Descansen en paz

Ayer se produjo una auténtica tragedia. Un loco o un grupo de ellos se les ocurrió la retorcida idea de hacer explotar una serie de artefactos en plena maratón de Boston. Por más vueltas que doy a la cabeza no llegó a comprender cómo se puede ser tan malnacido para realizar un acto tan miserable y cobarde como lo ocurrido en Boston. ¿Qué culpa puede tener un niño de ocho años que se ha acercado a ver cómo su padre termina una maratón?

Descansen en paz las víctimas mortales y mis deseos de una rápida recuperación a los heridos. Y que todo el peso de la Justicia caiga sobre esos miserables cobardes.

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Fue esta noticia la que nos hizo deambular de un lado a otro de Pradolongo sin encontrar en ningún momento la motivación para seguir dándole a la zapatilla. Si a eso le sumamos lo de mi maltrecha rodilla es fácil de adivinar que no fue ayer mi mejor día. Menos mal que pasé las dos vueltas junto a mi tocayo, el feliz padre, y se me hizo el entrenamiento más ameno. En caso contrario, yo creo que doy una vuelta y me voy a casa.

Al terminar el entrenamiento, estaban esperando los otros dos compañeros que habían participado en el entreno y aprovechando que hacía buena temperatura (por encima de los veinte grados) estuvimos charlando tan alegremente. Incluso se nos unió mi compañera de entrenamientos dominicales. Quizás fue ese rato de tertulia lo mejor de la tarde.

Hemos completado dos vueltas a Pradolongo, es decir, poco más de 9,6 km en un tiempo de 52:44 @ 5:27 min/km.

Mañana voy a llevar la resonancia al traumatólogo y veremos que pronóstico me da. Espero que pueda seguir corriendo aunque sea más despacio y menos kilómetros.

Chungo, chungo

Ayer me llevé uno de los golpes más duros de mi vida. Fui a recoger la resonancia que me había mandado el traumatólogo y al leer el informe del médico que hizo la resonancia, me quedé petrificado. Según se desprende de dicho informe, mi rodilla sufre lo que se llama condromalacia rotuliana grado IV, que es una cosa bastante puñetera, ya que supone que el cartílago situado debajo de la rótula de la rodilla izquierda está muy degenerado, pero que muy degenerado.

La verdad es que ha sido una noticia dura de digerir, aunque todavía no he ido al médico para ver qué debería hacer, pero sé lo primero que me va a decir: deja de correr; sin embargo, no pienso hacerlo. Seguiré corriendo menos kilómetros y a menor ritmo. De todas formas, que sospecho que esta maratón del rock and roll va a ser la última maratón en la que participe. En fin, ya veremos cómo evoluciona la cosa.

Con ese pesar me acerqué al punto de encuentro, dándome cuenta de que la rodilla me dolía sólo de pensar en el problema. Allí estaban unos cuantos pradolongueros a los que apené con mis calamidades. Salí despacio y terminé despacio, fui de orgasmo en orgasmo como bien dice el buen amigo Esteban y así tendrá que ser de ahora en adelante si es que quiero seguir corriendo. Pero para eso lo más importante es fortalecer, fortalecer y fortalecer. No queda otra.

Dos vueltecitas, muy tranquilito para totalizar 10 km en 54:36 @ 5:28 min/km. Me encantaría que pudiese seguir corriendo a este ritmo eternamente, pero no sé si el cartílago me lo va a permitir.

Niño y niñas

Hoy sólo estábamos dos en el habitual punto de encuentro. Uno de los causantes de que fuésemos tan pocos es Miguel, que el pasado sábado fue papá de un -imagino- hermoso niño. El ser padre desbarata un poco los planes que puedas hacer. Ahora saldrá a entrenar cuando pueda, no cuando quiera. ¡Enhorabuena Miguel!

Pero no sólo Miguel ha sido padre, Javier, otro ilustre pradolonguero también lo ha sido. En este caso, de una bonita una niña. Así que ¡enhorabuena Javier!

Pero no sólo ellos dos, Alberto, un compañero de trabajo, también ha sido padre de otra preciosa niña. ¡Enhorabuena Alberto!

Resulta coincidencia que tres personas de mi entorno hayan sido padres en menos de una semana. Seguro que a los tres les cambia la vida de un modo u otro. Yo siempre lo digo, cuando fui padre por primera vez miraba hacia atrás y me parecía que mi vida había estado vacía hasta entonces. Debe ser que el instinto de conservación de la especie es muy fuerte.

Pero ciñámonos a lo ocurrido en el día de hoy, que aparte de todas estas buenas noticias también ha traído otra y es que ha aparecido por Pradolongo nuestro buen compañero Joaquín, que parece recuperado de las molestias que le llevan a mal traer desde hace ya casi un año. Las visitas a Josefa le han venido bien y ha decidido ponerse a correr otra vez aunque a un ritmo muy tranquilo y es que no conviene forzar lo más mínimo cuando vuelve uno a correr.

Como estábamos los dos solos, pues le he acompañado, llevando un ritmo de lo más tranquilo. Y tan a gusto que íbamos. Luego, al finalizar la primera vuelta, él se ha quedado y yo he seguido en solitario apretando un poco más, pero sin pasarme, que no me juego nada.

En total he recorrido 10 km en un tiempo de 54:32 @ 5:27 min/km y he vuelto a casa más contento que unas castañuelas con un par de manojos de ajetes que ha tenido a bien regalarme don Joaquín.

Comenzamos la peor semana

Con el entrenamiento de hoy damos por comenzada la peor semana en cuanto a kilometraje, ya que esta semana situada a tres de la maratón es la elegida para hacer las tiradas más largas. Si no hay problemas, haremos cuatro tiradas: 12 km, 15 km, 20 km y 28 km. Lo que suma un total de 75 km a la semana que supone el pico de entrenamiento de la preparación maratoniana.

De todas formas, el adjetivo peor no sé si es el correcto, ya que aunque son muchos kilómetros no deberían suponer algo excesivo. Ya veremos cómo acabamos la semana.

De momento hoy no se nos ha dado mal. Ha sido el primer día que corremos con el cambio horario y resulta curioso salir a correr y terminar con luz. Siempre me ocurre lo mismo con el primer día del cambio horario, ya que me siento extraño corriendo, como si todo el mundo me viese hacer una actividad que no debiera, me siento avergonzado. Bueno, no es exactamente vergüenza, pero es algo parecido. Y todos los años me ocurre igual.

Afortunadamente hoy el tiempo nos ha respetado y hemos podido correr decentemente, aunque el viento se hacía notar en el último tramo de cada vuelta. Ya se sabe, no todo puede ser perfecto…

A mi tocayo se le nota inquieto. No ha respetado ni siquiera la primera vuelta y antes de terminar el cuarto kilómetro ha empezado a acelerar el ritmo. He aguantado un par de kilómetros, pero luego he preferido no aumentar el ritmo y mantenerme sobre el umbral, sobre 4:15. Tampoco es cuestión de acelerar en exceso y acabar lesionándome.

Como ya he comentado, hoy tocaba hacer 12 km que los he distribuido de la siguiente manera: 5 km a ritmo tranquilo + 5 km a ritmo umbral (4:13 min/km) + 2 km de enfriamiento. He recorrido esos 12 km en un tiempo de 59:06 a un ritmo de 4:55 min/km.

Marzo lluvioso

Parecía que con la llegada de la primavera había mejorado algo el tiempo, pero hoy ha vuelto a hacer un día de perros. Comentábamos al comienzo del entrenamiento que según parece si sigue lloviendo a este ritmo en lo que queda de mes, este marzo va a ser el más lluvioso desde 1947, año desde el que que se tienen mediciones. Y al paso que vamos, seguro que adquiere este mes queda en los registros porque durante el rato que hemos estado corriendo no ha parado de llover. Si el martes pasado fue un día muy lluvioso, este martes no ha quedado a la zaga.

Viendo que las gotas no paraban de caer, comenzamos resignados el entrenamiento, pisando charcos y barro allá por donde íbamos. Había quedado con mi compañera de entrenamientos de fin de semana y con Miguel y Quique formamos un cuarteto que no duró mucho porque estos dos empezaron a poner pies en polvorosa rápidamente. En estos días tan desagradables, cuanto antes se acabe, mejor.

Para mayor inri, olvidé proteger mis pezones con tiritas y según iban pasando los kilómetros iba sintiendo cada vez más el escozor que provoca el roce de la camiseta con los pezones. ¡Qué mal lo pasé! Aunque cuando peor lo pasé fue cuando me puse debajo de la ducha.

Aparte de la lluvia, que es desagradable, también estuvo el dios Eolo participando en el festival. El viento soplaba de lo lindo, por lo que sumada una inclemencia con la otra, dan un total de día realmente asqueroso.

Esta claro que después de estos días tan feos que estamos pasando, llegará el día M y hará un calor de espanto. Seguro.

Después de la primera vuelta hemos tratado de hacer unos kilómetros a ritmo umbral de mi compañera, que es sobre 4:52. Viendo como estaba el terreno y el día, pensamos que con bajar de cinco minutos nos conformábamos. Y así, así ha andado la cosa, ya que han salido a 4:59, 5:03, 5:01 y 4:56. Con esos cuatro a umbral y otros cuantos más hemos totalizado 10 km en un tiempo de 52:39 @ 5:16 min/km.

¡Esperemos que mejore aunque sea un poco el tiempo!

Upper muy deteriorado

Llaman upper de una zapatilla a la parte superior de la misma, la que se encuentra por encima de la suela. Es, por lo tanto, la parte de la zapatilla que cubre los dedos, la parte superior y los lados del pie y el talón.

Pues bien, he comprobado que el upper de las Asics Gel Pulse 3 no es de muy buena calidad. Obsérvense las fotos y los boquetes que presenta el upper de ambas zapatillas después de recorrer mil kilómetros con ellas.

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Zapatilla izquierda, parte externa

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Zapatilla izquierda, parte interna

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Zapatilla derecha, parte externa

Llama la atención que la parte externa esté tan deteriorada siendo como soy pronador, que siempre destrozo la parte interna. En el anterior par también se rompió la parte externa por lo que algo debe fallar en el diseño de la zapatilla. He leído por ahí que el modelo siguiente, es de upper más ligero por lo que esas no me duran ni cuatro días.


Hoy hacía un día fenomenal, parece que la llegada de la primavera se ha hecho notar. Ha sido el primer día del año que he salido con manga (y pierna) corta. Daba gusto, después de tantos días de frío ¡y de la cantidad de agua que cayó el martes!

Hoy nos juntamos ¡ocho pradolongueros! en el punto de encuentro, aunque dos ya habían dado una vuelta. Comenzamos todos juntos y pasado el kilómetro tres nos encontramos con dos conocidos de Emilio, dos garabitas que andaban por allí, así que el grupo aumentó, aunque al poco se disgregó porque unos empezamos a tirar por delante y otros empezaron a quedarse por detrás.

Terminamos la primera vuelta y aumentamos un poco el ritmo, pero tampoco me quise exceder después de la paliza del martes, así que traté de estabilizar el ritmo sobre 4:30, cosa que conseguí segundo arriba, segundo abajo. De esta forma completé 10 km en 48:19 @ 4:50 min/km haciendo los últimos cinco kilómetros en 22:27 a un ritmo de 4:29 min/km.

De barro hasta las orejas

Parece que el invierno no se quiere ir. A lo mejor está esperando hasta mañana que oficialmente entra la primavera. El caso es que hoy ha hecho un día bastante desagradable con frío y lluvia. El líquido elemento no nos ha abandonado ni un minuto durante el entrenamiento, así que gracias a los charcos que había hemos acabado llenitos de múltiples gotitas de barro.

Imagino que debido a la lluvia hemos ido rápidos desde el principio, haciendo el primer kilómetro en 5:39 cuando solemos hacerlo casi a seis minutos. El segundo kilómetro, a poco más de cinco. El tercer kilómetro, por debajo de cinco. Y desde ahí, el acabose, corriendo como si no hubiese mañana, haciendo kilómetros rondando 4:15.

Según iba corriendo, iba teniendo en cuenta los kilómetros para dejar de ir deprisa en el ocho, pero al final he seguido al mismo ritmo uno más y luego ya en la parte final me he relajado un poco, pero sólo un poco, no vayan a creerse, que esos 600 últimos metros los he hecho a 4:28.

Total, que he completado 9,6 km en 44:08 @ 4:35 min/km, de los cuales seis han sido a ritmo cercano al umbral (han salido a 4:17), lo cual tiene su mérito estando el terreno como estaba, en el que era difícil emantener un ritmo fuerte y constante. Por delante llegaron Quique y Miguel que están en una muy buena forma. A Jesús lo perdimos por el camino…

¿Cómo evitar lesiones en el talón de Aquiles?

En la web de runners.es dan unos consejos para tratar de evitar las lesiones. Me interesa especialmente el número nueve.

Lo primero es hacer notar que no es el talón de Aquiles, sino el tendón de Aquiles, ya que el talón de Aquiles es una expresión que hace referencia a aquella parte de tu cuerpo que es más débil. Curiosamente, mi talón de Aquiles coincide con el tendón, pero esto es casualidad, para otros es la rodilla o los isquios o el piramidal.

Salvando ese pequeño detalle, copio textualmente lo que dice el artículo sobre esta lesión:

9) ¿CÓMO EVITAR LESIONES EN EL TALÓN DE AQUILES?

Hay algunos ejercicios de fortalecimiento del tobillo que pueden contribuir a minimizar el riesgo de este daño. Ponte un lastre de 2 kg en el tobillo derecho y túmbate sobre el costado izquierdo en un banco, con el tobillo derecho sobresaliendo del borde. Coloca el pie de modo que el tobillo y los dedos se sitúen en línea recta, paralelos al suelo. Con el pie en línea recta, elévalo hacia el techo. Repite el movimiento diez veces con cada pie.

Debo decir que nunca he probado a fortalecer los tobillos, pero es una cosa que debería hacerlo. Lo que sí hago es estirar bien el tendón, subiendo a un escalón, apoyando el pie sobre el metatarso y dejando caer mi propio peso. Eso lo estira bien. Además lo hago con la puntera hacia la izquierda, con la puntera hacia el frente y con la puntera hacia la derecha. Un estiramiento en toda regla que hago antes y después de correr. Desde que estiro a conciencia de esta menera, no he vuelto a sufrir la maldita tendinitis en el tendón de Aquiles.

Con respecto al entrenamiento de hoy, no hay mucho que contar. He salido a hacer las dos vueltas típicas procurando no apretar mucho que mañana por la mañana tengo pensado hacer una tirada larga y van a ser muy seguidos los entrenamientos. En total han sido 10 km recorridos en 52:32 @ 5:15 min/km.

Ayer mi padre hubiese cumplido 76 años ¡felicidades allí donde estés!

Horas, minutos y segundos

Siempre me he preguntado el motivo por el que los días se dividen en 24 horas, las horas en 60 minutos y los minutos en 60 segundos. Resulta raro que utilizando el sistema métrico que todo se basa en el número diez, se siga todavía con ese sistema «raro» de dividir el tiempo.

El sistema métrico nació en Francia a finales del siglo XVIII después de la Revolución Francesa. Se normalizaron las unidades de longitud, masa y tiempo. Y aunque lo estipulado para la longitud y la masa se utiliza en casi todo el mundo, el tiempo se sigue midiendo como antes de la Revolución Francesa. De hecho, los franceses llegaron a dividir el día en 10 horas, pero esta última división no tuvo mucho éxito y se siguió con ese curioso sistema sexagesimal.

Ahora bien, ¿de dónde proviene esta querencia por el número sesenta?

Pues ahí es nada, viene nada más y nada menos que de los antiguos habitantes de Mesopotamia, aquella región donde se inició la civilización. Allí surgió la rueda, la escritura, las matemáticas, la astronomía, etc.

Los sumerios, que vivieron en la Baja Mesopotamia hace más de cuatro mil años, contaban con una mano hasta doce y haciendo uso de los cinco dedos de la otra mano, eran capaces de contar hasta sesenta. Ahí aparece ese bonito número.

Contaban con los dedos de las manos de esta manera: se levanta el dedo pulgar de la mano derecha, y después se va contando con las falanges del resto de los dedos, empezando por el meñique. De este modo, llegamos hasta el número doce. Para poder seguir contando, levantaban otro dedo de la mano libre y multiplicaban doce por el número de dedos que tuvieran levantados en la mano. Fácil y sobre todo, lógico.

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Numeración de las falanges. Foto obtenida de este blog

Lo curioso es que el 60 no sólo es fácil para contar con las manos, sino que se trata del número más pequeño que tiene más divisores: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 10, 12, 15, 20 30 y 60. Esto facilitó enormemente los cálculos e hizo que los mesopotámicos fueran excelentes matemáticos. Ya conocían el teorema de Pitágoras antes de que éste lo «inventara».

Esta buen gente dividió el año en 360 días (múltiplo de sesenta), donde había doce meses (divisor de sesenta) y cada mes era, por lo tanto, de treinta días (divisor de sesenta). También dividieron el círculo en 360º, agrupados en doce sectores (los signos del Zodiaco) de treinta grados.

Ya puesto a dividir, el día lo fraccionaron en doce horas diurnas y doce horas nocturnas (¿será casualidad que doce es uno de los divisores de sesenta?). Dado que la duración del día y la noche no es igual a lo largo del año, resultaba que en verano las horas diurnas eran más largas que las nocturnas. Lo contrario ocurría en invierno. Vamos, que para obtener una buena marca en una maratón en aquel entonces, mejor correr en verano.

Dividieron también la hora en sesenta minutos y podría pensarse que también dividieron el minuto en sesenta segundos, pero no fue así. El invento del segundo fue mucho más posterior. Los mesopotámicos no les preocupaba mucho un segundo más que menos. Y si a ellos no les preocupaba, ¿por qué ahora tiene uno que llevarse una rabieta cuando en una carrera hace un segundo más de lo que buscaba?

Pues eso, que resulta curioso pensar que esta división del tiempo ¡¡¡tiene más de cuatro mil años!!! Ahí es nada.

Para terminar el ladrillo, decir que la palabra minuto viene del latín «pars minuta prima», que significa «parte diminuta primera». Minuto tiene la misma etimología que «menor». El segundo era llamado «pars minuta secunda» o sea la «parte diminuta segunda» en que se dividía la hora.


Después de esta tremenda parrafada, aprovecho para hablar un poco sobre el entrenamiento de hoy. Hemos tenido la fortuna de contar con la presencia de Quique que volvía a Pradolongo después de llevar lesionado desde la media de Latina. En la primera vuelta, tanto Miguel como yo íbamos pensado lo mismo, que como Quique no debería estar bien, era el momento de hacerle morder el polvo.

A finales de la primera vuelta he empezado a acelerar, al poco ha llegado mi tocayo a mi lado y pensábamos que nuestro rival nos iba a dejar, pero estábamos equivocados. Al poco se ha puesto a nuestro lado y faltando como kilómetro y medio le hemos visto marcharse tan ricamente. Hoy tampoco hemos podido vencerle. Habrá que esperar tiempos mejores.

De todas formas, he acabado bien contento, porque sabía que esa segunda vuelta había sido rápida. Mirando luego los tiempos he visto que he corrido esa segunda vuelta (4,86 km) en 20:04 @ 4:08 min/km, de las vueltas más rápidas que haya dado nunca en el parque. Teniendo en cuenta la primera vuelta, en total han sido 9,73 km en 45:43 @ 4:42 min/km. Un buen entrenamiento fortalecedor.

He conseguido sobrevivir

Los corredores, la gente en general, nos buscamos dependencias que a veces parece que no sepamos vivir sin ellas. Reconozco que siempre he corrido pendiente del cronómetro, antes, ahora del GPS; sin embargo, hoy he salido a correr sin ningún tipo de chisme en la muñeca ¡¡¡y he sobrevivido a la experiencia!!! Está bien, porque después del entrenamiento da mucho juego: uno dice que si hemos ido a cuatro y poco, otro que a cuatro y medio… Está claro que ir sin cronómetro fomenta el diálogo.

No sé si lo he dicho, pero el domingo se lesionó Quique en la media de Latina. Cuando se enfrió, era incapaz de doblar la piernas. Ya nos dijo que probablemente no vendría el martes y hoy tampoco ha venido. Esperemos que no sea seria la lesión.

Por otro lado, Emilio II había quedado con sus compañeros de FDR para hacer un entrenamiento muy interesante. Lo llaman Run & Bravas y consiste en hacer un correr un poco por un determinado sitio y luego ir a un bar cercano a comer una ración de bravas. La idea es encontrar la ración de bravas más exquisita. Hoy fueron al Parque Lineal, pero por lo que me contó Emilio II después, no tuvo mucho éxito.

En esa tesitura, sólo aparecimos cuatro en el punto de encuentro. Salimos a un ritmo tranquilo, pero sólo los dos o tres primeros kilómetros, luego empezaron a acelerar el ritmo y acabamos dando una segunda vuelta bastante deprisa. Así a ojo calculo que hicimos los 10 km en un tiempo aproximado de 52:00, por lo que el ritmo ha sido aproximadamente de 5:13 min/km.

Hacer notar que tanto hoy como ayer ha hecho muuuuucho frío. En Madrid ha llegado a nevar, sobre todo ayer. Es por eso que ayer estaba deseando llegar a casa para hacer unos ejercicios y entrar en calor y hoy también estaba deseando llegar a casa para salir a correr. Curioso que estando ya casi en primavera esté haciendo este frío más propio de hace un mes que de ahora.