Es un placer sentir el sol en la cara

Hoy he salido a las nueve y media y todavía hacía fresquito, calculo que habría cinco o seis grados. Sin embargo, según iban pasando los kilómetros, el sol se iba alzando en el cielo y los rayos de sol me calentaban la cara, sintiendo un inconmensurable placer.

Me he levantado cansado todavía de la carrera de ayer. No habían transcurrido ni quince horas del último entreno cuando me ponía de nuevo en marcha, con sólo una raja de melón en el estómago. Estaba no sólo cansado, sino vacío, por lo que sospechaba que el entrenamiento se me iba a hacer duro, sobre todo porque pensaba hacer una buena tirada.

Y vaya si se me ha hecho duro, principalmente la primera vuelta que notaba las piernas muy cansadas. Luego he ido cogiendo un ritmo más o menos decente y parece que la cosa ha mejorado, pero me seguía costando.

Cuando me faltaban unos cuatro kilómetros para terminar me he encontrado con Macu y charla que te charla esos últimos kilómetros se me han hecho más llevaderos.

He totalizado 17,3 km en 1:33:52 a un ritmo de 5:24 y ha sido un buen entrenamiento… si estuviese preparando una maratón, que todavía no me he decidido. La descarga de combustible de ayer, el cansancio en las piernas y el largo kilometraje lo hace ideal para un entrenamiento maratoniano de fin de semana.

Ayer no me pude pesar, por lo que lo hice hoy al levantarme. La báscula marcaba 67,2 kg, número que no tengo que tener muy en cuenta ya que el día antes había entrenado. Al venir de entrenar volví a subirme a la báscula y el peso era de 66,3 kg ¡¡¡desde que no veía ese par de seises!!!

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