Regla del ochenta por ciento

Leí, ya no recuerdo dónde, que después de llegar al pico máximo de kilometraje de cara a la maratón hay que empezar a bajar los kilómetros, lo que llaman el periodo de tapering. Hablaba de que la reducción debería ser de un 80% la siguiente semana, por lo que hoy tocaba hacer el 80% de los 30 km de la semana pasada. Así que hoy tocaba hacer 24 km.

En un principio la idea era ir por Madrid Río hasta la Casa de Campo y llegar hasta el Puente Colorao que está a poquito más de 12 km de nuestro punto de salida; sin embargo, durante la marcha decidimos cambiar la ruta porque desde que salimos la lluvia no dejaba de caer y para llegar al acueducto hay que subir algo más de un kilómetro y sobre tierra, por lo que seguro estaría embarrado.

En la Plaza de las Moreras, en la fuente, decidimos seguir por el camino que va paralelo a la M-30 y luego paralelo a la Carretera de Castilla hasta el kilómetro 13. Allí dimos la vuelta y poco después en la fuente que está junto al Puente de los franceses paramos a tomarnos un gel y beber algo de agua.

Curiosamente, tuvimos lluvia en todo el camino de ida, pero en el punto de retorno, se calmó la lluvia y empezamos a notar el aire en contra que habíamos tenido a favor todo el rato, pero como cuando va a favor parece que no hay aire… pensábamos que hoy no estaba Eolo haciendo de las suyas.

Estos días de lluvia y agua son fastidiosas, ya que el agua te moja y luego el viento te congela. Como salgo con poca ropa para no sudar demasiado por el tema de la urticaria, empecé a notar un frío desagradable a la vuelta.

Ha resultado un día duro, de los que fortalecen, sin duda alguna un buen entrenamiento de cara a la maratón. Acabamos haciendo los 24 km en un tiempo de 2:08:16 @ 5:21 min/km.

Ayer me pesé, como todos los sábados y la báscula marcaba 68,2 kg. La cosa tiene truco, ya que corrí el viernes y, por lo tanto, no son las mismas condiciones que en las semanas «normales» que corro los jueves.

Indumentaria: camiseta de la media de Villaverde lavada a máquina metida por dentro, pantalón Mizuno, calcetines cortos y guantes.

Resultado: algunas vejigas en los glúteos y pocas en la cintura. No demasiado mal.