En Fuencarral tenía que haber estado

El sábado 30 de enero por la noche hice la inscripción a la media de Fuencarral y horas después, el domingo, en la Casa de Campo me lesioné. Es cierto que hoy he ido a correr, pero por precaución no he ido a la media de Fuencarral ya que son muchos kilómetros y encima cuesta arriba un montón de ellos.

Un día como hoy, pero hace seis años, estuve allí, en un día muy, muy frío. Y también estuve hace 19 años y 12 días en la que fue mi primera participación en esta bonita y dura carrera.

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En la media de Fuencarral 1997, con unos años menos y unos cuantos kilos más

Pues bien, en un ataque de cordura decidí no participar esta vez aunque ya llevo un par de días corriendo, pero no me gustaría recaer, así que he optado por un recorrido más suave y de menor kilometraje.

Salí de casa y estaba lloviendo, así que opté por la manga corta, que cuando llueve, cuanto más ropa lleves, peor, que luego tarda más en secarse. Curiosamente, dejó de llover al poco y pudimos disfrutar de un agradable día por Madrid Río, que fue nuestra elección al estar todo muy mojado.

Hicimos unos 11,6 km aunque el GPS sólo muestre 9,8 km. Y es que esta vez decidió el cacharro no sincronizar. Debió ser que no estaba muy conforme con el día nublado, aunque sé que no tiene nada que ver una cosa con la otra. El caso es que fuimos trotando y pasaron 1,8 km hasta que consiguió sincronizar con los satélites.

Después una ida tranquila por Madrid Río y luego apretando un poco a la vuelta, acercándonos a ritmos de cinco minutos por kilómetro. Y la verdad es que la lesión, bien, no noté nada raro. Esto parece que marcha bien.

Lo que no marcha tan bien es lo del peso. Ayer marcaba la báscula 69,7 kg, que es mucho, mucho peso. Vuelvo a estar casi en la casilla de salida de cuando hicimos Joaquín y yo el pacto de un mes, un kilo.

LVII Trofeo Marathon de cross

He estado unos cuantos días sin correr, a base de estirar, crema y automasajes y hoy he salido a probar. Ya que estaba inscrito en el Trofeo Marathon de cross he pensado ¿por qué no ir a la carrera y probar a ver cómo me encuentro? Mala idea, sin lugar a dudas.

Y eso es lo que he hecho. Me he acercado en coche al Parque de las Cruces y he trotado un poco hasta la salida. Parecía que no molestaba demasiado, así que me he animado a retirar el dorsal y ponerme detrás del arco de salida.

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Como no tengo foto de este año, pongo una de 2005 de la misma carrera

Cuando han dado la salida me he puesto a un ritmo tranquilo, hasta que me he ido animando y he acelerado un poco el paso hasta alcanzar a una amiga que también participaba. Luego he seguido a su ritmo y creo que ha sido una mala idea porque he ido notando, según pasaban los kilómetros, que me iba molestando más. Ha sido, sin ninguna duda, una mala idea lo de acercarme al Parque de las Cruces…

Rezaba el reglamento que la distancia de la prueba era de 5580 metros y casualmente el GPS dice que han sido 5,59 km. Lo ha clavado y eso que es difícil en un recorrido con tantas vueltas y revueltas. He tardado 27:08 en realizar el recorrido a un ritmo de 4:51 min/km. Demasiado deprisa para el estado de mi lesión. El martes veremos qué me dice la fisio.

Hoy marcaba la báscula 68,7 kg, así que el reto de un peso, un mes ¡¡¡imposible!!!

Más gente que en muchas carreras

Hoy nos hemos acercado a la Casa de Campo a entrenar. Hacía un montón de tiempo que no me acercaba a la Casa de Campo a hacer la Tapia o similar. He pasado de manera tangencial, haciendo unos pocos kilómetros por allí, pero desde febrero de 2014 no iba con el coche hasta allí, aparcaba y me ponía a hacer la vuelta a la CdC. Cuando llegamos a las inmediaciones del lago, había ya un montón de coches aparcados y una actividad frenética de gente que se disponía a correr a pie, otros en bicicleta. Desde luego, se veía más gente que en muchas carreras.

Había quedado con Chema para ir con el clan Pirámides a las 9:00 cerca del metro de Lago, pero llegamos a las 9:03 y ya no había nadie por allí. Estuvimos esperando hasta y diez por si acaso se hubiesen retrasados ellos -cosa que me extrañaba- y a esa hora partimos.

Hacía un frío de mil diablos. Estaríamos a un par de grados o tres bajo cero. Iba en pantalón corto y tenía las piernas congeladas, los pies helados y los dedos de las manos -aunque llevaba guantes- me picaban de lo frío que estaban. Pero bueno, luego con los kilómetros y las cuestas fui entrando en calor. Hacía tanto frío que en una de las fuentes que paramos estaba congelada y no salía agua del tapón de hielo que había.

No quisimos hacer la Tapia completa y nos comimos un trozo. Aunque por el hecho de acortar un poco, nos metimos por una zona de repechos, que se hacían notar en las piernas. Acabamos haciendo 14 km en un tiempo de 1:15:11 @ 5:21 min/km. Un ritmo normal, pero que en este terreno, es bastante bueno.

Antes de salir la báscula marcaba 68,6 kg. Sólo 300 gramos menos que la semana pasada. Me parece que ni en broma voy a cumplir el reto de un kilo, un mes.

Hoy hace treinta años que falleció mi padre. No te olvido papá.

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Lluvia + viento = horror

Hemos estado mucho tiempo pidiendo que llegar el invierno y ya parece instalado en estos días. Hoy hemos salido y el terreno estaba mojado y aunque no llovía, el cielo estaba amenazador.

He salido con una amiga y me ha convencido de hacer 16 km. No estaba yo mucho por la labor, pero he pensado que no estaría mal, sobre todo después de ver en la báscula un peso de 68,9 kg. Según lo que nos propusimos Joaquín y yo, teníamos que bajar un kilo al mes. Y la cosa se ha ido cumpliendo hasta las navidades. Lógico. Supuestamente en estas fechas debería pesar 67,2 kg y estoy 1,7 kg por encima así que ya me puedo poner las pilas y bajar algo más de un kilo al mes para cumplir lo dicho.

La idea era hacer esos 16 km por el Parque Lineal. Según nos íbamos acercando a este parque íbamos escuchando cierto jolgorio, entonces hemos recordado que hoy se celebraba el Trofeo Paris. Sin duda, una de las carreras más atractivas del calendario madrileño, pero que llevamos unos años sin poder participar.

Cuando llegamos al parque estaban con las carreras de los niños. Se oía por los altavoces, a todo volumen, esa apasionante canción que decía así: en un pueblo italiano al pie de las montañas, vive nuestro amigo Marco… Los de mi generación, a la primera, identificamos la cancioncilla, pero no tengo tan claro que los niños de ahora la reconozcan.

A ritmo de heavy metal entramos en el parque y atravesamos hordas de niños y padres que se agolpaban cerca de la puerta buscando la línea de salida. Nosotros seguimos por el camino habitual buscando el río y marchando aguas abajo hacia el final del parque.

Íbamos a un ritmo bastante tranquilo, sobre 5:20, y a la ida iba haciendo bastante aire en contra y luego empezó a llover muy ligeramente. A la vuelta, el aire era ahora favorable, pero la lluvia arreció y empezó a ponerse la cosa desagradable. Con la ropa mojada, el aire azotando de lo lindo y la lluvia cada vez más fuerte ya iba uno deseando llegar a casa. De hecho, cuando pasé por la línea de salida del Trofeo Paris pensé que los participantes se iban a calar hasta los huesos, ya que la carrera todavía no había comenzado.

Totalizamos 16,6 km en un tiempo de 1:29:24 @ 5:23 min/km. Un entrenamiento un poco desagradable por el frío y por la lluvia, pero muy interesante para tratar de perder algunos gramos.

Entrenamientos mes de diciembre 2015

Después de correr hace dos días la San Silvestre de Villaverde, llegó el último entrenamiento del año. Fue el día 29 de diciembre y consistió un entrenamiento muy suave por Madrid Río haciendo el mismo recorrido que el del día 23. Tuvimos que acercarnos a una zona cercana a la Glorieta de Cádiz y desde allí nos acercamos a Madrid Río y fuimos dirección Casa de Campo, subimos por el Paseo del Embarcadero y poco antes de llegar a la valla vuelta por el mismo camino. Fueron unos 10 km a un ritmo entre 5:20 y 5:30 calculo a ojo porque no llevamos cronómetro. El domingo, el día de la San Silvestre, marcaba la báscula 69,4 kg. Me parece una barbaridad haber subido un kilo en una semana, tampoco es que me haya pasado tanto con la comida. No sé, no sé.

Es toda una tradición salir a correr el día de Navidad. La cena de Nochebuena suele ser copiosa (y eso que trato de controlarme lo más posible) y es una buena jugada salir a correr para desgastar un poco lo comido. Además este día también toca comida familiar, así que todo lo que se queme bien está. Había convocado un entrenamiento conjunto a las 11:00 en el punto de encuentro a todos los compañeros y compañeras pradolongueras que quisieran asistir y nos juntamos cuatro, que no está nada mal. Bajamos al Parque Lineal y nos cascamos 14 km a un ritmo algo más tranquilo que el día anterior. Lo único malo es que casi al salir del Parque Lineal me tropecé con una piedra y caí al suelo. Menos mal que llevaba guantes y manga larga, así que no me rocé en ninguna parte. Y con este día de Navidad han sido tres días corriendo seguidos, cosa que no suelo hacer, que añadido al entrenamiento que hice el lunes y la San Silvestre que haré el domingo, sumarán cinco día de entreno, parezco casi un profesional 🙂

Me gusta salir a correr el día de Nochebuena, es una tradición, igual que ir a hacer la ronda con los amigos por lo bares del barrio después y cantar villancicos. Así que quedé con Joaquín a las nueve de la mañana y bajamos al Parque Lineal. Al llegar al parque incrementamos el ritmo, aunque tampoco exagerado, y tratamos de mantener ese ritmo vivo durante todo el trayecto por el parque. Luego al salir, de vuelta a Pradolongo, ya bajamos la velocidad y volvimos más tranquilos. En total hicimos 14 km en un tiempo de 1:11:00 a un ritmo de 5:04 min/km. Por cierto, hacía un frío de mil demonios, andaba la temperatura por los dos grados únicamente.

Esta semana navideña estuve de vacaciones, así que el día 23 de diciembre lo aproveché para salir por la mañana con la luz del día. Fui con una amiga por Madrid Río, ya que por un asunto tuvimos que acercarnos a un lugar próximo a la Glorieta de Cádiz. Cerca de allí nos acercamos a Madrid Río y por allí hicimos el recorrido que he descrito en el último entrenamiento del año que, curiosamente, es el primero de esta entrada. Fueron en total 10 km en un tiempo de 50:38 @ 5:03 min/km. Los cinco kilómetros de ida fuimos a un ritmo no muy fuerte, pero sin dormirnos, y a la vuelta hicimos cuatro kilómetros a muy buen ritmo, bajando de 4:45.

El día 21 de diciembre, un día después de las elecciones generales salí a correr con una amiga para celebrar algo, no sé el qué, ¿quizás el fin del bipartidismo? Como salimos por la mañana, decidimos acercarnos al Parque Sur, porque por la noche, según cuentan, está muy mal iluminado. En un principio se nos pasó por cabeza hacer algunas cuestas, pero nos dimos cuenta que las cuestas de la Carrera del aceite nos habían dejado las piernas bastante cansadas y hacer otra vez cuestas… Mejor para otro día. Así que hicimos tres vueltas, tratando de no acercarnos demasiado a la A42 para no respirar demasiada mierda, aunque sospecho que un poco más dentro del parque tampoco soluciona nada. Hicimos tres vueltas y un poco más para completar 10 km en un tiempo de 52:39 @ 5:15 min/km. No está nada mal para haber corrido a tope dos días antes. Por cierto, que ya empieza a notarse que estamos en el mes de diciembre, porque la báscula marcaba hace un par de día 68,4 kg. Ya he vuelto a subir otra vez a los 68. Como lo hablaba el otro día con Joaquín, este mes de diciembre no sólo no vamos a perder ese kilo, sino que habrá que tratar de no coger muchos.

El 17 de diciembre estábamos a dos días del sábado 19, que era el día en el que llegaba una de las carreras más emotivas del año, la Carrera del aceite, que se celebra en mi pueblo, en Los Navalmorales. Así que no era cuestión de cansar las piernas en este último entrenamiento previo a la gran carrera. El año pasado había estado entrenando específicamente para esta carrera, haciendo muchos días cuestas, pero este año, el entrenamiento para la media de Villaverde me había desviado de este objetivo y dos días antes no iba a hacer ya gran cosa para mejorar el asunto, así que tranquilito, charlando con Joaquín completamos las dos vueltas y un poquito más para totalizar 10 km en 55:53 @ 5:35 min/km.

Parece que no, pero cuando salí el 15 de diciembre, una semana después de la media de Villaverde, todavía notaba las piernas algo cansadas y además tenía una bonita ampolla en el talón del pie izquierdo. La ampolla era debida a que el domingo no tenía ganas de correr, hacía frío para montar en bici y opté por ir a andar. Pero me pasé con la caminata y acabé haciendo 16 km. Curiosamente, llevo con las zapatillas corriendo desde abril y las primeras molestias que he tenido ha sido hoy ocho meses después de estrenarlas. Está claro que no se corre igual que se anda. A lo que iba, que entre eso y que el sábado tocaba carrera, no era cuestión de machacarse aún más la piernas, por lo que tocó entrenamiento suave. Y tan suave que fue que hicimos los 10 km en un tiempo de 57:03 @ 5:42 min/km. De hecho, según iba corriendo notaba que algo pegajoso me subía por la pierna, ¡¡¡era un caracol!!! Así de deprisa íbamos.

El 10 de diciembre fue el día después del gran reto. Resulta raro salir a entrenar un jueves y que el martes no haya habido entrenamiento, sino carrera, pero este año tocó así. Joaquín estaba pletórico, muy contento después de su gran carrera en Villaverde. También agradecido, decía que mi compañía le había venido muy bien para no entrenar solo estos días oscuros de otoño. Hoy, por supuesto, tocaba regenerativo, por lo que hicimos 10 km en un tiempo de 56:44 @ 5:40 min/km. Ritmo tranquilo y charla, como diría nuestro compañero Esteban, un orgasmo detrás de otro.

Después de correr la media de Villaverde, nos marchamos a casita y nos adecentamos todos, porque a las dos teníamos la gran cita de la temporada: la comida navideña pradolonguera 2015. Que estuvo realmente bien. Comimos de lujo, a muy buen precio y con una compañía inmejorable. Y en el barrio, muy cerca de nuestro amado parque de Pradolongo.

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Los veteranos corredores de Pradolongo rodeando al campeón del duelo

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Todos querían arrimarse a las chicas

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¡¡¡Y acabamos jugando al mus en el bar de Lico!!!

Satisfecho con los entrenamientos

La media de Villaverde no es sólo el duelo pradolonguero entre Joaquín y Miguel. Se trata también de mi objetivo de este último trimestre (o inclusdo del segundo semestre, me atrevería a decir) y debo decir que me encuentro satisfecho con los entrenamientos realizados hasta la fecha. El objetivo es hacer hora y media y tiene su dificultad, porque el recorrido de esta media no es sencillo. Primero porque gran parte es por el Parque Lineal, por caminos de tierra, que siempre se va más despacio, y giros bruscos que cortan mucho el ritmo. La segunda parte, por el barrio de Villaverde, tiene bastantes subidas y bajadas. Vamos, que vamos a tener que sudar la camiseta si queremos hacer ese tiempo. Y más va a tener que sudar mi tocayo si quiere sacar a Joaquín una minutada.

Hoy era la última tirada larga de cara a esta media. Si la semana pasada hicimos 18 km, hoy había que bajar un poco y decidimos hacer 17 km y, como siempre, la parte intermedia del entrenamiento tratando de mantener un ritmo de 4:30. Y la verdad es que nos salió bastante bien. Hicimos los tres kilómetros de calentamiento, luego 11 km a un ritmo de 4:28 min/km y los últimos tres kilómetros de enfriamiento. Se notaron los entrenamientos de semanas anteriores, ya que pude mantener con cierta decencia ese ritmo exigente durante los once kilómetros.

Fueron en total 17 km en un tiempo de 1:21:16 @ 4:47 min/km.

Hoy la báscula marcaba 68,2 kg rozando ya el hito de este segundo mes y todavía queda una semana para bajar más.

Una barbaridad

Como todos los sábados, lo primero que hago es ir al servicio a soltar lastre y luego me subo a la báscula. Hoy marcaba 68,5 kg, cien gramos más que la semana pasada. Después de volver del entrenamiento, que ha sido durillo, he notado ciertas molestias en la tripa y he tenido que soltar lastre con urgencia. Por curiosidad me he vuelto a subir a la báscula y ahora marcaba 66,7 kg.

Es una diferencia de 1,8 kg que me parece una barbaridad después de un entrenamiento de 18 km. Puede ser un problema de que por el sudor me deshidrato o a que no había soltado suficiente lastre antes de salir.

Había quedado, una vez más, con Miguel a las 8:30 para ir al Parque Lineal a hacer un entrenamiento largo. Tres kilómetros de calentamiento hasta llegar al parque y una vez dentro, cuando el reloj pita ese tercer kilómetro, a tratar de mantener un ritmo de 4:30 durante doce kilómetros.

Acabábamos de empezar a ese ritmo de 4:30 cuando nos ha adelantado Roberto Álvarez, habitual del parque, que nos ha adelantado como si tal cosa. Si a nosotros ese ritmo de 4:30 nos parece exigente, para Roberto no debe ser ni de calentamiento.

Hacía buena temperatura para correr. Algo de fresco y sol. De hecho había bastante gente por el parque, sobre todo gente en bici y paseando. También gente corriendo, por supuesto.

Debe notarse los otros días que hemos hecho por aquí, porque mantuve más o menos decentemente el ritmo de 4:30 durante los 12 km. De hecho, hicimos esos 12 km en un tiempo de 53:42 @ 4:29 min/km.

Entre los tres kilómetros de calentamiento, los doce a ritmo controlado y los tres de enfriamiento totalizamos 18 km en un tiempo de 1:25:49 @ 4:46 min/km. Esta es la distancia más larga que voy a hacer de cara a la media de Villaverde.

Muy feliz

Hoy Joaquín estaba muy feliz, exultante diría yo. La carrera del domingo, en la que bajó de cuarenta minutos tiene la culpa. Resulta que no bajaba de esa barrera de los cuarenta desde hace la friolera de 17 años. No me extraña que estuviera así.

Joaquín es un atleta al que da gusto verle correr. Lleva un montón de años corriendo, unos veinticinco, y ahí sigue el tío al pie del cañón. Me cuenta que empezó con dos hermanos suyos y éstos consiguieron mejores marcas, pero Joaquín los ha superado a ambos, porque de nada sirve correr muy deprisa si luego lo dejas.

Fuimos también relajados durante el recorrido, Joaquín además iba prácticamente levitando, y completamos 10 km en un tiempo de 57:08 @ 5:42 min/km.

En la entrada de la carrera no quise poner nada del peso, así que lo pongo hoy. El domingo, antes de salir de casa hacia la salida, marcaba la báscula 68,4 kg, lo que indica que la cosa va bien, ya que quedan dos semanas y sólo trescientos gramos para cumplir el segundo hito del reto.

Las primeras cuatro semanas han ido bien

El día seis de octubre nos propusimos Joaquín y yo un pacto. Deberíamos perder un kilo al mes durante cinco meses. La idea es llegar con cinco kilos menos a la media de Villarrobledo, gran objetivo de mi compañero de entrenamientos.

Hoy la báscula marcaba 68,7 kg que es más de un kilo perdido desde aquel día. De hecho, no alcanzaba este peso desde mediados de marzo. O sea, que no está mal, se nota que me lo estoy tomando en serio.

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Prueba fotográfica del peso a día de hoy

Para celebrarlo, había quedado con Miguel para hacer un entrenamiento largo por el Parque Lineal, que es un sitio muy agradable y que ahora con las cuatro gotas que han caído da gusto verlo.

A las 8:30 estábamos en el punto de encuentro. Unos pocos estiramientos y enseguida nos pusimos en marcha. Comentó mi compañero que si tratábamos de ir a 4:30 durante la mayor parte del recorrido, por toda la zona que transcurre por el parque. A mí me pareció que era algo deprisa, pero lo iba a intentar.

Salimos tranquilos y, efectivamente, poco después de entrar en el Parque Lineal, cuando se cumplió el tercer kilómetro empezamos a aumentar el ritmo. Y la verdad es que fuimos muy regulares durante los diez kilómetros que tratamos de mantenerlo. Siendo sinceros, hicimos muchos kilómetros unos segundos por debajo de ese ritmo objetivo, por lo que salió la media de los diez kilómetros a 4:28 min/km.

Debo reconocer que no iba muy sobrado, pero me mantuve con dignidad; sin embargo, veía que Miguel iba sobrado. Ya me ha demostrado en varios entrenamientos que está fuerte.

En total hicimos 16 km en un tiempo de 1:16:14 @ 4:46 min/km.

Como curiosidad, modificamos ligeramente el trazado gracias al nuevo puente que han instalado. Poco antes de terminar el circuito «de toda la vida» han hecho un puente que cruza el río. Nada más cruzar, sale un camino a la izquierda en ligera pendiente que continúa paralelo al río y que durante medio kilómetro, poco más o menos, llega a otro puente que ya existía por el que se vuelve a pasar a la otra orilla. Al cruzar ese puente, se gira de nuevo a la izquierda y se acaba llegando a donde antes acababa el circuito. Y desde allí, vuelta por donde siempre.

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Plano de situación del nuevo puente

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El nuevo puente pintado con bonitos colores

Haciendo esto, son casi 16 km entre ida y vuelta desde el punto de encuentro. Para hacer algo más habría que dar un rodeo al comienzo del parque o salir como otras veces del circuito paralelo al río hacia el camino del Malecón, por la subestación eléctrica.

XVI Carrera cívico-militar contra la droga

Hoy he participado por segunda vez en esta carrera y debe ser de las pocas que no recordaba el recorrido. Me sonaba lo de la vuelta al lago, pero poco más.

Rezaba la información de que se trataba de una carrera de 6,5 km por lo que pensamos en ir corriendo desde el Pradolongo hasta la Casa de Campo, en concreto hasta el Urogallo, donde esperaban los otros pradolongueros que habían optado por llegar a la CdC por otros medios.

A las 9:00 salimos del punto de encuentro con la intención de llegar a las 9:45 al Urogallo, que era el lugar y la hora fijada para la foto de equipo. Salimos tres pradolongueros y poco después de unió al grupo un cuarto. Ya en Madrid Río apareció el quinto en discordia y aunque llegamos al Urogallo unos minutos tarde, nos dio tiempo salir en la foto…

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Un montón de pradolongueros dispuestos a correr contra la droga

Y poco más hicimos por allí porque enseguida se dio la salida. Estaba colocado junto a Joaquín no muy lejos de la pancarta de salida, pero no veíamos a Miguel que tenía intenciones de disputar un ensayo del duelo que protagonizarán en Villaverde. Hoy era sólo con balas de fogueo.

Joaquín y un servidor salimos a toda pastilla en cuanto dieron la orden de salida. Nada más salir hay un pequeño repecho y luego una bajada. En la bajada nos adelantó Miguel que iba aún más deprisa. Tratamos de no perderle de vista, que no se alejase demasiado y después de que nos sacara un buen trecho al comienzo, luego le íbamos viendo no muy lejos.

El primer kilómetro a 4:08 que dimos por bueno porque un tramo es en subida. El segundo kilómetro en 4:04, lo cual nos pareció bastante bien porque el terreno era ascendente. Pero en el tercer kilómetro flojeamos un poco y se nos fue a 4:13. En ese punto le comuniqué a Joaquín, que siempre iba un metro delante de mí, el parcial que habíamos hecho y comentó que era algo flojo, que había que aumentar el ritmo. Yo iba algo justo, notaba que las piernas no daban más de sí, por lo que Joaquín empezó a alejarse poco a poco a partir de entonces.

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Aquí ya me había quedado solo

Cuarto kilómetro en 4:12 y en ese punto el terreno dejaba, por fin, de ser ascendente para comenzar a ser más favorable. Pude aumentar un poco el ritmo y el quinto kilómetro cayó en 4:05, pero también aumentaron el ritmo los pradolongueros que iban por delante, porque la camiseta anaranjada de Joaquín empecé a dejar de verla. En el sexto kilómetro hice el mismo tiempo que en el anterior y ya me preparaba para aumentar el ritmo en los últimos quinientos metros. Cual fue mi sorpresa cuando me di cuenta que la gente se paraba poco después. Yo también me paré y lo mismo hice con el cronómetro que marcó 6,2 km y un tiempo de 25:35 @ 4:08 min/km. Un ritmo peor que el domingo anterior en Portillo.

En meta, comentando la jugada y comparando tiempos, parece ser que llegó Miguel con un minuto menos que yo y Joaquín intercalados entre ambos en un tiempo entre veinte y treinta segundos peor que su rival. Demostró Joaquín lo que estoy viendo todos los martes y jueves, que está muy fuerte.

Después de la carrera, una botella de agua o bote de refresco y una mochila de cuerdas con una bonita camiseta conmemorativa. Pude además comprobar la eficiencia del ropero: entrega rapidísima sin tener ni siquiera que decir el número de dorsal porque la persona que se encargaba de ello ya lo había visto según nos acercábamos y raudo había la bolsa del camión. Y todo por cero euros.

Ayer me pesé y la báscula marcaba 69,4 kg que son 200 g más que la semana pasada. Se ha cortado la progresión que llevaba desde que empezamos con el reto un mes, un kilo. Voy a andar justo este primer mes.

Según el GPS: 6,2 km en 25:35 @ 4:08 min/km # VDOT = 48,7 # T = 4:21 # M = 4:37