XXXVI San Silvestre vallecana popular

Después de un año plagado de lesiones, me decidí a participar en la San Silvestre para terminar bien el año. Como siempre un ambiente excepcional aunque para mi gusto demasiada, demasiada gente.

Tanta gente provocó que tardara casi tres minutos en pasar la línea de salida. Además, nada más empezar se me cruzó un espécimen al que pisé y me provocó un torcedura de tobillo que afortunadamente parece que no ha ido a más.

Haciendo gala de mi baja forma, traté de llevarlo lo mejor posible y entré en meta con un tiempo neto de 47:47 según la organización:

2845 4831 GARCIA BLAZQUEZ MIGUEL A. 00:47:47 00:50:34

Agradecer a Juan Ignacio esa sidra que nunca viene mal después del esfuerzo y a todo el público el ánimo prestado, aunque esta carrera se ha masificado en exceso.

Y con esta carrera, cierro un año negro atléticamente hablando. Esperemos que el año que viene sea mejor.

IV Carrera popular fiestas de Usera

Después de la media de Fuencarral tuve que parar porque tenía molestias en el tendón de Aquiles. La cosa se fue complicando y tuve que ir al médico. Me recomendaron que visitara al Dr. Urzanqui que era un buen especialista en medicina deportiva ya que trabajó en la federación de atletismo y ahora pasaba consulta en una clínica situada en el estadio Vicente Calderón.

Me diagnosticó tendinitis en el tendón de Aquiles, lo mismo que me había ocurrido cinco años antes y que, por supuesto, parase de correr. Entre la visita al galeno, después al médico rehabilitador para que diese el visto bueno a lo recomendado y las distintas sesiones de rehabilitación, llegué al mes de abril sin haber entrenado nada desde mediados de febrero.

Como ya que tenía pagada la inscripción de Mapoma, se me ocurrió tomar la salida sin ningún entrenamiento con la idea de retirarme cuando viese que la cosa se complicaba. Así fue, en el kilómetro 17 me retiré porque las articulaciones me dolían horrores.

Después de esta experiencia, estuve parado por completo y a principios de agosto empecé de nuevo a correr. Dado que en mi barrio se celebraba una carrera popular con motivo de las fiestas, decidí participar.

Se trata de la IV edición de la carrera popular fiestas de Usera, organizada por Eulogio Cortés, el mismo que organiza la carrera de Usera que se celebra en el mes de enero. Tiene la peculiaridad que se celebra el sábado por la tarde, cosa rara en esto del atletismo popular.

La participación era más bien escasa, algo más de 200 personas, debido a que coincidió en el mismo día con la archiconocida “Carrera de La Melonera”. Esto provocó, agradablemente, que no tuviésemos problemas para colocarnos en la salida. Decidimos salir despacio, ya que existe una cuesta arriba llegado al km 1, pero Iñaki, absolutamente ensimismado con la música nos fue sacando cada vez más ventaja, lo que nos obligó emplearnos a fondo para alcanzarle.

Estuvimos juntos un ratillo hasta que Iñaki se fue quedando poco a poco. La verdad es que yo andaba bastante justo y aunque aguanté hasta el km 6 con Jesús, en la cuesta abajo se marchó con zancada grácil hacia la meta. Ya en la recta de meta le vi entrar tan tranquilamente. Yo llegué totalmente roto después de ¡¡7 meses!! sin correr y ¡¡6 meses y medio!! sin entrenar, por lo que mi tiempo final de 37:06 me sorprendió gratamente.

En línea de meta, ningún tipo de problemas de cola ni apretujones. El avituallamiento estuvo muy bien: cerveza, coca cola, agua, naranjas y glucosa. Por supuesto, no faltó la típica camiseta. Me gustó la organización, muy familiar, aunque en su contra he de decir que faltaba el guardarropa. Imagino que la poca afluencia de corredores ayudó a facilitar las cosas a los organizadores.

XVI Media maratón de Fuencarral

Mal, lo he pasado mal, mi peor Fuencarral hasta la fecha. Y es que esta carrera no es ninguna tontería: o entrenas bien o sufres.

Foto de equipo Fuencarral 2000
Foto de equipo Fuencarral 2000

Los primeros 12 kilómetros fui acompañado generosamente por José Juan, que pudiendo ir más deprisa prefirió ir a mi ritmo. En el paso por el km 10 notaba que iba peor que otras veces, pero iba decentemente. En la primera cuesta arriba de consideración, la del cuartel, adelantamos al Caña que iba algo fastidiado. Ahí José Juan se marchó a su ritmo.

En la siguiente cuesta, que va desde el kilómetro 13 al 15, empecé a sufrir, aunque lo peor empezó en la siguiente bajada, una vez superada la tapia de El Pardo. No conseguía alargar la zancada por lo que manadas enteras de corredores me adelantaban si piedad. Al final de la bajada, Silvia animaba sin cesar a los compañeros.

¡Gracias Silvia!

La siguiente cuesta arriba, que sube hasta el cementerio, se me hizo muy dura aunque mantenía el tipo como podía. De nuevo en la cuesta abajo, nuevas manadas de corredores me adelantaban. En la última cuesta importante de la jornada, subiendo los Tres Olivos, ya no corría, reptaba. Sólo los ánimos de Soco, una compañera del trabajo que vino a animarnos, me hicieron llegar a la meta con algo de dignidad, realizando un tiempo de 1:39:05. Mi peor tiempo en esta carrera, ¡cuatro minutos más que el pasado año!

Agradezco de todo corazón la ayuda inestimable de los compañeros que se molestaron en venir a animarnos en esta desapacible mañana. Hago extensible este agradecimiento no sólo a Silvia y a Javier, sino a Soco por sus ánimos en un momento muy complicado.

V 10 km pedestres distrito de Usera

Hoy se ha celebrado la V edición de la carrera de Usera. Para mi gusto el día fue ideal para correr y realizar una buena marca. Lo cual no era mi caso ya que he estado griposo durante una semana y he entrenado poco o mejor dicho, poquísimo.

Foto de equipo Usera 2000
Foto de equipo Usera 2000 (algo borrosa)

Al principio salí con JuanMa y Ángel. Al poco Ángel se perdió y continué con JuanMa hasta el km 5 donde le abandoné cruelmente al ver que flojeaba. Aumenté algo el ritmo de ahí hasta el final para intentar bajar de los 45 minutos y al final lo conseguí por poco, ya que entré en meta con un tiempo de 44:43.

Llegando a meta en Usera 2000
Llegando a meta en Usera 2000

En meta fuimos obsequiados con lo típico: agua, refresco, naranjas y una camiseta de manga larga, cosa nada habitual. Al igual que el año pasado, la organización me pareció perfecta: no hubo problemas de atascos (ni en la salida ni en la meta), kilómetros y curvas perfectamente señalizadas, el avituallamiento en meta también muy bien y todo por el módico precio (es un decir) de 500 pesetillas.

La participación de MaraTI+D no estuvo mal, aunque al final hubo algunas deserciones por distintos motivos. De todas manera, si mal no recuerdo, ocho corredores tomamos la salida: Ángel, Juan José, JuanMa, Andrés, Iñaki, David M., José Gabriel y un servidor. Nos hicimos una bonita foto y hubo de todo: marca acojonante de Juan José (39:22), debut de David sin incidentes y re-debut de Iñaki afortunadamente también sin incidentes. Nos acompañaron los traidores de MarATOS: Liboro y Rogelio con resultado dispar. Liborio hizo un marcón: 38 y pico y Rogelio acabó resentido de un problema físico en los últimos kilómetros, que dicho sea de paso aproveché para adelantarle sin piedad al mejor estilo Ángel: aprovechar unos segundos el rebufo para recuperar algo y esprintar a todo leche al pasarle.

Tenía intenciones de invitar a una cervecilla a los compañeros por aquello de que estaban en mi barrio, pero huyeron despavoridos al poco de terminar, ¡otra vez será!

XVIII San Silvestre toledana

Después de ocuparme de realizar las inscripciones para la San Silvestre Vallecana, al final no pude correr en Madrid. En el último momento, me apuntaron a la San Silvestre Toledana donde intenté hacerlo lo mejor posible. Es ésta una carrera bastante bonito por el marco donde transcurre, la monumental ciudad de Toledo. La carrera comienza y acaba en la plaza de la catedral y pasa por zonas significativas de la ciudad como la plaza de Zocodover o la puerta de Bisagra.

Tiene un perfil algo duro, ya que la primera parte es cuesta abajo y el último kilómetro y medio, cuesta arriba. Realicé un tiempo de 31:42 en los 7,6 km oficiales de los que constaba la prueba.

Me llamó poderosamente la atención el correr durante unos metros (luego me dejó atrás) junto a Ricardo Ortega, ex-recordman nacional de maratón (año 1983, 2:11:51) que a sus 46 años todavía se deja ver en alguna que otra carrera popular. Desde luego, un ejemplo a seguir. Para mi, encarna mi concepto del atletismo: correr desde el principio hasta el fin.

XVI Carrera popular villa de Aranjuez

Se ha celebrado la XVI edición de la carrera popular villa de Aranjuez bajo unas condiciones meteorológicas muy aceptables: solecito y fresquito a la vez. Sólo dos maratidianos nos dimos cita en esta hermosa carrera: Fernando y un servidor. La salida se retrasó 15 minutos por el ansia de los organizadores de apuntar a cuantos más mejor. Al final se llenó el cupo de 1000 corredores (con dorsal) al que se añadieron 250 sin dorsal.

Corrí con Parra, que ya me acompañó en el Cross de los Tres Refugios, por lo que comencé un poco acelerado, lo que me hizo andar algo fastidiado desde el km 5 al 7. Al final me recuperé algo y eché el resto en la pequeña cuestecilla, terminando mi carrera a unos 100 m antes de la meta en un terrible atasco de corredores. Llegué a «meta» con un tiempo de 42:17 aunque no tengo claro si recorrí 9,9 km o, como todos los años, algo menos. Apuesto por esta última posibilidad.

La llegada estaba organizada horriblemente. Los «nuevos medios informáticos» -consistentes en un código de barras, dando la impresión de ser un enorme paquete de embutido- de los que se jactaban por megafonía antes de darse la salida provocaron un enorme atasco ya que sólo había dos calles pasada la línea de meta. Después de meterte en una de las calles recorrías un largo recorrido (200 m aproximadamente) para llegar un mostrador con al menos 10 personas de las que sólo las dos primeras daban regalitos. Este consistía en el típico plato de cerámica, batido de chocolate, bollito, bote de refresco y demás zarandajas.

Creo que las organizaciones se equivocan tratando de controlar al segundo las clasificaciones. Soy de la opinión que deberían controlar sólo a los primeros -quizás 50, quizás 100- y los demás podrían entrar asaco en la meta, de esta manera se ahorrarían muchos problemas. Colocando además la zona de «regalos» lejos de la meta no se formaría el atasco «antes de» sino «después de». Otros años en Aranjuez no había tanto control y nunca había problemas de atasco.

Al final sí hubo jornada gastronómica y, por supuesto, en el Rte. La Alegría de la Huerta. Fernando llevaba prisa y se marchó raudo, así que después de una ducha en el polideportivo nos dimos la gran comilona, disfrutando de los exquisitos manjares que se sirven en la citada casa de comidas ¡os aseguro que el entrecote que manduqué ha sido de los mejorcitos que he probado! Lástima por los que quisieron pero no pudieron ir, se perdieron un buen día para correr.

XX Carrera popular de Canillejas

Coincido con mi compañero Goyo en que la recogida de ropa fue lo más duro de la carrera con diferencia. Ahí la organización falló estrepitosamente, colocando un solo punto de devolución de ropa (5 ó 6 personas atendiendo) para una carrera de más de 3000 participantes, con la meta en distinto sitio de la salida y con un frío que pelaba, ¡creo que estuvimos al menos 20 minutos hasta que pudimos recoger la ropa!

Hasta ese momento la organización me había parecido normal aunque con algunos puntos débiles:

  • No vi ningún kilómetro señalizado y aún no tengo claro si los arcos de plástico indicaban el kilometraje.
  • El avituallamiento en el km 5, aunque yo no cogí agua, pude apreciarlas dificultades que tuvieron mis compañeros de pelotón para tal menester.

Yo salí tranquilo con JuanMa ya que no intentaba hacer marca ni nada por el estilo. Es por eso que nos pusimos algo atrás en la salida junto a Fernando. Esto motivó que tardáramos 45» en cruzar por la alfombra de salida. Fernando salió pitando y luego, bajando por Arcentales, se quedó JuanMa y anduve solo hasta la meta. Algo después del km 5 vi a Angel, al que intenté animar lo más posible (cosa que después me reprochó sobremanera), aflojando el ritmo para que pillara rueda, pero al volver la vista atrás ya no vi ninguna camiseta de MaraTI+D por lo que proseguí a mi ritmo. En el último kilómetro tuve bronca con un espécimen que me dio un codazo después de haberme dado otro bajando Alcalá, lo cual me espoleó para llegar fuerte a meta. Entrando con un tiempo oficial de 45:51.

Desgraciadamente, llegué tarde a la cita del punto de encuentro por no haber calculado bien el tiempo que podía tardar en metro, aunque me alegró encontrarme con gente nueva , ¡nos veremos en las próximas carreras!

También me gustaría dar las gracias a todos aquellos que estuvieron animando a pesar de la mañana tan desagradable que hacía.

XIX Carrera del CSIC

Hoy se ha celebrado la carrera del CSIC. Ayer, justo antes de acostarme me di cuenta de que había olvidado en la empresa los dorsales de la gente a la que tenía que dárselos a la hora de la carrera. Mi mujer se negó rotundamente a madrugar para acercarme en coche, así que me tocó madrugar a mí en exceso y pillar un taxi. Luego metro hasta la Pl. de la República Argentina, donde llegaba a las 9h10′. Había llovido por la noche, pero a esas horas no llovía y la temperatura era buena para mi gusto y para Angel, un poco alta.

Dado el nerviosismo propio de la ocasión, tuve que acercarme rápidamente a los servicios donde pude contemplar con desazón la inmensa cola -de gente- que había para hacer uso de estos inventos. Estando esperando, vi como poco a poco el reloj se acercaba a las 9h30′ e incluso las sobrepasaba. Algo más tarde y después de…, nueva cola -también de gente- para recoger el chip. Curiosamente, todos los quioscos de reparto de chips estaban vacíos menos el que me tocaba a mi.

Afortunadamente, estando en la cola se acercaron Francisco y Javier a los que pudedarles el chip y el dorsal, sin embargo Alberto no apareció por allí. Entregué mi ropa en el guardarropa y trotando me acerqué al punto de encuentro a eso de las 9h45′ y ¡Alberto tampoco estaba! Le estuve esperando con el chip y el dorsal en la mano hasta tres minutos antes de dar la salida, cuando se lo entregué a Javier G. -todos esperamos verte pronto de corto- por si casualmente le veía en estos momentos postreros.

La salida fue verdaderamente horrorosa. Por el asunto de Alberto estaba atrás del todo del pelotón con Mariano con el que había planeado correr sobre los 5’/km. Tardamos sobre 40» en pasar la pancarta de salida y no sé cuántos más en comenzar a correr. Viendo que el pelotón andaba algo pastoso me puse a correr por la acera y en ese momento ya no volví a ver a Mariano hasta la meta. Cerca del km 2 cogí a Angel -que se había parado a atarse la zapatilla- y estuvimos juntos un par de kilómetros o más hasta que con mi ágil zancada le fui dejando atrás poco a poco. Pasé por donde ponía km 5 con 26′ y treinta y tantos segundos, viendo que mi intención de acercarme a los 50′ se aleja bastante. Ya que mi salida fue muy tranquila, aceleré algo el ritmo aunque me parecía difícil cumplir el objetivo (tiempo < 50′). Sin embargo, me pareció que el kilómetro entre el punto donde ponía 6 km y el de 7 km era más corto que los otros. Imagino, que la organización -en su infinita sabiduría-, sabiendo que la primera parte era más fácil que la segunda, puso en aquella los kilómetros más largos y en la segunda, más cortos para que el corredor tuviera una sensación subjetiva de igual dificultad durante todo el recorrido. Pues eso, al final llegué a meta sorprendentemente con un tiempo oficial de 49:27 en una distancia aproximada de 10,4 km.

Es una carrera bastante sosa de animación, pero los acompañantes de MaraTI+D se portaron extraordinariamente animando al personal. Gracias a todos.

No hubo ningún problema en la línea de llegada gracias a los chips. La devolución de chips se hizo fácilmente a cambio de una bolsa con una camiseta y una botella de agua. Había un quiosco donde daban refrescos. En este aspecto, la cosa estuvo bastante bien. Un buen grupo de compañeros nos quedamos en el césped durante el sorteo, disfrutando un poco del sol que lucía esplendorosamente ayer por la mañana. Lástima que a algunos no se les vió el pelo por ningún sitio.

La organización no estuvo mal del todo. Se libran por poco del cero pelotero en la calificación. Lo peor de todo fue el cambio de recorrido sin avisar de ninguna manera de que la carrera no eran 10 km. La salida también es un poco desastrosa: un enorme grupo (80% al menos de la totalidad) estaban por delante de la pancarta de salida. Lo demás más o menos correcto, aunque pecaron de racanería, ya que que 8 servicios para 2000 tíos o más era un número ciertamente escaso como se demostró con las enormes colas que se formaban delante de estos habitá-culos.

X Carrera popular la melonera

Esta tarde se ha celebrado la tan nombrada carrera conocida como La Melonera. Después de un verano de poco entrenamiento y un poco fastidiado por las lesiones, me dispuse a tomar la salida dispuesto a sufrir un poco por las calles de Legazpi y Arganzuela. Hacía bastante calor a esas horas, lo cual era un mal presagio para lo que sucedió después.

Foto de equipo Melonera 1999
Foto de equipo Melonera 1999

Durante toda la carrera, marché a ritmo relajado un poco temeroso por la lesión y atenazado por mi falta de forma (sobre todo). El avituallamiento cerca del km 7 fue un fiasco, la gente de la organización (A. D. Marathon) no daba a basto para llenar vasos de agua. Sí, sí, ¡¡vasos!! Nada de botellas, ni tetra brik, esas son cosas modernas que sólo utilizan en el 99% de las otras carreras. Si el avituallamiento fue malo, la meta fue el mayor caos que he visto nunca. La jugada consistía en encerrar a todos los participantes (5000 según la organización) en un corralillo en forma de L situado entre el edificio de la sede de la Junta Municipal y la tapia que delimitaba la zona. No había posibilidad de volver hacia atrás. Miles de personas clamaban como desesperados, deseando echarse un trago al coleto. Cuando conseguí alcanzar la barra, el miembro de la organización me sirvió un vaso VACÍO diciéndome que no había ningún tipo de refresco, pero que más adelante daban una bolsa con agua. Un poco antes hubo un inicio de tumulto: algunos exaltados tiraron las vallas que había colocado Poca-Cola. Por allí, dentro de la barra, vi colarse hábilmente a algunos corredores.

Pasando la esquina de la L del corralillo, había otra barra donde a cambio del dorsal te entregaban (supuestamente) una bolsa con una camiseta y una botellita de agua. Yo sólo conseguí la camiseta, la cual encesté de un gran tiro de tres puntos en el contenedor de basura más cercano. Había otra barra más, enfrente de la otra, donde me acerqué desesperado buscando agua o algo similar. De nuevo mi búsqueda fue infructuosa. Curiosamente, lo único que podía haber conseguido es la
consabida raja de melón que desprecié por considerar que ya estaba bien de burlas.

Al poco vi una cámara de televisión entrevistando a un atleta, me puse a despotricar sobre la carrera y uno de los entrevistadores se me acercó y me rogó que me callara, consejo que desatendí con mucho gusto.

Algo después vi al grupo de maratidianos donde Antonio el coletas me ofreció su botellita, al que di un par de tragos, increiblemente ¡ya no tenía sed! El único punto positivo que puedo achacar a la organización fue que aunque perdí el número que identificaba mi mochila dejada en el guardarrropa, ésta me fue devuelta al identificar los objetos que había dentro de ella.

Considero humillante el trato sufrido por los corredores después de la meta al negárseles lo más básico después de un ejercicio: el agua. Sobre todo después del calor que hizo el sábado. Al contrario que algunos que consideran la gratuidad como eximente de culpa, yo considero que si algo no puedes hacerlo, no lo hagas. O si lo haces, se me ocurre que al hacer la inscripción se indique claramente en el resguardo y en letras grandes: CADA CORREDOR DEBE DE LLEVAR EL AGUA QUE CONSIDERE OPORTUNO NECESITE DURANTE Y DESPUÉS DE LA CARRERA. En la maratón de las Arenas, que se celebra en el desierto, así son las cosas y nadie protesta por eso.

Otro punto negativo más: el reloj marcaba 30 segundos menos de los que realmente hice, ¿cómo es eso posible?

¡Ah! Se me olvidaba. Mi reloj marcó 59:01 cuando pasé por el arco de meta. La distancia de esta carrera se supone fue de 10,920 km.

IX Cross de los tres refugios

El día empezó muy temprano: a las seis, arriba. Mi amigo Parra me esperaba en la puerta de casa y con él, viajecito en coche hasta Ventas y pasados unos minutos de las siete y cuarto, viajecito en autobús hasta el parking de Canto Cochino en la Pedriza, donde llegamos sobre las ocho. Resultaba curioso comprobar la cara de alucine de algunos pibes que estaban durmiendo por allí y de repente se despertaban rodeados de gente que se estaba cambiando de ropa. Manolo y Liborio llegaron algo después, más tarde apareció Fernando con su cuñado y mucho más tarde llegaron Angel, Bienve y los amigos de éste.

A eso de las nueve, paseo hasta el Refugio Giner -situado a media hora andando- y una vez allí esperar unos minutillos para comenzar la salida. Podía verse bastante gente esperando en la pradera, bastante más de los 150 que indicaba la organización como número máximo. Está claro que cuanto más gente hubiera, más pasta para el bolsillo. Poderoso caballero es don Dinero.

Un señor se subió a un roca, explicó brevemente el recorrido de la carrera y algo más y dio la salida. Una pequeña bajadita y enseguida comenzó la subida al collado Cabrón. Empecé a subir a buen ritmo intentando seguir a Liborio, pero enseguida el amigo con el que iba me dijo que tranqui, que todavía quedaba mucho. Subimos y bajamos tranquilamente el citado collado y al poco llegamos al primer control y avituallamiento: Charca Verde, donde fuimos obsequiados con un vaso de agua. La carrera continuaba por una zona más o menos llana hasta llegar a las escaleras, donde se cogía una senda que ascendía hasta el collado de los Pastores donde estaba situado el segundo control. Esta senda era bastante estrecha y en algunos puntos de fuerte pendiente, también estaba aderezada con graciosas jaras y ramas que arañaban las piernas, brazos e, incluso, cabeza. Este segundo avituallamiento ya constaba de agua, líquido isotónico -se supone- y trozos de naranja.

Después de este control, la carrera transcurría por una pradera, en una garganta, muy cerca del rio. Esta zona aunque era cuesta arriba permitía correr prácticamente de contínuo -cosa que no hice- aunque con el riesgo de meter la pata en los múltiples charcos. Cuando la garganta giraba hacia la izquierda y se divisaban las antenas de la Bola, la pendiente se tornaba brutal y comenzaba la subida más fuerte de todas, se podía ver un rosario de corredores tanto por delante como por detrás. Arriba, en Bola, hacía bastante aire y frío y el avituallamiento era algo mejor que los anteriores, aparecía el chocolate, la sandía y los ¡quicos! Allí me papeé un gran trozo de sandía que me sentó como un rayo kilómetros después.

Con un viento infernal, se bajaba hasta Navacerrada por una carretera asfaltada donde se podía acortar en bastantes tramos y en pocos minutos ya estábamos allí. Los últimos metros de esta bajada, por una pista de esquí eran realmente peligrosos, ya que había unas redes prácticamente invisibles donde el riesgo de tropezarte era enorme. Al llegar al paso de cebra, se cruzaba la carretera y se bajaba unos cuantos metros hasta el Albergue de Navacerrada donde existía otro puesto de avituallamiento.

La subida al Telégrafo era corta pero muy empinada. La bajada de esta pista también era muy peligrosa por las susodichas redes. Al final empalmaba con el camino Smith, un sitio lleno de raíces aunque muy agradable porque con la enorme cantidad de árboles que tenía, no se notaba el calor, que había hecho furor en las zonas anteriores. Calculé, aproximadamente, que la cantidad de gente que transitaba dicho camino era inversamente proporcional a las fuerzas que me quedaban y aunque hice todo el camino corriendo, parecía que el final no llegaba nunca.

Empecé a sentir ciertas molestias en el vientre. Una corta subidita final y ya estábamos en la Fuenfría, donde estaba situado otro control y nos ofrecieron un vasito de agua.

Ya sólo quedaba la bajada por la calzada romana hasta el Chalet de Peñalara, sin lugar a dudas, el tramos más complicado de toda la carrera. Ya Fernando había advertido de la dificultad de este tramo, pero la realidad era verdaderamente inimaginable. Aquello era un pedregal donde había que mirar muy bien donde plantar el pie. Cuando ya quedaban sólo 500 m para alcanzar la meta -cosa que yo no sabía- el dolor de vientre se convirtió en fuertes retortijones y me tuve que parar en el primer seto que encontré, donde alivié mis dolores. Unos cuantos miles de piedras más y llegué a la meta junto a mi amigo con un tiempo de 3:27:19.

Ya había llegado mucha gente por lo que el agua se había acabado, sólo quedaban algunas botellitas de «no sé qué» y algún que otro bote de Acuarius. Eso sí, había pasas de todas las formas y colores. Para beber te recomendaban la fuente por la que salía un triste chorro, por lo que beber un trago de agua se convertía en una prueba de paciencia.

Al poco nos hicimos una foto todos los miembros de MaraTI+D y cuando ya me disponía a bajar a Cercedilla donde estaba el coche, de nuevo una visita a los matojos. En el camino y antes de llegar al coche, tres nuevas visitas más y ya, un poco antes de llegar, vómito completo que me dejó, afortunadamente, nuevo. Creo que la sandía me sentó mal, o se cumplió, en este caso, la definición de Angel: «Carreras de Montaña: en el oído de algunos maratidianos actúa como diarreico, quizás debían probarlas para curarse.» Después, ya recuperado, estuvimos comiendo en una pradera, cerca de un arroyuelo y a las cinco, vuelta a Madrid.

tres-refugios-1999
Foto de equipo después de terminar la prueba

La carrera es dura como ya advirtió Fernando el pasado año, sin embargo no es exageradamente dura. Si te lo tomas con tranquilidad y tienes buena forma física, puedes correr y disfrutar del paisaje. Era mi segunda carrera de montaña y la carrera de Sierra Norte, allá en Octubre, me pareció más dura que ésta.

Lo que me pareció peor de todo fue el precio. Me parece exagerado cobrar 2500 pelas por esta carrera. Yo imaginaba jamón de pata negra o algo similar en los avituallamientos, pero no. Y encima, en la meta les faltó hasta el agua. Algo verdaderamente imperdonable, mas cuando nos habíamos cruzado con cientos de arroyelos durante la carrera. Pero ya se sabe, es la ley de la oferta y la demanda. Este año, suben un 50% y las inscripciones se duplican, verdaderamente increíble. ¿Realmente los corredores estamos bien de la cabeza?