Después de correr hace dos días la San Silvestre de Villaverde, llegó el último entrenamiento del año. Fue el día 29 de diciembre y consistió un entrenamiento muy suave por Madrid Río haciendo el mismo recorrido que el del día 23. Tuvimos que acercarnos a una zona cercana a la Glorieta de Cádiz y desde allí nos acercamos a Madrid Río y fuimos dirección Casa de Campo, subimos por el Paseo del Embarcadero y poco antes de llegar a la valla vuelta por el mismo camino. Fueron unos 10 km a un ritmo entre 5:20 y 5:30 calculo a ojo porque no llevamos cronómetro. El domingo, el día de la San Silvestre, marcaba la báscula 69,4 kg. Me parece una barbaridad haber subido un kilo en una semana, tampoco es que me haya pasado tanto con la comida. No sé, no sé.
Es toda una tradición salir a correr el día de Navidad. La cena de Nochebuena suele ser copiosa (y eso que trato de controlarme lo más posible) y es una buena jugada salir a correr para desgastar un poco lo comido. Además este día también toca comida familiar, así que todo lo que se queme bien está. Había convocado un entrenamiento conjunto a las 11:00 en el punto de encuentro a todos los compañeros y compañeras pradolongueras que quisieran asistir y nos juntamos cuatro, que no está nada mal. Bajamos al Parque Lineal y nos cascamos 14 km a un ritmo algo más tranquilo que el día anterior. Lo único malo es que casi al salir del Parque Lineal me tropecé con una piedra y caí al suelo. Menos mal que llevaba guantes y manga larga, así que no me rocé en ninguna parte. Y con este día de Navidad han sido tres días corriendo seguidos, cosa que no suelo hacer, que añadido al entrenamiento que hice el lunes y la San Silvestre que haré el domingo, sumarán cinco día de entreno, parezco casi un profesional 🙂
Me gusta salir a correr el día de Nochebuena, es una tradición, igual que ir a hacer la ronda con los amigos por lo bares del barrio después y cantar villancicos. Así que quedé con Joaquín a las nueve de la mañana y bajamos al Parque Lineal. Al llegar al parque incrementamos el ritmo, aunque tampoco exagerado, y tratamos de mantener ese ritmo vivo durante todo el trayecto por el parque. Luego al salir, de vuelta a Pradolongo, ya bajamos la velocidad y volvimos más tranquilos. En total hicimos 14 km en un tiempo de 1:11:00 a un ritmo de 5:04 min/km. Por cierto, hacía un frío de mil demonios, andaba la temperatura por los dos grados únicamente.
Esta semana navideña estuve de vacaciones, así que el día 23 de diciembre lo aproveché para salir por la mañana con la luz del día. Fui con una amiga por Madrid Río, ya que por un asunto tuvimos que acercarnos a un lugar próximo a la Glorieta de Cádiz. Cerca de allí nos acercamos a Madrid Río y por allí hicimos el recorrido que he descrito en el último entrenamiento del año que, curiosamente, es el primero de esta entrada. Fueron en total 10 km en un tiempo de 50:38 @ 5:03 min/km. Los cinco kilómetros de ida fuimos a un ritmo no muy fuerte, pero sin dormirnos, y a la vuelta hicimos cuatro kilómetros a muy buen ritmo, bajando de 4:45.
El día 21 de diciembre, un día después de las elecciones generales salí a correr con una amiga para celebrar algo, no sé el qué, ¿quizás el fin del bipartidismo? Como salimos por la mañana, decidimos acercarnos al Parque Sur, porque por la noche, según cuentan, está muy mal iluminado. En un principio se nos pasó por cabeza hacer algunas cuestas, pero nos dimos cuenta que las cuestas de la Carrera del aceite nos habían dejado las piernas bastante cansadas y hacer otra vez cuestas… Mejor para otro día. Así que hicimos tres vueltas, tratando de no acercarnos demasiado a la A42 para no respirar demasiada mierda, aunque sospecho que un poco más dentro del parque tampoco soluciona nada. Hicimos tres vueltas y un poco más para completar 10 km en un tiempo de 52:39 @ 5:15 min/km. No está nada mal para haber corrido a tope dos días antes. Por cierto, que ya empieza a notarse que estamos en el mes de diciembre, porque la báscula marcaba hace un par de día 68,4 kg. Ya he vuelto a subir otra vez a los 68. Como lo hablaba el otro día con Joaquín, este mes de diciembre no sólo no vamos a perder ese kilo, sino que habrá que tratar de no coger muchos.
El 17 de diciembre estábamos a dos días del sábado 19, que era el día en el que llegaba una de las carreras más emotivas del año, la Carrera del aceite, que se celebra en mi pueblo, en Los Navalmorales. Así que no era cuestión de cansar las piernas en este último entrenamiento previo a la gran carrera. El año pasado había estado entrenando específicamente para esta carrera, haciendo muchos días cuestas, pero este año, el entrenamiento para la media de Villaverde me había desviado de este objetivo y dos días antes no iba a hacer ya gran cosa para mejorar el asunto, así que tranquilito, charlando con Joaquín completamos las dos vueltas y un poquito más para totalizar 10 km en 55:53 @ 5:35 min/km.
Parece que no, pero cuando salí el 15 de diciembre, una semana después de la media de Villaverde, todavía notaba las piernas algo cansadas y además tenía una bonita ampolla en el talón del pie izquierdo. La ampolla era debida a que el domingo no tenía ganas de correr, hacía frío para montar en bici y opté por ir a andar. Pero me pasé con la caminata y acabé haciendo 16 km. Curiosamente, llevo con las zapatillas corriendo desde abril y las primeras molestias que he tenido ha sido hoy ocho meses después de estrenarlas. Está claro que no se corre igual que se anda. A lo que iba, que entre eso y que el sábado tocaba carrera, no era cuestión de machacarse aún más la piernas, por lo que tocó entrenamiento suave. Y tan suave que fue que hicimos los 10 km en un tiempo de 57:03 @ 5:42 min/km. De hecho, según iba corriendo notaba que algo pegajoso me subía por la pierna, ¡¡¡era un caracol!!! Así de deprisa íbamos.
El 10 de diciembre fue el día después del gran reto. Resulta raro salir a entrenar un jueves y que el martes no haya habido entrenamiento, sino carrera, pero este año tocó así. Joaquín estaba pletórico, muy contento después de su gran carrera en Villaverde. También agradecido, decía que mi compañía le había venido muy bien para no entrenar solo estos días oscuros de otoño. Hoy, por supuesto, tocaba regenerativo, por lo que hicimos 10 km en un tiempo de 56:44 @ 5:40 min/km. Ritmo tranquilo y charla, como diría nuestro compañero Esteban, un orgasmo detrás de otro.
Después de correr la media de Villaverde, nos marchamos a casita y nos adecentamos todos, porque a las dos teníamos la gran cita de la temporada: la comida navideña pradolonguera 2015. Que estuvo realmente bien. Comimos de lujo, a muy buen precio y con una compañía inmejorable. Y en el barrio, muy cerca de nuestro amado parque de Pradolongo.
Los veteranos corredores de Pradolongo rodeando al campeón del duelo
Todos querían arrimarse a las chicas
¡¡¡Y acabamos jugando al mus en el bar de Lico!!!