Objetivo escatológico

Este fin de semana navideño me han invitado a pasar unos días de turismo rural, es decir, en casa de una amiga en su pueblo. Por supuesto, no iba a dejar las zapatillas en casa y más con el «regalo» que tenía en la suela. Así que el objetivo de hoy era simplemente correr por los caminos para dejar la moñiga allí donde pisara. Y por cierto, eso de que dicen que pisar una moñiga da suerte… Todo mentira, ayer en la lotería no me cayó ni el reintegro.

Como no tenía prisa, he salido a mediodía, esperando que el sol calentara un poco el ambiente. Como el día estaba soleado, aunque el aire era fresco, no se estaba mal. Además el dolor de garganta parece que ha remitido un poco, por lo que ha sido un entrenamiento magnífico.

He hecho sólo 8 km a un ritmo bastante llevadero ya que mañana toca carrera. He tardado 41:45 en recorrer esos 8 km a un ritmo de 5:13 min/km. Y lo más importante, después de terminar he observado con detenimiento la suela de la zapatilla y estaba perfectamente limpia. Objetivo cumplido.

La pela es la pela compañero

Han sido las Adidas Supernova Glide 8 las peores zapatillas que he tenido, al menos en los últimos tiempos. A los 400 kilómetros ya estaban rotas y he tenido que tirarlas a los 850 kilómetros aunque debería haberlo hecho antes. Sin ir más lejos, el domingo, en el cross, iba fatal, el pie parecía salirse de las zapatillas.

Harto de gastarme bastante dinero en unas zapatillas de «marca», esta vez he optado por lo contrario. Me he acercado al Decartón y he buscado algunas de su marca, que suelen ser las más baratas. Me he decidido por unas Kalenji Kiprun LD que según lo que se podía leer eran aptas para aquellos que corren de 3 a 6 días a la semana. Estas me han costado 59,99 € que es bastante menos dinero de lo que me he gastado últimamente en cualquier modelo de zapatillas.


Kalenji Kiprun LD

Así que hoy tocaba estrenarlas y con esa idea he salido hoy. A las 19:00 como siempre estaba en el punto de encuentro. Allí estaban Joaquín y los dos Emilios. Hicimos una primera vuelta tranquila y luego decidí apretar en la segunda, haciendo cuatro kilómetros en progresión. Pasamos de 5:45 a 4:47 y luego 4:37, 4:26 y 4:08.

Acabé bastante contento con las zapatillas nuevas. Tuve buenas sensaciones y lo mejor de todo, al quitármelas observé una bonita moñiga de perro en la suela. Dicen que eso da buena suerte. Veremos mañana que es el sorteo de la lotería.

Hice 9,7 km en un tiempo de 51:09 a un ritmo de 5:15 min/km.

El tío la Vara

El Tío la Vara es un personaje de ficción creado por José Mota en tono humorístico. Con esa vara, heredada de su padre, podría eliminar la tontería que hay en el mundo al grito de «sus voy a crujir vivos».

Pues bien, hoy uno de mis compañeros de entrenamiento iba vara en mano al estilo del personaje creado por Mota. Le pregunté cual era el motivo de correr con la vara y me contestó que no era para eliminar la tontería, sino para defenderse de los canes que por doquier aparecen en el parque de Pradolongo. Me contó que la semana pasada tuvieron un enfrentamiento con una dueña de perro. Según iban corriendo, un perro se puso a ladrar justo cuando pasaban, poniéndose en medio y a punto de provocar una caída. Uno de los compañeros dijo a la dueña del perro que le llevase atado, porque no era la primera vez que ocurría con ese mismo perro y esa misma dueña. La mujer se puso como loca, empezó a insultar a los corredores llamándolos desde lo más suave: «maricones», pasando por el consabido «hijos de puta» y similares. Luego cogió una piedra y trató de agredir al compañero.

Lo más curioso es que un par de semanas antes en el mismo parque de Pradolongo un perro había mordido a un chino y se había montado una tangana del copón, llegando a los puñetazos entre unos cuantos chinos que aparecieron por allí y al otro lado el dueño del perro y alguno otro. Correr por el parque se está convirtiendo en un oficio de riesgo.

No creo que fuese por la vara, pero hicimos un entrenamiento lentísimo. Dimos una primera vuelta tan despacio, que fuimos incapaces de llegar a un ritmo normal en la segunda vuelta. Hice 10 km en un tiempo de 58:08 a un ritmo de 5:48 min/km. Cuando llegué a casa estaba congelado ya que hacía bastante frío y casi no había sudado. En estos días tan fríos no se puede ir tan despacio, corre uno el riesgo de perecer de hipotermia. Por cierto, tengo que tirar las zapatillas porque están muy rotas y no voy ya nada cómodo.

I Cross popular de Usera

Hoy se ha celebrado la primera edición del Cross popular de Usera. Una carrera muy especial para mí por diversos motivos. El primero porque fue una idea mía lo de organizar un cross en el parque de Pradolongo y aunque al principio no salía, luego salió. Segundo porque el recorrido lo había diseñado yo con la ayuda de Miguel y me hacía ilusión participar en una carrera medio «mía». Y tercero y quizás el más importante porque era el debut oficial del Club Atletismo Zofío después de casi un año desde su fundación.

Los preparativos

Dado que el circuito lo habíamos «parido» entre Miguel y yo, habíamos quedado con la gente de Doesport, los que organizaban el cross, a las 7:30 para marcar el circuito con cintas, como se hace en los crosses «de verdad». Cual fue nuestra sorpresa cuando vimos que las cintas no eran las que necesitábamos, así que tuvimos que pasar al plan B de marcar el circuito con cal en el suelo y poner alguna cinta en los sitios más complicados.

Menos mal que había un montón de sacos de cal de 18 kg cada uno y una máquina para echar la cal. La jugada consistía en echar dos sacos, marcar la línea hasta que se acabaran los 36 kilos y volver a recargar y así hasta acabar el circuito de más de tres kilómetros. Una furgoneta nos iba acercando los sacos allí donde se iban acabando. Prácticamente acabamos a las 9:00 de marcar el circuito. Tuvimos que recortar un poco porque había zonas que sin cinta era absurdo poner una línea en el suelo.


Miguel señalizando el circuito

A esa hora habíamos quedado los componentes del Club Atletismo Zofío para repartirnos las camisetas que habíamos hecho para nuestro estreno. Como suele ocurrir en estos casos, eran las nueve y el único que andaba por allí era Antonio, que era el encargado de traer las camisetas. Según iban pasando los minutos iban llegando los compañeros y se fueron repartiendo las camisetas.

Hubo un malentendido y no había dorsales, así que hubo que improvisar algunos en papel, ¡menos mal que no llovía! Eso hizo que hubiese bastante cola para recogerlos. Al final se retrasó la salida a las 10:15 porque no parecía que se pudieran entregar todos los dorsales a tiempo.

La carrera

Algún minutillo después de las 10:15 dieron la salida. Como no había mucha gente, me puse muy delante, sabiendo que enseguida se estrechaba el camino y no era cuestión de quedarse encerrado nada más empezar y perder un tiempo precioso. Así que salí en la parte delantera y a toda pastilla. En un principio la salida era en otro punto, por lo que se hubiese llegado a lo más duro del circuito con casi dos kilómetros en las piernas; sin embargo, cambiaron la salida y lo más duro llegaba desde el kilómetro cero.

Es por ello que el primer kilómetro es sin lugar a dudas el más duro porque es ahí donde se concentran el mayor número de subidas y bajadas. Hay poco llano en esos primeros mil metros.

Como había pocos participantes, enseguida se estira el pelotón y cada uno coge su sitio en la carrera. De los conocidos, iba por delante Quique, al que daba por imposible seguir y al poco me adelantó Jovita, a la que también me pareció una temeridad seguir. Me adelantó Antonio, el compañero de las camisetas, casi al llegar al primer kilómetro y pensé que quizás fuera una buena rueda a seguir.

Se me fue unos cuantos metros, pero no demasiados y traté de mantener la distancia. Me extrañó que no me adelantasen ni Joaquín, ni Miguel, que en los entrenos en el parque me pulverizan sin piedad, pero yo andaba muy motivado pensando en mi madre que la pobre estaba en el hospital y sabía que me estaba mandando fuerzas sin cesar.

Antes de acabar la primera vuelta de las dos en las que consistía la carrera me adelantó un tipo todo vestido de negro. El tío recortaba las esquinas que daba gusto y se me fue escapando poco a poco.

Acabó la primera vuelta y traté de seguir al mismo ritmo la segunda, pero en ese primer kilómetro duro se me fue un poco el tiempo. De todos modos, tanto Antonio, como el de negro los veía cerca y tenía la esperanza de acercarme a ellos.


En plena faena. Foto cortesía de Miguel S.

Después de pasar lo más duro, en una de las zonas llanas donde se hacía un giro de 180º vi que muy cerca de mí se aproximaba una camiseta azul. Pensé que sería Joaquín o Miguel que se habían tomado la primera vuelta con calma y ahora venían a por mí, así que eso me espoleó aún más.

Pasé la zona de los setos donde se hacen unos cuantos giros de noventa grados y vi que el de la camiseta azul no era ninguno de los que pensaba, así que me centré en acercarme al de negro y a Antonio que no me sacaban mucho. Pasé el estanque y una vez en la última recta apreté lo que pude, pero también apretaron los otros, así que los recorté algo, pero no lo suficiente. Llegué a meta con un tiempo de 25:38 -o algo así- en la posición doce o trece de la general. Con el tema de los recortes mi cronómetro sólo marcó 6,1 km, por lo que la media fue más o menos de 4:12 min/km.

Contento con mis prestaciones en la prueba y súper contento con el rendimiento del equipo que en muchas categorías subió al cajón. Destacar la categoría Veteranos C donde tres miembros del equipo coparon el cajón. Se ve que el equipo tiene futuro con estos jóvenes 😉

Las fotos

He subido a un álbum las fotos que he ido encontrando del cross. Haciendo clic en la foto de abajo se puede ver el álbum. Espero poder subir más.

El Club de Atletismo Zofío en el Cross Popular de Usera

Contaba en esta entrada que el 17 de diciembre se va a celebrar la primera edición del Cross Popular de Usera. He estado colaborando con la organización en la confección de los recorridos, especialmente del circuito de mayores, así que juego con ventaja ya que conozco el circuito a la perfección.

Tampoco es cuestión de quedármelo para mí solo, así que lo he ido compartiendo con todos aquellos que han expresado su deseo de conocer el circuito. Y hoy también he hecho el circuito con algunos que aún no lo conocían. Y de ellos, unos cuantos son miembros del Club de Atletismo Zofío que hará su presentación en sociedad en esta carrera. Confiemos en que el club tenga una larga vida. Desde luego pondré todo de mi parte para que así sea.

Después de tres sesiones de bastantes kilómetros, hoy tocaba un día algo más relajado. Hicimos tres vueltas al circuito de cross, las dos primeras a ritmo tranquilo y la tercera, ya solos mi tocayo y yo, a saco paco. Y nos dimos cuenta que el circuito aunque no es muy complicado, si vas a tope se hace duro ya que hay unas cuantas curvas y recurvas, bajadas y subidas que rompen mucho el ritmo. De todas maneras, hasta un 400 a tope se puede hacer muy duro. Además creo que se notaron los kilómetros del día anterior.

No conozco muchos circuitos de crosses, pero su dificultad se puede asemejar al Trofeo Marathon de Cross que se celebra en el Parque de las Cruces. Vamos, que no hace falta crampones para realizar el circuito. De hecho, si no llueve, no hace falta ni clavos.

Al final, con las tres vueltas totalizamos 9,8 km en un tiempo de 55:40 a un ritmo de 5:39 min/km.

Recordadlo, El domingo 17 a las 10:00 nos vemos en el Cross Popular de Usera, en el Parque de Pradolongo.

El temido flato

Uno de los enemigos del corredor es el temido flato. Pues hoy lo ha sufrido uno de los tres compañeros que compartíamos entrenamiento. Empezamos cinco compañeros y decidimos bajar al Parque Lineal para hacer unos cuantos kilómetros. La única chica del grupo, que está siguiendo un plan de entrenamiento para la maratón, tenía que hacer unas series, así que sólo nos acompañó hasta el principio del parque. Emilio dijo que tampoco quería apretar mucho, así que cuando empezamos a acelerar después del tercer kilómetro sólo quedamos tres.

Y lo cierto es que el trío íbamos a buen ritmo hasta que llegó el flato a unirse a nuestra fiesta. Lo primero que hicimos fue bajar un poco el ritmo para ver si se calmaba y algo debió mejorar porque el sufrido corredor siguió hablando mientras corríamos. Pero no creo que fuera muy confortable.

A la vuelta, de nuevo en el comienzo del parque nos volvimos a encontrar con la compañera de las series. Hicimos un último quinientos con ella -en muestra de solidaridad- y después de subir el lactato hasta las orejas nos marchamos a casa más contentos que unas castañuelas.

Completé 16,5 km en un tiempo de 1:22:16 a un ritmo de 4:58 min/km.

Lo curioso es que al llegar a casa me encontré sin querer con una artículo muy interesante que habla del flato: http://www.palabraderunner.com/el-flato-que-es-y-como-prevenirlo/

Antes de comenzar el entrenamiento me subí a la báscula y marcaba 69,3 kg. Ya veremos si consigo mantenerme en los sesenta y nueve este mes de diciembre, que es un mes de muchos execesos.

18 km no fueron nada

Contaba en la entrada del día anterior que había salido a correr con un remordimiento grande de conciencia. Pues bien, un día después todavía no se me ha pasado, así que me levanté con la idea de hacer bastantes kilómetros también, ya que los 18 km de ayer no fueron nada.

Había quedado de nuevo con mi tocayo después del «fiasco» de ayer y esta vez sí coincidimos, además ambos con la idea de hacer una buena kilometrada. Y para hacer kilómetros lo mejor es bajar al Parque Lineal.

Fuimos para allá un poco por encima de cinco y luego a la vuelta apretamos un poco, pero yo notaba las piernas cansadas del día anterior y me costaba llevar un ritmo alegre, pero tiré de arrestos y me defendí lo mejor que pude.

Hoy hacía más frío y encima estaba nublado, así que el paisaje no era ni mucho menos tan atractivo como el día de antes y además olvidé los guantes, así que llevaba las manos como para dar masajes.

Hicimos el circuito de ida y vuelta habitual por el Parque Lineal pero a la vuelta, en vez de subir por las maderas, dimos una pequeña vuelta para meter más kilómetros y en Pradolongo estuvimos mirando una parte del circuito de cross que no tenemos clara aún. Totalizamos poco más de 17 km en un tiempo de 1:30:18 a un ritmo de 5:17 min/km. De este modo, 17 de hoy y 18 de ayer, se me va limpiando un poco la conciencia.

Arroz con rabo de toro

Ayer nos invitó un compañero a comer porque el 31 de diciembre pasaba a «mejor vida», es decir, que dejaba de trabajar para dedicarse a la vida contemplativa. Pues bien, nos invitó a comer un arroz con rabo de toro que fue espectacular. En un principio no me pareció muy atractiva la combinación, pero estaba el plato para chuparse los dedos. Cuando trajo la cazuela, era enorme y pensaba que iba a sobrar gran parte, pero al final no dejamos casi nada. Pura gula. Si alguien tiene interés, el sitio es Casa Corrochano y está en el barrio de las Tablas, en Madrid.

El caso es que nos pusimos ciegos los unos y los otros y lo peor es que me fui con remordimiento de conciencia, así que cuando me he levantado he pensado que la única forma de compensar el exceso era hacerme un buen número de kilómetros.

Había quedado con mi tocayo a las nueve de la mañana, pero al final no he podido estar a esa hora y he salido una hora después y, por lo tanto, nos ha tocado a los dos correr en solitario.

He bajado al Parque Lineal y estaba precioso. Había helado por la noche, pero a las diez de la mañana hacía un sol espléndido y se estaba deshaciendo la escarcha de los árboles y arbustos. Una maravilla de paisaje, daba gusto correr por allí a pesar del fresquito. Mucha gente pensará que en Madrid son mejores sitios la Casa de Campo o el Retiro, pero el Parque Lineal merece mucho la pena y está mucho menos masificado. Lo único malo es que alguna vez te pasa alguna bicicleta a toda pastilla y eso que hay un carril para bicis y otro para personas, pero somos como somos.

Acabé realizando 18 km en un tiempo de 1:31:45 a un ritmo de 5:06 min/km y lo curioso es que sin mirar el reloj fui casi todo el camino un poco por debajo o un poco por encima de cinco. Muy, muy constante.

Bonito día otoñal

Llevamos un año un tanto raro en lo referente a la climatología; sin embargo hoy hacía un día típico de otoño con el cielo gris, fresquito y todo el suelo lleno de hojas. Un bonito día otoñal sin lugar a dudas. A ver si hay muchos así, pero con lluvia, mucha lluvia.

En el punto de encuentro sólo estábamos dos, pero suficiente para hacer un entrenamiento en condiciones. Como mi compañero tenía previsto correr al día siguiente salimos con la idea de no hacer muchos kilómetros y a un ritmo tranquilo. No era cuestión de que llegara cansado a la prueba.

Lo cierto es que el entrenamiento se pasó volando conversando de esto y lo otro. Fuimos muy entretenidos durante los 12 km que recorrimos en un tiempo de 1:03:08 a un ritmo de 5:15 min/km.

Objetivo no cumplido

Ha sido una gran alegría encontrar en el punto de encuentro a mi tocayo después de la cirugía a la que fue sometido diez días antes, pero decía que no quería ir muy deprisa ni hacer muchos kilómetros porque notaba aún los puntos «calientes».

He salido con la idea de hacer una segunda vuelta a ritmo umbral. De las últimas carreras había obtenido un ritmo T entre 4:22 y 4:25. Dimos una primera vuelta muy tranquila para que el recién operado no sufriera mucho y luego cuando llegamos al punto kilométrico cinco, ya solos Joaquín y yo apretamos de lo lindo. O al menos eso parecía porque no había manera de acercarnos al ritmo deseado.

Hicimos el primer kilómetro en 4:34 bastante por arriba del objetivo, pero hay que tener en cuenta que fuimos un minuto por kilómetro más deprisa que el kilómetro anterior. En el segundo y el tercero nos fuimos a 4:29. El cuarto lo hicimos decentemente, bajando a 4:23 y los últimos setecientos metros no se me dieron mal del todo ya que salieron a un ritmo de 4:24 siendo, como son, ascendentes. De todos modos me esforcé, pero visto lo visto, no lo suficiente.

En total salieron 9,7 km en un tiempo de 50:36 @ 5:12 min/km. Buen entrenamiento, pero no he conseguido cumplir el objetivo fijado. La única excusa es que aunque el parque aunque está iluminado, no se ve demasiado bien el camino.