Aún no me había recuperado

He salido con un chaval que conozco a hacer unos kilómetros en Parque Sur. Suelo hacer tres vueltas de tres kilómetros cada vuelta. Le comentaba al chico de hacer una primera de calentamiento, la siguiente rondando los cinco minutos por kilómetro y una tercera vuelta tratando de mejorar esos cinco minutos.

La primera bien… Como hemos ido muy tranquilos. En la segunda nos hemos puesto al ritmo objetivo y en la tercera, menos mal que el chaval no ha querido seguir porque yo tenía las piernas muy cansadas. No había conseguido recuperarlas de ese par de series de poca monta que había hecho el jueves. Debe ser verdad eso que dicen de que con los años va costando más recuperar.

Aunque el chico sólo hizo dos vueltas, yo continué e hice una más totalizando 9 km en un tiempo de 45:44 @ 5:05 min/km.

Antes de salir a correr me pesé y la báscula marcaba 69,1 kg que lo puedo dar por bueno, pero no consigo bajar a 68 que es mi objetivo a corto plazo.

Probándome un poco

Hoy no he podido quedar con los compañeros pradolongueros en el punto de encuentro a la hora prevista. Tenía que asistir a un evento en el Parque Lineal y no sabía cuando podría ponerme a correr. Al final el asunto ha acabado antes de lo previsto; sin embargo era demasiado tarde para subir a Pradolongo y, por lo tanto, he corrido por el Parque Lineal.

He salido a las ocho y aunque hacía calor, tampoco era exagerado, rondaría la temperatura por los treinta grados. Tres kilómetros de calentamiento y mientras los hacía se me ha pasado por la cabeza hacer unas series para ver cómo están las piernas. Y lo que se me ha ocurrido es hacer dos dos miles a ritmo umbral. Como no sé el ritmo umbral, he pensado hacerlo a 4:15 el kilómetro o lo que es lo mismo, 8:30 el dos mil.

Así que pasados esos tres kilómetros de calentamiento, me he puesto en marcha. Primer kilómetro en 4:15 -perfecto- pero el segundo se me ha ido a 4:25. Mal. Después un kilómetro de recuperación y luego otros dos kilómetros a umbral. El primero a 4:08 y el segundo a 4:22. Clavados los 8:30, aunque el primero me haya salido más rápido.

He ido probando si era mejor ir dando zancadas largas o zancadas cortas y rápidas. Las largas en el primer dos mil y cortas en el segundo. Y creo que me he encontrado mejor con las zancadas cortas, pero tiene la pega de que tengo que ir muy concentrado y parece que me canso más.

En total han sido 11 km en 55:38 @ 5:03 min/km.

¿Un nuevo pradolonguero?

Hace unos días se puso en contacto conmigo a través del blog un individuo. Le comenté que los martes y los jueves nos puede encontrar en el punto de encuentro a las 19:30 en verano y media hora en invierno.

Hoy se ha presentado allí puntual… Y no como yo. Estaba hablando con Ninfa, Joaquín y Ángel, así que hoy nos hemos juntado cinco en Pradolongo, algo casi inaudito en estos últimos tiempos.

Hacía un calor de mil diablos, treinta y cinco grados según indica la actividad de Garmin, por lo que no era un día muy indicado para correr. Aún así nos hemos puesto en marcha como campeones.

Hemos salido tranquilos, pero al nuevo le costaba. Yo creo que más por el calor que por otra cosa. El caso es que a poco de terminar esa primera vuelta se ha quedado y Ángel con él.

En la segunda vuelta hemos apretado un poco, incrementando el ritmo kilómetro a kilómetro: 4:56, 4:35, 4:16 y 4:06. Bastante rápido para el calor que hacía, la verdad; sin embargo, no me ha costado demasiado, me estoy encontrando muy bien estos últimos días.

En total han sido 9,6 km aunque el Garmin lo puse un kilómetro después. De tal modo que esos 8,6 km los he recorrido en un tiempo de 44:16 @ 5:06 min/km.

Noticia muy triste

Hoy he ido con una amiga entrenar a Parque Sur, con la idea de hacer unas cuestas. Pero tampoco muchas, todo hay que decirlo. Hemos dado una vuelta de calentamiento y tras subir la primera cuesta nos hemos encontrado con otra amiga. La pobre estaba hecha polvo, nos ha contado que se ha separado de su marido, ¡qué noticia tan triste!

En total han sido siete cuestas y tampoco subidas al 100%, siempre dejando algo. Lo bueno es que al ser pronto no hacía una temperatura muy elevada y se llevaba bien esto de subir cuestas. En total han sido 9,2 km en un tiempo de 52:22 @ 5:40.

Antes de salir me subí a la báscula y marcaba 69 kilos exactos. Lo cual no está nada mal después de un mes de junio de poco entrenamiento.

XXXIX Carrera Fraudulenta Toledo-Polígono

He participado por segunda en esta clásica carrera toledana que ya va por la 39ª edición. Y remarco lo de la edición porque aún siendo una carrera tan longeva, la organización me ha parecido tan mala como si de una primera edición se tratase.

Hace dos años participé con una amiga y nos inscribimos como pareja mixta. Este año hicimos lo mismo y nos dieron un bonito dorsal con el número en color rojo. En nuestro caso, nos tocó el número 544. Remarco lo del color rojo porque era la manera de distinguir si un corredor corría en la categoría de pareja con los que no, que llevaban un dorsal con el número en negro.

toledo-poligono-2016
Con la Puerta de Bisagra al fondo, luciendo nuestras bonitas camisetas de la carrera del Zofío

Recogimos el dorsal en un lugar recóndito que nos costó encontrar y faltando media hora estábamos calentando por la zona de salida. Comenzó la carrera, subimos hacia Zocodover, bajamos por una cuesta muy empinada, cruzamos el Tajo por el puente de Alcántara, enfilamos el Paseo de la Rosa, subimos una cuesta bastante larga por un camino, cruzamos la A-42 por un puente y bajamos una cuesta donde mi cronómetro marcó el meridiano de la carrera.

Fue en ese punto donde nos pasó una pareja del toledano equipo Training Rey. Obsérvese que recalco toledano. Miré de reojillo los dorsales de la pareja y vi que eran de color negro. ¡Qué bien! pensé, menos mal que no eran pareja, con lo deprisa que iban nos hubiera sido imposible alcanzarlos.

Seguimos por la carretera que lleva al barrio del Polígono. Llegamos al kilómetro seis, pasamos por el centro comercial La luz del Tajo, encontrando por esa zona ¡¡¡la carretera abierta al tráfico!!! aunque separados por conos, eso sí. Llegamos al colosal hospital -aún en construcción- que ocupa una parcela de más de un kilómetro de largo. Lo pasamos y poco después ya estábamos en el último kilómetro, por supuesto sin señalizar como todos los anteriores y como todo el trayecto.

Según íbamos acercándonos al final iba viendo que una pareja iba por delante. No sabía si corrían como pareja o no, aunque algo sospechaba. Al llegar a un glorieta, el circuito es cuesta abajo por la calle Río Guadarrama. En esa calle se hace un giro de ciento ochenta grados y se vuelve a subir para afrontar la recta de meta. En ese giro vi que la pareja llevaba un dorsal con números en rojo. Invité a mi pareja a que acelerase para ver si los podíamos adelantar, pero no pudo ser. Entramos en meta con un tiempo de 49:20 a cuatro segundos de la otra pareja.

Después de atravesar la línea de meta fuimos a tomar una botella de agua, que la temperatura andaba por encima de los treinta grados, y nos encontramos con una cola enorme que apenas avanzaba. Luego había otra cola para recoger la camiseta y luego había otra cola más si querías degustar una cerveza artesanal en una barra que habían montado por ahí. Después de tirarnos casi media hora entre unas cosas y otras fuimos a ver la clasificación. Allí vimos que aparecíamos como tercera pareja mixta clasificada. Me puse muy contento, ya que no suelo subir al podio casi nunca.

Estuvimos esperando otro rato más para la entrega de premios, que fue también un desastre, y cuando llegó nuestra hora no escuchamos nuestros nombres. Subí rápidamente a hablar con la speaker y me dijo que le habían dado un papel donde aparecía a boli el nombre de la otra pareja. Busqué a alguien de la organización y me dijo que habían revisado el vídeo y habían visto que había una pareja que había llegado antes. Me pareció muy raro, pero pensé que se habían equivocado simplemente.

La sorpresa vino cuando vi que subía al cajón la pareja que nos había adelantado con los dorsales de color negro, es decir, aquella pareja que no corría como pareja. Protesté de nuevo al organizador y me dijo que él no sabía nada, que si la pareja había llamado antes por teléfono al organizador, que si pitos, que si flautas. En fin, llegué a la conclusión de que el equipo Training Rey es de Toledo y que hacen y deshacen a su antojo, pudiendo elegir la categoría según les conviene.

Me pareció lamentable que consiguieran de esa manera fraudulenta un puesto en el cajón.

Si alguna vez no me encontráis no hace falta que me busquéis aquí, seguro que no estoy.

XXX Trofeo San Antonio de la Florida

Todo sea por repartir octavillas. Eso fue lo que pensé días antes y lo que me llevó a apuntarme a esta carrera en la que nunca había participado. Este año la inscripción era gratuita y encima el cronometraje era con chip. Todo un lujo.

La carrera comenzaba a las nueve de la mañana en el Paseo de Camoens, allí donde tiene la meta la Carrera de la Mujer y está situado el kilómetro 22 ó 23 de la Maratón de Madrid, así que tocaba madrugar el domingo también.

Aparcamos el coche justo detrás del Templo de Debod y desde allí fuimos dando un agradable paseo hasta la salida. El Parque del Oeste estaba precioso con las últimas lluvias caídas.

Llegamos con media hora de antelación, recogimos el dorsal sin hacer apenas cola, dejamos la mochila en el guardarropa y estuvimos calentando y estirando antes de que comenzase la carrera y a las nueve en punto dieron la salida a un pelotón de unos quinientos, así calculado a ojo.

Se podía hacer la prueba de 5 km o la de 10 km. Como el día anterior, elegí la corta para tener más tiempo para repartir octavillas. Salí deprisa pero sin matarme tampoco que tenía las piernas cansadas del día anterior; sin embargo, según iban pasando los metros notaba que iba mejor, que las piernas molestaban menos.

En la larga recta del Paseo de la Florida y Avenida de Valladolid me encontré francamente bien y aceleré el ritmo lo que pude, aunque tratando de guardar algo de fuerzas porque el final era duro.

Efectivamente, cuando llegamos al Puente de los Franceses comienza una subida imponente de unos ochocientos metros que en la maratón mola porque es bajada, pero en esta carrera, que es al revés, como dice el inefable Perico es larga pero dura.

Ahí agaché la cabeza y traté de no perder mucho ritmo y la verdad es que no subí mal del todo, mejor de lo que yo pensaba. Llegando al punto más alto de la carrera -a falta de cuatrocientos metros- me crucé con Jovita, que ganó en la categoría femenina de la prueba de 5 km, y pensé, pues no lo he hecho tan mal.

Llegué arriba y aceleré en la cuesta abajo y en el pequeño repecho donde estaba instalada la línea de meta, llegando con un tiempo oficial de 21:07.

Cogí una botella de agua y me dirigí rápidamente a por la mochila donde guardaba las octavillas. Comencé a repartirlas a los corredores que iban llegando y luego cuando llegó mi amiga me ayudó a repartir. Al final conseguimos deshacernos de todas las que trajimos. Confiemos en que sirvan para que se apunte mucha gente a esa gran carrera que es la Carrera Popular Barrio del Zofío.

trofeo-san-antonio-2016-octavillas
Repartiendo octavillas en la meta del Trofeo San Antonio de la Florida

Una carrera magnífica: gratuita, con chip y al finalizar una botella de agua, ¿para qué se necesita más? Trataré de repetir todos los años que pueda.

VII Carrera Popular la Cabrera

Hoy he participado por primera vez en la Carrera Popular la Cabrera organizada por el club Trisquel Team. Y debo reconocer que la carrera me ha gustado y eso que he corrido la prueba de 5 km, que si hubiese corrido la de 15 km seguro que me hubiese gustado más…

Llegué a esta carrera por casualidad. La semana que viene es la carrera del barrio y había que dar el último empujón a las inscripciones llevando octavillas a todas las carreras que pudiéramos. Mirando en el calendario de carreras populares vi que el sábado se celebraba esta carrera y el domingo otro par de ellas. El domingo nos dividimos para ir a dos y el sábado decidí que bien podría ir a ésta.

El problema es que se me pasó el plazo de inscripción, ya que pensaba que cerraban el jueves a las 23:59 y resulta que cerraban el mismo día pero a las 20:00. Les escribí un correo y tuvieron la gentileza de apuntarme, aunque me advirtieron que quizás no habría camiseta. No hay problema, ya que tengo un serio problema de exceso de camisetas.

Quedé con una amiga para acercarnos hasta allí. La Cabrera está como a cincuenta minutos en coche y como comenzaba a las diez, tampoco es que hubiese que darse un madrugón brutal. A las siete ya estaba arriba y poco más tarde de las ocho ya estaba sacando el coche. Sobre las nueve llegamos allí, aparcamos cerca de la plaza donde estaba instalada la salida y la meta y recogimos los dorsales pagando los cinco euros que costaban.

Tuvimos tiempo de hacer nuestras necesidades, de calentar, de estirarnos y a las diez en punto dieron la salida, en la que salimos juntos los de la prueba corta y la prueba larga. Juntando todos, no sé si llegaríamos a la centena de corredores.

Había visto el perfil en wilkiloc y no parecía que el recorrido fuese excesivamente complicado. Se veían algunas cuestas, pero el desnivel acumulado no era nada del otro mundo. De hecho, etiquetaban la prueba con un dificultad técnica fácil.

La carrera sale por las calles de la localidad, por asfalto, y ya en el primer kilómetro hay una bonita cuesta, pero muy corta. Notaba que las piernas no estaban muy sueltas, todavía andaban algo cansadas de Cuenca, pero me decía que eran sólo cinco kilómetros, que eso se pasaba enseguida. El primer kilómetro lo hice en 4:05 lo cual no está nada mal, ya que hace tiempo que no voy tan rápido.

Pasado ese primer kilómetro, todavía por asfalto, empezaba la segunda cuesta de la jornada. Unos trescientos metros de subida que provocaban que la respiración se agitase y que las piernas empezasen a cansarse. Después un terreno llano hasta llegar al comienzo de un camino donde de nuevo la prueba se ponía cuesta arriba. Hice 4:33 en ese kilómetro y lo di por bueno, por muy bueno.

Había notado que en las subidas un individuo de camiseta naranja me adelantaba, pero luego me ponía yo por delante. Y así fuimos un buen rato. La verdad es que no era sencillo saber cual era el camino que había que coger porque aunque estaba señalizado, nunca tiene uno la certeza de haber elegido el camino correcto. De hecho, la amiga con la que vine hizo cuatrocientos metros más porque alguno de los que iban delante se confundió y todos los demás le siguieron.

Como no había muchos participantes, íbamos bastante separados unos de otros, así que la jugada consistía en no perder de vista al que iba delante para no tener que buscar luego el camino correcto, por lo que me tocaba acelerar más de lo que hubiese querido, sacándome esos acelerones de la zona de confort en la que me hubiese gustado ir.

El tercer kilómetro era un diente de sierra. Comenzaba con una cuesta abajo, luego una buena cuesta arriba y acababa con otra cuesta abajo. Prácticamente ni un metro llano en este tramo. Me salió a 4:10 que también me pareció francamente bien.

El cuarto kilómetro comienza con una cuesta arriba de las de verdad. Bastante empinada y larga. Es la que llaman calle de la subida al convento. Menos mal que no hay que llegar hasta el convento, porque entonces hubiera sido de aúpa. A los cuatrocientos metros de subida había que desviarse a la izquierda y comenzaba un camino más o menos llano, que servía para coger un poco de aire y tratar de bajar las pulsaciones. En esta cuesta me adelantó el de la camiseta naranja y me sacó un buen tramo que luego me resultó imposible de rebajar.

Después de llanear un poco se llegaba al cuarto kilómetro, que pasé en 4:46, y comenzaba una bajada, con algún falso llano, que llevaba a las afueras del pueblo de La Cabrera. Se trataba, sin lugar a dudas, del terreno más cómodo de toda la prueba. Dura el terreno favorable unos setecientos metros y luego el terreno es más o menos llano hasta meta. Esta bajada ayuda a maquillar un poco el tiempo perdido en esa dura subida al convento.

Según el GPS la vuelta es de algo más de cinco kilómetros, así que ese hito kilométrico estaba antes de la llegada. Hice ese kilómetro en un tiempo de 4:21 y poco después llegué a la calle de Las Matas que prácticamente desemboca en la plaza donde está situada la llegada. Atravesé la línea de meta con un tiempo oficial de 22:56 y me di cuenta de que había pocos corredores en la plaza, que casi todos seguían para hacer la de quince kilómetros, la de verdad. Poco después llegó mi amiga y supuse que se llevaría algún premio porque sólo una chica había llegado a meta. Curiosamente su GPS marcaba 400 metros más que el mío. Luego descubrimos que ¡¡¡se había perdido durante la prueba!!!

Estuvimos tomando algo de agua, un refresco y unos frutos secos y decidimos ir por el circuito por donde estaban llegando los de 15 km para animar al personal. Nos dimos cuenta que el último kilómetro y medio o algo más es muy duro porque es todo cuesta arriba. Vimos que la gente llegaba muy cansada por el kilometraje, por el desnivel y por el terrible calor que hacía.

Esperando que nombraran a mi compañera para que subiera al podio me llamaron a mí como segundo veterano de la carrera de cinco, así que subí al cajón más contento que unas castañuelas, como atestigua la foto…

podium-la-cabrera_p
En el podio de la carrera, alucinando todavía

Lo curioso es que al final no hice a lo que iba, que era repartir octavillas. Como no tenía demasiadas pensé que era mejor gastar ese último cartucho en el Trofeo San Antonio de la Florida a celebrar el día siguiente.

Carrera Popular Barrio del Zofío

Queda poco más de una semana para el 19 de junio, fecha en la que se celebrará la XV edición de la Carrera Popular Barrio del Zofío, organizada por la Asociación de Vecinos del mismo barrio, con la cual colaboro para sacar esta carrera adelante.

Os animo a todos a participar. Es un preciosa carrera hecha por corredores para corredores. Hay carreras para niños y adultos. Los adultos pueden elegir entre 5 km y 10 km. Las inscripciones pueden hacerse de forma presencial en la Asociación de Vecinos en la calle Ricardo Beltrán y Rózpide, 5 (teléfono 914693566); en la óptica TuMirada, en la Avda. Rafaela Ibarra, 40 (teléfono 914606935) y en el Herbolario dBambú, Avda. Rafaela Ibarra, 42. Las inscripciones para las pruebas de 5 y 10 km se pueden hacer por internet en Ticket Run o en Evedeport.

cartel-carrera-zofio-2016

Web de la carrera: https://carreradelzofio.wordpress.com

XXIX Carrera popular hoz del Huécar

Hoy he participado en esta carrera en la que tenía muchas ganas de participar, ya que todo el mundo me había hablado maravillas de ella. La idea era también la de intentar traerse un jamón, que se lo daban a los quince equipos más numerosos.

Estuve tratando de reclutar el mayor número posible de gente, pero al final sólo fuimos siete, así que nos quedamos sin jamón 🙁

La carrera es en Cuenca, así que tocó madrugar el domingo. A las seis arriba porque habíamos quedado con Emilio a las 6:50 y, por supuesto, llegamos tarde…

Llegamos a la ciudad de las casas colgadas a eso de las 8:30, una hora antes de comienzo, y ya Joaquín nos había recogido los dorsales, así que nos dio tiempo a aparcar el coche con tranquilidad, a hacer nuestras necesidades y a calentar por el bonito parque de San Julián. Sobre las 9:15 estábamos rondando la zona de salida tratando de colocarnos no muy lejos de los primeros. Antes nos hicimos una bonita foto.

huecar-2016-equipo
Foto de equipo

La carrera es dura, bastante dura. Son 15 km que se dividen de la siguiente manera: el primer kilómetro de recorrido es más o menos llano. Luego hay 6 km todos para arriba, pero no son de mucha pendiente -aunque se nota en las piernas- con algún que otro falso llano. Al llegar al kilómetro 7 empieza lo más duro, ya que hasta el 9 son dos kilómetros con una pendiente considerable. Poco después del kilómetro 9 y hasta el 12 son kilómetros de sube y baja y desde el 12 comienza una bajada bastante pronunciada sobre adoquín. Poco antes del 15 acaba la bajada y sólo queda un terreno llano para alcanzar la meta.

huecar-2016-comienzo
En los primeros kilómetros, foto cortersía de la organización

Tenía mucho respeto a esta carrera porque todo el mundo me había dicho que era muy dura y doy fe de que sí. Salí con un compañero de entrenamientos y nos mantuvimos juntos hasta el kilómetro cinco. Ahí aceleró un poco y yo después de pensar si apretar o seguir al mismo ritmo opté por la segunda opción, ya que me daba miedo lo que quedaba.

Subí más o menos decentemente hasta el kilómetro siete y en ese punto que comenzaba lo más duro traté simplemente de mantener un ritmo más o menos decente. Cuando acabó la subida dura, ya iba algo cascado, pero mantenía la distancia más o menos con mi compañero, que no me sacaba más de veinte metros; sin embargo, veía que me iba sacando algo de tiempo en las bajadas de ese terreno rompepiernas.

Llegados al kilómetro 12 cuando empieza la bajada pronunciada empezó a separarse cada vez más y empezaron a adelantarme gente a manadas. Yo bajaba con precaución -por no decir con miedo- y la gente se lanzaba como si no hubiese mañana por esas calles adoquinadas y de gran pendiente. Calculo que me adelantarían entre 20 y 30 corredores en la bajada… Lo que demuestra lo malo que soy bajando.

huecar-2016-bajada
Demostrando mi mal bajar, foto cortesía de Juan Pérez

Traté de acelerar cuando llegaron los últimos 300 metros llanos y conseguí llegar a meta con un tiempo oficial de 1:08:14. Un tiempo superior a lo previsto, pero me doy con un canto en los dientes ya que se trata de una carrera que es totalmente lo opuesto a mi carrera «ideal». El único consuelo es pensar que el entorno es muy bonito y realmente merece la pena conocer la carrera, aunque sea una única vez.

Después de la carrera fuimos a ducharnos y luego volvimos a la plaza de España donde estuvimos esperando que Emilio recibiera su detalle, que la organización ofrecía a los mayores de sesenta años. Después de «aguantar» toda la entrega de premios Emilio subió junto a unos cuantos más al escenario para recibir una botella de vino.

huecar-2016-emilio-podium
Emilio en el podio recogiendo su detalle

Luego llegó el momento más esperado de la jornada: fuimos a tomarnos una cerveza a hidratarnos, que la mañana era calurosísima.

General y soldado

Siempre se dice que la cabeza es muy importante para afrontar con éxito una maratón. Por supuesto que estoy de acuerdo con eso, pero no hay que olvidar que las piernas también juegan un papel muy, pero que muy, importante.

Curiosamente hoy he leído una entrevista que hacían al Haile Gebrselassie donde hablaba de muchas cosas y una de ellas era sobre este tema. La pregunta era: ¿Es más importante la cabeza que las piernas?

Y la respuesta: Al cincuenta por ciento. Para ganar una batalla hace falta un soldado y un general. El general es la mente, la inteligencia, la planificación, la estrategia y la determinación. El soldado es la parte física, las piernas. Si uno de los dos falla, no hay manera de vencer.

Estoy totalmente de acuerdo con este grande del atletismo.

Un día 26 de abril, como hoy, pero del año 1987 participé en mi primera maratón. Fue también en Madrid y entonces no sospechaba que iba a hacer unas cuantas más. Por lo tanto, el año que viene se celebrarán treinta años de esa primera maratón y la mejor manera de celebrarlo es… corriendo otra maratón. Espero tener salud para hacerlo.

Hoy hemos salido también a correr, lo cual es una cosa muy extraña, ya que son tres días seguidos corriendo, pero es una buena manera de recuperar las piernas. La verdad es que hoy estaban casi bien, pero cuando iba llegando a los siete kilómetros previstos me iba molestando, como ayer, de nuevo el tendón de aquiles izquierdo. Hoy también hemos ido tranquilamente, ya que hemos hecho esos 7 km en un tiempo de 41:12 @ 5:52 min/km.