Me he quedado sorprendido cuando a eso de las 8:30 de la mañana, al otro lado de la pasarela peatonal del polideportivo Cagigal, un pelotón de cerca de cuarenta personas nos poníamos en marcha con idea de patearnos la Casa de Campo cada cual a su ritmo y con el recorrido que más le conveniese. Y es que el Gran Grupo Garabitas, más conocido como GGG hace honor a su nombre por tres motivos: es un gran conjunto de personas, se trata de un grupo ya que se respira compañerismo y buen rollo por los cuatro costados y el cerro de Garabitas es su primer referente.
El entreno empieza invariablemente con la subido al cerro de Garabitas. Unos lo hacen por un camino, otros por otro. Unos se pican en la subida, otros se lo toman con más calma, pero en unos 28 minutos, ya estábamos arriba una buena parte del paquete. Allí, en el cerro hay una fuente donde reponer fuerzas, hacer unos estiramientos y planear la siguiente estrategias. Unos harán la tapia, otros un cuatro mil y la tapia, otros una cabaña. Las posibilidades son infinitas en la Casa de Campo. En el grupo que yo iba, han decidido hacer una tapia.
Así que dicho y hecho, otra vez en marcha para hacer el recorrido de la tapia, que transcurre en gran parte por el perímetro de la Casa de Campo hasta la zona del puente de la culebra donde abandona el perímetro y se mete hacia el zoo y el parque de atracciones donde está la segunda fuente de la jornada y, por lo tanto, la segunda parada. Esa zona desde el puente de la culebra hasta el parque de atracciones se hace a toda pastilla ya que la zona es favorable, con largas rectas y la parada en la siguiente fuente invita a un fuerte ritmo porque allí se hace un descansillo y se descansa unos minutos.
Desde allí, existen diversas posibilidades para llegar al Cagigal. O bien por las pistas de tenis dejando a la derecha la zona del lago, o bien por el lago, dejando entonces éste a la izquierda. Esta segunda variante aporta algún kilómetro más al recorrido y es conveniente para hacer algo más de fondo. Nosotros hemos elegido esa alternativa aunque el grupeto se ha escindido porque algunos optaron por ir por las pistas.
Al final, unos 16 km en 1h21, a un ritmo endiablado en algunas partes del recorrido. Lo mejor, la ducha posterior en el Cagigal y el café y la tostada con tomate y aceite en la cafeteria del polideportivo. Además, Emilio se ha tirado el rollo y nos ha invitado ya que mañana es su sexagésimo cuarto cumpleaños. Una jornada muy interesante.
Emilio II y Quique corrían en Alcalá una prueba de 10 km que yo en un principio tenía pensado correr, pero que al final he cambiado por la Casa de Campo. Espero que ambos hayan alcanzado sus metas. Ya nos contarán.
Y para terminar, decir a los pradolongueros que el martes vamos a llevar una tarta y una botella de champán para celebrar el cumpleaños de Emilio ¡¡¡no faltéis ninguno!!!