El cable del cargador de la batería del 405

Después de cuatro años y seis meses he tenido que cambiar el cable del cargador de la batería del 405. Cierto es que la pinza del cargador ya llevaba unos cuantos meses rota, pero hasta ahora no me había sacado de quicio, iba trampeando con una goma que le había puesto.

El cable del cargador acaba en una pinza tipo cocodrilo que «muerde» el reloj. Esa pinza es una pieza de plástico bastante débil y al final, lógicamente, acaba rompiéndose por el eje.

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Los dos trozos de la pinza, rotos por el eje

Después de unos cuantos meses de hacer apaños para poder seguir utilizando el cargador y de hartarme de buscar la posición en la cual hacía contacto, ya me he cansado y he comprado un cable nuevo. Amazon ha sido mi salvación. El otro día me llegó. Ya puedo cargar el chisme sin tener que cagarme en todo lo cagable.

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El nuevo

El domingo sufrí bastante en la carrera, sobre todo en la cuesta del cementerio (que no es la misma que la cuesta del cementerio de las dos leguas de la chopera, aunque se sube al mismo sitio). Así que hoy tocaba tomarse las cosas con tranquilidad. Sólo fueron 10 km en un tiempo de 53:44 @ 5:22 min/km. Sin forzar en absoluto, un buen regenerativo.

Están locos estos romanos

Reconozco que de jovencito me gustaban los tebeos de Asterix y Obélix. Probablemente, la frase más famosa de Obélix sea «Están locos estos romanos». Que ahora, buscando en internet, acabo de descubrir que esta frase traducida al italiano se escribe: Sono Pazzi Questi Romani. Cogiendo la primera letra de cada palabra sale: SPQR, sigla que usaban las legiones romanas en sus estandartes.

Esto viene a cuento porque mis compañeros de entrenamientos están tan locos como aquellos romanos que asediaban la Galia y ponían en aprietos la pequeña aldea de estos irreductibles galos. Si el martes nos dimos un buen tute, hoy también se han puesto a tirar como locos. Más rápido incluso que el otro día. Yo no he entrado en esa guerra y me he puesto a ritmo de maratón, sobre 4:35, mientras veía como iban cada vez más rápido.

Me parece mucha tela entrenar dos días fuerte, obviando incluso que el domingo hay carrera. Así que he hecho bien en no picarme con los compañeros. Comentaban que habían hecho esa segunda vuelta por debajo de veinte minutos, lo cual es correr. Teniendo en cuenta además que había bastante barro, esos veinte minutos tienen un gran valor. Es indudable que están los tres como auténticas motos.

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Había barro hoy en Pradolongo

Completé los 10 km en 50:03 @ 5:00 min/km, haciendo los kilómetros a ritmo de maratón bastante constantes y llegando totalmente asombrado de la velocidad llevada por el trío.

De carreras por Pradolongo

Esto de entrenar se está convirtiendo en un infierno, ya que cada vez vamos más deprisa. Antes la primera vuelta era sagrada. Todos respetábamos ir juntos a un ritmo tranquilo. La segunda era a ritmo libre, cada uno como quisiese, normalmente siempre se formaban grupitos.

Últimamente ya no es así. Cuando no es uno, es otro el que se pone a tirar cuando no llevamos ni dos kilómetros. Ayer empezamos a 5:27 el primer kilómetro, a 5:13 el segundo y ya por debajo de cinco el resto. Así no hay quien pueda.

Ya que íbamos encendidos, al terminar la primera vuelta nos propusimos hacer la segunda a tope, para tratar de hacer esos 4,8 km en veinte minutos. Y bien en serio que nos lo tomamos, ya que ese primer kilómetro de la segunda vuelta lo hicimos en 4:03, aunque luego nos fuimos dejando más segundos por kilómetro.

Según iba pasando el tiempo y el ácido láctico se iba apoderando de nuestras piernas -al menos de las mías- iba pensado si merecía la pena pegarse esta paliza, pero me consolaba pensando que no era una excesiva distancia lo que había que recorrer y que cada vez iba quedando menos. Pero ahora me lo vuelvo a plantear, ¿merece la pena semejante paliza? Pues depende, a lo mejor no está mal de vez en cuando exigir al cuerpo un gran esfuerzo, lo que quizás haya que tener cuidado en no hacerlo con demasiada frecuencia, que las lesiones están siempre al acecho.

En total han sido 9,6 km en un tiempo de 43:22 @ 4:30 min/km, dando la primera vuelta en 23:09 @ 4:49 min/km y la segunda en 20:13 @ 4:13 min/km. Tela marinera.

¿Un monstruo del medio fondo?

Hoy parecía un día normal. Nos encontramos seis compañeros en el punto de encuentro y comenzamos el entrenamiento. Joaquín se encuentra fuerte y empezó a tirar ya en el primer kilómetro. Unos cuantos seguimos a un ritmo tranquilo. Ya a punto de acabar la primera vuelta se nos unió un individuo al que no conocíamos de nada y que nos preguntó si nos podía acompañar. Claro, ¡cómo no!

Acabamos la primera vuelta y nos quedamos solos él y yo. Entonces empezó a contarme su vida: que si llevaba cinco años sin ponerse un dorsal, que si su marca de 10 km es de 31 minutos, que si le gusta más el medio fondo, que si hace 3:57 en 1500, que si baja de los dos minutos en el ochocientos, etc. Haciendo caso a estos tiempazos, o bien es un monstruo del medio fondo o bien se estaba quedando conmigo. Sí es cierto que se le notaba cierta facilidad al correr, pero de ahí a hacer 31 minutos en 10 km hay un trecho.

En un principio tenía pensado hacer diez kilómetros en vez de simplemente las dos vueltas que son sólo 9,6 km. Para hacer esos diez kilómetros tengo que hacer un pequeño rodeo al final de la segunda vuelta, pero al final decidí dar las dos vueltas de rigor y fue una mala idea, ya que entrando en el «pasillo» paralelo al arroyo me tropecé con un bordillo y caí cuan largo soy al suelo, raspándome manos y la pierna derecha. Tampoco ha sido nada del otro mundo, sólo el susto, los raspones y un poco de molestia en la mano derecha que debió ser la que más apoyé.

Lo curioso es que he pasado por allí más de mil veces y nunca tuve un percance, pero ayer me tocó. Debió ser que iba pensando en las proezas del chico que acababa de conocer y no vi donde ponía el pie.

En total hice 9,5 km en un tiempo de 46:51 @ 4:54 min/km. Dando una segunda vuelta un tanto irregular en cuanto a ritmos.

¡Enhorabuena compañero!

El pasado domingo nuestro compañero Joaquín, en la primera edición de la carrera popular lago de Pareja, consiguió auparse al tercer puesto del cajón de su categoría.

¡Enhorabuena campeón!

Lo cierto es que Joaquín está fuerte como el vinagre, lo he podido «sufrir» en los últimos entrenamientos, donde he sido incapaz de acercarme a él. Está claro que en su principal objetivo, la media de Villarrobledo, se va a salir siempre y cuando le respeten las lesiones, que confiemos en que sí.

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Entrando en meta

Corriendo hoy por el parque me comentaba que aunque la carrera es dura, con alguna subida y, sobre todo, alguna bajada bastante fuerte consiguió un magnífico tiempo de 41:40, unos segundos más de lo que hice yo la semana pasada, pero con la particularidad de que la carrera en la que yo participé era absolutamente llana y ésta, todo lo contrario.

También me dijo que hizo casi toda la carrera con la chica que aparece en la foto entrando en meta. Casualmente, esta chica llegó un poco antes que yo en el Trofeo San Lorenzo después de protagonizar una bonita lucha con otra chica de la que fui testigo.

Aunque la hazaña de Joaquín es de consideración, no hay que olvidar que mientras él se batía el cobre por tierras guadalajareñas, en Berlín, un poco más al norte, el keniata Dennis Kimetto batía el récord del mundo de maratón con un tiempo increíble de 2:02:57 consiguiendo bajar de las dos horas y tres minutos. El segundo clasificado, Mutai, que llegó a 17 segundos del ganador también consiguió bajar del anterior récord. Las dos horas están al caer.

Echando cuentas, veo que el ritmo llevado por Kimetto ha sido de 2:55 min/km, algo que no sería capaz de seguir ni cincuenta metros. Es interesante la pregunta que hace Marca, ¿puede un popular ir ritmo de récord del mundo? Curioso el vídeo.


Después de ir el domingo a ritmo tranquilo, no como Kimetto, hoy estaba muy bien de piernas y necesitaba correr después de un par de días un tanto agobiado, así que después de dar la primera vuelta a un ritmo muy tranquilo, traté de hacer la segunda a ritmo umbral, que en mi caso, en este momento, no es otro que 4:20 min/km. Sí, casi a ritmo de récord del mundo 😉

Y salieron los kilómetros a un ritmo bastante igual: 4:15 (pelín rápido), 4:23, 4:20, 4:21 y 4:20. Bien, bastante bien, además me encontré muy cómodo, con unas sensaciones inmejorables. El entrenamiento a umbral es el que más me gusta sin lugar a dudas. El ritmo es moderadamente duro y, por lo tanto, factible con un esfuerzo no muy exagerado.

Hice en total 10 km en un tiempo de 49:44 a un ritmo de 4:58 min/km, pero dividido en dos partes claramente diferenciadas: los primeros cinco kilómetros en 28:05 @ 5:37 min/km y los segundos cinco en 21:39 @ 4:20 min/km.

Sorprendente

Me llegó el otro día un correo, bueno, hace ya un par de semanas y hoy mismo lo comentaba Emilio II que se suspendía la XVIII edición del Trofeo Edward. Me parece sorprendente el asunto porque cada vez hay más carreras y cada vez más corredores. Correr se ha convertido en una moda que parece imparable. Por eso llama la atención que se suspendan carreras. ¿Quizás se haya llegado a un nivel de saturación difícil de mantener?

Lo que sí parece claro es que resulta difícil para una organización modesta sacar adelante una carrera. Los corredores se inclinan más por carreras masificadas y caras, dejando de lado estas pruebas más modestas donde hay menos gente y el trato al corredor es mejor.

También resulta curioso que mientras se suspenden carreras con cierta antigüedad van apareciendo carreras cada vez más chorras: que si una de zombies, que si otra de arrastrarse por el barrio, etc. Como siempre siguiendo la moda de EEUU que es el escaparate donde nos miramos para todo.

Soy un tipo tradicional y prefiero las carreras con pocos participantes y de ambiente familiar, por lo que no me queda más remedio que buscar carreras por los pueblos, que es donde todavía quedan pruebas de ese tipo.


El martes andaba algo tocado todavía de la carrera del domingo. Hoy tampoco es que estuviera recuperado del todo, pero no era cuestión de no hacer nada, ya tocó un regenerativo el martes. Así que después de tres kilómetros he aumentado un poco el ritmo buscando ponerme entre 4:35 y 4:40, a ritmo de maratón.

Y así he ido el resto de los kilómetros, acompañado de Joaquín que pensaba que hoy no era día para machacarse, que ya se estaba pasando de tanto apretar.

He totalizado 9,78 km en un tiempo de 47:14 @ 4:50 min/km.

El precio de una fotografía

Existen muchas carreras populares que ofrecen fotos de los corredores durante el evento. Unas gratuitamente y otras, todo lo contrario, tienes que pagar si quieres un recuerdo conmemorativo. Dentro de esta última categoría están las que tienen un precio razonable y las que te quieren sacar los ojos por unos cuantos bytes. Es habitual que las muy caras se correspondan con las fotos de una maratón, que tiene más valor sentimental que, por ejemplo, un diez mil. De este modo, el precio puede variar desde algo menos de 1 € hasta los 20 € que costaba la foto de la maratón de Sevilla.

No me linchéis, pero desde mi punto de vista, no me parece mal que se cobre por una foto, aunque prefiera que fuese gratis. Hay que tener en cuenta que es un trabajo y no es gratuito que un individuo esté «inmortalizando» el momento, además las cámaras no las regalan. Y no hablo por hablar, a mí me gusta hacer fotos y siempre las he colgado gratuitamente, pero entiendo que alguien quiera cobrar por su trabajo. Ahora bien, es fundamental que el precio sea razonable.

Todo esto viene porque en la carrera de Torrijos del domingo la empresa de cronometraje mychip no sólo ofrecía los tiempos de los corredores, sino que también vendía las fotos, pero a un precio muy aceptable: ochenta céntimos. Reconozco que los he pagado gustoso y que no me importa pagar las fotos a ese precio o similares siempre y cuando sean fotos con una buena calidad. Además en esta carrera sumando precio de inscripción más precio de la foto, no llega a siete euros que es algo de lo más sensato.


Correr a un ritmo de 4:09 no es algo que haga con frecuencia. Esa falta de costumbre ha provocado que hoy tuviera las piernas algo cansadas, así que no era cuestión de correr deprisa ni muchos menos. De hecho, me he tomado las cosas con bastante calma, para que vamos a engañarnos.

Nos encontramos unos cuantos en el punto de encuentro. Salimos todos juntos, pero enseguida el hombre radiactivo se puso a tirar como un poseso y el pequeño pelotón se fue estirando y formándose grupitos. Tanto tiró que hoy no se respetó el ritmo asequible de la primera vuelta.

Me quedé junto a una amiga en la última posición del pelotón y así fuimos durante casi todo el entrenamiento; sin embargo, a la mitad de la segunda vuelta, realizando una astuta maniobra de recorte, nos juntamos con el pelotón que nos precedía y ya terminamos todos juntos a un ritmo tranquilo. Fueron en total 9,4 km en un tiempo 51:24 @ 5:26 min/km.

Al menos las zapatillas han quedado limpias

Parece que se aproxima el otoño. Las temperaturas han bajado y ha hecho acto de presencia la lluvia. Aunque hace un par de semanas nos llovió justo después del entrenamiento, hoy ha empezado a chispear nada más empezar a correr. Y la lluvia ha ido arreciando minuto a minuto hasta que se ha convertido en una lluvia copiosa que obligaba a los paseantes a refugiarse debajo de cualquier cosa.

Pero nosotros somos unos valientes y si el calor no nos amedrenta, tampoco lo iba a hacer la lluvia. Así que hemos seguido corriendo como si tal cosa. Bueno, como si tal cosa no, que hemos aumentado el ritmo quizás con al idea subyacente de acabar cuanto antes. Dos primeros kilómetros tranquilos a 5:36 y 5:28 y a partir de ahí cada vez más rápido.

Tampoco he querido dejarme el alma en el entrenamiento de hoy, teniendo en cuenta que el martes ya había zumbado lo suyo, por lo que he tratado de ir a lo que Jack Daniels llama ritmo de maratón. Según los cálculos que tenía, ese ritmo es de 4:36, así que segundo arriba, segundo abajo la idea era mantener el ritmo. Aunque supone hacer más kilómetros, ir a esta velocidad es más llevadero que el entrenamiento a umbral

Sin embargo, mis compañeros no se ciñen a estándares, han empezado a dar fuerte a la zapatilla y enseguida me he quedado solo luchando contra el crono, la lluvia y el viento. No hay problema, he entrenado la mayor parte de mi vida en solitario no me voy a preocupar ahora por eso.

He hecho seis kilómetros a ritmo de maratón. Haciendo algunos por debajo y otros por arriba, pero haciendo una media de 4:34 en esos seis kilómetros. Añadiendo los kilómetros iniciales de calentamiento y seiscientos metros de enfriamiento han salido un total de 9,6 km en un tiempo de 47:01 @ 4:53 min/km.

Lo más positivo del entrenamiento es que gracias a la lluvia al menos las zapatillas han quedado limpias, que ya estaban bastante sucias.

No ando muy fino

El sábado pude comprobar en Albarreal que no andaba nada. Hoy lo he confirmado. Después de una primera vuelta a trote cochinero, pero cochinero, cochinero (5 km @ 5:54 min/km) he apretado en la segunda para tratar de hacer cuatro kilómetros a ritmo umbral, que en mi caso actualmente es 4:20 min/km. He sido incapaz de conseguirlo, ya que han salido los kilómetros a 4:22, 4:19, 4:27 y 4:28. Mal, muy mal. No he conseguido llegar al ritmo objetivo y me he esforzado, no he ido precisamente de paseo.

El que sí está realmente fuerte es Joaquín. Iba yo echando el bofe y veía como el tío iba sacándome cada vez más ventaja con esa facilidad suya en el correr. Ya antes me había comentado que la semana pasada habían hecho las dos vueltas a 21 minutos cada una que es un ritmo más que interesante.

Esperaba estar en Torrijos sobre los 41 minutos, pero veo que si llego a 42 será todo un triunfo. Y ya veremos si soy capaz de alcanzar ese tiempo que no corro tan deprisa en un diez mil desde hace un par de años.

Después de una primera vuelta muy tranquila, un kilómetro de aumento del ritmo (4:45) y los cuatro kilómetros a ritmo «casi» umbral he completado 10 km en 51:53 @ 5:11 min/km. Ya vendrán tiempos mejores.

Corre deprisa y así tendrás un cadáver bien parecido

Tomo prestada la frase que se atribuye a James Dean: vive deprisa, muérete joven y así tendrás un cadáver bien parecido para hablar de un tema que me resulta curioso, ya que parece que no sólo a las estrellas del cine o de la música es aplicable este dicho.

Resulta que el Dr. Martin Matsumura en un estudio publicado el mes de abril llega a la conclusión que correr más de 20 millas a la semana (32 kilómetros) o más deprisa de 8 min/milla (5 min/km) no es bueno para la salud, acorta la esperanza de vida. Ahí queda eso.

El estudio llega a la conclusión que es lo mismo llevar una vida sedentaria que hacer estas «burradas». Digo burradas entre comillas porque hacer más de 32 kilómetros a la semana no es nada para un corredor popular. Lo mismo que correr por debajo de cinco. Pecata minuta para prácticamente cualquier corredor.

Así que ¡nos vemos en el cementerio en poco! Que me vayan haciendo sitio los ultrafondistas.

Aquí dejo un par de enlaces para quien desee profundizar en el tema:

http://www.medrunning.com/2014/07/correr-mas-significa-vivir-menos.html

http://www.webmd.com/fitness-exercise/news/20140401/too-much-running-tied-to-shorter-lifespan-studies-find

Últimamente, con el problema de la condromalacia en la rodilla estoy tratando de salir únicamente tres días a la semana. Teniendo en cuenta que suelo hacer sobre los diez kilómetros en cada salida, soy de los más sano. Bueno, el único lunar es que a veces voy algo más deprisa de esa velocidad recomendada. Mirando los kilómetros recorridos las últimas semanas se puede ver que rondo esa cifra mágica de las veinte millas.

Semana De Hasta Kilómetros
29 14 de julio 20 de julio 9
30 21 de julio 27 de julio 31
31 28 de julio 3 de agosto 16
32 4 de agosto 10 de agosto 25
33 11 de agosto 17 de agosto 39
34 18 de agosto 24 de agosto 19
35 25 de agosto 31 de agosto 29
36 1 de septiembre 7 de septiembre 28

La verdad es que tampoco me preocupa demasiado el estudio, porque si haces caso a todo lo que dicen… seguro que aparecerá otro que diga lo contrario. De hecho, estoy convencido de que ya los debe haber.

Hoy salimos a Pradolongo, como debe ser, y había bastante gente en el punto de encuentro. Siete empezamos a correr las típicas dos vueltas. Uno de mis tocayos que comentaba que iba a participar en la Madrid-Segovia. Se iba a meter entre pecho y espalda nada menos que cien kilómetros. Otro que va al hoyo joven 😉

De nuevo salí con mi amiga maricica que tenía previsto hacer 4 km a ritmo umbral, que en su caso es 4:54. Excepto el segundo kilómetros que se le fue a 5:02 el resto los hizo bastante bien, ya que salieron a 4:53, 4:54 y 4:52. Resulta extraño que saliera ese segundo por encima de cinco. Raro, raro.

En total hicimos 9,45 km en un tiempo de 50:08 @ 5:18 min/km. Dentro del margen recomendado para vivir más y mejor 😉