Regenerativo obligado

Hoy notaba las piernas bastante castigadas de la media del domingo, por lo que no me apetecía mucho correr; sin embargo, como suele ocurrir en estas ocasiones, el entrenamiento me vino de perillas: acabé con las piernas mucho mejor que cuando empecé. Además, al ser festivo, tenía que aprovechar que podía correr con luz.

Salí muy despacio ya que las piernas no daban más de sí, pero en la segunda vuelta parece que la cosa iba mejor y aumenté un poco el ritmo, sólo un poco. Antes y después de correr realicé estiramientos que también me vinieron fenomenal para la recuperación. Lo malo es que el dedo gordo derecho me dolía bastante sin ni siquiera correr, o sea que corriendo… Espero que la cosa vaya mejorando y pueda llegar a la gran cita en las mejores condiciones posibles.

Aunque no tenía claro si dar dos vueltas o hacer algo menos, al final sí completé los 10 km en el parque de Pradolongo. Recorrí esos 10 km en 55:25 @ 5:32/km.

I Media maratón de Castilla-La Mancha

El sábado por la tarde, un primer grupo expedicionario pradolonguero formado por siete corredores se desplazó a Ciudad Real para participar en la primera edición de la media maratón de Castilla-La Mancha, que este año por primera vez se celebraba junto a la maratón. Un segundo grupo, el de los dos emilios, iba a llegar el mismo día de la carrera, poco antes de empezar.

Llegamos, fuimos al hotel a dejar los chismes y desde allí a recoger el dorsal a la Plaza Mayor. Para nuestra desgracia, este año no hubo el ágape tradicional con que la organización agasajaba a los corredores en el museo municipal López Villaseñor. Nos dijeron que su ausencia era cosa de la crisis y tuvimos que conformarnos con cenar alguna cosa en un local de comida rápida.

El domingo, con aquello del cambio de hora, a las seis ya estaba con los ojos como platos, así que aproveché para desayunar pronto y preparar con mimo los útiles de correr. Por eso, con mucho tiempo de antelación llegamos a la línea de salida donde incluso nos dio tiempo a tomar un café aparte de calentar, hacernos fotos y charlar con la gente del Gran Grupo Garabitas que había desplazado un buen número de efectivos a esta ciudad castellano-manchega.

Antes de la salida de la media, con muchos GGGs
Foto de grupo, antes de la salida de la media, con muchos GGGs

Ya conocía la carrera por la maratón que hice en 2008, por lo que sabía que la media consiste en dar sólo una vuelta de las dos que conforman la maratón entera. Tengo que reconocer que no es una carrera bonita, ya que parte de la prueba transcurre por polígonos industriales y otra buena parte consiste en ir y volver a Miguelturra por una carretera abierta al tráfico separando por conos el carril para los coches y el carril para los corredores. Resulta peligroso y muy desagradable ir corriendo al lado de coches que van y vienen casi rozando los conos.

La animación en Ciudad Real es ciertamente escasa, excepto en el tramo donde está la salida y meta; sin embargo, cuando se cruza por el centro de Miguelturra, la animación es excesiva. Hubo un momento que tanto tamborazo y tanto estruendo me dejó totalmente anonadado, tanto que casi no sabía donde estaba. El tramo de Miguelturra hasta Ciudad Real se hace durillo porque ya llevas bastantes kilómetros en el cuerpo y hay algunos repechitos que consiguen que te vayan abandonando las fuerzas poco a poco. Afortunadamente, desde la entrada a la ciudad de Ciudad Real hasta meta (unos dos kilómetros) el recorrido es favorable y se puede recortar un poco el tiempo perdido en esos repechos.

Tenía previsto salir con Jaquín con la idea de bajar de la hora y media. Con unos minutos de retraso sobre las nueve y media dieron la salida y enseguida nos pusimos a un ritmo de crucero de 4:15 que era lo previsto para realizar esa marca. Los primeros 10 km (42:23) salieron bajo el guión previsto, incluso ganando unos segundillos al crono. En esos primeros kilómetros se nos unió un corredor que nos acompañó casi toda la carrera, siempre a nuestras espaldas, pero que no se quedaba en ningún momento. Pasando esa primera decena de kilómetros, coincidiendo con el avituallamiento en la salida de Ciudad Real y que era cuesta arriba tuvimos una pequeña pérdida de segundos, pero al poco volvimos a marchar al ritmo deseado.

Entre el 13 y el 14 nos adelantó Paco, el hermano de Joaquín, que iba a realizar la maratón entera. Eso nos dejó un poco tocados porque además nos pasó como si tal cosa, a un ritmo endiablado. Luego pagó estas alegrías y se le hizo la segunda vuelta muy dura, pero aún así consiguió hacer 3h15 que no es mala marca; sin embargo nosotros perdimos otro puñado de segundos debido al shock producido por el adelantamiento.

Después del animado paso por el centro de Miguelturra, de nuevo empezamos a transitar por calles muy solitarias de esta localidad y ya saliendo, en el kilómetro 16, se puso a tirar nuestro acompañante. Iba más fuerte que nosotros dos porque cuando llegaron los repechos fue separándose muy poco a poco, sin que fuéramos capaces de seguirle. Pasé dos o tres kilómetros un poco delicados porque veía que no sólo se iba el acompañante, sino que veía que Joaquín también me dejaba tirado. Menos mal que llegamos al kilómetro 19 y el perfil era un poco más favorable; sin embargo, ya veía que la cosa iba a estar muy justa, sobre todo porque un kilómetro después el tiempo era de 1:25:25 (íbamos 25 segundos peor). Sólo quedaba echar toda la carne en el asador en ese kilómetro y pico para tratar de conseguir el objetivo.

Y así fue, sacamos fuerzas de flaqueza y ese último tramo fue el más rápido de todos, consiguiendo marcar un ritmo de 4:06 y bajando por los pelos de la hora y media. El tiempo oficial ha sido de 1:29:55, aunque hice algunos segundos menos de tiempo neto, llegando en el puesto 81 de la general y siendo octavo de mi categoría. Mi compañero de aventuras hizo un segundo más pero se aupó al tercer puesto del cajón de su categoría. Emilio, para no perder la costumbre, se hizo con el primer puesto de su categoría de mayores de 60 años y eso que dentro de dos semanas cumplirá 66 tacos. Este hombre no para de sorprenderme. Y para terminar, la única componente femenina del grupo pradolonguero también subió al cajón. La expedición fue todo un éxito.

Llegando a meta en la media de Castilla-La Mancha
Llegando a meta en la media de Castilla-La Mancha

Como curiosidad, decir que en esta carrera es en la única donde el dorsal ha hecho honor a su nombre. La manera que tuvo la organización de distinguir a los que iban a hacer la maratón de los que iban a hacer la media fue que los más vagos llevaran dos dorsales, uno en el pecho y otro, en el dorso. Nunca lo había visto hasta ahora.

Para terminar fuimos a comer al Hotel Guadiana donde Juan Julián del Gran Grupo Garabitas había reservado para una treintena de personas. La comida fue extraordinaria y muy bien de precio y la compañía, excepcional. Gracias Juju por tus desvelos.

Reponiendo fuerzas después de la carrera
Reponiendo fuerzas después de la carrera

Lo único malo es que acabé con la uña del dedo gordo derecho bastante mal. Ya estaba la cosa fea, pero me dolió bastante en los últimos kilómetros, como si se me fuese clavando. Me sangró durante ese último trecho y desde que paré después de meta no puedo andar con normalidad. La uña ha pasado de estar de color negra, a un color gris sucio, muy mosqueante.

Aprovecho para decir que aunque el sábado no corrí, sí me subí a la báscula. Marcaba 67,1 kg gracias a la gran cantidad de kilómetros que me metí la semana anterior, porque ésta ha sido de poco kilometraje.

Para terminar, dar las gracias a Emilio II (y a Cristina) por las dos primeras fotos y a Juan Julián por la segunda.

¡Ha llovido!

Ayer llovió sobre Madrid después de bastantes meses sin hacerlo. Me dio un poco de pena por mis zapatillas recién lavadas, pero una gran alegría porque ya era necesario, muy necesario. Además como durante el entrenamiento no llovía, daba gusto correr por terreno tan blandito, una delicia para las articulaciones.

Como el domingo toca carrera, nos hemos tomado con bastante calma el entrenamiento, nada de ritmo umbral ni cosas semejantes. Tranquilos, tranquilos y el domingo a darlo todo.

Hemos completado las dos vueltas a Pradolongo a ritmo tranquilo, totalizando los 10 km en 53:20 @ 5:20/km.

Impolutas

El domingo, después de la tirada larga, eché las zapatillas a un barreño con agua para limpiarlas, nada de lavadora. Es curioso que no ha pasado ni un mes y tenía las zapatillas como si hubiese corrido una temporada de cross con ellas. Y es que estaban todos los caminos llenos de polvo.

Hoy me las he puesto y estaban impolutas, parecía que las acababa de sacar de la caja, recién llegadas de UK. Cualquiera que lea esta entrada se va a pensar que nunca lavo las zapatillas, pero no es así, suelo hacerlo de vez en cuando, pero esta vez ha sido muy pronto.

Ha sido lavarlas el domingo y el lunes se pone a llover, por lo que pensaba que hoy iba a estar el parque embarrado, pero no lo estaba, la tierra estaba demasiado sedienta y no había ni un charco. De hecho, el terreno estaba muy agradable de pisar porque aunque estaba blandito, no te hundías.

Solemos hacer una primera vuelta muy tranquilos, pero hoy no lo ha sido tanto, ya andábamos inquietos. En la segunda vuelta ha empezado Emilio II a tirar y al final todos a cuchillo. Menos mal que Joaquín, en un momento de sensatez, ha dicho que mejor dejábamos las prisas para el domingo, que hoy no era el día. En esos momentos íbamos a un ritmo de 3:50. Entonces hemos bajado un poco la velocidad y aún así esa segunda vuelta la hemos hecho en 21:30 @ 4:29.

Después hemos hecho un poco más hasta completar 13 km en un tiempo de 1:08:17 @ 5:15/km.

Dos horas y media

Hoy he salido con la idea en la cabeza de hacer dos horas y media de carrera continua aunque a ritmo fácil, como manda toda tirada larga. Lo normal es ir contando los kilómetros recorridos, en vez de ir contando minutos, pero por hacer algo diferente, hoy he cambiado. Bien es verdad que tenía más o menos claro que la distancia estaría entre 28 y 29 km. Sin duda ésta ha sido la primera tirada extralarga de cara a la maratón invernal.

He comenzado bajando al Parque Lineal y en los primeros kilómetros me encontraba fatal, muy cansado, no había recuperado las piernas todavía del entreno de ayer. Han tenido que pasar cinco o seis kilómetros para que me sintiera algo más cómodo. Desde casa hasta el final del circuito y vuelta al punto de partida, hacen unos 16 km. En ese punto llevaba 1h24 y había corrido en compañía. Ahora me quedaba solo y todavía quedaba más de una hora de diversión.

Para continuar, he ido a Parque Sur y he empezado a dar vueltas para tratar de alcanzar la meta establecida. Y lo he calculado (pura casualidad más bien) casi al milímetro, porque cuando he completado las dos horas y media, quedaba muy poco para acabar la tercera vuelta en ese parque.

Cierto es que ya tenía ganas de terminar, porque se hace larga la tiradita, pero al ritmo que iba podía haber seguido quemando kilómetros y kilómetros porque aparte de la cabeza que me decía que parara, las piernas estaban igual de bien (o de mal) que al principio, aunque los pies sí estaban algo machacados.

En total, en esas dos horas y media he completado 28,7 km a un ritmo de 5:13. Pienso que ha sido un entrenamiento bueno y de los que preparan bien las patas y la mente para una jornada de tantísimos kilómetros como una maratón.

Ayer acabé algo tocado del tendón de Aquiles derecho, por lo que hoy he salido con las medias largas. He podido correr perfectamente con ellas, pero la molestia está ahí, veremos si aguanta lo necesario con buenas sesiones de estiramiento, hielo y un poco de crema antiinflamatoria.

De momento, la semana de más kilometraje en la preparación de esta maratón: 74 km y seis horas y cuarto corriendo.

Se me hacen eternos

Hoy, como muchos sábados, tocaba hacer kilómetros a ritmo de maratón. Como la semana pasada hice once kilómetros, hoy tenía pensado hacer uno más. Hay que ir poco a poco. Para tratar de mantener un ritmo más o menos constante, suelo hacer estas kilometradas junto al río, en el Parque Lineal. Los primeros tres kilómetros, hasta llegar al parque sirven de calentamiento y luego allí, empiezo a acelerar hasta ponerme al ritmo adecuado, que en mi caso es 4:27, aunque me conformo con ir por debajo de 4:30.

El caso es que se me hicieron largos los 12 km que hice a ritmo de maratón, parecía que no llegaba nunca al final. Además cuando ya a la vuelta se acaba el parque y hay que volver hacia atrás, se hace aún más duro. Pero bueno, no es un entrenamiento de paseo, hay que esforzarse. Después, viendo el ritmo llevado durante esos kilómetros y haciendo la media, resulta que lo clavé. Los 12 km salieron a 4:27, mayor precisión imposible.

Sin embargo, el entrenamiento no fueron sólo los 12 km a ritmo de maratón. También hice 3 km de calentamiento y un par de millas de enfriamiento, por lo que totalicé 18,2 km en un tiempo 1:27:12 @ 4:46 y he acabado con las piernas cansaditas. Ya veremos mañana si puedo con el entrenamiento, que es bastante largo.

Anoche estuve de cena y sospechaba que se iba a notar en el peso. La báscula marcaba 67,7 kg, cien gramos menos que la semana pasada, así que hay que estar contento. Después del entrenamiento, volví a pesarme y había perdido 1,2 kg. Una buena sudada, sin duda.

Mi héroe

En el mundo del deporte, como todo en esta vida, cada uno tiene sus héroes. Para algunos es Usain Bolt, el hombre más rápido del mundo. Para otros, más fondistas, será Heile Gebrselassie, uno de los mejores fondistas de todos los tiempos o quizás sea Patrick Makau, actual poseedor del récord de maratón con nada menos que 2:03:38; sin embargo, mi héroe se llama Fauja Sigh, la primera persona que con 100 años de edad ha acabado una maratón. Esta hazaña ha sucedido en la maratón de Toronto el pasado 16 de octubre.

Fauja Singh
Fauja Sigh después de traspasar la línea de meta

Según parece, el atleta indio, aunque residente en Londres, empezó a correr hace 11 años, después de la muerte de su esposa, y en Canadá completó su octava maratón. Además, posee el récord británico en la categoría senior de distintas distancias como 400, 800 y 3 mil metros.

Me gusta su filosofía: «El secreto de una larga y saludable vida es vivir sin tensiones, estar agradecido con lo que tienes, evitar a gente negativa, sonreír y seguir corriendo. Ser feliz«.

Siempre he pensado que correr no es hacerlo más rápido que nadie, ni participar en muchas carreras. Correr es estar en movimiento desde el primer día hasta el último. Por eso siempre he envidiado a aquellos corredores de edad avanzada que siguen y siguen corriendo. Sin ir más lejos, mi compañero de entrenamientos Emilio, con casi 66 años, es todo un portento, un espejo donde mirarse. Todavía es capaz de correr maratones en cerca de tres horas y media o terminar los 100 km de la Madrid-Segovia hace poco más de un mes.

Otro ejemplo a seguir puede ser el madrileño Germán Fernández González, atleta de 76 años que sigue participando en carreras populares. En la última carrera en la que estuve pude ver como llegaba a meta en una hora y unos segundos. ¿Dónde tengo que firmar para poder correr a un ritmo de 6 min/km cuando pasen treinta años?

Por lo demás, yo sigo a lo mío, quemando kilómetros de cara a la maratón. Esta semana es de las más largas y hoy han caído 15 kilómetros. Algo más de tres vueltas a Pradolongo, en la que la primera ha sido de calentamiento, la segunda pretendía ser a umbral y la tercera de enfriamiento, aunque no precisamente a ritmo lento.

Por desgracia, los kilómetros a umbral no han salido como debieran. El ritmo umbral objetivo era 4:11, pero me han salido un poco más lentos de lo debido: 4:16, 4:15, 4:16, 4:16 y 4:12. Siempre digo que Jack Daniels es demasiado exigente…

Ha fallecido Dennis Ritchie

El pasado 12 de octubre nos dejó un grande de la informática: Dennis Ritchie. El fallecimiento una semana antes de Steve Jobs ha oscurecido la muerte de Ritchie, acontecida cuando éste contaba con la edad de 70 años.

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Dennis MacAlistair Ritchie, foto cortesía de boingboing.net

Es evidente que no tenía el poder mediático del fundador de Apple, pero desde mi humilde punto de vista, Ritchie jugó un papel más importante, ya que fue uno de los pioneros de la informática moderna, al ser el creador del lenguaje de programación C y junto a Ken Thompson del sistema operativo Unix. Además fue el autor junto a Brian Kernighan del libro El lenguaje de programación C. Ese libro, más conocido como el K&R fue mi libro de cabecera (y de unos cuantos miles de programadores) durante bastante tiempo. El Hello world! se ha hecho tan famoso en el mundo de la programación, que no hay tutorial de cualquier lenguaje que no empiece por ese ejemplo.

El trabajo de Ritchie ha conseguido que exista Linux y otros sistemas opertivos… como los que utiliza Apple en sus dispositivos.

Descanse en paz.

Indignado

Ahora mola eso de decir que uno está indignado. Pues así estoy yo (sin exagerar ¡eh!) después de enterarme que en la carrera de Aranjuez hay que ir el viernes o el sábado a recoger el dorsal y el chip para la carrera del domingo.

Aranjuez es una carrera que conocí en 1996. Es una carrera preciosa, en un entorno maravilloso, tanto que desde entonces, he participado trece veces y en todas y cada una de ellas me he quedado a comer en la localidad con los amigos y la familia. No lo puedo negar, es una carrera a la que tengo especial cariño; sin embargo, el detalle de hacer que los corredores tengan que ir un día antes me parece fuera de lugar, es un auténtico despropósito y por ahí no voy a pasar. Habrá que buscar una alternativa para ese día, que hay bastantes carreras. Quizás el hecho de no correr Aranjuez me lleve a conocer carreras incluso más bonitas.

Os ruego, por favor, a aquellos que me leáis ¡¡¡no vayáis a Aranjuez!!!

Recuerdos de la carrera de Aranjuez
Recuerdos de tiempos pretéritos de la carrera de Aranjuez que aún conservo

Ahora que releo las líneas que he escrito, me doy cuenta que un discurso parecido (aunque por otros motivos) lo tuve sobre la San Silvestre vallecana y desde entonces no ha hecho más que crecer, así que auguro larga vida a la carrera de Aranjuez 😉

Y si la participación en las carreras crece, en nuestros entrenamientos baja. Entre bailes y enfermedades, ayer sólo estábamos Joaquín y un servidor en el punto de encuentro, aunque al poco se nos unió Enrique, que no Quique, y luego apareció Emilio II.

Fue un día de entrenamiento ligero con unos kilometrillos a ritmo de maratón. Quise hacer algún kilómetro más de la cuenta para tratar de hacer una buena kilometrada semanal, por lo que completé 12 km en 1:01:28 @ 5:07. El jueves, alguno más y el fin de semana, a desgastar zapatillas.

Ya se nota mucho que los días son mucho más cortos. En la segunda vuelta, se nos hizo de noche. Y dentro de dos semanas, cuando cambien la hora, de noche desde el primer metro.

Dedo machacado

Tengo el dedo gordo del pie derecho machacado. Los 27 km del otro día me dejaron la uña más negra que el carbón. Sobre todo me duele cuando ando, debe ser por los zapatos, pero afortunadamente cuando corro no me molesta demasiado.

Hoy he salido acompañando a una amiga, pero sólo hasta el tercer kilómetro donde he empezado a acelerar hasta ir un poco por debajo de 4:30 que según JD es mi ritmo de maratón. Y la verdad es que he cumplido el plan previsto bastante bien, yendo un poco por debajo de 4:30 durante casi todos los 11 km (la media ha sido de 4:27/km).

Siempre que hago este entrenamiento me asaltan las dudas de si podré mantener este ritmo durante 42 km. Y siempre llego a la misma conclusión: imposible.

Después de 3 km de calentamiento y 11 a ritmo de maratón, 3,6 km de enfriamiento, por lo que he totalizado 17,6 km en 1:25:38 @ 4:52/km.

Creo que si no lo he batido, me he quedado cerca de mi récord de camiseta sudada. Excepto algunos centímetros cuadrados secos en los laterales, todo lo demás absolutamente empapado. No es raro que sude tanto, la temperatura sigue siendo absolutamente veraniega en Madrid.

Ayer sábado, como todas las semanas tocaba pesada. La báscula marcaba 67,2 kg, pero este peso no es comparable al de otras semanas porque había corrido el viernes. Así que hoy he vuelto a subirme a la báscula y marcaba 67,8 kg. Tampoco me vale, ayer fue un día algo desordenado en las comidas, aunque habrá que tomarlo como referencia.