Dos horas y media

Hoy he salido con la idea en la cabeza de hacer dos horas y media de carrera continua aunque a ritmo fácil, como manda toda tirada larga. Lo normal es ir contando los kilómetros recorridos, en vez de ir contando minutos, pero por hacer algo diferente, hoy he cambiado. Bien es verdad que tenía más o menos claro que la distancia estaría entre 28 y 29 km. Sin duda ésta ha sido la primera tirada extralarga de cara a la maratón invernal.

He comenzado bajando al Parque Lineal y en los primeros kilómetros me encontraba fatal, muy cansado, no había recuperado las piernas todavía del entreno de ayer. Han tenido que pasar cinco o seis kilómetros para que me sintiera algo más cómodo. Desde casa hasta el final del circuito y vuelta al punto de partida, hacen unos 16 km. En ese punto llevaba 1h24 y había corrido en compañía. Ahora me quedaba solo y todavía quedaba más de una hora de diversión.

Para continuar, he ido a Parque Sur y he empezado a dar vueltas para tratar de alcanzar la meta establecida. Y lo he calculado (pura casualidad más bien) casi al milímetro, porque cuando he completado las dos horas y media, quedaba muy poco para acabar la tercera vuelta en ese parque.

Cierto es que ya tenía ganas de terminar, porque se hace larga la tiradita, pero al ritmo que iba podía haber seguido quemando kilómetros y kilómetros porque aparte de la cabeza que me decía que parara, las piernas estaban igual de bien (o de mal) que al principio, aunque los pies sí estaban algo machacados.

En total, en esas dos horas y media he completado 28,7 km a un ritmo de 5:13. Pienso que ha sido un entrenamiento bueno y de los que preparan bien las patas y la mente para una jornada de tantísimos kilómetros como una maratón.

Ayer acabé algo tocado del tendón de Aquiles derecho, por lo que hoy he salido con las medias largas. He podido correr perfectamente con ellas, pero la molestia está ahí, veremos si aguanta lo necesario con buenas sesiones de estiramiento, hielo y un poco de crema antiinflamatoria.

De momento, la semana de más kilometraje en la preparación de esta maratón: 74 km y seis horas y cuarto corriendo.

Se me hacen eternos

Hoy, como muchos sábados, tocaba hacer kilómetros a ritmo de maratón. Como la semana pasada hice once kilómetros, hoy tenía pensado hacer uno más. Hay que ir poco a poco. Para tratar de mantener un ritmo más o menos constante, suelo hacer estas kilometradas junto al río, en el Parque Lineal. Los primeros tres kilómetros, hasta llegar al parque sirven de calentamiento y luego allí, empiezo a acelerar hasta ponerme al ritmo adecuado, que en mi caso es 4:27, aunque me conformo con ir por debajo de 4:30.

El caso es que se me hicieron largos los 12 km que hice a ritmo de maratón, parecía que no llegaba nunca al final. Además cuando ya a la vuelta se acaba el parque y hay que volver hacia atrás, se hace aún más duro. Pero bueno, no es un entrenamiento de paseo, hay que esforzarse. Después, viendo el ritmo llevado durante esos kilómetros y haciendo la media, resulta que lo clavé. Los 12 km salieron a 4:27, mayor precisión imposible.

Sin embargo, el entrenamiento no fueron sólo los 12 km a ritmo de maratón. También hice 3 km de calentamiento y un par de millas de enfriamiento, por lo que totalicé 18,2 km en un tiempo 1:27:12 @ 4:46 y he acabado con las piernas cansaditas. Ya veremos mañana si puedo con el entrenamiento, que es bastante largo.

Anoche estuve de cena y sospechaba que se iba a notar en el peso. La báscula marcaba 67,7 kg, cien gramos menos que la semana pasada, así que hay que estar contento. Después del entrenamiento, volví a pesarme y había perdido 1,2 kg. Una buena sudada, sin duda.

Dedo machacado

Tengo el dedo gordo del pie derecho machacado. Los 27 km del otro día me dejaron la uña más negra que el carbón. Sobre todo me duele cuando ando, debe ser por los zapatos, pero afortunadamente cuando corro no me molesta demasiado.

Hoy he salido acompañando a una amiga, pero sólo hasta el tercer kilómetro donde he empezado a acelerar hasta ir un poco por debajo de 4:30 que según JD es mi ritmo de maratón. Y la verdad es que he cumplido el plan previsto bastante bien, yendo un poco por debajo de 4:30 durante casi todos los 11 km (la media ha sido de 4:27/km).

Siempre que hago este entrenamiento me asaltan las dudas de si podré mantener este ritmo durante 42 km. Y siempre llego a la misma conclusión: imposible.

Después de 3 km de calentamiento y 11 a ritmo de maratón, 3,6 km de enfriamiento, por lo que he totalizado 17,6 km en 1:25:38 @ 4:52/km.

Creo que si no lo he batido, me he quedado cerca de mi récord de camiseta sudada. Excepto algunos centímetros cuadrados secos en los laterales, todo lo demás absolutamente empapado. No es raro que sude tanto, la temperatura sigue siendo absolutamente veraniega en Madrid.

Ayer sábado, como todas las semanas tocaba pesada. La báscula marcaba 67,2 kg, pero este peso no es comparable al de otras semanas porque había corrido el viernes. Así que hoy he vuelto a subirme a la báscula y marcaba 67,8 kg. Tampoco me vale, ayer fue un día algo desordenado en las comidas, aunque habrá que tomarlo como referencia.

Montones de doses

Con esta fiesta a mediados de semana, el entrenamiento está siendo distinto. Ayer martes no salí y hoy hemos quedado un grupito para hacer una buena tirada larga: Emilio, Joaquín, Paco y un servidor. Al principio también hemos sido acompañados por una amiga, pero ésta no ha hecho el recorrido completo.

Con la idea de hacer cerca de 30 km, hemos salido hacia el Parque Lineal, hemos hecho el circuito y en vez de volver hacia el inicio, hemos cruzado el puente hacia Madrid Río, donde a esas tempranas horas de la mañana todavía se podía correr bien, hasta el puente del rey y desde allí vuelta hasta el parque de Pradolongo, totalizando 27 km, que no son 30, pero casi. A la vuelta del puente del rey, Emilio nos ha demostrado por qué sigue siendo un crack. Íbamos todo el rato a un ritmo cercano a 5:20 y llegado al kilómetro 20 Emilio se ha puesto en cabeza y ha empezado uno de sus festivales: 4:58, 4:38, 4:35 y 4:31. Y la cosa ha parado ahí porque se ha acabado el carril y hemos tenido que cruzar un par de puentes que nos ha roto el ritmo. Impresionante lo de este hombre a un mes de cumplir 66 tacos.

El título de la entrada venía porque he completado los 27 km en un tiempo de 2:22:22, que si lo llego a hacer aposta, no lo consigo ni en broma. La verdad es que queda bonito, además el dos es un número que me encanta. Al acabar tenía las piernas machacadas, se nota que han sido muchos kilómetros en pocos días.

Resulta raro realizar dos tiradas largas consecutivas, espero que no me pase factura, aunque de momento, ya he conseguido que la uña del dedo gordo del pie derecho se haya tornado de un color violáceo. Ya en la carrera de Torrijos acabé con dolor en ese dedo, que se complicó con una de las salidas largas donde tuve que hacer un poco la cabra y este recorrido por tanto terreno duro, ha acabado de fastidiar la uña del todo. En unas semanas, adiós uña.

Resumiendo, una muy grata jornada, muy bien acompañado, en los que los kilómetros iban pasando sin darme cuenta. Desde luego es una magnífica idea hacer las tiradas largas con algún compañero.

Parece que lo de los doses ha sido un presagio…

Dorsal 22
Dorsal 22

Caminos polvorientos

Seguimos aumentando la distancia dominical. Hoy tocaban 26 km. No he querido aumentar mucho más, porque la semana pasada no fue un entrenamiento muy eficaz, debido a que me encontraba algo débil. Bueno, quizás sí fue eficaz, quien sabe.

Me acosté tarde, así que hoy no he madrugado. Minutos después de las once comenzaba el entrenamiento y al entrar en el Parque Lineal me he encontrado con un chico que me preguntaba sobre el circuito de este parque. Estuvimos charlando y me comentó que era canario, de Las Palmas, que estaba entrenando para la maratón nocturna de Bilbao y que se llamaba Javier. Encantado de conocerte, que tengas mucha suerte en tu inminente maratón. Hicimos juntos toda la margen derecha del río y un poco de la izquierda, hasta donde está cortado el circuito. Allí nos despedimos porque a mí me quedaban todavía 18 km por hacer y él tenía que volverse. El hombre estaba asombrado del sitio, decía que no se esperaba que hubiese estas maravillas para entrenar en la ciudad de Madrid.

Ya en solitario, abandoné el Parque Lineal, crucé la vía del AVE y seguí por el Camino de los Aceiteros, rumbo a la Cañada Real. Poco antes de llegar a este lugar se cumplió el kilómetro trece, por lo que volví mis pasos por donde había venido. Aproveché la vuelta para ingerir el gel que había llevado con ese propósito. Parece que me sentó mejor que el domingo pasado porque no me molestó el estómago, pero sí me produjo algo de gases.

En el kilómetro 17 recogí la botella de agua que había dejado a la ida y traguito a traguito volví al parque, atravesé éste hasta la fuente y allí paré a reponer líquido. Ya sólo quedaban tres kilómetros y una buena cuesta, pero al contrario que el pasado domingo, me encontraba bien, algo cansado, pero bien y terminé con energía esos últimos kilómetros. Un entrenamiento largo menos para la maratón.

Excepto los kilómetros que fui con Javier, que marché sobre 5:00/km, el resto he ido algo más despacio, sobre 5:10 y las sensaciones han sido buenas. Por supuesto que he llegado cansado a casa, pero no absolutamente derrotado como la semana pasada. Parece que voy a asimilando mejor las tiradas largas, aunque al final iba contando los kilómetros que quedaban. Lo dicho, fueron 26 km en un tiempo de 2:13:28 @ 5:08/km, quizás pelín deprisa, tenía que haber estado más cerca de 5:15. Ya empiezo a acercarme a esa barrera, que algunos dicen infranqueable, de las dos horas y media de entrenamiento.

Hoy refrescaba

Llevaba bastantes meses corriendo con camiseta de tirantes; sin embargo, esta mañana hacía fresco, tanto que he decidido salir con camiseta de manga corta y aún así, se notaba frío. Menos mal que eso sólo ocurre los primeros kilómetros, porque luego te pones a sudar y da igual ocho que ochenta.

Salí con la idea de hacer el entrenamiento que tenía previsto el pasado sábado y que no pude realizar, o sea, hacer 15 km de los cuales 10 de ellos a ritmo de maratón, que es un ritmo de 4:27 para un VDOT de 51. Vamos, ir entre 4:25 y 4:30. Y la verdad es que andaba por ese margen en los primeros kilómetros después del calentamiento: 4:32, 4:28, 4:29, 4:31. Pero después de cruzar el puente a la margen izquierda del Manzanares me he encontrado con un grupo formado por tres chicos y una chica (Nieves) que parecía que iban a mi ritmo y me he enganchado a ellos.

Pero sólo parecía, porque iban algo más deprisa. Desde entonces, he empezado a encadenar kilómetros algo más rápidos: 4:21, 4:24, 4:24, 4:23. Iba ya con el gancho, hasta que he vuelto al tramo donde empieza la rampa con suelo de madera. Allí me he separado de ellos ya que han tirado por otro lado y ese kilómetro cuesta arriba lo he hecho en 4:36. He tomado entonces la decisión de bajar el ritmo y hacer el resto al trote, por lo que no he conseguido hacer los diez previstos, sólo nueve, pero me doy por contento ya que iba a un ritmo demasiado rápido y el terreno que quedaba era más exigente.

Trotando hasta Pradolongo y allí me he encontrado con Andrés que me ha hecho acelerar un poco, ¡cómo marcha este hombre! He hecho con él media vuelta y desde allí a casa, para totalizar los 15 km previstos en 1:11:29 @ 4:45/km. Un entrenamiento durillo, sin lugar a dudas.

Hoy la báscula marcaba 67,9 kg. Me va a resultar muy complicado bajar de los 67 por más que me lo proponga.

No dejes camino

Es una cosa que siempre me ha dicho mi madre: no dejes camino por tomar vereda. Y como buen hijo, pues no la he hecho caso. Hoy tocaba hacer tirada larga, 25 km, y tenía pensado bajar al Parque Lineal, llegar hasta el final del circuito y desde allí el camino de los Aceiteros hasta la Cañada Real o cerca y vuelta a casa; sin embargo, poco después de atravesar la vía del AVE, he tomado la vereda, que no es otra que el Camino de las Canteras. Craso error. El camino era un constante subir y bajar, con cuestas de mucha pendiente y con un piso muy irregular. En esos kilómetros intermedios me he dejado las pocas fuerzas que tenía y desde allí hasta casa, he ido penando más que otra cosa. No me encontraba tan flojo como ayer, pero he llegado a casa cansadísimo.

Perfil del recorrido
Perfil del recorrido

Obsérvese la zona intermedia del perfil del recorrido como asusta con esas subidas y bajadas. La verdad es que para entrenar una maratón tan llana como la de Málaga, estas subidas y bajadas no sirven para nada, sólo para machacarte los pies.

El caso es que en los primeros kilómetros me las prometía muy felices porque iba rodando muy holgadamente a ritmos cercanos a los cinco minutos. Pero ha sido llegar a la zona de repechos y ha empezado a ir todo mal. Llevaba una botella de Isostar y un gel y ni con esas me he librado de pasarlas canutas. La verdad es que éste ha sido un fin de semana de entrenamientos para olvidar.

Y no sólo iba cansado, sino que la zapatilla derecha me iba haciendo daño. Primero en el clavo del meñique y luego en el interior del pie, a la altura del juanete. Al llegar a casa he descubierto que tenía una ampolla. Al final va a resultar que las zapatillas no son tan maravillosas como me habían parecido en un primer momento. Veremos cómo evoluciona la cosa.

Lo único positivo ha sido que he conseguido completar los 25 km previstos en un tiempo de 2:12:36 @ 5:18/km. El ritmo no está mal para un día largo y lento, aunque las sensaciones han sido malas.

Unas notas sobre el avituallamiento. He salido con medio litro de Isostar y un gel. He tenido gases durante el entreno creo que debido a la bebida, que es algo gaseosa. Además poco después de ingerir el gel, me dolía el estómago, aunque ha sido una molestia que ha durado poco tiempo. Quizás debería de pensar en beber otra cosa y probar otros geles. El gel que he tomado es el típico del Decartón.

Júpiter

Hoy, aunque es sábado, he tenido que madrugar. Cuando salía de casa a eso de las 7:30 todavía era de noche y hacia el suroeste se veía un planeta que brillaba como el sol. Era Júpiter, el gigante gaseoso, el planeta más grande del Sistema Solar.

En estos días, Júpiter se encuentra a su mínima distancia de la Tierra, sólo a 592 millones de kilómetros, que es una 1.500 veces la distancia de la Tierra a la Luna, pero es lo más cerca que puede estar. Y esto es algo que no ocurre desde hace 47 años. La última vez que Júpiter estuvo tan cerca de la Tierra fue en octubre de 1963 y no volverá a estarlo hasta septiembre de 2022. Así que hay que aprovechar para observarlo. Dicen que con binoculares se pueden observar las cuatro lunas principales de Júpiter: Io, Europa, Ganímedes y Calisto.

Júpiter
Júpiter

Bueno, después de la charla astronómica, vayamos al grano. Hoy tenía pensado hacer 15 km y de ellos, 10 km a ritmo de maratón, entre 4:30 y 4:35; sin embargo, después de 3 km de calentamiento y cuando llevaba 3,5 km a ritmo de maratón, he tenido que aflojar porque veía que no andaba, que me costaba un montón seguir el ritmo. Una vez admitido que no iba, he bajado el ritmo y los últimos ocho los he hecho muy despacio, no podía más. Se me han hecho eternos. He estado un poco fastidiado con la boca y creo que eso me ha debilitado.

De todas formas, aunque el ritmo no ha sido el pensado, sí he completado los 15 km en un tiempo de 1:17:57 @ 5:11/km.

Antes de salir a correr me he pesado y la báscula marcaba 67,3 kg, un peso bastante bajo para estas alturas.

Muy cansado

Hoy tocaba tirada larga y lenta. Había pensado hacer unos 22 km y me he quedado cerca, ya que he hecho 21,5 km.

He salido con una amiga y con ella he realizado los primeros 12 km, luego me encontré con el profesor y con él hice unos cuantos kilómetros más, pero notaba que iba cansado, muy cansado y es que el recorrido se me ha hecho eterno.

Puede ser que al ir al ritmo de otra persona, no me haya encontrado nunca cómodo y yendo a otro ritmo, te cansas más, sin duda. Pero bueno, ir algo más lento me ha venido bien porque ha sido una auténtica carrera quemagrasas al ser un buen kilometraje y un ritmo tranquilo. Lo peor es que cuando quedaban cinco o seis kilómetros me ha empezado a molestar el tendón de Aquiles de la pierna derecha y eso no me gusta nada. Espero que la cosa mejore con el cambio de zapatillas, aunque todavía no tengo las nuevas y parece que voy a tener que esperar porque ahora dicen los de Wiggle que no hay en stock.

He realizado los 21,5 km en un tiempo de 1:55:31 @ 5:21/km.

He hablado con Emilio y el tío a sus 66 años ha completado los 100 km de la Madrid-Segovia en 16,5 horas. Todo un superdotado de este deporte. Ya sólo me queda por saber si Luis también ha completado el recorrido, que seguro que sí conociéndole.

Dolor mosqueante

Hoy tocaba día largo después de que ayer hiciese un día moderadamente duro y he notado durante el recorrido que me iba molestando del tendón de aquiles de la pierna derecha. No sé si las plantillas están ya gastadas (son casi dos años) o son las zapatillas que ya han sobrepasado los mil kilómetros o que me estoy machacando en exceso… ¡quién sabe! El caso es que tendré que vigilar muy mucho el tendón y tomar medidas como la molestia siga.

Si ayer hacía unas condiciones inmejorables para correr, hoy hacía bastante calor cuando he salido pasadas las diez de la mañana. Afortunadamente, en el circuito del río hay bastante sombra, pero una vez que dejas atrás el parque Lineal, pocas sombras hay.

He podido comprobar que el trazado de la nueva vía del AVE está bastante avanzado y que además de liquidar la quinta esclusa del Real Canal del Manzanares, sospecho se van a cargar el puente que atraviesa la vía porque el puente que está después si lo están modificando para que pase por debajo la nueva vía. Tampoco pasa nada porque eliminen ese puente si dejan el otro.

Después de abandonar el parque Lineal, he seguido como kilómetro y medio más hasta llegar al 9,5 km y vuelta por el mismo sitio por donde he venido. Bueno, no exactamente igual, pero casi.

En total he realizado 19 km en un tiempo de 1:37:57 @ 5:09/km. Todavía un pelín rápido para lo que aconseja el bueno de Jack Daniels.

Después de terminar he seguido con las molestias en el tendón.