Señalando los kilómetros

Ayer no pude salir con los habituales de Pradolongo, así que hoy salido con una buen amiga con la idea de marcar los kilómetros de la carrera del Zofío del próximo domingo. Primero un par de kilómetros por Parque Sur para que el GPS se fuera ajustando y luego hacia la salida de la carrera donde marqué el kilómetro cero y desde allí a marcar el resto. Mañana tengo que ir con una persona de la Agrupación Deportiva Marathon para marcar con cal el recorrido por el parque. Esperemos que la carrera del domingo sea una fiesta extraordinaria.

Aunque hemos salido casi a las nueve de la noche, todavía el calor se dejaba notar. No sé que hubiera sido de nosotros si hubiésemos salido a la hora habitual.

Tampoco era cuestión de hacer muchos kilómetros, así que sólo hemos recorrido 7,5 km en un tiempo de 45:54 @ 6:06 min/km. Un ritmo muy lento, provocado principalmente porque había que parar cada kilómetro para señalarlo con una tiza.

No lo había comentado, pero ayer nos juntamos un buen grupo de pradolongueros en el bar de Nico a tomarnos unas cervezas bien acompañadas de excelentes raciones. Se portó bien el compañero Nico. El remate final de las tortitas fue la guinda de la tarta. Extraordinarias tortitas las que pueden degustarse en la cafetería Payma.

Vuelta a la «normalidad»

Después de probar a correr descalzo, ya lo he descartado por el tema de la maratón de NY, que ya está casi a la vuelta de la esquina. Así que hoy he aparecido con mis zapatillas normales para correr junto a mis compañeros pradolongueros; sin embargo, he llegado algo tarde, por lo que cuando he alcanzado a mis compas ya llevaban buena parte de la primera vuelta recorrida.

Debemos estar en unos de los días más calurosos del año porque hacía un día terrible de calor. El grupo iba dividido, algunos más deprisa que otros. Yo he preferido quedarme con los que llevaban el ritmo más tranquilo porque con este calor, lo importante es que no te dé un pasmo.

En total han sido 9 km en un tiempo de 50:37 @ 5:37 min/km. Lo mejor es que las molestias que tenía no las he notado. Una vez más, Josefa ha hecho bien su trabajo.

III Carrera Proniño

Una vez más estuvimos en la Carrera Proniño, carrera organizada por Telefónica para tratar de erradicar el trabajo infantil. El precio de la inscripción, que fue 8 €, va destinado íntegramente a ese cometido. Según parece, con esta prueba han recaudado 27.236 € lo que supone un nuevo récord de recaudación.

Dado que el equipo de atletismo al que pertenezco es de una empresa de Telefónica, era una buena ocasión para tratar de formar un buen grupo; sin embargo, aunque fuimos bastantes, no fue un número muy elevado, como demuestra la foto. Es difícil conseguir que vayan muchos porque siempre hay alguno que tiene algún compromiso ineludible.

Carrera Proniño 2012
Carrera Proniño 2012

Después de hacernos la foto, hablamos de hacer la carrera todos (o la mayoría) juntos para tratar de llegar a meta todos a mogollón, por lo que salimos a un ritmo bastante tranquilo, cosa que me venía de perillas estando medio lesionado como estoy. Al tran, tran y pasando mucho calor fueron pasando los kilómetros y cuando llegamos al nueve nos paramos para tratar de reagruparnos. Estuvimos unos minutillos esperando y cuando pasaron unos cuantos compañeros nos pusimos en marcha. Conseguimos entrar en meta prácticamente una docena todos juntos tapando la calle, que no pase nadie, marcando un tiempo oficial de 59:58, neto de 58:13. La clasificación se puede ver en la página oficial de la carrera o en una copia que conservo aquí.

Con el calor que hacía, fue una buena idea hacer la carrera a ritmo lento. Como a 400 metros de meta, nos encontramos a un chico tirado en el suelo, probablemente debido a un golpe de calor. Un poco más adelante, una chica iba tambaleándose con la cara blanca como la cal. Se nota que el calor es uno de los mayores enemigos del corredor.

Entre la lesión y que estaba corriendo menos, el peso sigue aumentando. Ayer la báscula marcaba 68,4 kg y eso que trato de controlarme. El único consuelo es que el año pasado andaba por el estilo.

Magnífica carrera

El domingo 24 de junio se celebra en mi barrio la XI edición de la Carrera popular barrio del Zofío. Se trata de una carrera bastante familiar donde los corredores pueden sentirse como en casa.

Este año se ha ampliado la oferta, ya que junto a la prueba “estrella” de 10 km, habrá también una carrera para principiantes (o para quien lo desee) de sólo 5 km, además de las habituales carreras para niños.

Los regalos para todos los inscritos en las pruebas de 5 y 10 km son muy generosos: camiseta técnica, mochila para portátil y avituallamiento después de la carrera consistente en agua, refresco y fruta. Para los niños, siendo una carrera gratuita, tampoco está mal, ya que se llevan una camiseta de algodón, una gorra y el mismo avituallamiento que los mayores.

Por si eso fuero poco, después de la entrega de trofeos habrá un sorteo en el que podrán participar todos aquellos corredores llegados a meta.

Las inscripciones se pueden realizar vía web en deporticket.com o de forma presencial en la Asociación de Vecinos Barrio del Zofío sita en la calle Ricardo Beltrán y Rózpide, 5 teléfono 914693566 y en A. D. MARATHON (C/Villaamil, 65). También en tiendas Running Company, Marathinez, Bikila y Corricolari. El plazo de inscripción acaba el 20 de junio o cuando se agoten los 300 dorsales disponibles. Si transcurrido el plazo de inscripción sobra algún dorsal, es posible apuntarse el mismo día de la carrera hasta media hora antes de la salida.

El precio de la inscripción para la carreras de 5 y 10 km es de 6 € si se realiza de forma presencial y de 6,60 € si es por internet. Para el resto de las pruebas la inscripción es gratuita.


Carrera popular barrio del Zofío

¡No os perdáis esta magnífica carrera!

Sobrecarga

Hoy he ido a visitar a Josefa después de casi una semana lesionado. Cuando he ido sólo tenía ligeras molestias, pero sobre todo lo notaba cuando subía una rampa. Me resultado curioso que lo que empezó siendo un dolor en la parte interna del gemelo, justo donde se une al tendón, al final me dolía en la parte de arriba, en la parte externa. Afortunadamente, no parecía rotura ya que no he visto nada rojo en ningún momento.

Josefa me ha comentado que era una sobrecarga y parece bastante razonable. Se empieza a ejercitar los músculos de distinta manera y si no te controlas, al final cargas los músculos y/o tendones más de la cuenta. Y eso es lo que ha debido pasar. Por lo menos la cosa ha sido de poca monta.

Lo peor es que voy a tener que olvidarme del descalcismo, porque veo que se me echa el tiempo encima. Parece que no, pero la maratón de NY está cerca y si sigo con los pies desnudos, me parece que al final no voy a conseguir ni una cosa ni otra. Así que me temo que dejaré estos experimentos para el año que viene, o al menos hasta que vuelva de la gran manzana.

Lo conseguí

Hoy por fin lo he conseguido: me he lesionado. El sábado por la tarde empecé a notar unas molestias en el gemelo derecho y empecé a aplicarme hielo. El martes no pude salir y lo preferí porque todavía notaba «algo», pero hoy cuando he salido estaba perfectamente de esa molestia; sin embargo, ha sido empezar a correr y cascarme. Menos mal que estaba cerca de casa, porque he tenido que ir cojeando.

El caso es que empezaba bien la cosa, porque estaba preparándome para comenzar cuando me he encontrado con Javier, bueno, él me encontró a mí y nos hemos saludado, que sólo nos conocíamos cibernéticamente. Después de charlar un poco, el siguió su camino hacia Parque Sur y yo comencé a andar. Iba perfectamente sintiendo los pinchazos de las piedras en mis plantas y ni por asomo pensaba lo que podía llegar a pasar.

Pasan dos kilómetros, llego al carril bici, pongo el metrónomo a 180 bpm, me pongo a correr y veinte metros después noto un desagradable dolor en el gemelo derecho, en la parte interior. Un dolor como nunca había notado, totalmente distinto a otras veces que me he cascado. Es muy posible que esos músculos que al correr de talón han trabajado poco o nada, ahora al cambiar la técnica de carrera se han encontrado totalmente fuera de tono y no les ha gustado nada ponerse a trabajar. Y ya se sabe, al forzarlos, se rompen.

Me temo que he sido demasiado rápido en la transición. Pensaba que los pies eran los que me iban a marcar el ritmo del cambio, pero han sido más débiles los músculos que las plantas de los pies. Ahora a recuperarme y a volver a intentarlo yendo todavía más poco a poco.

¡Josefa te necesito!

XXVII Carrera del árbol

Hoy se ha celebrado la XXVII edición de la carrera del árbol en el madrileño barrio de Vallecas. Se trata de una carrera no competitiva donde todo el mundo corre con la misma camiseta (no hay dorsales) y es obsequiado al llegar meta con un árbol y una generosa bolsa con regalos varios. Es una carrera donde no es raro ver familias corriendo todos juntos.

En mi caso, fuimos los cuatro miembros de la familia. Por desgracia, el día anterior mi hija se había lesionado en el gemelo (menuda herencia la he dejado) por lo que sólo pudo correr los primeros doscientos metros de los cuatro de los que constaba la carrera. La acompañé durante el recorrido, mientras que el resto de la familia seguía trotando. Al final, aunque de los últimos, conseguimos llegar a la meta.

Después del atasco que se formó en la línea de meta, fuimos obsequiados con una bolsa del corredor bastante abundante: agua, refresco, chocolatina, naranja, radio-reloj despertador y, por supuesto, un pimpollo, que en mi caso era de encina. Si a todo eso añadimos la camiseta, sale bastante «apañado» para 5 € que costaba la inscripción.

Una bonita carrera y sobre todo, diferente al resto de pruebas del calendario. Lo único que no me gustó fue que tuvimos que ir hasta el centro comercial La Gavia a recoger la camiseta para la carrera. Hace unos años era más sencillo, ya que al inscribirte recibías el dorsal y te ahorrabas el viajecito.

De nuevo me he presentado en la línea de salida con mis zapatillas amortiguadas, aunque la carrera fuera de sólo cuatro kilómetros. Al tratarse de una carrera de tan corto kilometraje, me estuve pensando ir descalzo, haciendo algunos kilómetros andando y otros corriendo, pero al final no tuve otra opción que ir calzado.

Tengo la sensación de que esta semana he pecado de ambicioso en mi transición, ya que el sábado por la tarde empecé a notar molestias en el gemelo derecho. Cuando se va descalzo, ya sea andando, ya sea corriendo, el gemelo sufre más que al llevar zapatos o zapatillas con tacón, ya que al ir descalzo, el gemelo va más estirado. Si has estado más de cuarenta años andando con el gemelo acortado, éste sufre mucho cuando ahora va en tensión y creo que eso es lo que me ha pasado. Espero que estirando la zona y aplicando hielo pueda recuperarme de la lesión. Ya veremos si salgo a correr en los próximos días.

Lo curioso es que ayer después de correr me encontraba fenomenalmente bien. Pensaba que poco a poco había conseguido ir domando a mis pies, pero en la transición es tan importante los pies como los gemelos y soleos. Había pensado que si era capaz de ir adaptando mis pies, los músculos lo harían al mismo tiempo, pero ya veo que no. La idea de salir al menos un día a la semana con unas zapatillas minimalistas para hacer una tirada algo más larga no se si será muy acertada visto lo visto.

Los mejores ultrafondistas del mundo vencidos por el hambre

Aprovecho esta entrada para hacer eco de una triste noticia. Como dice el título, los mejores ultrafondistas del mundo, los indios tarahumaras, se mueren de hambre. En este artículo lo cuentan mucho mejor de lo que yo pudiera hacerlo. Cuando se lee que una persona se tira por un barranco porque no es capaz de alimentar a sus hijos, uno no puede evitar que se le salten las lágrimas.

Si los indios tarahumaras corren con simples sandalias, llamadas huaraches, yo trato de hacerlo a pie descalzo, como un burdo imitador que trata de conseguir una técnica que los tarahumaras o rarámuris realizan como si tal cosa. Esta semana he conseguido correr tres días descalzo, uno más que en las semanas anteriores. En un principio iba a correr sólo una milla, como el jueves, pero al final me he encontrado bien y he añadido 200 metros más a la distancia del día anterior, totalizando de esta forma 1800 metros descalzo. Parece que los pies se van acostumbrando, sufren menos durante la carrera y las molestias al día siguiente son menores. Parece que en los tres meses que me he dado de plazo la transición puede ser posible sin mayores traumas.

Y hablando de hambre, me parece que con lo que me sobra a mí se podían alimentar unos cuantos. Hoy marcaba la báscula 68 kg, más que la semana pasada. Me parece que el cocido del viernes todavía no lo había «eliminado».

¡Una milla!

Si fuese anglosajón, hoy sería un día clave, ya que he conseguido correr una milla… sin zapatillas. Pero como no lo soy, ya tuve la satisfacción hace unos días cuando hice el primer kilómetro.

Una milla supone poco más de dos vueltas al carril bici de Pradolongo, empiezo a tener complejo de ratón encerrado en una jaula, pero debo seguir utilizando el carril bici porque después corrí unos 200 metros sobre arena y se nota que es otra superficie y también se nota que tenía ya los pies un poco fastidiados. De hecho, creo que hoy ha sido el día que he acabado con las plantas más doloridas, con una pequeña ampolla debajo del dedo gordo del pie derecho y como una pequeña quemadura en la planta del mismo pie.

Imaginaba que la transición iba a ser difícil. Después de cuarenta y seis años con los pies embutidos dentro de unos zapatillas, liberar los pies de sus ataduras iba a costar, sobre todo por el roce con el suelo. Pero me empieza a entrar la duda de si voy a ser capaz de hacerlo. No sé cuantas sesiones voy a tener que «sufrir» para que los pies se habitúen a estos menesteres. Ya veremos sin el plazo de tres meses que me he dado consigo poder correr sin morir en el intento.

Como los gitanos

Hoy he tenido un entrenamiento muy entretenido, hablando con unos y con otros. Esto de ir descalzo causa expectación, que duda cabe. Unos me preguntaban por qué lo hacía, otro me decía que era una locura pasajera, pero que pronto volvería a las zapatillas, otros me decían que eso de ir descalzo es sólo para ir por la playa o por casa, que iba a coger algo en los pies y el remate es que uno me dijo ¡que iba como los gitanos!

Eso de los gitanos descalzos me parece que es un tópico más que otra cosa, por lo menos yo los que veo van bien calzados y cuando los veo por Islazul los domingos por la noche, ¡más elegantes imposible! Vamos, que más que un gitano lo que parezco es otra cosa que también empieza por la letra ge.

Nunca había pensado que fuera a ser tan duro esto de ir descalzo por la vida. Ya lo he comentado alguna vez, es como ir desnudo por el mundo, pero hay que olvidarse del pudor si se quiere avanzar en este mundillo.

Todavía sigo dando vueltas a la cabeza a la idea de comprar unas zapatillas minimalistas para hacer más kilómetros corriendo, que ya queda poco más de cinco meses para la maratón de NY y tampoco es tanto tiempo para completar una transición y hacer tiradas largas. Ya veremos, pero la ecuación se complica.

Hoy he hecho un entrenamiento similar a los de días anteriores. Salgo descalzo de casa andando, hago poco más de dos kilómetros andando y cuando llego al carril bici me pongo a correr a 180 bpm. Hoy he casi he completado dos vueltas la circuito, ya que he hecho 1400 metros (cada vuelta es de 750 m) y para terminar, un poco más andando. Hoy casi he totalizado seis kilómetros entre andar y correr. Bueno, correr, correr, tampoco es que haya sido, lo dejaremos en trotar.

Y para terminar, una foto de la media de Jadraque del domingo. Espero que sea la última donde me vea con unas zapatillas amortiguadas.

Callejeando por Jadraque
Callejeando por Jadraque, foto cortesía del forero Arganzboy de elatleta.com