De dopaje y puertos

Siempre se ha comentado que «el Tour no se gana a base de espaguetis». Mucha gente piensa que es normal que los ciclistas se dopen porque el ciclismo es un deporte muy duro en el que hay que subir muchos puertos un día sí y otro también. Nunca he estado de acuerdo con esa máxima y los últimos hechos dan que pensar. Si realmente la gente recurre al dopaje porque «los puertos son muy duros», ¿por qué alguien lo hace si sólo tienen que correr cien metros?

Puedo asegurar, y estoy completamente seguro de lo que digo, que soy capaz de correr cien metros sin recurrir a ayudas externas. E incluso me atrevería a afirmar que un alto porcentaje de la población mundial sería capaz de hacerlo. Entonces, ¿por qué se dopan los corredores de estas distancias? ¿También tienen que subir puertos? ¿Habría que hacer carreras de noventa metros para que no recurriesen al dopaje?

La respuesta es obvia, para llegar antes que el adversario. Y eso ocurre en los cien metros, en las carreras de tres semanas y en el tiro con arco. Vamos que no comulgo con la idea de dopaje = dureza.

Leo en este artículo que Fritz Sörgel, experto en la lucha antidoping, propone que haya un deporte de élite sólo para dopados y un deporte sólo para gente limpia y que la gente elija si quiere ver circo o deporte de verdad. Por poner un símil, sería como la NBA y el baloncesto universitario, poco más o menos. Yo creo que tampoco funcionaría porque siempre habría algún «limpio» que optase por el dopaje para ganar a los otros «limpios» y ya estaríamos otra vez con las mismas.

Sinceramente, desde mi punto de vista, me parece que el problema del dopaje no tiene solución. Así de claro.


Hoy ha sido el primer entrenamiento de la cuarta semana de la transición. Toca correr cinco minutos además de hacer varios ejercicios complementarios a los que no hago mucho caso, pero que debería hacérselo…

Hoy ha sido el primer día del verano que hemos quedado media hora más tarde, ¡no sé cómo hemos tardado tanto! Pensaba que al ser más tarde nos encontraríamos más gente en el punto de encuentro, así que me he sorprendido cuando he visto que sólo había una persona esperando. Hemos empezado a charlar y ha aparecido otro, minutos después. Hemos seguido de charla y ha aparecido otro más. Así que nos hemos juntado cuatro que empieza a ser todo un récord. Además una vez empezado el entrenamiento ¡ha aparecido otro! Estamos que lo tiramos, oiga.

Como siempre, he empezado a andar y la idea era hacerlo a buen ritmo y tratar de bajar de 8:07 en algún kilómetro, pero no lo he conseguido. Resulta complicado hacerlo, ya que acercarse a ritmos de 8 min/km supone poner un ritmo elevado y llevar mucha concentración para no perder ese ritmo. Salieron los kilómetros: 8:47, 8:43, 8:46, 8:08 y 8:12. No conseguí bajar de 8:07 ¡¡no es sencillo!! Luego hice los cinco minutos corriendo en los que casi llegué a hacer un kilómetro. En total fueron 5,95 km en 47:40 @ 8:01 min/km.