Hoy se ha celebrado en Madrid, en el Parque Lineal del Manzanares, otra edición del Trofeo Páris, organizada por el club de atletismo del mismo nombre. Tradicionalmente han celebrado varias carreras el mismo día: los 10 km, carrera de la mujer, campeonato de veteranos y carreras para niños. Este año han cambiado un poco: carreras infantiles, carrera de 10 km y carrera de 5 km.
Por probar, me inscribí a la carrera de 5 km, en la que había poca participación, aunque eso no lo sabía antes de la prueba. Salimos trotando desde casa hasta el Parque Lineal, recogimos el dorsal y estuvimos animando a los participantes de la carrera de 10 km. Vimos a bastantes conocidos que peleaban contra el crono en esta bonita carrera. Y algunos otros, animando al personal.
Después de acabar los de la decena de kilómetros, estuvimos calentando, haciendo algunos progresivos y pocos minutos antes a la línea de salida, donde había bastante holgura entre la gente, pudiendo llegar hasta la línea de salida desde el final, sin esfuerzo. A la hora prevista, nos dicen que esperemos cinco minutos más, no se por qué. Otro poco de calentamiento y no pasaron ni dos minutos cuando ya estábamos otra vez tras la línea de salida, por si acaso…
Escucho el «preparados, listos, ya» y salgo a tope, aprovechando que el primer kilómetro es cuesta abajo. Hay que ganar unos segundillos que seguro se pierden luego en el último, que es cuesta arriba. Pasó esos primeros mil metros en 3:36, no muy lejos de la cabeza de carrera. Asombroso, estoy muy cerca de ellos, no hay mucha gente entre el primero y yo, me da un subidón. De todas formas, ya empieza a estirarse la carrera y en el primer giro para tomar el camino de tierra ya se van alejando mucho. A mi lado va un tipo que me marca muy de cerca, juntos pasamos el segundo kilómetro en 3:47. Todavía incluso algo deprisa.
Mi compañero circunstancial va demasiado cerca de mí. Primero me da un codazo, luego tropieza con mi pie, luego vuelve a tropezar. Me vuelvo un poco mosqueado y le digo que va a acabar tirándome. Se disculpa y acelera el paso, por fin. Se va alejando a buen ritmo, no sé qué hacía a mi chepa. El tiempo en el kilómetro tres es 3:54, ahora algunos segundos más despacio de lo previsto. Poco después llego al puente que atraviesa el Manzanares, el paso es estrecho y hay que hacer dos giros de noventa grados, ahí se va un poco el tiempo, quizás. Veo delante de mí a un corredor que podría alcanzar, me concentro en ese objetivo, pero paso el kilómetro cuatro en 4:03, ¡demasiado lento! Empiezo a notar el esfuerzo, pero ya sólo queda uno.
No consigo acercarme al que va delante de mí y sin embargo empiezo a oír como animan a una chica que va detrás de mí. Ahora el objetivo es que no me adelante. Llegamos cerca del kilómetro cuatro y medio y el camino se empina considerablemente. Ahora echo toda la carne en el asador. Sigo oyendo los gritos de ánimo a la chica que me persigue. En plena cuesta oigo los gritos de ánimo de José Manuel, igual que antes los de otros compañeros y amigos y me da un extra de motivación. Llego al camino de madera. Veo un arco al fondo y un poco más allá el arco con el reloj de meta. Ahora sí que hay que ir a muerte. Cuando consigo distinguir las cifras del reloj de meta, veo que marca poco más de 19 minutos. Sigo apretando los dientes y paso bajo el arco de meta con un tiempo de 19:18, dos segundos menos de lo previsto. La primera mujer, que no era otra que la gran Aurora Pérez, llegó poco después de mí, pisándome los talones.
Al final conseguí llegar en un tiempo bastante aceptable y en la posición decimoquinta. Bastante contento con el tiempo… ¡y con la posición!
Después de la carrera, devolución del chip y camiseta, agua y refresco a cambio. De todas formas, el precio de la inscripción (10 €) ronda la barrera de lo caro, aunque los organizadores se escudan en que no tienen prácticamente ninguna ayuda, cosa que no pongo en duda. De todas formas, creo que la organización estuvo francamente bien y el entorno el maravilloso. Siempre es un placer correr por un sitio donde entrenas con regularidad.
Lo mejor vino después, porque una buena amiga consiguió subir al pódium como segunda veterana de esta prueba de cinco kilómetros, gracias a la extraña reglamentación de esta prueba que considera a los tres primeros como ganadores absolutos de la carrera (lo normal) y luego hace una clasificación de veteranos sin contar a esos tres primeros. Dándose la curiosa circunstancia de que el primer senior se puede quedar fuera del pódium si llega después de tres veteranos.
Salida de los 5 km del Trofeo Páris, gracias al forero Digilogic de elatleta.com
Con los 17,7 puntos que me ha reportado esta carrera, sumo 60 en toda la semana. Según Daniels -a quien ya no sé si hacer mucho caso- 50 puntos son los que haría un novato de escuela secundario, mientras que 100 sería los que haría un alumno avanzado de secundaria. Vamos, que he obtenido poco más que un novatillo recién llegado. No sé si algún día llegaré a avanzado.