I Cross popular de Usera

Hoy se ha celebrado la primera edición del Cross popular de Usera. Una carrera muy especial para mí por diversos motivos. El primero porque fue una idea mía lo de organizar un cross en el parque de Pradolongo y aunque al principio no salía, luego salió. Segundo porque el recorrido lo había diseñado yo con la ayuda de Miguel y me hacía ilusión participar en una carrera medio «mía». Y tercero y quizás el más importante porque era el debut oficial del Club Atletismo Zofío después de casi un año desde su fundación.

Los preparativos

Dado que el circuito lo habíamos «parido» entre Miguel y yo, habíamos quedado con la gente de Doesport, los que organizaban el cross, a las 7:30 para marcar el circuito con cintas, como se hace en los crosses «de verdad». Cual fue nuestra sorpresa cuando vimos que las cintas no eran las que necesitábamos, así que tuvimos que pasar al plan B de marcar el circuito con cal en el suelo y poner alguna cinta en los sitios más complicados.

Menos mal que había un montón de sacos de cal de 18 kg cada uno y una máquina para echar la cal. La jugada consistía en echar dos sacos, marcar la línea hasta que se acabaran los 36 kilos y volver a recargar y así hasta acabar el circuito de más de tres kilómetros. Una furgoneta nos iba acercando los sacos allí donde se iban acabando. Prácticamente acabamos a las 9:00 de marcar el circuito. Tuvimos que recortar un poco porque había zonas que sin cinta era absurdo poner una línea en el suelo.


Miguel señalizando el circuito

A esa hora habíamos quedado los componentes del Club Atletismo Zofío para repartirnos las camisetas que habíamos hecho para nuestro estreno. Como suele ocurrir en estos casos, eran las nueve y el único que andaba por allí era Antonio, que era el encargado de traer las camisetas. Según iban pasando los minutos iban llegando los compañeros y se fueron repartiendo las camisetas.

Hubo un malentendido y no había dorsales, así que hubo que improvisar algunos en papel, ¡menos mal que no llovía! Eso hizo que hubiese bastante cola para recogerlos. Al final se retrasó la salida a las 10:15 porque no parecía que se pudieran entregar todos los dorsales a tiempo.

La carrera

Algún minutillo después de las 10:15 dieron la salida. Como no había mucha gente, me puse muy delante, sabiendo que enseguida se estrechaba el camino y no era cuestión de quedarse encerrado nada más empezar y perder un tiempo precioso. Así que salí en la parte delantera y a toda pastilla. En un principio la salida era en otro punto, por lo que se hubiese llegado a lo más duro del circuito con casi dos kilómetros en las piernas; sin embargo, cambiaron la salida y lo más duro llegaba desde el kilómetro cero.

Es por ello que el primer kilómetro es sin lugar a dudas el más duro porque es ahí donde se concentran el mayor número de subidas y bajadas. Hay poco llano en esos primeros mil metros.

Como había pocos participantes, enseguida se estira el pelotón y cada uno coge su sitio en la carrera. De los conocidos, iba por delante Quique, al que daba por imposible seguir y al poco me adelantó Jovita, a la que también me pareció una temeridad seguir. Me adelantó Antonio, el compañero de las camisetas, casi al llegar al primer kilómetro y pensé que quizás fuera una buena rueda a seguir.

Se me fue unos cuantos metros, pero no demasiados y traté de mantener la distancia. Me extrañó que no me adelantasen ni Joaquín, ni Miguel, que en los entrenos en el parque me pulverizan sin piedad, pero yo andaba muy motivado pensando en mi madre que la pobre estaba en el hospital y sabía que me estaba mandando fuerzas sin cesar.

Antes de acabar la primera vuelta de las dos en las que consistía la carrera me adelantó un tipo todo vestido de negro. El tío recortaba las esquinas que daba gusto y se me fue escapando poco a poco.

Acabó la primera vuelta y traté de seguir al mismo ritmo la segunda, pero en ese primer kilómetro duro se me fue un poco el tiempo. De todos modos, tanto Antonio, como el de negro los veía cerca y tenía la esperanza de acercarme a ellos.


En plena faena. Foto cortesía de Miguel S.

Después de pasar lo más duro, en una de las zonas llanas donde se hacía un giro de 180º vi que muy cerca de mí se aproximaba una camiseta azul. Pensé que sería Joaquín o Miguel que se habían tomado la primera vuelta con calma y ahora venían a por mí, así que eso me espoleó aún más.

Pasé la zona de los setos donde se hacen unos cuantos giros de noventa grados y vi que el de la camiseta azul no era ninguno de los que pensaba, así que me centré en acercarme al de negro y a Antonio que no me sacaban mucho. Pasé el estanque y una vez en la última recta apreté lo que pude, pero también apretaron los otros, así que los recorté algo, pero no lo suficiente. Llegué a meta con un tiempo de 25:38 -o algo así- en la posición doce o trece de la general. Con el tema de los recortes mi cronómetro sólo marcó 6,1 km, por lo que la media fue más o menos de 4:12 min/km.

Contento con mis prestaciones en la prueba y súper contento con el rendimiento del equipo que en muchas categorías subió al cajón. Destacar la categoría Veteranos C donde tres miembros del equipo coparon el cajón. Se ve que el equipo tiene futuro con estos jóvenes 😉

Las fotos

He subido a un álbum las fotos que he ido encontrando del cross. Haciendo clic en la foto de abajo se puede ver el álbum. Espero poder subir más.

El Club de Atletismo Zofío en el Cross Popular de Usera

Contaba en esta entrada que el 17 de diciembre se va a celebrar la primera edición del Cross Popular de Usera. He estado colaborando con la organización en la confección de los recorridos, especialmente del circuito de mayores, así que juego con ventaja ya que conozco el circuito a la perfección.

Tampoco es cuestión de quedármelo para mí solo, así que lo he ido compartiendo con todos aquellos que han expresado su deseo de conocer el circuito. Y hoy también he hecho el circuito con algunos que aún no lo conocían. Y de ellos, unos cuantos son miembros del Club de Atletismo Zofío que hará su presentación en sociedad en esta carrera. Confiemos en que el club tenga una larga vida. Desde luego pondré todo de mi parte para que así sea.

Después de tres sesiones de bastantes kilómetros, hoy tocaba un día algo más relajado. Hicimos tres vueltas al circuito de cross, las dos primeras a ritmo tranquilo y la tercera, ya solos mi tocayo y yo, a saco paco. Y nos dimos cuenta que el circuito aunque no es muy complicado, si vas a tope se hace duro ya que hay unas cuantas curvas y recurvas, bajadas y subidas que rompen mucho el ritmo. De todas maneras, hasta un 400 a tope se puede hacer muy duro. Además creo que se notaron los kilómetros del día anterior.

No conozco muchos circuitos de crosses, pero su dificultad se puede asemejar al Trofeo Marathon de Cross que se celebra en el Parque de las Cruces. Vamos, que no hace falta crampones para realizar el circuito. De hecho, si no llueve, no hace falta ni clavos.

Al final, con las tres vueltas totalizamos 9,8 km en un tiempo de 55:40 a un ritmo de 5:39 min/km.

Recordadlo, El domingo 17 a las 10:00 nos vemos en el Cross Popular de Usera, en el Parque de Pradolongo.

El temido flato

Uno de los enemigos del corredor es el temido flato. Pues hoy lo ha sufrido uno de los tres compañeros que compartíamos entrenamiento. Empezamos cinco compañeros y decidimos bajar al Parque Lineal para hacer unos cuantos kilómetros. La única chica del grupo, que está siguiendo un plan de entrenamiento para la maratón, tenía que hacer unas series, así que sólo nos acompañó hasta el principio del parque. Emilio dijo que tampoco quería apretar mucho, así que cuando empezamos a acelerar después del tercer kilómetro sólo quedamos tres.

Y lo cierto es que el trío íbamos a buen ritmo hasta que llegó el flato a unirse a nuestra fiesta. Lo primero que hicimos fue bajar un poco el ritmo para ver si se calmaba y algo debió mejorar porque el sufrido corredor siguió hablando mientras corríamos. Pero no creo que fuera muy confortable.

A la vuelta, de nuevo en el comienzo del parque nos volvimos a encontrar con la compañera de las series. Hicimos un último quinientos con ella -en muestra de solidaridad- y después de subir el lactato hasta las orejas nos marchamos a casa más contentos que unas castañuelas.

Completé 16,5 km en un tiempo de 1:22:16 a un ritmo de 4:58 min/km.

Lo curioso es que al llegar a casa me encontré sin querer con una artículo muy interesante que habla del flato: http://www.palabraderunner.com/el-flato-que-es-y-como-prevenirlo/

Antes de comenzar el entrenamiento me subí a la báscula y marcaba 69,3 kg. Ya veremos si consigo mantenerme en los sesenta y nueve este mes de diciembre, que es un mes de muchos execesos.

18 km no fueron nada

Contaba en la entrada del día anterior que había salido a correr con un remordimiento grande de conciencia. Pues bien, un día después todavía no se me ha pasado, así que me levanté con la idea de hacer bastantes kilómetros también, ya que los 18 km de ayer no fueron nada.

Había quedado de nuevo con mi tocayo después del «fiasco» de ayer y esta vez sí coincidimos, además ambos con la idea de hacer una buena kilometrada. Y para hacer kilómetros lo mejor es bajar al Parque Lineal.

Fuimos para allá un poco por encima de cinco y luego a la vuelta apretamos un poco, pero yo notaba las piernas cansadas del día anterior y me costaba llevar un ritmo alegre, pero tiré de arrestos y me defendí lo mejor que pude.

Hoy hacía más frío y encima estaba nublado, así que el paisaje no era ni mucho menos tan atractivo como el día de antes y además olvidé los guantes, así que llevaba las manos como para dar masajes.

Hicimos el circuito de ida y vuelta habitual por el Parque Lineal pero a la vuelta, en vez de subir por las maderas, dimos una pequeña vuelta para meter más kilómetros y en Pradolongo estuvimos mirando una parte del circuito de cross que no tenemos clara aún. Totalizamos poco más de 17 km en un tiempo de 1:30:18 a un ritmo de 5:17 min/km. De este modo, 17 de hoy y 18 de ayer, se me va limpiando un poco la conciencia.

Arroz con rabo de toro

Ayer nos invitó un compañero a comer porque el 31 de diciembre pasaba a «mejor vida», es decir, que dejaba de trabajar para dedicarse a la vida contemplativa. Pues bien, nos invitó a comer un arroz con rabo de toro que fue espectacular. En un principio no me pareció muy atractiva la combinación, pero estaba el plato para chuparse los dedos. Cuando trajo la cazuela, era enorme y pensaba que iba a sobrar gran parte, pero al final no dejamos casi nada. Pura gula. Si alguien tiene interés, el sitio es Casa Corrochano y está en el barrio de las Tablas, en Madrid.

El caso es que nos pusimos ciegos los unos y los otros y lo peor es que me fui con remordimiento de conciencia, así que cuando me he levantado he pensado que la única forma de compensar el exceso era hacerme un buen número de kilómetros.

Había quedado con mi tocayo a las nueve de la mañana, pero al final no he podido estar a esa hora y he salido una hora después y, por lo tanto, nos ha tocado a los dos correr en solitario.

He bajado al Parque Lineal y estaba precioso. Había helado por la noche, pero a las diez de la mañana hacía un sol espléndido y se estaba deshaciendo la escarcha de los árboles y arbustos. Una maravilla de paisaje, daba gusto correr por allí a pesar del fresquito. Mucha gente pensará que en Madrid son mejores sitios la Casa de Campo o el Retiro, pero el Parque Lineal merece mucho la pena y está mucho menos masificado. Lo único malo es que alguna vez te pasa alguna bicicleta a toda pastilla y eso que hay un carril para bicis y otro para personas, pero somos como somos.

Acabé realizando 18 km en un tiempo de 1:31:45 a un ritmo de 5:06 min/km y lo curioso es que sin mirar el reloj fui casi todo el camino un poco por debajo o un poco por encima de cinco. Muy, muy constante.

Bonito día otoñal

Llevamos un año un tanto raro en lo referente a la climatología; sin embargo hoy hacía un día típico de otoño con el cielo gris, fresquito y todo el suelo lleno de hojas. Un bonito día otoñal sin lugar a dudas. A ver si hay muchos así, pero con lluvia, mucha lluvia.

En el punto de encuentro sólo estábamos dos, pero suficiente para hacer un entrenamiento en condiciones. Como mi compañero tenía previsto correr al día siguiente salimos con la idea de no hacer muchos kilómetros y a un ritmo tranquilo. No era cuestión de que llegara cansado a la prueba.

Lo cierto es que el entrenamiento se pasó volando conversando de esto y lo otro. Fuimos muy entretenidos durante los 12 km que recorrimos en un tiempo de 1:03:08 a un ritmo de 5:15 min/km.

Objetivo no cumplido

Ha sido una gran alegría encontrar en el punto de encuentro a mi tocayo después de la cirugía a la que fue sometido diez días antes, pero decía que no quería ir muy deprisa ni hacer muchos kilómetros porque notaba aún los puntos «calientes».

He salido con la idea de hacer una segunda vuelta a ritmo umbral. De las últimas carreras había obtenido un ritmo T entre 4:22 y 4:25. Dimos una primera vuelta muy tranquila para que el recién operado no sufriera mucho y luego cuando llegamos al punto kilométrico cinco, ya solos Joaquín y yo apretamos de lo lindo. O al menos eso parecía porque no había manera de acercarnos al ritmo deseado.

Hicimos el primer kilómetro en 4:34 bastante por arriba del objetivo, pero hay que tener en cuenta que fuimos un minuto por kilómetro más deprisa que el kilómetro anterior. En el segundo y el tercero nos fuimos a 4:29. El cuarto lo hicimos decentemente, bajando a 4:23 y los últimos setecientos metros no se me dieron mal del todo ya que salieron a un ritmo de 4:24 siendo, como son, ascendentes. De todos modos me esforcé, pero visto lo visto, no lo suficiente.

En total salieron 9,7 km en un tiempo de 50:36 @ 5:12 min/km. Buen entrenamiento, pero no he conseguido cumplir el objetivo fijado. La única excusa es que aunque el parque aunque está iluminado, no se ve demasiado bien el camino.

Un nuevo chisme

A veces por motivos laborales tengo que correr con el teléfono móvil encima. Compré uno en su momento en el Decartón, pero no acaba de convencerme. Es una especie de riñonera, más estrecha de las «de toda la vida», con la típica cinta que rodea la cintura. Esa cinta engancha a la bolsa donde se mete el móvil por la zona de arriba y cuando vas corriendo aquello no se está quieto y no voy nada cómodo.

El otro día decidí cambiar la riñonera por una que engancha en la zona media y que me parecía que podría ir mejor. Y la probé el domingo en el cross y hoy y me convence, mucho más que la que tenía. Lo único es que es realmente estrecha y el móvil cabe a duras penas. Y lo peor de todo son los casi veintiséis pavazos que ha costado. Espero que me dure mucho y siga yendo también como ahora, aunque estas cosas, lo más débil es la goma que acaba cediendo.


Detalle de la riñonera

Hoy nos hemos juntado cuatro en Pradolongo y no de los más habituales. Reaparecía Jesús, que no suele bajar y junto a Emilio R, Joaquín y yo formamos un cuarteto que fuimos de lo más tranquilo. Yo, desde luego, no tenía ninguna gana de apretar después de la carrera del domingo. Jesús no quería forzar por su rodillas, así que los demás fueron comprensivos y fuimos todos al trantrán durante todo el recorrido.

Completé 9,6 km en 55:38 @ 5:44 a un ritmo tan relajado que a mis piernas les vino de perilla para recuperarse del esfuerzo del cross.

LIII Cross Canguro

He participado por segunda vez en esta bonita prueba que se celebra además en un entorno privilegiado. No es precisamente una carrera primeriza, todo lo contrario. Este año se celebraba la 53ª edición, lo cual no es cuestión baladí.

Fui acompañado por una amiga que participaba en la prueba de 4 km. Esta carrera comenzaba a las 11:00 y en la que yo estaba inscrito media hora después. De todos modos, no hacía falta madrugar mucho para estar con tiempo en la salida.

Nos acercamos en coche hasta el aparcamiento del teleférico y desde allí fuimos andando al lugar donde daban los dorsales y estaba situada la meta y la salida. Recogimos el dorsal en un periquete y aún faltaba una hora para que comenzase la primera de las prueba, la de 4 km. Así que estuvimos por allí disfrutando del buen día que hacía, todo lo contrario que el año anterior que hacía frío y llovía. He de confesar que para un cross prefiero que llueva y haga frío, es lo suyo.

Mientras esperábamos el comienzo nos encontramos por allí con Marina, del Club Atletismo Seseña, que se acercó igual que el año pasado con la idea de hacerse con uno de los canguros que regalan a los que acceden al cajón. También me encontré con un amigo del Club Atletismo Leganés que en la Carrera de Gerindote me dio bien para el pelo, por lo que pensé que podría ser una buena rueda a seguir. Y aún hubo más, porque ya casi a punto de colocarme para la salida me encontré con un primo mío que llevaba muuuucho tiempo sin ver. Así que más que una carrera fue para mí un acontecimiento social.

Tan entretenido estaba con unos y con otros que casi llego tarde a la salida…


Perfectamente concentrado en la salida

El circuito del bosque como se le conoce popularmente es un recorrido de cuatro kiómetros con una curiosa forma de dos pulmones.


Circuito del bosque de la Casa de Campo

Con un perfil claramente rompepiernas:


Perfil del circuito del bosque de la Casa de Campo

Dieron la salida y como nuestra prueba era de sólo 6 km (pulmón y medio) ya desde el principio había que salir a tope, no al cien por cien, pero casi. Vi que tanto mi primo como el amigo de Leganés iban por delante por lo que el objetivo era no alejarme mucho de ellos. Lo curioso es que al poco de comenzar mi primo desapareció de mi vista y eso que llevaba una vistosa camiseta de color rosa, por lo que ya sólo quedaba el leganense por delante.

Me puse a su espalda, aunque iba sufriendo para aguantar su ritmo en los primeros kilómetros, pero como a mitad de recorrido aflojó un poco el ritmo y me puse por delante. A partir de entonces fue él el que se puso a mi espalda.

De los conocidos sólo Marina iba por delante, pero la veía muy lejos, tan lejos que me parecía imposible alcanzarla. Y así fue, aunque quise aumentar el ritmo ya iba muy justito y no recortaba ni un metro. La subida que transcurre paralela al Camino del Pinar Chico se me hizo muy dura y me dejé ahí lo poco que me quedaba. Menos mal que la cuesta se corona en el punto kilométrico cinco y sabía que sólo quedaban ochocientos metros para acabar y una pequeña cuesta abajo para recuperar un poco.

Los últimos quinientos metros son ligeramente cuesta arriba y hay un par de alpacas que te cortan un poco el ritmo, pero apreté los dientes y gasté las últimas fuerzas que me quedaban. Llegué a meta con un tiempo oficial de 25:04, dos segundos antes que el amigo leganense que entró pisándome los talones.

Mirando los tiempos de año pasado vi que lo he hecho un poco peor, pero aún así, muy contento porque acabé con muy buenas sensaciones. Si no ocurre ninguna cosa rara, el año que viene volveré a esta bonita carrera.

Quizás no debería haber salido

Quedé con Mariano a las nueve de la mañana. Pensaba que vendría alguno más, pero sin contar a los jubilados, sólo éramos él y yo. Bajamos al Parque Lineal y hoy fuimos algo más despacio de lo que suelen ser los sábados ya que al día siguiente yo tenía carrera, el cross del canguro.

Nos llamó la atención al pasar junto al hospital Doce de octubre la cantidad de agua que estaba saliendo por una alcantarilla. Quizás se había roto una tubería porque el agua salía a borbotones. Había bastante gente tratando de controlar el asunto entre bomberos y policía municipal. A la vuelta ya estaba el tema controlado y no salía más agua, pero se había formado un enooooooorme charco.

Mi compañero de fatigas tenía prisa así que no hicimos tampoco el circuito habitual, sino que os volvimos en el último puente. Por lo tanto, solo hicimos 14 km en un tiempo de 1:10:37 @ 5:02 min/km. No estuvo mal de todos modos, aunque quizás no debería haber salido no sea que lo vaya a pagar mañana.

A la vuelta llegué al punto de encuentro y seguí haciendo un poco más para completar los catorce kilómetros. Allí me encontré con Norberto, que es todo un ejemplo a seguir. Estaba haciendo rectas de unos 150 metros, lo cual tiene un gran mérito, ya que no es precisamente un chaval. Desde luego en Pradolongo hay un montón de corredores que son un ejemplo a seguir.