Ni un alma

Hoy ha llovido bastante, desde por la mañana hasta por la noche. Pero lo malo no es la lluvia, sino que también hacía frío y la acción combinada de estos dos elementos es realmente desagradable.

Me levanté más o menos pronto y observé que llovía considerablemente, así que pensé que podía desayunar y esperar un par de horas para salir, con la idea de que escampase un poco. No fue así, dos horas después seguía lloviendo tanto o más que antes.

Normalmente cuando llueve no suele hacer mala temperatura así que trato de llevar poca ropa para que se seque pronto, pero hoy al hacer frío se me presentaba un dilema interesante: poca ropa para que se seque pronto, pero con la posibilidad de pasar frío o mucha ropa para no pasar frío, pero ir con la ropa mojada largo trecho. Al final he optado por protegerme contra el frío saliendo con doble camiseta, mallas largas y una gorra. La gorra es imprescindible cuando llueve, evita que se meta el sudor en los ojos.

Se veía venir que íbamos a ver poca gente entrenando. Cuando la climatología es adversa, el personal se queda en casita tan ricamente. Sobre todos las bicicletas, ¡sólo hemos visto una! cuando en un domingo normal te cruzas con cincuenta casi sin querer.

De todos modos, ha sido un entrenamiento agradable, aunque haya sido todo el rato bajo la lluvia. Incluso hubo un momento, cuando llevábamos cinco kilómetros que parecía que arreciaba la lluvia, menos mal que sólo ha sido un amago, en seguida ha vuelto a ser un agradable chirimiri.

Ha sido el primer entrenamiento sobrepasando la hora de carrera, ya que hemos hecho 12 km en un tiempo de 1:03:56 @ 5:20 min/km. Ritmo habitual de este tipo de entrenamientos, algo más deprisa de lo que deberíamos, pero resulta difícil contener a mi compañera de entrenamientos.

La báscula marcaba ayer 69,3 kg, sigo manteniéndome en el erótico número. La verdad es que tampoco me controlo demasiado como para bajar, pero mientras nos suba…