Mañana toca Fuencarral

Mañana será mi décima participación en la media maratón de Fuencarral. Reconozco que está carrera es la media que más me gusta y debe ser por el paisaje porque es dura de narices y las cuestas no son precisamente mi ilusión. Además, otras veces, antes de esta carrera hago algo de cuestas en Parque Sur o voy a la Casa de Campo a hacer una tapia, pero este año no he hecho nada de eso. No sé si eso va a afectar al rendimiento mañana.

He salido a Pradolongo a hacer un poco de trote con algunos progresivos, como acostumbro últimamente. Yo creo que me viene bien…

El caso es que hoy he ido más rápido que estos dos días anteriores. Es lo que ocurre a veces por ir solo, que vas más deprisa de la cuenta. Aunque a veces vas acompañado y te picas con los compañeros y también vas deprisa. O a veces vas solo y te dejas llevar por la molicie.

En total he recorrido 7,6 km en un tiempo de 39:19 @ 5:10.

Lo peor es que después me ha empezado a doler el tobillo del pie izquierdo, me ha recordado al año pasado el día antes de la media de Getafe que me lesioné precisamente en una sesión de entrenamiento similar a esta. Me he dado un poco de Radio Salil por si las moscas.

Hoy la báscula marcaba 67,6 kg lo mismo que la semana pasada. Debo mantenerme más o menos así.

Ha llegado el invierno de verdad

Aunque el invierno llegó oficialmente en diciembre, estos días sí son realmente invernales. El jueves en el entrenamiento ya hacía frío, pero esta mañana cuando he salido a las nueve, el frío se notaba y mucho, aunque iba bien pertrechado: mallas largas, camiseta larga, sudadera, guantes y braga en el cuello. Sólo me faltaban los calzoncillos largos. Aún así, cuando soplaba el viento, se echaba de menos un abrigo de esquimal.

No sabía que hacer hoy. Mañana se celebra el trofeo Marathon de cross y me apetece correrlo, pero no tengo dorsal. Me acercaré a temprana hora por si hay alguno sobrante. Entonces, no sabía si ir tranquilo o hacer un día de calidad, cosa que no hice el jueves. Al final, ni una cosa ni otra. He dado un par de vueltas tranquilas y luego he apretado un poco el paso, haciendo algunas cuestas, no las más duras, pero que se notaban en las piernas, tanto que al final he acabado cansado. Como mañana participe en el cross, lo voy a notar.

He completado cuatro vueltas en Parque Sur realizando 12 km en un tiempo de 1:00:18 @ 5:02 min/km. He conseguido con este entrenamiento 14,6 puntos. Llevo poca cosa esta semana.

Antes de salir y después de vaciar el vientre (no del todo, que luego lo he notado en los últimos metros del entrenamiento) me he subido a la báscula y marcaba 67,6 kg, 100 gramos más que la semana pasada, pero en mi línea.

Gracias forofos del running

Existe una web llamada forofos del running que descubrí gracias a Emilio II, asiduo participante en este sitio, que está francamente bien si te gusta esto del correr.

Pues además de todo lo interesante que puede llegar a ser tienen el detalle de ir a un montón de carreras y hacer montones de fotos. El domingo estuvieron en la media de Getafe y colgaron en su web una cantidad ingente de fotos donde seguro que tú, si participaste, apareces en alguna. Yo he conseguido encontrarme en un par de ellas. Una en el avituallamiento situado después del kilómetro diez (la foto que he puesto) y otra en la recta de meta, nada más acceder al estadio.

En el avituallamiento de la media de Getafe
Jugando con el agua en el avituallamiento

Y hablando de la media de Getafe había olvidado comentar un detalle organizativo que estuvo francamente bien. Normalmente en las carreras con mucha participación hay muchas mesas donde recoger el chip y el dorsal organizadas por número de dorsal. El procedimiento habitual es buscar el número de dorsal que te ha sido asignado y con ese número, buscar la mesa donde entregan chip y dorsal. En Getafe, te ahorrabas el primer paso porque las mesas estaban divididas por apellidos, por lo que no hacía falta saber el dorsal que te correspondía. Todo un detalle.

Hoy sábado, visita a Parque Sur que últimamente lo tengo un poco abandonado. La jugada sería hacer kilómetros a ritmo de maratón, pero todavía no era cuestión de forzar ya que la media está reciente, así que unos cuantos kilómetros a buen ritmo, pero sin tanta exigencia como ir a ritmo de maratón.

Hice cuatro kilómetros de calentamiento y luego ocho kilómetros a una media de 4:30, por lo que totalicé 12 km en un tiempo de 56:42 @ 4:43/km. Este entrenamiento supone 20 puntos de intensidad en la escala de Daniels. Aunque no lo parezca fue un entrenamiento durillo, porque el terreno en Parque Sur es muy irregular y costaba mantener ese ritmo de 4:30.

Antes de salir a correr, subí a la báscula y ésta marcaba 67,5 kg, lo mismo que la semana pasada. Bien está.

Preparando las patas

Dado que mañana es la media de Getafe, hoy he salido a hacer poquitos kilómetros, preparando las patas para la carrera. La jugada ha consistido en dar poco más de una vuelta a Pradolongo al trote y realizar cinco progresivos de corta duración. Alguna vez lo he hecho y me creo que me ha venido bien y otras veces, como el año pasado para esta carrera, me lesioné. Espero que esta vez no ocurra.

Si no hay ningún problema, mañana estaré en la línea de salida de Getafe por quinta vez, tratando de hacer 1h29 minutos «pelaos», aunque ya me conformo con bajar mi mejor marca que es 1:29:18 conseguidos hace dos años en esta misma carrera. Ya veremos. Lo mejor, es que al contrario que hace dos años que estuve bastante nervioso por la posibilidad de bajar de la hora y media, esta carrera me la estoy tomando con la mayor tranquilidad del mundo.

En total he realizado 7 km en 39:02 @ 5:35/km y mañana será otro día.

Estas son las veces que he corrido en Getafe. Como se puede ver, en progresión.

2007 1:43:49
2008 1:40:44
2009 1:36:12
2010 1:29:18

Hoy la báscula marcaba 67,5 kg. No está mal, parece que me voy manteniendo en «mis números».

Más gente de la cuenta

Normalmente los sábados entreno en solitario, ya que algunos se van a la Casa de Campo y otros fuera de Madrid; sin embargo, había quedado hoy con Joaquín y luego nos hemos encontrado con Esteban y Andrés y poco después con Emilio II.

Hacía un día de niebla, pero se ha ido quitando poco a poco, aunque no hemos conseguido ver el sol. Disfrutando de este día típico londinense, hemos dado una vueltecita todos juntos y luego nos hemos puesto Joaquín y un servidor a ritmo de maratón, tratando de bajar de 4:30/km. Así hemos recorrido seis kilómetros que nos ha salido a una media de 4:26, que no está mal como primera aproximación.

Hemos hecho 12 km (Joaquín alguno más) en un tiempo de 58:06 @ 4:51. Lo que me ha reportado 19,1 puntos: 13,1 puntos por los kilómetros a ritmo de maratón y otros 6 puntitos por el resto del entreno. Ya son 44,1 puntos los acumulados en esta semana, a un pasito del objetivo.

He subido a la báscula para el control habitual del peso y me he llevado una grata sorpresa ya que vuelvo a estar en un peso razonable. Marcaba 67,7 kg, lejos de los 69 de la semana pasada.

Emilio II todavía se quejaba del piramidal izquierdo, aunque confío que se recupere lo antes posible.

¡¡¡Cuídate mucho Emilio!!!

Se me cae un mito

Leo con estupor un artículo de título The fallacy of Vo2max and %VO2max o lo que es lo mismo, la falacia del Vo2max y %VO2max. Quizás a alguno le suene a chino este asunto, pero para mí es de una importancia casi vital. Considero a Jack Daniels casi un dios y éste basa todo su entrenamiento en el Vo2max y ahora resulta que todo eso es una mentira. Terrible.

Se define el Vo2max como la cantidad máxima de oxígeno (O2) que el organismo puede absorber, transportar y consumir por unidad de tiempo determinado, es decir, el máximo volumen de oxígeno en la sangre que nuestro organismo puede transportar y metabolizar. También se lo llama consumo máximo de oxígeno o capacidad aeróbica.

Algunos autores consideran que el Vo2max es la más importante capacidad fisiológica en las carreras de larga duración, lo que viene a decir, que cuanto más alto sea el Vo2max, mejor corredor serás. Por lo tanto, si se entrena para aumentar ese parámetro, mejora el rendimiento. Y eso es lo que dice Daniels y otros muchos, que hay que entrenar para aumentar el Vo2max y en eso basan sus planes de entrenamiento.

Ahora dicen que el Vo2max no es una medida representativa de la capacidad máxima de transporte de oxígeno. Existe la teoría de que existe un «gobernador central» que regula el ejercicio para evitar que se produzca una isquemia miocárdica (vamos, que te dé un infarto o una angina de pecho o similar) durante dicho ejercicio. Esto se consigue limitando la cantidad de sangre que va hacia la periferia. En definitiva, que ese «gobernador central» es el que regula el ejercicio, en vez de que haya un determinado parámetro que lo haga.

Una de los hecho que apoyan esta teoría es que cuando uno está terminando el ejercicio (está llegando a meta) siempre es capaz de ir un poco más rápido, simplemente porque sabe que ya queda poco para acabar el ejercicio, por lo tanto, parece que la limitación está en la cabeza, no en un parámetro fisiológico.

El autor del artículo habla de otros hechos que tiran por tierra la teoría del Vo2max, como por ejemplo, que se obtengan distintos valores de este parámetro según la prueba se haga en una bicicleta o corriendo o que no a todos los individuos se les puede medir el Vo2max según la teoría de «la meseta».

Además hay estudios en que se ha comprobado un aumento de la resistencia sin que haya aumentado el Vo2max o también que haya aumentado el Vo2max sin que haya aumentado el rendimiento. Se ha demostrado que entre los grupos homogéneos, como los corredores bien entrenados, el Vo2max no se correlaciona bien con el rendimiento y no puede ser utilizado para distinguir quienes son los corredores más rápidos. En el caso concreto de Claudia Radcliffe se vio que su Vo2max no aumentó cuando pasó de entrenar 25-30 millas a la semana a entrenar a 120-160 millas semanales. Y ya para el remate, se observó en una corredora olímpica que mejoró su marca de 3000 metros en 46 segundos, su Vo2max no sólo no aumentó, sino que disminuyó.

Después de todas estas pruebas, ¿tienes sentido basar el entrenamiento en un parámetro que no tiene relación con el rendimiento?

Lo dicho, Jack Daniels acaba de caerse del pedestal donde le tenía puesto.


Dado que mañana tengo una carrerita de sólo cinco kilómetros, he salido a rodar unos kilómetros por el Parque Sur. Me he encontrado con Ricardo, al que hacía tiempo no veía, y me ha alegrado sobremanera. Me estuvo contando las penurias de su lesión y parece que ya está viendo la luz al final del túnel. Espero que se recupere del todo ese pedazo de corredor.

Hice una vuelta con él y luego otras dos más, totalizando 9 km en un tiempo de 46:41 @ 5:11/km. Sin ir muy despacio, pero sin acelerar en exceso para no cansar las piernas para mañana. Este entrenamiento ha supuesto 9,7 puntos de intensidad.

Hoy la báscula me ha dado una mala noticia. Marcaba nada menos que 69 kg. Es cierto que he comido más de la cuentas estas navidades, pero ayer al acabar el entrenamiento pesaba 67,1 kg y hoy casi dos kilos más. Me parece excesivo.

XXXII San Silvestre vicalvareña

Una vez más, para terminar el año atléticamente hablando, nos hemos acercado al madrileño barrio de Vicálvaro a participar en la XXXII edición de la San Silvestre que allí se celebra.

En el polideportivo de este barrio, donde están ubicadas la meta y la salida, habíamos quedado unos cuantos pradolongueros y un número indeterminado de maratidianos que al final se redujo a tres. Juntos nos hicimos una bonita foto.

Pradolongueros y maratidianos en la San Silvestre vicalvareña
Pradolongueros y maratidianos en la San Silvestre vicalvareña

Aunque es una carrera de sólo ocho kilómetros, es una prueba durilla porque excepto llano, tiene todo lo demás: ligera subida, ligera bajada, subida dura y bajada también pronunciada. De todas formas, el propósito era hacerla lo más rápido que pudiese y comprobar si mejoro o no en velocidad. Y es que la maratón, vuelvo a decirlo, te deja las piernas lentas, cosa lógica por otra parte.

Salí a toda pastilla, tanto que no vi el primer kilómetro 🙂 pero pasé el kilómetro dos en 7:50 por lo que consideré que el ritmo era bueno y que más rápido me iba a ser difícil ir. Así fue, me mantuve más o menos y apretando los dientes en las subidas y tratando de relajar un poco en las bajadas fueron pasando los kilómetros, consiguiendo llegar a la meta cumpliendo el objetivo de bajar de treinta y dos minutos, ya que el tiempo en meta fue de 31:52 bruto y 31:49 neto, según la clasificación oficial. Me hubiera gustado hacer menos tiempo, pero… es lo que hay. Tengo que seguir trabajando.

Mi compañera pradolonguera se quedó con la miel en los labios, ya que se quedó en la cuarta posición a sólo dos segundos de la tercera.

Llegando a meta
Llegando a meta (foto cortesía de Gerardo Manzano)

Como en años anteriores, esta carrera no me ha defraudado en absoluto. Muy buena organización, buen precio de inscripción (seis euros) y buena bolsa del corredor, consistente en camiseta técnica, gorra, monedero de muñeca, agua, refresco y bolsa de panchitos. Aparte de todo esto, el hecho de celebrarse en un polideportivo, también teníamos acceso a un vestuario con su correspondiente ducha. Y no olvidarse del sorteo de embutidos, que aunque llevo unos años que no me toca nada, es bastante generoso. Espero que nadie me pregunte por qué prefiero esta sansil a la vallecana.

Diploma San Silvestre vicalvareña 2011
Diploma San Silvestre vicalvareña 2011

Antes de salir hacia Vicálvaro me subí a la báscula y marcaba 67,8 kg, que teniendo en cuenta que acababa de desayunar no está mal, ya que calculo que unos 300 gramos de más sí tenía en el estómago y es que me está costando controlarme estas fiestas.

¡Menudo frío!

Si el jueves fue la lluvia y el barro, hoy ha sido el frío. Salí a eso de las nueve de la mañana con mallas largas y camiseta también de manga larga y pasé un frío de narices, no llegué a entrar en calor en ningún momento. Parece que ya estamos en invierno. Y sobre todo se notaba porque se veían pocos ciclistas y pocos corredores.

En buena lid, hoy hubiese tocado hacer unos cuantos kilómetros a ritmo de maratón, pero todavía tenía las piernas cansadas de la media del domingo, así que me lo tomé como un día fácil, tratando de quemar kilómetros a un ritmo cercano a 5:15.

Quizás el frío se hacía sentir más de lo normal porque hacía bastante aire. Hice el circuito del Parque Lineal y a la ida se me hizo muy llevadero (viento a favor), pero al dar la vuelta empecé a sentir un molesto aire en contra que hacía por un lado que el entrenamiento se hiciese más duro y por otro, que no consiguiera salir del frigorífico.

Al final realicé 18 km en 1:34:53 @ 5:16 y llegué a casa cansado, claramente no recuperado de la carrera del domingo pasado.

Me he quedado asombrado cuando esta mañana me he subido a la báscula y marcaba sólo 66,9 kg. Pocas veces he bajado de 67 kilos. Además pensaba que esta semana, después de unas cuantas tartas de queso de postre, iba a subir el peso, pero ha bajado, lo cual es sorprendente. Parece claro que lo que más engorda es lo que ingieras en la cena.

I Media maratón de Castilla-La Mancha

El sábado por la tarde, un primer grupo expedicionario pradolonguero formado por siete corredores se desplazó a Ciudad Real para participar en la primera edición de la media maratón de Castilla-La Mancha, que este año por primera vez se celebraba junto a la maratón. Un segundo grupo, el de los dos emilios, iba a llegar el mismo día de la carrera, poco antes de empezar.

Llegamos, fuimos al hotel a dejar los chismes y desde allí a recoger el dorsal a la Plaza Mayor. Para nuestra desgracia, este año no hubo el ágape tradicional con que la organización agasajaba a los corredores en el museo municipal López Villaseñor. Nos dijeron que su ausencia era cosa de la crisis y tuvimos que conformarnos con cenar alguna cosa en un local de comida rápida.

El domingo, con aquello del cambio de hora, a las seis ya estaba con los ojos como platos, así que aproveché para desayunar pronto y preparar con mimo los útiles de correr. Por eso, con mucho tiempo de antelación llegamos a la línea de salida donde incluso nos dio tiempo a tomar un café aparte de calentar, hacernos fotos y charlar con la gente del Gran Grupo Garabitas que había desplazado un buen número de efectivos a esta ciudad castellano-manchega.

Antes de la salida de la media, con muchos GGGs
Foto de grupo, antes de la salida de la media, con muchos GGGs

Ya conocía la carrera por la maratón que hice en 2008, por lo que sabía que la media consiste en dar sólo una vuelta de las dos que conforman la maratón entera. Tengo que reconocer que no es una carrera bonita, ya que parte de la prueba transcurre por polígonos industriales y otra buena parte consiste en ir y volver a Miguelturra por una carretera abierta al tráfico separando por conos el carril para los coches y el carril para los corredores. Resulta peligroso y muy desagradable ir corriendo al lado de coches que van y vienen casi rozando los conos.

La animación en Ciudad Real es ciertamente escasa, excepto en el tramo donde está la salida y meta; sin embargo, cuando se cruza por el centro de Miguelturra, la animación es excesiva. Hubo un momento que tanto tamborazo y tanto estruendo me dejó totalmente anonadado, tanto que casi no sabía donde estaba. El tramo de Miguelturra hasta Ciudad Real se hace durillo porque ya llevas bastantes kilómetros en el cuerpo y hay algunos repechitos que consiguen que te vayan abandonando las fuerzas poco a poco. Afortunadamente, desde la entrada a la ciudad de Ciudad Real hasta meta (unos dos kilómetros) el recorrido es favorable y se puede recortar un poco el tiempo perdido en esos repechos.

Tenía previsto salir con Jaquín con la idea de bajar de la hora y media. Con unos minutos de retraso sobre las nueve y media dieron la salida y enseguida nos pusimos a un ritmo de crucero de 4:15 que era lo previsto para realizar esa marca. Los primeros 10 km (42:23) salieron bajo el guión previsto, incluso ganando unos segundillos al crono. En esos primeros kilómetros se nos unió un corredor que nos acompañó casi toda la carrera, siempre a nuestras espaldas, pero que no se quedaba en ningún momento. Pasando esa primera decena de kilómetros, coincidiendo con el avituallamiento en la salida de Ciudad Real y que era cuesta arriba tuvimos una pequeña pérdida de segundos, pero al poco volvimos a marchar al ritmo deseado.

Entre el 13 y el 14 nos adelantó Paco, el hermano de Joaquín, que iba a realizar la maratón entera. Eso nos dejó un poco tocados porque además nos pasó como si tal cosa, a un ritmo endiablado. Luego pagó estas alegrías y se le hizo la segunda vuelta muy dura, pero aún así consiguió hacer 3h15 que no es mala marca; sin embargo nosotros perdimos otro puñado de segundos debido al shock producido por el adelantamiento.

Después del animado paso por el centro de Miguelturra, de nuevo empezamos a transitar por calles muy solitarias de esta localidad y ya saliendo, en el kilómetro 16, se puso a tirar nuestro acompañante. Iba más fuerte que nosotros dos porque cuando llegaron los repechos fue separándose muy poco a poco, sin que fuéramos capaces de seguirle. Pasé dos o tres kilómetros un poco delicados porque veía que no sólo se iba el acompañante, sino que veía que Joaquín también me dejaba tirado. Menos mal que llegamos al kilómetro 19 y el perfil era un poco más favorable; sin embargo, ya veía que la cosa iba a estar muy justa, sobre todo porque un kilómetro después el tiempo era de 1:25:25 (íbamos 25 segundos peor). Sólo quedaba echar toda la carne en el asador en ese kilómetro y pico para tratar de conseguir el objetivo.

Y así fue, sacamos fuerzas de flaqueza y ese último tramo fue el más rápido de todos, consiguiendo marcar un ritmo de 4:06 y bajando por los pelos de la hora y media. El tiempo oficial ha sido de 1:29:55, aunque hice algunos segundos menos de tiempo neto, llegando en el puesto 81 de la general y siendo octavo de mi categoría. Mi compañero de aventuras hizo un segundo más pero se aupó al tercer puesto del cajón de su categoría. Emilio, para no perder la costumbre, se hizo con el primer puesto de su categoría de mayores de 60 años y eso que dentro de dos semanas cumplirá 66 tacos. Este hombre no para de sorprenderme. Y para terminar, la única componente femenina del grupo pradolonguero también subió al cajón. La expedición fue todo un éxito.

Llegando a meta en la media de Castilla-La Mancha
Llegando a meta en la media de Castilla-La Mancha

Como curiosidad, decir que en esta carrera es en la única donde el dorsal ha hecho honor a su nombre. La manera que tuvo la organización de distinguir a los que iban a hacer la maratón de los que iban a hacer la media fue que los más vagos llevaran dos dorsales, uno en el pecho y otro, en el dorso. Nunca lo había visto hasta ahora.

Para terminar fuimos a comer al Hotel Guadiana donde Juan Julián del Gran Grupo Garabitas había reservado para una treintena de personas. La comida fue extraordinaria y muy bien de precio y la compañía, excepcional. Gracias Juju por tus desvelos.

Reponiendo fuerzas después de la carrera
Reponiendo fuerzas después de la carrera

Lo único malo es que acabé con la uña del dedo gordo derecho bastante mal. Ya estaba la cosa fea, pero me dolió bastante en los últimos kilómetros, como si se me fuese clavando. Me sangró durante ese último trecho y desde que paré después de meta no puedo andar con normalidad. La uña ha pasado de estar de color negra, a un color gris sucio, muy mosqueante.

Aprovecho para decir que aunque el sábado no corrí, sí me subí a la báscula. Marcaba 67,1 kg gracias a la gran cantidad de kilómetros que me metí la semana anterior, porque ésta ha sido de poco kilometraje.

Para terminar, dar las gracias a Emilio II (y a Cristina) por las dos primeras fotos y a Juan Julián por la segunda.

Se me hacen eternos

Hoy, como muchos sábados, tocaba hacer kilómetros a ritmo de maratón. Como la semana pasada hice once kilómetros, hoy tenía pensado hacer uno más. Hay que ir poco a poco. Para tratar de mantener un ritmo más o menos constante, suelo hacer estas kilometradas junto al río, en el Parque Lineal. Los primeros tres kilómetros, hasta llegar al parque sirven de calentamiento y luego allí, empiezo a acelerar hasta ponerme al ritmo adecuado, que en mi caso es 4:27, aunque me conformo con ir por debajo de 4:30.

El caso es que se me hicieron largos los 12 km que hice a ritmo de maratón, parecía que no llegaba nunca al final. Además cuando ya a la vuelta se acaba el parque y hay que volver hacia atrás, se hace aún más duro. Pero bueno, no es un entrenamiento de paseo, hay que esforzarse. Después, viendo el ritmo llevado durante esos kilómetros y haciendo la media, resulta que lo clavé. Los 12 km salieron a 4:27, mayor precisión imposible.

Sin embargo, el entrenamiento no fueron sólo los 12 km a ritmo de maratón. También hice 3 km de calentamiento y un par de millas de enfriamiento, por lo que totalicé 18,2 km en un tiempo 1:27:12 @ 4:46 y he acabado con las piernas cansaditas. Ya veremos mañana si puedo con el entrenamiento, que es bastante largo.

Anoche estuve de cena y sospechaba que se iba a notar en el peso. La báscula marcaba 67,7 kg, cien gramos menos que la semana pasada, así que hay que estar contento. Después del entrenamiento, volví a pesarme y había perdido 1,2 kg. Una buena sudada, sin duda.