Una barbaridad

Como todos los sábados, lo primero que hago es ir al servicio a soltar lastre y luego me subo a la báscula. Hoy marcaba 68,5 kg, cien gramos más que la semana pasada. Después de volver del entrenamiento, que ha sido durillo, he notado ciertas molestias en la tripa y he tenido que soltar lastre con urgencia. Por curiosidad me he vuelto a subir a la báscula y ahora marcaba 66,7 kg.

Es una diferencia de 1,8 kg que me parece una barbaridad después de un entrenamiento de 18 km. Puede ser un problema de que por el sudor me deshidrato o a que no había soltado suficiente lastre antes de salir.

Había quedado, una vez más, con Miguel a las 8:30 para ir al Parque Lineal a hacer un entrenamiento largo. Tres kilómetros de calentamiento hasta llegar al parque y una vez dentro, cuando el reloj pita ese tercer kilómetro, a tratar de mantener un ritmo de 4:30 durante doce kilómetros.

Acabábamos de empezar a ese ritmo de 4:30 cuando nos ha adelantado Roberto Álvarez, habitual del parque, que nos ha adelantado como si tal cosa. Si a nosotros ese ritmo de 4:30 nos parece exigente, para Roberto no debe ser ni de calentamiento.

Hacía buena temperatura para correr. Algo de fresco y sol. De hecho había bastante gente por el parque, sobre todo gente en bici y paseando. También gente corriendo, por supuesto.

Debe notarse los otros días que hemos hecho por aquí, porque mantuve más o menos decentemente el ritmo de 4:30 durante los 12 km. De hecho, hicimos esos 12 km en un tiempo de 53:42 @ 4:29 min/km.

Entre los tres kilómetros de calentamiento, los doce a ritmo controlado y los tres de enfriamiento totalizamos 18 km en un tiempo de 1:25:49 @ 4:46 min/km. Esta es la distancia más larga que voy a hacer de cara a la media de Villaverde.

¡Qué bonito! ¡Qué chulo!

Esa fueron las palabras de una amiga que me acompañó en el entrenamiento de hoy por el Parque Lineal, al llegar a la nueva variante que han hecho al final del parque, con el nuevo puente y el tramo asfaltado. He hablado tantas veces ya de esta variante que alguno debe pensar que estoy encantado… Y no el falta razón. A mí también me gusta.

Después de salir el sábado y darme una buena paliza y de salir ayer con la bici y acabar también algo cansado, hoy no tenía pensado salir a correr, pero como es festivo en Madrid una amiga me animó a que la acompañase y como soy débil, no pude negarme.

Ella tenía ganas de conocer esta nueva variante así que fuimos hasta aquí y la verdad es que a ella también le gustó.

No fuimos tan deprisa como el sábado cuando fui con Miguel, pero esta chica también está muy bien y fuimos a un buen ritmo, totalizando 16 km en 1:24:49 @ 5:18 min/km.

Espiando al enemigo

Hoy he quedado de nuevo con Miguel a las 8:30 para hacer una tirada larga por el parque Lineal. Si la semana pasada fueron 16 km los que hicimos, hoy hemos aumentado un kilómetro más, para ir en progresión con la mente puesta en la media de Villaverde donde veremos el interesante duelo Joaquín vs. Miguel.

Como entreno martes y jueves con Joaquín y algún sábado con Miguel, siempre le digo a Joaquín que voy los sábados a espiar a su enemigo. Y la verdad, lo único que puedo decir es que Miguel está muy bien. De los 17 km que hemos hecho de entrenamiento, 11 km han sido a un ritmo controlado de aproximadamente 4:30, que al final, echando cuentas, he visto que han sido 4:31. Y mi tocayo se ha metido esos 11 km casi sin despeinarse y yo, por el contrario, iba ya con la lengua fuera en los tres o cuatro últimos kilómetros.

De nuevo hemos vuelto a hacer el bucle del puente nuevo. La verdad es que me gusta más así, hacer ese bucle y no tener que volver como hacíamos antes, cuando se acababa el circuito así, de repente.

De este modo, haciendo tres kilómetros de calentamiento, luego once a un ritmo aproximado de 4:30 y otros 3 km de enfriamiento, hemos totalizado 17 km en un tiempo de 1:22:15 @ 4:50 min/km. Un buen entrenamiento, sin duda.

Las primeras cuatro semanas han ido bien

El día seis de octubre nos propusimos Joaquín y yo un pacto. Deberíamos perder un kilo al mes durante cinco meses. La idea es llegar con cinco kilos menos a la media de Villarrobledo, gran objetivo de mi compañero de entrenamientos.

Hoy la báscula marcaba 68,7 kg que es más de un kilo perdido desde aquel día. De hecho, no alcanzaba este peso desde mediados de marzo. O sea, que no está mal, se nota que me lo estoy tomando en serio.

peso-68-7
Prueba fotográfica del peso a día de hoy

Para celebrarlo, había quedado con Miguel para hacer un entrenamiento largo por el Parque Lineal, que es un sitio muy agradable y que ahora con las cuatro gotas que han caído da gusto verlo.

A las 8:30 estábamos en el punto de encuentro. Unos pocos estiramientos y enseguida nos pusimos en marcha. Comentó mi compañero que si tratábamos de ir a 4:30 durante la mayor parte del recorrido, por toda la zona que transcurre por el parque. A mí me pareció que era algo deprisa, pero lo iba a intentar.

Salimos tranquilos y, efectivamente, poco después de entrar en el Parque Lineal, cuando se cumplió el tercer kilómetro empezamos a aumentar el ritmo. Y la verdad es que fuimos muy regulares durante los diez kilómetros que tratamos de mantenerlo. Siendo sinceros, hicimos muchos kilómetros unos segundos por debajo de ese ritmo objetivo, por lo que salió la media de los diez kilómetros a 4:28 min/km.

Debo reconocer que no iba muy sobrado, pero me mantuve con dignidad; sin embargo, veía que Miguel iba sobrado. Ya me ha demostrado en varios entrenamientos que está fuerte.

En total hicimos 16 km en un tiempo de 1:16:14 @ 4:46 min/km.

Como curiosidad, modificamos ligeramente el trazado gracias al nuevo puente que han instalado. Poco antes de terminar el circuito «de toda la vida» han hecho un puente que cruza el río. Nada más cruzar, sale un camino a la izquierda en ligera pendiente que continúa paralelo al río y que durante medio kilómetro, poco más o menos, llega a otro puente que ya existía por el que se vuelve a pasar a la otra orilla. Al cruzar ese puente, se gira de nuevo a la izquierda y se acaba llegando a donde antes acababa el circuito. Y desde allí, vuelta por donde siempre.

nuevo-puente-plano
Plano de situación del nuevo puente

puente-nuevo
El nuevo puente pintado con bonitos colores

Haciendo esto, son casi 16 km entre ida y vuelta desde el punto de encuentro. Para hacer algo más habría que dar un rodeo al comienzo del parque o salir como otras veces del circuito paralelo al río hacia el camino del Malecón, por la subestación eléctrica.

Ya está en las últimas

El Forerunner 405 ha sufrido algún que otro problema en estos cinco años y medio que llevo con el chisme. Sobre todo la correa, que parece ser el elemento más débil. En diciembre de 2011, cuando tenía un año y nueve meses de vida se rompió la correa por primera vez. Meses más tarde volvió a romperse el otro trozo de la correa.

Y ahora, se ha vuelto a romper la correa y después de comprar un recambio (20 euracos), al proceder a quitar la vieja, se han roto los enganches del pasador, como se puede ver (si se tiene buena vista) en la foto:

405-roto

Así que después de este grave problema, la única solución consiste en pegar la nueva correa con Loctite y ver si aguanta. De momento la unión parece fuerte. Ya veremos cuando sea utilizado asiduamente.


Hoy no tuvo éxito la convocatoria, así que me tocó correr solo. Los sábados me gusta ir al Parque Lineal para variar un poco y eso fue lo que hice. La idea era hacer tres kilómetros de calentamiento, diez kilómetros a ritmo de maratón y otros tres kilómetros de enfriamiento. Dicho y hecho. Salí de casa rumbo al Parque Lineal y al poco de entrar, se cumplió ese tercer kilómetro. Traté de ponerme sobre 4:35, que era el objetivo, y tratar de mantener ese ritmo durante una decena de kilómetros. Y me costó, ¡vaya si me costó! Notaba las piernas pesadas, quizás del entreno del jueves, pero unos segundos arriba, unos segundos abajo (más bien arriba) fui cumpliendo el objetivo fijado.

Para hacer los 16 km previstos, llegué hasta el punto donde antes acababa el circuito del Parque Lineal y pude comprobar que han continuado el camino un poco más allá, hasta un puente que permite cruzar al otro lado del río. No llegué a cruzar el puente, pero sale justo detrás de una gasolinera situada en la M-301 y ahí se puede empalmar (creo) con el carril bici que va a San Martín de la Vega. El próximo día que vaya a hacer tirada larga, cruzaré el puente y veré a donde llega exactamente.

Entre unas cosas y otras completé 16 km en un 1:17:59 @ 4:52 min/km. Bastante contento con haber podido aguantar con más o menos entereza los diez kilómetros a buen ritmo, aunque el último me costara lo suyo. Hice 4:38 min/km de media frente a los 4:35 que pretendía.

Hoy la báscula marcaba 69,5 kg, lo que indica que he perdido 600 gramos en una semana. Me parece demasiado, la verdad. ¿O será que el reto funciona?

Con dos monstruos muy en forma

Hoy hemos quedado pronto para salir a entrenar. Nos hemos dado cita en el punto de encuentra tres pradolongueros: Quique, mi tocayo y un servidor. Y durante el entreno he podido comprobar que son unos monstruos del correr. Se notan sus entrenamientos «secretos».

Quique nos contaba que lleva todo el verano en Parque Sur entrenando con otros corredores, entre los que se encuentra Antonio, ese magnífico speaker de la Carrera del Zofío. Están haciendo entrenamientos de fuerza y dice que se notan esos entrenamientos, que están más rápidos. Desde luego hoy iba como un tiro.

Y no sólo Quique. Miguel, que entrena cuando puede y por su cuenta y riesgo, también está como un tiro. Hemos empezado a ritmo tranquilo hasta que hemos llegado al Parque Lineal y allí ya hemos aumentado un poco el ritmo. Los he aguantado unos pocos kilómetros porque luego han empezado a correr de verdad y se han ido yendo poco a poco. A mitad de recorrido, al dar la vuelta al final del parque todavía no andaban muy lejos, pero iban muy rápido y he acabado perdiéndolos de vista. Luego me contaron que estuvieron unos cuantos kilómetros unos pocos segundos por encima de cuatro y algunos por debajo.

Eso sí, tuvieron el detalle de esperarme antes de salir del Parque Lineal, así que fui acompañado hasta el punto de encuentro habitual. De esta forma, he recorrido un total de 15,5 km en un tiempo de 1:14:37 @ 4:49 min/km. Y los nueve kilómetros que he tratado de hacer a ritmo de maratón los he hecho en 40:33 a una media de 4:30 min/km que era más o menos lo deseado.

Como suelo hacer todos los sábados antes de salir a correr, he subido a la báscula. Marcaba 70,2 kg más peso que la semana pasada y la verdad es que no lo entiendo porque he tratado de controlar bien la comida. Pero no hay que desesperar, hay que seguir insistiendo.

Con prisas

A las ocho en punto hemos quedado en el punto de encuentro. Tenía bastante prisa y no tenía otra opción que quedar pronto. Mi tocayo también tenía cosas que hacer este sábado por la mañana, así que sólo nos encontramos los dos en el punto de encuentro habitual.

Está el jodío fino, fino. Entre que anda mucho y fácil y que yo notaba las piernas cargadas de las cuestas del jueves, me costó ir a su ritmo. En estos casos siempre se nota quien va mejor porque al hablar en ningún momento le falta el resuello, mientras que al otro bastante tiene con no perder el paso.

Por aquello de las prisas sólo teníamos previsto hacer una hora, lo que suponía más o menos hacer doce kilómetros. Al final hicimos muy poco más, 12,2 km, en un tiempo de 59:43 @ 4:53 min/km. Un buen ritmo para mis cansadas piernas.

Antes de salir a correr tocaba subirse a la báscula y estaba algo temeroso después de la visita a Bélgica. Marcaba 70,5 kg que es un poco menos que la anterior pesada. No consigo bajar de setenta, pero al menos no he aumentado.

Hablaba yo de reencuentro

Hablaba en la entrada del entrenamiento anterior del reencuentro con los compañeros, pero hoy sí ha sido el día del reencuentro de verdad, ya que nos hemos dado cita nueve pradolongueros en el punto de encuentro habitual. Y no exagero, que hay constancia gráfica del encuentro.

pradolongueros-selfie
No han salido muy enfocados los pradolongueros, pero mi nariz, perfecta

Salimos todos juntos, pero enseguida se hicieron dos grupos. Uno más numeroso que fue hacia el Parque Lineal y otro más pequeño que se quedó en Pradolongo. Yo estuve con los primeros que fuimos hacia el río.

No tenía pensado correr hoy, ya que lo había hecho ayer, pero por ver a los compañeros hice lo posible por acercarme. Pero de todas formas, prefería ir tranquilo porque notaba los tendones de aquiles muy tirantes, como siempre me ocurre cuando corro dos día seguidos.

Salimos despacio y tan tranquilos íbamos, que hicimos los cinco kilómetros de ida a un ritmo de 5:54 min/km. Luego apreté un poco los dos siguientes kilómetros, pero aflojé posteriormente, no era cuestión de lesionarse.

Hicimos 10 km en un tiempo de 55:38 @ 5:34 min/km.

De reencuentro

Una semana después de volver de las vacaciones era el momento de reencontrarme con mis compañeros pradolongueros, aunque muchos de ellos los sábados aprovechan para ir a la Casa de Campo; sin embargo Joaquín y Miguel tenían intenciones de acompañarme.

Por desgracia, Miguel ha tenido que desistir al haber pasado una mala noche, así que sólo hemos corrido Joaquín y un servidor.

El sábado suele ser el día que aprovechamos para bajar al río, para cambiar un poco la rutina del parque Pradolongo y eso es lo que hemos hecho. Salida desde el punto de encuentro habitual hasta el segundo puente y vuelta por donde habíamos venido, totalizando 11,3 km en 58:55 @ 5:10 min/km.

Comentaba Joaquín que se encuentra muy bien de forma, ya que ha estado entrenando todo el verano. Hoy, sin embargo, no hemos ido deprisa porque él había corrido ayer y estaba algo cansado. Ya habrá días y días para hacer entrenamientos a cuchillo.

Hoy marcaba la báscula 70,8 kg lo cual es una buena señal y esperemos sea el comienzo de una bajada imparable hasta los 67 por lo menos.

Últimos entrenamientos de julio

La verdad es que el mes de julio ha sido un buen mes respecto al número de entrenamientos. La calidad de ellos, ya dudo un poco, porque con tanto calor no hacía otra cosa más allá de trotar; sin embargo, en la última semana he tenido un problemilla que ya relataré en la próxima entrada y que me ha impedido completar el mes como hubiese deseado.

Voy a resumir en esta entrada los entrenos de la segunda quincena del mes de julio, ya que no hay mucho que destacar como para hacer una entrada por día.

Después del día récord de calor, el jueves 16, vino un día bastante caluroso también, pero se notaba que había bajado algo, aunque fuese sólo un par de grados. El entrenamiento no fue tan asfixiante, pero aún así fuimos muy tranquilos. Hice 9,4 km en un tiempo de 52:45 a un ritmo más que tranquilo: 5:36 min/km.

El sábado 18 de julio quedamos a las 8:15 de la mañana para salir con la fresca. En un principio íbamos a salir cuatro, pero uno de ellos se nos durmió, así que sólo fuimos tres. Y aunque la temperatura era muy placentera, sobre todo en la ida que era más pronto y había bastante sombra, también fuimos muy tranquilos. Decidimos ir por el Parque Lineal que es un paseo muy agradable aunque luego los últimos kilómetros toque subir. Como anécdota, ya terminando, subiendo cerca del 12 de octubre se tiró un perro a por mí, que me dio un susto bárbaro, pero según su dueña era porque se sintió acosado. Un poco después pasaron mis dos compañeros y también se tiró a por ellos, imagino que también sintiéndose acosado. El pan nuestro de cada día en la eterna pelea corredores y perros. Hicimos 12 km en 1:03:20 @ 5:16 min/km en una jornada de lo más agradable, hay que tener en cuenta que pasamos de estar rondando los cuarenta grados los días entre semana y a los pocos más de viente hoy.

El domingo 19 tocó bicicleta. Lo primero fue subirme a la báscula, que marcaba 70,3 kg un poco más que la semana pasada. No está mal del todo, me mantengo. Tocaba estirar un poco más la tirada y decidimos ir a Villaconejos, haciendo el mismo recorrido que en tiempos pretéritos gustaba mucho hacer a los componentes del Club Ciclista Cortés. La idea era salir lo más pronto posible, pero al final se nos fue la hora hasta las 8:45, que no está mal del todo, pero que prometía calor a la vuelta. Llegamos a Villaconejos bastante bien, aunque desde Titualcia hasta el pueblo de los melones es casi todo para a arriba. Paramos en un bar a recuperar fuerzas y vuelta otra vez por donde vinimos. Hasta Titulcia bastante bien porque es muy favorable. Luego tampoco fuimos mal por Ciempozuelos y San Martín; sin embargo, nos costó un poco la subida a La Marañosa ya que hacía bastante calor y llevábamos muchos kilómetros (para nuestro nivel) en el cuerpo. Además, al ser más tarde había menos ciclistas circulando y no conseguimos enganchar ningún grupo que nos hiciera más cómodo el rodaje. En total hicimos 93,5 km en un tiempo de 3h56, consiguiendo mi compañera de rodaje su récord de kilometraje en una jornada.

villaconejos-tortilla
Un alto en Villaconejos, el pueblo de los melones

El martes 21 de julio parecía casi invierno 😉 La temperatura andaba un poco por encima de los treinta y seis grados y resulta curioso como se notaba esos tres grados de diferencia. Se corría medio bien. De hecho, después de una primera vuelta muy tranquila, fuimos luego jugando a tratar de llevar un ritmo y la verdad es que no nos salió muy bien. El primero era ir a 5:00 y Joaquín marcó 4:45. El segundo me puse yo a marcarlo y salió a 4:55, algo más razonable. El tercero también lo marqué yo y lo clavé, se trataba de ir a 4:50 y no me fui ni un segundo arriba ni un segundo abajo. El cuarto y último de esta segunda vuelta era para tratar de ir a 4:45 y lo marcaba Joaquín, pero aquí lo dio todo y lo hicimos en 4:30. Un poco desastre, pero lo pasas entretenido jugando un poco. Totalicé 9,4 km en 49:24 @ 5:13 min/km. De nuevo, como en estos otros días anteriores, nos acompañó una amiga habitual del Pradolongo con la bicicleta y con el bidón bien cargado de agua, que nos hizo más llevadera la jornada.

El jueves 23 de julio se animó mi tocayo a venir con nosotros. Sus obligaciones de padre no le permiten casi nunca bajar a esta hora, sale más tarde, pero este día fue una excepción. Y en que momento… El tío está fuerte como el vinagre y después de haber estado tirándonos el moco de que entrenábamos como jabatos, vino a demostrar que el que entrena de verdad es él y nosotros hacemos poco más que arrastrarnos. Después de un par de kilómetros más o menos tranquilos, empezó a apretar el acelerador y tratamos de que no se fuera. Yo había comido muy tarde y notaba todavía la comida en la boca, por lo que esta aceleración no fue muy de muy agrado, pero el tío siguió a un ritmo más o menos constante hasta acabar la primera vuelta y luego a aceleró más. Sobre el kilómetro 5,5 decidí que ya estaba bien de hacer el canelo porque las molestias en la tripa eran horrorosas y sentía como si en la próxima zancada se me fuese a salir la comida por la boca, así que bajé el ritmo y al tran, tran cumplimenté 9,3 km en un tiempo de 47:26 @ 5:07 min/km.

El sábado 25 de julio quedamos a las 8:15 en el punto de encuentro. Nos juntamos tres: mi tocayo que me había reventado el jueves, una chica que estaba preparando una maratón para el mes de agosto y que ya andaba con el tapering y un servidor que iba casi de convidado de piedra. Decía la chica que el rodaje de hoy era de 1h50 a un ritmo cómodo. Ese ritmo cómodo era para ella cercano a 4:30. Así que se me pusieron los pelos como escarpias cuando oí eso. Dijo que bueno, como era un circuito de ida y vuelta, trataría de ir a ese ritmo cómodo a la vuelta. Hicimos un par de kilómetros tranquilos, pero pronto empezamos a ir a un ritmo cercano a cinco, siempre por debajo. Llegamos hasta el final del Parque Lineal y a la vuelta, como siempre, aire en contra y buscando el ritmo cómodo poco a poco. De 4:50 pasamos a 4:35, 4:38, 4:29, 4:34 y ahí ya se me fueron y ya aproveché para aflojar el ritmo, que me llevaban con la soga al cuello. Ese ritmo tan cómodo era mucho para mí. Pararon en la fuente y me esperaron. Desde allí hasta el parque de Pradolongo ya fuimos más tranquilos y fue en ese tramo donde el GPS se quedó sin batería, por lo que sólo me marcó 12,7 km de los 15 km que hicimos. Esos 12,7 km registrados por el GPS los hicimos en 1:02:09 @ 4:57 min/km. No estuvo mal el entreno, no. La báscula marcó 70,2 kg, bajando lo que subí la semana anterior.

El domingo 26 de julio fue día de bicicleta. Y esta vez me tocaba pedalear en solitario, ya que mi acompañante habitual estaba fuera de Madrid. Como suele ocurrir, salí a las 8:45, más tarde de lo que hubiese deseado, por lo que me iba a tocar pasar calor. El recorrido era de Madrid hasta un pequeño pueblo de Toledo llamado Gerindote. Y la jugada era hacer una parada más o menos a medio recorrido para desayunar algo y recuperar fuerzas. Salí por el recorrido habitual hasta San Martín, Ciempozuelos y desde allí tirar hacia Aranjuez para desviarme a Seseña, Esquivias, Borox, Añover de Tajo y Villaseca de la Sagra donde tenía previsto parar; sin embargo, no conseguí encontrar el desvío a Seseña, ya que no estaba indicado, así que me fui por un camino mal asfaltado paralelo a la A4 que ya conocía de otras veces. Ese camino mal asfaltado se convierte en tierra poco antes de pasar por debajo de la A4 y sigue siendo de tierra bastantes metros más. Cerca ya del peaje de la R4 es de nuevo asfalto y ya se coge la carretera que tenía previsto en el plan inicial. Me ahorré unos cuantos kilómetros por no haber encontrado el desvía a Seseña.

Poco antes de Añover apareció delante de mí, saliendo de un camino como por ensalmo, un buen grupo de ciclistas de MTB de Pinto y me acoplé un rato a rueda para descansar un poco. Iba a buen ritmo y bien protegido. Por desgracia, enseguida se bifurcaron nuestros caminos. Poco después adelanté a un ciclista en MTB que iba en solitario, yo seguí a mi bola y pasados los kilómetros, cuando me acercaba a la central térmica de Villaseca vi que me seguía de cerca y luego me adelantó, así que cogí su rueda y fui unos kilómetros aprovechando su rebufo. El tío iba deprisa, pero tampoco me importaba gastar algo de fuerzas, ya que en Villaseca tenía pensado desayunar. Curiosamente, en este pueblo paramos los dos. Yo a desayunar e imagino que él habría llegado a su destino. Estuve dando una vuelta por el pueblo y no fui capaz de encontrar un bar con terraza donde parar, así que seguí hasta Mocejón, el siguiente pueblo. Allí sí encontré una bonita terraza en la plaza del ayuntamiento. Me tomé un café con leche y tostada con aceite y tomate y monté de nuevo en la flaca. En ese momento llevaba 73,5 km en un tiempo de 2h35. Había hecho más kilómetros de los que pensaba antes de parar.

No es buena idea para en Mocejón, porque el siguiente pueblo que es Olías del Rey está en un alto y la carretera es todo el rato picando para arriba. Eso, después de llenarse bien el estómago es un mal asunto, pero aflojando un poco el ritmo se lleva sin demasiados agobios. Desde Olías a Bargas, pasando por encima de la A42 y desde Bargas al río Guadarrama por una carretera llena de subidas y bajadas que fui sorteando con bastante frescura. Al llegar al río, lo lógico es que hubiese seguido hacia Rielves por lo que era la antigua carretera de Toledo a Ávila, pero se me ocurrió la genial idea de hacer un pequeño rodeo, tirando hacia Villamiel de Toledo. Craso error, desde el río hasta Huecas, que está más allá de Villamiel es todo para arriba, no es un puerto, se trata de un falso llano que pica y pica hacia arriba, sin apenas descanso. Un horror. ¿Y todo por qué? Porque en mi época de juvenil había corrido una carrera ciclista que partiendo de Torrijos salía hacia Huecas, Villamiel, Rielves y vuelta al origen. Y hoy, aunque lo hiciese al revés, me gustaba recordar esas carreteras y esos tiempos. Al llegar a Huecas se termina la subida y al tirar hacia Torrijos se va por una carretera bastante poco transitada donde hay algún repecho, pero es más bien favorable. Ya quedaba poco para llegar a mi destino, lo cual hice tras recorrer 42,2 km (una maratón) en un tiempo de 1h38. Totalizando de esta manera 116,8 km en un tiempo de 4h16 a una velocidad de 27,3 km/h.

116km
Una buena kilometrada en solitario

Cuando llegué al destino, lo único que iba pensando era en ir a la piscina y darme un buen baño para quitarme el sudor y de paso, recuperar algo de sales con una buena cerveza. Y me sentaron de vicio ambas… sobre todo la cerveza.

piscina-gerindote
Primero un remojón por fuera

cervecita
Y luego por dentro

Y con este viaje en bicicleta se acabaron los entrenamientos de julio una semana antes de que acabara el mes por un motivo inesperado.