Después de que 1999 fuese una temporada extraordinaria, el año 2000
fue una catástrofe. Después de la media de Fuencarral me lesioné y
estuve casi dos meses lesionado, yendo a rehabilitación. De nuevo el
tendón de aquiles me hizo una mala pasada.
Este año también empecé con mal pie ya que me lesioné en el mes de enero. Estuve yendo al fisio y a finales de febrero pude empezar a entrenar desde cero. En vista de que no iba a llegar al último domingo de abril con un entrenamiento adecuado, decidí prepararme para el maratón de Laredo que se celebraba el último domingo de mayo.
Utilicé, por lo tanto, el MAPOMA como un entrenamiento largo, con la
idea de hacer 30 km corriendo y el resto, andando. Al final Juanma no
iba muy fino y entre el uno y el otro llegamos a meta como pudimos.
Esta era la XXIV edición de la Maratón de Madrid y salió un día
bastante desagradable para correr, sobre todo por la lluvia. El ganador,
José Ramón Rey, calificó la prueba como un infierno.
Este año el último domingo de abril fue el día 29 y ese día se
celebró la prueba. Como últimamente me ocurre, empecé con mal pie el
día. Después de levantarme con tiempo (tres horas antes) para ir
tranquilo, al final llegué tarde a la foto debido al desacuerdo entre
organizador y EMT para que ese día los corredores pudieran ir gratis en
transporte público. Empecé a ponerme nervioso ya que tuve que volver a
casa a por dinero. Otro fallo fue beberme casi 1,5 litros de agua antes
de la prueba, lo cual me obligó a parar 3 veces durante la carrera a
vaciar la vejiga. Al final, aunque tarde, contacté con algunos
compañeros de MaraTI+D que todavía andaban pululando
por el punto de encuentro. Los rezagados nos hicimos una segunda foto y
al poco nos acercamos a la línea de salida donde supuestamente 10.000
corredores esperaban el pistoletazo de salida.
Goyo, JuanMa, Antonio (un nuevo fichaje para el equipo) y un servidor
planeamos ir juntos hasta donde fuese posible, siguiendo un ritmo de,
aproximadamente, 6 min/km y con esa intención salimos. Tras pasar la
glorieta de Cuatroca, Antonio aumentó el ritmo y el grupo expedicionario
se redujo en una unidad. El resto del grupo siguió unido hasta el km 25
donde la mayor fortaleza de Goyo se puso de manifiesto y el grupo quedó
reducido solamente a dos. A partir del km 27 empezaron los problema
para el G.E. y solamente conseguimos proseguir juntos bajando el ritmo y
manteniendo la entereza en los peores momentos. Al final llegamos a la
línea de meta juntos y hermanados (como buen G.E.) en un tiempo de 4:43:39.
Aunque es mi peor marca de siempre, esta maratón ha sido una de las
más gozosas para mi, ya que después de no poder correr el año pasado y
sufir tres lesiones jodidas en menos de un año, pensaba que lo de correr
(y más una maratón) era cosa de otros. Además, por la última lesión, el
entrenamiento había sido escaso. Sin embargo, no he tenido problemas
con las lesiones y he cumplido mis objetivos marcados: llegar en
condiciones al km 30 y terminar la maratón de cualquier manera. Otro
motivo de gozo ha sido realizar toda la carrera con un compañero de
MaraTI+D (JuanMa) ya que entre uno y otro, nos hemos ayudado a alcanzar
la meta.
La organización me ha parecido brillante, el único pero que puedo
indicar, ha sido el desconcierto que me ha provocado el hecho de indicar
en el folleto que el transporte sería gratuito cuando al final no lo ha
sido, pero en su disculpa, diré que parece ser que había un cartelote
en la feria del corredor que indica esta circunstancia, que
desgraciadamente no vi.
Para terminar, dar gracias a todos los compañeros de la empresa y de MaraTI+D
que han animado al equipo durante la carrera. Si otras veces, se han
merecido un 10 por su comportamiento ejemplar, esta vez, ni siquiera un
11 haría justicia. Y esto mismo es extensible al público en general que
ha animado de manera impresionante en un día de perros y en medio de un
puente salvaje, ¿dónde demonios ha salido tanta gente?
Hasta el momento, la temporada 99 ha sido la mejor temporada de mi
vida. El hecho de que la maratón de San Sebastián se celebrara a finales
de noviembre me llevó a comenzar el plan de entrenamiento con una base
sólida y no empezar de cero como siempre me ocurre. Descansé un par de
semanas después de la maratón de Donostia, ya que al correr tenía
dolores de rodillas. Estas molestias me impidieron participar en el
Trofeo Akiles, una de las carreras que más me gustan. Comencé el plan de
entrenamiento de 18 semanas el 21 de diciembre, machacándome un poco
para la carrera de Usera que se celebraba en enero. En ésta conseguí mi
mejor marca en 10 km, realizando un tiempo de 41:39. Poco después, en
Fuencarral batí mi marca de media maratón, pulverizándola un mes después
en Coslada con un tiempo de 1:31:39. Más tarde, en los XI 20 km Villa
de Madrid machaqué mi marca de 20 km, dejándola en 1:24:28.
Carrera
Fecha
Distancia
Tiempo
Puntos
IV 10 km Pedestres Distrito de Usera
17/1/99
10
41:43
448,91
XV Media Maratón de Fuencarral
7/2/99
21,097
1:35:01
426,48
XV Media Maratón de Coslada
7/3/99
21,097
1:31:39
467,96
XI 20 km Villa de Madrid
28/3/99
20
1:24:28
496,39
Con estos presagios, imaginaba que podría mejorar mi marca en la
maratón. La marca obtenida en los 20 km, a un mes de la maratón,
extrapolada, indicaba un tiempo a realizar de 3:08:53. Mis
entrenamientos a ritmo, sobre las 160 ppm, me daban un paso de carrera
aproximado de 4:45/km, haciendo la cuenta de la vieja: 3:20:26. Por otro
lado, Juan Ignacio desde Alemania y Cañadilla desde aquí intentaban
convencerme de que las 3h15 eran un objetivo realista. Me planteé hacer
un tiempo cercano a las 3h20. Mejor pecar de conservador.
Utilicé una hoja de cálculo que nos pasó Manolo Cabrera para calcular
los tiempos de paso por los distintos puntos kilométricos, con la idea
de hacerme una pequeña chuleta y pegarla a la correa del reloj. Ocurrió
que hice los números tan pequeños (4 puntos) que luego era incapaz de
leerlos según corría, al menos tenía en mente algunos kilómetros
importantes y el tiempo que tenía que hacer en ellos. Esta hoja de
cálculo necesitaba como entradas, los minutos totales empleados en
terminar la prueba y la hora de salida. Utilizaba un factor r
que dependía del perfil de la carrera y calculaba, el ritmo por
kilómetro, el tiempo acumulado de carrera y la hora de paso por cada
punto kilométrico. Esta hoja de cálculo fue bastante útil para elaborar
el plan de puntos de encuentro. La siguiente tabla muestra los tiempos
estimados por kilómetro para esta maratón.
km
r
Total
Inicio
200
9.30.00
1
1
0.04.32
0.04.32
9.34.32
2
1
0.04.32
0.09.05
9.39.05
3
1
0.04.32
0.13.37
9.43.37
4
1
0.04.32
0.18.10
9.48.10
5
1
0.04.32
0.22.42
9.52.42
6
1
0.04.32
0.27.15
9.57.15
7
1
0.04.32
0.31.47
10.01.47
8
1
0.04.32
0.36.19
10.06.19
9
1
0.04.32
0.40.52
10.10.52
10
1
0.04.32
0.45.24
10.15.24
11
1
0.04.32
0.49.57
10.19.57
12
1
0.04.32
0.54.29
10.24.29
13
1
0.04.32
0.59.01
10.29.01
14
1
0.04.32
1.03.34
10.33.34
15
1
0.04.32
1.08.06
10.38.06
16
1
0.04.32
1.12.39
10.42.39
17
1
0.04.32
1.17.11
10.47.11
18
1
0.04.32
1.21.44
10.51.44
19
1
0.04.32
1.26.16
10.56.16
20
1,03
0.04.41
1.30.57
11.00.57
21
1,03
0.04.41
1.35.37
11.05.37
22
1,03
0.04.41
1.40.18
11.10.18
23
1,03
0.04.41
1.44.58
11.14.58
24
1,03
0.04.41
1.49.39
11.19.39
25
1,03
0.04.41
1.54.19
11.24.19
26
1,03
0.04.41
1.59.00
11.29.00
27
1,04
0.04.43
2.03.43
11.33.43
28
1,04
0.04.43
2.08.27
11.38.27
29
1,04
0.04.43
2.13.10
11.43.10
30
1,04
0.04.43
2.17.53
11.47.53
31
1,04
0.04.43
2.22.37
11.52.37
32
1,08
0.04.54
2.27.31
11.57.31
33
1,08
0.04.54
2.32.25
12.02.25
34
1,08
0.04.54
2.37.19
12.07.19
35
1,08
0.04.54
2.42.13
12.12.13
36
1,08
0.04.54
2.47.08
12.17.08
37
1,08
0.04.54
2.52.02
12.22.02
38
1,18
0.05.21
2.57.23
12.27.23
39
1,18
0.05.21
3.02.45
12.32.45
40
1,18
0.05.21
3.08.06
12.38.06
41
1,18
0.05.21
3.13.28
12.43.28
42,195
1,44
0.06.32
3.20.00
12.50.00
1,362
3.20.00
0.04.44
La maratón se celebró el 25 de abril y el día empezó fastidiado. Me
levanté muy justo: dos horas y cuarto antes y no llegué a la hora
prevista. Primera lección: hay que levantarse, al menos, con tres horas de anticipación.
Habíamos quedado en el Palacio de Linares a las 8h30′ para la foto y me
presenté a las 9h00′. Estaba todo nervioso, no encontraba a nadie,
olvidé las botellitas de agua en casa y tenía la boca totalmente seca al
llegar a Cibeles. Empecé a buscar por la zona de salida y al poco me
encontré con Juan Ignacio, Elena y JuanMa ¡menos mal! También me
encontré con Angel León Alcalde, antiguo compañero de la Escuela y que
el año anterior Marisa había visto durante la maratón. Este decidió
venir conmigo ya que no encontraba a sus colegas de Ciudad Real. La
organización en la zona de salida era perfecta. Todo muy amplio,
botellas para poder beber, guardarropa funcionando bien y abundantes y,
lo mejor, todo el Paseo de Recoletos para la salida. Para evitar el
problema de congestión del pasado año, se cambió el lugar de salida y
parte del recorrido.
Creo recordar que el Paseo de Recoletos tiene seis carriles de anchura.
Una gozada. Nos colocamos decentemente en el pelotón de salida y
esperamos el pistoletazo mientras veíamos caer a los paracas con su
habitual precisión milimétrica.
Sonó el disparo y 33 segundos más tarde cruzamos la alfombra de
salida. No estuvo mal la salida, se suponía que estábamos rodeados de
10.000 personas, aunque creo que Mauricio engañó un poco con esta cifra.
Aunque habíamos perdido algo de tiempo en la subida hasta Plaza de
Castilla, en el km 10 íbamos, aproximadamente, medio minuto sólo por
encima del tiempo previsto. Bajando Príncipe de Vergara, pude comprobar
que a Juan Ignacio le costaba seguir el ritmo. Aguantó a duras penas
hasta Sol, donde le dejamos, tanto Angel, como yo. Pasamos la media
maratón en 1:36:41, solamente 36 segundos perdidos respecto a lo
previsto.
Seguimos a buen ritmo y sobre el km 26, Angel se para a orinar y me quedo solo. En el 27 seguía en tiempo, 2h04 y pico por las 2:03:43 previstas. Yo llevaba algunos kilómetros molesto, necesitaba soltar lastre, la Casa de Campo me parecía un buen lugar para hacerlo. Después de coger la esponja en el 27,5 se acerca de nuevo Angel, pero le comunico mi necesidad perentoria, ya veo que la Casa de Campo está demasiado lejos. Algo después de la cacerolada, entre dos coches me alivio. En cosa de un minuto soluciono el problema. Durante esos momentos Juan Ignacio, al que yo creá más lejos, me adelanta. Le cojo ya en la M-30 y un poco antes de llegar a Lago, le vuelvo a abandonar. La verdad es que me comporto como un cerdo, pero todavía me veo fuerte y veo posible cumplir mi objetivo, de hecho en el km 30, el cronómetro marca 2h19′, sólo un minutillo y pico más que lo previsto y después de parar. En Lago, entrego a Marisa mi riñonera, a la que creo culpable de mis anteriores necesidades y aunque había tomado glucosa anteriormente, me quedo sin mis barritas energéticas. Segunda lección: nunca viene mal energía extra para el final de carrera. Al salir de la Casa de Campo, empiezo a notar que ya no voy lo fino que quisiera, el ritmo decae y en el km 35 cuando veo a Jesús Cañadilla ya noto que voy mal. Esos últimos kilómetros los iba haciendo a 5:15. Subo la calle Segovia, el Paseo Imperial y el ritmo baja a 5:30. No logro recuperarme en la bajadita y empiezo a ver que manadas de corredores me adelantan sin piedad. Sobre el kilómetro 39 se acerca Parra y aunque me anima lo que puede, ya no doy más de si. En estos momentos, en la calle Bustamante el viento en contra sopla de lo lindo. En el 40, el cronómetro marca 3:14:00, por lo que llevo perdido casi seis minutos. Subo como puedo Méndez Alvaro, paso Atocha y como a 500 m de meta me adelanta Fernando Goicolea que viene fresco como una lechuga. Generosamente me espera y entramos juntos y hermanados en meta con un tiempo de 3:27:32, mi mejor marca personal, bajando 7:44 la marca anterior y consiguiendo por primera vez en mi vida bajar de tres horas y media, uno de mis objetivos atléticos. Juan Ignacio se recuperó en los últimos kilómetros y llegó a 14 segundos, una gran marca para los entrenamientos que había hecho en Alemania.
Aunque contento con la marca, creo que en esta maratón ha sido donde
más he sufrido, ya que desde el km 34 empecé a decaer y no levanté
cabeza en ningún momento. En todas las anteriores, tuve un momento de
crisis, pero al final siempre me recuperé. Es posible que en los
kilómetros finales necesitara algo de energía que me hubiese
proporcionado las barritas, aunque comí naranjas en casi todos los
avituallamientos. También es posible que hiciera un planteamiento
demasiado ambicioso al principio, ya que en los primeros kilómetros las
pulsaciones se acercaban a las 170. Llegué a meta un poco mareado,
quizás por el calor, quizás por el esfuerzo, no lo sé. Pero lo más
importane, una maratón más a la buchaca.
Angel cumplió a la perfección mi plan, hizo 3:20:16. Coco cascó en la segunda parte y terminó con un tiempo de 3:04:35, prometiendo que nunca más intentaría bajar de las tres horas. Andrés el vecino hizo un gran tiempo: 2:46:06 aunque se lamentaba de que Juan, el vecino, hiciera 2h43 y él no hubiera podido. De MaraTI+D el mejor fue Javier Gallego que se quedó a sólo dos segundos del récord de Manolo el pasado año. Este se tuvo que retirar ya que había dormido poco durante la semana y además tuvo problemas gástricos. Liborio hizo un carrerón, terminando en 3:23:58. Alberto Cánovas también lo bordó, haciendo la segunda media maratón más rápida que la primera, hizo 3:28:34. El resto del equipo, más o menos, en sus tiempos. JuanMa llegó también un poco fastidiado por haber comido algo que le sentó mal, hizo 4:09:05. Francisco bajó, de nuevo, la barrera de las cinco horas, terminando en 4:46:49.
Curiosamente, aunque sufrí bastante en los últimos ocho kilómetros,
la recuperación fue excelente: baño, siesta y paseo me sentaron de
maravilla. El lunes, al hacer la prueba de bajar la escalera, contemplé
que bajaba sin ningún problema. El martes tenía los gemelos muy tirantes
y el miércoles, prácticamente no me acordaba del esfuerzo realizado. Lo
mejor de esta maratón: la recuperación.
La fascitis plantar que arrastraba desde el mes de enero me hizo
descansar desde la finalización de la maratón de Madrid. Durante el
verano, para no estar parado, anduve bastante con la bicicleta. Viendo
que el tiempo se me echaba encima, empecé a entrenar a finales de
agosto, siguiendo el plan de Han Higdon de 18 semanas para
principiantes. Cuando empecé ya llevaba cuatro semanas de retraso…
Intenté seguir el plan utilizando un pulsómetro Polar modelo
SmartEdge, por lo que corrí varias carreras para intentar conocer qué
pulsaciones debían ser las correctas a la hora de hacer la maratón.
Carrera
Fecha
Distancia
Tiempo
Puntos
V Media Maratón de Alcorcón
25/10/98
21,097
1:42:41
342,15
XXII Media Maratón de Moratalaz
8/11/98
18,5
1:23:15
416,69
La XXI edición de la maratón de San Sebastián se celebró el 29 de noviembre de 1998. Hasta Donostia nos desplazamos tres componentes de MaraTI+D: Jesús C., Josetxu y un servidor. Conmigo se vino mi mujer, mi hija y mi hermana Rocío que tenía muchas ganas de conocer la ciudad. Fue un fin de semana para olvidar: en el camino de ida nos pusieron una multa por no haber pasado la ITV, la comida de la pasta era una verdadera basura, el tiempo era horroroso antes, durante y después de la carrera, no dormí bien la noche del sábado por la niña y el hotel estaba lejos de la llegada, lo que obligó a darnos un largo paseo bajo la lluvia después de la carrera. Una maravilla, vamos.
Pero no todo fue negativo. La ciudad es muy bonita, las tapas estaban
muy bien y el hotel era muy majo: Hotel San Sebastián, en la Avda. de
Zumalacárregui con un desayuno buffet extraordinario.
En lo meramente deportivo tampoco pude realizar mi objetivo que era,
como siempre, bajar de las tres horas y media. Tampoco pude mejorar mi
marca personal. Ya antes de comenzar la carrera, en el camino hacia la
salida me empapé de lo lindo. A la hora de salir no llovió, pero al poco
comenzó de nuevo y estuvo largo rato, incluso llegó a granizar
fuertemente durante algún tiempo.
Pero no sólo la lluvia se animó a “participar” en esta prueba. El
viento era implacable sobre todo en la zona de la playa de La Concha.
Nada más salir formamos un grupo Josetxu, su amigo Javier y yo. Jesús
quería bajar de 3h15 y salió como un rayo directo a su objetivo.
Dado que Josetxu llegó muy justito no quería ir más deprisa de 5
min/km. Al poco de pasar la granizada llegamos a la media maratón con un
tiempo de 1:44:57, o sea, a 5 min/km exactos. Estuvimos esperando y
animando a Josetxu desde el km 20 pero en el 25 petó de manera bárbara y
se puso a andar.
Hasta el km 30 aguanté con Javier, pero luego me marché en solitario.
Sobre el 33 me adelantó un grupeto comandado por una mujer de Mataró al
que me acoplé y me mantuve con uñas y dientes hasta meta. Llegué a la
línea de meta con un tiempo de 3:35:59 según mi reloj. En el diploma que
me mandó la organización el tiempo oficial era de 3:35:36, que habrá que dar por bueno.
La línea de meta estaba desolada: el reloj y las vallas se habían
caído por el aire, no se veía la línea de meta. Aquello era un pequeño
desastre. Jesús llevaba ya veinte minutos esperando y estaba aterido de
frío sin poder cambiarse. Hizo una impresionante marca de 3:13:14. Josetxu se agenció un chubasquero y marchaba tranquilamente. Al final hizo un tiempo de 4h20.
En la zona de meta pasamos bastante frío hasta que localizamos al
amigo que tenía las llaves del coche donde habíamos dejado la ropa,
¡menos mal al té caliente! Al volver para Madrid: lluvia, nieve. Lo
dicho, un fin de semana para olvidar.
El año anterior no pude realizar la típica maratón de otoño debido a una lesión un poco chunga: unas zapatillas ASICS que me costaron once mil y pico pelas me fastidiaron el tendón de aquiles. La señora Milagros, la curandera de Bargas, me dijo que el tendón no estaba en su sitio. Después de estar parado desde septiembre, cambié de zapatillas (Puma Trinomic Control) y reaparecí el 30 de noviembre en Canillejas.
Estuve corriendo a medio gas hasta Fuencarral. Las nuevas zapatillas
me volvieron a romper: una fascitis plantar en el pie izquierdo. Otra
vez a compar zapatillas (Brooks Vapor). A principios de marzo de nuevo
parado por una contractura en el gemelo de la pierna derecha. Conseguí
arreglarme con varias visitas al fisio y gracias al producto Red Hot que me aplicó el masajista. Sin embargo, la fascitis ahí seguía.
Un mes antes de la maratón, concretamente el 23 de marzo, nació mi hija. Con la problemática que conlleva una niña recién nacida volví a perder días de entrenamiento, parecía que iba a llegar a la maratón bajo de forma total. Sin embargo, me probé en los X 20 km Villa de Madrid y me encontré bastante bien, haciendo mi mejor marca personal en esa distancia.
Carrera
Fecha
Distancia
Tiempo
Puntos
XIV Media Maratón de Fuencarral
8/2/98
21,097
1:38:05
391,16
X 20 km Villa de Madrid
5/4/98
20
1:31:52
399,65
Este año la maratón se celebró el 26 de abril de 1998, el mismo día que mi primera maratón, allá en el lejano año 1987 y coincidiendo con el cumpleaños de mi amigo Enrique. Mapoma había cambiado el recorrido, supuestamente suavizando el trazado final, eliminando la subida de Acacias hasta Atocha, yendo por Pirámides por el Pasillo Verde hasta la calle Bustamante, aunque luego había que subir Méndez Álvaro hasta Atocha. También eliminó el Retiro como meta, llegando ahora al Paseo del Prado. La salida también se sacó del parque de El Retiro, aunque se dio muy cerca de éste, en la calle Alcalá.
En la foto se pueden ver bastantes miembros del equipo MaraTI+D
con el uniforme oficial una hora antes de comenzar la maratón con la
Puerta de Alcalá al fondo. Ese año corrieron 18 compañeros.
Habíamos quedado Ángel, Pedro y un servidor para intentar hacer la
maratón en tres horas y media. Pedro no apareció, por lo que salí con
Ángel. La salida fue horrorosa ya que por lo estrecho de la calle se
formó un embudo a los 100 metros. Perdimos un par de minutos.
Fui con Ángel hasta el kilómetro 31, en el Paseo de Castaños (bajada
de la Gta. de las Seis Hermanas hasta Lago) en el que se marchó por su
cuenta. Ahí empecé a pagar los pocos kilómetros realizados de
preparación.
Anduve renqueando hasta el 36 (Puente de Segovia) en el que los
gritos de ánimo de Marisa, Chelo y Luis me dieron alas para afrontar las
cuestas finales. Desde el km 39 hasta meta me acompañó Parra que había
hecho la segunda media maratón con Coco. Terminé la maratón
estableciendo mi mejor marca personal en 3:35:16. Otro año que no consigo bajar de 3h30. Desgraciadamente, la zona de meta era un verdadero caos y, encima, se puso a llover.
Manolo estableció el récord de MaraTI+D en esta distancia, con un tiempo de 2:49:25, entrando en el puesto 172. Javier tuvo problemas intestinales y no le pudo seguir, terminando en 2:57:32. Andrés el vecino hizo un tiempo de 2:51:17, en el puesto 212. Coco, debido a una salida fatal, se quedó en las puertas de bajar de las tres horas, hizo 3:00:02.
Se celebró el 27 de abril de 1997. Una buena amiga por fin se decidió a probar esta loca y hermosa aventura. Realizamos un entrenamiento serio siguiendo las pautas, más o menos, del programa Runcoach. Eso sí, realizando muchos menos kilómetros de lo que indicaba el plan. Con el equipo MaraTI+D realizamos bastantes carreras antes de la maratón:
Carrera
Fecha
Distancia
Tiempo
Puntos
XVII Carrera Popular de Canillejas
17/11/96
12,8
1:10:36
181,8
XVI Trofeo Akiles
1/12/96
10
56:55
134,9
XIII Carrera Popular de Aranjuez
22/12/96
10
53:36
188,3
XVII Media Maratón Universitaria
2/3/97
20,8
1:55:30
212,0
XIX Media Maratón de Coslada
23/3/97
21,097
1:57:55
207,1
IX 20 km Villa de Madrid
13/4/97
20
1:52:51
194,3
En la tabla se puede ver, que se alcanzó el punto de forma óptimo a
mediados del mes de marzo, algo antes de la fecha de celebración del
maratón.
En la foto se pueden ver bastantes miembros del equipo MaraTI+D con el uniforme oficial una hora antes de comenzar el maratón.
A la derecha de la foto aparece mi amiga y debajo, un servidor. Hay que notar que Juan Ignacio está con la camiseta conmemorativa de los veinte maratones realizados.
Salimos a un ritmo constante de 6 min/km y durante la carrera se nos
fueron acoplando diversos corredores que marchaban a ese ritmo. Fue una
experiencia emocionante ir con una mujer ya que los gritos de ánimo son
fabulosos. Antes de llegar al km 10 adelantamos a Francisco y se unió al
grupo. Sobre el km 24 decidió ponerse a andar.
Continuamos nuestro camino y en la Casa de Campo se nos acopló
Juancho, que nos acompañó durante todo el recorrido en dicho lugar.
Llegamos al km 30 (salida de la Casa de Campo) con un tiempo aproximado
de tres horas, clavando el ritmo que nos habíamos propuesto seguir.
Cuando llegaron las terribles cuestas después del estadio Vicente
Calderón, el grupeto que se había formado se rompió en mil pedazos.
Nuestro ritmo decayó algo pero nos mantuvimos firmes. Sobre el km 37
apareció Parra que nos acompañó hasta el final.
Desde la Gta. de Sta. María de la Cabeza hasta Colón fuimos pasando a cientos de personas que habían optado por andar. Mi amiga sentía la tentación de hacer lo propio, pero ni Parra ni yo se lo permitimos. Al entrar al Retiro, los ánimos de mis cuñados pusieron alas en los pies de mi amiga, llegando a meta con un tiempo de 4:16:21. Sin lugar a dudas, la maratón donde mejor me lo he pasado y de la que me siento más satisfecho.
Javier arrebató a Manolo el récord de MaraTI+D,
bajando de las tres horas, dejándolo en 2:56:38. Bernardo hizo un
carrerón con 3:08:25 y Luis de la Torre también hizo un marcón: 3:18:59.
Otro año más, Juan Ignacio completó su maratón, ¡ya lleva 20!
Se celebró el día 6 de octubre de 1996. Excepto las dos semanas que
estuve de vacaciones, el entrenamiento había sido bueno durante el
verano. Hasta Oviedo se desplazaron tres componentes de MaraTI+D: Luis,
Bernardo y un servidor. ¿Qué demonios hacía yo con dos asturianos? Ajá,
buena pregunta. Como mandan los cánones en esas tierras, el día amaneció
lluvioso y ya fue todo una experiencia realizar en coche el trayecto
Oviedo – Sama de Langreo lloviendo torrencialmente. Allí esperaba el
autobús para llevarnos a la línea de salida (Soto de Aigües).
La mayor parte de la carrera la realizamos los tres miembros del equipo juntos, con un amiguete de Bernardo: el Pepe. En el kilómetro 30 Bernardo se destaca junto al susodicho. Hay que decir que en toda la carrera se le había visto sobrado. Luis aguantó conmigo hasta el 35. Estos últimos kilómetros me parecieron eternos, callejeando por Sama de Langreo. Llegué a la línea de meta con un tiempo de 3:38:49. Había conseguido mi mejor marca hasta el momento, bajando 14 minutos mi récord anterior.
Después de la carrera nos dieron un banquete dentro del
polideportivo, con productos típicos de la tierra y de paso nos
entregaron el diploma con el tiempo realizado en la carrera. Sin lugar a
dudas, el diploma más bonito que haya recibido.
La experiencia de correr juntos durante un montón de kilómetros ha resultado muy positiva, digna de ser repetida.
Se celebró el día 28 de abril de 1996. En Telefónica I+D ya se había
formado el equipo de atletismo. Yo me uní a ellos un poco antes de la
maratón, corriendo los 20 km Villa de Madrid (1:44:22), por lo tanto, la
celebración de esta carrera suponía mi segunda carrera dentro de MaraTI+D.
El año anterior tuve que retirarme en el km 31 por una maldita
tendinitis en el tendón de aquiles (en esos momentos no sabía la guerra
que me iban a dar los malditos tendones de aquiles) y no estaba
dispuesto a que este año me pasase lo mismo. Con la experiencia del año
pasado me di cuenta de que es mejor llegar corto de preparación que
lesionado (cosa obvia, por cierto).
Había estado entrenando con una amiga desde el mes de junio del año anterior y no había conseguido convencerla de correr y entre unas cosas y otras llegué a la gran cita un poco falto de entrenamiento por lo que realicé los primeros kilómetros (hasta la mitad) junto a Miguel Angel Rivera Tejero que se encontraba lesionado en un glúteo.
Después de sufrir las inevitables cuestas del final, llegué a la meta en un tiempo de 3:55:46.
De acuerdo con Purdy y la marca realizada en los 20 km, el tiempo
estimado sería de 3:54:27, por lo que la marca -aunque peor que la del
año pasado- no estaba mal del todo, sobre todo porque el entrenamiento
había sido escaso.
En la foto se puede ver a diversos miembros de equipo MaraTI+D
todavía sin el uniforme oficial que sería entregado en el verano de ese
mismo año 1996. La Carrera Popular de la Melonera supuso el debut con
el uniforme.
Aunque Javier no corrió, estuvo durante toda la carrera acompañando a
los demás, repartiendo agua, etc. Animando, que es lo importante.
La edición XVII se celebró el día 24 de abril de 1994. Los siete años transcurridos entre la primera maratón y la segunda se consumieron en realizar algún que otro triatlón y en terminar la carrera y la mili. En esta época, vivía cerca del puente de Segovia. La proximidad con la Casa de Campo me animaba a entrenarme por esa preciosa zona de Madrid, llegando a descubrir hermosos parajes ni siquiera imaginados. Por ejemplo: el tenebroso y hermoso bosque de pinos, el puente de la Garrapata, el arroyo de Antequina, la fuente de Casa Vacas, la carretera de la Ciudad Universitaria, las ardillas…
Con un poco de precipitación en los entrenamientos, llegó el gran
día. Me levanté temprano para desayunar y no cometer el error de la
maratón anterior. Ya me sentía todo un veterano de la carrera, intenté
marchar a un ritmo de 5 min/km y todo marchó bien hasta el kilómetro 35
donde las terribles cuestas me hicieron disminuir la velocidad. Al
final, sin pararme, llegué a la meta con un tiempo de 3:52:32, mejorando el tiempo de mi primera maratón.
La X edición de la Maratón de Madrid se celebró el día 26 de abril de
1987. Tenía 21 años y un par de meses y me disponía a realizar mi primera maratón.
Ya no recuerdo cual fue la razón que me empujó a embarcarme a esta
aventura, pero siempre me habían atraído las carreras de fondo, bien en
bici, bien corriendo.
Yo pensaba que la preparación era buena (en esos tiempos realizaba entrenamientos de 15 km a un ritmo de 4 min/km), pero no lo era, porque no hice rodajes más largos de esos 15 km y las tiradas largas son fundamentales en la preparación de una maratón. La alimentación antes de la carrera fue insuficiente: ni cené el día antes, ni desayuné. Ello provocó que en el kilómetro 30 tuviera que pararme en un puesto de naranjas a reponer las fuerzas que me faltaban. Los restantes kilómetros se me dieron bastante bien, no sufriendo excesivamente en las cuestas situadas después del Calderón. Llegué a la meta con un tiempo de 3:57:11. Nada más llegar me quité las zapatillas y se me cayó la uña de uno de los dedos gordos. Las zapatillas utilizadas eran una verdadera caca, dándose la paradoja de que los calcetines que llevaba puestos eran más caros que las zapatillas.
De todas formas, no estuvo mal después de todo para ser la primera vez ¡¡¡ conseguí bajar de las cuatro horas !!!