Por culpa de las prisas

Hoy he vuelto a la Casa de Campo a entrenar con los compañeros maratidianos. Eso obliga a madrugar el domingo (a las ocho arriba) y salir con cierta prisa para estar allí a las nueve. Y con las prisas, he olvidado proteger mis pezones con tiritas y ha sucedido lo inevitable, he acabado con rozaduras en parte tan sensible. Ha sido un olvido imperdonable que no tiene remedio si vas a entrenar lejos de casa. Así que en la ducha me he acordado y muy mucho de ello.

Para estar en pleno mes de enero y en plena ciclogénesis, el día no estaba mal. Hacía un viento desagradable en algunos tramos, pero no hacía demasiado frío. Como siempre, la Casa de Campo estaba esplendorosa, siempre es un placer correr por este enorme parque. Y eso mismo piensan ciento de corredores, porque nos encontramos con un montón de ellos que pululaban por los caminos. No descubro nada nuevo si afirmo que es un lugar inmejorable para correr.

El punto de encuentro está fijado junto a la boca de metro de Lago. Desde allí partimos hacia el zoo, por lo que hacemos la Tapia en sentido de las agujas del reloj. Poco antes del kilómetro cuatro llegamos al Puente de la Culebra, donde se hace la primera parada para reagruparnos si alguien se ha quedado rezagado.

A partir de esta primera parada empieza el festival de subidas y bajadas, aunque siempre en terreno ascendente; no obstante se llega a la cota de 690 metros en la Puerta de Somosaguas. Poco después, sobre el km 7,5 desde nuestro punto de salida, llegamos a una fuente, situada a la altura del cerro Garabitas (677 metros) donde se realiza la segunda parada técnica para beber y esperar, de nuevo, a los rezagados.

A partir de ese punto, el terreno es favorable hasta llegar al Puente de los Franceses, que está situado, poco más o menos, sobre el km 12,5. Es, obviamente, el tramo más rápido. Desde allí hasta la llegada, que es el mismo que el punto de partida, el terreno es más o menos llano, aunque haya un pequeño repecho para llegar al Lago. La vuelta son prácticamente 15 km exactos, pero como la idea era hacer algo más pensando en la media de Getafe, seguimos de nuevo dirección hacia el zoo para hacer un kilómetro más de ida y, por lo tanto, otro de vuelta. No sé si el cansancio de la jornada o que el terreno era ascendente o que el viento soplaba algo más fuerte, pero ese kilómetro hacia el zoo se nos hizo duro, aunque como contrapartida el último con aire a favor y terreno descendente se nos pasó volando.

En total, sumando la vuelta y el añadido, han sido 17,24 km en un tiempo de 1:29:36 @ 5:12 min/km, lo cual no está nada mal teniendo en cuenta que el terreno es duro, sobre todo la primera mitad.

Un entrenamiento muy agradable con los compañeros que habría que repetir más a menudo.