IV San Silvestre de Villaverde Alto

Hoy se ha celebrado la IV edición de la San Silvestre de Villaverde Alto. Llevaba desde la primera edición con ganas de participar en esta carrera, ya que se celebra cerca de casa, y hasta este año no he tenido la oportunidad. Y he quedado contento, muy contento.

Es una carrera humilde organizada por la Asociación de Vecinos La Incolora, por lo que me recuerda mucho a la carrera que organizamos nosotros. Así que no puedo sino elogiar sus ganas y su buen hacer. Un diez para ellos.

Este año un buen número de pradolongueros se han animado a participar. Gracias, sobre todo, a Juan Carlos del Herbolario dBambú que nos apuntó a la mayoría de nosotros. A las once habíamos quedado en el punto de encuentro todos los pradolongueros y aunque en un principio alguno tenía la idea de ir corriendo, al final fuimos todos en coche. En pocos minutos estábamos en el parque Plata y Castañar donde se iba a desarrollar la prueba. Nos acercamos a la zona donde estaba situada la salida y meta y nos hicimos una bonita foto. A destacar que esta vez el grupo tenía un componente internacional.

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Foto del equipo pradolonguero

Estuvimos calentando dando una vuelta al circuito por el que iban a transcurrir las dos vueltas de la carrera. Alternaba carril bici con tierra y en algunos tramos se veía algo de barro y algunos charcos. La tierra estaba muy blanda, pero sin llegar a estarlo excesivamente.

Andábamos ensimismados en el calentamiento que casi llegamos tarde a la salida. Parecía que nos estaban esperando, pero ya incorporados al pelotón, aún esperamos unos minutos más. Cuando dieron la salida estaba estirando un poco los gemelos.

La salida se daba en una zona muy ancha, pero veinte metros más adelante se estrechaba en un sendero muy estrecho, así que tocaba ir por lo verde para poder adelantar. Enseguida vi a mis compañeros Miguel y Quique que iban por delante de mí. Miguel iba tirando en cabeza y Quique se iba quedando, mientras yo me iba quedando a su vez de Quique.

El primer kilómetro fue algo agobiante por lo estrecho del recorrido y por los trescientos participantes, pero como tuve la precaución de salir en la zona delantera, se hizo algo más llevadero. Luego me comentaron los que salieron más atrás que fue muy complicado alcanzar un ritmo en condiciones por la multitud, lo estrecho y las múltiples curvas.

En ese primer kilómetro ya habíamos cogido cada uno nuestras posiciones y poco iban a variar de ahí en adelante. Yo veía poca gente delante de mí, pero me iba fijando más en Quique que había perdido la espalda de Miguel y yo me iba aproximando a él. Es cierto que estoy a años luz de Quique, pero se había presentado con un catarro de impresión y con poco entrenamiento debido a la enfermedad de su madre. Menos mal que ya está mejor, ¡¡¡mucho ánimo!!!

Cuando acabamos la primera vuelta ya estaba a la espalda de Quique y le animé, pero no era su día. Al poco le pasé y me centré en adelantar a un individuo que llevaba una camiseta con una «A» en la espalda. También me puse por delante, pero una vez llegado al carril bici, en una pequeña cuesta arriba se me fue y ya no fui capaz de alcanzarle.

Lo que tienen las carreras tan cortas es que aunque se sufre si vas a a tope, enseguida se acaba el sufrimiento. Y así fue, cuando te quieres dar cuenta ya estás en meta. Esprinté a tope, pero no fui capaz de alcanzar al corredor de la «A», llegando segundos después. Pocos segundos después también llegó Quique, al que por primera vez he sido capaz de superar, eso sí, debido a su enfermedad, sino, ni en broma. Según la clasificación facilitada por la organización llegué el octavo con un tiempo de 14:33, pero viendo el vídeo que han colgado de la llegada, el tiempo se aproxima más a 15:04 y la distancia, haciendo caso del GPS, de 3,8 km.

En meta, dejamos el dorsal y nos obsequiaron con una bolsa con una botella de agua y un plátano, ¡para qué más! Por un euro que cuesta demasiado nos dieron. Desde allí, directamente al ropero a recoger ropa para abrigarnos, que hacía fresco. Una compañera pradolonguera escuchó que llegó la tercera por lo que esperamos para ver si daban algún trofeo. Y, efectivamente, nos confirmaron que fue primera de su categoría y que había ganado una medalla. Así que esperamos a que la llamaran. Subió al pódium y cuando ya nos íbamos, ¡qué sorpresa! escucho mi nombre como segundo clasificado de la categoría «Máster 46». Increíble, no me lo esperaba ni por asomo. Así que subí al pódium (que era un escenario) más contento que unas castañuelas. Y encima tuve el morro de ponerme en el medio, como si hubiese ganado yo 😉

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Pódium de la categoría Máster 46 masculina

Estando en el pódium el corredor que llegó delante de mí empezó a protestar porque decía que era de mi categoría y había llegado antes. La organización le comentó que luego lo hablaban. Así que cuando me bajé, me quedé hablando con este hombre para ver si se solucionaba el tema.

Y en esas, ¡otra sorpresa! Empiezan a nombrar a los tres mejores de la categoría Sub 45 masculina y nombran a Miguel, el compañero pradolonguero, que ya se había ido. Tuve que llamar al móvil, pero cuando llegó ya se había deshecho «su» pódium. Aún así, le entregaron la medalla a él solo.

De esta forma, la expedición pradolonguera se saldó con un montón de medallas. Dos segundos puestos y un primero. Algo totalmente inimaginable antes de comenzar.

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Los tres pradolongueros «premiados»

A la vuelta, en el barrio, fuimos a celebrarlo como se merecía la ocasión: con unas cervezas.

Entrenamientos navideños

Agrupo en esta entrada los entrenamientos de Nochebuena, Navidad y el día posterior a la Navidad. Han sido cuatro días de entrenamiento seguidos, que no es nada habitual en mi caso.

El día de Nochebuena salí con un chaval de catorce años que estaba haciendo un entrenamiento que le había mandado su entrenador de fútbol. Consistía en un calentamiento de quince minutos y luego quince segundos a todo trapo y cuarenta y cinco segundos de recuperación al trote. Así diez veces. Luego enfriamiento. Pensaba que sería capaz de pasarme por la piedra al chaval, pero cuando se ponía a tope no tenía rival. Eso sí, cuando llevaba cuatro cambios ya no quería hacer más; sin embargo, en el último, que había que hacerlo a muerte también fui superado. Entre el calentamiento (3 km), los cambios de ritmo y un poco de enfriamiento completamos 5,3 km en 29:48 @ 5:35 min/km.

El día de Navidad había que eliminar los excesos de la cena, así que salí con una amiga con la idea de hacer un día largo y lento. Bajamos al Parque Lineal y Luego no fue muy largo, porque había que ir a comer con la familia, por lo que nos quedamos sólo en doce kilómetros. Hicimos esos 12 km en 1:04:36 @ 5:22 min/km.

Para terminar estos tres días seguidos, salí de nuevo con el chaval del otro día para hacer un entrenamiento similar al de Nochebuena, sólo que los quince segundos en vez de hacerlos a tope, había que hacerlos al 80%. Es un poco difícil hacerlo al 80% si lo haces sin pulsómetro, así que el truco es ir fuerte, pero sin pasarte y así tratamos de hacerlo. Como el otro día, dimos una vuelta a Parque Sur (3 km) de calentamiento y luego los diez cambios. Esta vez después de los cambios no hubo enfriamiento, andandito a casa. Hicimos casi 5,2 km en un tiempo de 29:22 @ 5:40 min/km.

No sé si estos cuatro días seguidos de entrenamiento y los cambios de ritmo me van a venir bien para la carrera del domingo, menos mal que son sólo cuatro kilómetros.

Por fin

Echaba de menos un control de las equipaciones en Garmin Connect, así que ha sido una sorpresa encontrar que con la nueva versión lo han incluido. Además al dar de alta una nueva equipación, al poner la fecha de primer uso te permite asignar esa equipación a todas las actividades desde esa fecha. ¡Ya tengo dos añadidas!

Lo cierto es que la web de Garmin Connect ha cambiado bastante y a mejor, desde mi punto de vista.

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Control de la equipación en Garmin Connect

Por cierto, me acabo de dar cuenta que las Mizuno están llegando al fin de su vida útil.

Hoy es mi último día de trabajo este año, así que a partir de hoy entrenaré por la mañana hasta que vuelva otra vez a la rutina laboral. Así, hoy es el último día de entrenamiento nocturno de este año.

Nos hemos juntado cuatro pradolongueros en el punto de encuentro y hemos dado una primera vuelta todos juntos, luego hemos apretado un poco. Tampoco quería apretar mucho que mañana me va a tocar entrenar también. En total han sido 9,6 km en un tiempo de 53:21 @ 5:30 min/km.

XII Carrera del aceite

Un año más, y ya van cinco, he participado en la carrera de mi pueblo. Coincidía con la carrera de Aranjuez, pero no es tan populosa, ni tan larga como la carrera madrileña. Tampoco creo que la coincidencia restase participación a esta carrera que estuvo más o menos en sus números, con poco más de cien participantes en la categoría de mayores.

Hasta allí me acerqué con una amiga y aunque no son muchos participantes, lo cierto es que es una carrera de mucho nivel. La chica que ganó por tercer año consecutivo fue la china (ahora nacionalizada) Dong Liu que fue campeona del mundo de 1500 en Stuttgart en el año 1993. Este año no ganó con tanta facilidad como en años anteriores, ya que Esther Ramos llego 15 segundos más tarde. El ganador, que es natural de esta población, Marcos Bueno acabó con un tiempo de 15:08 que es una muy buena marca siendo el circuito como es.

Oficialmente, la prueba consta de un circuito de 1,6 km (1 milla) al que hay que dar tres vueltas, totalizando 4,8 km (3 millas), aunque yo creo que mide algo más. Combina asfalto con tierra y aunque la salida es por asfalto, enseguida se coge un camino y por ese camino, después de una fuerte curva a izquierdas aparece una bonita cuesta arriba por un piso irregular de tierra y piedras. Nada más coronar, el camino se torna asfalto y comienza una cuesta que llega alcanzar el 11% de desnivel, menos mal que se hace de bajada. Después de esa bajada brutal, otra subida algo más suave y para terminar unos 150 metros llanos.

Resulta complicado seguir un ritmo constante por el desnivel y lo único que hay que hacer es salir a todo trapo y tratar de aguantar sin reventar. Mi idea era hacer unos seis minutos y medio por vuelta, o algo menos y no anduve muy lejos ya que llegué a meta con un tiempo de 19:36. En la clasificación aparezco en la posición 46 de 109 y séptimo de mi categoría. Un par de puestos menos y me hubiese llevado cinco litros de aceite. Pero difícil, muy difícil, ya que el quinto hizo un tiempo de 18:03, totalmente inaccesible para mí. Mucho Cola Cao tendría que tomar.

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Llegando a meta dándolo todo, foto cortesía de evedeport.es

Todos los participantes fueron obsequiados con una camiseta técnica, una pequeña mochila, un pequeño gorro de Papá Noel y una diminuta botella de aceite. Todo por el módico precio de 6 €, que es un precio bastante razonable. El año que viene, por supuesto que repito. Y si puedo, mejor entrenado.

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Con mi «trofeo»

Los resultados de la carrera se pueden ver en una copia que guardo aquí

Curioso nombre para una carrera

Mañana se celebra en el lugar donde trabajo una carrera que han denominado San Silvestre Retoniana. Resulta curioso el nombre y que se celebre un 19 de diciembre, pero al ser algo festivo da igual el nombre, la fecha, la distancia y casi todo lo demás.

El nombre viene a que se está celebrando un reto lanzado por la empresa que propone a un grupo de gente que mejore sus hábitos de vida. Y dentro de este reto han propuesto la celebración de esta carrera de carácter no competitivo.

El caso es que llevo un par de días dando vueltas si participar o no. De hecho mientras iba corriendo seguía con el runrún en la cabeza, pero en los últimos kilómetros del entrenamiento he decidido no hacerlo. Llevo un par de meses preparando la carrera del domingo y no era cuestión de lesionarme a dos días de mi reto.

Puede sonar ridículo lo de pensar en la posibilidad de lesionarme, pero ya me pasó en la media de Getafe de 2011 que me lesioné misteriosamente el día antes y no me estaba por la labor de repetir experiencia. Así que aún sintiéndolo mucho, opté por lo más sensato.

No es de extrañar que con este asunto en la cabeza hiciera una primera vuelta al trote cochinero, nada menos que a 5:52, por lo que aceleramos un poco en la segunda vuelta. El primero kilómetro de esa segunda vuelta lo hicimos mi tocayo y yo en 4:55 y parecía que íbamos a toda pastilla. Luego aceleramos más todavía e hicimos los siguientes un poco por debajo de 4:30. Después ya relajé un poco la máquina, que el domingo hay que darlo todo.

Completé las dos vueltas haciendo 9,6 km en un tiempo de 51:04 @ 5:18 min/km.

Duro, muy duro

Hoy he llegado a casa tarde y con pocas ganas de nada. Lo dejaba muy clarito en Twitter…

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Sin embargo, en un extraño arranque de cordura (o de locura, ¡quién sabe!) he decidido salir aunque era tarde y sabía que no encontraría a nadie de los compañeros habituales. Y no sólo eso, además me ha dado el punto y he decidido hacer unos miles, que hacía un montón de tiempo que no los hacía.

Podía haber mirado los ritmos que sugiere Jack Daniels, pero a ojímetro he pensado que 3:50 estaría bien. Salgo de casa, pongo el Garmin para que se sincronice con los satélites, llego al parque, sigo esperando a que sincronice, me aburro de esperar, comienzo a correr, sigo esperando a que sincronice y cuando llevo algo más de dos kilómetros de circuito por el parque se sincroniza. Ha tardado prácticamente un cuarto de hora en ponerse disponible. Tengo la sensación de que este chisme está alcanzando el final de su vida. Veremos lo que aguanta.

Continué sin poner en marcha el cronómetro hasta más o menos tres kilómetros, cuando me situé en la «línea de salida» para hacer los miles. El primero bien, salí bastante rápido y tuve que aflojar un poco el ritmo porque veía que iba a cumplir el objetivo con creces. Salió a 3:49. La cosa parecía factible.

El segundo mil también estuvo dentro de lo previsto, salió incluso un segundo más rápido, pero ahí me di cuenta de que la cosa no iba a ser fácil. Pero es que este tipo de entrenamiento nunca es fácil.

En el tercer mil me ocurrió una cosa rara. Iba corriendo y cuando llevaba más o menos la mitad, me desconcerté un tanto y no tenía muy claro por donde tenía que ir, así que acorté un tramo por el seto que separa el camino de ida del de vuelta. Ese recorte me hizo perder preciosos segundos y el mil se me fue a 3:54 y al terminar me di cuenta de lo duro que es esto. Ya no estoy acostumbrado (si es que alguno vez lo he estado) a hacer estas repeticiones.

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El cuarto mil se me hizo duro, pero duro de verdad, tanto que sólo fui capaz de bajar un segundillo del anterior en el que se me había ido la pelota.

Ya sólo quedaba el último. Ese en el que hay que echar toda la carne en el asador; sin embargo, ya había poca carne que echar. Por más que lo intenté, no iba y no iba. Repetí los 3:53 del mil anterior.

Resumiendo la chapa. Que se me hizo muy duro y que lo hice justo al revés de cómo recomiendan. Si lo aconsejable es hacer el primer mil más lento y luego ir mejorando, yo lo hice al revés. Tendré que hacer alguna serie más de esta distancia a ver si voy mejorando el asunto.

Made in El Salvador

Tengo una camiseta fabricada en El Salvador. Puedo prometer y prometo que nunca había visto algo fabricado allí y bien que me alegro que haya empresas que fabriquen en este pequeño país centro americano. La camiseta es la que nos dieron en la maratón de Nueva York de 2012, aquel que no llegó a celebrarse. Curiosamente hasta hoy no me he dado cuenta del detalle.

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Camiseta made in El Salvador

Después de la celebración del viernes con los compañeros pradolongueros, ayer estuvimos de cena con los amigos. Después de la cena, a mover un poco el esqueleto, por lo que al final me acosté tarde; sin embargo, me he despertado más o menos pronto. Como no tenía la conciencia tranquila he salido con la idea de hacer más kilómetros de lo habitual para quemar algo de lo ingerido estos días.

Como siempre, asocio tirada larga con Parque Lineal, por lo que he bajado hasta este parque. Siguen haciendo obras en algunos tramos, por lo que resulta un poco molesto, ya que en algunos tramos toca ir por asfalto, en otros por terreno mal compactado y en otros está directamente cortado el camino y tuve que retroceder.

Salí lloviendo y pensaba que me iba a calar hasta los huesos, pero al llegar al parque dejó de llover. Hice todo el recorrido junto al río y al salir del parque, otra vez empezó a llover. Pero no llovía demasiado fuerte y me mojé poca cosa.

Hice un total de 16,5 km en un tiempo de 1:23:27 @ 5:03 min/km procurando siempre no ir más deprisa de ese límite de cinco minutos el kilómetro. ¡Qué tiempos aquellos en que ir a ese ritmo era para mí un triunfo!

Celebración justificada

Hoy nos hemos juntado un buen grupo de pradolongueros a celebrar un evento importante. La idea era juntarnos este fin de semana para comer o cenar, pero al hacerlo tan precipitadamente y en estas complicadas fechas, no hemos conseguido ponernos todos de acuerdo. Y como no hemos podido reunirnos todos para comer o cenar, de manera improvisada nos hemos juntado en el bar de Nico a tomar unas cervezas.

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Pradolongueros de celebración

La verdad es que lo hemos pasado bastante bien, aunque algunos hemos acabado algo bolingas, pero de vez en cuando, tampoco pasa nada.

Antes de todo este jolgorio, programado para las ocho de la tarde, había salido a correr un poco antes de comer, aprovechando que hacía buen tiempo: soleado y sin lluvia. Esta vez me acerqué a Parque Sur para hacer un ritmo controlado de 4:30 después de una primera vuelta (3 km) de calentamiento. Y así hice, yendo algunos kilómetros por encima de ese ritmo objetivo y otros por debajo.

En total completé tres vueltas a Parque Sur, por lo que hice 9 km en un tiempo de 42:43 @ 4:45 min/km.

Adiós Vicálvaro adiós

Este año iba a ser mi décima participación consecutiva en la San Silvestre vicalvareña, pero me he quedado con las ganas. El primero de diciembre abrieron la inscripción y el cuatro traté de inscribirme y ya no pudo ser. Por internet se habían agotado y un amigo se acercó a la asociación de vecinos y tampoco había disponible ningún dorsal. Me da mucha pena, pero habrá que ir buscando otra alternativa… Getafe es esa alternativa.

Así, sólo me queda decir: El rey ha muerto (léase Vicálvaro), viva el rey (léase Getafe)

Como esta semana estoy de curso y llego a casa más tarde, no puedo salir con los compañeros pradolongueros. Así que lo mismo me da martes que miércoles, por lo que ayer no salí a correr y lo dejé para hoy.

Una hora más tarde de lo habitual me daba cita conmigo mismo en el punto de encuentro habitual. Allí estaba yo, con el frío que hacía, como un canelo esperando a que el maldito Garmin pillara los satélites, que tardó lo suyo. Voy a tener que comprarme una camiseta de estas que he visto en http://www.zazzle.es

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Dice algo así como que mi calentamiento incluye esperar satélites

Empecé a correr deprisita, que el frío se hacía notar y di una primera vuelta a buen ritmo. En la segunda aceleré para tratar de alcanzar el ritmo umbral, que anda por 4:15. La idea era tratar de andar por ahí, pero unos segundos por debajo y no me salió mal del todo. Excepto uno que hice a 4:17 los demás sí conseguí hacerlos según lo planeado.

Y ese de los 4:17 pienso que perdí tiempo porque subiendo la cuesta perpendicular a Rafaela Ybarra me salió un perro que se acercaba como una bala a por mí. Tuve que parar en seco del susto que me dio, mientras hoy a lo lejos la voz del perrero: «si no hace nada, si no hace nada». El susto que me dio no me lo quita nadie.

Todos los días tiene que aparecer un can haciendo una de las suyas. Hoy ha sido este y el sábado un perro se tiró con intención de morderme los pantalones. Afortunadamente no lo logró y sólo cayó sobre mis pies. Afortunadamente para el perro, soy más civilizado que su dueño y no le di una patada que es lo que se merecía… su dueño.

Pues eso, que hice 9,6 km en un tiempo de 45:38 @ 4:43 min/km.

Por cierto, hoy he pasado un frío de mil diablos. Salí todo ufano con mi camiseta de manga corta y se me metía el frío por el sobaco. Hay que ir pensando en la manga larga.

Calcetines vintage

Tengo unos bonitos calcetines conmemorativos de la Maratón del Millenium, aquella maratón celebrada en octubre de 2001 que suponía la despedida de Martín Fiz y de Abel Antón del mundo de la alta competición. Ninguno de los dos fue capaz de llevarse la prueba, que fue ganada por el italiano Stefano Baldini, que tres años después se llevó el oro en Atenas.

Fue, sin lugar a dudas, otra muestra más del despilfarro que ha habido en este país, aunque en esta ocasión si buena parte de ese dinero que se manejó acabó en los bolsillos de los dos maratonianos, bien está.

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Calcetines conmemorativos M. M. 2001

Estando de vacaciones el verano del aquel año, me enteré de la noticia de que se iba a celebrar esta prueba, así que empecé a entrenar con la idea de participar. En septiembre me lesioné, así que no participé. Sí acompañé a un amigo desde la media maratón hasta la meta y el hombre lo pasó mal, muy mal. Su única idea era abandonar, pero le estuve tratando de convencer de que no lo hiciera. Y no lo hizo, pero fue una tortura para él. Y no sólo él, muchísima gente tuvo muchos problemas para terminar.

No tenía mucho sentido que habiendo una maratón en Madrid en primavera hubiese otra en otoño. Y no volvió a celebrarse nunca más esta prueba.

¡Menudo rollo por unos calcetines! El caso es que hoy he salido a entrenar con ellos. Alguien puede preguntarse que cómo es posible que trece años después todavía siga con esos calcetines. Y es que la cosa tiene truco, ya que años después de la celebración de esa maratón me los regaló una persona que tiene una tienda y que le habían dado bastantes pares. Hay que tener en cuenta que pensaban que iba a haber una participación de doce mil corredores y se apuntaron poco más de la mitad, así que sobró material para dar y tomar. Pues eso, que me los regalaron años después y prácticamente ni los uso porque son un poco gordos para mi gusto. Pero hoy me los he puesto por otros motivos y al final he entrenado con ellos. Se afloja un poco el cordón de la zapatilla y voilà.

El sábado nos dimos una buena paliza haciendo las cuestas del Parque Lineal. Ayer estuvimos en el Parque Natural del Hayedo de la Tejera Negra y también nos dimos una buena paliza, esta vez andando. Eso sí, este Parque Natural es una maravilla. Una auténtica pasada. Merece mucho la pena visitar.

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Parque Natural del Hayedo de la Tejera Negra

Así que después de un fin de semana de duros entrenamientos, hoy han sido sólo 10 km en un tiempo de 55:50 @ 5:35 min/km. Un buen regenerativo.