De fresco nada

Existe una leyenda popular entre los corredores de la zona de que el Parque Sur es un sitio más fresco que el Parque de Pradolongo. Sin embargo, pienso que no es así, por lo menos el circuito que yo hago que tiene una parte en la zona de abajo y no va todo por la zona más alta. Calculando a ojo, hay casi un kilómetro sin una sola sombra de un total de tres, es decir, un tercio del recorrido. Sin embargo, en Pradolongo puede haber algo más de un kilómetro de sol, pero en una vuelta de cinco. Conclusión, en verano mejor Pradolongo que su vecino. Y en invierno, también.

Lo curioso es que en invierno sí se nota que en Parque Sur hace más frío. Es cruzar la carretera de Toledo y entrar en zona más fría, donde si llegas con frío, aquí te castañetean los dientes.

Lo que sí es cierto es que se trata de un terreno más duro y que mucha gente lo prefiere por eso. Algo debe tener porque siempre se ve más gente corriendo allí, ¿o será que cerca de ese parque vive más gente corredora?

Como salí algo tarde y la canícula apretaba de lo lindo, fui buscando una zona más fresca y me fui a Parque Sur. Craso error, pero como sólo di tres vueltas y me llevé una botella de agua, tampoco fue para tanto. Totalicé algo más de 9 km en un tiempo de 49:15 a un ritmo de 5:26/km y muy, muy bien la contractura que no me molestó en absoluto.

La báscula marcaba hoy 68,8 kg por lo que sigo bajando peso después del aumento de las vacaciones.

La cosa va mejorando

Parece que el invento de los calcetines largos y el radio salil está funcionando porque he podido trotar sin apenas molestias. Confío en olvidar esta lesión en una o dos semanas mientras me permita seguir al menos trotando.

Hoy ya éramos un grupo de seis, después de que Emilio II volviese de sus vacas. Además estuvo rodando unos kilometrillos un viejo conocido de Pradolongo, Santiago, del que había oído hablar, pero no conocía. Nos comentó que tiene la espalda fastidiada y que los médicos le han prohibido correr, pero que él se conforma con correr media horita una vez a la semana. Un tipo muy majo y un gran corredor según contó Joaquín.

El otro día en la tele hablaba un masajista de un equipo ciclista de unas medias o calcetines largos de recuperación. Según parece estos calcetines se utilizan después de correr y según el fabricante Medilast Sport favorece la recuperación muscular después de la práctica deportiva. Masajea el gemelo recuperándolo en tiempo récord. Me gustaría probarlos, pero cuestan algo caros, ya que esta empresa lo vende por 35 €. Habrá que buscar en Decathlon.

Lo que no me queda nada claro con este asunto de los calcetines largos, ya sean para correr, ya para recuperar es si realmente sirven para algo o es una moda más, que me temo van por ahí los tiros. De todas formas, yo que soy bastante delicado de gemelos, debería de probarlos por si acaso son realmente efectivos.


Hoy ya me he atrevido a dar dos vueltas al viejo circuito de Pradolongo. Tenía algo de miedo por la lesión y no he tenido demasiados problemas, ya que el ritmo no ha sido rápido aunque algo más que días anteriores. El forerunner ha marcado 9,62 km y un tiempo de 52:08, de lo que se obtiene un ritmo de 5:25/km. La cosa va mejorando.

Experimento

Tengo unos calcetines largos que compré allá por el mes de febrero. Creo que sólo los he utilizado dos o tres veces. Dando vueltas al asunto de la contractura, he pensado que quizás me vendría bien salir a correr haciendo uso de Radio Salil para «calentar» la herida y los calcetines largos para no perder ese calor. Además se supone que esos calcetines son mejor para los gemelos que llevar éstos al descubierto.

Como no he podido aguantar a mañana, he salido para realizar la prueba. He empezado con el hielo, luego estiramientos específicos de los gemelos, luego estiramientos más generales de los músculos de las piernas y luego la prueba de fuego: salir a trotar unos kilometrillos.

He ido muy despacio, trotando, sin querer pasar de 5:30 y la molestia seguía ahí, no impedía de manera alguna correr, pero lo seguía notando. Curiosamente, según iban pasando los kilómetros iba notando menos la contractura. Quizás no haya sido mala idea lo de los calcetines o quizás es que la cosa va mejorando por otros motivos.

En total he corrido 6 km en un tiempo de 33:56 a un ritmo de 5:38/km. Mañana veremos cómo sigue el asunto.

Se acabaron las vacaciones

Hoy nos hemos juntado un grupo que llevábamos un tiempo sin vernos y es que ya casi todos hemos vuelto de vacaciones. De todas formas, todavía está el tema un poco descontrolado porque unos vamos a las siete y media, otros a las ocho, unos más deprisa, otros más despacio.

Me alegró cantidad encontrarme con Andrés que está pasando un momento delicado, pero le vi bien, optimista, que es lo más importante en este caso. Creo que como buen corredor de fondo, conseguirá llegar a la meta sin problemas.

 
¡Ánimo Andrés, tú puedes!
 

Salí bastante temeroso ya que no quiero forzar por el tema de la contractura en el gemelo, así que incluso yendo a un ritmo flojo había momentos en que no podía seguir al grupo. Espero ir mejorando poco a poco.

Por si no tenía suficiente

Por si no tenía suficiente con estropearme más el gemelo en la carrera de ayer, hoy he salido a entrenar. Así con un par. El caso es que he salido con una amiga con la idea también de probar el estado de la lesión y he visto que está mal, que efectivamente ha empeorado después de Mocejón.

Hemos dado dos vueltas a Parque Sur, saliendo a eso de las ocho, cuando el calor había aflojado un poco y aunque hemos empezado muy tranquilos, mi amiga ha ido apretando y había momentos en que no podía seguirla. Está claro que las tonterías se pagan y es que uno no está ya para estos trotes.

En total han sido 6 km, dando dos vueltas a Parque Sur, en un tiempo de 32:58 a un ritmo de 5:29/km.

Por la mañana había subido a la báscula con mucho temor después de las vacaciones y la báscula marcaba 69,1 kg, sólo un kilo más de la última pesada «oficial». Justo el día que volví de vacas el peso era de 70,2 kg, por lo que he perdido un kilo en una semana.

XXIX Carrera popular de Mocejón

Hace unos meses se me pasó por la cabeza un reto bastante tonto, pero que nunca había hecho. Consistía en realizar al menos una carrera oficial al mes. Normalmente nunca corro en verano, pero por probar…

El caso es que agosto se acababa y veía que el reto no se iba a poder cumplir. El poco entrenamiento, las molestias en el gemelo, … muchos inconvenientes.

El viernes, cuando salíamos hacia el pueblo recordé que en Mocejón, un pueblo cerca de Toledo, se celebraba esta carrera popular que además era de sólo 6 km. Pensé que si había entrenado ese kilometraje con ir un poco al tran tran conseguiría poder continuar con el reto.

Llamé el sábado por la mañana al teléfono de contacto y me dijeron que las inscripciones se podían hacer a partir de las cinco de la tarde. A las cinco y media estaba como un clavo en Mocejón, mirando asustado el termómetro del coche que marcaba 39º. Al realizar la inscripción leí en un cartel que la carrera de los mayores comenzaba a las 19:20 lo que me alegró un poco ya que pensé que habrían bajado un poco la temperatura a esa hora.

Me llamó la atención la cantidad de buenos atletas que se veían por allí, yo que pensaba que no iba a estar ni el tato, pero cuando vi el programa de la carrera y de que había 200 € para el primero, me di cuenta del porqué.

Viendo que faltaba bastante para que empezase la carrera cogí Por el camino de Swann de Proust, busqué una buena sombra y me puse a leer esperando que faltase media hora para el comienzo de la carrera para ponerme a calentar y estirar.

La carrera consta de cuatro vueltas a un circuito de supuestamente 1.500 metros. En la realidad la vuelta medía poco más de 1400 metros, por lo que no se recorren los seis kilómetros que dice el programa. Lo pude comprobar ya que antes de comenzar la carrera estuve dando esa vuelta como calentamiento.

Antes de las 19:20 estaba en la línea de salida esperando que dieran el pistoletazo, sin embargo grande fue mi sorpresa cuando vi que la salida estaba ocupada por un grupo de atletas jóvenes de entre 11 y 13 años que se disponían a dar una vuelta al circuito. La salida se retrasaba más todavía.

Mientras esperaba que salieran los jóvenes atletas me encontré con un viejo conocido que me comentó que su hijo iba a correr. Le pregunté en qué categoría, si alevines, benjamines, pero me respondía que en la carrera de los mayores, ya que su hijo tenía 18 añitos, ¡cuál fue mi sorpresa al ver lo rápido que transcurren los años! Me indicó que su hijo era aquel chico alto con una camiseta azul, lo que inconscientemente hizo que ese chico de camiseta azul pasara de ser el hijo de a un posible objetivo al que darle matarile.

Y digo inconscientemente porque tenía intenciones de hacer la prueba a un ritmo tranquilo ya que tenía más que perder que de ganar si iba rápido y me había fijado un ritmo de unos 5:00/km durante la carrera. De hecho salí al final del todo. Sin embargo, algo debe tener ponerse un dorsal en el pecho porque cuando dieron el pistoletazo de salida salí como un poseso tras la camiseta azul. No veía a nadie más, solo a este chico que veía alejarse con aparente facilidad.

Cuando llevaba un kilómetro recorrido pude comprobar en el cronómetro que habían transcurrido sólo cuatro minutos y dos segundos y que era un ritmo muy rápido para mí en estos momentos. Pero ciego como iba no se me ocurrió aflojar, sino que traté de mantener ese ritmo escuchando atentamente lo que me pudiera decir mi maltrecho gemelo.

Pasado el segundo kilómetro sentí un desagradable chasquido en el gemelo, pero en vez de parar en ese momento me dije que ya quedaban menos de cuatro kilómetros, que para qué iba a parar. De nuevo la camiseta azul me atraía y me atraía sin poder remediarlo.

Tras el tercer kilómetro vi que mi rival flojeaba por lo que yo también aflojé un poco el ritmo ya que iba algo forzado, pero aún así iba acercándome a él metro a metro. Poco antes de terminar la tercera vuelta le adelanté, no sin animarle al superarle. Me miró extrañado pensando en quien demonios sería ese viejete calvorota que le animaba por su nombre.

Ahora el objetivo era una chica que iba unos metros por delante. Conseguí igualarme con ella en la última vuelta y en un repecho mínimo apreté un poco para tratar de escaparme. Lo conseguí, ahora escuchaba su respiración agitada unos metros detrás de mí. Eso me animó todavía más. Apreté los dientes y me lancé a todo lo que pude hacia la meta.

Llegué con un tiempo de 23:21, marcando el GPS una distancia de 5,72 km, según puede verse en esta actividad de Garmin Connect. Bastante satisfecho con la carrera, pero fastidiado porque me temo que la lesión se ha agravado con esta prueba más de falta de sentido común. Si veo que no mejora la cosa tendré que volver a visitar a Josefa.

Tras la entrada en meta nos obsequiaron con una botella de agua, un bote de refresco y una camiseta de algodón, ideal para limpiar los cristales. De todas formas no puedo quejarme ya que la inscripción era gratuita.

Es la primera vez que participo en esta carrera y me he llevado una grata impresión. La organización ha estado muy bien, exceptuando el retraso en dar la salida. Ésta tuvo el detalle exquisito de ofrecer botellas de agua fresquita en cada una de las vueltas, cosa que se agradecía por la chicharrera inmisericorde que todavía había a esas horas.

Las clasificaciones se pueden ver en la página web del ayuntamiento de Mocejón, aunque guardo una copia de la clasificación por categorías por si alguien no lo encuentra en otro sitio.Hay que tener en cuenta que la única clasificación válida es la que proporcione la organización, por lo que lo aquí expuesto es sólo orientativo.

Cat. femenina Cat. masculina
De 17 a 35 años De 17 a 39 años
De más de 35 años De 40 a 50 años
De más de 50 años

Con agujetas

Hoy tenía agujetas, pero no en las piernas por correr sino en los abdominales por las clases magistrales de Isabel del pasado miércoles. Ya me imaginaba que esos abdominales nuevos me iban a traer este regalito.

A pesar de eso, me he encontrado mejor que el otro día, iba algo más suelto, el gemelo no me dolía y he conseguido bajar de 5:30 un par de kilómetros. Además he aumentado en un kilómetro el recorrido, por lo que hoy han sido 6 km en un tiempo de 33:38 a un ritmo de 5:36/km. Esto empieza a mejorar.

Las nuevas zapatillas, genial.

No sé si lo he dicho, pero… ¡¡¡el Atleti se ha hecho con la supercopa!!!

Celebrando la supercopa
Celebrando la supercopa

Diadora Mythos Star II

Llevaba tiempo pensando en cambiar de zapatillas. Estuve buscando por diversos sitios algunas zapatillas pero no me convencían demasiado. Así que opté por la mejor solución. Fui directamente a Bikila, en la Avda. Donostiarra, comenté lo que quería y en pocos minutos tuve en mi pie unas bonitas Diadora Mythos Star II que me venían como un guante. Hay que reconocer que Bikila es algo caro, pero tienen un surtido alucinante y los vendedores saben lo que tienen entre manos. Recomendable si no quieres dar demasiadas vueltas tras unas zapatillas.

Diadora Mythos Star II
Diadora Mythos Star II

Que no se diga que la foto que he hecho a las zapatillas no parece profesional…

Una vez dado el primer paso, quedaba un segundo, que era ir a Josefa para que me metiera mano en el gemelo, ya que la lesión que me hice el 10 de agosto todavía persistía. Según parece tengo una pequeña contractura, pero que me puede permitir trotar sin muchos problemas. Después de la sesión, hielo y siempre, estiramientos antes y después de correr.

Un par de horas después de pasar por las manos de Josefa, salí a trotar a Pradolongo para ver cómo me encontraba. Y la verdad es que las sensaciones no eran buenas del todo. Tenía el gemelo dolorido por haberme metido los dedos y me costaba rodar por debajo de 6:00/km. Además hacía mucho calor. Total, un horror. Según iba corriendo pensaba en que dos meses antes podía correr a menos de cuatro minutos el kilómetro y ahora iba dos minutos más y a Dios gracias.

No se trataba de hacer gran cosa, por lo que me he contentado con hacer una vuelta a Pradolongo, totalizando 5 km en un tiempo de 30:09. Lo mejor es que las zapatillas no me hicieron ninguna rozadura ni me provocaron ampollas. Una gran elección.

Lo mejor vino después, porque al terminar me encontré con Miguel y Ninfa que estaban recibiendo unas clases magistrales de gimnasia de Isabel y me apunté. Luego terminé pagándolo.

Vacaciones en Lanzarote

Si deportivamente fue un fiasco, he vuelto encantado de Lanzarote. Paisajísticamente es un lugar precioso y sorprendente. La lava y los volcanes hacen de esta isla un sitio alucinante. Las playas son muy bonitas y no sólo las del papagayo. Las papas arrugás han sido todo un descubrimiento y la comida muy buena allá donde hemos comido y los precios muy asequibles. El único pero, el viento, que a veces sopla de lo lindo. No hacía más que pensar en la gente que participa en el Ironman de Lanzarote que si les sale un día ventoso, deben sufrir como perros.

Este post estaba incluido en mis desventuras atléticas en Lanzarote, pero lo he sacado fuera porque al final ha quedado largo, largo. Empiezo mi particular descripción de lo que he visto en la isla, con un bonito montaje.

Vacaciones en Lanzarote
Vacaciones en Lanzarote

El sitio que más me ha gustado de todos los que he visto ha sido la Laguna Verde, situada en el cráter de un volcán subterráneo, toma su color de las algas que habitan en ella. No sólo es bonita la laguna, todo el entorno es impresionante.

La laguna verde
La laguna verde

La laguna está situada en el cráter donde está esta bonita playa de arena negra. Es una curiosa experiencia bañarse en el cráter de un volcán.

Playa de arena negra
Playa de arena negra

Cráter laguna verde
Cráter donde está situada la laguna verde

Para llegar a la laguna desde Playa Blanca se pasa por las Salinas de Janubio, otro bonito enclave isleño, además de útil.

Salinas de Janubio
Salinas de Janubio

Entre la laguna y las salinas se encuentran Los hervideros donde se observa el golpe de las olas sobre los brazos de magma que llegaron al mar y que hoy son roca solidificada. La fuerza de las olas permite subir el agua hasta la superficie aprovechando los agujeros y cavidades en la roca.

Los hervideros
Los hervideros

Otro sitio realmente espectacular es el Parque Nacional del Timanfaya donde se produjo la última erupción en esta isla, allá en 1730 y que duró ¡nada menos! que seis años. Según cuenta el párroco de Yaiza en un manuscrito: El día primero de septiembre de 1730, entre nueve y diez de la noche, la tierra se abrió de pronto cerca de Timanfaya, a dos leguas de Yaiza. En la primera noche una enorme montaña se elevó del seno de la tierra y del ápice se escapaban llamas que continuaron ardiendo durante diecinueve días.

Cráter en el parque del Timanfaya
Cráter de uno de los volcanes del parque del Timanfaya

Mar de lava en el parque de Timanfaya
Mar de lava en el parque de Timanfaya

Volcanes por doquier en el parque del Timanfaya
Volcanes por doquier en el parque del Timanfaya

Otro de los lugares que más me gustó fue la Cueva de los Verdes, que es una sección del túnel de la Atlántida, túnel provocado por la colada de lava proveniente de la erupción del volcán de la Corona. El túnel mide cerca de siete kilómetros y parte está debajo del mar. No es el túnel volcánico más largo del mundo, pero sí el más ancho.

Cueva de los Verdes
Cueva de los Verdes

Y estando en la cueva, no se puede dejar de visitar los Jameos del Agua, quizás el más famoso de todos los sitios de Lanzarote. Se trata de un antiguo vertedero que César Manrique transformó en un bonito espacio de recreo, con muy buen gusto.

Jameos del Agua
Jameos del Agua

El volcán de la Corona fue el causante de la formación del túnel de la Atlántida, donde se encuentran la Cueva de los Verdes y los Jameos del Agua.

Volcán de la Corona
Volcán de la Corona

Otra de las ideas de César Manrique fue el Jardín de Cactus, sito en una antigua cantera en forma de anfiteatro en la localidad de Guatiza, donde vivía el citado Manrique. Existen miles de cactus de todas partes del mundo. Como curiosidad, para los amantes de las bebidas alcohólicas, se puede observar el agave mexicano de donde se extrae el tequila.

Jardín de cactus
Jardín de cactus

Cactus en flor
Cactus en flor

En la cumbre del Risco de Famara, a 470 metros de altura, existe otra más de las ideas de César Manrique. Es el Mirador del Río que permite contemplar en primera línea a la isla Graciosa y detrás de ésta las diversas islas del archipiélago Chinijo. A los pies del mirador se pueden ver las Salinas del Río, las más antiguas de la isla, explotadas ya por los romanos.

Isla Graciosa desde el Mirador del río
La isla Graciosa desde el Mirador del río

Muy cerca del mirador, junto a la localidad de Órzola se puede contemplar la parte más septentrional de la isla, la Punta Fariones, muy cerca de la isla Graciosa.

Punta Fariones
Punta Fariones

La bonita localidad de Haría está sita en el llamado Valle de las mil palmeras. No sé si llegan al millar, pero es un bonito espectáculo.

El valle de las mil palmeras
El valle de las mil palmeras

Por una carretera secundaria o más bien diría terciaria nos encontramos con estas bonitas formaciones rocosas, sospecho que totalmente artificiales, pero curiosas cuanto menos.

Curiosa formación
Curiosa formación

Quizás lo que menos me gustó de la isla fue la capital, Arrecife (aunque tenga un precioso nombre). Es una ciudad moderna y bastante feúcha. Quizás no supe encontrar la gracia de la ciudad. Estuvimos visitando del Castillo de San José, sede el MIAC (Museo Internacional de Arte Contemporáneo) donde se pueden encontrar obras de diversos artistas. Hay algunas obras que están bien, pero hay otras que un niño de cuatro años podría perfectamente igualarlas o, incluso, superarlas.

Castillo de San José
Castillo de San José

Uno de los atractivos de Lanzarote son sus playas. Las hay de diversos tipos: de arena blanca, de arena negra, de arena dorada, de aguas cristalinas, de aguas tranquilas, con olas feroces, etc.

Una playa muy bonita es la playa de Famara, aunque el viento debe azotar de lo lindo ya que existían refugios de piedras para protegerse del viento. Sin embargo, el paisaje es maravilloso aunque esté nublado. Ideal para los amantes del surf.

Playa de Famera
Playa de Famara

Situada junto a las salina de Janubio existe una bonita playa virgen de arena negra, también con buen oleaje.

Playa de Janubio
Playa de Janubio

En la localidad de Playa Blanca está situada una playa con el mismo nombre, es muy pequeña, pero muy agradable. Existe una plataforma que sirve de referente a los nadadores.

Playa Blanca
Playa Blanca

En esa misma localidad existe una playa artificial de arena fina y blanca y aguas cristalinas. Además existe un rompeolas en forma de montaña de piedras que hace que el agua esté muy tranquila. Cerca de las rocas hay multitud de peces de colores. Abundan unos que tienen un lunar en el comienzo de la cola.

Sí, es una playa artificial, pero bonita, bonita. Totalmente recomendable. Quizás sobren hamacas.

Playa Dorada
Playa Dorada

Rocas en Playa Dorada
Rocas en playa Dorada con Fuerteventura al fondo

Sin lugar a dudas, las playas más famosas son las playas del papagayo, situadas en el entorno natural de los Ajaches, en la zona más meridional de la isla. Normalmente se conoce como «playas del papagayo» unas cuantas playas y calas que están alrededor de la Punta del Papagayo. Para llegar hasta allí hay que ir por un camino y pagar un «peaje» de tres euros por automóvil.

Playa del papagayo
Playa del papagayo

Existen un montón de playas más en Lanzarote, pero por falta de tiempo o ganas no las visitamos.

Resumiendo, Lanzarote es un sitio realmente bonito y totalmente aconsejable de visitar. Se lo recomiendo a todo el mundo. Además es un sitio muy tranquilo y no masificado de turistas. De hecho, es de los pocos sitios a los que me gustaría volver.

Corriendo en vacaciones

He estado casi dos semanas en Lanzarote y deportivamente hablando han sido para olvidar. Sin embargo, vengo encantado con esta isla que me ha gustado en todos sus aspectos, más de lo que puedo expresar con palabras.

Llegué un lunes a Lanzarote y el martes me levanté pronto, me calcé las zapatillas y me puse en movimiento con la idea de alcanzar la tan afamada playa del papagayo.

Playa del papagayo
Playa del papagayo

Para llegar hasta allí hay que ir por un camino, no se puede por carretera, cosa que me pareció bien, ya que no me gusta rodar por asfalto más que lo mínimo imprescindible.

Viendo que los kilómetros pasaban y que no llegaba a mi destino, en el kilómetro seis decidí darme la vuelta, que tampoco era cuestión de darse un palizón. Sobre el nueve empecé a notar una molestia en el gemelo derecho, por lo que aflojé el ritmo. Antes de llegar al diez tuve que parar porque la molestia se convirtió en dolor y no quería romperme. Así que me tocó ir andando hasta casa bastante dolorido.

Recorrido en Garmin Connect.

No me lo podía creer. El primer día de entrenamiento vacacional y lesionado. Los elementos se habían conjurado para que parase estas vacaciones como el buen sentido común me había dictado y yo había desoído. Una lesión en forma de contractura había conseguido que parase de correr.

Así que no me quedó más remedio que esperar.

Desde el lugar donde estábamos hospedados, veía todos los días un camino que subía hacia un volcán y que me llamaba, me invitaba a subir, por lo que nueve días después, viendo que no me molestaba la contractura, volví a probar, con la idea de hacer unos kilómetros andando y otros corriendo.

Volcán lanzaroteño
Uno de los múltiples volcanes que jalonan la isla de Lanzarote

En el camino de ida fui bastante bien, intercalando los kilómetros corriendo con los kilómetros andando y haciendo las subidas andando. Llegué arriba, di la vuelta al cráter del volcán -de algo más de un kilómetro de perímetro- y bajé corriendo por un camino de menos pendiente que la subida. Al terminar la bajada me di cuenta que no estaba recuperado del todo y el resto del camino lo hice caminando.

Recorrido en Garmin Connect.

El caso es que al día siguiente me levanté sin muchas molestias, por lo que decidí salir a caminar deprisa. Tenía intenciones de llegar al mar de lava, aunque lo veía algo lejos. Salí por un camino que transcurre paralelo a la carretera que va de Playa Blanca a Yaiza y poco antes de llegar a una gasolinera giré hacia el este para llegar a un pueblecito llamado Las Breñas.

En un mar de lava
En un mar de lava

Hasta ahí el camino era más o menos transitable. Sin embargo, traté de volver a Playa Blanca por otro camino y por más que lo busqué, no encontré ninguno, así que me tocó volver campo a través, pisando piedras, una detrás de otra. Ya casi llegando a mi destino encontré un camino que me hizo más llevadero el último tramo. Al final con tanta piedra lo único que conseguí fue una bonita rozadura debajo del astrágalo de la pierna derecha.

Recorrido en Garmin Connect.

Después de esta experiencia con las zapatillas, vuelvo a reiterarlo, tengo que comprar unas zapatillas nuevas a ver si los problemas que estoy teniendo son debido a las zapas.

Y en estas tres salidas se resume, deportivamente hablando, el par de semanas que estuve en esa preciosa isla de Lanzarote.