Ensayo general

Hoy tocaba probar el material a utilizar el próximo domingo. La verdad es que la indumentaria es la misma que utilizo en las carreras, o sea, que por ahí poca novedad; sin embargo quería probar a llevar dos geles enganchados con un imperdible a los costados del pantalón. Estaba algo temeroso por si resultaba incómodo llevar los geles, pero ha ido todo perfecto.

Si ayer hacía mucho calor, hoy también. He salido a las 9:30 y ya hacía bastante calor, menos mal que por el circuito del río había sombra en muchos tramos y se hacía más llevadero. Al llegar al parque, adopté un ritmo que consideraba factible e iba devorando kilómetros sin mirar el cronómetro. Luego he visto que esos kilómetros han salido a 4:45. Este entreno me confirma que ese ritmo es el bueno para la maratón. Quizás podría ir un pelín más deprisa si el tiempo acompaña.

Sobre el kilómetro nueve, la rodilla me ha dado un susto. Ayer en el kilómetro de «enfriamiento», al cambiar de ritmo me molestó la rodilla. Hoy me ha molestado en ese punto kilométrico y pensaba que iba a tener que parar, pero al poco tiempo ha dejado de molestarme. Es una molestia guadiana, que viene y va. Pienso que no le sienta nada bien a la rodilla los cambios de ritmo. Habrá que ser constante.

He recorrido algo más de 17 km en un tiempo de 1:22:43 a un ritmo de 4:49 y con magníficas sensaciones. Al llegar a casa, después de los estiramientos y la ducha, hielo en la rodilla y luego casi perfecto.

Me dan buen rollito

Este calorazo que está haciendo estos días, totalmente inusual en estas fechas me está dando buen rollito porque es imposible que en pleno mes de abril se mantengan estas temperaturas veraniegas (había 28º en el termómetro de la marquesina al terminar el entrenamiento). Eso quiere decir que las temperaturas van a bajar seguro y que el día 17 va a hacer un día inmejorable para correr… optimista que es uno.

Hoy he salido a las once de la mañana y el calor pegaba de lo lindo. Bien pertrechado con una gorrita, he salido con intenciones de hacer unos kilómetros al ritmo que pienso llevar en la maratón, entre 4:40 y 4:45.

Entre el calor y que el circuito de Parque Sur es durillo, algunos kilómetros que ha costado mantener el ritmo, pero creo que puede ser un ritmo aceptable para la gran cita. Más o menos como el año pasado.

He dado cuatro vueltas a Parque Sur totalizando 13 km en un tiempo de 1:03:02 a un ritmo de 4:50, habiendo hecho la primera vuelta de calentamiento y el último kilómetro de «enfriamiento». Esos nueve kilómetros intermedios a posible ritmo de maratón han salido a 4:40.

Hoy la báscula me ha dado una mala noticia. He vuelto a pasar al escalón superior. Marcaba 68,3 kg. Mal asunto que en los momentos que menos debo pesar, más marca la báscula. Lo curioso es que después de correr el peso ha bajado a 66,6 kg, por lo que he perdido 1,7 kg, es decir, más de kilo y medio sólo en sudor. No quiero ni pensar lo que puedo perder en una maratón.

Suelo visitar a Josefa, la fisio, días antes de la maratón para que me deje las patas en condiciones. Unos buenos estiramientos y algunos dedos bien metidos me dejan listo para la maratón. Ayer viernes la hice una visita, aprovechando ya de paso para que me tocara un poco la rodilla a ver si mejora.

Me he ahorrado los dos seismilles

Hoy debería haber hecho el test de los dos seismiles, para saber más o menos a qué marca puedo aspirar en el próximo Mapoma; sin embargo, no tenía nada claro si hacer un entrenamiento tan duro viendo cómo estaba la rodilla izquierda.

Y es que la rodilla me ha dolido desde primera hora de la mañana, como si me dijera: no hagas los dos seismiles, no hagas los dos seismiles, … Y esta vez no he hecho oídos sordos a esas advertencias y he convertido un día duro en un día de entrenamiento plácido, haciendo las dos vueltas a Pradolongo tranquilamente.

Como llevaba todo el día algo molesto con la rodilla, antes de salir me he aplicado Radio Salil y no me ha molestado durante el entreno, sólo una ligera, pero soportable, molestia. Poca cosa.

Resumiendo: dos vueltas tranquilas totalizando 10,1 km en 55:17 a un ritmo de 5:27, esperando al fin de semana para apretar un poco más.

Por cierto, mucho calor a esas horas de la tarde y, para variar, las fuentes de Pradolongo todas inutilizadas.

Ya huele a maratón

Hoy hemos empezado más tarde de lo habitual. Cuando estábamos estirando ha llegado Antonio que acababa de terminar y hemos empezado a charlar de nuestras experiencias maratonianas y se nos ha echado el tiempo encima. He tenido que insistir porque de lo contrario todavía estábamos en la entrada del parque charlando.

En el ambiente ya puede olerse ese olor típico maratón y es que ya sólo quedan doce días para la gran cita, pero ya empiezan los nervios, las indecisiones, las dudas de última hora, etc. Vamos, que cuando uno piensa en la gran cita, se le agrietan las carnes.

A menos de dos semanas, tampoco es cuestión de machacarse, por lo que hemos empezado tranquilos la primera vuelta. Pero tampoco es cuestión de ir excesivamente tranquilos, así que en la segunda vuelta he acelerado un poco, con la idea de alcanzar una velocidad crucero cercana a 4:45.

Tampoco ha servido de mucho, me he encontrado a Andrés y he parado un poco a preguntar cómo va. Y va bien, muy bien, ya ha terminado el tratamiento y tiene ahora un tipo keniata que asusta. Cuando salga de este bache y se ponga a correr no vamos a ser capaces de seguirle.

Total, que con parada incluida, he acabado los 10,1 km habituales en un tiempo de 58:27 a un ritmo de 5:46 y contento porque la rodilla no me ha molestado en ningún momento. También es verdad que no eran muchos kilómetros y el ritmo era de paseo, pero peor hubiera sido que me doliese también en este entreno, entonces la cosa se complicaría muy mucho.

Condiciones ideales

Hoy tocaba la última tirada realmente larga. He salido poco después de las 9:30 de la mañana y hacía un día realmente extraordinario para correr: temperatura sobre 12º, nublado y sin pizca de viento. Pensaba que si el día 17 hiciese este día, se podría intentar hacer una marca interesante; pero seguro que llega el día M y hace calor, nunca falla.

La idea era hacer dos vueltas al circuito del Parque Lineal. Había calculado que la vuelta era de 10 km, dando la vuelta en el último puente y ahorrándome el último tramo, pero ha salido un poco menos, aunque no mucho. He marchado a un ritmo muy interesante sin mirar el cronómetro y viendo que iba bastante bien decidí sobre la marcha aumentar el ritmo en el último cuarto de carrera (últimos ocho kilómetros). Ahora me doy cuenta de que ha sido una temeridad porque estaba haciendo kilómetros sobre 4:45 y me notaba francamente bien. Quizás no sea mala idea tratar de mantener este ritmo durante la maratón, como el año pasado.

El caso es que poco después de aumentar el ritmo he empezado a notar molestias, igual que ayer, en la rodilla izquierda. Al final he decidido bajar otra vez el ritmo ya que es preferible conservar la rodilla para la gran cita. Ya veremos si consigo recuperar la rodilla al 100%.

Terminé, como últimamente en las tiradas largas, subiendo la cuesta de la calle Parque de la paloma y una vez más me volvió a costar subir, pero pienso que me va a venir bien cuando tenga que afrontar la subida de Alfonso XII. Terminé realizando 24,6 km en un tiempo de 1:59:15 a un ritmo de 4:50. Bastante contento con el ritmo, pero algo triste por la rodilla.

Como curiosidad, decir que hoy se celebra la media maratón de Madrid. Quizás sea por eso que había pocos corredores por el parque; sin embargo había gran cantidad de chicas corriendo. Es posible que preparando la carrera de la mujer a celebrar el 8 de mayo.

Me estoy empezando a mosquear

Hoy me ha vuelto a molestar la rodilla izquierda. No mucho, la verdad, pero me tiene muy mosqueado esta molestia. Empiezo a pensar si el nuevo estiramiento que he empezado a hacer no influirá. O será que no es conveniente hacer demasiados kilómetros, aunque tampoco hago demasiados. Lo bueno es que poco tiempo después de dejar de correr, las molestias son cero.

Hoy he salido a ritmo fácil (sobre 5:00) con la idea de hacer unos veinte kilómetros, más o menos. Al final sólo he hecho 18,3 km, que ya son bastantes. O al menos eso me parece a mí. Hay que ir disminuyendo el kilometraje que la maratón está a la vuelta de la esquina.

Aunque era pronto, hacía una buena temperatura. He salido con mallas largas y camiseta de manga larga y he tenido calor durante todo el entrenamiento. Habrá que ir pensando en cambiar el vestuario al de verano.

Iba bastante bien, pero sobre el kilómetro 11 he empezado a sentir unos retortijones de tripas de espanto. He tenido que aflojar el ritmo y aflojar el cordón de la cintura de las mallas para ver si se pasaba. Después de un par de kilómetros malos, he vuelto a coger el ritmo por debajo de cinco. Ya me había parecido cuando evacué que no había sido suficiente…

Debido a estas pequeñas molestias y que luego tenía un compromiso, me ha parecido que 20 km iba a ser mucho, por lo que al final sólo han sido 18,3 km en un tiempo de 1:31:04 a un ritmo de 4:58. No he querido ir más deprisa que mañana tengo intenciones de hacer unos 25 km.

La báscula marcaba antes de salir a correr 67,7 kg, en mi línea. Después de volver y evacuar lo que no eché antes, marcaba 66,1 kg. Nunca había tenido una reducción de peso tan bestial: ¡¡¡1,6 kg!!!

Ahora mismo lo firmo

Llegué, como casi siempre, tarde. Emilio el hombre radiactivo estaba enzarzado en una discusión con Pepe, diciendo que si él era capaz de entrenar los kilómetros que entrenaba, cualquiera podía hacerlo. Pepe opinaba lo contrario, de ahí la discusión.

Yo creo que Emilio no tiene razón. Lo que él hace tiene un mérito extraordinario. Tener sesenta y cinco años y seguir corriendo y cómo lo hace, no está al alcance de cualquiera. Él opina que si es capaz de hacer 10 km en 45 minutos, cualquiera puede hacerlo. Yo ahora mismo firmo que cuando tenga 65 años me gustaría hacer, no 45 minutos que me parece una marca extraordinaria, sino una hora. Que alguien me dé un papel que dentro de veinte años yo quiero hacer una hora en diez kilómetros. Incluso me conformo simplemente con poder correr.

Pues en esas estábamos, entre dimes y diretes y de ese modo la primera vuelta se ha pasado casi sin darnos cuenta. Luego he acelerado en la segunda para tratar de hacer esos segundos cinco kilómetros a umbral, por debajo de 4:15. Y lo he conseguido: 4:18, 4:09, 4:14, 4:11 y 4:10, a una media de 4:13 y eso que hoy hacía una calorina de espanto. Sin lugar a dudas el día más caluroso del año. Para terminar, tres kilómetros de enfriamiento, para acabar totalizando 13 km en 1:05:10 a un ritmo de 5:00 aunque en este caso el ritmo total no tiene la menor importancia.

Demasiado castigo

Hoy tenía las piernas realmente cansadas. Me parece que los 50 km que me metí entre sábado y domingo me han dejado las piernas castigadas al máximo. De hecho no tenía ninguna gana de salir a correr. Y cuando ya me decidí a salir, pensaba que no iba ni aguantar las dos vueltas de rigor.

Como suele ocurrir en estos casos, un entrenamiento a ritmo flojo es lo mejor. Funcionó: cuando acabé estaba mucho mejor que al principio. De nuevo la paradoja ha vuelto a ocurrir. Claro que tampoco me maté, la media lo dice todo: 5:39 con unos cuantos kilómetros rondando los seis.

Si veo que las piernas siguen sin recuperarse, habrá que volver a salir mañana para estar bien del todo.

Recorrido total: 10,13 km en 57:22 @ 5:39 => Carrera de recuperación.

Entrenamiento duro

Hoy tocaban treinta kilómetros y en vez de hacerlo por el circuito del río, como había llovido bien por la noche y sospechaba estaría bastante embarrado se me ha ocurrido ir por el carril bici hasta la Casa de Campo, dar una vuelta a la tapia y volver por el mismo camino. Cuando estuve entrenando para los 100 km/24 horas hacía ese recorrido y salían unos 33 km, por lo que había que acortar algo del circuito de la tapia para no hacer tantísimos kilómetros.

¿Y qué parte eliminar? Pues el tramo de subida más duro que tampoco aporta demasiado. El caso es que haciendo ese recorte a ojímetro han salido 30,5 km, sólo un poco más de lo planeado.

Cuando salí me encontré con Felipe y sus colegas que curiosamente, ¡habían pensado hacer el mismo entreno! Como la salida es todo para arriba, me acoplé a su ritmo facilón, completando kilómetros a ritmos cercanos a los seis minutos por kilómetro. Llegué a la Casa de Campo con ellos y estuve un par de kilómetros más, hasta la explanada cercana a Prado del rey (kilómetro diez más o menos). Desde allí, decidí aumentar el ritmo y ya fui solo los dos tercios que restaban.

Hacía tiempo que no corría en la Casa de Campo y resultó tan placentero como siempre. Multitud de gente corriendo, muchos también en bicicleta y la vegetación exuberante, preciosa. Salí con dos geles y una botella de agua, ya que gracias a la indignante política del ayuntamiento de Madrid no queda prácticamente fuente que funcione en toda la ciudad. Iba dando un traguito cada kilómetro recorrido y al llegar al kilómetro 12 primer gel al coleto. El segundo, en el 24 ya fuera de la Casa de Campo. Pienso que me sentaron bien y no noté ninguna molestia en el estómago. Probaré la próxima semana a tomar un gel yendo a ritmo de maratón para ver si cae bien o no.

Desde que dejé a mis acompañantes, marché a un ritmo por debajo de 5:00 casi todo el rato, excepto cuando llegué al parque de Aluche que es todo cuesta arriba y con un viento en contra bastante molesto. Además el viento hizo que empezase a sentir frío, ya que de ayer a hoy la temperatura había bajado unos diez grados.

Después de sufrir un poco en ese parque, se llega al parque de Las cruces, donde ya empieza la bajada que abarca aproximadamente los últimos cuatro kilómetros. Aunque la rodilla izquierda me molestó casi todo el entrenamiento, aumenté el ritmo en esa última parte para terminar los 30,5 km en 2:39:59 a un ritmo de 5:15. Lo cierto es que quitando esas molestias en la rodilla acabé francamente bien, aunque con algo de frío.

A partir de esta semana, empezaré a bajar kilometraje para tratar de llegar lo mejor posible a la cita del día 17 de abril, cuyo objetivo será tratar de hacer MMP, que ahora es 3h25, si hace un buen día para ello y en caso contrario, me conformaría con bajar de las tres horas y media.

Fin de semana de muchos kilómetros

Este fin de semana es el más duro de todos los de preparación para la maratón. Hoy han caído 20 km y mañana tocan 30. Sé que es una burrada, pero si entreno sólo cuatro días a la semana y hay que hacer alguna buena kilometrada no me queda más remedio que hacer cosas de este tipo. Es el problema de realizar una competición, que te deja mermado y te trastoca la preparación.

Hoy ha hecho un magnífico día, de lo mejorcito del año, ya que el termómetro marcaba 18º cuando comencé. Salí con manga larga y me arrepentí durante el entreno, pero siempre es mejor llevar manga larga y arremangarse, que llevarla corta y pasar frío. He dado una primera vuelta a Parque Sur y luego he bajado hasta el río. Al llegar al circuito junto al río Manzanares he tratado de buscar un ritmo que me permita afrontar la maratón con garantías. Creo que sobre 4:40 podría ser ese ritmo, ya que los kilómetros han salido un poco por encima, un poco por debajo de ese ritmo.

Como últimamente acostumbro, termino subiendo la calle Parque de la paloma y cuesta, vaya si cuesta, pero espero me ayude a la subidita de Alfonso XII el día M.

No me ha gustado que me molestaba un poco por encima de la rodilla izquierda. Ya acabé la media de Villarrobledo con la rodilla izquierda un poco fastidiada y parece que no mejoro. Y soy tan dejado que esta semana sólo he hecho ejercicios de rodillas un día, cuando tenía que haberme aplicado más.

Hoy me ha ocurrido una cosa curiosa, ya que al pasar los entrenamientos a Garmin Connect he perdido el entrenamiento de hoy. Nunca me había pasado en algo más de un año que lo llevo utilizando. Así de memoria, creo recordar que he hecho los 20 km en 1h37, pero no sé si es exacto. Eso indica un ritmo medio de 4:51 que eso sí me suena más.

Hoy la báscula marcaba 67,6 kg. Veremos si después de la celebración cumpleañera de esta tarde sigue lo mismo.