Con los dedos de una oreja

Ayer no salí a correr porque estuve de cumpleaños. Mi madre hizo 78 añitos. No está en su mejor momento, pero ya vendrán tiempos mejores. Seguro.

Como no salí ayer, decidí salir hoy. Como los viernes salgo antes, poco después de las cuatro de la tarde me puse en marcha.

Era un momento del día un poco asqueroso porque llovía y hacía un aire bastante desagradable. Tan feo estaba el día, que los corredores con los que me crucé en la primera vuelta se podían contar con los dedos de una oreja.

Después de la primera vuelta, cuando ya llevaba algo más de cuatro kilómetros y había dejado de llover, me crucé con el único corredor que vi durante el entreno. Bravo por él.

Cuando acabé la segunda vuelta el Garmin se apagó. La batería se terminó. Últimamente dura cada vez menos. Está llegando al final de su vida. Cosas de la absolescencia programada.

Como el domingo hay carrera, hoy me lo he tomado con tranquilidad, rodando a un ritmo de 5:20, poco más o menos.  Así he completado tres vueltas a Parque Sur haciendo nueve kilómetros en un tiempo indeterminado.

No he podido resistirme

El año pasado corrí la Pachanga de las Aficiones. Prometí que no volvería a correr esta carrera nunca más, ya que me tocó correr con la mochila a la espalda… pero no he podido resistirme a apuntarme este año ya que me veo muy bien de forma y pienso que quizás podría bajar de cuarenta minutos una vez más, ya que el perfil es favorable. Luego ya veremos a ver si no me llevo un chasco.

Hoy he salido a correr pero después del Oregón de ayer tenía la parte de atrás de los muslos, imagino que los isquiotibiales, con unas agujetas bárbaras. Entre las agujetas y el cansancio debido al circuito salí con intenciones de ir a un ritmo tranquilo. Joaquín no pensaba lo mismo y empezó a tirar desde el primer kilómetro, pero conseguí aguantarme y seguí tranquilo, aunque eso provocó que me quedara solo una buena parte del recorrido.

Después, sobre el kilómetro seis, me cogió Jesús y ya fuimos, incluso más tranquilos, hasta el final el entrenamiento, que consistió en los típicos 9,6 km 52:29 @ 5:26.

Circuito Oregón

Llevaba un tiempo pensado hacer entrenamientos de fortalecimiento de piernas. He hecho un par de días cuestas, pero buscaba algo más. De nuevo internet ha sido la respuesta. Encontré algo conocido como circuito Oregón, aunque también algo similar llamado circuito Oberón. En un principio ambos entrenamientos parecían adecuados para mis propósitos. Buscando las diferencias entre uno y otro encontré que el Oregón es un entrenamiento más exigente que el Oberón.

Ambos proponen realizar sprints de cien metros entre ejercicio y ejercicio, pero mientras el Oregón dice que hay que hacer esas rectas a tope, el Oberón opina que no hay que ir al máximo. Otra diferencia es que Oregón sólo se preocupa de las piernas, mientras que el Oberón tiene también en cuenta otras partes del cuerpo. Gonzalo estaría de acuerdo que Oregón es para gente ruda, implacable, gente que sale a correr llueve, truene o nieve… auténticos runners como él dice, mientras que el Oregón es para gente blandengue, gente poco habituada al ácido láctico en las piernas, gente que se queda en casa buscando mil y una excusa. Joggers como los clasifica el bueno de Gonzalo.

Está muy claro que no me iba a conformar con el Oberón, que lo mío es lo más heavy; sin lugar a dudas el circuito Oregón es para mí. ¡Sólo faltaría!

Según el blog soycobarde.com este método comenzó a ser utilizado en la Universidad del mismo nombre, en los Estados Unidos, durante la década de 1970. Su finalidad es elevar y trabajar la resistencia, especialmente anaeróbica, convirtiéndose en un trabajo de fortalecimiento muy interesante durante los principios de las temporadas y de los planes de entrenamiento.

La serie de ejercicios consiste en nueve estaciones de ejercicios, intercaladas por sprints de 100 metros a tope. Tras los sprints, se realiza el ejercicio respectivo. Y finalizando las 9 estaciones, recorreremos de nuevo todo el circuito (1 km) a ritmo suave-medio. Por supuesto, antes de realizarlo, se aconseja 20-25 minutos de trote suave para calentar y ejercicios de movilidad articular. Hay que tener en cuenta que se trata de un trabajo muy exigente y que hay que afrontarlo con cuidado.

Pues hoy, festivo en Madrid, era un buen día para realizarlo. Apunté en una hoja de papel los ejercicios a realizar y me lancé, junto a una amiga, al parque de Pradolongo a efectuar el ejercicio. Tengo pánico a lesionarme haciendo series así que traté de calentar lo más posible para empezar los ejercicios con los músculos bien calientes.

Después de más de cuatro kilómetros de calentamiento, busqué en el camino paralelo al arroyo la distancia de cien metros. Marqué con una raya el comienzo y el final y empezó al cosa con un primer sprint. Puede parecer poca cosa hacer cien metros, pero si vas a tope, cuesta. Y luego la rutina, primer ejercicio, segundo sprint, segundo ejercicio, tercer sprint, etc. Así hasta realizar los nueve ejercicios propuestos. Debo decir que el último me costó lo suyo hacerlo. Esto cansa aunque en un principio no lo parezca.

Me gusta sobre todo porque aunque sólo haces ejercicios de piernas, mueves músculos que no sueles ejercitar durante la carrera a pie, así que algo positivo ya tiene aunque sea sólo por eso.

Después del ejercicio, un par de kilómetros más para «enfriar», pero mi compañera se lo tomó muy en serio esos kilómetros y fue deprisa. Tan deprisa que me costaba seguirla después de machacar las piernas con el Oregón.

Entre unas cosas y otras completamos 8,6 km aunque la distancia y el tiempo en este entrenamiento es lo de menos. La intensidad en los sprints y el hacer los ejercicios correctamente son los dos puntos importantes que hay que tener en cuenta cuando se realiza este entreno.

Como curiosidad, utilicé unos calcetines de dedos que tengo desde hace tiempo y no los utilizo casi nunca. La semana pasada me los puse y hoy me los he vuelto a poner. La verdad es que no llego a estar cómodo del todo con ellos, noto cierta presión en los dedos. ¿Tendré que ponérmelos más para que se habitúen los dedos?

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De aquesta guisa andaba yo con estos calcetines

No puedo con ellos

Hoy sábado me he despertado pronto, no sé muy bien el motivo y he decidido acudir al punto de encuentro de los fines de semana a la hora establecida: nueve de la mañana. Me he llevado una buena sorpresa, ya que sólo dos habituales estaban por allí: Quique y Miguel.

Así que sólo hemos empezado los tres el entrenamiento. Tenía esta pareja la idea de hacer un entrenamiento de calidad, pero yo tenía las patas todavía «convalecientes» así que les comenté que me iba al río yo solito; sin embargo, parece que les convenció mi idea y nos hemos ido los tres para el Parque Lineal.

Hoy iba ciego, la batería del GPS se había descargado y no era consciente de ello hasta que he salido a la calle, pero tampoco iba a dejar de entrenar por eso. Además los demás sí llevaban GPS así que sólo era cuestión de preguntar de vez en cuando para ver más o menos como iba.

Iba bien hasta el kilómetro diez o así, que empecé a notar las piernas muy cansadas. Además han empezado a tirar mis dos compañeros y me han dejado solo con mi dolor de patas. Bueno, luego en la fuente de la salida del parque me han esperado. Realmente, no son tan malos como parece 😉

La verdad es que se me ha hecho muy laaaaaaargo el recorrido. Hemos completado 16 km y hacía mucho tiempo que no me aproximaba a esas distancias, nada menos que desde la maratón de Sevilla, allá en el mes de febrero.

Al llegar de nuevo al punto de partida, pregunté a Miguel el tiempo y me comentó que una hora y dieciocho minutos. No estuvo mal el entrenamiento, aunque me resultara algo pesado.

Hoy la báscula marcaba el mismo peso que la semana pasada: 67,6 kg. No está mal, todo lo que sea no aumentar de peso no está mal.

Brillo en los ojos

Hoy sólo estábamos cuatro en el punto de encuentro. Como últimamente los entrenamientos son a cuchillo, llegábamos todos con intenciones aviesas. Se notaba en el brillo de los ojos de cada uno de los componentes del cuarteto: hoy había guerra seguro.

En la primera vuelta ya se veía que la cosa era seria. Normalmente, rondamos por los 5:45, pero hoy hicimos la primera vuelta en 5:19 ya calentando las piernas para lo que vendría después.

Acabamos la primera vuelta y empezó la fiesta. El primer kilómetro en ¡¡¡3:59!!! muy deprisa para un entrenamiento. El segundo fue algo más lento, en 4:08 que tampoco estuvo mal; el tercero en 4:06, el cuarto en 4:07 y los últimos 600 metros, totalmente reventado y cuesta arriba, en 4:13. No estuvo mal esa segunda vuelta, en la que fuimos a un ritmo de 4:10. Telita.

Mi objetivo, ya que en estos momentos me resulta imposible seguir a Miguel y a Quique, era tratar de bajar de veinte minutos en esa segunda vuelta, pero me quedé a las puertas. Hice justo 20:00, por lo que tendré que esperar a otro día para conseguirlo.

En total hice 9,6 km en un tiempo de 45:29 @ 4:42 min/km.

Le estoy cogiendo el gustillo

Después de unas cuantas semanas de una temperatura inusual -por lo caluroso-, esta semana ha empezado con frío. Hoy he llegado a casa con el frío metido en el cuerpo, pero ha sido ponerme el pantalón corto y la camiseta de manga corta y lanzarme a la calle y el frío ha desaparecido de mi cuerpo como por ensalmo.

Algunos del grupo han decidido hacer series de trescientos metros, pero he preferido seguir a un ritmo tranquilo charla que te charla con Joaquín y Emilio II. Cuando faltaba una milla, un imponente cambio de ritmo para tratar de hacer esos 1600 y pico metros lo más rápido posible, tratando de ir a un ritmo por debajo de cuatro. Pero hoy no era el día más apropiado porque el terreno estaba blando después de las lluvias caídas el domingo y el lunes. Los primeros mil metros muy por encima del ritmo previsto, a 4:06 y los siguientes seiscientos metros a un ritmo algo mejor, a 3:57. En total han sido, según el Garmin, 1640 metros en 6:37 que en una milla sería algo equivalente a 6:29. ¿Seré capaz algún día capaz de bajar de seis minutos? Difícil lo veo.

Estoy cogiendo el gustillo a este tipo de entrenamiento, el de ir tranquilo hasta el kilómetro ocho y luego tratar de hacer la última milla a toda pastilla. Estoy convencido de que es un entrenamiento que no sirve para mucho, pero mola.

Hoy el Garmin ha tardado lo que no está escrito en pillar los satélites, así que lo he puesto en marcha cuando llevaba un kilómetro de entrenamiento. Así que han sido 9,6 km aunque sólo haya marcado 8,64 km en 46:22 @ 5:22 min/km.

Sube cada cuesta como si fuera la última

Una de las frases preferidas de Cholo Simeone es aquella que dice: «Juega cada partido como si fuera el último». Hago mía esta frase para tratar de explicar el entrenamiento de esta mañana.

Salí con la idea de hacer cuestas. En Pradolongo tengo identificada siete cuestas que se pueden ir haciendo una detrás de otra, eliminando la necesidad de hacer siempre la misma una y otra vez. Cada una de las cuestas es diferente de la otra: distinta longitud, distinta pendiente. Esto hace el entrenamiento más variado y atractivo.

La jugada era hacer esas siete cuestas comenzando de este a oeste y luego un trote largo para volver a comenzar desde el principio esas mismas siete y en el mismo orden. En total, dos series de cuestas.

Resulta sencillo saber el ritmo a llevar cuando haces series en llano. Jack Daniels ayuda y mucho para saber el ritmo a llevar. Cuando se hacen cuestas y cada una de su padre y de su madre resulta complicado llevar un ritmo uniforme ni fiarse tampoco del cronómetro. Así que pronto surge la pregunta, ¿qué ritmo debo llevar en las series?

Según iba haciendo cuestas di con la respuesta. Se me vino a la cabeza la frase del Cholo, que es perfectamente aplicable a este entreno: hay que subir cada cuesta como si fuera la última. Da igual la primera que la decimotercera. Y así fue como lo hice, sobre todo en la segunda tanda.

El entrenamiento completo consistió en hacer tres kilómetros de calentamiento y luego las dos series de cuestas, subiendo a tope y bajando al trote. Entre cuesta y cuesta también al trote pero un poco más alegre. Después de todas las subidas y bajadas, dos doscientos y un poco más de trote para llegar a los diez kilómetros. La verdad es que me encontré bien subiendo las cuestas. Muy bien.

En el tema del peso por fin he conseguido bajar de los 68 kilos. Ayer sábado la báscula marcaba 67,6 kg que indican que voy por el buen camino hacia el objetivo de los 66.

Quien no llora no mama

Este dicho es una de las grandes verdades que por desgracia funcionan en este país. Como comentaba en la entrada del martes, el parque de Pradolongo tiene serios problemas de iluminación debidos principalmente a la desidia de quien se encarga del mantenimiento o de quien los ordena y manda.

Como comenté en la entrada, hice una reclamación sobre el particular y dos compañeros más también lo hicieron, alguno poniéndolos de vuelta y media. Otro asiduo del parque también participó. Pues curiosamente, las protestas han surtido efecto.

Ayer cuando llegamos al punto de encuentro a las siete de la tarde vimos que todo estaba a oscuras, por lo que decidimos modificar el circuito habitual; sin embargo, no llevábamos ni dos kilómetros cuando vimos que las farolas empezaban a iluminarse: impresionante, todos nos quedamos alucinados.

Minutos después, nuestro gozo en un pozo. Las farolas habían vuelto a apagarse. En esos momentos JL nos comentó que había hablado con la gente de mantenimiento que estaban tratando de solucionar el problema y que estos habían dicho que había una avería. ¿Cómo es posible que hubiese una avería si horas después las farolas estaban encendidas? Bueno, una excusa más.

Al final parece que dieron con la «avería» porque poco después las farolas volvieron a iluminarse y ya no volvieron a estar apagadas… al menos en el tiempo que estuvimos entrenando.

Resulta indignante que un servicio que debería funcionar con normalidad haya que reclamar para que funcione, pero es una de las muestras más de la idiosincrasia de este país de pandereta. Si no lloras, no mamas. Está más que demostrado.

Debido a los previsibles problemas de iluminación, había pensado hacer unas cuestas, ya que hay bastantes en la que era zona iluminada, pero después de solucionarse el problema cambié de planes y pensé que mejor hacer la segunda vuelta a ritmo umbral en vez de machacarme en las cuestas, que el domingo me castigué bastante.

Así que dicho y hecho. Acabamos la primera vuelta y algunos empezaron a apretar de lo lindo. Yo aceleré el paso pero tratando de no ir más deprisa de 4:15… ni tampoco más despacio. Y la verdad es que me salieron los kilómetros bastante regulares: 4:12, 4:15, 4:18, 4:16 y 4:15. De media: 4:15. Lo clavé. En total fueron 9,87 km en un tiempo de 48:42 @ 4:56 min/km. Me costó un poco seguir el ritmo umbral, pero tampoco demasiado. Creo que estuvo bien.

¿De dónde he sacado que el ritmo umbral es de 4:15 si había estado haciendo entrenamientos de este tipo a 4:20? Pues lo he calculado a ojo con los resultados obtenidos en la carrera de Portillo del domingo. Utilizando la página web de AttackPoint se obtiene para una distancia de 7 km y un tiempo de 27:39 un VDOT de 51,59 y entre otros valores, se obtiene un ritmo umbral de 4:09. Como tengo las sospechas de que la carrera no llegaba realmente a esos siete kilómetros introduzco a ojímetro un factor de corrección y obtengo by the face el valor de 4:15. Nada más sencillo 😉 Si viera que con cierta facilidad consigo mantener esos ritmos, ya pensaré en quitar unos segundos.

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Ritmos de entrenamiento obtenidos tras la carrera de Portillo

Estulticia

Según la RAE, Estulticia: Necedad, tontería.

Se trata, sin lugar a dudas, de una cualidad aplicable a muchos políticos y en especial al concejal del distrito de Usera. Y por muchos motivos. Pero fijémonos en uno que nos afecta a los corredores y usuarios en general del Parque de Pradolongo.

Un grupo de corredores quedamos todos los martes y jueves del año en el parque de Pradolongo para entrenar juntos a las siete de la tarde. Con el cambio horario, a las siete de la tarde ya es de noche. Desde hace unos cuantos años ya, cada vez que cambian la hora nos encontramos con el problema de que parte del parque está a oscuras.

Puede parecer el capricho de unos cuantos corredores que malgastan el tiempo corriendo por el parque, pero no es un problema que nos afecte sólo a nosotros. Hay gente que pasea con el perro, otros atraviesan el parque para ir a la estación de Cercanías, etc. A todos nos afecta, no es algo que nos concierne sólo a nosotros.

Así que todos los años por las mismas fechas toca presentar una queja para que traten de solucionar el problema. Utilizo la página web del ayuntamiento para hacerlo e invito a todos los afectados a que hagan lo mismo.

Este el texto, por si se desea hacer copy+paste. Como se puede observar soy muy suave…

Aproximadamente un tercio del parque de Pradolongo, sito en el distrito de Usera, está a oscuras cuando anochece. En algún momento posterior deben encenderse esas farolas que permanecen apagadas al caer la tarde porque a las siete de la mañana están encendidas. ¿Sería posible que todas las farolas del parque estén encendidas desde que se hace de noche?


Desde el mes de marzo, hoy ha sido el primer día que hemos llegado al punto de encuentro habiendo anochecido. Ha sido una sorpresa encontrarnos todas las farolas apagadas por la zona donde habíamos quedado. Bueno, una sorpresa relativa, porque todo lo referente al alumbrado de este parque es posible. Lo curioso es que la zona oscurecida es bastante amplia, aproximadamente un tercio de la superficie total del parque, y creo que es la primera vez que el punto de encuentro está a oscuras.

Se ha acercado a correr con nosotros Ángel, un amigo de Jesús. Y, por desgracia, ha sido el nuevo el que ha sufrido el único altercado debido al problema citado. Según iba corriendo, un perro se ha abalanzado hacia él, quizás debido a que el perro tampoco ve demasiado y ha podido verse atacado. Parece que no sólo las personas nos vemos afectadas por la oscuridad.

Como el domingo estuve en la carrera de Portillo, tampoco era cuestión de machacarse demasiado, así que he preferido ir a un ritmo asequible aunque me haya quedado solo. He dado las dos vueltas típicas, por los mismos caminos que de rigor, para «sufrir en mis carnes» la falta de luz. Y se corre mal, muy mal incluso corriendo por caminos que conoces a la perfección. Si de repente hay un nuevo agujero o alguna piedra en el camino, eres carne de cañón, tienes un esguince de tobillo asegurado.

He completado 9,6 km en un tiempo de 50:41 @ 5:17 min/km. Confiemos en que arreglen pronto este desaguisado.

Trampas en las carreras populares

Leía la semana pasada una noticia que se comentó bastante en las redes sociales. Resulta que en la media maratón de Valencia cazaron a individuo que hizo trampas en la carrera. Según parece, con esa trampa consiguió quedar segundo en la categoría veterano C y también primero en categoría militar y policías. De eso ya se ha hablado largo y tendido.

Ayer, en la carrera de Portillo de Toledo fui durante un tiempo detrás de dos chicas. En uno de los puntos del recorrido animaron a la que estaba más cerca de mí con el grito, ¡venga que vas la tercera! Poco después adelanté a esta chica y luego pude adelantar a la otra. Supuestamente, después de ese adelantamiento iba detrás de la primera, que no era otra que Vanessa Veiga.

Cuando por la tarde vi la clasificación se me ocurrió mirar por casualidad la absoluta de mujeres y me sorprendió ver que delante de mí habían llegado dos chicas además de Vanessa. Pensé que la persona que había animado se había confundido. Tampoco lo di más vueltas.

El caso es que me picaba la curiosidad y gracias a los vídeos y fotos que ha colgado Aurelio Gómez Castro en atletismotoledano y a las fotos que hizo la organización en meta me he quedado un tanto perplejo porque no logro encontrar ni a la supuesta segunda ni a la tercera. ¿Qué ha sucedido con ellas? ¿Han ido escondidas en los tramos de la carrera donde había constancia gráfica? ¿O alguien ha corrido con su chip? Me temo que la segunda pregunta es la más cercana a la realidad.

Veamos el caso de la supuesta tercera clasificada (dorsal 335) que me parece más fácil. Aparece en la clasificación curiosamente con el mismo tiempo que un compañero de equipo que tiene además el dorsal inmediatamente superior. Es un caso claro de que el compañero corrió con los dos chips en un claro intento de falsear la clasificación. ¿Por qué? ¿Para subir al pódium? ¿Para sacar pecho el lunes con los amig@s?

El caso de la segunda (dorsal 628) es todo un expediente X. No aparece en las fotos que se hicieron en el comienzo de la segunda vuelta, ni tampoco en el vídeo tomado en ese punto, no aparece en las fotos de los llegados a meta y su tiempo no coincide con nadie que entrase en la meta. Todo muy extraño. Al igual que en el caso anterior, tampoco sé si llegó a subir al pódium.

Me cuesta trabajo entender el motivo que puede llevar a que estas personas hagan trampas en una carrera popular. No sé si alguno o alguna ha pensado en el perjuicio que hace a los otros corredores o corredoras que legítimamente han conseguido una buena clasificación. Entiendo que no, éstos piensan primero yo y a los demás que los den, que yo soy más listo. Imperdonable.