Que no se nos olvide montar en bici

Llevábamos ya unas cuantas semanas sin montar en bicicleta, así que hoy hemos optado por entrenar en bici en vez de hacerlo a pata. Cuando has montado muchos años, los automatismos de montar en bicicleta los tienes asimilados y lo haces sin querer: subir piñones cuando se pone la carretera para arriba, lo que implica dar a la maneta de una determinada manera, etc.

Si no has montado mucho, hay que tener en la cabeza todo ese tipo de cosas y pensar mucho antes de darle a la maneta. Que si la izquierda es para las coronas, que si la derecha para los piñones, que si la grande es para subir dientes, que si la pequeña para bajar, etc.

Hoy hemos montado las bicicletas en el coche y con el vehículo de cuatro ruedas nos hemos acercado hasta el lago de la Casa de Campo, donde hemos empezado a dar pedales, tratando de seguir, una vez más, el circuito de triatlón. Saliendo de Lago, enseguida hay una cuesta corta, pero de pendiente considerable. Ahí es donde entran en juego los automatismos aprendidos con la práctica y donde se nota si tienes la habilidad suficiente para manejar los piñones y coronas con soltura. Y ahí es donde he visto que mi compañera de entrenamientos todavía anda algo pez en estas lides. Después de un par de semanas sin coger la bici, ya no recordaba cómo se subían o bajaban piñones, que si la izquierda, que si la derecha, que si para arriba, que si para abajo, …

Por fortuna, es algo que se aprende fácil y que en no muchas salidas se asimila. Así que espero que cuando llegue el día del triatlón ya lo haya interiorizado.

Hicimos tres vueltas al circuito, buscando en cada ciclista con el que nos cruzábamos la cara de Javier, pero no conseguí encontrarle, así que fuimos a nuestra bola. Comprobé que mi compañera sube cada vez mejor Garabitas… o que yo estoy bastante peor.

Dando esas tres vueltas completamos 24 km en un tiempo de 1:14:48 a una velocidad media de 19,3 km/hora. Algo lentos, pero lo importante es volver a coger las sensaciones. Ya habrá tiempo de ir más deprisa.

Hasta el puente «colorao»

Hoy tocaba hacer 24 km ya en pleno periodo de tapering. Salimos algo tarde de casa y se nos ocurrió la genial idea de ir por Madrid Río, ya que mi compañera de entrenamientos dominicales opina que yendo por esta zona es más entretenido que hacerlo por otras donde hay menos gente. Cierto es que hay más gente, pero lo de ayer era a todas luces exagerado. Ir por esta zona de Madrid era ir haciendo slalom tratando de esquivar paseantes, bicicletas y otros corredores. Lo peor, con diferencia, las bicicletas que van a una velocidad excesiva para ir por donde van.

Después de atravesar el paseo de Madrid Río de sur a norte, llegamos a la Casa de Campo y decidimos entrar en dicho parque por el Paseo del Embarcadero, hasta llegar a las inmediaciones del Lago. Estuvimos negociando si tirar hacia el oeste y salir de la CdC por el zoo (mi opción) o seguir paralelos al Manzanares hasta completar 12 km y dar la vuelta por el mismo sitio (opción de mi compañera). Al final se impuso la opinión ¿saben ustedes de quién? Efectivamente, la segunda, por lo que seguimos por el Paseo Azul hasta la Plaza de las Moreras, para poco después de sobrepasar esta plaza girar a la izquierda para coger el Paseo Marqués de Monistrol (no confundir con la calle del mismo nombre). En ese punto, el camino se pone cuesta arriba y aunque en plena cuesta llegamos al kilómetro 12 del recorrido, decidimos seguir un poco más hasta llegar a uno de los puntos curiosos de la Casa de Campo.

Estoy convencido de que muy pocos madrileños conocen la existencia de un acueducto en la Casa de Campo. Curiosamente, aún siendo una obra concebida para el transporte de agua es conocido como el puente «colorao». Este acueducto se construyó en 1923 por Juan Moya con la idea de llevar agua a las explotaciones agrícolas de la Casa de Campo. Desconozco si en la actualidad este acueducto sigue en uso, pero no deja de ser sorprendente encontrar en plena naturaleza, en medio de este enorme parque, una obra de estas características.

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El puente colorao

Aunque el recorrido por el Paseo Marqués de Monistrol es cuesta arriba, fue una verdadera maravilla recorrerlo porque el parque está precioso todo lleno de flores amarillas que se encuentran por doquier, algo inimaginable. Reconozco que no tengo ni idea del nombre de estas flores, pero me encanta verlas.

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Flores amarillas

En el puente colorao, parada para hidratarnos, para que mi compañera se avituallara con una ampolla de glucosa y para hacer unas fotos. Después, vuelta por donde habíamos venido y aunque nos cruzábamos con corredores y bicicleteros por la Casa de Campo, la cosa iba bien hasta que llegamos al Paseo del Embarcadero donde había una enorme cantidad de gente que no era sino el presagio de los que nos íbamos a encontrar en Madrid Río. Porque si a la ida era complicado avanzar con tanto personal, a la vuelta era una cosa fuera de lo normal. Había que hacer paradas cada dos por tres porque la gente te cerraba y era imposible avanzar. Pero bueno, íbamos entretenidos entre unas cosas y otras.

Al llegar al Parque Lineal, otra paradita en la fuente para refrescarnos e hidratarnos y afrontar el último par de kilómetros con energía, que la subida al Doce de Octubre se las trae. Hicimos esa subidita y desde allí nos lanzamos hacia el Pradolongo donde efectuamos el último kilómetro a buen ritmo. Mi compañera acabó fuerte el entrenamiento aunque el calor nos castigó sin ninguna clemencia. De esta manera recorrimos los 24 km en un tiempo de 2:09:44 @ 5:24 min/km. Un ritmo más que interesante para el día que hizo y los kilómetros que nos metimos.

Hoy ha sido el segundo día que corro con conocimiento de que mi rodilla está hecha cisco. Tengo ganas de hacer la maratón y parar hasta que remitan los dolores y me replantee qué voy a hacer a partir de ese momento. Como primeras medidas: pongo más énfasis en fortaleces cuádriceps y he eliminado un día de entrenamiento, de esta manera no corro dos días seguidos.

Ayer subí a la báscula y me dio una mala noticia. Marcaba 68,8 kg y una de las cosas que tengo que plantearme muy en serio es bajar de peso, no sólo mantenerme, ya que menos peso, menos sufrimiento en las rodillas. Lo que ocurre es que si dejo de correr me va a costar lo suyo bajar de peso, aunque es evidente que para adelgazar lo mejor es no comer.

Por cierto, hoy es un día señalado:

¡¡¡Viva la República!!!

Un paso adelante

Hoy era un día importante en la preparación maratoniana. Se trata de la primera tirada extralarga (mayor de 25 km) que realizábamos y creo que hemos aprobado con buena nota. Habíamos planeado realizar 26 km y para hacerlo más ameno la jugada era hacer parte por Madrid Río y parte por la Casa de Campo. Por ambos sitios hay bastante gente que hace más entretenido esto de devorar kilómetros.

Además tuvimos suerte, porque al atravesar Pradolongo nos encontramos con una de las habituales que se animó a acompañarnos aunque ya llevaba una buena paliza en el cuerpo. Ya en Madrid Río nos encontramos con un amigo que nos acompañó por parte de esta zona y por todo el paso por la Casa de Campo que nos llevó hasta la fuente de Casa Vacas, donde paramos a hidratarnos. Allí nos dimos la vuelta y nada más hacerlo probamos a ingerir un gel sobre la marcha para ir entrenando dicha acción el día de la maratón. Creo que el gel nos vino de perillas para completar el viaje de vuelta. El hecho de ir con compañía hizo que los kilómetros pasaran casi sin enterarnos.

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Fuente de Casa Vacas, foto obtenida de geocaching.com

Últimamente, la vuelta se nos estaba haciendo algo dura ya que el tramo desde el Parque Lineal hasta Pradolongo es en subida y nos ha pegado el viento en contra, por lo que la idea era prescindir de ese tramo y atajar por Antonio López hasta Pradolongo, así nos quitábamos la subida que hay desde Madrid Río hasta el Parque Lineal y desde este parque al de Pradolongo. Al final nos dio un poco de aire en contra, pero durante menos tiempo y no con la intensidad de las últimas veces. Mi compañera terminó bastante bien este entrenamiento largo, aunque un poco tocada del tobillo, pero se puede considerar que ha dado un paso adelante en su preparación maratoniana.

Según lo previsto, hemos recorrido 26 km en un tiempo de 2:20:44 @ 5:25 min/km, un ritmo más que aceptable. De esta forma, con la tirada de hoy se nos ha ido el kilometraje semanal a 68 km, cifra que debemos superar la semana que viene, que debería ser la más larga de toda la preparación.

Ayer olvidé pesarme por lo que ha sido hoy cuando la báscula me ha dado la noticia de que el peso ha aumentado. Hoy marcaba 68,8 kg y es que ha sido una semana con una alimentación algo caótica, que habrá que intentar corregir.

Por culpa de las prisas

Hoy he vuelto a la Casa de Campo a entrenar con los compañeros maratidianos. Eso obliga a madrugar el domingo (a las ocho arriba) y salir con cierta prisa para estar allí a las nueve. Y con las prisas, he olvidado proteger mis pezones con tiritas y ha sucedido lo inevitable, he acabado con rozaduras en parte tan sensible. Ha sido un olvido imperdonable que no tiene remedio si vas a entrenar lejos de casa. Así que en la ducha me he acordado y muy mucho de ello.

Para estar en pleno mes de enero y en plena ciclogénesis, el día no estaba mal. Hacía un viento desagradable en algunos tramos, pero no hacía demasiado frío. Como siempre, la Casa de Campo estaba esplendorosa, siempre es un placer correr por este enorme parque. Y eso mismo piensan ciento de corredores, porque nos encontramos con un montón de ellos que pululaban por los caminos. No descubro nada nuevo si afirmo que es un lugar inmejorable para correr.

El punto de encuentro está fijado junto a la boca de metro de Lago. Desde allí partimos hacia el zoo, por lo que hacemos la Tapia en sentido de las agujas del reloj. Poco antes del kilómetro cuatro llegamos al Puente de la Culebra, donde se hace la primera parada para reagruparnos si alguien se ha quedado rezagado.

A partir de esta primera parada empieza el festival de subidas y bajadas, aunque siempre en terreno ascendente; no obstante se llega a la cota de 690 metros en la Puerta de Somosaguas. Poco después, sobre el km 7,5 desde nuestro punto de salida, llegamos a una fuente, situada a la altura del cerro Garabitas (677 metros) donde se realiza la segunda parada técnica para beber y esperar, de nuevo, a los rezagados.

A partir de ese punto, el terreno es favorable hasta llegar al Puente de los Franceses, que está situado, poco más o menos, sobre el km 12,5. Es, obviamente, el tramo más rápido. Desde allí hasta la llegada, que es el mismo que el punto de partida, el terreno es más o menos llano, aunque haya un pequeño repecho para llegar al Lago. La vuelta son prácticamente 15 km exactos, pero como la idea era hacer algo más pensando en la media de Getafe, seguimos de nuevo dirección hacia el zoo para hacer un kilómetro más de ida y, por lo tanto, otro de vuelta. No sé si el cansancio de la jornada o que el terreno era ascendente o que el viento soplaba algo más fuerte, pero ese kilómetro hacia el zoo se nos hizo duro, aunque como contrapartida el último con aire a favor y terreno descendente se nos pasó volando.

En total, sumando la vuelta y el añadido, han sido 17,24 km en un tiempo de 1:29:36 @ 5:12 min/km, lo cual no está nada mal teniendo en cuenta que el terreno es duro, sobre todo la primera mitad.

Un entrenamiento muy agradable con los compañeros que habría que repetir más a menudo.

Entrenamiento casacamperil

Hoy, día de Navidad, he vuelto a entrenar en la Casa de Campo después de muchos meses sin hacerlo. He utilizado la Casa de Campo para hacer las tiradas largas de cara a la maratón, pero no venía ex profeso a entrenar desde el 3 de enero de 2010 hace ya casi tres años. Reconozco que me cuesta trabajo tener que coger el coche para ir hasta Lago, dar la vuelta a la Tapia y volver a coger el coche para ir a casa. Y me cuesta porque tengo el parque de Pradolongo al ladito de casa y si quiero hacer más kilómetros sólo tengo que ir corriendo un poco más allá hasta el Parque Lineal y yendo hasta el final de este parque y volviendo por donde he ido, hago 16 km que son más o menos lo que una vuelta a la Tapia. Por contra, no puedo disfrutar de la compañía de los compañeros maratidianos que son asiduos a este entrenamiento.

Quizás no elegí bien el día, ya que al ser un día tan significativo, no hubo mucho quórum y sólo nos juntamos cuatro. Pero bueno, formamos un grupo majo que nos metimos una vuelta a la Tapia casi sin enterarnos. Eso sí, desde que la última vez que fui, he podido comprobar que han hecho algunas modificaciones que provocan una reducción de kilómetros por vuelta.

En total hicimos 15 km en un tiempo de 1:20:53 @ 5:25 min/km. Un ritmo aceptable teniendo en cuenta la dureza del recorrido.

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Con una familia de corredores después del entreno

I’m ready

O lo que es lo mismo: estoy preparado. Y es que hay que ir practicando el inglés ¡qué ya queda poco! Y afirmo que estoy preparado porque el entrenamiento de hoy así me lo indica.

Como siempre, a falta de tres semanas del día M procuro hacer la tirada más larga de toda la preparación maratoniana. No me gusta hacer más de 30 km, por lo que alucino con las tiradas largas que hace el personal. En la Facebook de la maratón de NY es de lo más normal que la gente haga 20 millas (32 km), pero hay bastantes que hacen mucho más: 34, 35, 39 km e incluso alguno sobrepasa la distancia de la maratón, dice que así luego se le hace más corta la carrera. Hay gente para todo, la verdad.

He repetido el entrenamiento que hice para la maratón de Madrid, que consiste en salir por el carril bici hacia Aluche, atravesar en toda su longitud el parque de este barrio y entrar a la Casa de Campo por la pasarela peatonal sobre la carretera de Extremadura. Una vez en la CdC, vuelta a la tapia en sentido horario hasta el puente antes citado y vuelta a casa por el camino por donde había venido.

En total he realizado 30,3 km en un tiempo de 2:32:40 @ 5:02 min/km y lo mejor es que he acabado con muy buenas sensaciones, haciendo los últimos kilómetros los más rápidos del entrenamiento, aunque a eso ha ayudado bastante que el recorrido es favorable en ese último tramo.

Hoy me he dado cuenta de que ando algo renqueante, porque aunque hoy no me haya dolido el glúteo, algo sentía. Además con tanto subir y bajar, la rodilla molestaba bastante. Estoy hecho un trapo. Debería de visitar a Josefa esta semana, que viene muy bien una sesión de fisioterapia después de darte caña entrenando.

Con el entrenamiento del día de hoy acabo la semana con 78 km que es el máximo kilometraje semanal que haré de cara a la maratón. A partir de ahora, a bajar los kilómetros para llegar lo mejor posible a la gran cita.

Sensaciones maratonianas

Hoy, inmerso en la semana más larga de preparación, he salido con intención de hacer 30 km. Cuando salía ya notaba las piernas cansadas, por lo que sospechaba se me iba a hacer largo el recorrido. Además el circuito seleccionado para esta tirada extralarga incluía la tapia de la Casa de Campo y eso son palabras mayores. Es un recorrido duro y si sales con las piernas algo castigadas, durísimo.

El caso es que después de subir hasta Aluche, cuando ya llevaba 5 km, notaba las piernas mejor que en la salida y excepto en las duras subidas que hay en la Casa de Campo, iba a un ritmo bastante aceptable, que fui manteniendo hasta el kilómetro veinte, poco después de sobrepasar el lago del citado parque. A partir de ese momento y hasta salir de la Casa de Campo, todo el recorrido es ascendente, de poca pendiente, pero para arriba sin tregua. Ya vi que iba perdiendo fuelle y cuando llegué al parque de Aluche iba ya con las piernas como en los últimos kilómetros de la maratón, tenía verdaderas sensaciones maratonianas de saber que las piernas no dan más de sí y que es la cabeza lo único que te puede llevar al final. Afortunadamente, contaba con la ventaja psicológica de pensar que los últimos kilómetros son cuesta abajo y eso movía las piernas.

Circuito de 30 km
¿A qué queda bonito el circuito?

Ha sido un entrenamiento muy duro, pero creo que me va a venir bien para el día 22, porque ha sido muy, muy parecido a lo que me voy a enfrentar ese día y si hoy he salido victorioso, ¿cómo no voy a hacerlo en la maratón?

Lo dicho, han sido 30 km en un tiempo de 2:34:26 @ 5:09 min/km. Lo que supone 32,3 puntos y de esta manera acabo la semana más larga con 78,5 km recorridos (una auténtica birria para lo que se gasta el personal) y un total de 89,2 puntos. La segunda semana de más puntuación de todas, detrás de la semana en la que estaba la media de Villarrobledo.

III Carrera solidaria por la esperanza

Hoy he participado en la tercera edición de la carrera solidaria por la esperanza, anteriormente (al menos en la primera edición) denominada carrera por las enfermedades raras. Creo que el nombre de este año queda mucho mejor que el de los anteriores, ¡qué dure mucho tiempo! Se trata de una carrera solidaria que tiene como objetivo aglutinar a grandes y pequeños a favor de la esperanza de las personas con enfermedades raras o quizás, mejor dicho, poco frecuentes.

El sábado tuve que ir a recoger el dorsal y la camiseta al centro comercial Alcalá Norte, lo que supone un gran inconveniente, pero por aquello de la solidaridad…

Como la salida era a las once de la mañana, no hubo que madrugar y además en la Casa de Campo, cuanto más tarde sea, mejor, menos frío. Fui acompañado de una amiga y allí nos encontramos con dos maratidianos: Iñaki y Raúl y también vimos a Jesús, habitual del parque Pradolongo; sin embargo, esta vez no hubo foto de rigor.

Recogimos el chip, estiramos un poco y escuchamos por megafonía que habían reducido la distancia de 5 km a 4,4 km. No me hizo ninguna gracia, pero por aquello de la solidaridad…

Calentamos unos tres kilómetros metiendo unos progresivos al final para bajar la sangre a las piernas y acelerar un poco las pulsaciones. Cinco minutillos antes de la salida nos metimos entre el mogollón y bastante puntuales dieron la salida a la prueba. Salí como un poseso y realicé el primer kilómetro en 3:38. Muy deprisa, pensé, pero iba más o menos cómodo.

El segundo kilómetro tiene una parte cuesta abajo, pero luego se rodea el lago de la CdC y es cuesta arriba. Está situado poco antes del primer paso por meta. Hice ese segundo en 3:39 y me seguía viendo francamente bien. Además, ya quedaba sólo un poco más de media carrera.

El tercer kilómetro es todo ascendente, por el Paseo de María Teresa. En este kilómetro el tiempo se me fue a 4:08 aunque creo que el hito no estaba colocado en su sitio, porque veinte segundos de diferencia son muchos.

Poco después del tercero se llega a un cruce donde hay que hacer un giro de casi ciento ochenta grados para comenzar un terreno descendente por el Paseo de los Castaños. Allí pude ver a la segunda clasificada a lo lejos y fijé como objetivo tratar de alcanzarla. Iba poco a poco acercándome, pero aunque me marqué un buen sprint, no conseguí alcanzarla, llegando cuatro segundos más tarde. No pude conseguir ese objetivo, pero el sprint me sirvió para adelantar a un componente del equipo las lagunas de Villafranca, con el que había ido toda la carrera un poco por delante, un poco por detrás.

Llegué a meta con un tiempo bruto de 16:15, neto de 16:10, aunque la distancia no era ni de 5 km como estaba anunciada, ni de 4,4 km como dijeron por megafonía. Lo dejaremos en 4,3 km que era lo que marcaba el GPS.

Mi compañera llegó con un tiempo de 19:17 y como no había visto muchas mujeres delante de ella, pensábamos que podía subir al cajón, por lo que estuvimos esperando que pusieran las clasificaciones. Cuando las pusieron, ¡menuda sorpresa! Me vi el cuarto de mi categoría (aunque el lunes ya estaba quinto) y vigésimo noveno de la general. Muy, muy contento. Y sí, mi compañera subió al cajón en el tercer peldaño. Se va a quedar sin sitio para tanta copa.

La organización a cargo de la Agrupación Deportiva Marathon estuvo bien, si no tenemos en cuenta el tener que desplazarse el día antes a por el dorsal. El precio de la carrera: 6,75 € que lo damos por razonable por aquello de la solidaridad…

Las clasificaciones se pueden ver en la web de la A. D. Marathon o en una copia que conservo aquí.

Entrenamiento duro

Hoy tocaban treinta kilómetros y en vez de hacerlo por el circuito del río, como había llovido bien por la noche y sospechaba estaría bastante embarrado se me ha ocurrido ir por el carril bici hasta la Casa de Campo, dar una vuelta a la tapia y volver por el mismo camino. Cuando estuve entrenando para los 100 km/24 horas hacía ese recorrido y salían unos 33 km, por lo que había que acortar algo del circuito de la tapia para no hacer tantísimos kilómetros.

¿Y qué parte eliminar? Pues el tramo de subida más duro que tampoco aporta demasiado. El caso es que haciendo ese recorte a ojímetro han salido 30,5 km, sólo un poco más de lo planeado.

Cuando salí me encontré con Felipe y sus colegas que curiosamente, ¡habían pensado hacer el mismo entreno! Como la salida es todo para arriba, me acoplé a su ritmo facilón, completando kilómetros a ritmos cercanos a los seis minutos por kilómetro. Llegué a la Casa de Campo con ellos y estuve un par de kilómetros más, hasta la explanada cercana a Prado del rey (kilómetro diez más o menos). Desde allí, decidí aumentar el ritmo y ya fui solo los dos tercios que restaban.

Hacía tiempo que no corría en la Casa de Campo y resultó tan placentero como siempre. Multitud de gente corriendo, muchos también en bicicleta y la vegetación exuberante, preciosa. Salí con dos geles y una botella de agua, ya que gracias a la indignante política del ayuntamiento de Madrid no queda prácticamente fuente que funcione en toda la ciudad. Iba dando un traguito cada kilómetro recorrido y al llegar al kilómetro 12 primer gel al coleto. El segundo, en el 24 ya fuera de la Casa de Campo. Pienso que me sentaron bien y no noté ninguna molestia en el estómago. Probaré la próxima semana a tomar un gel yendo a ritmo de maratón para ver si cae bien o no.

Desde que dejé a mis acompañantes, marché a un ritmo por debajo de 5:00 casi todo el rato, excepto cuando llegué al parque de Aluche que es todo cuesta arriba y con un viento en contra bastante molesto. Además el viento hizo que empezase a sentir frío, ya que de ayer a hoy la temperatura había bajado unos diez grados.

Después de sufrir un poco en ese parque, se llega al parque de Las cruces, donde ya empieza la bajada que abarca aproximadamente los últimos cuatro kilómetros. Aunque la rodilla izquierda me molestó casi todo el entrenamiento, aumenté el ritmo en esa última parte para terminar los 30,5 km en 2:39:59 a un ritmo de 5:15. Lo cierto es que quitando esas molestias en la rodilla acabé francamente bien, aunque con algo de frío.

A partir de esta semana, empezaré a bajar kilometraje para tratar de llegar lo mejor posible a la cita del día 17 de abril, cuyo objetivo será tratar de hacer MMP, que ahora es 3h25, si hace un buen día para ello y en caso contrario, me conformaría con bajar de las tres horas y media.

II Carrera por las enfermedades raras

Hoy se ha celebrado la segunda edición de la carrera por las enfermedades raras en las inmediaciones del lago de la casa de campo. Aunque hacía un poco de viento, el sol brillaba en el cielo y hacía que resultase un buen día para correr.

Como todavía estoy medio lesionado no tenía ninguna pretensión, sólo acabar a un ritmo tranquilo. Pero como iba a acompañar a una amiga, al final he ido a su ritmo, a poco más de 4:30. Lo bueno es que no he tenido ninguna molestia durante los casi cinco kilómetros de la carrera. Según el GPS el recorrido ha sido de 4,87 km y mi tiempo oficial: 22:08. Mi acompañante lo hizo mucho mejor ya que paró el crono en 22:07, siendo la sexta de su categoría. Como curiosidad, hoy era mi primera carrera en la categoría de Veteranos B y acabé el vigésimo de esta categoría.

Carrera por las enfermedades raras 2011
Carrera por las enfermedades raras 2011

Una copia de la clasificación se puede ver aquí, aunque la clasificación oficial se encuentra en la página web de la Agrupación Deportiva Marathon.

Después de recoger la botella de agua, el vaso de Aquarius y la chocolatina, salí corriendo hacia casa para hacer algún kilometrillo más, ya que los cinco me supieron a poco 😉

Salí trotado de la Casa de Campo hacia el río Manzanares, para correr por el carril bici/paseantes que transcurre paralelo al río. Pasado el estadio Vicente Calderón el carril estaba cortado por lo que tuve que subir a Marqués de Vadillo y desde allí callejeando hasta el parque de Pradolongo, para terminar en casa. El recorrido total de este entreno post carrera fue de 8,7 km y lo hice en 46:22 a un ritmo de 5:19.

Para mi desgracia, yendo por el carril empezó a molestarme un poco el esguince (y eso que no había pisado mal ni nada por el estilo) y también un poco la sobrecarga del gemelo. Al paso que voy, me parece que me va a costar salir de estas lesiones.

Había olvidado comentar que poco después de levantarme, pasé por la báscula y ésta marcaba 68 kg. Ando ahí, ahí, justo en el límite que no me gustaría sobrepasar.