Con agujetas

Hoy tenía agujetas, pero no en las piernas por correr sino en los abdominales por las clases magistrales de Isabel del pasado miércoles. Ya me imaginaba que esos abdominales nuevos me iban a traer este regalito.

A pesar de eso, me he encontrado mejor que el otro día, iba algo más suelto, el gemelo no me dolía y he conseguido bajar de 5:30 un par de kilómetros. Además he aumentado en un kilómetro el recorrido, por lo que hoy han sido 6 km en un tiempo de 33:38 a un ritmo de 5:36/km. Esto empieza a mejorar.

Las nuevas zapatillas, genial.

No sé si lo he dicho, pero… ¡¡¡el Atleti se ha hecho con la supercopa!!!

Celebrando la supercopa
Celebrando la supercopa

Diadora Mythos Star II

Llevaba tiempo pensando en cambiar de zapatillas. Estuve buscando por diversos sitios algunas zapatillas pero no me convencían demasiado. Así que opté por la mejor solución. Fui directamente a Bikila, en la Avda. Donostiarra, comenté lo que quería y en pocos minutos tuve en mi pie unas bonitas Diadora Mythos Star II que me venían como un guante. Hay que reconocer que Bikila es algo caro, pero tienen un surtido alucinante y los vendedores saben lo que tienen entre manos. Recomendable si no quieres dar demasiadas vueltas tras unas zapatillas.

Diadora Mythos Star II
Diadora Mythos Star II

Que no se diga que la foto que he hecho a las zapatillas no parece profesional…

Una vez dado el primer paso, quedaba un segundo, que era ir a Josefa para que me metiera mano en el gemelo, ya que la lesión que me hice el 10 de agosto todavía persistía. Según parece tengo una pequeña contractura, pero que me puede permitir trotar sin muchos problemas. Después de la sesión, hielo y siempre, estiramientos antes y después de correr.

Un par de horas después de pasar por las manos de Josefa, salí a trotar a Pradolongo para ver cómo me encontraba. Y la verdad es que las sensaciones no eran buenas del todo. Tenía el gemelo dolorido por haberme metido los dedos y me costaba rodar por debajo de 6:00/km. Además hacía mucho calor. Total, un horror. Según iba corriendo pensaba en que dos meses antes podía correr a menos de cuatro minutos el kilómetro y ahora iba dos minutos más y a Dios gracias.

No se trataba de hacer gran cosa, por lo que me he contentado con hacer una vuelta a Pradolongo, totalizando 5 km en un tiempo de 30:09. Lo mejor es que las zapatillas no me hicieron ninguna rozadura ni me provocaron ampollas. Una gran elección.

Lo mejor vino después, porque al terminar me encontré con Miguel y Ninfa que estaban recibiendo unas clases magistrales de gimnasia de Isabel y me apunté. Luego terminé pagándolo.

Vacaciones en Lanzarote

Si deportivamente fue un fiasco, he vuelto encantado de Lanzarote. Paisajísticamente es un lugar precioso y sorprendente. La lava y los volcanes hacen de esta isla un sitio alucinante. Las playas son muy bonitas y no sólo las del papagayo. Las papas arrugás han sido todo un descubrimiento y la comida muy buena allá donde hemos comido y los precios muy asequibles. El único pero, el viento, que a veces sopla de lo lindo. No hacía más que pensar en la gente que participa en el Ironman de Lanzarote que si les sale un día ventoso, deben sufrir como perros.

Este post estaba incluido en mis desventuras atléticas en Lanzarote, pero lo he sacado fuera porque al final ha quedado largo, largo. Empiezo mi particular descripción de lo que he visto en la isla, con un bonito montaje.

Vacaciones en Lanzarote
Vacaciones en Lanzarote

El sitio que más me ha gustado de todos los que he visto ha sido la Laguna Verde, situada en el cráter de un volcán subterráneo, toma su color de las algas que habitan en ella. No sólo es bonita la laguna, todo el entorno es impresionante.

La laguna verde
La laguna verde

La laguna está situada en el cráter donde está esta bonita playa de arena negra. Es una curiosa experiencia bañarse en el cráter de un volcán.

Playa de arena negra
Playa de arena negra

Cráter laguna verde
Cráter donde está situada la laguna verde

Para llegar a la laguna desde Playa Blanca se pasa por las Salinas de Janubio, otro bonito enclave isleño, además de útil.

Salinas de Janubio
Salinas de Janubio

Entre la laguna y las salinas se encuentran Los hervideros donde se observa el golpe de las olas sobre los brazos de magma que llegaron al mar y que hoy son roca solidificada. La fuerza de las olas permite subir el agua hasta la superficie aprovechando los agujeros y cavidades en la roca.

Los hervideros
Los hervideros

Otro sitio realmente espectacular es el Parque Nacional del Timanfaya donde se produjo la última erupción en esta isla, allá en 1730 y que duró ¡nada menos! que seis años. Según cuenta el párroco de Yaiza en un manuscrito: El día primero de septiembre de 1730, entre nueve y diez de la noche, la tierra se abrió de pronto cerca de Timanfaya, a dos leguas de Yaiza. En la primera noche una enorme montaña se elevó del seno de la tierra y del ápice se escapaban llamas que continuaron ardiendo durante diecinueve días.

Cráter en el parque del Timanfaya
Cráter de uno de los volcanes del parque del Timanfaya

Mar de lava en el parque de Timanfaya
Mar de lava en el parque de Timanfaya

Volcanes por doquier en el parque del Timanfaya
Volcanes por doquier en el parque del Timanfaya

Otro de los lugares que más me gustó fue la Cueva de los Verdes, que es una sección del túnel de la Atlántida, túnel provocado por la colada de lava proveniente de la erupción del volcán de la Corona. El túnel mide cerca de siete kilómetros y parte está debajo del mar. No es el túnel volcánico más largo del mundo, pero sí el más ancho.

Cueva de los Verdes
Cueva de los Verdes

Y estando en la cueva, no se puede dejar de visitar los Jameos del Agua, quizás el más famoso de todos los sitios de Lanzarote. Se trata de un antiguo vertedero que César Manrique transformó en un bonito espacio de recreo, con muy buen gusto.

Jameos del Agua
Jameos del Agua

El volcán de la Corona fue el causante de la formación del túnel de la Atlántida, donde se encuentran la Cueva de los Verdes y los Jameos del Agua.

Volcán de la Corona
Volcán de la Corona

Otra de las ideas de César Manrique fue el Jardín de Cactus, sito en una antigua cantera en forma de anfiteatro en la localidad de Guatiza, donde vivía el citado Manrique. Existen miles de cactus de todas partes del mundo. Como curiosidad, para los amantes de las bebidas alcohólicas, se puede observar el agave mexicano de donde se extrae el tequila.

Jardín de cactus
Jardín de cactus

Cactus en flor
Cactus en flor

En la cumbre del Risco de Famara, a 470 metros de altura, existe otra más de las ideas de César Manrique. Es el Mirador del Río que permite contemplar en primera línea a la isla Graciosa y detrás de ésta las diversas islas del archipiélago Chinijo. A los pies del mirador se pueden ver las Salinas del Río, las más antiguas de la isla, explotadas ya por los romanos.

Isla Graciosa desde el Mirador del río
La isla Graciosa desde el Mirador del río

Muy cerca del mirador, junto a la localidad de Órzola se puede contemplar la parte más septentrional de la isla, la Punta Fariones, muy cerca de la isla Graciosa.

Punta Fariones
Punta Fariones

La bonita localidad de Haría está sita en el llamado Valle de las mil palmeras. No sé si llegan al millar, pero es un bonito espectáculo.

El valle de las mil palmeras
El valle de las mil palmeras

Por una carretera secundaria o más bien diría terciaria nos encontramos con estas bonitas formaciones rocosas, sospecho que totalmente artificiales, pero curiosas cuanto menos.

Curiosa formación
Curiosa formación

Quizás lo que menos me gustó de la isla fue la capital, Arrecife (aunque tenga un precioso nombre). Es una ciudad moderna y bastante feúcha. Quizás no supe encontrar la gracia de la ciudad. Estuvimos visitando del Castillo de San José, sede el MIAC (Museo Internacional de Arte Contemporáneo) donde se pueden encontrar obras de diversos artistas. Hay algunas obras que están bien, pero hay otras que un niño de cuatro años podría perfectamente igualarlas o, incluso, superarlas.

Castillo de San José
Castillo de San José

Uno de los atractivos de Lanzarote son sus playas. Las hay de diversos tipos: de arena blanca, de arena negra, de arena dorada, de aguas cristalinas, de aguas tranquilas, con olas feroces, etc.

Una playa muy bonita es la playa de Famara, aunque el viento debe azotar de lo lindo ya que existían refugios de piedras para protegerse del viento. Sin embargo, el paisaje es maravilloso aunque esté nublado. Ideal para los amantes del surf.

Playa de Famera
Playa de Famara

Situada junto a las salina de Janubio existe una bonita playa virgen de arena negra, también con buen oleaje.

Playa de Janubio
Playa de Janubio

En la localidad de Playa Blanca está situada una playa con el mismo nombre, es muy pequeña, pero muy agradable. Existe una plataforma que sirve de referente a los nadadores.

Playa Blanca
Playa Blanca

En esa misma localidad existe una playa artificial de arena fina y blanca y aguas cristalinas. Además existe un rompeolas en forma de montaña de piedras que hace que el agua esté muy tranquila. Cerca de las rocas hay multitud de peces de colores. Abundan unos que tienen un lunar en el comienzo de la cola.

Sí, es una playa artificial, pero bonita, bonita. Totalmente recomendable. Quizás sobren hamacas.

Playa Dorada
Playa Dorada

Rocas en Playa Dorada
Rocas en playa Dorada con Fuerteventura al fondo

Sin lugar a dudas, las playas más famosas son las playas del papagayo, situadas en el entorno natural de los Ajaches, en la zona más meridional de la isla. Normalmente se conoce como «playas del papagayo» unas cuantas playas y calas que están alrededor de la Punta del Papagayo. Para llegar hasta allí hay que ir por un camino y pagar un «peaje» de tres euros por automóvil.

Playa del papagayo
Playa del papagayo

Existen un montón de playas más en Lanzarote, pero por falta de tiempo o ganas no las visitamos.

Resumiendo, Lanzarote es un sitio realmente bonito y totalmente aconsejable de visitar. Se lo recomiendo a todo el mundo. Además es un sitio muy tranquilo y no masificado de turistas. De hecho, es de los pocos sitios a los que me gustaría volver.

Corriendo en vacaciones

He estado casi dos semanas en Lanzarote y deportivamente hablando han sido para olvidar. Sin embargo, vengo encantado con esta isla que me ha gustado en todos sus aspectos, más de lo que puedo expresar con palabras.

Llegué un lunes a Lanzarote y el martes me levanté pronto, me calcé las zapatillas y me puse en movimiento con la idea de alcanzar la tan afamada playa del papagayo.

Playa del papagayo
Playa del papagayo

Para llegar hasta allí hay que ir por un camino, no se puede por carretera, cosa que me pareció bien, ya que no me gusta rodar por asfalto más que lo mínimo imprescindible.

Viendo que los kilómetros pasaban y que no llegaba a mi destino, en el kilómetro seis decidí darme la vuelta, que tampoco era cuestión de darse un palizón. Sobre el nueve empecé a notar una molestia en el gemelo derecho, por lo que aflojé el ritmo. Antes de llegar al diez tuve que parar porque la molestia se convirtió en dolor y no quería romperme. Así que me tocó ir andando hasta casa bastante dolorido.

Recorrido en Garmin Connect.

No me lo podía creer. El primer día de entrenamiento vacacional y lesionado. Los elementos se habían conjurado para que parase estas vacaciones como el buen sentido común me había dictado y yo había desoído. Una lesión en forma de contractura había conseguido que parase de correr.

Así que no me quedó más remedio que esperar.

Desde el lugar donde estábamos hospedados, veía todos los días un camino que subía hacia un volcán y que me llamaba, me invitaba a subir, por lo que nueve días después, viendo que no me molestaba la contractura, volví a probar, con la idea de hacer unos kilómetros andando y otros corriendo.

Volcán lanzaroteño
Uno de los múltiples volcanes que jalonan la isla de Lanzarote

En el camino de ida fui bastante bien, intercalando los kilómetros corriendo con los kilómetros andando y haciendo las subidas andando. Llegué arriba, di la vuelta al cráter del volcán -de algo más de un kilómetro de perímetro- y bajé corriendo por un camino de menos pendiente que la subida. Al terminar la bajada me di cuenta que no estaba recuperado del todo y el resto del camino lo hice caminando.

Recorrido en Garmin Connect.

El caso es que al día siguiente me levanté sin muchas molestias, por lo que decidí salir a caminar deprisa. Tenía intenciones de llegar al mar de lava, aunque lo veía algo lejos. Salí por un camino que transcurre paralelo a la carretera que va de Playa Blanca a Yaiza y poco antes de llegar a una gasolinera giré hacia el este para llegar a un pueblecito llamado Las Breñas.

En un mar de lava
En un mar de lava

Hasta ahí el camino era más o menos transitable. Sin embargo, traté de volver a Playa Blanca por otro camino y por más que lo busqué, no encontré ninguno, así que me tocó volver campo a través, pisando piedras, una detrás de otra. Ya casi llegando a mi destino encontré un camino que me hizo más llevadero el último tramo. Al final con tanta piedra lo único que conseguí fue una bonita rozadura debajo del astrágalo de la pierna derecha.

Recorrido en Garmin Connect.

Después de esta experiencia con las zapatillas, vuelvo a reiterarlo, tengo que comprar unas zapatillas nuevas a ver si los problemas que estoy teniendo son debido a las zapas.

Y en estas tres salidas se resume, deportivamente hablando, el par de semanas que estuve en esa preciosa isla de Lanzarote.

Otra vez que llego tarde

El jueves quedé con Ninfa y Miguel a las ocho de la mañana para hacer un entrenamiento conjunto. Sin embargo, se me ha ocurrido salir desayunado y he llegado tarde a nuestro punto de encuentro. Ha sido una mala idea lo de desayunar, primero porque me ha hecho llegar tarde y segundo porque no he ido cómodo en todo el trayecto.

Claro que tampoco sé si el problema ha sido del desayuno o que hoy simplemente no tenía buenas piernas, pero me costaba dios y ayuda mantener un ritmo cercano a los 5:00/km. De todas formas, tampoco estoy acostumbrado a ponerme a correr a poco de levantarme; siempre corro por las tardes o si hay carrera por la mañana me levanto con bastante tiempo para desayunar y hacer la digestión antes de ponerme en marcha. Es mejor comer algo de fruta y salir a correr y desayunar después. Ya lo sé para otra vez.

Como he llegado tarde y no estaban, pues me ha tocado ir solo. He hecho el circuito del río y lo dicho, no me he encontrado fino en ningún momento. Ni cuando iba un poco por encima de cinco, ni cuando iba un poco por debajo. Espero que sea algo puntual.

Ahora que estoy a punto de irme de vacaciones estoy pensando si descansar de correr o simplemente disminuir kilometraje y frecuencia. Me da un poco de coraje ir a un sitio nuevo y no explorarlo a la carrera, pero no me vendría mal «desintoxicarme» un poco de correr.

En total han salido 14,2 km en 1:11:57 a un ritmo de 5:03/km. Quizás me lo debiera haber tomado más tranquilo, pero parece que con un poco de ritmo los tendones no me duelen. Eso sí, hoy iba fastidiado con el ojo de gallo del pie izquierdo y también me molestaba el dedo gordo del mismo pie. Debe ser un placer indescriptible correr sin que no duela nada. No sé si lo he dicho, pero necesito unas zapatillas ya y mira que me resulta difícil encontrarlas.

Hoy visita a la báscula y marcaba 68,1 kg, algo menos que la semana pasada. Está claro que cuidando un poco la alimentación el peso baja.

Se va notando el tema vacacional

Hoy sólo estábamos cuatro en el punto de encuentro, casi todo el mundo está ya de vacaciones. Es lo que tiene el mes de agosto que al menos en Madrid hay cuatro gatos. Y a mí ya me queda poco…

Entre unos y otros no estábamos muy por la labor de apretar, así que dos vueltas tranquilas a Pradolongo. Como andaba por allí un sobrino de Emilio II le hemos dejado que llevara la delantera para quedar bien delante de la familia, aunque es verdad que se lo ha tomado en serio y ha apretado de lo lindo, por si acaso.

Curiosamente, después de la sugerencia de ayer, hoy sí había agua, aunque han quitado el único grifo que quedaba; sin embargo, sí salía agua de la única fuente, aunque de un sospechoso color lechoso. Pero para refrescarse vale.

Hemos recorrido 9,7 km en 50:26 a un ritmo de 5:10/km.

Indignante

Estoy realmente indignado. En el parque de Pradolongo existen diez fuentes y en ninguna se puede beber. De las diez, sólo hay una con grifo y hoy no salía agua. Hay otras sin grifo que funcionan abriendo la llave de paso y tampoco funcionaban y el tercer modelo son aquellas que no tienen grifo y el agujero está taponado con un tornillo, obviamente en estas tampoco se puede beber. Y me pregunto, fijándome en estas últimas, ¿los tornillos utilizados serán los que van perdiendo los del ayuntamiento? Al final vamos a tener que ir a correr con una llave inglesa.

Además, para más inri, el único agua «disponible» es el agua de regar y tampoco se puede beber porque es agua reciclada. Resulta denigrante que a toda la gente que utiliza el parque, que son muchas, se les niegue la posibilidad de beber un trago de agua en plena canícula cuando hay una amplia infraestructura para que las fuentes funcionen.

Como en todo lo que afecta a este parque, lamentable la gestión de la Junta Municipal con el concejal del distrito de Usera, el cuasi analfabeto Jesús Moreno a la cabeza. Si en invierno no funciona el alumbrado, en verano son las fuentes las que no tienen agua. Imagino que la excusa es la de siempre que roban los grifos y entonces me pregunto, ¿para que sirve la Policía Municipal que curiosamente tiene un cuartel en el mismo parque?

En el aspecto deportivo decir que ya se notan las vacaciones y hoy sólo éramos cuatro entrenando. Ninfa iba a hacer siete kilómetros a un ritmo de 4:45 y Emilio II y un servidor hemos tratado de seguirla haciendo kilómetros por debajo de ese ritmo, pero ha sido imposible. Esta chica no sabe contenerse, siempre a tope. Hemos hecho las dos vueltas al circuito viejo de Pradolongo, que son 9,65 km en 47:59 a un ritmo de 4:58/km, algo más rápido a lo que estaba haciendo últimamente.

Resulta curioso que cuando iba más despacio me dolía más el tendón izquierdo y que ha sido al aumentar la velocidad cuando ha dejado de molestarme. No sé si debido a que ya estaba más caliente o que al aumentar la velocidad el apoyo del pie es distinto y tira menos del tendón. Un caso digno de estudio.

Ya está puesta la sugerencia en la web del ayuntamiento que, por supuesto, no servirá para nada. Al menos que quede constancia. El número de referencia es 201008045534 y dice así:

Existen diez fuentes en el parque de Pradolongo. A veces funciona una, a veces ninguna. Es indignante que habiendo tal cantidad de fuentes haya ese problema con el agua, provocando que ni los niños que disfrutan de los distintos parques infantiles, ni los transeúntes, ni la gente que hace deporte pueda beber.

Por favor, solucionen este problema que no consiste más que en poner los grifos en las fuentes y abrir la llave de paso.

Gracias.

Combatiendo los excesos

Ha sido esta semana un periodo de tiempo con muchos eventos, ello ha provocado que me haya excedido con la comida y con la bebida. Hoy tocaba expiar esos excesos, por lo que he ido al río, pero haciendo el circuito completo, no como últimamente que me saltaba el último tramo.

He salido tempranito, aunque no tanto como hubiese querido, y se corre bien a esas horas porque hay mucha sombra durante el recorrido, quizás el peor trozo es el carril bici entre el parque de Pradolongo y el parque Lineal del Manzanares, pero no es mucho.

Cerca de la Caja Mágica me he cruzado con Roberto Álvarez, ganador el pasado domingo en el Trofeo San Lorenzo y ganador también en el mes de enero de la carrera de Usera, imagino que entre otras muchas. Daba gusto verlo correr, un auténtico monstruo. A ver si se me pega algo…

El circuito del río, haciendo el recorrido completo tiene una distancia de 16,1 km y lo he recorrido en 1:27:19. Me lo he tomado con mucha calma, parando en cada fuente y es que el calor apretaba de lo lindo aunque el recorrido estuviese sombreado.

Por otro lado, leo con agrado en el foro de elatleta.com que han descalificado al dorsal 451 que figuraba en la clasificación de la carrera como primer superveterano, ya que no había corrido la persona inscrita sino otro más joven. Eso implica que Emilio el hombre radiactivo se vuelve a subir al tercer puesto del cajón un año más. Tremendo lo de este hombre con casi 65 años ya.

Hoy me he subido a la báscula con más miedo que vergüenza porque sabía que había subido de peso debido a tanto exceso. Y el cacharro me lo ha dicho bien claro: has subido seiscientos gramos, ya que marcaba 68,3 kg. Después de correr me gusta volver a pesarme. Pesaba un kilo menos. Los kilos se cogen con una facilidad pasmosa y cuesta un montón perderlos. Todo lo contrario que la forma que se pierde muy fácilmente y para volver a ponerse en forma hay que trabajar mucho.

Con la montanguai

Acabo de hacer unos kilómetros con la montanguai y ahora tengo las piernas cansadas, cansadas, ya me cuesta trabajo eso de dar pedales. Aunque tampoco se puede pretender ir a tope sin entrenar la disciplina.

He ido con la bici por el camino que utilicé para entrenar los días extralargos de la maratón, sólo que he llegado más allá, hasta donde el camino vuelve a atravesar de nuevo el Manzanares, muy cerca ya de donde desemboca en el Jarama. Desde ese puente se ve al Manzanares como un verdadero río y no como un reguero que es la impresión que da cuando atraviesa la ciudad. Había en esa zona un montón de aves y sobre todo, muchas, muchas cigüeñas.

No es que sea un camino muy atractivo, pero tiene cosas curiosas como poder observar restos del Real Canal del Manzanares, como la décima esclusa y el cauce por donde iba. También se ven algunas casas situadas junto a las esclusas. A los amantes de las aves, este camino haría sus delicias porque hay a montones.

El recorrido, desde el punto de encuentro de Pradolongo ha sido de 38,4 km y he tardado 1:54:29 a una impresionante velocidad de 20,1 km/h.

Error de vuelta

¡Qué mal le sienta el agua al forerunner 405! Después de la primera vuelta, sobre el kilómetro seis, hemos parado a beber y han caído algunas gotas sobre el cacharro. Desde entonces, cada tres segundos emitía un desagradable pitido y se veía en pantallaa el mensaje Error de vuelta. El puñetero pitidito -que recordemos se producía cada tres o cuatro segundos- se iba haciendo insoportable según pasaba el tiempo. Pero al ver que seguían aumentando los kilómetros y el tiempo, no he parado el cronómetro.

Se le ha ido la pelota totalmente y no era capaz de calcular bien el ritmo. Sin embargo, al parar el cronómetro, los datos están bien. Han sido 9,7 km en 52:13 a un ritmo de 5:22/km.

Tenía pensado hacer más kilómetros porque ayer estuvimos de cumpleaños y nos pusimos bien de comer, pero al final me conformé con las dos vueltas típicas porque nos estaban esperando para ir a cenar. Habrá que hacer un día largo (algo más largo de lo normal) este fin de semana para intentar rebajar