Aprendiendo del maestro

Hoy he quedado con Javier para hacer unos kilómetros minimalistas juntos, con la idea de observar la manera de correr. Ya quedamos la semana pasada para grabar mi estilo y hoy era más para ver durante más tiempo cómo corro. Javier ha realizado una transición de libro, adaptándose a la perfección a esta nueva manera de correr.

Me comentó un par de cosas que le pareció que no hacía bien: correr de puntillas en algunos momentos y correr algo tenso. Cierto es que son cosas que ya había observado yo mismo, pero no está mal que te lo digan.

Por el otro lado, yo creo que él lo hace muy bien, le veo relajado y creo que la pisada es buena y que consigue algo que a mí me resulta difícil: pisar justo debajo del centro de gravedad. Como él dice, no se ve los pies al correr.

El caso es que hablando con los compañeros, vas charlando y eso hace que vayas más relajado. Y así, a lo tonto, completé tres kilómetros corriendo y en ese punto decidí dejarlo más por precaución que por otra cosa. El ritmo fue muy tranquilo, como debe ser en esta etapa de adaptación, rondando los seis minutos por kilómetro, pero ya habrá tiempo de aumentar la frecuencia de zancada.

Lo peor es que la molestia en el talón del pie derecho sigue ahí, no consigo que remita. El caso es que corriendo y después, duele, pero luego al día siguiente se va pasando y cuando vuelvo a correr otra vez, ya casi ni molesta. Hasta que empiezo de nuevo a correr y vuelve otra vez el ciclo. Tendré que visitar a Josefa de nuevo o a un masajista para ver si me descarga esa zona.

Después de completar los tres kilómetros, en poco menos de 18 minutos, continué andando la vuelta a Pradolongo para completar más o menos cinco kilómetros.

Por otro lado, tengo que realizar un apaño en la bicicleta para fijar una cámara y grabar mi carrera en paralelo, para observar mejor mi técnica de carrera. Veremos qué se me ocurre.

Combinando dos especialidades

Ayer sábado íbamos a salir con la bici, pero al final se nos hizo tarde, así que hemos dejado para hoy domingo la salida. Pero también tenía planeada una salida a pie, así que he probado a hacer ambas cosas.

A eso de las diez y media salimos hacia San Martín de la Vega por el carril bici. Subimos la Marañosa y en vez de darnos la vuelta en el alto, bajamos hasta el cruce de la Warner y allí nos dimos la vuelta. Como no queríamos hacer muchos kilómetros, no llegamos hasta San Martín de la Vega, así que hicimos a la ida poco más de 24 km. Como luego volvimos por el mismo camino, totalizamos más de 48 km sobre la flaca. Reconozco que llegué a casa bastante fundido. Tengo que agenciarme una bicicleta de carretera ya mismo, que resulta complicado tratar de seguir los pasos de una de carretera con una montangüai.

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Subiendo la Marañosa por el carril bici

Lo dicho, llegué a casa bastante cansado. Guardé la bici, me cambié de vestimenta, estiré un poco y salí a correr al parque. Primero anduve un kilómetro y luego empecé a correr los doce minutos de rigor. Las molestias que tuve en el gemelo el último día de carrera ya eran inexistentes, aunque el talón del otro lado me molestaba algo todavía y eso que había empezado a embadurnarme con crema Fisiocrem y a estirar y masajear el tendón de Aquiles.

Esas ligeras molestias no impidieron que completara esa docena de minutos, en los que hice un primer kilómetro en 5:50, un segundo en 5:31 y cien metros más corriendo. Es decir, que por primera vez he conseguido sobrepasar los dos kilómetros con zapatillas minimalistas.

Cuando iba corriendo pasé por una zona que estaba embarrada. Después de realizar la carrera, me acerqué por el barro para examinar la pisada. Sólo se veía impreso en el barro la parte delantera de la zapatilla, nada del talón. Quizás eso indique que piso demasiado de puntillas y que no planto el talón, que debería hacerlo suavemente.

En resumen, el entrenamiento consistió en ir hasta el cruce de la Warner, volver y el entrenamiento a pie.

Cuando volví de vacaciones, el lunes pasado me pesé y me llevé la desagradable sorpresa que sobrepasaba los 70 kilos, en concreto, 70,2 kg. Esta semana me lo he tomado en serio lo de la alimentación y ayer sábado ya estaba en 69,2 kg. Lo que implica un kilo menos. Ya me quedo más tranquilo, pero tengo que seguir controlando.

Primer encuentro minimalista pradolonguero

Mantengo con Javier una relación de amistad más cibernética que personal y eso que ambos transitamos por el parque de Pradolongo con frecuencia; sin embargo, hoy había quedado con él para intercambiar impresiones sobre el minimalismo, algo que ambos practicamos, aunque él más que yo, porque todavía ando en los preliminares.

Ando dando vueltas a la pisada, ¿lo hago correctamente? ¿Piso demasiado de puntillas? ¿O por el contrario sigo talonando? Esas interrogantes sólo pueden resolverse si otra persona ve tu forma de pisar. Había quedado con él que me grabara «en plena acción» para poder luego mirar con más detenimiento la pisada. Y eso fue lo que hicimos, llegué minutos antes al punto de encuentro, hice poco más de un kilometrillo andando y después de saludarnos me puse a correr, en una primera pasado más tranquilo y en una segunda, algo más deprisa.

Ritmo normal: http://www.youtube.com/watch?v=hEZlfDZhRD8

Ritmo más rápido: http://www.youtube.com/watch?v=BJdcbHmwXM8

Después de la grabación Javier tuvo que irse y yo comencé con los diez minutos que correspondían. No sé si iba demasiado deprisa, pero poco antes del primer kilómetro empecé a tener molestias en el gemelo de la pierna izquierda, lo mismo que me pasó en la playa, y al terminar también me molestaba el talón del pie derecho. Todo un poema. A veces pienso que el minimalismo no está hecho para mí.

Al acabar de correr, estiré un poco, me masajeé las partes afectadas y estuve andando hasta completar dos kilómetros y medio más. De esta forma completé 5,5 km en un tiempo de 52:11.

Adaptación, que no transición

Después de algo más de un año con molestias en la rodilla izquierda, decidí ir al médico. Una semana antes de la maratón de Madrid me diagnosticaron una condromalacia rotuliana, que no es otra cosa que desgaste del cartílago. Una de las causas posibles de este desgaste puede ser postural y es muy posible que por allí vayan los tiros, ya que he comprobado que utilizando la técnica de correr de metatarso, que implica llevar la rodilla ligeramente flexionada, la molestia desaparece o al menos se minimiza. Así que decidí después de la maratón aprender a correr de esta forma. Además voy a eliminar al menos una sesión de entrenamiento corriendo y hacer bicicleta o nadar o no hacer nada.

Mirando en internet, encontré un plan para realizar la transición de zapatilla amortiguada a zapatilla minimalista o descalzo y empecé a seguirlo, pero realmente lo que estoy haciendo no es una transición -ya que tengo olvidadas las amortiguadas desde hace meses- sino una adaptación de los músculos a la nueva forma de correr, por lo que veo más interesante seguir este otro plan que está diseñado para empezar desde cero con zapatillas minimalistas… o descalzo. Así que esta semana, en vez de seguir la semana octava del plan de transición me paso a la semana cinco del plan de adaptación que supone correr 8, 10 y 12 minutos

adaptacion-semana5

De vuelta a Pradolongo he recorrido 6,47 km, de los cuales 5 km andando y 8 minutos corriendo. Curiosamente andando no iba nada fino, pero corriendo me he sentido francamente bien.

It’s always the year of the cat

Hoy he comprado una maleta (las vacaciones están cerca) y me ha hecho mucha gracia la etiqueta y el eslogan de la marca NEIPI (aunque no logro comprender la relación entre una maleta y un gato) que da título a esta entrada: It’s always the year of the cat (siempre es el año del gato). Obsérvese la etiqueta con ese gato en forma de puente…

neipi

Nada más ver la etiqueta se me vino a la cabeza esa extraordinaria canción de Al Stewart. Reconozco que es una de mis debilidades…

Mañana parto de viaje, por lo que había que aprovechar el día de hoy, que la semana no ha sido muy fructífera. Para variar, no conseguí levantarme demasiado pronto y casi a las once, con bastante calor salí hacia Pradolongo para hacer un entrenamiento similar al del jueves: 5 km andando y 7 minutos corriendo.

Dicho y hecho. Salí con la idea de andar sobre los nueve minutos por kilómetro y aunque los dos primeros se me fueron un poco, luego los otros tres me mantuve algunos segundos por debajo. Luego hice 1,38 km en los siete minutos de carrera. Durante esos metros corriendo pude comprobar que me sigue molestando el talón del pie derecho, pero no me impide correr de ninguna manera. Quizás estoy yendo demasiado rápido en la carrera, por lo que debería contenerme.

De esta forma, recorrí 6,38 km en 52:28 @ 8:14 min/km.

Un lustro

El pasado lunes 29 de julio hizo cinco años que comencé a apuntar en formato electrónico mis entrenamientos. De esta forma nació el blog correresmireligion.com/index.php (aunque el nombre se me ocurrió más tarde). En aquel entonces nunca se me ocurrió pensar que llegaría a cumplir cinco añitos, ni que llegaría a escribir casi mil entradas, pero poquito a poquito ha ido engordando el blog. Y así espero seguir muchos años más, eso será señal de que todavía sigo siendo miembro activo de mi religión.

Así que nada mejor que celebrarlo con una tarta de cumpleaños 😉

tarta-quinto-cumple

Esta semana no hice absolutamente nada ni el lunes, ni el martes. El domingo anduve muy deprisa y por la tarde me dolía la cadera horrores (no vuelvo a bajar de 8 min/km) y el lunes cuando fui a levantarme, eran los riñones los que no me dejaban ni agacharme. Así que decidí no hacer ningún ejercicio.

El martes fui de cumpleaños, así que tampoco hice nada de nada. Bueno, pudiera haberlo hecho, que no estuve todo el día de cumpleaños, pero no encontré la ocasión.

Ayer estuve con la bici y hoy he salido a hacer la rutina habitual. Esta es la quinta semana de la transición y toca correr siete minutos. Así que salí bien pertrechado de gorra y gafas ya que hacía bastante calor y me puse a andar.

Cerca del kilómetro dos hay una fuente de la que he bebido dos semanas. Normalmente lo que he hecho estos días es acabar los cinco kilómetros de andar junto a esa fuente, beber, refrescarme y correr los minutos que correspondiese. Pero hoy me daba mala espina y antes de completar esos cinco kilómetros me he pasado por la fuente y como no podría ser de otro modo ¡ya no tiene grifo! De nuevo algún miserable ha tenido la brillante idea de llevarse el grifo y dejar a cientos de personas sin una triste fuente con la que aliviar la sed.

Menos mal que vimos que antes del dos ya habíamos visto que no había grifo, por lo que no nos llevamos la sorpresa al final, que es más desagradable. Así que acabamos los cinco kilómetros un poco antes del punto de encuentro, en el sitio habitual. Y allí estaba Andrés y familia con una botella de agua fresquita ¡¡¡muchas gracias Andrés por el detalle!!!

Me vino de perilla echar un traguito. Bebí y salí corriendo a por los siete minutos. No sé por qué extraño motivo fui deprisa, parece que no logro contenerme cuando corro de metatarso, el caso es que hice casi kilómetro y medio en esos siete minutos, bajando de cinco minutos por kilómetro. Una barbaridad.

Sumando lo andado con lo corrido hice un total de 6,46 km en 52:43 @ 8:10 min/km.

Calcetines de dedos

Hace unos cuantos años compré unos calcetines de dedos. Me los puse una vez y desde entonces duermen en el cajón… hasta hoy que he decidido volver a utilizarlos.

No resulta sencillo ponérselos, aunque tampoco es fácil ponerse las medias de compresión, pero que con un poco de paciencia he logrado calzármelos ¡y no quedan nada mal!

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Calcetines de dedos

Después de los calcetines, me he calzado las Minimus y al parque, a intentar hacer algún kilometrillo más de lo habitual y a ser posible, más deprisa.

Empecé deprisita, haciendo un primer kilómetro casi a 8:30 min/km, ritmo que hace unas semanas me parecía imposible de conseguir; sin embargo, he ido aumentado el ritmo y en el cuarto kilómetro he logrado, por fin, ¡bajar de los ocho minutos! Y la cosa no ha parado ahí, ya que se seguido más y más deprisa haciendo el siguiente en 7:52 y el sexto y último en 7:46. Ahora sí que es un ritmo serio, no sé si conseguiré mejorarlo.

Después de andar los seis kilómetros, hice una parada en uno de los sitios más agradables del parque y tras una breve pausa me puse a correr con la idea de completar un kilómetro en vez de hacer los cinco minutos que correspondían. Tampoco ha sido mucha la diferencia, ya que he apretado un poco a ver qué tal me encontraba a ritmos más altos de lo normal. Ese kilómetro lo he hecho en 5:06. Resumiendo, he recorrido los 7 km en un tiempo de 53:32 @ 7:39 min/km.

Por parejas

Hemos aparecido en el punto de encuentro cinco compañeros, de los cuales dos iban con la camiseta amarilla de la carrera del barrio del Zofío, otros dos con una camiseta gris de Mapoma de hace unos cuantos años y la quinta, con otra camiseta, esta ya desparejada. Parecía una competición por parejas y un árbitro. Aunque al final ni competición ni nada, cada uno por su cuenta.

Tres se pusieron a correr y yo, como en las últimas semanas, he empezado el entrenamiento andando. Esta vez Joaquín, que sigue con sus molestias abdominales, me acompañaba al trote cochinero, de esta manera íbamos dándole a la húmeda y el ritmo no era todo lo rápido que me hubiese gustado, de todas formas, iba algo molesto de la rodilla. Curiosamente, esas molestias en la rodilla desaparecieron por arte de birlibirloque cuando estuve corriendo los cinco minutos correspondientes con la técnica de metatarso. Me encontré francamente bien corriendo y hubiese podido seguir más tiempo, pero hay que ser prudente e ir poco a poco, muy poco a poco.

El martes anduve bastante deprisa, pero hoy iba algo más despacio, así que hemos tardado poco más de 45 minutos en hacer los 5 km. Luego me he puesto a correr, pero a los dos minutos he parado porque nos hemos encontrado con Macu que venía con una bonita camiseta para una buena amiga, una camiseta con la leyenda: Pradolongirls. Me ha gustado bastante, muy sencilla y bonita.

Como esos dos minutos no contaban, me he puesto en marcha otra vez para hacer los cinco que debía hacer. Así que hoy he totalizado siete minutos corriendo, pero no se lo digan a nadie, que no se entere mi entrenador…

De dopaje y puertos

Siempre se ha comentado que «el Tour no se gana a base de espaguetis». Mucha gente piensa que es normal que los ciclistas se dopen porque el ciclismo es un deporte muy duro en el que hay que subir muchos puertos un día sí y otro también. Nunca he estado de acuerdo con esa máxima y los últimos hechos dan que pensar. Si realmente la gente recurre al dopaje porque «los puertos son muy duros», ¿por qué alguien lo hace si sólo tienen que correr cien metros?

Puedo asegurar, y estoy completamente seguro de lo que digo, que soy capaz de correr cien metros sin recurrir a ayudas externas. E incluso me atrevería a afirmar que un alto porcentaje de la población mundial sería capaz de hacerlo. Entonces, ¿por qué se dopan los corredores de estas distancias? ¿También tienen que subir puertos? ¿Habría que hacer carreras de noventa metros para que no recurriesen al dopaje?

La respuesta es obvia, para llegar antes que el adversario. Y eso ocurre en los cien metros, en las carreras de tres semanas y en el tiro con arco. Vamos que no comulgo con la idea de dopaje = dureza.

Leo en este artículo que Fritz Sörgel, experto en la lucha antidoping, propone que haya un deporte de élite sólo para dopados y un deporte sólo para gente limpia y que la gente elija si quiere ver circo o deporte de verdad. Por poner un símil, sería como la NBA y el baloncesto universitario, poco más o menos. Yo creo que tampoco funcionaría porque siempre habría algún «limpio» que optase por el dopaje para ganar a los otros «limpios» y ya estaríamos otra vez con las mismas.

Sinceramente, desde mi punto de vista, me parece que el problema del dopaje no tiene solución. Así de claro.


Hoy ha sido el primer entrenamiento de la cuarta semana de la transición. Toca correr cinco minutos además de hacer varios ejercicios complementarios a los que no hago mucho caso, pero que debería hacérselo…

Hoy ha sido el primer día del verano que hemos quedado media hora más tarde, ¡no sé cómo hemos tardado tanto! Pensaba que al ser más tarde nos encontraríamos más gente en el punto de encuentro, así que me he sorprendido cuando he visto que sólo había una persona esperando. Hemos empezado a charlar y ha aparecido otro, minutos después. Hemos seguido de charla y ha aparecido otro más. Así que nos hemos juntado cuatro que empieza a ser todo un récord. Además una vez empezado el entrenamiento ¡ha aparecido otro! Estamos que lo tiramos, oiga.

Como siempre, he empezado a andar y la idea era hacerlo a buen ritmo y tratar de bajar de 8:07 en algún kilómetro, pero no lo he conseguido. Resulta complicado hacerlo, ya que acercarse a ritmos de 8 min/km supone poner un ritmo elevado y llevar mucha concentración para no perder ese ritmo. Salieron los kilómetros: 8:47, 8:43, 8:46, 8:08 y 8:12. No conseguí bajar de 8:07 ¡¡no es sencillo!! Luego hice los cinco minutos corriendo en los que casi llegué a hacer un kilómetro. En total fueron 5,95 km en 47:40 @ 8:01 min/km.

Me está entrando el mono

Llevo desde la última maratón de Madrid sin participar en una carrera. No sólo es que no haya participado, sino que corro poco, aunque bien es verdad que con este calor no apetece mucho correr. Salí por la mañana a hacer mi entrenamiento, pero por la noche estuve en La Puebla de Montalbán, asistiendo de espectador a la II edición de la carrera nocturna de San Miguel.

Según veía pasar a los corredores iba echando de menos eso de ir de corto sufriendo en las subidas y lanzándote en las bajadas, aunque cuando veía las caras de algunos participantes, casi que prefería estar de espectador.

Pero sí, reconozco que tengo algo de mono de no poder participar en alguna carrera. Pero todo llegará, hay que tener paciencia.

Aunque ayer viernes por la tarde estuve con la bici, hoy al levantarme no notaba las piernas cansadas, también es verdad que 20 km en bici tampoco es gran cosa. Me levanté lo antes que pude, que fue más bien tarde, y me dispuse a hacer lo habitual de las últimas semanas: cinco kilómetros andando y unos minutos corriendo con las Minimus.

Al contrario que el jueves que fui de paseo, esta vez salí dispuesto a andar lo más rápido posible ¡y vaya si lo hice! Bajé todos los kilómetros de nueve minutos y el último lo hice en 8:07. Estoy convencido de que en alguna maratón he ido corriendo (más bien trotando cochineramente) a menos velocidad. Luego hice los cuatro minutos corriendo, así que sumando una cosa y otra, totalicé 5,79 km en 46:34 @ 8:03 min/km. No está nada mal.