Pestilente

Hay un montón de árboles cerca de mi casa que han florecido y sueltan un olor un poco fuerte. El problema es que al haber tantos, ese olor un «poco fuerte» se convierte en algo realmente desagradable, casi pestilente. El olor es tan exagerado que es casi alergico. Corriendo por Pradolongo también te encuentras unos cuantos.

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Árbol más que florido

Para más inri, estos árboles sueltan una especie de pelotillas esféricas, muy pequeñas, aproximadamente de un centímetro de diámetro que son bastante duras. Entre la dureza y que hay muchísimas, andar por una calle se convierte casi en ir patinando sobre esas pelotillas.

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Pelotillas soltadas por lo árboles

El de hoy ha sido un entreno bastante tranquilo, ya que la temperatura era bastante elevada, sobre los treinta grados. Llegué tarde y acorté un trecho. Y en ese recorte me encontré con Jesús, que había recortado aún más. Luego vimos a Quique y Joaquín que como alumnos aplicados no habían hecho ningún recorte e iban por el camino oficial.

No tuvo mucho más truco el entrenamiento. Muchísimo calor, ritmo bajo para aguantarlo y finalización en la fuente para al menos refrescarnos al final. Hice 9 km en un tiempo 49:23 @ 5:29 min/km.

Deseando que se vaya este calor tan exagerado y que vuelva una temperatura más templada más acorde con el mes del año en el que estamos.

Aunque fue el domingo cuando me pesé, justo antes de ir a la carrera, lo pongo ahora por no «manchar» la crónica del otro día. La báscula marcaba 70,2 kg que es mucho, pero estoy seguro que he bajado desde el anterior fin de semana que vine a tope.

Me siento pesado

Ya estaba algo pasado de peso antes de la maratón, que no conseguía bajar de 70 kg, pero después de este fin de semana no quiero ni pensar en cuantos kilos estaré ya. Me lo tomaré en serio de una vez por todas lo de adelgazar.

Digo esto porque estos días me he sentido pesado al correr, además me miro la tripa y no me gusta lo que veo. Y no digo nada de las rodillas, que sufren en exceso con mucho peso.

Me propuse llegar a los 66 kg, pero ya me conformo, de momento, con un par de kilos más. Veremos.

De momento, mientras cierro la boca, sigo corriendo. Hoy, para variar, he llegado tarde. Ya habían empezado los compañeros, así que he recortado un trecho y me he ahorrado un kilómetro, que como no estoy entrenando para nada en concreto, bien ahorrado está. Ya lo dice el dicho: carrera que no da el galgo, en el cuerpo se la lleva.

Hoy nos hemos juntado cinco en el parque, lo cual no está nada mal. Pero entre que notaba todavía las piernas algo cansadas y que los compañeros tampoco estaban muy por la labor, hemos ido tranquilos. De este modo he completado 8,7 km en un tiempo de 47:54 @ 5:29 min/km.

Notaba el gemelo izquierdo algo tirante, imagino que todavía no recuperado de la maratón. Espero que a base de estiramientos vaya mejorando.

Para las rozaduras en los pezones

Una de las consecuencias de la maratón del domingo y la cantidad de agua caída fue que acabé con los pezones rozados. Siempre corro con una tirita sobre esta delicada parte del cuerpo, pero la lluvia (y los pelos alrededor del pezón) hicieron que la tirita se despegara y que la camiseta me rozara.

Por la tarde estaba tan molesto, que tenía pánico a meterme debajo de la ducha para no sufrir el horror del agua sobre las rozaduras. Al final no me quedó más remedio y ¡qué dolor! Una tortura.

Pero gracias a esto he descubierto un bálsamo que me ha venido de perillas: Amniolina. Dicen de esta pomada que es un tratamiento en forma de emulsión de aplicación superficial que tiene como fin tratar condiciones como la irritación cutánea y la dermatitis particularmente de zonas sensibles como las áreas genitales y glúteas, su modo de aplicación es sencillo, exterior y debe hacerse dos a tres veces por día, puede provocar irritación.

amniolina
Foto obtenida de www.miparafarmaciaencasa.es

La verdad es que me ha venido genial y se lo recomiendo a todo el mundo que sufra esta molestia tan desagradable.

Después de un día de la aplicación de esta pomada, como nuevo, olvidadas las molestias. Así que he salido a correr hoy como si tal cosa. Debe ser que mañana es festivo, porque sólo estaba Quique en el punto de encuentro. Después de unos minutos de cortesía, nos hemos puesto a correr.

La verdad es que me encontraba bastante bien. Después de acabar con los cuádriceps bastante cargados y molestias en el abductor, ya hoy parecía que la cosa estaba olvidada, únicamente notaba el gemelo izquierdo algo cargado. Pero considero que debe ser algo normal.

Como no vino nadie, estuvimos los dos «mano a mano», aunque sólo duró una vuelta, ya que después ha comenzado a acelerar y me he quedado solo. Tampoco es que me importara mucho, porque tenía pensado hacer poca cosa.

He totalizado 7 km en un tiempo de 35:58 a un ritmo interesante: 5:08 min/km.

Bastante satisfecho

No puedo negar que acabé bastante contento y satisfecho de mi última participación en la maratón de Madrid. Sin comerlo ni beberlo me encontré corriendo por las calles de la capital y conseguí acabar los 42 kilómetros sin muchos problemas. En los últimos kilómetros noté los cuádriceps muy cargados, una pequeña molestia en el abductor izquierdo y rozaduras en los pezones. Por lo tanto, no me puedo quejar, acabé bastante bien.

Las zapatillas ¡cojonudas! No me dieron el menor problema durante la carrera y eso que era la tercera vez que las usaba. De momento, encantado con ellas.

En 1995, en mi tercera participación en una maratón, me tuve que retirar en el km 31 debido a una tendinitis que llevaba semanas arrastrando.

En 2000 me tuve que retirar en el km 17 también por una tendinitis aunque tenía claro que no iba a poder terminar porque llevaba un par de meses sin entrenar nada y en rehabilitación. Simplemente salí porque ya tenía pagada la inscripción.

En 2008 me tuve que retirar sobre el km 15 porque el domingo anterior había empezado con molestias en la cadera y aunque estuve descansando toda la semana y yendo al fisioterapeuta, al final no pude aguantar el dolor y me retiré.

Hago recuento de mis maratones fallidas porque de alguna manera la maratón del domingo que hice de manera inesperada y con poco entrenamiento viene a compensar alguna de éstas. Sobre todo la de 2008 que me tuve que retirar después de lesionarme la semana antes y haberme «comido» todos los meses de entrenamiento específico para esa carrera.

Hoy al salir a correr notaba los cuádriceps aún castigados; sin embargo, según iba recorriendo metros las piernas iban cada vez mejor. Una vez más la carrera viene genial para recuperar las piernas cansadas.

Tampoco tenía intención de hacer mucho ni muy deprisa, así que sólo fueron 5,45 km en 32:50 @ 6:01 min/km. Un entrenamiento genial para recuperar las piernas.

Suerte a los maratonianos

Ya sé que la palabra es maratonista, pero no me sale y, además, no me gusta, así que utilizaré siempre maratoniano a aquella persona que corre maratones. Y este año habrá un nuevo maratoniano, que no es otro que Jesús, compañero pradolonguero, que trataré de obtener el carnet de maratoniano en la maratón de Madrid.

Por eso no es de extrañar que hoy se lo haya tomado como día libre. De hecho, de los que van a correr el próximo domingo sólo Miguel ha aparecido en el punto de encuentro y con buen criterio, sólo ha hecho unos seis kilómetros a ritmo muy tranquilo. A mí me ha tocado correr solo desde ese punto.

Además, poco después de quedar en solitario he empezado con una molestia en la rodilla izquierda, en la parte interna, un tanto mosqueante. He intentado aumentar el ritmo y me dolía. He bajado el ritmo y seguía doliendo también. Acortar la zancada, tampoco se solucionaba. Curiosamente, un par de kilómetros más tarde, el dolor se fue igual que vino.

Había quedado con Jesús en acompañarle en la maratón. En un principio hacer los últimos quince kilómetros, pero pensándolo bien, creo que será mejor salir con él para tratar de que no se acelere demasiado en los primeros kilómetros. El peor enemigo del debutante es la euforia inicial. Y viendo como ha entrenado Jesús, los cuarenta y dos kilómetros los termina seguro. Y si controla el ritmo de los primeros kilómetros, acabará bien.

He completado 9,6 km en un tiempo 49:41 @ 5:09 min/km. Las zapatillas, bien. Hoy no he apretado tanto los cordones y la planta de los pies no se han calentado. Lo único mosqueante ha sido esa molestia en la rodilla, pero como ha sido sólo un par de kilómetros, quizás no sea problemático.

Mucha suerte a Jesús, Joaquín y Miguel en su inminente maratón.

Adidas Supernova Glide 7

Llevaba desde el 15 de marzo sin zapatillas de entrenar, utilizando las Joma Marathon 3000, unas voladoras, para ello. Pero ayer me acerqué a Zatopek Atletismo a por unas. Antes estaban en Madrid, en la calle General Ricardos, pero ahora se han cambiado a la calle Joaquín Turina también de Madrid.

Después de probarme unas cuantas, me decidí por unas Adidas Supernova Glide 7. Serían las segundas zapatillas Adidas que utilizo en mi vida. Espero que me salgan mejor que las primeras, que tuve que dejar de ponérmelas porque no llegó a acoplarse el pie.

Lo más destacado, a simple vista, es que una tiene el suelo rojo y la otra, verde. El dependiente me dijo que eran así, pero yo creo que era lo que les sobraban sueltos.

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Las Glide 7 con suela roja

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Las Glide 7 con suela verde

Como era día de estreno, pensaba tomármelo con calma, pero después de la primera vuelta viendo que la cosa iba como la seda, empecé a acelerar cada kilómetro en progresión: 5:00, 4:42, 4:23, 4:11 y 4:13 en los últimos 600 metros. Ya iba al final un poco tostado y no he podido seguir progresando.

La primera experiencia con las Glide 7 ha sido satisfactoria. Lo único que he notado un poco raro es que he acabado con la planta del pie algo caliente, pero creo que ha podido ser debido a que me he apretado demasiado los cordones.

En total han sido 9,6 km en 49:07 @ 5:05 min/km.

30-20-10

He leído un artículo, que ya tiene casi tres años, que habla de un entrenamiento denominado 30-20-10 o también 10-20-30, depende de las ganas que se tenga de leer de izquierda a derecha o al revés.

Dice el artículo que ese tipo de entrenamiento produce resultados sorprendentes. Una «muestra» de atletas veteranos que han seguido ese entrenamiento durante siete semanas han mejorado un 4% sus resultados, lo cual no está nada mal. Además baja la presión arterial y reduce el colesterol «malo». Total, que es casi la panacea universal.

Se trata de un fartlek controlado, pero con método. El entrenamiento consiste en:

  1. Calentamiento al trote durante kilómetro y medio aproximadamente.
  2. Trote durante 30 segundos, seguido de carrera «normal» durante 20 segundos y para terminar, un sprint de 10 segundos. Inmediatamente repetir este ciclo cuatro veces más, completando, por lo tanto, cinco minutos de entrenamiento.
  3. Trotar dos minutos. Repetir el paso 2 dos o tres veces más (los sujetos del estudio hicieron 3 x 5 minutos las primeras cuatro semanas y 4 x 5 minutos las siguientes tres semanas).
  4. Enfriar con un trote fácil kilómetro y medio más o menos.

El artículo me ha parecido interesante, pero no lo he hecho nunca todavía. Tendré que hacerlo si quiero mejorar la velocidad.

Hoy me he limitado a hacer 9 km donde los cuatro primeros han sido a ritmo tranquilo y luego he apretado un poco tratando de alcanzar los 4:30 y bueno, por ahí ha andado la cosa. Unos kilómetros por encima de ese ritmo y otros un poco por debajo. Lo mejor es que las sensaciones han sido buenas, parece que voy recuperando, poco a poco, lo perdido en estos días de descanso.

Lo que sí tengo que hacer es cambiar las zapatillas porque se nota que al tener el drop mas bajo me tira bastante de los tendones de aquiles. Si puedo este fin de semana trato de adquirir unas o el próximo lunes como muy tarde.

En total han sido 9 km en 44:50 @ 4:58 min/km.

Aquí no tiene nadie ganas de correr

Últimamente llego al punto de encuentro más tarde de lo habitual. Hoy, cuando he querido llegar, ya eran las siete y cuarto y, por supuesto, ya habían partido todos.

Así que he acortado un tramo para ver si conseguía alcanzarlos. Y lo he hecho, pero me he tenido que dar un buen tute, tanto que he hecho ese primer kilómetro en 4:52. Ha sido llegar a su altura y el ritmo ha disminuido bastante. Y cuando digo bastante, digo bastante, que hemos estado rodando cerca de los seis minutos.

Aquí nadie tiene ganas de correr ¿o qué pasa? El caso es que yo tampoco tenía demasiadas y me he acoplado a ese ritmo cansino y así han transcurrido los kilómetros, a paso tortuga. Además hoy ha hecho bastante calor, por encima de los veinte grados a esas horas, entre siete y ocho de la tarde.

Al final he completado solo 8 km en un tiempo de 45:17 a un escalofriante ritmo de 5:39 min/km. Algunos compañeros han seguido corriendo para hacer más kilómetros de cara a la maratón. Que corran, que corran, que dentro de pocos días se van a meter entre pecho y espalda nada menos que 42 kilómetros.

Algo de mono sí tenía

He estado casi veinte días sin correr y pensaba que no me había afectado demasiado. De hecho, en ese tiempo no es que tuviera un deseo irrefrenable de correr, pero ahora que he empezado de nuevo, parece que ya no lo puedo dejar. Y eso me ha pasado hoy, he llegado después de unos asuntos a casa pasadas las ocho de la tarde y no he podido resistir a ponerme las zapatillas y salir a correr.

A eso de las ocho y veinte salía dirección Pradolongo después de realizar unos estiramientos en casa, algo temeroso de que se me hiciese de noche durante el entrenamiento. Tampoco es que vaya a pasar nada porque se haga de noche, pero después de tantos días corriendo en la obscuridad, no apetece mucho ir a tientas.

La idea era hacer sólo ocho kilómetros. Así que hice cuatro a ritmo tranquilo y luego apreté en la segunda mitad, tratando de acercarme a los cuatro minutos y medio. El primero se me fue un poco, pero luego conseguí el objetivo, aunque reconozco que me costó lo suyo mantener ese ritmo. Está claro que después de la inactividad, aunque sólo sean tres semanas, se pierde, sobre todo ritmo.

Completé los 8 km en un tiempo de 38:07 @ 4:45 min/km.

Molestias por doquier

Decidí el año pasado no salir a entrenar el mismo deporte dos días seguidos; sin embargo, hoy he salido. Y no debería de haberlo hecho, porque si estoy diecinueve días sin salir a correr, ¿qué sentido tiene volver y hacer dos días seguidos? Son cosas sin sentido que a veces hacemos los corredores.

Todo ha sido debido a que una amiga me pidió que la acompañase y uno, que es blando de corazón, no se pudo negar. Así que a eso de las diez de la mañana salimos hacia Pradolongo para tratar de hacer dos vueltas y un poco para completar los 10 km habituales.

Si ayer el tendón izquierdo el que me dolía, hoy era también su compañero. Iba corriendo y parecía que me quemaban los talones con un soplete. Me costaba dios y ayuda no descolgarme de mi amiga que se pasó todo el entrenamiento tirando de mí y aflojando el ritmo cuando veía que me quedaba. Una mala experiencia la del día de hoy.

Tirando más de pundonor que de otra cosa, completamos 10 km en un tiempo de 52:50 @ 5:17 min/km.

Ayer comenté que había cogido un par de kilos, pero no lo anoté. La báscula marcaba 70,5 kg que es exactamente lo mismo que cuando volví de vacaciones este último verano. Primer objetivo: bajar de los setenta la semana que viene.