Ni un alma

Hoy ha llovido bastante, desde por la mañana hasta por la noche. Pero lo malo no es la lluvia, sino que también hacía frío y la acción combinada de estos dos elementos es realmente desagradable.

Me levanté más o menos pronto y observé que llovía considerablemente, así que pensé que podía desayunar y esperar un par de horas para salir, con la idea de que escampase un poco. No fue así, dos horas después seguía lloviendo tanto o más que antes.

Normalmente cuando llueve no suele hacer mala temperatura así que trato de llevar poca ropa para que se seque pronto, pero hoy al hacer frío se me presentaba un dilema interesante: poca ropa para que se seque pronto, pero con la posibilidad de pasar frío o mucha ropa para no pasar frío, pero ir con la ropa mojada largo trecho. Al final he optado por protegerme contra el frío saliendo con doble camiseta, mallas largas y una gorra. La gorra es imprescindible cuando llueve, evita que se meta el sudor en los ojos.

Se veía venir que íbamos a ver poca gente entrenando. Cuando la climatología es adversa, el personal se queda en casita tan ricamente. Sobre todos las bicicletas, ¡sólo hemos visto una! cuando en un domingo normal te cruzas con cincuenta casi sin querer.

De todos modos, ha sido un entrenamiento agradable, aunque haya sido todo el rato bajo la lluvia. Incluso hubo un momento, cuando llevábamos cinco kilómetros que parecía que arreciaba la lluvia, menos mal que sólo ha sido un amago, en seguida ha vuelto a ser un agradable chirimiri.

Ha sido el primer entrenamiento sobrepasando la hora de carrera, ya que hemos hecho 12 km en un tiempo de 1:03:56 @ 5:20 min/km. Ritmo habitual de este tipo de entrenamientos, algo más deprisa de lo que deberíamos, pero resulta difícil contener a mi compañera de entrenamientos.

La báscula marcaba ayer 69,3 kg, sigo manteniéndome en el erótico número. La verdad es que tampoco me controlo demasiado como para bajar, pero mientras nos suba…

Sombras y luces en el Parque Lineal

Hacía tiempo que no iba a correr al Parque Lineal, desde que estaba preparando la maratón allá por el mes de abril. Hoy he vuelto a ir y la verdad es que en esta época otoñal el parque está precioso, con muchos árboles cambiando sus colores. Una verdadera delicia correr por allí.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. El parque está algo descuidado ya que parece que todos los recursos se derivan a Madrid Río y tanto la zona aguas arriba entre el Puente de los Franceses y el Puente del Rey y la zona aguas abajo, lo que es realmente el Parque Lineal, no gozan de los mismos privilegios. He leído en este artículo una crítica sobre estas dos zonas y la verdad es que no les falta razón, aunque como siempre se cargan demasiado las tintas. Imagino que no hay otra forma de llamar la atención que magnificando lo malo.

La idea era correr sólo 10 km, pero al final hice casi doce y me encontré bastante bien. Fui acompañado durante el entrenamiento por una amiga que se portó bien conmigo y consintió ir a un ritmo tranquilito. También me acompañaba un molesto ruidito procedente del GPS que indicaba que la batería estaba baja. Mi amiga comentó que se iba a acabar antes de que finalizara el entrenamiento y por supuesto así fue, como medio kilómetro antes de terminar la pantalla del chisme se quedó en blanco. Tampoco pasa nada, la verdad.

El GPS únicamente marcó 11,36 km que completé en un tiempo de 59:44 @ 5:15 min/km y con buenas sensaciones teniendo en cuenta que estuve más de una hora corriendo, cosa que no hacía desde hace unos cuantos meses.

Ayer era día de pesada y conseguí por fin bajar algo de peso. La báscula marcaba 69,7 kg sólo doscientos gramos menos que la semana pasada, pero con la confianza de que sea el comienzo de un descenso imparable 😉

Cambio de planes

Ayer no pude salir a correr por motivos laborales y como no es cuestión de salir viernes, sábado y domingo y hacer 15, 20 y 30, he decidido «fumarme» la jornada de los 15 km, así que he salido hoy con la idea de hacer la veintena y descansar el sábado. Rompe un poco la filosofía de llegar al domingo para el arrastre y hacer la tirada larga cansado desde el principio, pero lo importante es que mi compañera de entrenamientos sí lo ha cumplido a rajatabla. Veremos que tal aguanta mañana.

A eso de las seis he mirado por la ventana y parecía que el tiempo era bueno, así que manga y pata corta. Pues bien, he pasado frío como si fuese pleno invierno. He llegado a casa con los brazos y manos prácticamente congelados. Y eso que estamos en abril.

Lo cierto es que me ha resultado un entrenamiento duro, ya que he ido durante catorce kilómetros a un ritmo cercano a 4:30 y eso se nota. No suple el entrenamiento perdido pero hará que llegue algo más cansado al domingo.

Al terminar me he encontrado con mi compañero de entrenamiento y tocayo y de mañana no pasa. Será padre por primera vez, igual que otro ilustre pradolonguero que fue padre hace dos días. ¡Enhorabuena Javier!

Lo dicho, han sido un total de 20 km en un tiempo de 1:33:42 @ 4:41 min/km, con 14 km intercalados a un ritmo cercano a 4:30 min/km.

¿Menisco interno?

Llevo un año con problemas en la rodilla izquierda, aunque realmente es casi toda una vida. Hace unos 25 años me lesioné en esa rodilla con unos pedales automáticos y he ido recayendo con cierta regularidad, pero se me iba pasando; sin embargo, esta vez no he conseguido mejorar y ya harto de que el dolor prosiga, decidí ir al traumatólogo para ver qué puede estar pasando.

Después de una breve, pero que muy breve, exploración en la rodilla, llegó a la conclusión que puede ser el menisco interno el que esté dañado, por lo que me «mandó» una resonancia. El próximo miércoles tengo que ir a que me hagan el examen y ya veremos el diagnóstico. Sospecho que el médico no va muy mal encaminado porque mi fisio siempre me lo dice. En el caso de que así sea, ya veremos que solución puede tener.

De momento sigo con mi rodilla maltrecha, que no me impide correr, pero que fastidia. Se trataba hoy de un día de transición que consistía en acumular kilómetros y cansancio para la tirada larga de mañana, así que salimos a hacer kilómetros, sin preocuparnos del cronómetro, por el Parque Lineal. Éste estaba precioso y lleno de verdor por la cantidad de agua caída en las últimas semanas. Una verdadera maravilla.

Realizamos 14 km en un tiempo de 1:16:14 @ 5:27 min/km. Mañana veremos cómo se nos da en un tirada ya «seria».

Dos torrijas

Antes de salir de casa estaban hablando en la tele de las torrijas, dulce típico de la Semana Santa. Comentaban que cada una de ellas son aproximadamente 600 calorías, que en mi caso, con los 68 kg que arrastro, son equivalentes a lo que gasto en 9 km de carrera continua.

Pues bien, el entrenamiento de hoy, que ha sido de 18 km ha sido el equivalente a manducarme dos torrijas. Resulta curioso lo que cuesta quemar las calorías y lo fácil que se acumulan.

torrijas-2013
¡A la rica torrija!

Hoy es Jueves Santo y, por lo tanto, festivo en Madrid, por lo que hemos salido por la mañana a entrenar. Después de un montón de días con tiempo bastante malo, el día ha amanecido muy agradable, con alguna nube en el cielo, pero soleado y con temperatura más que aceptable.

Mi compañera tenía en su «plan de trabajo» hacer 18 km, de los cuales 13 km a ritmo de maratón, sobre 5:15 min/km. Hemos hecho un par de kilómetros tranquilos rumbo al Parque Lineal y después de esos dos, ya nos hemos puesto al ritmo deseado, cumpliendo casi a la centésima el ritmo previsto. Se veían bastantes chicas entrenando por el Parque Lineal y hemos comentado si estarán preparando la carrera de la mujer, que se celebra en Madrid el 5 de mayo. A lo mejor no tiene nada que ver, pero pudiera ser…

Poco antes del kilómetro quince hemos parado a beber agua de una fuente que hay en el Parque Lineal. Ya sólo quedaban tres kilómetros y desde allí, hasta casa, ha sido terrible como soplaba el viento en contra. Tan felices que íbamos y ha tenido que venir de nuevo Eolo a dar por…

Al final hemos recorrido dos torrijas, digo 18 km, en un tiempo de 1:35:54 a un ritmo de 5:20 min/km.

¡¡¡Hoy queda exactamente un mes para la maratón de Madrid!!!

Diez mil kilómetros

Con el entrenamiento de hoy, el Forerunner 405 ha sobrepasado los diez mil kilómetros. El 10 de marzo de 2010, hace poco más de tres años, estrené este cacharro y la verdad es que estoy contento con él. Tuve el problema de la rotura de la correa, pero es casi normal con el desgaste.

No soy el único que utiliza el chisme, por lo que no puedo «fardar» diciendo que esos diez mil kilómetros los he corrido. Mirando en Garmin Connect, veo que desde que lo tengo lo he utilizado 558 veces y he corrido 6678 km. La otra persona que lo utiliza lo ha llevado en la muñeca 486 veces y ha recorrido 5225 km, lo que indica que hemos hecho unos cuantos entrenos juntos.
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Garmin Forerunner 405 con diez mil kilómetros

Hoy hemos salido para realizar una tirada larga, en contra de la costumbre de hacerlo los domingos, pero este domingo va a resultar imposible. Así que teniendo en cuenta que de cara a una maratón las tiradas largas son lo más importante, hemos decidido hacerlas hoy, que hay tiempo.

Hemos salido hacia el Parque Lineal, vuelta cuando hemos llegado al kilómetro ocho y luego hemos empalmado con Madrid Río, hasta el estadio Vicente Calderón. Ahí vuelta hasta casa. De esta manera hemos completado 24 km en un tiempo de 2:11:07 @ 5:28 min/km.

Se me ha ocurrido pesarme a la vuelta del entrenamiento y es la primera vez que veo un 66 en la báscula este año. Claro que esta pesada no cuenta ya que no es en las mismas condiciones que las habituales.

Barro y aire para regalar

Hoy hemos pasado un día duro, bastante duro por culpa del barro y del aire en contra que nos ha hecho durante todo el camino de vuelta. Resulta agotador pelear contra el viento, es un contrincante demasiado poderoso. Hemos terminado el entrenamiento como si hubiésemos hecho maratón y medio.

Hoy tocaba hacer 22 km, un par de ellos más que el domingo pasado. Hemos ido al Parque Lineal, pero éste no da para tantos kilómetros, por lo que hacemos el truco de salir del parque casi al final y tirar por el camino del Malecón hacia el puente de La Gavia. Lo mejor es cruzar las vías del AVE por ese puente porque si se sigue por ese camino se llega al río (justo debajo de la M-50) y hay que coger una estrecha vereda que al final desemboca en el camino de Aceiteros. No es mala idea hacer eso cuando el terreno está seco, pero hoy estaba muy embarrado y ese tramo cercano a la M-50 y el camino de Aceiteros era un verdadero horror del barro que había.

Para complicar más la cosa, pasado el kilómetro once comenzamos el camino de vuelta y el viento soplaba en contra con gran fuerza, tanto que hacía difícil avanzar. Si a eso se le sumaba el barro que llevábamos en las zapatillas, la vuelta ha sido complicada. Para rematar, la rodilla ha empezado a dolerme bastante. Ha sido un día realmente asqueroso, hablando mal y pronto.

Peleando contra el viento, hemos conseguido realizar los 22 km en un tiempo de 2:02:18 @ 5:34 min/km. Da una idea de la dureza del recorrido el hecho de que el domingo pasado en el mismo circuito, aunque haciendo dos kilómetros menos, hicimos catorce minutos menos. Ha sido un entrenamiento de los que curten.

Con la cadera baja

¡Cómo nos pusimos ayer! No conseguimos mucho quórum, pero los ocho pradolongueros que nos juntamos en el bar de Nico, dimos buena cuenta de las viandas que el bueno de Nico dispuso. Yo me pasé tres pueblos y lo noté durante la noche que el estómago estaba trabajando más de la cuenta. Bueno, no sólo por la noche, cuando me levanté no estaba muy católico. No se puede cenar tanto, ya dice el refrán que hay que cenar como un mendigo.

Hoy he tenido cosas que hacer a temprana hora, así que he salido a las once. He tenido suerte con la lluvia, porque estaba cayendo de manera bárbara cuando me levanté. Vaya semanita de agua, deben estar los embalses a reventar.

A media mañana, hacía un buen día para correr, aunque el suelo estuviese muy mojado. De nuevo Pradolongo estaba impracticable, igual que Parque Sur, así que he ido al Parque Lineal, que siempre hay menos barro. Y, efectivamente, había menos barro pero agua había para dar y tomar. En algunos tramos había charcos exageradamente grandes, que obligaban a hacer equilibrios para no meter el pie en ellos.

Tanta agua ha provocado que esté todo verde y bien verde, que parece que estamos en el norte de la península. El Parque Lineal está precioso y el río Manzanares a su paso por este parque hasta parece un río y no una charca. Entre lo verde del terreno, el río y que en una zona hay unos cuantos caballos, burros y ponis. Reconozco que tengo debilidad por los burros, no hay día que pase por allí que no se me vayan los ojos hacia esos bonitos animales. Así que aprovecho para poner una foto de dos preciosos ejemplares de estos animales.

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Dos preciosos burritos, foto cortesía de El Refugio del Burrito

Por desgracia, los burritos de la foto no son los que veo en el Parque Lineal, que estos últimos están bastante más desastrados que los de la foto, pero aún así son un regalo para los ojos. Tengo además la sensación de que no están igual de cuidados en un sitio que otro.

Unas veces no tengo nada que decir y otras me voy por los cerros de Úbeda. Alguien se preguntará que tiene que ver el título de esta entrada y los burros y creo que no existe ninguna relación, al menos consciente.

El caso es que iba corriendo controlando el ritmo para ir sobre 4:30 min/km y he empezado a notar molestias en la rodilla. Molestias que empecé a notar hace un año y que no consigo que remitan. Además si como esta semana no hago los ejercicios de cuádriceps, la molestia es mayor. Iba corriendo y me iba molestando y entonces me acordé de uno de los consejos que leí cuando empecé con el tema de correr descalzo. Consiste en ir con la cadera algo más baja, dar zancadas más cortas, llevar una cadencia rápida y caer sobre los dos tercios delanteros del pie. Dicen que la amortiguación proporcionada por el conjunto tobillo-rodilla-cadera es mucho más eficiente que la que te pueda proporcionar unas zapatillas. Pensaba que tal vez la gente que tiene problemas en la columna podría probar esta técnica, ya que me da la sensación de que el impacto se absorbe mejor y no sufre tanto la columna. No sé, son cosas mías y habría que probarlo. Tengo que comentárselo a Fran para que lo pruebe.

Pasados unos kilómetros a ritmo fuerte, empecé a centrarme en ir con la cadera baja y olvidarme del cronómetro. Mi tendencia es ir más estirado y hay que vigilar que la cadera no suba. Lo cierto es que con la cadera baja, la molestia en la rodilla es menor y el ritmo se podía mantener con facilidad, incluso el hecho de no ir pendiente del reloj ha provocado que la velocidad aumentara.

He hecho un total de 14,57 km en un tiempo de 1:07:32 @ 4:38 min/km. De los cuales 9 km han sido a ritmo de maratón, que se supone es un poco por debajo de 4:30, pero han salido algo más rápido, a 4:23 min/km.

Hoy la báscula indicaba 68,5 kg, cosa que no está nada mal después de la opípara celebración de ayer noche. Después de correr el peso había bajado a 67,1 kg. Casi medio kilo menos, lo que indica que no ha sido un entrenamiento de paseo precisamente.

Una veintena

Hoy ha sido el primer entrenamiento con mi compañera maratoniana que llegamos a la veintena. Hace muchos años, cuando hicimos juntos la maratón de Madrid, también hicimos entrenamientos que pasaban las dos decenas, pero ya ni nos acordamos ni ella ni yo de aquel entonces, no en vano han pasado ¡16 años!

Hoy también había buena temperatura y eso se notaba en la cantidad de gente que pululaba por el Parque Lineal. Gente corriendo, en bicicleta, paseando, etc. En algunos momentos era difícil mantener un ritmo constante ya que era casi imposible adelantar al personal.

Al hacer tiradas tan largas, el parque se queda pequeño. Llegamos hasta casi el final y desde ahí continuamos siguiendo el río hacia su desembocadura. Hoy hemos llegado hasta el puente de La Gavia y justo ahí se han cumplido los 10 km, así que vuelta por donde hemos venido para completar la jornada. El calor se hacía notar y mi compañera necesitaba beber, pero la fuente estaba lejos todavía, en el kilómetro 17. Está claro que hay que llevarse una botella de agua en estas tiradas largas.

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Fuente en el Parque Lineal

Nos vino fenomenal beber agua en la fuente para afrontar los últimos tres kilómetros, el primero de los cuales es una buena subida. Habíamos dividido el entrenamiento en cuatro partes, las tres primeras sobre 5:30 y esta última parte sobre 5:15, pero esta cuesta no se puede subir tan rápido. Esos últimos cinco kilómetros: 5:16, 5:26 (la subida), 5:21, 5:07 y 5:12. Un poco más lento de lo previsto, pero acabando fuerte. Eso es bueno.

Salieron los 20 km en un tiempo de 1:48:26 @ 5:25. Un minuto más (y un kilómetro menos) que la media del pasado domingo.

Menos mal

Menos mal que se ha ido el frío. Miércoles y jueves un frío de quitar el hipo y hoy salgo a las nueve de la mañana y daba gusto el solecito y la buena temperatura que hacía. Esto no hay quien lo entienda. Debe ser que ya estamos en marzo y se acabó el febrerillo loco.

Las nueve de la mañana es la hora de encuentro los sábados y el punto de encuentro no es el mismo de los martes y jueves, aunque esté muy cerca. Tampoco coinciden los mismos protagonistas, pero entre los habituales de las tardes y los de la mañana, nos hemos juntado cinco corredores, que no está nada mal.

A Jesús se le ha ocurrido la idea de ir al Parque Lineal por variar la monotonía y para ese parque hemos ido. Hemos salido muy lentos y me ha tocado a mí hacer de liebre para que la cosa no se parase, aunque en el kilómetro cuatro he empezado a acelerar para ponerme a ritmo de maratón (sobre 4:30). Pensaba que iría solo, pero Miguel me ha cogido rápidamente y juntos hemos realizado siete kilómetros un poco por debajo de 4:30. Comentaba mi tocayo que le gustaría ir a ese ritmo, pero sin ir forzado. A mí, también, fue mi respuesta, pero es un ritmo exigente, sin duda.

Tenía previsto hacer sólo doce, pero por no darnos la vuelta, hemos continuado hasta el último puente y desde allí, vuelta. Así que en total han sido 14 km en un tiempo de 1:07:36 @ 4:50 min/km.

Pensaba que había bajado de peso esta semana, pero la báscula no opina igual. Marcaba 68,4 kg, prefiero estar por debajo de 68, pero me veo francamente bien como estoy. Paciencia, ya irá bajando.