Visto para sentencia

Hoy hemos hecho el último entrenamiento de cara a la inminente maratón de Madrid. La idea era hacer entre 7 y 8 kilómetros a ritmo muy tranquilo, pero la presencia de Ninfa ha provocado que terminara haciendo las dos vueltas y a un ritmo algo superior a lo previsto.

La visita de Ninfa ha sido todo un sorpresón, ya que no la veíamos desde el mes de diciembre debido a que ahora baja antes a entrenar. Nos contó que corre todos los días 10 km y debido a eso, se dejó convencer por Joaquín de que puede terminar una maratón en 3h30 sin problemas. Parece que el domingo va a acompañar a Emilio en la carrera.

Decía lo de visto para sentencia porque ya deben estar los deberes hechos y haga poco o mucho hoy, de poco va a servir, por eso es mejor hacer poco no sea que se lesione uno a tres días de la gran cita. Afortunadamente, no ha sido así y he completado 9,6 km en 51:44 a un ritmo de 5:22, pero acabando algo más fuerte de lo que me hubiese gustado.

El domingo veremos si el entrenamiento de estos meses ha merecido la pena. Me gustaría acercarme a 3h20, pero me conformo con hacer 3:25:51 que sería mi mejor marca personal. Ya veremos, la meteorología siempre tiene la última palabra.

Semana cero

Con este entrenamiento de hoy martes inaguro lo que llamo la semana cero. No es más que la semana en la que se celebra la maratón. Hoy ha sido un entrenamiento con un poquito de calidad -poca cosa-, el jueves un ligero trote y el domingo, la gran cita.

Hoy hacía bastante calor a las siete de la tarde, unos 23º y se notaba gran sequedad en el ambiente. Hemos hecho cinco kilómetros de calentamiento, luego tres a umbral (segundo arriba, segundo abajo) y, para terminar, dos kilómetros de enfriamiento. En total, poco más de 10 km en un tiempo de 50:11 a un ritmo de 4:56. Los tres kilómetros a umbral a 4:08, 4:14 y 4:15. Bien de patas, pero con la garganta más seca que la mojama.

Lo mejor de todo es que no tuve ninguna molestia en la rodilla y eso me da mucha moral para el domingo.

Sigo confiando en que el domingo tengamos una buena temperatura para correr. Por lo que puedo ver, pronostican cielo despejado -imprescindible gorra para proteger la calva-, una temperatura de 10º a las ocho de la mañana y en amento hasta los 19º a las dos de la tarde. No son las mejores condiciones para correr, pero no está mal del todo.

Me he ahorrado los dos seismilles

Hoy debería haber hecho el test de los dos seismiles, para saber más o menos a qué marca puedo aspirar en el próximo Mapoma; sin embargo, no tenía nada claro si hacer un entrenamiento tan duro viendo cómo estaba la rodilla izquierda.

Y es que la rodilla me ha dolido desde primera hora de la mañana, como si me dijera: no hagas los dos seismiles, no hagas los dos seismiles, … Y esta vez no he hecho oídos sordos a esas advertencias y he convertido un día duro en un día de entrenamiento plácido, haciendo las dos vueltas a Pradolongo tranquilamente.

Como llevaba todo el día algo molesto con la rodilla, antes de salir me he aplicado Radio Salil y no me ha molestado durante el entreno, sólo una ligera, pero soportable, molestia. Poca cosa.

Resumiendo: dos vueltas tranquilas totalizando 10,1 km en 55:17 a un ritmo de 5:27, esperando al fin de semana para apretar un poco más.

Por cierto, mucho calor a esas horas de la tarde y, para variar, las fuentes de Pradolongo todas inutilizadas.

Ya huele a maratón

Hoy hemos empezado más tarde de lo habitual. Cuando estábamos estirando ha llegado Antonio que acababa de terminar y hemos empezado a charlar de nuestras experiencias maratonianas y se nos ha echado el tiempo encima. He tenido que insistir porque de lo contrario todavía estábamos en la entrada del parque charlando.

En el ambiente ya puede olerse ese olor típico maratón y es que ya sólo quedan doce días para la gran cita, pero ya empiezan los nervios, las indecisiones, las dudas de última hora, etc. Vamos, que cuando uno piensa en la gran cita, se le agrietan las carnes.

A menos de dos semanas, tampoco es cuestión de machacarse, por lo que hemos empezado tranquilos la primera vuelta. Pero tampoco es cuestión de ir excesivamente tranquilos, así que en la segunda vuelta he acelerado un poco, con la idea de alcanzar una velocidad crucero cercana a 4:45.

Tampoco ha servido de mucho, me he encontrado a Andrés y he parado un poco a preguntar cómo va. Y va bien, muy bien, ya ha terminado el tratamiento y tiene ahora un tipo keniata que asusta. Cuando salga de este bache y se ponga a correr no vamos a ser capaces de seguirle.

Total, que con parada incluida, he acabado los 10,1 km habituales en un tiempo de 58:27 a un ritmo de 5:46 y contento porque la rodilla no me ha molestado en ningún momento. También es verdad que no eran muchos kilómetros y el ritmo era de paseo, pero peor hubiera sido que me doliese también en este entreno, entonces la cosa se complicaría muy mucho.

Me estoy empezando a mosquear

Hoy me ha vuelto a molestar la rodilla izquierda. No mucho, la verdad, pero me tiene muy mosqueado esta molestia. Empiezo a pensar si el nuevo estiramiento que he empezado a hacer no influirá. O será que no es conveniente hacer demasiados kilómetros, aunque tampoco hago demasiados. Lo bueno es que poco tiempo después de dejar de correr, las molestias son cero.

Hoy he salido a ritmo fácil (sobre 5:00) con la idea de hacer unos veinte kilómetros, más o menos. Al final sólo he hecho 18,3 km, que ya son bastantes. O al menos eso me parece a mí. Hay que ir disminuyendo el kilometraje que la maratón está a la vuelta de la esquina.

Aunque era pronto, hacía una buena temperatura. He salido con mallas largas y camiseta de manga larga y he tenido calor durante todo el entrenamiento. Habrá que ir pensando en cambiar el vestuario al de verano.

Iba bastante bien, pero sobre el kilómetro 11 he empezado a sentir unos retortijones de tripas de espanto. He tenido que aflojar el ritmo y aflojar el cordón de la cintura de las mallas para ver si se pasaba. Después de un par de kilómetros malos, he vuelto a coger el ritmo por debajo de cinco. Ya me había parecido cuando evacué que no había sido suficiente…

Debido a estas pequeñas molestias y que luego tenía un compromiso, me ha parecido que 20 km iba a ser mucho, por lo que al final sólo han sido 18,3 km en un tiempo de 1:31:04 a un ritmo de 4:58. No he querido ir más deprisa que mañana tengo intenciones de hacer unos 25 km.

La báscula marcaba antes de salir a correr 67,7 kg, en mi línea. Después de volver y evacuar lo que no eché antes, marcaba 66,1 kg. Nunca había tenido una reducción de peso tan bestial: ¡¡¡1,6 kg!!!

Ahora mismo lo firmo

Llegué, como casi siempre, tarde. Emilio el hombre radiactivo estaba enzarzado en una discusión con Pepe, diciendo que si él era capaz de entrenar los kilómetros que entrenaba, cualquiera podía hacerlo. Pepe opinaba lo contrario, de ahí la discusión.

Yo creo que Emilio no tiene razón. Lo que él hace tiene un mérito extraordinario. Tener sesenta y cinco años y seguir corriendo y cómo lo hace, no está al alcance de cualquiera. Él opina que si es capaz de hacer 10 km en 45 minutos, cualquiera puede hacerlo. Yo ahora mismo firmo que cuando tenga 65 años me gustaría hacer, no 45 minutos que me parece una marca extraordinaria, sino una hora. Que alguien me dé un papel que dentro de veinte años yo quiero hacer una hora en diez kilómetros. Incluso me conformo simplemente con poder correr.

Pues en esas estábamos, entre dimes y diretes y de ese modo la primera vuelta se ha pasado casi sin darnos cuenta. Luego he acelerado en la segunda para tratar de hacer esos segundos cinco kilómetros a umbral, por debajo de 4:15. Y lo he conseguido: 4:18, 4:09, 4:14, 4:11 y 4:10, a una media de 4:13 y eso que hoy hacía una calorina de espanto. Sin lugar a dudas el día más caluroso del año. Para terminar, tres kilómetros de enfriamiento, para acabar totalizando 13 km en 1:05:10 a un ritmo de 5:00 aunque en este caso el ritmo total no tiene la menor importancia.

Demasiado castigo

Hoy tenía las piernas realmente cansadas. Me parece que los 50 km que me metí entre sábado y domingo me han dejado las piernas castigadas al máximo. De hecho no tenía ninguna gana de salir a correr. Y cuando ya me decidí a salir, pensaba que no iba ni aguantar las dos vueltas de rigor.

Como suele ocurrir en estos casos, un entrenamiento a ritmo flojo es lo mejor. Funcionó: cuando acabé estaba mucho mejor que al principio. De nuevo la paradoja ha vuelto a ocurrir. Claro que tampoco me maté, la media lo dice todo: 5:39 con unos cuantos kilómetros rondando los seis.

Si veo que las piernas siguen sin recuperarse, habrá que volver a salir mañana para estar bien del todo.

Recorrido total: 10,13 km en 57:22 @ 5:39 => Carrera de recuperación.

Fotos de Villarrobledo

Estos chicos de Villarrobledo son la bomba. No sólo nos agasajan con una perfecta organización el mismo día de la carrera, sino que días después cuelgan cantidad de fotos de la carrera. Aquí hay unas cuantas en las que aparezco acompañado de Joaquín.

Completando la primera vuelta de la media
Completando la primera vuelta de la media

Llegando a meta
Llegando a meta

Otra más llegando a meta
Otra más llegando a meta


Hoy todavía no tenía las piernas frescas del todo, parece que la media ha sido más dura de lo que en un principio me pareció. Un poco más de ritmo que el pasado martes, pero tampoco nada del otro mundo.

Lo mejor ha sido correr con Andrés, que con veinte kilos menos, parece una keniata. Todo un placer compartir unos kilómetros a su lado.

En total han sido unos 13,2 km en un tiempo de 1:09:19 a un ritmo de 5:15. Un entreno fácil para seguir recuperando de la media.

Se nota la media en las piernas

Lo cierto es que acabé muy bien la media del domingo; no obstante ayer lunes y hoy martes notaba los cuadriceps cargados. Mis compañeros también notaba en sus piernas los 21 km. Es por ello que nos hemos tomado el entrenamiento con muuuucha tranquilidad.

Hemos ido dando a la húmeda durante las dos vueltas a Pradolongo contando las batallitas del domingo y se nos ha pasado el tiempo casi sin querer. Y eso que el ritmo era tan cansino que hemos tardado lo suyo en completar el recorrido.

Al final he recorrido algo más de 10 km a un ritmo portentoso de 6:01. Una verdadera -y necesaria- jornada de recuperación.

Pensado en la media

Hoy ha sido un día tranquilo. Después de castigarnos un poco el martes, hoy no era cuestión de apretar el acelerador, sobre todo porque el domingo trataré de hacerlo lo mejor posible.

El otro día hice una planificación de las semanas que quedan para la maratón y los kilómetros que debía recorrer y ya veo que me lo voy a saltar a la torera, pero para eso están los planning, para saltárselos.

Pero tampoco es cuestión de bajar mucho el kilometraje semanal, por lo que hoy he vuelto a hacer 15 km aunque a ritmo fácil, a 5:26.