Resumen semana 27 de 2013

Semana del 1 al 7 de julio:

Lunes Descanso
Martes 6 km andando + 2 min con Minimus
Miércoles Piernas (30) y abdominales (15, 20, 25 y 30)
Jueves 6 km andando + 2 min con Minimus
Viernes Piernas (30) y abdominales (15, 20, 25 y 30)
Sábado 5 km andando + 2 min con Minimus
Domingo 39 km en bicicleta

Esta semana he vuelto con una rutina más o menos constante, empezando la transición a minimalistas de manera controlada. Esta semana han sido dos minutos corriendo que se convertirán en cuatro la semana que viene, luego en seis, etc.

El tema del peso me está costando. Aunque logro mantenerme, no consigo bajar de 68 kg ni en broma. El viernes por la mañana pesaba 68,3 kg que es por donde ando casi todas las semanas.

Hasta La Marañosa en bici

Se le ha ocurrido a mi amiga prepararse un triatlón categoría sprint después de la experiencia que tuvo el otro día. Aunque no es nada del otro mundo, las distancias son, lógicamente, superiores al anterior. Véase: Natación – 750 m, Ciclismo – 20 km, Carrera a pie – 5 km. Así que hay que aumentar los kilómetros en bici porque es donde más margen de mejora tiene.

Después de la quemazón de ayer pensé que había que salir lo más pronto posible, aunque al final tampoco salimos demasiado pronto ya que nos pusimos en marcha a las 9:30. Bueno, no está mal del todo.

La idea era ir por el carril bici que lleva a San Martín de la Vega, subir La Marañosa y vuelta al punto de inicio. Y eso fue lo que hicimos, marchamos a un ritmo bueno y a mí, que llevaba una bici de montaña más pesada que una vaca en brazos, me costaba en algunos tramos seguirla, sobre todo en terreno descendente.

Al final hicimos 39 km aunque el GPS sólo registre 38 km. El tiempo fue de 1:44:45 y el ritmo de 21,8 km/hora. No es que sea nada del otro mundo, pero sigo pensando que hay mucho margen de mejora. Hay que seguir insistiendo.

Casi cuarenta grados y ni una sombra

Hoy ha sido un día duro porque el sol castigaba sin piedad y el terreno no era el más adecuado para transitarlo. La primera gran idea fue salir poco después de la una de la tarde cuando el sol estaba en lo más alto; sin embargo, pensaba que como no iba a estar demasiado tiempo a la intemperie, la cosa no sería muy problemática.

Salí pertrechado con una botella de agua y el móvil por si ocurría algún incidente. Comencé la caminata por un camino bien ancho y con buen piso, aunque tenía alguna zona con muchas piedras y otras con bastante arena, lo cual hacía difícil marchar a buen ritmo.

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En vez de seguir alguno de los caminos habituales se me ocurrió meterme por uno que hacía mucho tiempo que no pasaba. Al principio, aunque había bastante arena, la cosa era llevadera, se veían algunos olivos en la ladera del camino.

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Debe ser un camino poco transitado, porque empezaba a verse vegetación bastante espesa entre rodada y rodada.

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La cosa empezaba a ponerse más fea a cada metro que avanzaba.

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Y más fea todavía… y el sol apretando de lo lindo… y los arbustos te arañaban las piernas…

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Menos mal que llegué a un camino en condiciones. Ni loco se me ocurrió volver por donde había venido, así que volví por este nuevo camino, que estaba bastante mejor que el camino de ida.

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Después de andar cinco kilómetros, me puse a correr los dos minutos de rigor, por lo que completé casi 5,4 km en un tiempo de 53:55, por lo que salió a un ritmo de 10:00 min/km «clavaos».

Acabó el entrenamiento y a la piscina ¡qué gozada! Allí descubrí que después de casi una hora transitando por esos caminos el sol había hecho de las suyas. Ahora ya tengo una bonita camiseta blanca de tirantes para todo el verano.

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Lección aprendida: con esta chicharrera, hay que echarse crema protectora sí o sí.

Ya llegó, ya está aquí

Parecía que el verano no iba a llegar nunca, pero parece que ya ha venido ¡¡¡y con fuerza!!! Hoy era uno de esos días que lo único que apetece es estar en remojo, bien por dentro, bien por fuera. Pero como el deber es lo primero, a eso de las siete salía para Pradolongo para mi entrenamiento de hoy, con la precaución de llevar una botellita de agua.

La idea era hacer cinco kilómetros andando con las Minimus y luego dos minutos corriendo con estas zapatillas, porque aunque la zapa izquierda me hace daño en el talón, parece que ya se va haciendo la forma y molesta menos. Así que nada de Compeed ni tirita ni nada.

Entre unas cosas y otras, al final he hecho seis kilómetros ¡qué más da uno más que menos! Al terminar los seis kilómetros andando, corriendo dos minutos, que son aproximadamente 400 metros. En total 6,4 km en un tiempo de 1:01:25 @ 9:35 min/km.

¿Otra carrerita?

Hoy he salido tarde al parque, por lo que ya habían salido los compañeros, así que me he puesto tranquilamente a andar, sin hacerlo demasiado deprisa por aquello de la rodilla. Según iba andando me ha empezado a rondar por la cabeza en organizar otra carrera, ¿por qué no? Se trataría nada más y nada menos que del primer Cross Popular Parque de Pradolongo. ¿A qué suena bien?

La verdad es que en el parque se puede hacer un cross bien majo, hay terreno suficiente para buscar algunas cuestas de esas que te ponen las piernas al rojo vivo. Ahora ya sólo falta convencer a la gente para implicarlos.

Según lo iba pensando, mis piernas me iban llevando por senderos que perfectamente podían formar parte de esa primera edición, por lo que esta vez no he realizado el circuito habitual ¡ni falta que hace!

Últimamente no sé qué le ocurre al Garmin que tarda un montón en localizar los satélites. Hoy llevaba más de quince minutos y todavía no los había cogido. De tal forma que los 6,85 km que marca esta entrada de Garmin Connect no son la totalidad de los recorridos, sino que habré hecho casi nueve kilómetros, de los cuales han sido casi todos andando excepto dos minutos que he hecho corriendo.

Resumen mes de junio

Actualizo poco el blog, pero no es por desidia, es que hay poco de decir. De hecho puedo resumir toda mi actividad atlética del mes de junio en unas pocas líneas, como se podrá comprobar.

El 23 de junio se celebró la XII edición de la Carrera Popular Barrio del Zofío. Otros años he ayudado a la organización de esta carrera ya que se trata de la carrera de mi barrio, pero este año me ha tocado implicarme más y eso ha impedido centrarme en los entrenamientos. Además sigo con molestias en la rodilla por lo que los entrenamientos han sido escasos y de esos pocos, algunos han sido en bicicleta ya que he estado ayudando a una buena amiga a prepararse para su primer triatlón.

A principio de mes llegaron la New Balance Minimus MT20. Estas zapatillas tienen un drop de 4 mm, es decir, que la diferencia de altura entre talón y puntera es de 4 mm. Esto ayuda en la transición de zapatilla amortiguada a correr descalzo o con zapatilla minimalista «total». Sin esperar al día oficial de salir a correr, ese mismo lunes 3 de junio salí a probar. Comencé andando, pero notaba molestias en el gemelo o en el sóleo de la pierna izquierda, así que la prueba no fue muy satisfactoria. Cuando llegué a casa pedí cita con mi fisio favorita. Volví a salir el jueves pero con las Joma Marathon y aunque hice sólo 4,5 km la molestia seguía ahí.  El viernes visita a Josefa y el domingo volví a probar con las Marathon, haciendo seis kilometrillos. Antes de salir a correr estuve en la Carrera Popular de la Ciudad de Los Angeles, pero a repartir publicidad de la carrera que organizamos. Se trata de una carrera auténticamente popular, organizada por una asociación de vecinos. Después del entrenamiento, pude comprobar que la sesión de fisioterapia había funcionado, pero ahora ¡volvía la condromalacia a darme por c…! Esa primera semana de junio resultó algo decepcionante entre unas cosas y otras.

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New Balance Minimus MT20

El día 29 de junio se celebraban unos cuantos triatlones en la Casa de Campo. Mi amiga se había apuntado al pequeñito, a la categoría súper sprint. Aunque esta chica nada y corre habitualmente, está muy verde en bicicleta así que tocaba insistir en ese punto. Como no tiene bicicleta de carretera, tuve (tuvieron) que apañar la mía para adaptarla a sus características: cambiar el 53 por un 50, cambiar pedales automáticos por pedales con rastrales, bajar el sillín todo lo posible y poner a punto la máquina porque estaba dejada de la mano de dios. Así que visita a Bicicletas Cortés a llevarla y visita de nuevo a recoger el cacharro. Ha quedado como nueva, todo hay que decirlo. Esta segunda semana de junio totalmente en blanco, ya que renuncié a correr la Carrera Proniño a la que estaba apuntado por no complicar el tema de la rodilla. De nuevo fui a esta carrera a repartir publicidad de la nuestra. Fue interesante ver a Chema Martínez corriendo a tres minutos el kilómetro como si tal cosa con el calor que hacía. No me importó no correr aunque estuviera inscrito, ya que el objetivo de esta carrera lo merece.

La tercera semana de junio acababa en el domingo 23, cuando se celebraba la carrera del barrio. Tocaba ultimar todos los detalles de la carrera para que pudiese salir lo mejor posible. Así que otra semana en blanco, pero esta vez blanco total ya que ni siquiera salimos con la bicicleta. Lo único, recorrer unas cuantas veces el circuito de 5 km para medirlo con el GPS. Aparte de eso, el día de la carrera me di unas cuantas carreras, valga la redundancia, entre la línea de meta y el local de la asociación de vecinos, haciendo uso de las Minimus, que se portaron bien, aunque las muy puñeteras me hacen daño en el talón del pie izquierdo, por lo que me veo obligado a utilizar Compeed para impedir la formación de ampollas. Yo creo que la carrera salió muy bien aunque tuvimos algunos fallos al ser la primera vez que lo organizábamos nosotros solos. Mejoraremos, sin duda alguna, el año que viene.

En la última semana de junio se celebraba el triatlón y había que afinar el manejo de la bicicleta de carretera. Así que martes y jueves visita a la Casa de Campo a realizar el circuito. Mi amiga notaba gran diferencia cuando subía Garabitas y sobre todo cuando bajaba, ya que me era imposible seguir su ritmo con mi «yerro». En estos dos días  prosperó bastante en el manejo del artilugio de dos ruedas. Llegó el gran día, madrugamos y vamos para la CdC. A las 8:45 se tira al agua mi amiga y ¡sale de la últimas! Se le atragantó este tramo. Luego coge la bici y adelanta a un montón de competidoras. Deja la bici, se pone a correr y adelanta a unas cuantas más. Acaba más que contenta. Yo también. Además aproveché para hacer fotos en diversos puntos del recorrido así que hice unos cuantos metros con las Minimus.

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¡Estilazo!

Termino la semana y el mes haciendo seis kilómetros andando con las Minimus, haciendo cada kilómetro más deprisa, pero cuando trato de bajar de 9:15 min/km noto que la rodilla me molesta. Nada la cosa no mejora. Después de caminar esos seis kilómetros, dos minutos corriendo adoptando la técnica de carrera de metatarso. No está mal, hice 400 metros en esos dos minutos.

Espero tener más regularidad este mes de julio. Siguiendo la rutina de andar y correr unos minutillos. Sigo la semana que viene con dos minutos, la siguiente, cuatro y así progresivamente. Además no puedo olvidar los estiramientos y los ejercicios de fuerza.

Resumen mes de mayo

En la época de más actividad atlética, aparte de las entradas de cada entrenamiento/carrera, hacía un resumen semanal; sin embargo, este mes de mayo no he tenido gran actividad, así que puedo contar en una simple entrada todo lo que he hecho durante estas semanas.

Semana 18, del 29 de abril al 5 de mayo: aprovechando que estuve en la playa unos días, aproveché para andar descalzo por la arena y por las piedras. Corrí 100 metros descalzo por la arena. Acabé con las plantas un poco doloridas de andar por las piedras que había por allí. Terminé la semana corriendo o más bien trotando la carrera de la mujer que se celebró en Madrid con un recorrido de casi 7 km. No tenía ninguna intención de correr esta prueba, pero una persona muy allegada me hizo saber que si no corría con ella, no participaba, así que acompañé a esta chica durante toda la carrera.

Semana 19, del 6 al 12 de mayo: con la idea de olvidarme de las zapatillas amortiguadas, el martes empecé con las VFF Bikila. Anduve unos 5 km y corrí simplemente 200 metros. Según iba andando pensaba si es bueno andar con minimalistas, ya que andando resulta imposible hacerlo de metatarso. El jueves añadí 100 metros más, por lo que totalicé 300 metros con minimalistas. Las sensaciones fueron buenas. Acabé la semana montado en una bicicleta, haciendo aproximadamente 25 km en un tiempo, también aproximado de una hora y cuarenta y cinco minutos. Una amiga se ha animado a hacer un triatlón y salgo con ella para que mejore su técnica sobre la bicicleta. Sigo con los estiramientos, fortalecimiento de cuádriceps y haciendo abdominales. La báscula marcaba el sábado 68,5 kg, el peso comienza a subir en vez de bajar.

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Semana 20, del 13 al 19 de mayo: sigo con la transición a zapatillas minimalistas. El martes salí con ellas e hice 300 metros, cuando acabé notaba ligeras molestias en el mismo sitio (parte externa del gemelo izquierdo) que el año pasado cuando corría descalzo. Empieza a mosquearme la cosa. El miércoles, día de San Isidro, aprovechando que es festivo salí con la bici con mi amiga yendo hasta la Casa de Campo y buscando el circuito de bicicleta que tiene que hacer en el triatlón. Hay que hacer una vuelta subiendo Garabitas y la subida se hace laaaarga, ya que son unos dos kilómetros para arriba.  En toal hicimos casi 30 km en un tiempo de 1h56. El jueves no pude salir a correr porque tuvimos una reunión sobre la carrera del Zofío, así que salí el viernes  y en vez de hacer seguidos los 500 metros que correspondía, hice primero 200 metros y posteriormente 300 metros. La molestia seguía allí, pero no molestaba demasiado, por lo que aguantaré mientras no vaya a más… El domingo fue el día escogido para montar en bicicleta otra vez. De nuevo hasta la Casa de Campo por Madrid Río, una vuelta al circuito de triatlón y vuelta por el carril bici. La subida a Garabitas fue más llevadera esta vez, parece que ya va cogiendo el truco a esto de la bici. Fueron 28 km sobre las dos ruedas en un tiempo de 1h37. Al terminar, mi amiga se metió tres kilometrillos a pata para entrenar la transición. El sábado me pesé y había aumentado de peso, marcaba 68,8 kg. Nada, no consigo controlarme. Cuando corro más kilómetros esos pequeños excesos los quemo, pero ahora van directamente al tejido adiposo. Sigo con los estiramientos, fortalecimiento de cuádriceps y haciendo abdominales.

Semana 21, del 20 al 26 de mayo: esta semana ha sido poco productiva. Mi madre está en el hospital así que he procurado visitarla en vez de correr y similares, así que sólo he salido a correr el viernes, haciendo un par de kilómetros andando y luego 200 metros + 300 metros + 400 metros con minimalistas. Entre cada uno de los tramos corriendo, unos 200 metros andando. Siguen las molestias, por lo que estoy empezando a preocuparme. El sábado me pesé y ya he conseguido subir de 69 kg, ya que hoy marcaba 69,3 kg. También empieza a ser preocupante, casi más que las molestias. De nuevo, termino la semana montando en bici. Esta vez un circuito similar al de la semana pasada pero haciendo dos vueltas al circuito de triatlón. Mi compañera de rodaje subió Garabitas mucho mejor que en ocasiones anteriores, parece que va cogiendo el truco a esto del pedaleo. Han sido algo más de 34 km en un tiempo de 1h56, el mismo tiempo que once días antes cuando hicimos unos cinco kilómetros menos. En el camino por Madrid Río me crucé con Javier que venía del carrera del agua. Estuvimos hablando de la transición al barefoot. Él también lo está haciendo, pero con unas zapatillas de 4 mm de drop (diferencia de altura entre puntera y talón). Yo utilizo las VFF Bikila que tienen cero drop y eso quizás es un cambio muy radical, me planteo pillar unas zapatillas con 4 mm de drop para hacer la transición más gradual. Sigo con los estiramientos y fortalecimiento de cuádriceps, aunque esta semana he hecho poca cosa, incluso he prescindido de hacer abdominales.

Objetivo: correr

El día 28 de abril acabé la que posiblemente sea mi última maratón. La condromalacia rotuliana que sufro en la rodilla izquierda me ha hecho plantearme el futuro de distinta manera a lo habitual. Si antes, al acabar la maratón ya estaba pensando en la próxima, ahora las prioridades son otras. La primera recuperar la rodilla y las siguientes… ya veremos, pero ni me planteo acabar una maratón.

La condromalacia mejora fortaleciendo los cuádriceps, por lo que estos ejercicios de fortalecimiento son la primera prioridad. Tampoco es que mejore la lesión, pero al menos no se fastidia más. Esto tengo que hacerlo sí o sí todos los días que pueda.

Además, me comentaron en la rehabilitación que era aconsejable estirar muy bien el sóleo porque según parece está algo acortado lo que provoca que tire de la tibia y ésta descoloque la rótula. También debo estirar toda la «cadena» inferior de la pierna, que se note como se estira el glúteo y la parte de los riñones. Otro punto que debo hacer sí o sí.

Por otro lado, si me duele la rodilla por correr, lo mejor es no correr, es lo más fácil. Pero claro, yo no quiero dejar de correr, así que quizás lo mejor sea reducir el número de días y de kilómetros recorridos. Creo que es una buena idea cambiar al menos un día de carrera a pie por un bicicleta. He estado probando estos días las dos ruedas y la verdad es que la rodilla no sufre.

Una de las cosas que me he dado cuenta es que siento molestias no sólo cuando corro, sino incluso cuando ando con zapatos o zapatillas; sin embargo, si ando descalzo esas molestias son casi imperceptibles. Lo que me lleva a pensar que debería de probar a correr descalzo o si acaso con zapatillas minimalistas. Esto me va a obligar a hacer una transición poco a poco, no como el año pasado que traté de pasar de amortiguadas a pies descalzo radicalmente.

Otro de los aspectos que debo cuidar es el peso. Es obvio que cuanto menos pese, menos castigo sufren las rodillas, así que hay que perder unos cuantos kilos. Me planteo tratar de bajar de 65 kg de aquí a fin de verano. Es complicado, muy complicado, ya que en verano es más difícil controlar la ingesta de alimentos, pero tengo que intentarlo: mis rodillas lo agradecerán.

Así que tengo un reto más que importante. Consiste en correr y hacerlo sin molestias. Veremos si es posible. Ahora prioricemos las tareas que debo hacer:

  1. Perder peso. De aquí al verano debo estar por debajo de 65 kg. Ahora mismo estoy en algo más de 69 kg. Un reto complicado, sin duda.
  2. Fortalecer cuádriceps.
  3. Estirar, estirar y estirar.
  4. Pasar de correr con zapatillas amortiguadas a zapatillas minimalistas o descalzo.

Para perder peso no hay otra que controlar la comida. Comer menos y comer bien. Si ya conseguí en su momento bajar de 76 a 67/68, ¿por qué no voy a poder hacerlo? Sé que el sacrificio para bajar estos cuatro kilos va a ser mayor, pero no queda más remedio.

Para fortalecer cuádriceps sólo debo seguir la rutina que sigo habitualmente.

Los estiramientos tampoco tienen mucho misterio. Hacer especial hincapié en sóleos, gemelos y la cadena inferior, sin descuidar el resto de músculos y tendones.

Lo complicado, me parece a mí, es la transición de zapatillas amortiguadas a minimalistas/descalzo. He visto un plan bastante realista en la web de zapatillasminimalistas.net que voy a tratar de seguir, ya que en estos días anteriores he empezado con las VFF Bikila y ya empieza a molestarme el gemelo ¡¡¡y lo más que he hecho han sido 700 metros!!!

Habemus carrera

Este año ha costado dios y ayuda sacar adelante la carrera del barrio. La nula ayuda económica de la Junta Municipal ha provocado que los organizadores de la carrera hayan estado llamando de puerta en puerta a los distintos comerciantes del barrio para poder hacer la carrera.

Afortunadamente, hay gente generosa que ha ayudado y el 23 de junio se celebrará la XII edición de la carrera popular barrio del Zofío.

Más información en http://carreradelzofio.wordpress.com

Este año me quedo sin participar, tendré que ayudar a los organizadores. Pero lo hago gustoso.

XXXVI Maratón de Madrid

Ayer participé en la maratón de Madrid una vez más. Creo que la organización ha fallado estrepitosamente en muchos aspectos, pero no quiero empañar un feliz día por esos nimios detalles de los que hablaré en otra entrada.

A lo que íbamos. Un grupo de pradolongueros habíamos quedado a las siete y cuarto con Emilio para acercarnos todos en su coche al lugar de salida. Llegamos unos minutos tarde -perdona Emilio- y ya estaban allí tanto el conductor como Miguel, pero poco después de las siete y media ya estábamos aparcando cerca de Cibeles.

Llegamos, buscamos los servicios y nos acercamos al guardarropa para ver si nos podían adelantar la pegatina que pegar a la bolsa que había que utilizar para dejar la ropa. Nada, no hubo posibilidad, había que esperar a dejar la bolsa para que pusiesen ellos la pegatina en la bolsa y en el dorsal. En esos momentos faltaba más de una hora y no era cuestión de estar en camiseta de hombreras hasta el comienzo de la prueba porque la temperatura era bastante fresca.

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Grupo de pradolongueros

A las ocho en punto habíamos quedado con los compañeros de MaraTID en el Palacio de Linares y la verdad es que fuimos puntuales… casi todos. Siempre hay algún rezagado, pero el grueso de la tropa estaba allí. Nos hicimos la foto de equipo, hablamos de la táctica a seguir, nos vestimos de romano y nos dirigimos hacia el guardarropa.

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Grupo de maratidianos

Eran las ocho y cuarto y había una cola brutal en el guardarropa. Si el año pasado fue un desastre porque tuvimos que darnos una caminata de dos kilómetros, este año la volvieron a cagar. Así que estuvimos 25 minutos en la cola para dejar la ropa. Un chaval que había venido de Detroit me preguntaba con cara de incredulidad si todos los años era así. A las 8:50 conseguimos dejar la ropa y tratamos de buscar nuestro sitio en el cajón. Nos había correspondido el tercero, pero fue imposible pasar del quinto, así que tuvimos que resignarnos y a salimos desde allí. El numeroso grupo de compañeros que se había apuntado a las 3h50 se quedó reducido a un terceto, ya que fue imposible localizar al resto de personas.

Esto hizo que saliéramos solamente tres. Fue una salida bastante lenta debida a la masificación y la manía de juntar maratón, media y diez mil ¡y eso que se sale ocupando todos los carriles de La Castellana! pero pasado el primer kilómetro ya sólo se ocupa medio paseo y comienzan las apreturas.

Los primeros kilómetros se pasaron tratando de buscar nuestro sitio y nuestro ritmo. Cuando llevábamos ya unos cuantos kilómetros, cerca de diez, la componente femenina del terceto decía que parecía un entrenamiento, tal era la facilidad con la que iba. En esos momentos la parte masculina del grupo iba bien todavía.

En la calle Fuencarral, cuando se separan los caminos de la maratón y la media nos esperaban mi madre y mi hermana que nos dieron muchos ánimos y un par de plátanos para alimentarnos, que luego la carrera se hace muy larga y viene bien llevarse algo a la boca. La organización ofrece un gel en el kilómetro 27,5 pero hasta llegar allí, mejor haberse llevado algo al gaznate.

Poco antes de la media maratón, llegando al Palacio Real, empecé a notar los cuádriceps cargados. Empezó a preocuparme un poco, pero pensaba que yendo a un ritmo más tranquilo de lo que pudiera haber ido, llegaría sin problemas. Optimista que es uno.

Pasamos la media en 1h51, un minutillo menos de lo previsto. Las cosas marchaban más que bien. Además, pocos metros después me encontré al gran Charly, que iba a completar su 70º maratón. Iba como siempre, tan optimista y a su ritmo.

Poco después en el Paseo de Camoens, ya no podía aguantar más y al ver unos urinarios portátiles nos acercamos a aliviarnos la parte masculina del grupo. A nadie se le había ocurrido venir a quitar el precinto de los urinarios, ¿alguien ha visto algo semejante? Así que tuvimos que hacerlo en la parte de atrás.

No fue buena idea parar ahí, porque hay una buena bajada hasta el Puente de los Franceses donde nuestra compañera aprovechó su buen bajar y nos sacó bastante tiempo. Tanta distancia nos había sacado que tuvimos que acelerar de lo lindo para poder alcanzarla. Ahí nos dimos un buen calentón, que mis doloridas piernas lo notaron ¡y de qué manera!

Entramos en la Casa de Campo y el terreno es ascendente hasta el kilómetro 29 donde lo subido hay que bajarlo. Ahí parece que mis compañeros flojearon un poco, pero el grupo no se deshizo del todo. Empecé a preocuparme pensando si los últimos kilómetros se nos iban a hacer largos.

Salimos de la Casa de Campo por esa bonita rampa cercana al metro de Lago y bajamos por la Avda. de Portugal hasta Marqués de Monistrol donde hay una cuestecita que se las trae. Alguien había tenido la brillante idea de poner a toda pastilla el Highway to hell de AC/DC y eso nos dio alas para superar ese escollo. Nada más coronar, en el Puente de Segovia, encontramos a personas muy allegadas que consiguieron emocionar a nuestra compañera de carrera, eso la motivó mucho más, tanto que tuve que decirla que aflojara el ritmo, porque le dio un subidón tremendo.

Cerca del centro comercial de la Ermita del Santo adelantamos a un compañero maratidiano al que vimos muy bien acompañado. Le vi bien, con buena cara y a buen ritmo. Estuve un rato hablando con ellos y de nuevo tuve que acelerar para no perder a mis compañeros. Mis piernas ya iban bastante castigadas y todavía quedaban ocho kilómetros.

Volvimos de nuevo al Puente de Segovia, al otro lado, de nuevo los ánimos familiares nos llevaron en volandas por la cuesta de la calle Segovia. En la siguiente subida, el Paseo Imperial, nos esperaba un compañero que este año no participaba y que hizo con nosotros casi toda la subida dándonos ánimos. El compañero volvió a quedarse unos metros y pensaba que se nos perdía, pero afortunadamente no fue así y pronto volvimos a conformar el terceto. Seguro que lo hizo para no salir en la bonita foto que nos hizo Sebastián Navarrete.

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En el kilómetro 36, foto cortesía de Sebastián Navarrete

En Embajadores, sobre el kilómetro 38 yo ya iba fatal, los cuádriceps eran como piedras, el gemelo derecho molestaba de lo lindo y los abductores también se quejaban; sin embargo no podía flaquear tan cerca de meta y a base de sufrimiento sólo perdía unos metros con la avanzadilla del grupo. En esta zona nos encontramos con Pepe y Esteban, dos compañeros pradolongueros que nos animaron lo suyo y además nos «inmortalizaron». Obsérvese en la foto que lo único que me preocupaba era tirar hacia delante, mientras que mi compañera todavía tenía tiempo y ganas de hacer otras cosas.

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En el kilómetro 38, foto cortesía de Esteban

En Atocha adelantamos a otro compañero maratidiano que iba algo peor que nosotros, pero no demasiado mal, aunque por desgracia no pudo acoplarse a nuestro ritmo. Poco después, en la cuesta de Alfonso XII, perdí el rebufo de mis acompañantes. Mi compañero lo había estado pasando mal en casi todas las subidas, pero se recuperó milagrosamente porque los últimos kilómetros los hizo de fábula. La recta hasta la Puerta de Alcalá y la subida hasta la entrada de El Retiro me costó muchísimo, veía que los perdía metro a metro y que no iba a ser capaz alcanzarlos.

Pensaba que en el tramo favorable que hay después de entrar en El Retiro podía llegar a su vera, pero no fue así. Me di cuenta de que como no aflojasen me iba a resultar imposible así que tuve que darlos unas cuantas voces para que me esperaran y poder entrar los tres juntos en meta después de tantos kilómetros juntos.

Como buenos compañeros de viaje me esperaron e hicimos esos quinientos metros juntos, llegando a la meta en paralelo, justo cuando cambiaba el reloj de minuto, pasando de 3h55 a 3h56; sin embargo descontando el tiempo que tardamos en pasar la línea de salida, se queda en un tiempo neto de 3:48:55, mejorando en un minuto el objetivo marcado.

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Llegando a meta, ¡bailando la jota!

Nuestra compañera de aventuras llegó contentísima y emocionada a la vez ya que no sólo había hecho un gran tiempo, sino que las sensaciones fueron inmejorables, ya que no sufrió en ningún momento la dureza del recorrido y de los kilómetros. Antes de comenzar me había dicho que ni en broma iba a hacer más maratones, pero parece que después de esta experiencia se lo está pensando…

En definitiva, una maratón más ¡ya hacen veintitres! y muy contento por haber podido correr en compañía durante casi cuatro horas. Es la primera vez que empezamos y acabamos sin que el grupo acabe rompiéndose.

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¡Que sí, qué son de verdad!

No sé si ésta habrá sido mi última maratón, todo dependerá de la lesión que tengo en la rodilla para que sume una más o esta fiesta se haya acabado para mí.