Hoy, a diez días para la celebración de la XXXIII edición de Mapoma hice la prueba de los dos seismiles. Esta prueba fue ideada por Antonio Serrano y consiste en correr un primer seismil algo más deprisa que el ritmo de maratón previsto y un segundo seismil más rápido. La diferencia de segundos por kilómetro entre la primera serie y la segunda indica si el ritmo de maratón previsto es acertado o no. Se puede encontrar una explicación más exhaustiva en este enlace sacado de la revista Runner’s.
En mi caso, había previsto un ritmo de 3h17, por lo que había que hacer la primera serie en 27:00 (a 4:30/km) y la segunda serie en 24:00 (a 4:00). Es decir, que tenía que sacar 30 segundos de diferencia por kilómetro.
El terreno estaba muy embarrado, con bastantes charcos y muuuuy blando. Vamos, el terreno ideal para no hacer las series. De hecho en los kilómetros de calentamiento se me había quitado de la cabeza hacerlo por el estado del terreno, pero como había convencido a los compañeros para hacer las series, ellos lo iban a hacer sí o sí. Así que después de ser el promotor, no me quedó más remedio.
La primera serie me salió redonda. Tardé 26:58, sólo dos segundos por debajo, serie perfecta. Muy poco después llegaron Ninfa y Emilio haciendo 27:20 poco más o menos ¡¡¡cuando tenían que haber hecho 28:30!!! Demasiado deprisa esa primera serie para ellos.
Paramos más o menos el tiempo fijado de recuperación, que eran noventa segundos, y arrancamos a por la segunda serie tratando de darlo todo. El primer kilómetro lo hice en 3:51, me precipité sin ninguna duda. El segundo kilómetro aflojé un poquillo y lo hice en 4:07, compensando el anterior. El tercer kilómetro lo clavé en 3:59, pero poco después me di cuenta de que me iba a resultar muy difícil cumplir el objetivo, ya que me estaba costando dios y ayuda seguir el ritmo. En el siguiente kilómetro 4:04, luego 4:05 y en el último ya iba muerto y me fui a 4:16. En total hice 24:25, cuando tenía que haber hecho 24:00. Fatal, horrible, acabé totalmente desmoralizado y enormemente cansado.
Se trata, sin lugar a dudas, de un entrenamiento durísimo como me había advertido Luis el día antes, pero aunque he fracasado en el ritmo previsto de 3h17, este entrenamiento me ha servido de mucho, ya que más vale pasarlo mal hoy que en el día de la maratón. Y me ha enseñado que ese día, ni se me ocurra tratar de bajar de 3h20.
Además de lo mal que lo pasé, sufrí bastante debido a que me dolía el callo y el ojo de gallo del pie izquierdo. Y es que sólo a mí se me ocurre hacer series con unas zapatillas que acababa de estrenar. Me está bien empleado por mequetrefe. Cuando llegué a casa me di cuenta de que no era el callo lo que me dolía, sino que me había salido una ampolla justo encima del callo. Ya lo que faltaba, además de los dos callos, de los dos ojos de gallo y de la uña negra, ahora una ampolla. Soy un auténtico pupas.