Parece sencillo, pero organizar una carrera tiene tela marinera. Y esta vez lo he podido vivir de cerca. A tres meses del comienzo de la carrera tuvimos la primera reunión para ver qué se podía hacer. Desde entonces, cada uno con lo que podía, hemos ido aportando nuestro granito de arena para que se pudiera celebrar la XI edición de la carrera popular barrio del Zofío. Desde que en la primera reunión se fijó la fecha de las prueba, hasta preparar la zona de meta, se ha pasado por un largo camino que es más complicado de lo que puede parecer desde fuera. Y todo hay que agradecérselo a Ángel que ha sido el alma máter de la carrera.
Y visto lo visto, parece que lo hemos hecho bien, ya que todo el mundo ha acabado bastante contento de la prueba. Resulta gratificante hablar con la gente y poder oír palabras elogiosas a la organización. El problema es que este año hemos puesto el listón muy alto y nos va a costar trabajo superarlo, pero habrá que intentarlo el año que viene.
Sobre mi participación en la carrera, hay poco que decir. Debido a la sobrecarga que tuve en el gemelo, incluso había pensado en no participar, sobre todo porque parecía que íbamos a tener pocos voluntarios; sin embargo, al final vino bastante gente y viendo que el gemelo había dejado de darme guerra me di el gustazo de correr, pero la de cinco para acabar antes.
Conseguí convencer a unos cuantos compañeros de MaraTI+D para que viniesen a correr y tuvimos una gran afluencia, como atestigua la foto. Quizás la promesa del jamón jadraqueño y la cerveza post-carrera animó a mucha gente a venir.

Maratidianos en la Carrera del Zofío 2012
Pero no sólo vinieron compañeros de MaraTI+D, también se animaron bastantes pradolongueros. Estos tenían la ventaja de que corrían en casa.

Pradolongueros en la Carrera del Zofío 2012
Salí sin ninguna pretensión y como me vi junto a Joaquín, pues con él estuve toda esa primera vuelta disfrutando sobre todo del paso por el Parque de Pradolongo, donde se podía disfrutar de bastante sombra. Un auténtico placer en un día tan caluroso.

La carrera a su paso por el Parque de Pradolongo
Iba a un ritmo un poco por encima de 4:00 en los tramos más favorables y con bastantes segundos más en los tramos más cuesta arriba. Notaba que en el último mes había hecho poca cosa y ya estaba deseando llegar a meta. Cosa que hice con un tiempo de 21:06 según mi cronómetro. Aunque haya sido yo el que medí el circuito, me he dado cuenta de que faltaba algún que otro metro. Calculo que unos cien en los diez kilómetros.
Después de la carrera, los maratidianos hicimos un segundo ataque al jamón jadraqueño acompañado de cerveza fresca, que nos sentó de maravilla.

Dando buena cuenta del jamón
Como curiosidad, se puede ver en la foto a la ganadora en la categoría femenina: Ángeles Hermida, que mientras el resto del personal se ponía ciego con el jamón y las cervezas, ella estiraba las piernas. Y luego nos preguntamos por qué algunos corren más que otros.
Y para terminar, una foto de la bolsa del corredor para que se vea la abundancia de regalos con los que nos obsequió la organización: camiseta técnica, mochila para portátil, gorra (que no aparece en la foto), caldo Aneto, chocolatina, agua, Gatorade, plátano, chicles Orbit, quesito la vaca que ríe, tiritas, ice power (gel frío que alivia el dolor y la inflamación) y una especie de cereales o algo parecido. ¿Alguien da más? Y todo por seis miserables euros.

Generosa bolsa del corredor
Las fotos las he obtenido de José Carlos y de Emilio. Muchas gracias a ambos.