El domingo, después de la tirada larga, eché las zapatillas a un barreño con agua para limpiarlas, nada de lavadora. Es curioso que no ha pasado ni un mes y tenía las zapatillas como si hubiese corrido una temporada de cross con ellas. Y es que estaban todos los caminos llenos de polvo.
Hoy me las he puesto y estaban impolutas, parecía que las acababa de sacar de la caja, recién llegadas de UK. Cualquiera que lea esta entrada se va a pensar que nunca lavo las zapatillas, pero no es así, suelo hacerlo de vez en cuando, pero esta vez ha sido muy pronto.
Ha sido lavarlas el domingo y el lunes se pone a llover, por lo que pensaba que hoy iba a estar el parque embarrado, pero no lo estaba, la tierra estaba demasiado sedienta y no había ni un charco. De hecho, el terreno estaba muy agradable de pisar porque aunque estaba blandito, no te hundías.
Solemos hacer una primera vuelta muy tranquilos, pero hoy no lo ha sido tanto, ya andábamos inquietos. En la segunda vuelta ha empezado Emilio II a tirar y al final todos a cuchillo. Menos mal que Joaquín, en un momento de sensatez, ha dicho que mejor dejábamos las prisas para el domingo, que hoy no era el día. En esos momentos íbamos a un ritmo de 3:50. Entonces hemos bajado un poco la velocidad y aún así esa segunda vuelta la hemos hecho en 21:30 @ 4:29.
Después hemos hecho un poco más hasta completar 13 km en un tiempo de 1:08:17 @ 5:15/km.
ah, pero ¿las zapatillas se lavan?
Muy de vez en cuando. Para ver que marca era.
Yo recuerdo q las mias eran asics….doradas… pero me suelo poner unas marrones… habra q lavarlas 😀