Tocado

Hoy he repetido la experiencia de la semana pasada, la de acercarme a la Casa de Campo a entrenar. Al contrario que siete días antes, hoy hacía una temperatura muy agradable. De hecho, se podía beber agua en las fuentes, cosa que era imposible la semana pasada.

Había quedado con Chema e Isidoro, del clan Pirámides, cerca de la boca de metro de Lago a las nueve de la mañana y llegué puntual como un reloj suizo. Allí los saludé a los dos y también a Jesús, al que no veía había bastante tiempo.

Estiré un poco y salimos en cinco minutos. Fuimos charlando tranquilamente hasta el Puente de la Culebra, donde hicimos la primera parada del día a beber un poco y a prepararnos para la ración de cuestas que vienen a continuación.

En cuanto apareció la primera cuesta Chema salió escopetado y no se me ocurrió mejor idea que apretar el paso para seguir su ritmo. Craso error. Él es un tipo joven y bien entrenado y subía las cuestas con una soltura insultante. A mí me costaba seguir su ritmo y tenía que esforzarme de los lindo.

Y debí forzar el músculo más de la cuenta porque cuando paramos en la siguiente fuente notaba algunas molestias en el gemelo ¿o será el sóleo? de la pierna derecha. No parecía gran cosa, así que seguimos a un ritmo vivo hasta la siguiente parada, ya casi cerca del Cagigal. Desde allí hasta el final iba ya un poco incómodo, notaba que la molestia era más seria de lo que había pensado en un primer momento.

Así que acabé el entrenamiento tocado, con muy malas sensaciones y pensando en la mala suerte de haberme inscrito a la media de Fuencarral y al Trofeo Marathon de cross justo la noche antes 🙁 y probablemente no pueda participar en estas pruebas.

En total han sido 16,2 km en un tiempo 1:20:39 @ 4:57 min/km

Intratable

Me sentía fuerte después de haberme probado el otro día en la milla y en los cuatro kilómetros a umbral que hice la semana pasada. Y se lo quería demostrar a Joaquín, pero lo que he comprobado es que él no es que esté fuerte, es que está intratable, no hay quien pueda con él.

Después de una primera lenta lentííííísima (5 km en 28:51 @ 5:46) hemos apretado nada más pasar ese quinto kilómetro para alcanzar el ritmo umbral y así, hemos pasado de ir a 5:32 en ese último kilómetro a 4:18. Luego hemos mantenido más o menos haciendo los siguientes en 4:17 y 4:17 y echando el resto ya en el último para hacerlo en 4:09. Media total: 4:15 en 4 km que era lo que buscábamos.

En estos cuatro kilómetros duros se ha puesto Joaquín delante, como diciendo aquí estoy yo, y me he tirado todo el rato viéndole la espalda. Desde luego, si no tiene ningún contratiempo, en la media de su pueblo se va a salir. Y espero estar allí para verlo.

Llevo unos días pensando en Fuencarral. Mi última vez que estuve en esta media fue en 2012 y supuso mi décima participación. Este año celebraré mis cincuenta tacos participando por undécima vez en esta bonita carrera. Además -acabo de ver- vuelve a su recorrido tradicional, ese que empezaba y acababa en Nuestra Señora de Valverde. ¡Bien!

En total han sido 10 km en un tiempo de 51:42 @ 5:10 min/km. Los kilómetros a umbral han salido a 4:18, 4:17, 4:17 y 4:09. Hemos tenido que apretar en el último para conseguir el objetivo de 4:15

Probándome en una milla

He comenzado a realizar hace unas semanas ejercicios de abdominales, lumbares y algo de piernas. Además también trato de subir escaleras siempre que puedo. Yo creo que me va a venir bien para conseguir más fuerza.

Hoy he salido a Pradolongo, pero no estaba mi buen amigo Joaquín… Ni ningún otro, por lo que me ha tocado entrenar solo. No era cuestión de machacarse mucho, pero quería probar si los ejercicios están sirviendo para algo o no.

No he salido tan lento como otras veces, que acabamos haciendo kilómetros a seis o cerca. He procurado ir sobre 5:30 hasta que llegara el momento de probarme. Ese momento es cuando faltaba una milla para acabar el circuito, que he puesto toda la carne en el asador, tratando de imprimir toda la velocidad que me fuese posible… Eso sí, teniendo en cuenta que una milla son mil seiscientos metros y que hay que llegar al final.

Y la verdad es que me he encontrado muy bien. Iba deprisa, pero no me costaba en exceso, me sentía poderoso, de tal forma que he hecho un tiempo de 6:25 en 1,62 km @ 3:58 min/km que indica una proyección de 6:23 la milla, bastante lejos del récord no ya de la milla, sino de la milla de la cerveza

La milla de la cerveza es una de esas pruebas que no sirven absolutamente para nada que consiste en dar cuatro vueltas a la pista de atletismo y nueve metros más y tomar una lata o botella (siempre que sea de tercio) antes de iniciar cada vuelta. El participante puede elegir la marca que más le guste, siempre que tenga al menos un 5% de alcohol y que la beba directamente del recipiente. El récord de la milla de la cerveza está en poder del canadiense Kent Lewis en 4:47.17.

Con el tiempo que he hecho en la milla (totalmente abstemia) estoy algo más cerca -aunque todavía me queda- para llegar al récord femenino, que está en poder la estadounidense Erin O’Mara con 6:08.51. Es evidente que no llego al récord de Kent Lewis de ninguna manera, ya me daría con un canto en los dientes si lograra alcanzar a Erin O’Mara, que lo veo difícil, aunque yo dejaría la cerveza para después de haber corrido, no durante como esta prueba.

Entre la milla y los kilómetros anteriores he hecho 9,6 km en un tiempo de 48:50 @ 5:05 min/km. Bastante contento con el entrenamiento porque creo que los ejercicios que hago en casa me están sirviendo.

Más gente que en muchas carreras

Hoy nos hemos acercado a la Casa de Campo a entrenar. Hacía un montón de tiempo que no me acercaba a la Casa de Campo a hacer la Tapia o similar. He pasado de manera tangencial, haciendo unos pocos kilómetros por allí, pero desde febrero de 2014 no iba con el coche hasta allí, aparcaba y me ponía a hacer la vuelta a la CdC. Cuando llegamos a las inmediaciones del lago, había ya un montón de coches aparcados y una actividad frenética de gente que se disponía a correr a pie, otros en bicicleta. Desde luego, se veía más gente que en muchas carreras.

Había quedado con Chema para ir con el clan Pirámides a las 9:00 cerca del metro de Lago, pero llegamos a las 9:03 y ya no había nadie por allí. Estuvimos esperando hasta y diez por si acaso se hubiesen retrasados ellos -cosa que me extrañaba- y a esa hora partimos.

Hacía un frío de mil diablos. Estaríamos a un par de grados o tres bajo cero. Iba en pantalón corto y tenía las piernas congeladas, los pies helados y los dedos de las manos -aunque llevaba guantes- me picaban de lo frío que estaban. Pero bueno, luego con los kilómetros y las cuestas fui entrando en calor. Hacía tanto frío que en una de las fuentes que paramos estaba congelada y no salía agua del tapón de hielo que había.

No quisimos hacer la Tapia completa y nos comimos un trozo. Aunque por el hecho de acortar un poco, nos metimos por una zona de repechos, que se hacían notar en las piernas. Acabamos haciendo 14 km en un tiempo de 1:15:11 @ 5:21 min/km. Un ritmo normal, pero que en este terreno, es bastante bueno.

Antes de salir la báscula marcaba 68,6 kg. Sólo 300 gramos menos que la semana pasada. Me parece que ni en broma voy a cumplir el reto de un kilo, un mes.

Hoy hace treinta años que falleció mi padre. No te olvido papá.

papa-600

Muy buenas sensaciones

Ya estoy pensando en el próximo objetivo, que no es otro que la media de Villarrobledo. Así que hay que hacer entrenamientos a ritmo umbral para poder completar la prueba con garantías, por lo que he pensado ir a Pradolongo a hacer cuatro kilómetros a ritmo umbral. Haciendo caso omiso a Jack Daniels que tiene su famosa fórmula para calcular este ritmo y algunos otros, me he fijado un ritmo umbral de 4:15. No sé si es correcto o no, pero no andará muy lejos.

El entrenamiento a ritmo umbral es un entreno exigente. No llega a ser tan duro como hacer series, pero tiene su enjundia. Se trata de mantener un esfuerzo constante y eso implica, si vas por terreno llano, llevar un ritmo fijo. Si el terreno tiene subidas y bajadas, resulta difícil mantener ese esfuerzo constante sin tener «algo» que lo mida, así que lo mejor es buscar un terreno llano.

El circuito que hacemos en Pradolongo es más llano que otra cosa, pero tiene una subida interesante y el final de la vuelta es cuesta arriba. Muy suave pero para arriba. La jugada es entonces no hacer esa subida más dura, aunque la pendiente más suave, pero más larga, seguir haciéndola.

La verdad es que se me ha dado francamente bien. He comenzado haciendo cuatro kilómetros de calentamiento y luego he mantenido el ritmo decentemente: 4:16, 4:14, 4:14 y 4:17. Casi perfecto. Han salido en total 9 km en un tiempo de 45:29 @ 5:03 min/km.

Otra vez por la mañana

Tengo la fortuna de estar de vacaciones esta semana así que he aprovechado a salir hoy por la mañana. Lo peor es que el hecho de salir por la mañana provoca dejar tirado a Joaquín que ha sido un magnífico compañero este otoño y lo poco que llevamos de invierno.

Y de verdad que lo siento, pero hay que aprovechar las horas de luz. Así que a las once de la mañana, sin tener que madrugar mucho, he salido a Parque Sur con la idea de completar unos 10 km. Esto supone hacer tres vueltas y un poco más.

Hacía un día soleado, aunque algo fresco, pero una buena temperatura para correr. Hice una primera vuelta de calentamiento y luego he tratado de mantener un ritmo constante de aproximadamente 4:30. Y me ha salido más o menos bien, teniendo en cuenta que este parque cuenta con bastantes desniveles y mantener la misma velocidad kilómetro a kilómetro no es tan fácil.

Lo dicho, han sido 10 km, completados en un tiempo de 49:11 @ 4:55 min/km. Un buen entrenamiento.

Lluvia + viento = horror

Hemos estado mucho tiempo pidiendo que llegar el invierno y ya parece instalado en estos días. Hoy hemos salido y el terreno estaba mojado y aunque no llovía, el cielo estaba amenazador.

He salido con una amiga y me ha convencido de hacer 16 km. No estaba yo mucho por la labor, pero he pensado que no estaría mal, sobre todo después de ver en la báscula un peso de 68,9 kg. Según lo que nos propusimos Joaquín y yo, teníamos que bajar un kilo al mes. Y la cosa se ha ido cumpliendo hasta las navidades. Lógico. Supuestamente en estas fechas debería pesar 67,2 kg y estoy 1,7 kg por encima así que ya me puedo poner las pilas y bajar algo más de un kilo al mes para cumplir lo dicho.

La idea era hacer esos 16 km por el Parque Lineal. Según nos íbamos acercando a este parque íbamos escuchando cierto jolgorio, entonces hemos recordado que hoy se celebraba el Trofeo Paris. Sin duda, una de las carreras más atractivas del calendario madrileño, pero que llevamos unos años sin poder participar.

Cuando llegamos al parque estaban con las carreras de los niños. Se oía por los altavoces, a todo volumen, esa apasionante canción que decía así: en un pueblo italiano al pie de las montañas, vive nuestro amigo Marco… Los de mi generación, a la primera, identificamos la cancioncilla, pero no tengo tan claro que los niños de ahora la reconozcan.

A ritmo de heavy metal entramos en el parque y atravesamos hordas de niños y padres que se agolpaban cerca de la puerta buscando la línea de salida. Nosotros seguimos por el camino habitual buscando el río y marchando aguas abajo hacia el final del parque.

Íbamos a un ritmo bastante tranquilo, sobre 5:20, y a la ida iba haciendo bastante aire en contra y luego empezó a llover muy ligeramente. A la vuelta, el aire era ahora favorable, pero la lluvia arreció y empezó a ponerse la cosa desagradable. Con la ropa mojada, el aire azotando de lo lindo y la lluvia cada vez más fuerte ya iba uno deseando llegar a casa. De hecho, cuando pasé por la línea de salida del Trofeo Paris pensé que los participantes se iban a calar hasta los huesos, ya que la carrera todavía no había comenzado.

Totalizamos 16,6 km en un tiempo de 1:29:24 @ 5:23 min/km. Un entrenamiento un poco desagradable por el frío y por la lluvia, pero muy interesante para tratar de perder algunos gramos.

Con la comida en la boca

Los viernes salgo antes de trabajar y como ayer no salí a entrenar hoy he aprovechado a salir con luz solar. Me he decidido por el Parque Sur, al que voy poco por estar tan mal iluminado y hoy al ser aún de día era una buena ocasión para patearlo.

El problema es que he comido demasiado tarde y como no se puede demorar mucho para salir con sol, he salido con la comida aún en la boca. Así que he dado una primera vuelta tranquilo para ver si se asentaba y luego he apretado un poco, pero con precaución; sin embargo, me encontraba fenomenal e iba devorando kilómetros como si tal cosa. Es de aquellas veces que aún yendo a un ritmo fuerte, sientes como si pudieras hacer kilómetros y kilómetros y no cansarte.

Tenía pensado hacer diez kilómetros por el parque e iba viendo que el sol se ponía y no tenía muy claro si acabaría a oscuras y casi… En los dos últimos kilómetros el sol ya se había metido y era la luz del crepúsculo lo que permitía que aún hubiese claridad.

Lo cierto es que he acabado muy contento con el entrenamiento por el ritmo que he conseguido mantener sin aparente esfuerzo. Bueno, digo aparente porque al acabar sí estaba cansado, que uno no es infatigable. Han sido en total 10 km en un tiempo de 48:44 @ 4:52 min/km.

Adidas Glide 7 verdes para Reyes

La experiencia con las Glide 7 ha sido muy satisfactoria, así que he escrito a los RRMM para pedir unas zapatillas del mismo modelo, aunque de distinto color. Y debe ser que como he sido bueno, me han traído las zapatillas que quería y encima de un bonito y llamativo color verde.

adidas-glide-7-verdes
Adidas Supernova Glide 7 verdes

Igual que el día de Navidad o el de Año Nuevo, hoy también hay convocatoria conjunta. A las diez estábamos tres pradolongueros en el punto de encuentro y hemos bajado al Parque Lineal a hacer unos kilómetros. Yo estuve ayer con la familia celebrando la llegada de los RRMM así que -para variar- nos pusimos ciegos a comer. Esta vez roscón y chocolate. Así que yo quería hacer cuantos más kilómetros mejor.

He conseguido convencer a mis acompañantes de hacer una buena tirada, así que hemos ido hasta el final del Parque Lineal, cruzando el puente nuevo para dar la vuelta. De este modo hemos completado 16 km en un tiempo de 1:23:25 @ 5:13 min/km. Un buen entrenamiento para bajar algunos gramos de los muchos kilos adquiridos estas navidades.

VIII Carrera de Reyes de Yuncler

Hoy he participado en una de las carreras más «apetecibles» del calendario de Madrid y alrededores. Se celebra en Yuncler, pueblo de la provincia de Toledo, y se encuentra más o menos a 45 km de mi casa. Tampoco es mucho, en coche en poco más de media hora estás allí.

Nos acercamos tres componentes del grupo pradolonguero: dos chicas y un servidor y habiendo salido a las nueve y media, llegamos a Yuncler pasadas las diez en punto, una hora antes del comienzo de la prueba, así que nos dio tiempo a recoger el dorsal y la camiseta con mucha tranquilidad, ya que la fila para la recogida era corta.

Si el año pasado la temperatura era baja, este año aunque estaba nublado no hacía mala temperatura. Las chicas siempre son muy previsoras y hablaban de si me pongo pantalón largo, que si corto, que si camiseta de manga larga, que si de manga corta… Yo no tengo problema, corro con mi uniforme habitual de Proniño con camiseta de tirantes y pantalón corto ya sea verano o invierno, haga frío o haga calor. No pierdo el tiempo pensando si tengo que ponerme esto o lo otro. En este aspecto sigo las directrices de Mark Zuckerberg, Steve Jobs o el presidente Obama, que siempre visten igual y según Zuckenberg -el mandamás de Facebook- es porque hay muchas investigaciones que muestran que tomar decisiones pequeñas, incluso las relacionadas a qué ponerte en las mañanas, o qué desayunar, pueden cansarte.

A lo que iba, que tuvimos tiempo de sobra de recoger el dorsal, de ir al servicio, de cambiarnos, de hacernos una foto, de estirar y de calentar. Y porque no había más cosas que hacer…

yuncler-2015-antes
Pradolongueros posando ante los trofeos. Ahí fue lo más cerca que estuve de ellos

Unos minutos después dieron la salida. Primero salió un individuo en silla de ruedas, de esas de competición, que se le vio alejarse a toda pastilla. Y un minuto o poco más después salimos los demás.

El jueves, en la San Silvestre de Vicálvaro, me exprimí bien y sufrí bastante, así que hoy no tenía muchas ganas de volver a hacerlo. Salí con la intención simplemente de correr sin esforzarme en exceso; sin embargo, vi un poco delante de mí a una de las compañeras pradolongueras que se había acercado hasta allí y pensé que quizás no estaría mal ir a su ritmo siempre que no fuera demasiado exigente. Acompañando a esta chica iba un un chico llamado Pablo, amigo de Juanqui el del herbolario dBambú, que había salido con la idea de acompañar a esta chica y hacer de liebre.

Aunque hicieron el primero kilómetro bastante deprisa, luego bajaron algo el ritmo y como iba sin sufrir mucho decidí que no iba mal ahí. Además se nos juntó una chica muy joven que se batía con la compañera por ver quien llegaba primera a la línea de meta. Juventud y veteranía codo con codo.

Iba mirando a ambas y notaba que la joven parecía subir con mucha soltura las cuestas arriba, mientras que la veterana le sacaba algún metro en las bajadas, quizás debido a que la otra era demasiado generosa en el esfuerzo cuando la carretera se inclinaba. A todo esto, hay que decir que tampoco es que hubiera cuestas de mucha entidad, aunque en el primer kilómetro de cada una de las vueltas (cada vuelta era de casi cuatro kilómetros) había una cuesta bastante larga (de unos cuatrocientos metros) y luego otra más corta, la subida a la iglesia. Lo demás era más o menos llano.

Esa primera vuelta la completaron codo con codo -literalmente- ambas corredoras y parecía difícil que una se fuera a separar de la otra. Así que en la cuesta larga de la segunda vuelta se me ocurrió aumentar un poco el ritmo para ver si se quedaba la más joven, pero de nuevo demostró que iba algo más fuerte subiendo, así que cejé en mi empeño y volví a integrarme en ese pelotón de cuatro.

En la segunda cuesta, la de la iglesia, también demostró su fortaleza la más joven y subió en cabeza, pero debió dejarse las fuerzas que le quedaban porque una vez coronado el repecho cedió un metro. Me di cuenta del detalle y le dije a la compañera que era el momento, que había que sufrir un poco para dejarla y esta chica, que sufridora es un rato, apretó los dientes y la jovenzuela se fue quedando poco a poco. Ese metro inicial se convirtió en dos rápidamente, luego en cinco, posteriormente en diez y la brecha se fue haciendo más grande cada metro que avanzábamos.

Pablo iba indicando el ritmo al que íbamos y tratando de animar. Yo iba observando en cada giro la distancia que les iba separando y cuando pasamos por el kilómetro siete vi que la separación andaría por los cincuenta metros. La comenté que se podía relajar un poco, que la brecha entre ambas lo permitía y no sé si lo hizo o no, porque el último kilómetro fue el más rápido de todos.

De este modo se proclamó vencedora de la carrera, imponiéndose la veteranía a la juventud. Yo llegué un poco por detrás para no empañar la imagen de la ganadora, marcando un tiempo oficial de 32:57 netos y 32:59 brutos. Algo más de dos minutos del tiempo realizado el año pasado. Luego me di cuenta de que si hubiese hecho el mismo tiempo que el año anterior ¡¡¡hubiese quedado tercero de mi categoría!!!

Además de la primera clasificada, la otra componente pradolonguera también consiguió subir al cajón, siendo la primera de su categoría. Así que de los tres pralonguer@s que nos acercamos hasta Yuncler, sólo yo me quedé sin premio 🙁

Curiosamente en la entrega de trofeos hubo un problema ya que los primeros clasificados absolutos, que se supone se llevan el mejor premio, se quedaron sin ellos, ya que «sus» premios se los llevaron los seniors. Luego prometieron enviar al domicilio de cada cual los premios que les correspondían.

Después de la carrera vino el momento más esperado para los corredores que no optamos a otra cosa: las migas, los huevos fritos y la cerveza. Todo un detalle de esta localidad toledana, que no sólo agasaja a los corredores con estas ricas viandas, sino a todo el mundo que se pase por allí, hayan corrido o no. Yo comí sólo un huevo, pero hubo gente que se comió tres e incluso más. Pura ansia viva 🙂

yuncler-2015-post
Sólo por esto merece la pena desplazarse hasta aquí

Toda la logística de la carrera se hace en un plaza donde hay una biblioteca y otro edificio que no sé si es el ayuntamiento. Pues bien, la biblioteca tiene el nombre de Félix Rodríguez de la Fuente y delante del edificio hay un busto en homenaje a este gran naturalista y divulgador. Creo, sin ningún género de dudas, que su serie documental El hombre y la Tierra consiguió despertar la conciencia ecológica en mucha gente de este país, entre los que me incluyo.

yuncler-2015-felix
Monumento a Félix Rodríguez de la Fuente

El busto está dedicado al gran Félix Rodríguez de la Fuente. Seguro que mi cuñado Paco, también gran naturalista, le encanta este homenaje.