XIII Media maratón de Madrid

Hoy he participado por segunda vez en esta prueba, ya que lo había hecho en la segunda edición, en el ya lejano 2002. Al contrario que en aquel entonces, que fui a correr a por todas, hoy el objetivo era utilizar estos 21 km y añadirle nueve más para realizar la tirada más larga de cara a la inminente celebración de la maratón de Madrid. Tuve la fortuna de que un amigo ¡gracias Fran! me pasó su dorsal, ya que él no podía participar, por lo que no tuve ningún «remordimiento» en coger el avituallamiento durante y al finalizar la prueba.

Había quedado con mis compañeros en la Casa de Fieras y aunque fui yo el que propuso el punto de encuentro, me costó dios y ayuda encontrarlo. Estuve veinte minutos dando vueltas arriba y abajo y era incapaz de encontrar ese lugar. Menos mal que unos cuantos minutos de diálogo a través del móvil me ayudó a encontrar a unos cuantos de los compañeros y pudimos hacernos una bonita foto.

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Como no había ninguna pretensión de hacer ninguna marca, sólo de realizar un entrenamiento, nos colocamos en la salida donde buenamente nos pareció. Debíamos estar lejos de la línea de salida porque yo miraba el reloj y veía que los minutos pasaban y pasaban de la hora prevista y nosotros seguíamos sin movernos. Ya me entraba la duda si es que se había retrasado la salida… pero no, es que había mucha gente delante de nosotros. Había veinte mil inscritos (dicen) así que no es raro que tardásemos tanto en salir.

Siete minutos más tarde del pistoletazo atravesamos la línea de salida y nos costó bastante coger nuestro ritmo porque el pelotón era descomunal. Tardamos bastantes kilómetros en conseguir un ritmo de crucero aceptable y la verdad es que se fueron pasando los kilómetros casi sin darnos cuenta. El cielo estaba encapotado y hacía fresquito, sin llegar a ser frío, por lo que el entrenamiento fue de lo más agradable.

Llegamos a meta cuando el cronómetro marcaba 2:00:51 y viendo la clasificación, resulta que hicimos un tiempo neto de 1:53:15. Tiempos que no quieren decir absolutamente nada. Llegamos a meta, cogí la botella de agua y la bebida isotónica y nos dispusimos a continuar el entrenamiento, bajando desde el Retiro hasta Madrid Río y desde allí a casa, para completar un total de 30 km en un tiempo 2:42:54 @ 5:26 min/km. Mi compañera de entrenamientos acabó francamente bien este entrenamiento, por lo que no me cabe la menor duda de que la maratón va a resultar excepcional para ella.

Ayer me subí a la báscula y marcaba 67,7 kg lo cual es un poco engañoso ya que aunque ha sido el día habitual de pesada, normalmente los viernes no corro y éste sí.

Cambio de planes

Ayer no pude salir a correr por motivos laborales y como no es cuestión de salir viernes, sábado y domingo y hacer 15, 20 y 30, he decidido «fumarme» la jornada de los 15 km, así que he salido hoy con la idea de hacer la veintena y descansar el sábado. Rompe un poco la filosofía de llegar al domingo para el arrastre y hacer la tirada larga cansado desde el principio, pero lo importante es que mi compañera de entrenamientos sí lo ha cumplido a rajatabla. Veremos que tal aguanta mañana.

A eso de las seis he mirado por la ventana y parecía que el tiempo era bueno, así que manga y pata corta. Pues bien, he pasado frío como si fuese pleno invierno. He llegado a casa con los brazos y manos prácticamente congelados. Y eso que estamos en abril.

Lo cierto es que me ha resultado un entrenamiento duro, ya que he ido durante catorce kilómetros a un ritmo cercano a 4:30 y eso se nota. No suple el entrenamiento perdido pero hará que llegue algo más cansado al domingo.

Al terminar me he encontrado con mi compañero de entrenamiento y tocayo y de mañana no pasa. Será padre por primera vez, igual que otro ilustre pradolonguero que fue padre hace dos días. ¡Enhorabuena Javier!

Lo dicho, han sido un total de 20 km en un tiempo de 1:33:42 @ 4:41 min/km, con 14 km intercalados a un ritmo cercano a 4:30 min/km.

Comenzamos la peor semana

Con el entrenamiento de hoy damos por comenzada la peor semana en cuanto a kilometraje, ya que esta semana situada a tres de la maratón es la elegida para hacer las tiradas más largas. Si no hay problemas, haremos cuatro tiradas: 12 km, 15 km, 20 km y 28 km. Lo que suma un total de 75 km a la semana que supone el pico de entrenamiento de la preparación maratoniana.

De todas formas, el adjetivo peor no sé si es el correcto, ya que aunque son muchos kilómetros no deberían suponer algo excesivo. Ya veremos cómo acabamos la semana.

De momento hoy no se nos ha dado mal. Ha sido el primer día que corremos con el cambio horario y resulta curioso salir a correr y terminar con luz. Siempre me ocurre lo mismo con el primer día del cambio horario, ya que me siento extraño corriendo, como si todo el mundo me viese hacer una actividad que no debiera, me siento avergonzado. Bueno, no es exactamente vergüenza, pero es algo parecido. Y todos los años me ocurre igual.

Afortunadamente hoy el tiempo nos ha respetado y hemos podido correr decentemente, aunque el viento se hacía notar en el último tramo de cada vuelta. Ya se sabe, no todo puede ser perfecto…

A mi tocayo se le nota inquieto. No ha respetado ni siquiera la primera vuelta y antes de terminar el cuarto kilómetro ha empezado a acelerar el ritmo. He aguantado un par de kilómetros, pero luego he preferido no aumentar el ritmo y mantenerme sobre el umbral, sobre 4:15. Tampoco es cuestión de acelerar en exceso y acabar lesionándome.

Como ya he comentado, hoy tocaba hacer 12 km que los he distribuido de la siguiente manera: 5 km a ritmo tranquilo + 5 km a ritmo umbral (4:13 min/km) + 2 km de enfriamiento. He recorrido esos 12 km en un tiempo de 59:06 a un ritmo de 4:55 min/km.

Resumen semana 13 de 2013

Semana del 25 al 31 de marzo:

Lunes Piernas (34), abdominales (20, 25, 30 y 36) y lumbares (10)
Martes Correr (10 km)
Miércoles Descanso
Jueves Correr (18 km)
Viernes Descanso
Sábado Correr (14 km)
Domingo Correr (LSD: 26 km)

Acabamos la semana con la bonita cifra de 68 km. No está mal.

Un paso adelante

Hoy era un día importante en la preparación maratoniana. Se trata de la primera tirada extralarga (mayor de 25 km) que realizábamos y creo que hemos aprobado con buena nota. Habíamos planeado realizar 26 km y para hacerlo más ameno la jugada era hacer parte por Madrid Río y parte por la Casa de Campo. Por ambos sitios hay bastante gente que hace más entretenido esto de devorar kilómetros.

Además tuvimos suerte, porque al atravesar Pradolongo nos encontramos con una de las habituales que se animó a acompañarnos aunque ya llevaba una buena paliza en el cuerpo. Ya en Madrid Río nos encontramos con un amigo que nos acompañó por parte de esta zona y por todo el paso por la Casa de Campo que nos llevó hasta la fuente de Casa Vacas, donde paramos a hidratarnos. Allí nos dimos la vuelta y nada más hacerlo probamos a ingerir un gel sobre la marcha para ir entrenando dicha acción el día de la maratón. Creo que el gel nos vino de perillas para completar el viaje de vuelta. El hecho de ir con compañía hizo que los kilómetros pasaran casi sin enterarnos.

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Fuente de Casa Vacas, foto obtenida de geocaching.com

Últimamente, la vuelta se nos estaba haciendo algo dura ya que el tramo desde el Parque Lineal hasta Pradolongo es en subida y nos ha pegado el viento en contra, por lo que la idea era prescindir de ese tramo y atajar por Antonio López hasta Pradolongo, así nos quitábamos la subida que hay desde Madrid Río hasta el Parque Lineal y desde este parque al de Pradolongo. Al final nos dio un poco de aire en contra, pero durante menos tiempo y no con la intensidad de las últimas veces. Mi compañera terminó bastante bien este entrenamiento largo, aunque un poco tocada del tobillo, pero se puede considerar que ha dado un paso adelante en su preparación maratoniana.

Según lo previsto, hemos recorrido 26 km en un tiempo de 2:20:44 @ 5:25 min/km, un ritmo más que aceptable. De esta forma, con la tirada de hoy se nos ha ido el kilometraje semanal a 68 km, cifra que debemos superar la semana que viene, que debería ser la más larga de toda la preparación.

Ayer olvidé pesarme por lo que ha sido hoy cuando la báscula me ha dado la noticia de que el peso ha aumentado. Hoy marcaba 68,8 kg y es que ha sido una semana con una alimentación algo caótica, que habrá que intentar corregir.

¿Menisco interno?

Llevo un año con problemas en la rodilla izquierda, aunque realmente es casi toda una vida. Hace unos 25 años me lesioné en esa rodilla con unos pedales automáticos y he ido recayendo con cierta regularidad, pero se me iba pasando; sin embargo, esta vez no he conseguido mejorar y ya harto de que el dolor prosiga, decidí ir al traumatólogo para ver qué puede estar pasando.

Después de una breve, pero que muy breve, exploración en la rodilla, llegó a la conclusión que puede ser el menisco interno el que esté dañado, por lo que me «mandó» una resonancia. El próximo miércoles tengo que ir a que me hagan el examen y ya veremos el diagnóstico. Sospecho que el médico no va muy mal encaminado porque mi fisio siempre me lo dice. En el caso de que así sea, ya veremos que solución puede tener.

De momento sigo con mi rodilla maltrecha, que no me impide correr, pero que fastidia. Se trataba hoy de un día de transición que consistía en acumular kilómetros y cansancio para la tirada larga de mañana, así que salimos a hacer kilómetros, sin preocuparnos del cronómetro, por el Parque Lineal. Éste estaba precioso y lleno de verdor por la cantidad de agua caída en las últimas semanas. Una verdadera maravilla.

Realizamos 14 km en un tiempo de 1:16:14 @ 5:27 min/km. Mañana veremos cómo se nos da en un tirada ya «seria».

Dos torrijas

Antes de salir de casa estaban hablando en la tele de las torrijas, dulce típico de la Semana Santa. Comentaban que cada una de ellas son aproximadamente 600 calorías, que en mi caso, con los 68 kg que arrastro, son equivalentes a lo que gasto en 9 km de carrera continua.

Pues bien, el entrenamiento de hoy, que ha sido de 18 km ha sido el equivalente a manducarme dos torrijas. Resulta curioso lo que cuesta quemar las calorías y lo fácil que se acumulan.

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¡A la rica torrija!

Hoy es Jueves Santo y, por lo tanto, festivo en Madrid, por lo que hemos salido por la mañana a entrenar. Después de un montón de días con tiempo bastante malo, el día ha amanecido muy agradable, con alguna nube en el cielo, pero soleado y con temperatura más que aceptable.

Mi compañera tenía en su «plan de trabajo» hacer 18 km, de los cuales 13 km a ritmo de maratón, sobre 5:15 min/km. Hemos hecho un par de kilómetros tranquilos rumbo al Parque Lineal y después de esos dos, ya nos hemos puesto al ritmo deseado, cumpliendo casi a la centésima el ritmo previsto. Se veían bastantes chicas entrenando por el Parque Lineal y hemos comentado si estarán preparando la carrera de la mujer, que se celebra en Madrid el 5 de mayo. A lo mejor no tiene nada que ver, pero pudiera ser…

Poco antes del kilómetro quince hemos parado a beber agua de una fuente que hay en el Parque Lineal. Ya sólo quedaban tres kilómetros y desde allí, hasta casa, ha sido terrible como soplaba el viento en contra. Tan felices que íbamos y ha tenido que venir de nuevo Eolo a dar por…

Al final hemos recorrido dos torrijas, digo 18 km, en un tiempo de 1:35:54 a un ritmo de 5:20 min/km.

¡¡¡Hoy queda exactamente un mes para la maratón de Madrid!!!

Marzo lluvioso

Parecía que con la llegada de la primavera había mejorado algo el tiempo, pero hoy ha vuelto a hacer un día de perros. Comentábamos al comienzo del entrenamiento que según parece si sigue lloviendo a este ritmo en lo que queda de mes, este marzo va a ser el más lluvioso desde 1947, año desde el que que se tienen mediciones. Y al paso que vamos, seguro que adquiere este mes queda en los registros porque durante el rato que hemos estado corriendo no ha parado de llover. Si el martes pasado fue un día muy lluvioso, este martes no ha quedado a la zaga.

Viendo que las gotas no paraban de caer, comenzamos resignados el entrenamiento, pisando charcos y barro allá por donde íbamos. Había quedado con mi compañera de entrenamientos de fin de semana y con Miguel y Quique formamos un cuarteto que no duró mucho porque estos dos empezaron a poner pies en polvorosa rápidamente. En estos días tan desagradables, cuanto antes se acabe, mejor.

Para mayor inri, olvidé proteger mis pezones con tiritas y según iban pasando los kilómetros iba sintiendo cada vez más el escozor que provoca el roce de la camiseta con los pezones. ¡Qué mal lo pasé! Aunque cuando peor lo pasé fue cuando me puse debajo de la ducha.

Aparte de la lluvia, que es desagradable, también estuvo el dios Eolo participando en el festival. El viento soplaba de lo lindo, por lo que sumada una inclemencia con la otra, dan un total de día realmente asqueroso.

Esta claro que después de estos días tan feos que estamos pasando, llegará el día M y hará un calor de espanto. Seguro.

Después de la primera vuelta hemos tratado de hacer unos kilómetros a ritmo umbral de mi compañera, que es sobre 4:52. Viendo como estaba el terreno y el día, pensamos que con bajar de cinco minutos nos conformábamos. Y así, así ha andado la cosa, ya que han salido a 4:59, 5:03, 5:01 y 4:56. Con esos cuatro a umbral y otros cuantos más hemos totalizado 10 km en un tiempo de 52:39 @ 5:16 min/km.

¡Esperemos que mejore aunque sea un poco el tiempo!

Resumen semana 12 de 2013

Semana del 18 al 24 de marzo:

Lunes Descanso
Martes Correr (9,6 km; 6 km a umbral)
Miércoles Piernas (34), abdominales (20, 25 y 30)
Jueves Correr (10 km; 5 km a ritmo de maratón)
Viernes Partidillo de fútbol, abdominales (20, 25, 30 y 36) y piernas
Sábado Correr (10 km)
Domingo Media de Toledo (21 km)

XXX Media maratón de Toledo

Diecisiete años después he vuelto a participar en esta carrera. Curiosamente con el mismo objetivo que este año, de acompañar a una amiga en su camino a la maratón de Madrid. La verdad es que recordaba muy poco de la otra vez, ni siquiera me sonaba el recorrido, ni la pista de atletismo, aunque es posible que la memoria ya lo haya enviado al baúl de los no recuerdos.

Mirando en el plan de entrenamientos de aquel entonces, acabo de descubrir que esta carrera se llamaba en el año 1997 Gran Fondo del Polígono. Se celebró el 6 de abril y si mi memoria no me falla constaba de tres vueltas de 7 km. Aquella vez nos tomamos la carrera como un entrenamiento extralargo haciendo 48 minutos (unos ocho kilómetros) antes de comenzar la prueba en sí y luego hicimos los 21 km de rigor junto al resto de participantes, pero a ritmo de entrenamiento, no de carrera. Tardamos 1:59:56 en esos 21 km y este fue el entrenamiento más largo que hicimos para aquella maratón: 29 km en dos horas y cuarenta y ocho minutos.

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Entreno semana del 1 al 6 de abril de 1997

No recuerdo las sensaciones de entonces, pero respecto a esta edición debo decir que la carrera no me ha gustado nada, pero nada de nada. El recorrido es duro por el perfil y la carrera es fea como pegar a un padre. Transcurre por largas avenidas abiertas al tráfico y con una animación cercana a cero. Además, la prueba se ha hecho más dura por el viento que soplaba en contra en los tramos de subida.

Antes de salir de casa, ya he visto que había previsiones de que iba a hacer aire y posibilidad de llovizna. De hecho, por aquí el viento soplaba de lo lindo, con la misma fuerza que lo hacía en el polideportivo donde daban la salida. Recogimos el dorsal y nos hicimos una bonita foto antes de dejar los bártulos en el guardarropa.

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Antes de comenzar

Colocados ya en la línea de salida, que era en la misma pista de atletismo donde estaba ubicada la llegada, me reconoció unos de los participantes, que me conocía de leer este blog. ¡Encantado de saludarte!

Me decía que es una carrera dura, cosa que habíamos oído antes. De hecho, la comparaba con la media de Latina y afirmaba que le parecía incluso más dura. No sé si por el viento, pero sí nos ha resultado dura, sobre todo el tramo que añaden a la segunda vuelta para completar los 21 km, ya que la primera vuelta es solamente de diez.

Junto a la media maratón, se celebraba una carrera de diez kilómetros, por lo que en un principio no se sabía quienes iban a hacer una u otra. Salimos todos juntos y enseguida tratamos de coger un ritmo cercano a cinco minutos por kilómetro. Cosa que no conseguimos en ningún momento porque había bastantes cuestas arriba con viento en contra que lo impedían. Ese tiempo perdido luchando con la pendiente y el viento era imposible de recuperar en las bajadas. Aún así, el ritmo medio era bastante razonable.

Al acabar la primera vuelta, el panorama se despejó bastante porque la mayoría de la gente había optado por la prueba más corta. Nosotros seguimos con lo nuestro y al poco empezó a llover. Ya lo que faltaba, que se uniera la lluvia con el viento, pero tuvimos suerte y sólo estuvo lloviendo un par de minutos.

En la Avda. Río Boladiez, poco antes del kilómetro quince, hay un giro de 180º cruzando la mediana de la avenida. Allí se me ocurrió preguntar a los que controlaban ese giro cómo iba la clasificación de las chicas y nos comentaron que sólo habían pasado cuatro y que parecían más jóvenes que mi acompañante. Creo que ese comentario hizo que mi compañera adoptara un ritmo más relajado viendo que no venía ninguna chica por detrás. Además le molestaba bastante una de sus piernas, por lo que prefirió llevar un ritmo más asequible.

Desde entonces, el ritmo bajó un poquito hasta llegar al añadido final, que es una trampa de órdago, ya que se trata de una bajadita y una subida de tres pares de narices. Menos mal que ya la meta estaba cerca. Antes de llegar, una bajadita para llegar a la puerta del polideportivo y una pequeña subida para acceder a la pista de atletismo, donde echamos el resto para llegar en un tiempo de 1:48:25, según atestigua la clasificación oficial. Un minuto más lento que la media de Latina, pero pienso que el viento ha endurecido mucho la carrera.

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Llegando a meta, foto cortesía de Sonia Andrade, homenajeada en esta carrera

Después de llegar a meta, bote de Coca Cola y botellita de agua. Además había cuatro cajones: uno con trozos manzana, otro con trozos de naranja, otro con trozos de plátano y el último con trozos de barrita de cereales. Deliciosa la naranja.

Al recoger el dorsal también nos dieron la camiseta conmemorativa, que es muy bonita de color morado y además una revista de las típicas atrasadas y unos dulces. Todo por el precio de 13 €, algo más cara que cuando participé la primera vez que era gratuita.

Aunque la inscripción es cara, ha merecido la pena el viaje hasta aquí, ya que mi compañera se subió a lo más alto del cajón en su categoría y recibió interesantes regalos en forma de embutidos de caza, algo más que una simple copa.

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Interesantes regalos