Mi nuevo cronómetro

Hoy no tenía pensado salir a entrenar, pero entre la opípara cena de anoche y el nuevo regalo de Papá Noel, no he podido resistirme. El regalo ha consistido en un cronómetro marca Geonaute (el del Decathlon) modelo Synkron 500 SD. Este reloj tiene un cacharro llamado acelerómetro que se coloca en la zapatilla y te marca la distancia recorrida. Es parecido a un podómetro, pero que no hace falta ponerle la distancia de la zancada.


Geonaute Synkron 500 SD

Era una buena ocasión para comprobar si estaba bien calibrado o no. Según las instrucciones, el porcentaje de error es inferior al 3%, pero en mi caso no ha sido así. En el circuito de 5 km ha dado 4,84 km, es decir, 160 metros en 5 km es un error de 3,2% que es un poco más del error que indicaban. Pero bueno, como referencia sirve para saber más o menos el kilometraje realizado. De todas formas, se puede calibrar, por lo que iré la semana que viene a la pista de atletismo para hacerlo.

He dado algo más de una vuelta al circuito de Pradolongo, muy tranquilamente para soltar piernas para mañana, cuando hay que darlo todo. Según el reloj, he recorrido 7,94 km en 46:29, pero que según el error de 3,2% serían 8,2 km reales.

Con el día de hoy, son cuatro días seguidos entrenando, cosa que no he hecho nunca en mi vida. Y mañana, carrera, la VII edición de la carrera del aceite.

Como un río de montaña

Hoy, día de Nochebuena, hemos quedado los compañeros de entrenamiento en Pradolongo como si un día normal se tratase, sólo que en vez de ser por la tarde, ha sido por la mañana para aprovechar las horas de luz. Nos hemos juntado nueve pradolongueros, que es una cantidad más que respetable.

Hemos tenido bastante suerte porque llevaba lloviendo toda la mañana, pero cuando hemos quedado lucía un sol espléndido. Sin embargo, hemos decidido hacer otro recorrido ya que el parque estaba muy embarrado y hemos ido hacia La Caja Mágica, el circuito preferido del profesor. Al llegar al río, nos hemos quedado asombrados, ¡¡¡parecía un río de montaña!!! Debido, lógicamente, a las intensas lluvias de los últimos días.

Pasando la caja, a la altura del primer puente que se pasa por debajo, vuelta a casa. Ya en la vuelta, algunos han decidido apretar y otros, como yo, hemos ido más tranquilos. Yo no quería acelerar nada porque todavía estaba fresca la carrera del domingo y tampoco quería esforzarme mucho de cara al sábado.

Calculo que habremos hecho unos once kilómetros, más o menos, aunque desconozco el tiempo empleado. Cuando ya me dirigía a casa desde el parque ha empezado a llover otra vez, ¡menuda suerte hemos tenido con el tiempo!

Seguía lloviendo

Cuando iba a salir a entrenar esta mañana, aprovechando que estoy de vacaciones, estaba lloviendo. Resulta sorprendente que durante tres días seguido esté lloviendo en Madrid, pero estos días está ocurriendo, aunque luego dejó de llover y ya lleva unas horas sin que caiga una gota.

He ido a Parque Sur pensando que estaría menos embarrado que Pradolongo, pero el terreno estaba muy blando, había zonas en las que te hundías sin que pudieras hacer nada. Había pensado en un entrenamiento tranquilo, sin ningún esfuerzo fuera de lo normal, pero en algunos tramos entre el barro y el fuerte viento en contra ha hecho que me emplease a fondo para poder avanzar.

Han sido tres vueltas a Parque Sur buscando el carril bici y procurando evitar los caminos, aunque no siempre se podía, totalizando unos 10 km y sin saber el tiempo ya que el domingo en Aranjuez se volvió a despegar la correa del cronómetro. Confío en que Papá Noel me traiga otro cronómetro y que no sea tan problemática la correa.

Y mañana más, que hemos quedado a las once y media para un entrenamiento conjunto.

Sabía que iba a pasar

Y pasó. Hoy ha estado todo el día lloviendo. Sabía que si salía sin protegerme los pezones me iba a rozar y he salido sin ninguna protección. ¿Qué ha pasado? Que ahora me escuecen a rabiar. Y todo por no hacerme caso a mí mismo. Cuando dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra pienso que no tienen razón, que tropieza unas cuantas veces más. Espero que sea la última, por mi bien.

A eso de las seis y media estaba cayendo el diluvio universal. De hecho me planteaba si salir. Sin embargo, las nubes se han comportado y sobre las siete ya casi ni llovía. Así que impermeable y al punto de encuentro donde pensaba me iba a encontrar a uno o ninguno. Craso error, al final hemos sido tres los que nos hemos juntado para entrenar.

Como el parque estaba impracticable, hemos decidido salir por el carril bici que, al menos, tendría menos barro; aunque sí algún charco que otro como han podido comprobar nuestros pies, que han llegado ligeramente empapados.

Carril bici hasta Aluche y vuelta de nuevo a Pradolongo. Terreno ascendente en la ida (25:30) y lo contrario en la bajada (23:00). En total 58:30 para recorrer 10,6 km según openrunner.com que hubiesen sido una maravilla corriendo bajo la lluvia, pero que se han convertido en una tortura en los últimos kilómetros por las rozaduras en los pezones. Y es que no hay que olvidarse de las tiritas que ya había probado a utilizarlas y dan buen resultado.


Carril bici Pradolongo-Aluche

Gracias a los forofos del running he encontrado una foto de la carrera de Aranjuez donde aparezco dando el todo por el todo en el último kilómetro de la carrera, calculo que a unos 200 metros de la llegada. Gracias forofos.


A muerte hasta meta

La primera vez

Hoy ha sido la primera vez que he visitado a un fisioterapeuta sin que estuviese lesionado y es que no el mala idea ir al menos una vez al mes al fisio para que compruebe si las piernas están bien o muy cargadas o si pasa algo raro. Si consigo recordarlo, iré todos los meses a que me den un repaso.

Esta noche he ido a ver a Josefa y me ha estado estirando a base de bien las piernas. Espero que los estiramientos me hagan bien, aunque estoy convencido de que sí. Como siempre me ha aconsejado que estire antes de correr y, sobre todo, después de la carrera. Lo que pasa es que aconseja estirar mucho más tiempo de lo que yo hago, ya que cuando llevo un cuarto de hora no sé ya que músculo estirar y ella me habla de estirar al menos media hora. Bueno, tampoco se puede hacer todo lo que te dicen, ¿no?

XXVI Carrera popular villa de Aranjuez

Todavía no me lo puedo creer. Después de tantos años en el mundillo de las carrera populares, es la primera vez que consigo bajar de cuarenta minutos en un diez mil. Es decir, correr por debajo de cuatro minutos el kiómetro. Y ha sido en Aranjuez donde lo he conseguido, no obstante es una de las carreras más llanas de cuantas se celebran. Ya puedo decir que uno de mis sueños atléticos ha sido realizado. Ya sólo me falta bajar de 1h30 en media maraton. Veremos si soy capaz.

Lo cierto es que el día amaneció bastante frío. Cuando salíamos de Madrid el termómetro marcaba -4,5º, pero por fortuna no había viento, lucía el sol y el frío era más llevadero. Según nos acercábamos a la villa y corte, subió un poco la temperatura, pero no mucho…

Llegamos casi dos horas antes a Aranjuez y nos libramos de los atascos y problemas de aparcamiento que suele haber. Estuvimos apuntando a los niños a sus pruebas y viendo cómo corrían. Siempre una delicia ver a los más pequeños dejándose la piel desde el primer metro. Pensé que esa debía ser mi estrategia, salir fuerte desde el comienzo. Sin embargo, este año la salida era por cajones. Según el tiempo que hubieses escrito a la hora de realizar la inscripción, así salías. Yo había puesto 41 minutos que fue el tiempo que hice el año pasado y me correspondía el tercer cajón. Eso podría costarme muchos segundos perdidos en la salida. Lo malo es que estaba oyendo a la gente y muchos decían que habían puesto que su marca era de 36 minutos cuando no iban a bajar de 50 y eso iba a suponer un obstáculo añadido.

Tuve una suerte tremenda ya que un amigo del equipo Danone me dejó el dorsal de una compañera suya que no podía venir a la carrera. No me importó llevar el nombre de María Angustias en el pecho con tal de poder salir lo más delante posible, aunque eso supusiera alguna chanza que otra.


Antes de la carrera con mis compas de MaraTI+D

Después de saludar a un montón de conocidos tanto de MaraTI+D como de compañeros pradolongueros, me coloqué en el primer cajón con la adrenalina a tope. Dieron la salida y en menos de tres segundos crucé la línea de salida lanzado a toda pastilla. El primer kilómetro, dejándome llevar por los más rápidos, lo pasé en 3:45. Demasiado deprisa, pensé, pero no me veía nada mal. En el segundo kilómetro hay una pequeña cuestecilla, camino de un polígono industrial, ahí el tiempo se me fue a 4:05, pero lo di por bueno ya que era en subida. El tercer kilómetro también fue demasiado rápido, ya que hice 3:49. Sin embargo, a partir de ese momento me calmé un poco y pasada la ansiedad inicial, empecé a ir a un ritmo algo más tranquilo.

Resulta curioso que yendo bastante rápido, para mí, la gente me adelantaba como si tal cosa. Y es que da igual el ritmo que lleves, siempre habrá gente que te adelante. Hagas lo que hagas.

En el kilómetro cinco, ya dentro de los jardines del Príncipe miré mi cronómetro y marcaba 19:35. Ya me veía bajando de los cuarenta minutos si no pinchaba brutalmente… Y fue desde ese momento cuando dejó de adelantarme gente y empecé a adelantar yo. Eso mostraba que mi ritmo era bueno y que algunos habían salido con más alegría incluso que yo.

Delante de mí iban dos corredores del equipo Danone, compañeros de mi amigo que me había cambiado el dorsal y me sirvieron de liebre para no disminuir el ritmo. Antes de salir de los jardines alcancé a uno y poco después de salir, al otro, que se puso a mi espalda y no me dejó hasta meta.

Desde la salida de los jardines hasta que se dobla para coger las cuestecilla del kilómetro nueve, hay una carretera recta y larga que se me hizo interminable, por más que buscaba el giro, no llegaba el momento del giro. Esos kilómetros los pasaba un segundo o dos por debajo de cuatro. La cosa iba bien.

Sobre el km 8,5 se gira bruscamente a la derecha y comienza la segunda cuestecilla de la jornada, que no es gran cosa si llegas con algo de fuelle. Yo debía llevarlos porque subí bien y sabía que coronando el repechito llegaba el km 9 y desde allí es favorable hasta meta. Pasé esa última dificultad y aceleré (o eso pensaba yo) hacia la meta, donde llegué todo feliz con un tiempo oficial de 39:33 y neto de 39:30 que se convierte en mi MMP. Pero no sólo eso, sino que es la primera vez que bajo de 40 minutos y la primera vez que consigo pasar de los 500 puntos de Purdy. Esa puntuación de 514,9 puntos indican que ha sido mi mejor prueba en cualquier distancia desde que corrí mi primera popular, la media Universitaria del 87, hace ya más de 22 años.


Después de la carrera con mis compas pradolongueros

Tiempos por kilómetro:

Kilómetro Ritmo por km
1 3:45
2 4:05
3 3:49
4 3:56
5 3:55
Primera mitad 19:32
6 3:59
7 3:57
8 3:59
9 4:04
10 3:56
Segunda mitad 19:58
Tiempo total 39:30

Jornada de reflexión

Resulta curioso que a estas alturas de la vida tenga posibilidad de acercarme a esa barrera mítica (para el corredor popular) de los cuarenta minutos. Y es que después de Akiles veo factible hacerlo. Luego en carrera, ya veremos.

Pero antes que nada, decir que la báscula ha marcado 70,2 kg por lo que ya son más de seis kilos con les que he perdido desde mediados de octubre. Parece una bobada, pero cuando corro me noto muy ligero y eso se nota cuando quieres ir más deprisa.

Aranjuez siempre me ha gustado, he de reconocerlo, y es que desde que empecé en el mundillo de las populares, sólo me he perdido las ediciones de 1998 y 2000. Además siempre ha sido una carrera especial porque debido a sus fechas habitualmente hemos aprovechado esta carrera para quedarnos a comer y celebrar, de alguna manera, las navidades.

Mañana sería, por tanto, la duodécima vez que participo en esta carrera y estos son los tiempos que he realizado en anteriores ediciones.

1996 53:36
1997 49:23
1999 42:17
2001 46:14
2002 55:46
2003 52:31
2004 44:27
2005 42:38
2006 51:24
2007 44:53
2008 41:47

Celebración navideña

Como todos los años, nos hemos reunido un buen grupo de compañeros corredores para celebrar la Navidad en un bar del barrio. Ya queda lejos aquellos años que tomábamos lo que llevaba cada uno a la intemperie. Ahora estamos calentitos en el bar y como casi siempre, dimos buena cuenta de todas las viandas que pasaron por la mesa, aunque algo quedó…

Creo que este año nos hemos juntado un buen grupo, más gente que nunca, como atestigua la foto.

Además hemos convencido a Emilio II para que se apunte a Vicálvaro, por lo que somos unos cuantos los que vamos: los dos emilios, Quique, Miguel, Ninfa y un servidor. Una buena representación, aunque no tan numerosa como Aranjuez.

Rompiendo la rutina

Habitualmente, martes y jueves solemos dar dos vueltas a Pradolongo. Lo normal es que sea una primera vuelta tranquila y la segunda más fuerte. Sin embargo hoy, hemos decidido hacer un entrenamiento diferente, haciendo cambios de ritmo en esa segunda vuelta. Eran tres cambios de ritmo yendo tres minutos fuerte y dos y medio suaves, aunque como nos ha sabido a poco, la última cuesta la hemos hecho también fuerte. Tampoco he querido emplearme demasiado a fondo para no castigar las piernas de cara a la carrera de Aranjuez.

Además en la primera vuelta hemos roto nuestro habitual circuito para ir a reservar al bar donde mañana celebraremos la Navidad los pradolongueros.

El domingo pensaba que Akiles era la segunda carrera que más veces había corrido, sin embargo, acabo de darme cuenta de que es Aranjuez la segunda, ya que he participado once veces desde aquel lejano diciembre de 1996.

1ª vuelta (5 km): 32:12
2ª vuelta (5 km): 24:55

Total (10 km): 57:08

Para Santa Lucía mengua la noche y crece el día

Eso dice el refrán popular. Y es que el día de Santa Lucía, el 13 de diciembre, se supone que marca un cambio de tendencia. Los días se han ido acortando hasta esta fecha y a partir del 13, empiezan a aumentar las horas de luz. Y se agradece.

Para celebrar el cambio de tendencia y aprovechando que tenía las piernas cansadas del domingo, nada mejor que un entrenamiento a ritmo relajado. Dos vueltas a Pradolongo charlando con unos y con otros. Por cierto, hoy hacía bastante fresquete. Cuando he llegado a casa, cero grados (podía hacer el chiste que ni frío ni calor, pero está ya muy visto).

1ª vuelta (5 km): 28:34
2ª vuelta (5 km): 28:30

Total (10 km): 57:05

Y, sorpresa, hoy lucía el parque de Pradolongo con -casi- todo su esplendor. Parece que por fin han arreglado parte del problema de iluminación. ¿Habrá servido de algo las quejas/reclamaciones?