerme sobre el umbral, sobre 4:15. Tampoco es cuestión de acelerar en exceso y acabar lesionándome.

Como ya he comentado, hoy tocaba hacer 12 km que los he distribuido de la siguiente manera: 5 km a ritmo tranquilo + 5 km a ritmo umbral (4:13 min/km) + 2 km de enfriamiento. He recorrido esos 12 km en un tiempo de 59:06 a un ritmo de 4:55 min/km.

De barro hasta las orejas

Parece que el invierno no se quiere ir. A lo mejor está esperando hasta mañana que oficialmente entra la primavera. El caso es que hoy ha hecho un día bastante desagradable con frío y lluvia. El líquido elemento no nos ha abandonado ni un minuto durante el entrenamiento, así que gracias a los charcos que había hemos acabado llenitos de múltiples gotitas de barro.

Imagino que debido a la lluvia hemos ido rápidos desde el principio, haciendo el primer kilómetro en 5:39 cuando solemos hacerlo casi a seis minutos. El segundo kilómetro, a poco más de cinco. El tercer kilómetro, por debajo de cinco. Y desde ahí, el acabose, corriendo como si no hubiese mañana, haciendo kilómetros rondando 4:15.

Según iba corriendo, iba teniendo en cuenta los kilómetros para dejar de ir deprisa en el ocho, pero al final he seguido al mismo ritmo uno más y luego ya en la parte final me he relajado un poco, pero sólo un poco, no vayan a creerse, que esos 600 últimos metros los he hecho a 4:28.

Total, que he completado 9,6 km en 44:08 @ 4:35 min/km, de los cuales seis han sido a ritmo cercano al umbral (han salido a 4:17), lo cual tiene su mérito estando el terreno como estaba, en el que era difícil emantener un ritmo fuerte y constante. Por delante llegaron Quique y Miguel que están en una muy buena forma. A Jesús lo perdimos por el camino…

Horas, minutos y segundos

Siempre me he preguntado el motivo por el que los días se dividen en 24 horas, las horas en 60 minutos y los minutos en 60 segundos. Resulta raro que utilizando el sistema métrico que todo se basa en el número diez, se siga todavía con ese sistema «raro» de dividir el tiempo.

El sistema métrico nació en Francia a finales del siglo XVIII después de la Revolución Francesa. Se normalizaron las unidades de longitud, masa y tiempo. Y aunque lo estipulado para la longitud y la masa se utiliza en casi todo el mundo, el tiempo se sigue midiendo como antes de la Revolución Francesa. De hecho, los franceses llegaron a dividir el día en 10 horas, pero esta última división no tuvo mucho éxito y se siguió con ese curioso sistema sexagesimal.

Ahora bien, ¿de dónde proviene esta querencia por el número sesenta?

Pues ahí es nada, viene nada más y nada menos que de los antiguos habitantes de Mesopotamia, aquella región donde se inició la civilización. Allí surgió la rueda, la escritura, las matemáticas, la astronomía, etc.

Los sumerios, que vivieron en la Baja Mesopotamia hace más de cuatro mil años, contaban con una mano hasta doce y haciendo uso de los cinco dedos de la otra mano, eran capaces de contar hasta sesenta. Ahí aparece ese bonito número.

Contaban con los dedos de las manos de esta manera: se levanta el dedo pulgar de la mano derecha, y después se va contando con las falanges del resto de los dedos, empezando por el meñique. De este modo, llegamos hasta el número doce. Para poder seguir contando, levantaban otro dedo de la mano libre y multiplicaban doce por el número de dedos que tuvieran levantados en la mano. Fácil y sobre todo, lógico.

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Numeración de las falanges. Foto obtenida de este blog

Lo curioso es que el 60 no sólo es fácil para contar con las manos, sino que se trata del número más pequeño que tiene más divisores: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 10, 12, 15, 20 30 y 60. Esto facilitó enormemente los cálculos e hizo que los mesopotámicos fueran excelentes matemáticos. Ya conocían el teorema de Pitágoras antes de que éste lo «inventara».

Esta buen gente dividió el año en 360 días (múltiplo de sesenta), donde había doce meses (divisor de sesenta) y cada mes era, por lo tanto, de treinta días (divisor de sesenta). También dividieron el círculo en 360º, agrupados en doce sectores (los signos del Zodiaco) de treinta grados.

Ya puesto a dividir, el día lo fraccionaron en doce horas diurnas y doce horas nocturnas (¿será casualidad que doce es uno de los divisores de sesenta?). Dado que la duración del día y la noche no es igual a lo largo del año, resultaba que en verano las horas diurnas eran más largas que las nocturnas. Lo contrario ocurría en invierno. Vamos, que para obtener una buena marca en una maratón en aquel entonces, mejor correr en verano.

Dividieron también la hora en sesenta minutos y podría pensarse que también dividieron el minuto en sesenta segundos, pero no fue así. El invento del segundo fue mucho más posterior. Los mesopotámicos no les preocupaba mucho un segundo más que menos. Y si a ellos no les preocupaba, ¿por qué ahora tiene uno que llevarse una rabieta cuando en una carrera hace un segundo más de lo que buscaba?

Pues eso, que resulta curioso pensar que esta división del tiempo ¡¡¡tiene más de cuatro mil años!!! Ahí es nada.

Para terminar el ladrillo, decir que la palabra minuto viene del latín «pars minuta prima», que significa «parte diminuta primera». Minuto tiene la misma etimología que «menor». El segundo era llamado «pars minuta secunda» o sea la «parte diminuta segunda» en que se dividía la hora.


Después de esta tremenda parrafada, aprovecho para hablar un poco sobre el entrenamiento de hoy. Hemos tenido la fortuna de contar con la presencia de Quique que volvía a Pradolongo después de llevar lesionado desde la media de Latina. En la primera vuelta, tanto Miguel como yo íbamos pensado lo mismo, que como Quique no debería estar bien, era el momento de hacerle morder el polvo.

A finales de la primera vuelta he empezado a acelerar, al poco ha llegado mi tocayo a mi lado y pensábamos que nuestro rival nos iba a dejar, pero estábamos equivocados. Al poco se ha puesto a nuestro lado y faltando como kilómetro y medio le hemos visto marcharse tan ricamente. Hoy tampoco hemos podido vencerle. Habrá que esperar tiempos mejores.

De todas formas, he acabado bien contento, porque sabía que esa segunda vuelta había sido rápida. Mirando luego los tiempos he visto que he corrido esa segunda vuelta (4,86 km) en 20:04 @ 4:08 min/km, de las vueltas más rápidas que haya dado nunca en el parque. Teniendo en cuenta la primera vuelta, en total han sido 9,73 km en 45:43 @ 4:42 min/km. Un buen entrenamiento fortalecedor.

Punto débil de los calcetines Medilast

En 6 de noviembre de 2011 estrené unos calcetines altos Medilast. Desde entonces prácticamente un día por semana (cuando hago la tirada larga) los he utilizado, lo que hace un total de unas 68 puestas. He corrido tres maratones con esos calcetines, pero el pasado domingo que cuando fui a ponérmelos se rompieron del todo.

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Calcetines Medilast rotos

Como puede verse en la foto, estos calcetines tienen un punto débil en el talón. Obsérvese el boquete que hay en el vértice del triángulo de la parte del talón. Ese agujero, en el mismo sitio, está en los dos calcetines y en ambos lados. Al final ha sido eso lo que ha provocado que haya tenido que desecharlos porque como puede observarse en el calcetín de abajo, el pequeño agujero se ha hecho más grande.

Teniendo en cuenta que, si no recuerdo mal, me costaron, 35 € quiere decir que me ha costado unos cincuenta céntimos cada vez que he salido con ellos. Que cada uno juzgue si son caros o baratos.


Hoy pensaba que iba a ser un entrenamiento relajado después de la media del domingo; sin embargo, no sé muy bien el motivo, se ha empezado a acelerar el ritmo pasado el tercer kilómetro y la segunda vuelta ha sido rápida, muy rápida. Yo pensaba que tenía las piernas frescas después de no haberme empleado a fondo el domingo, pero terminando el entrenamiento notaba las piernas cansadas. Está claro que una media dura como es la de Latina deja las piernas tocadas aunque te lo tomes con calma.

La segunda vuelta, haciendo el añadido para completar los 10 km, la hemos hecho en 20:51, a 4:10 min/km, un ritmo prácticamente a umbral. En total han sido 10 km recorridos en un tiempo de 47:04 @ 4:42 min/km.

Series largas de cuatrocientos

Cuando acabábamos la primera vuelta del entrenamiento hemos coincidido con una pareja de corredores. Decía uno a otro que iban a realizar series largas de cuatrocientos metros. Me ha dejado perplejo eso de unir series largas con cuatrocientos metros. Cuando hacen series cortas, ¿las hacen de diez metros? Aunque pensándolo bien, lo que para un maratonista es claramente un oxímoron quizás tenga sentido para un velocista.

Aunque hoy he pasado frío durante todo el día, por la tarde hacía un buen día para correr, aunque durante el entrenamiento no paraba de caer un agradable chirimiri, que podía dar lugar a un enfriamiento. Pertrechado con una gorra, por aquello de que no caiga el sudor en los ojos, he salido dispuesto a entrar en calor y a fe que lo he conseguido, ya que ha sido un entrenamiento más que interesante.

Cuatro pradolongueros nos hemos encontrado en el punto de encuentro habitual. Ha fallado Jesús que últimamente se está escaqueando de mala manera de los entrenamientos. Vamos a tener que someterle a un severo correctivo. No sé si por la lluvia o por algún otro motivo, pero hemos salido a un ritmo algo más rápido de lo normal. Luego en la segunda vuelta hemos empezado a dar a la zapatilla y hemos hecho esos kilómetros a buen ritmo, además aumentando la velocidad cada mil: 4:17, 4:11, 4:08, 4:06 y 3:59.

Como hemos dado las dos típicas vueltas a Pradolongo, el total ha sido de 9,6 km, pero el Garmin ha marcado uno menos ya que en vez de bloquear el bisel por la lluevia, lo que he hecho es parar el cronómetro. Así que el entrenamiento indica 8,6 km en un tiempo de 39:48 @ 4:38 min/km. Telita con el entrenamiento de hoy.