Demasiado ambicioso

Hoy jueves tocaba día duro. Según los resultado que obtuve en la carrera de Fuensalida, el ritmo T era de 4:04, por lo que me había planteado hacer 5 km a este ritmo. Y me he dado cuenta que 4:04 es un ritmo demasiado fuerte para ser un ritmo T. Creo que voy a seguir entrenando según los datos obtenidos de la carrera proniño, que me parecen más razonables (ritmo de 4:11).

Mientras iba corriendo, tratando de bajar de 4:10, me iba dando cuenta de que tenía que esforzarme demasiado para ser un ritmo umbral. ¿Qué puedo ir a 4:04? Sí, claro que puedo, pero creo que rompo la filosofía de ese tipo de entrenamiento.

También pudiera ser que mi cuerpo no estuviese por algún motivo para muchos trotes, pero me inclino a pensar que el ritmo era demasiado ambicioso.

De nuevo me acompañó Quique. Pensaba que no iba a aguantar tanto tiempo a ese ritmo, pero no sólo aguantó sino que al final se puso a apretar y no fui capaz de seguirle. Está claro que el que tuvo, retuvo. Yo echando los pulmones por la boca y el tío silbando. De todas formas, creo que me ha venido bien porque me ha bajado los humos, que ya me creía Gebreselassie y no dejo de ser un paquete como siempre he sido.

He hecho los cinco kilómetros a un ritmo de 4:10 (seis segundos por encima), que sumado a la primera vuelta de calentamiento y el enfriamiento, totalizan 10,9 km en un tiempo de 54:14.

El ejército de Pancho Villa

Hace unos meses alguien definió nuestro grupo de entrenamiento como el ejército de Pancho Villa porque cada uno iba a su bola. Y hoy desde luego se ha confirmado que así es. A la hora del encuentro, unos ya habían dado dos vueltas, otros habían acabado ya el entrenamiento, otros habían dado una vuelta, total que éramos pocos los que íbamos a dar las dos vueltas de rigor. ¡Eh! que nadie se ofenda, que lo digo en tono jocoso y tampoco es que tenga la menor importancia, cada uno entrena lo que cree que debe entrenar y cuando quiera.

Pradolongueros en el parque de Pradolongo
Pradolongueros en el parque de Pradolongo, cortesía de Emilio II

Estuve con Quique casi todo el entrenamiento y la verdad es que está muy bien. No al nivel de junio/julio, pero le queda poco para alcanzar un buen estado de forma. Ahora que hay un grupo de compañeros que están haciendo kilometradas preparando la maratón de Málaga resulta casi sonrojante hacer sólo 12 km, pero para mí no está mal a estas alturas de temporada. Si al final me decido ir a Sevilla ya tendré tiempo de correr más kilómetros.

Después de una primera vuelta tranquila, fui aumentando el ritmo según iban pasando los kilómetros: 4:55, 4:47 hasta 4:31. Un entrenamiento interesante, parece que ya estoy más recuperado del domingo. El jueves habrá que zumbar un poco. Por cierto, el que está realmente bien -ya lo había dicho hace unos días- es Joaquín. Le veo inmenso.

Y con el entrenamiento de hoy completo cuatro días seguidos corriendo. Cosa rara, la verdad.

¿Recuperación?

Después de la carrera de ayer, aprovechando que hoy es fiesta he salido para hacer unos kilómetros a ritmo relajado para tratar de recuperarme de la carrera. Sin embargo, me he notado bastante cansado después de la carrera y me parece que no he recuperado mucho que digamos.

Hacía un día bastante soleado y daba gusto correr, sobre todo después de la ventolera de ayer. Hemos dado dos vueltas a Pradolongo y Antonio nos ha acompañado un buen trecho. Ya se le va viendo cada vez más fino, unos cuantos entrenamientos más con Juan y afina del todo.

El entrenamiento ha consistido en 10,4 km en 57:25 a un ritmo de 5:30/km. Un buen ritmo «recuperador».

El GPS se ha vuelto loco

Hoy me ha pasado algo que nunca me había ocurrido con el GPS y es que me ha marcado un kilómetro ¡¡¡en poco más de un minuto!!! Se le ha ido la pelota total. No debe ser muy normal, ya que de hecho nunca me había pasado, pero hoy ha ocurrido, vaya si ha ocurrido. Pues ahí queda para la historia, el kilómetro once del entrenamiento lo hice a una velocidad (ni siquiera se puede hablar de ritmos) de 54,4 km/h. Tiembla Usain Bolt.

Como tengo carrera el domingo no quería hacer un entrenamiento demasiado fatigante, pero tampoco quería dejar pasar la oportunidad de hacer algo de «calidad». Así que pensé en hacer unos miles, pero tampoco muchos. Hablando con el Sr. Daniels me comentó que los miles debería hacerlos a 3:50. Así que después de 5 km de calentamiento con Quique empecé a acelerar y clavé ese primer mil en 3:49. El siguiente kilómetro fue de recuperación y me volvió a coger Quique, que decía que había entrenado casi nada, pero está claro que quien tuvo, retuvo. El segundo kilómetro fuerte lo hice en 3:48, también lo clavé. Y el tercer kilómetro después del de recuperación volví a clavarlo: 3:49. Luego después ya empezó el forerunner a hacer de las suyas, menos mal que por lo menos pude hacer lo miles tranquilo.

Tampoco se trataba de machacarme con las series, sólo de hacer ver a mis patas que se puede correr por debajo de cuatro, que vayan aprendiendo cómo. Ya veremos si el domingo soy capaz de ir a un ritmo similar o pego el petardazo.

Rebienvenido quiquerunner

Llevaba un tiempo acordándome de Quique, que le tengo que llamar, que le tengo que llamar… y por unas cosas u otras, se me ha ido pasando. Me ha producido gran alegría verle porque llevaba sin verle ¡¡desde junio!! Ha tenido un problema con una hernia y ya ha sido operado por lo que ya ha empezado a correr. Curiosamente, ayer nos encontramos un grupo donde había tres recién intervenidos: Quique, Andrés y Esteban. Espero la foto de Emilio II para dejar constancia del encuentro.

Lo cierto es que aunque el grupo era numeroso, unos no iban a correr, otros ya habían corrido y sólo comenzamos el entrenamiento cuatro: los dos emilios, Joaquín y un servidor. Y cuando terminó la primera vuelta, los dos emilios desaparecieron.

La idea era correr suave para recuperarme del esfuerzo de la carrera del domingo y pensando en la carrera del próximo domingo. No era cuestión de dejarse las fuerzas en este entreno, por lo que fui controlando en no aumentar el ritmo más allá de 5:00/km. Y vaya si lo hice, terminé el entrenamiento, consistente en una vuelta «vieja» y una vuelta «nueva», con un total de 10,3 km en un tiempo de 55:18 a un ritmo de 5:20/km. Muy tranquilo, tratando de recuperar las patas.

Como curiosidad, decir que hoy hace 25 años de un feliz encuentro.

Víspera carreril

Mañana toca carrera, así que hoy me he hecho un entrenamiento suave, de pocos kilómetros y con unos pequeños progresivos para llevar la sangre a las piernas. Se trata de la primera edición de la carrera proniño que organiza Telefónica para luchar contra el empleo infantil. Una bonita causa sin duda.

Me he despertado pronto y a las ocho ya estaba subido en la báscula, viendo que esta semana el peso anda por 67,7 kg. Ya me parecía irreal lo que pesé la semana pasada. Esto me lo creo más. He vuelto a bajar de la barrera de los sesenta y ocho.

Sólo han sido 5,2 km en un tiempo de 29:29 a un ritmo muy suave de 5:40/km. Genial para no castigar a las piernas para la carrera de mañana.

Joaquín ya va afinando

Hoy tenía pensado hacer cinco kilómetros a ritmo T. Si la semana pasada hice cuatro kilómetros a un ritmo T de 4:15 hoy era cuestión de hacerlo al mismo ritmo, pero un kilómetro más. Sin embargo, se ha pegado Joaquín a mi chepa y he ido un poco más rápido de lo previsto. Han salido los cinco a un ritmo de 4:11, demasiao pal body, el último kilómetro me ha costado.

Esto me hace pensar que quizás debería ser más prudente a la hora de intentar atacar los cuarenta minutos el próximo domingo en la carrera proniño. Quizás sería mejor tratar de hacer un minuto más e ir más tranquilo, que ya habrá tiempo.

El título venía a cuento porque en esos segundos cinco kilómetros Joaquín se ha pegado a mí y no he conseguido despegarle de mi chepa. Le veo realmente bien, enseguida se pone en forma. Al paso que va seguro que termina la maratón de Málaga.

El entrenamiento ha consistido en 5 km de calentamiento, pero a buen ritmo, 5 km a ritmo T (hoy ha sido 4:11) y casi un kilómetro de enfriamiento. Afortunadamente, hacía algo menos frío que el pasado martes.

Hoy he probado una crema calentadora que compré en su época y que no había utilizado y la verdad es que no he visto la utilidad. Cuando he empezado a notar calor es cuando ya había terminado. A lo mejor es que hay que darse la crema mucho antes de empezar y no diez minutos antes como he hecho.

Yo estoy con… La clandestina

Viendo que la maratón de Málaga me queda demasiado pronto y no me veo preparado, había pensado en participar en la maratón de Sevilla o en la de Valencia. Sin embargo, me he enterado a través de Luis que la maratón de Valencia, que se suele celebrar el tercer domingo de febrero, ha sido retrasada por una cacicada del alcalde de la localidad a una fecha indeterminada del mes de noviembre.

Es por eso que a Pepo se le ha ocurrido organizar una maratón en plan festivo ese 20 de febrero. No se trata de una carrera competitiva, sí reivindicativa, es un entrenamiento de 42 kilómetros donde se junta un grupo de amigos, cuantos más mejor. Así ha nacido La clandestina. Trataré de estar allí. En el foro de elatleta.com hay una entrada donde se exponen las razones que han movido a Pepo organizar esta maratón clandestina.

Aparte de todo este asunto de la clandestina, hoy tocaba rodaje de seis kilómetros a 4:30, pero en la primera vuelta han empezado a tirar Joaquín y el hombre radiactivo y he tenido que aguantarme mucho las ganas para no tirar a por ellos e ir más deprisa, ya que en esa primera vuelta no quería ir más deprisa de 5:00. Luego cuando me he puesto a 4:30 ya no he sido capaz de alcanzarles, iban muuuy deprisa. Algún kilómetro que he hecho a 4:30 se me ha hecho algo duro, nada que ver con el ritmo de 4:45 del pasado sábado en los que iba casi silbando.

En total he corrido 12,6 km en un tiempo de 1:01:34 a un ritmo medio de 4:52/km aunque esto último no tenga la menor importancia. Lo que realmente importa son los seis kilómetros que he clavado a 4:30.

Cuando he salido a eso de las siete, todavía hacía sol y la temperatura era agradable, pero cuando el sol se ha ocultado, hacía bastante frío. Habrá que ir pensando en mallas largas porque sentía el frío, sobre todo en las rodillas.

Entre que los días son ya muy cortos y que he hecho algo más que otros días, se me ha hecho de noche y para lo único que ha servido ha sido para ver UNA VEZ MÁS lo mal iluminado que sigue el parque. Habrá que salir con frontal cuando cambien el horario.

Es un placer sentir el sol en la cara

Hoy he salido a las nueve y media y todavía hacía fresquito, calculo que habría cinco o seis grados. Sin embargo, según iban pasando los kilómetros, el sol se iba alzando en el cielo y los rayos de sol me calentaban la cara, sintiendo un inconmensurable placer.

Me he levantado cansado todavía de la carrera de ayer. No habían transcurrido ni quince horas del último entreno cuando me ponía de nuevo en marcha, con sólo una raja de melón en el estómago. Estaba no sólo cansado, sino vacío, por lo que sospechaba que el entrenamiento se me iba a hacer duro, sobre todo porque pensaba hacer una buena tirada.

Y vaya si se me ha hecho duro, principalmente la primera vuelta que notaba las piernas muy cansadas. Luego he ido cogiendo un ritmo más o menos decente y parece que la cosa ha mejorado, pero me seguía costando.

Cuando me faltaban unos cuatro kilómetros para terminar me he encontrado con Macu y charla que te charla esos últimos kilómetros se me han hecho más llevaderos.

He totalizado 17,3 km en 1:33:52 a un ritmo de 5:24 y ha sido un buen entrenamiento… si estuviese preparando una maratón, que todavía no me he decidido. La descarga de combustible de ayer, el cansancio en las piernas y el largo kilometraje lo hace ideal para un entrenamiento maratoniano de fin de semana.

Ayer no me pude pesar, por lo que lo hice hoy al levantarme. La báscula marcaba 67,2 kg, número que no tengo que tener muy en cuenta ya que el día antes había entrenado. Al venir de entrenar volví a subirme a la báscula y el peso era de 66,3 kg ¡¡¡desde que no veía ese par de seises!!!

Buscando el ritmo T

El pasado jueves comentaba que según las tablas de Daniels del mes de enero, el ritmo T era de 4:10. Como ya ha pasado bastante tiempo y el estado de forma ha cambiado, ahora estoy buscando mi ritmo T. Si la semana pasada probé con 4:20 hoy he probado con 4:15.

He hecho cinco kilómetros de calentamiento y los siguientes cuatro al posible ritmo T: 4:11, 4:17, 4:17 y 4:09. Cuando iba por el segundo kilómetro iba algo obligado, pensaba que era demasiado rápido para ser un ritmo a umbral, pero luego iba algo mejor. Tengo que volver a probar a este ritmo antes de ir más rápido.

Según Daniels este ritmo estaría comprendido entre el ritmo de un diez mil y el de una media e imagino que por ahí debe estar. Estoy deseando hacer ya un diez mil para ver mi estado de forma actual.

Entre unas cosas y otras he totalizado 9,7 km. Me hubiera gustado llegar hasta los diez kilómetros, pero me he detenido a charlar antes de la cuenta, pero tampoco creo que 300 metros más o menos vayan a ningún sitio. Cuando tengo que aumentar el kilometraje tiene que ser este fin de semana, que estoy empezando a perrear demasiado.

Y siguiendo la racha, mañana viernes le toca a Estebán pasar por el quirófano. Afortunadamente no es tan grave como lo que le tocó a Andrés, pero siempre impone ponerte en las manos de un cirujano. Mucha suerte Esteban y nos vemos en Pradolongo lo más pronto posible para seguir de orgasmo en orgasmo.

Por cierto, ¡¡saludos Antonio!!